Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

unique part. ❁

Llegué a la conclusión, de que ambos éramos inexpertos en el sentimiento que compartíamos y, que desgraciadamente seguí manteniendo aunque intenté con todas mis fuerzas no hacerlo, aquel que ambos aseguramos denominar en ese entonces como "amor".

No somos amantes, somos sólo desconocidos, con la misma maldita hambre de ser acariciados, de que nos amen, de sentir algo.❞

(...)

Los días pasaban, y con ello, más me iba dando cuenta del hecho del cuál realmente no quería saber. Mi primer amor... Te alejabas de mí, despacio, como yo fuese un peso al cuál no querías estar atado, tratando de huir de la especie de "relación" que teníamos. Y es que yo nunca estuve seguro en un sólo aspecto; me preguntaba si realmente yo era alguien importante para ti o sólo un pasatiempo. Aunque, cuando supe la verdad fue algo devastador. Desearía haber hecho caso a mamá cuando me decía que los chicos de tu edad eran demasiado crueles, sobre todo en lo que respecta al amor. Pero ahora, ¿qué ganaba yo intentando arreglarlo si desde un principio todo estuvo perdido?

Fueron en las primeras noches de otoño en que noté que comenzó tu cambiante actitud, cuando dormíamos juntos como usualmente hacíamos luego de tener una noche pasional y romántica, o sólo sexo desenfrenado. De consumar nuestros sentimientos en uno mismo y al terminar susurrar palabras de amor hacia el otro, de cuánto nos hacíamos falta y lo bien que complementabamos. O eso es lo que me hiciste creer en aquel entonces.

Las noches y madrugadas como esas, cada vez se vieron más distantes. Casi no había contacto de ese tipo. Siempre lograbas hacerme tragar alguna excusa, como que estabas muy cansado, o que esos momentos no eran los adecuados. ¿Entonces, cuándo, JiMin?

Tu tacto no era lo único que se había ido disipando con el tiempo, sino tu cercanía también lo fue. A determinado horario de la noche, llegabas de tu trabajo como secretario de una empresa en ascenso en medio de la ciudad, (que por cierto, agradecí poder llegarte a ver con unas lindas gafas negras y tu traje formal cuando llegabas a casa) donde me contaste alguna vez que te encargabas de una gran parte importante de los papeleos y demás servicios hacia tu jefe. Eso le daba la suficiente credibilidad a la excusa que me ponías de que te encontrabas cansado, lo cuál lograba que yo no insistiese más. "Lo lamento Tae, para otro día será." Esto, sumado a las llamadas de la misma persona que recibías a altas horas de la noche sin falta. Respondiste cada una sin una pizca de molestia, levantándote inmediatamente de la cama para ir a otro lugar a hablar, creyendo que yo continuaba dormido y no me daba cuenta de ello. Pero en realidad, supe que tal vez alguien más se había robado tu atención.

Tu calor era terriblemente anhelado por mi cuerpo, pero no de la forma en la que pensabas. A cierta hora de la noche, yo tomaba la valentía de voltearme de mi posición en la cama que compartíamos, sólo para darme cuenta que continuabas de la misma forma en la que me hacía sentir dolido. De espaldas, ignorando casi por completo mi prescencia y por ende haciendo que yo mismo te abrazase, sin ser correspondido por tu parte. Y así, hasta que me rendí ante la búsqueda del carente cariño de ti hacia mí. Consiguiendo, que esta vez las noches sean en completo silencio y ambos nos diesemos espalda, como completos desconocidos. Mientras que yo, intentaba apaciguar los ruidos de mis sollozos y cerraba mis ojos, jurando para mis adentros que mañana sería un día mejor, y todo volvería a la normalidad. Tú me amarías locamente de nuevo.

Él ya no me besa en la boca, 
porque es más íntimo
de lo que él cree que deberíamos ser.


Nuevamente y como intentaba hacer cada vez que tenías día libre del trabajo, ambos nos sentamos en el sofá de la sala, intentando compartir un momento juntos y yo con ello conservaba las esperanzas por arreglar las cosas entre nosotros, de las cuáles desconocía el significado de por qué habían cambiado para mal. Una película romántica era lo que se reproducía en la pantalla frente a nosotros, haciendo que la pregunta "¿Por qué nosotros ya no somos de esa manera?" surgiera de manera insistentemente tediosa en mi subconsciente. A veces odiaba la facilidad con la que yo podía llegar a divagar conmigo mismo sobre un tema.

