Felix llora mientras coloca un poco más de maquillaje sobre su ojo, lo que lo hace más difícil de completar.

Chan se molestó con él, no debió hacerse el fuerte. Primero fue un simple grito, uno que le llegó hasta el alma y le removió el cuerpo. Luego vino un agarre en su brazo para terminar en un puño sobre su cara.

Felix se siente apenado cuando Josh llega con su madre, le ha advertido que ya dejaría la pequeña guardería que tenía en casa y aún así la señora apareció frente él.

— Por favor, nadie más puede cuidarlo. Te lo pido de todo corazón, Felix, al menos por hoy.

Felix acepta finalmente, no tiene otra opción.

Josh le pregunta qué es la mancha morada sobre su brazo, Felix no sabe qué decir, no puede decir la verdad y un niño no podría comprenderlo.

Y es que él amaba a quien le hizo daño, lo amaba con tal locura que permitió que aquello pasara. Permitió que le arrebatara todo. Josh es muy pequeño para entenderlo.

— Me caí, no es nada — aseguró.

Cuando están jugando a las escondidas, Chan llega a casa. Felix estaba contando hasta treinta desde la cocina, dónde ve a su novio aparecer.

— ¿Qué haces? — se interesa al verlo con la cara cubierta por sus manos.

— Shh, está Josh — advierte destapándose.

— ¿Qué hace él aquí? — muestra su enfado.

Felix teme cuando queden los dos solos.