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—Si una persona no deja de mirarme, ¿eso qué significa? —pregunta el pelirosa interesado, mientras fija su mirada en el chico frente suyo.

—¿Qué significa dices? —pregunta BaekHyun, enarcando una ceja— No te entiendo Tete. Si hace un rato estábamos hablando de los gatitos que recién adopté —termina por replicar.

—Es que... ¡No puedo mantener mi cabeza donde debería de estar! —exclama TaeHyung con un lindo puchero en sus labios.

El pelirosa acomoda su sweater incómodo, mientras juega con el borde del mismo. Ahora toda su atención hacia el Instituto y a sus amigos, se había ido por la borda. Quiere saber porqué el pelinegro no deja de verlo. ¿A caso le parecía bonito? O... ¿Tal vez podía ser que tenía algo en el cabello?

Y es que, el pelirosa no podía caber en su mente la posibilidad de que el hermoso pelinegro pudiese siquiera mirarlo. ¿Acaso solo era imaginación suya?

—Creo que puedo entenderte —termina por decir BaekHyun, mientras sonríe ladinamente—. Estás enamorado.

—¡Hyung! No lo diga así —dice el pelirosa avergonzado, fijando su mirada alrededor por si algún estudiante alcanzó a escucharlos. Lo cual, era muy poco probable. Casi nadie iba al salón de música. Solo BaekHyun por su práctica de canto, nadie más.

—Pero si es verdad. No me mientas Tete. ¡Se te nota! —exclama el rubio sonriente—. Eres un tortolito, ¡solo mira tus mejillas! —y para avergonzarlo más, estruja las mejillas del menor, las cuales se encontraban sonrosadas en un fuerte carmín.

—¡Hyung! —termina por decir TaeHyung mientras reía.

—Y respondiendo a tu pregunta. Si esa persona que intuyes que es especial para ti, no deja de mirarte, no hay razón más que decir que siente algo por ti.

Cielos, TaeHyung apenas terminó de escuchar aquello, se puso como un tomate.

Si aquello era verdad...

¡Oh Dios! ¿Por qué estaba perdiendo el tiempo? Debería ya haberlo averiguado con el pelinegro.

TaeHyung rápidamente se levantó de su asiento, y recogió el cupcake que aún no terminaba de comer en la mesa. Iría a buscar respuestas.

—¿A dónde vas? —pregunta BaekHyun interesado, mientras ve al contrario ya por irse.

—¡Gracias por el consejo hyung! Iré a hacer de las mías —sonríe el pelirosado de manera cómplice, mientras sale del salón a toda prisa.

—¿Cuál consejo? ¡Oye, Kim TaeHyung!

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El pelirosa había pasado una semana entera matándose —literalmente— para hallar respuesta a lo que era la actitud del pelinegro desde aquel día de las curitas y el escándalo en la cafetería.

¿Por qué no lo había pensado antes?

¡Podría buscar respuestas en el pelinegro! Bueno, si es que podía encontrarlas. Jeon JungKook no era una persona muy abierta. Aún así, ¡era lindo cuando se molestaba!

El menor buscó en la cafetería, en el patio del Instituto y en los baños. Pero el pelinegro seguía sin aparecer. ¡Donde rayos estaba!

Calculado, tal vez aún le quedaban 25 minutos como máximo del receso. Aún tenía tiempo. Después de haber hablado un rato con su querido amigo BaekHyun, sabía que hacer.

Así que esquivando a las personas del pasillo y a sus propios amigos en la cafetería, corrió escaleras arriba; rogando que el tatuado se encontrase en el lugar de la vez que se hablaron por primera vez.

Apenas llegó, abrió la puerta de la azotea, mientras el fresco viento chocaba contra su rostro y sus cabellos rosados se ondeaban rebeldemente.

Y alzando sus comisuras de manera dulce, sonrió. Ahí estaba JungKook.

Aún con aquella ropa aburrida de color negro, le encantaba en demasía.

Así que, de manera lenta, caminó de puntitas hacia él. JungKook estaba de espaldas a él, por lo que no lo podía ver; aún así, el pelirosa decidió asustarlo, mientras ocultaba una dulce sonrisita.

—¡Bú! —exclamó el pelirosa, mientras tocaba ligeramente los hombros del pelinegro.

JungKook en cambio, ni se inmutó. Solo volteó su rostro en dirección al menor, con su típico semblante frío y un cigarrillo posado en sus labios.

—¿No te asusté? —pregunta el pelirosa, mientras forma un mohín en sus labios.

No es contestado, JungKook vuelve a voltear su mirada al frente, mientras sigue fumando como si nada.

—¿Acaso eso es un cigarrillo? —pregunta TaeHyung, mientras sus cejas se fruncen.

—Es un chupetín de fresa, ¿Quieres probar? —habla por fin el pelinegro de manera sarcástica. Chico tan insípido.

—No deberías fumar, eso te daña la salud Jeon JungKook —dice quedito el pelirosa, con su entrecejo aún formándose en sus cejas. Le disgustaba el olor a cigarrillo en demasía.

Y... No tiene respuesta, nuevamente. ¿Cuándo se dignaría a tener una conversación normal con el tatuado?

Estaba por replicar, pero es interrumpido por la voz del contrario.

—Me quita el apetito —termina por decir el mayor, luego de varios segundos. Así nada más lo dice, de manera seca y con su semblante neutro. Como si lo último que dijo, no tuviese tanta relevancia.

TaeHyung ve su perfil, se ve tan bonito de aquella manera. Aún así, ha perdido la razón principal por la cual se encuentra ahí. Pero aquello era de menos, su objetivo del día se había quedado en segundo plano.

Ahora lo que le estaba preocupando era lo que le había confesado el pelinegro. ¿Acaso no quería comer? ¿Cómo era eso posible?

Y lo más importante, ¿Se debía a algo de su vida pasada que tanto había escuchado? ¿Acaso los rumores eran ciertos?

♡ ggukcotton | 2O24 ♡