Te encontrabas con tu vista fija en el móvil, sonriendo de vez en cuando a causa de ese estúpido aparato, del cuál frecuentabas su uso cada vez más seguido. Dirigí mi vista hasta tí entonces, y como últimamente, apenas si lograste recordar que yo seguía a tu lado en esos momentos. Mordí mi labio, intentando reprimir todos esos sentimientos poco agradables que se formaban dentro de mi pecho en esos momentos por tu culpa, JiMin.

Tomé la iniciativa, y, pausando la película (que básicamente había sido ignorada por ambos), me subí a tu regazo como hace un tiempo no había hecho. Aparté el teléfono de tus manos, ganandome una mirada confundida por de tu parte, al mismo tiempo que fruncías el ceño ante mi acción. Me tomé la valentía de ignorar eso, entonces suavemente y con lentitud me acerqué, y queriendo revivir esas inexplicables sensaciones que producía en mi el simple hecho de besarte, junté nuestros labios cálidamente, haciendo de un significativo beso. O, al menos eso es lo que intenté yo solo, ya que no te molestaste en corresponderme. En cambio, recibí tu par de manos en mi pecho, apartandome al mismo tiempo que conectabas nuestros ojos con una seria mirada.

ㅡ ¿J-JiMin? ¿Qué sucede? ㅡ logré pronunciar, sintiendo mi labio temblar repentinamente debido a la reacción que me habías dado.

Mi expresión de desconcierto era clara, y murmurando un "Lo siento..." al quitarme de sobre tu regazo te levantaste del sofá, seguido de esto, subiendo las escaleras sin pronunciar ni una palabra más.

Sentí mi corazón estrujarse y las lágrimas amenazando con salir de mis últimamente algo apagados ojos, aunque intenté sonreír, con el objetivo de convencerme de que lo que hiciste se debía a que estabas de mal humor o simplemente no había sido un buen momento, y que tu verdadera intención no había sido rechazarme. ¿No quisiste hacer eso, verdad?

Él ya no me mira a los ojos, 
tiene demasiado miedo de lo que verá, 
a alguien abrazándome.❞

¿Por qué te fuiste sin decirme nada, JiMin? ¿Por qué no volviste aquella noche, ni las siguientes?

Esa tarde algo fría, la cuál precisaba de un buen chocolate caliente, de quedarse en cama para ver televisión, y de abrazos o besos de la persona que amabas y que te transmitía el calor necesario en esos momentos, fue cuando el muro que formaba mi estabilidad emocional terminó por derrumbarse.

Mi mejor amigo JungKook había llegado a visitarme, especialmente en el horario en el cuál trabajabas, ya que este primero me decía a cada rato que nunca le gustó que estuvieses conmigo, y que le caías mal porque no te tenía confianza, presentía que no eras un buen tipo y me romperías el corazón. Ustedes se odiaban mutuamente. Aunque vaya, si le hubiera hecho caso a JungKook tal vez no estaría en esta situación.

Estuvimos ese día toda la tarde hablando, riendo, comiendo y haciendome olvidar por momentos la desgracia y el drama en el cuál estaba sumido, o así me parecía.
Pero todas esas risas y pequeñas caricias suaves se detuvieron al sentir un fuerte portazo, de volumen casi igual de alto que los pasos acercandose a la sala en donde nos encontrábamos ambos.

Al parecer habías terminado tu trabajo tiempo antes, justo hoy. "Wow, cuanta suerte tienes, TaeHyung." me dije a mi mismo en un notable tono sarcástico que al instante fue opacado al sentir miedo por su imponente presencia. Te encontrabas parado en frente de nosotros con el portafolio que usabas para ir a trabajar, en mano.

Tus facciones automáticamente demostraron enojo al notar al individuo que se encontraba a mi lado, quien estaba acurrucandome en su pecho amistosamente y disfrutando del programa que estábamos viendo en tv. ¿Por qué te ponías de esa forma, luego de que estuviste ignorandome olímpicamente todo este tiempo y te negabas a darme alguna muestra de afecto? Una pequeña parte de mi se alegró al pensar que eran celos porque yo, "tu pareja", estuviese de esta manera con otro chico. Pero no fue así, ese detalle no te importó en lo absoluto, cariño.

ㅡ ¿Qué hace él aquí? Creo que te dejé claro que lo detesto, TaeHyung. Vengo luego de un día de mierda en el trabajo, ¿Y así es como me recibes? ㅡ pronunciaste completamente con los puños apretados en señal de tensión. Y yo no entendía, tal vez por ser muy ingenuo o alguna otra razón, el por qué de tus palabras. ¿No sería yo el que debería estar molesto por tu rechazo constante y sin explicación alguna?

ㅡ L-lo siento, Minnie. ㅡ me disculpé aún así con el cariñoso apodo que usaba para ti, murmurando ante el evidente agarre del abrazo de JungKook que se hizo más fuerte al notar que yo temblaba al responderte. Y es que pareciera que se había vuelto una costumbre para mí pedir disculpas por acciones tan simples como esas y que mayormente no eran por mis errores. Porque al final todo fue culpa.

¿Sabes qué? Sólo déjalo, siempre eres igual de problemático. ㅡ y nuevamente con esa corta oración, lograste hacerme sentir tan rechazado. Tan idiota.

ㅡ P-por favor, espera, no fue mi intención... ㅡ supliqué al seguirte, en el momento que JungKook me dejó ir de su agarre, completamente callado, ya que él realmente no tenía que ver en la pelea, aunque hubiese sido él mismo el motivo principal, o tal vez el mal genio que cargabas luego de un "mal día en el trabajo".

ㅡ Me voy. ㅡ anunciaste, abriendo la puerta, y aunque yo corrí a abrazarte por la espalda para intentar lograr que las intenciones que tenías cambiaran, nuevamente, me apartaste. Y sin más, saliste por la puerta, dejándome en el suelo de la entrada de nuestro pequeño hogar, con la mirada fija en esta y con las esperanzas de que todo esto hubiese sido una cruel broma y en apenas en unos segundos volvieras hacia mí.

Pero los minutos pasaron, y la puerta no se volvió a abrir mostrando tu silueta.
Fue entonces, cuando caí en la asquerosa realidad y me rompí por completo, como una frágil pieza de porcelana que fue estrellada contra el suelo. Finalmente, dejé salir todo lo que tenía opreso dentro de mi pecho en forma de lágrimas gruesas y saladas, que caían por mis ahora rojas mejillas y terminaban en la alfombra de "bienvenidos" que ambos habíamos elegido cuando comprábamos objetos para decorar la casa.

Repentinamente sentí los brazos de JungKook rodearme y cargarme con facilidad para llevarme a mi habitación, y no pude estar más que agradecido de su cuidado en esos momentos al recibir su apoyo también en caricias y palabras de consuelo.

"Tranquilo, ¿sí? Todo estará mejor pronto."

De lo contrario, probablemente me hubiese quedado toda la noche en la entrada de la casa, llorando como un cachorro abandonado el cuál esperaba la llegada de su dueño que no regresaría. Tú eras mi dueño.
Y repitiendo en mi mente el inicio de un "nosotros" que habíamos formado con el tiempo, que se fue desvaneciendo de la misma manera, comencé a cuestionarme hasta que las palabras se mezclaban y mi cabeza dolía. ¿Por qué si todo comenzó tan bien, tenía que terminar tan mal?

Cuando me despierto solo, 
y estoy pensando en tu piel, 
recuerdo, recuerdo lo que me dijiste.❞


Abrí mis ojos con lentitud, sintiendo por esos milisegundos la sensación de no saber quién era, de dónde venía o cuáles eran mis problemas. Esa era mi parte favorita del día.

La luz del sol golpeó en mis ojos, haciendome cerrarlos con lentitud para acostumbrarme. Y preferiría no haberlo hecho.
Giré mi vista, sintiendo un nudo en mi garganta al instante de presenciar mi realidad. La cama estaba vacía en el lado contrario al mío, y eso significaba, que lo que creí haber soñado, había sido real. Más bien, una pesadilla en vida.

No estabas.

Tomé una gran bocanada de aire sin éxito alguno, intentando controlar las lágrimas que surgían nuevamente, logrando poner borrosa mi vista. Pero esto fue en vano, ya que al recordar todo lo que sucedió ayer en la noche, terminé por explotar en llanto. ¿Pero ya qué importaba aguantarlo a estas alturas?

Mis sollozos eran fuertes, sabiendo que nadie me escuchaba ahora. Sabiendo, que la casa nuevamente estaba completamente vacía y en silencio a excepción de mi deprimente presencia. Y sobre todo, sabiendo que ya no te encontrabas a mi lado para secar mis lágrimas o tomarme entre tus fuertes brazos para calmarme y asegurarme que todo estaría bien. Pero sería algo irónico consolarme, porque me encuentro sufriendo por ti.

Y como todos estos días, terminé por bombardearme con preguntas a mi mismo, intentando encontrar una coherente respuesta al repentino y tan drástico giro que había tomado "lo nuestro", sin dejar mi llanto de lado.
¿Qué estaba mal conmigo? ¿Cuál fue la razón por la que te cansaste de mi tan rápido? No lo entendía. Principalmente, no entendía como las palabras de cariño, los toques y miradas completamente enamoradas y los "te amo" supuestamente sinceros que salían de tus labios, se reemplazaron de un día para el otro por la distancia, conversaciones sin mucho éxito e intentos fallidos de mi parte por obtener nuevamente tu amor.

¿Qué estaba mal conmigo? ¿Acaso había estado siendo un estúpido cegado por un príncipe como tú y por el cuento de hadas que creí tener?

Dijiste que no somos amantes, 
somos solo desconocidos, 
con la misma maldita hambre
de ser acariciados, de que nos amen, 
de sentir algo por completo.❞

Llamaste al día siguiente por teléfono. Aclarandome las cosas, diciendo palabras que terminaban de hacer trizas mi corazón. Básicamente, terminandome oficialmente.
Y aunque suplicaba, lloriqueaba y me negaba a aceptarlo, esa fueron tus palabras finales. Acabar con el "nosotros", como si todo esto hubiese sido un juego barato del que te cansaste fácilmente. Yo, siendo tu muñeco preferido.

Él ya no me llama por teléfono, 
nunca me escucha, 
dice que es algo inocente.

Pues desde la última llamada, no supe más de ti.

Los días y semanas se pasaban en mis intentos de volver a recuperar lo perdido, pero tal vez era demasiado tarde, aunque la esperanza de recibir otra llamada tuya no desaparecía. Y sabía que eso no ocurriría, pero me negaba a aceptarlo aún. Enviaba mensajes de texto e intentaba llamarte de vuelta, pero eso no funcionaba. Realmente no podía hacer más, pues desconocía en donde te encontrabas en esos instantes y estaba demasiado destrozado como para levantarme de mi cama o siquiera comer algo.

Tal vez la razón por la cuál me dejaste fue porque hay alguien nuevo en tu vida, y ya no sientes lo mismo por mi.

El sexto timbre de llamada y la voz femenina de la contestadora se oyó, y como todas las veces que intenté hablarte, no respondiste. Una amarga lágrima resbaló por mi mejilla derecha, y luego otra, y otra más. Dejé el teléfono a mi lado entonces por si llamabas, y me dediqué a apoyar mi cabeza en la almohada mientras sentía mis ojos arder y mi cabeza doler terriblemente. Pero claro, esto no se comparaba a la opresión que sentía en mi pecho y mis ganas de gritar cuánto te amaba y odiaba al mismo tiempo.

ㅡ Él ya no me deja tener el control, debo haber cruzado alguna línea, debo haber perdido la cabeza. ㅡ me repetí a mi mismo, dando por finalizado mi hipótesis o intentando serme convincente, aunque mi conclusión fuese una completa basura. Si, seguramente todo había sido mi culpa. Y es que ya no quería divagar más por hoy, ni por mañana, ni jamás. Tal vez y sólo tal vez, era tiempo de aceptar que ya no me amabas como antes y esa fue la razón por la que te alejaste, y que debía salir adelante con una sonrisa, por más doloroso que fuera.

ㅡ Si, está cansado de ti, TaeHyung. ㅡ intenté convencerme a mi mismo de que aquella verdad no me dolió, susurrandome aquellas palabras y abrazandome entre las mantas para intentar imitar tu calor que me ayudaba a dormir por las noches. Todo estaría bien si hacia eso, todo volvería a la normalidad te olvidaba.

Pero, ¿cómo hacerlo?

(...)

Con nostalgia comencé por revisar la galería de mi móvil, encontrando fotos de nosotros en el pasado que solamente hacían que me sintiese peor.

Echo de menos las mañanas contigo tumbado en mi cama.❞

La primera foto era de hace varios meses atrás. Creería que es la única que tomamos de este tipo.

Paseé mi vista por la pantalla, y sin poder reprimirlo, dejé que los ahora amargos recuerdos viniesen a mi cabeza por última vez.

A esa foto la tomamos una de las tantas noches que te quedaste a dormir en mi casa, pero esa era nuestra primera noche juntos como pareja. Lo recuerdo perfectamente.

ㅡ ¿Estás seguro de esto? ㅡ  preguntaste, con ese tono dulce que siempre usabas al verme asustado o en situaciones de problema. ㅡ Si quieres podemos escoger otra.

Negué rápidamente, armandome de valor y mirando a la pantalla una vez que comenzaba a reproducirse. Yo puedo con esto, es una simple película de terror.

ㅡ Está bien así, además sé que a ti te gustan las de este tipo. ㅡ intenté sonar convincente y luego proseguíㅡ Pero... debes prometerme que me abrazaras hasta que termine.

Oí su melodiosa risa, mientras que me acercaba a él y me rodeaba con sus brazos para acomodarme en la cama, haciendo que apoye mi cabeza en su pecho y pudiese escuchar los calmados latidos de su corazón. Sin pensarlo dos veces, correspondí su agarre mientras pasaba mi brazo por su torso.

ㅡ Igualmente tenía planeado hacerlo. ㅡ me sonrió, ignorando por completo que la película había comenzado pero logrando que mis mejillas tomaran un color carmín. Con lentitud y manteniendo un juego de miradas en el que ninguno quería apartar la suya del otro, se acercó y plantó un beso suave en mis labios.

ㅡ No tienes por qué temer, Tae.

Una lágrima resbaló por mi mejilla ante el recuerdo de esa noche, que fue la primera en que nos dimos el derecho de abrazarnos correctamente, de poder hacerlo sin vergüenza o sentimientos retenidos. De disfrutar del otro y de las caricias que mutuamente nos brindamos antes de dormir.

Echo de menos los recuerdos repitiéndose en mi mente.❞

Por que, claro que hubiese sido mejor recordar nuestras anécdotas, si estuvieras aquí. Junto a mí. Podríamos reír del pasado y tal vez sentir un poco de nostalgia por el escaso tiempo atrás en donde por primera vez salimos, o cuando sucedió nuestro primer beso.

Todo sería mejor si siguieras a mi lado.

Echo de menos la idea de un para siempre, tú y yo.❞

Decidí que era suficiente por hoy, y antes de apagar mi teléfono y recostarme, borré todo aquello que me hiciera recordar a ti. A lo que vivimos juntos. Fotos, videos, y hasta nuestras conversaciones en WhatsApp y los audios que nos enviabamos cuando estabamos en lugares distintos.

Pero tú lo único que echas de menos es mi cuerpo.❞

La mañana siguiente fue lo mismo. Excepto, por la parte en que me levanté extrañamente relajado. Ya no sentía la fuerte opresión en mi pecho a cada rato.

Al parecer, mis últimas acciones de ayer que tenían que ver contigo fueron bastante efectivas para que hoy lo olvidase por completo o que no ocupara mi mente todo el día. Bueno, eso es lo que intentaba.

Hice algunas llamadas y arreglé para salir con algunos amigos, necesitaba cambiar un poco de ambiente si quería superar todo esto de "mi primera ruptura amorosa".

Me di cuenta de la hora, y de que ellos pasarían a buscarme en menos de treinta minutos, entonces comencé a arreglarme. Lo hice como no lo había hecho en todas estas semanas tirado en mi cama. Finalmente me dí un tiempo para mí mismo.

Me sentí bien conmigo mismo en esos momentos, y dándome unos últimos retoques me miré en el espejo hasta que el timbre sonó. Tomé mis cosas, y con algo de prisa bajé, ya que no quería hacerlos esperar más de la cuenta.

Revisé una última vez si es que había dejado todo en órden y abrí la puerta dispuesto a salir. Pero, si hubiera sabido quien estaba detrás de ella, definitivamente no la hubiese abierto.

ㅡ TaeHyung... ㅡ mi nombre salió por tus labios de ahora aspecto reseco y algo agrietados. La mirada que me dabas era algo apagada, y tu cabello estaba despeinado, como rara vez.

Mi corazón dió un vuelco, y creí que me desmayaría allí mismo. No, no podía ser. Tal vez esto es una alucinación. Tú no podías haber aparecido así como así, no cuando estaba dispuesto a superarte.

TaeHyung... lo siento... lo siento tanto. ㅡ volviste a hablar, fijando tus cristalizados ojos en los míos. Y yo sinceramente no sabía que sentir. ¿Pena, rechazo? No creía que hubiese una opción intermedia además.

Continué perdido, hasta que te pusiste de rodillas frente a mí, mientras tus manos se aferraban a la tela de los jeans que yo llevaba en ese momento. Simplemente me encontraba congelado, y seguramente mis latidos desenfrenados se oían por toda la silenciosa calle.

Estabas arrodillado, pidiendo perdón por todo este tiempo en que me dejaste.

Fui un idiota... lo lamento tantísimo... ㅡ continuaste disculpándote, y finalmente dirigí mi mirada a tu aspecto algo demacrado. ¿Acaso sufriste igual que yo?

Me di cuenta de que aunque tu llanto era silencioso, tus lágrimas no dejaban de caer con frecuencia en la acera de la entrada de (ahora) mi casa.

Te llevé adentro como pude, y luego de intentar calmarte por unos minutos, finalmente, pronuncié algo.

JiMin... ㅡ y no pude evitarlo, por más que quisiera. Te anhelaba, te extrañaba tanto. Necesitaba un mínimo contacto físico contigo después de todo y antes que nada. Acaricié con lentitud tu pecho, mientras me habías estrechado con necesidad pero delicadeza entre tus brazos. Y, joder, me sentí tan lleno en esos momentos, que casi iba a arrepentirme de la decisión que había tomado. Pero fui firme, y no caí de nuevo ante tí.

Yo... te explicaré yo mismo la situación cuando la entienda mejor, pero por favor, TaeHyung. No puedo vivir sin tí, soy un desastre. No me di cuenta hasta ahora lo que en verdad sentía por tí. ㅡ y mis ganas de besarte aumentaron, de abrazarte y consolarte como tú solias hacerlo conmigo. Pero no, debía ser fuerte.

No tienes que explicarme nada... ㅡ respondí en un tono bajo, separandome un poco para no flaquear ante la manera desgarrada en la que te oías y tu llanto que no cesaba por completo.

Te amo... en serio te amo, debes perdonarme. Prometo jamás volver a dejarte. ㅡ pediste entre súplicas, logrando que yo me levantase del sofá, dispuesto a terminar todo allí. Yo ya me había prometido olvidarte, y ahora rechazarte sería el primer paso para hacerlo. Así sería más fácil, ¿verdad?

Y respirando hondo, me recalqué elegir ser fuerte. Afrontar todo esto, y dejar de hacerme daño. Olvidar todo y dejar lo nuestro en el pasado, como si solamente fuera un acontecimiento más de todos los que sucedieron en mi vida. Como si fueras una persona que no me importaba en lo absoluto perder.

Pues para que mentir, en realidad eras una persona denominada como tóxica en mi vida, de aquellas que te das cuenta de que cuanto más cerca están, más daño te hacen. Era mejor soltarte y que sigas tu rumbo, porque estaba seguro que en cuanto me rindiese ante tí volverías a tomar el control y tratarme como se te dé la gana.

Simplemente lo nuestro había sido juego en el que saliste ganador, pero ahora yo estaba comenzando uno nuevo, dispuesto a ganar.

Con un nudo en la garganta y mis labios temblorosos, negué para luego decir mis últimas palabras dirigidas a ti.

Lo siento, JiMin. No hay vuelta atrás. ㅡ hice una pequeña pausa, lo miré con lágrimas retenidas y un corazón roto de por medio.

Me perdiste...

Y de esa manera, esa tan simple y corta manera, logré apartarte de mí. Ambos quedamos como completos extraños.

4135 palabras.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro