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ㅤㅤ𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗍𝗐𝖾𝗇𝗍𝗒-𝗍𝗐𝗈

chapter five:
𓍼 Dime que sí




──Mis padres están muy paranoicos porque soy Pogue. Como si fuera lo peor que podría pasar.

Y otra vez, Amelie puso sus ojos en blanco. Después de, finalmente, haber llegado al ferry y haber partido de Outer Banks hace horas, Kie había estado durante todo ese camino que estaban transitando quejándose de sus padres.

Entendía por una parte que quisiera sacar a la luz esos pensamientos, desahogarse, pero las charlas que han tenido hasta ahora siempre abarcan ese tema. Le gustaría hablar sobre algo positivo de vez en cuando.

──Oí que tienen buena marihuana en los internados ──alegó JJ, sentado sobre el techo bajo de la camioneta vieja.

──No iré a un internado ──aseguró Kie──. Tendrán que secuestrarme, atarme y arrojarme en una camioneta.

──Bueno, por ahora... ──comenzó a decir JJ, bajándose del techo para mantenerse de pie sobre la parte trasera de la camioneta──. Podrías disfrutar un poco ──señaló, acercando el porro hacia Kie, quien lo tomó sin pensar.

──Deberían buscar otros métodos para disfrutar ──dijo Amelie, con la cara metida en la carta. Por alguna razón, no podía dejar de leerla.

──Mi madre dijo que, como es tu tutora, decidió que tú también vayas conmigo ──informó Kie, dirigiéndose a Amelie.

Amelie pareció espantada ante la idea.

Dejó caer la carta sobre su regazo y miró a Kie en busca de explicaciones. Deseaba que eso fuera una mentira. Pero su amiga sólo se encogió de brazos. Evidentemente, era una trágica verdad.

──Tú deberías simplemente... disfrutar. Siempre amargas los momentos divertidos ──habló JJ, retomando la anterior conversación con Amelie.

Amelie le dedicó una mirada confusa, pero dolida. JJ no podía estar cien por ciento al control de su mente en estos momentos, pero él siempre sabía lo que le molestaba y dañaba de más a Amelie.

──Idiota ──masculló Amelie de entre dientes, volviendo a alzar la carta hasta el punto en el que JJ no sea visible para ella.

──Oye, Kie, ¿volviste a llamar a John B a ese número? ──preguntó Pope. Era el unció que estaba fuera de la camioneta.

──Sí, millones de veces.

──Unas cuantas... ──Amelie volvió a bajar la carta al escuchar como JJ replicaba sus palabras.

El contacto visual fue incómodo, puesto a que ninguno de los dos tenía planeado decir exactamente las mismas palabras. En el contexto de la situación, fue muy extraño el sentimiento para ambos. Definitivamente no era como coincidir con Pope.

──Me atiende una mujer de hotel ──indicó Kie, con pocas ganas y frustración.

──Bueno, hasta volver a comunicarnos, debemos limpiar su nombre ──ordenó Pope, reafirmando sus intenciones.

──Esto es la clave para limpiar el nombre de John ──dio por seguro Amelie, elevando levemente la carta en el aire. Sus amigos la vieron, pero ella solo evitó ver a uno.

──A concentrarse ──aceptaba JJ, muy fuera de sus cabales──. Por eso los quiero, amigos listos.

Esta vez, Amelie compartió miradas de entrecejo fruncido con Pope. Eso los tomó por sorpresa y, en cierta parte, confusión.

Kie se puso de pie y le extendió el porro a Amelie, ignorando el hecho de que ya sabía que ella había dejado eso hace mucho tiempo atrás.

──¿Qué Amelie serás hoy? ──preguntó, en su voz se notaba el efecto que comenzaba a generar el porro.

──¿Es broma? No quiero eso ──negó Amelie, apartando levemente la mano de Kie.

──Trata bien a mis cosas ──ordenó JJ, con diversión, pero utilizando ese tono de advertencia intimidante.

──Tus cosas pueden dejarnos en paz por unas horas. Al menos hasta que volvamos a casa ──contestó Amelie.

──¿Qué Pope serás hoy? ──Kie volvió a preguntar, esta vez hacia Pope.

A pesar de que, nuevamente, todos sabían la respuesta.

──No, gracias ──murmuró Pope como negación──. Esta vez voy a concentrarme.

──Pope bueno ──decía Kie, sentándose junto a JJ──. Pope aburrido ──completó.

Pope pareció mucho más herido de lo que Kie y JJ habían logrado notar. Soltó un leve suspiro de cansancio y se dio la media vuelta, apoyando su espalda baja sobre el límite de la parte trasera de la camioneta.

──Amelie buena ──fue JJ quien habló.

Amelie sabía lo que diría a continuación y él también. Levantó su mirada hasta encontrarse con él, la desafiaba, intentando leer sus pensamientos, a pesar de que fuera imposible, JJ había leído perfectamente que Amelie no quería escuchar lo que tenía paga decir. Las palabras salieron solas, sin que lo tuviera planeado.

──Amelie aburrida ──concluyó.

Amelie puso sus ojos en blanco y se puso de pie. Sintiendo las miradas de sus dos amigos, mantuvo sus manos sobre las bajas paredes de la camioneta y dio un leve y gran salto que la dejó con los pies sobre el ferry. Caminó hasta Pope y se quedó a su lado.

Ella se sentó sobre el suelo, importandole poco lo sucio que pueda estar. Invitó, con una de sus manos a Pope, a quien tampoco le importó el porqué lo hacía. Tomó lugar junto a Amelie, quien dejó la carta frente a sus narices.

──Esto es... tan extraño ──murmuró Amelie, después de resoplar.

──¿Nuestros amigos o la carta? ──bromeó Pope, con una tierna sonrisa.

A Amelie siempre le había sorprendió que Pope sea el primero en levantarle el ánimo. Claro, todos sus amigos lo hacían, pero, aún cuando ellos aseguraban que en ciertas ocasiones él era el aburrido, Amelie había agradecido esos momentos en los que podía conocer más su humor y su forma de ser durante los últimos años.

Había conocido a Pope al igual que lo había hecho con John B. Era un gran chico, de buen corazón, y sobre todo, divertido y gracioso.

──Ellos no son extraños, son unos idiotas ──respondió Amelie, riendo a la par de Pope──. No les hagas caso, a mi me pareces super divertido. Ellos necesitan de esa mierda para hacerlo.

Incluso Amelie sintió el amargo sabor en su boca tras decir esas palabras. No le gustaba hablar así de ninguno de sus amigos, pero, si ellos se habían permitido ofenderlos aunque sea estando casi drogados, no sería capaz de pasar por alto.

- — —| 🌊 |— — -

──Chicos, leí esto como cien veces y aún no le encuentro sentido ──señaló Kie, refiriéndose a la carta que llevaba en mano.

Una vez que el ferry llegó a tierra, el grupo de Pogues no tardó mucho en emprender nuevamente su viaje directo a Charleston. Estaban entre emocionados e intrigados.

La emoción se debía a, claramente, la confianza que tenía en que este desconocido pueda darles lo necesario para limpiar el nombre de John B y que él vuelva a casa con mucha más facilidad de la que lo había en estos momentos.

Por el otro lado, estaba la intriga. Esta también llevaba consigo la desconfianza. Digamos que era una clase de 50/50, a pesar de que iba ganando la primera parte, esa en la que se aseguraban de hacer de todo por su mejor amigo. Esa que no temia por las consecuencias.

──Es porque lo lees mal ──respondió Amelie, restandole importancia. Aún sentía el brazo de JJ sobre sus hombros.

De hecho, no se había despegado de ella desde que volvieron a subir sus traseros a esa camioneta vieja. Él tomaba la oportunidad que le otorgaba el hecho de que tuvieran que viajar mucho más apretados de lo normal.

Kie volteó a ver a Amelie con su ceño fruncido, buscando explicaciones. No hacía falta preguntas para que Amelie supiera qué responder.

──Lees, pero no lees ──recalcó Amelie, a pesar de que esto dejó más confundida a su mejor amiga. Incluido los dos chicos.

──Hagamos como que entendí eso ──Kie formó una pequeña sonrisa ladina──. Los Limbrey son dueños de medio Charleston. ¿Qué pueden saber los reyes Kook de Charleston sobre un homicidio de la isla de Kildare?

──¿Por qué a ti, especialmente? Eso da miedo, ¿no? ──interrogó JJ, con su vista en su amigo a cargo del volante.

──Yo creo que hay algún tipo de conexión extraña detrás ──aseguró Amelie──. Digo, es una posibilidad bastante grande. Los porcentajes de que...

──Tú y tus porcentajes ──JJ la interrumpió, poniendo sus ojos en blanco con diversión.

──Solo decía...

──‹‹Por favor, venga solo›› Eso es... ──intentó decir Kie, con cierto asombro y preocupación.

──Exacto. Estaba pensando lo mismo. Creo que lo que dice Amelie tiene cierto sentido ──aseguró Pope. Amelie esbozó una pequeña sonrisa orgullosa──. Creo que es porque...

Antes de que pudiera completar su explicación, el humo blanco comenzó a salir rápidamente por el capó delantero. Cada vez avanzaba más lento. Casi era inexistente el movimiento allí dentro.

──¡Oh, Dios! ¡No! ──se quejó Pope, asomándose un poco por encima del volante para observar el problema.

──¿Qué es eso? ──preguntó Kie, con inquietud. Su respuesta nunca llegó.

──Pope, debes parar. Es mucho humo ──ordenó Amelie, quien uso de soporte las piernas de JJ para acercarse a su puerta y subir rápidamente la ventanilla.

──Gracias ──murmuró JJ, después de toser de manera corta──. ¡Pope, tengo pulmones sensibles! ──protestó JJ, tosiendo nuevamente.

Pope intentó hacerlo de manera correcta mientras se apartaba del camino, pero todos los presentes supieron que fue todo lo contrario. Aumentaba la velocidad cada que avanzaban y se alejaban más del camino.

──¡Más lento! ──insistió JJ, alzando su voz.

──¡Para, para! ──fue Kie quien gritó esta vez.

──¡Carajo, Pope! ¡Detén la camioneta! ──mandó Amelie, no se preocupo en mantener la calma.

Cuando la camioneta finalmente se detuvo, el ruido extraño y preocupante del motor se hizo más claro. El humo no dejaba de salir y Amelie juraría que se salió la llanta de una de las ruedas. Asegura que la vio pasar junto a la ventana de Pope.

──¡Mierda!

──No, no. No... ──balbuceaba Pope, apagando el motor de la camioneta, para después abrir la puerta junto a él y bajar.

──¡Va a explotar! ──aseguró Kie, con temor, mientras que también salía justo detrás de Pope.

──¡¿Qué?! ──inquirió Amelie, saliendo con la misma rapidez del vehículo, detrás de JJ, quien la recibió con elegancia.

──No va a explotar ──informó JJ──. Debiste tocar el radiador ──dijo, dirigiéndose a Pope.

Pope se llevó con él un pequeño pañuelo y caminó hasta estar frente al capó, donde comenzó a abanicar el humo para poder hacerlo desaparecer. Estando allí, abrió el capó y mucho más humo salió.

──Nunca antes vi esto ──JJ volvió a hablar──. Hiciste que volara la llanta ──señaló, aplaudiendo con ironía. Tomó del césped aquella llanta que Amelie había visto──. Mejor reprograma la reunión de hoy.

──Carajo, mierda, carajo... ¡Y más mierda, Pope! ──soltaba Amelie, elevando cada vez más su voz──. Es definitivo. El puto karma nos persigue desde Lara Grubbs.

──¿Con esa boca dices mamá? ──murmuró JJ al pasar por su lado. Al parecer, no pudo retener las palabras y, por obvias razones, se sintió mucho más afectado de lo que parecía Amelie.

Sus intenciones nunca fueron hacerle daño.

──Lo siento, yo...

──Decía ──interrumpió Amelie, intentando ignorar lo mucho que aún le dolía aquella herida que creía cerrada──. Oh, no es el karma. Literalmente, eres brujo o algo por el estilo, Pope. Dijiste que la maldita camioneta estaba averiada y ¡oh, que casualidad! ¡ahora estamos parados en el medio de la nada!

Amelie sabía perfectamente que Pope tenía muy en claro donde se encontraban, en realidad.

──Amelie, haces que mis nervios aumenten ──indicó Kie. Amelie se disculpó alzando sus manos como ofrenda de paz──. ¿Plan b? Usemos... transporte público. Alquilemos bicis ──señaló sus opciones.

──Alzemos nuestros dedos ──agregó Amelie, estirando su brazo y pulgar──. Oh, pero si es que por aquí no pasan ni los cazafantasmas. Dudo que incluso los fantasmas pasen a dar una caminata por aquí ──aseguró, observando el solitario alrededor.

──¿Puedes... callarte? ──requirió Pope, con tranquilidad y firmeza, no fue cruel.

Amelie tampoco se sintió atacada. Al contrario, obedeció.

──¿Están seguros de que ella no fumó de la porquería de JJ? ──preguntó Pope, señalando a Amelie.

──Sí, es el radiador ──informó JJ, poniéndose de pie después de tener que verificar por su cuenta el interior del capo──. Hermano, sabes que lo dejó hace tiempo.

──Mi papá va a matarme ──lamentó Pope, con incomodidad.

──Sí, tal vez ──confirmó JJ, jugueteando con el pañuelo de tela que había tenido Pope recientemente──. Tal vez...

──Los porcentajes de que tu padre te mate son... 90/10. Noventa porque, es la camioneta de su trabajo, sé cuanto le costó obtenerla. Y diez porque, bueno, eres su hijo. Pero no creo que ese criterio sirva de mucho en esta situación.

──¿Y ahora qué tienes con los porcentajes? ──cuestionó JJ, volteandose a Amelie, quien se encogió de hombros.

──Siempre subiéndome el ánimo con rapidez, pequeña Amelie. Gracias ──ironizó Pope.

──No hay de qué ──correspondió Amelie, soltando una pequeña risa al ver como Pope ponía sus ojos en blanco──. Plan c: Llamemos a una grúa. Tengo señal...

──Sí, eso parece ser una buena idea.

Después de que Amelie llamara a una grúa y que el dueño del lugar les confirmara que estarían allí en diez minutos, ella había tomado lugar sobre el suave césped. Era un lugar solitario, pero tranquilo gracias a esto. Su espalda estaba recostada sobre el tronco incómodo de un árbol. Sus amigos aún discutían sobre crear nuevos planes con lentas del abecedario.

Si tuviera que ser sincera, Amelie comenzaba a creer que el tal C. Limbrey cortaría sus gargantas si los viera llegar con Pope en un horario y día que no concordaba con lo ordenado en la carta.

Pero la vida de Pogues es así, ¿no? Se había acostumbrado a ser víctima del peligro hace bastante tiempo.

──Hola ──saludó, sentándose junto a ella, manteniendo la distancia correcta.

Amelie lo miró, como si le extrañara que JJ se haya acercardo. Aunque ahora eran amigos de nuevo. Mejores amigos.

──Hola ──dijo Amelie.

──¿Estás bien? Te veo un poco...

──Estoy bien ──Amelie lo interrumpió, no quería saber cuan mal se veía──. No lo sé, de hecho. Todo está siendo tan confuso. Lo del verano pasado fue... diferente.

──¿A qué te refieres? ──preguntó JJ, con su ceño fruncido.

Ante la no respuesta de Amelie, JJ de movió de su lugar, acomodándose hasta estar sentado delante de Amelie. Frente a frente.

──¿A qué te refieres, Ames? ──reiteró, esta vez con más confusión y atención.

──Sabes a qué me refiero ──contestó Amelie, con pocas ganas.

En cuanto JJ entendió a qué se refería Amelie, supo al instante que probablemente ella no tendría ganas de sacar aquel tema a la luz, por lo que decidió ignorarlo por completo, a pesar de que no logró pasarlo por alto.

──Hay algo que no logro entender ──Amelie volvió a hablar, volviendo a atraer la atención de JJ, quien la incitó a continuar──. Es sobre Mallory.

Esta vez, JJ forzó una pequeña sonrisa ladina. Quizás porque creyó que Amelie no comenzaría una conversación tan seria como él tenía pensado.

──¿Cómo es que estaba tan tranquila antes? Quiero decir, ¿por qué estaban tan tranquilos ustedes? ──preguntó finalmente. La sonrisa de JJ desapareció de inmediato.

──Explícate.

──No parecían querer preocuparse por que Mallory, una extraña que no tenía ni idea de todos nuestros problemas, estuviera ahi.

JJ parecía incómodo, cosa que causó mucho más alboroto en Amelie, no creía que fuera un tema muy serio, pero al parecer sí lo era para JJ, quien después de carraspear su garganta, respondió.

──Ella... Bueno, estuvo varios meses con nosotros... Conmigo. A ellos no les agrada ──comenzó a decir, dando un pequeño vistazo a sus dos amigos a la lejanía.

──¿Y a ti sí? No es que sea un problema, pero... no lo sé, deben tener razones buenas para no terminar de aceptar a Mallory. Tal vez es porque...

──Tú eres la razón ──interrumpió JJ, casi de inmediato.

El silencio fue insoportable. Ahora se trataba de ambos, incluso habían dejado de escuchar la conversación que estaban teniendo Kie y Pope a unos pasos más lejos de ellos.

A pesar de que a Amelie le haya causado cierto revuelto de felicidad en su estómago, JJ pareció haber sentido exactamente lo contrario.

──No querían pensar en que te estaban remplazando ──JJ intentó decir, con seguridad, más no pudo terminar su frase.

──Ellos no me remplazan. Mallory puede ser su amiga sin ningún problema y...

──No quieren porque yo si lo hice ──JJ interrumpió otra vez. Amelie lo miró con ofensa y curiosidad──. Al principio se sintió bien conocer a Mallory, fue cuando te fuiste. Ese mismo día, no nos volvimos a ver, pero después comenzamos a vernos por todas partes. Que pequeña se siente la isla, ¿verdad?

‹‹No lo sé, me sentía genial con ella, pero sabía que algo aún seguía andando mal en mi. Me obligaba a no pensar en algo que me molestaba cuando estaba con ella, no se lo merecía. Eras tú, Amelie. Después de entender que jamás sería capaz de olvidarte, decidí creer que... tú me estarías remplazando en Los Ángeles. Y yo lo haría aquí. De un momento a otro, Mallory se enteró sobre toda mi vida, eso incluye...››

──Sobre el Royal Merchant ──concluyó Amelie, interrumpiendolo──. ¿Sabe que encontramos el oro? ──JJ asintió──. ¿Sabe que Rafe mató a Peterkin? ──el rubio volvió a asentir

Había cierta incomodidad generada a su alrededor en cuanto, al tan solo verse, supieron cual sería la próxima pregunta.

──JJ, dime que no...

──También lo sabe ──esta vez fue JJ quien interrumpió, con pocas ganas.

──Mierda, JJ. Eres tan impulsivo ──se quejó Amelie, dejando caer su espalda sobre el tronco del árbol detrás de ella.

──Lo siento, ¿okey? Sé que me equivoqué, lo acepto y cargo con la culpa. Pero, entiéndeme, me sentía solo.

El silencio. El silencio que no era muy común que esté presente cuando ellos dos se encontraban juntos comenzaba a hacerse algo cotidiano entre ellos.

──¿Qué hay de ellos? ──Amelie volvió a preguntar, señalando con su cabeza a sus dos amigos.

──Por alguna extraña razón, me alejé. No quería estar con ellos cuando sabía que faltaba la persona más importante ──murmuró el ojiazul, escondiendo su mirada.

──Te entiendo, pero no por eso debías decirle que John B está vivo en las Bahamas ──aseguró Amelie, viéndolo con negación.

──Lo hice, Amelie ──soltó JJ, elevando su voz──. Solo lo hice, ¿okey? Si hubieras estado aquí para ellos, lo entenderías...

Amelie volvió hacia él de inmediato tras escucharlo. Sus palabras le habían afectado más de lo que debían.

──Hace dos segundos asegurabas cargar con la culpa y ahora resulta que yo soy la culpable. Que curioso..., ¿verdad? ──ironizó Amelie, con una sonrisa sarcástica.

──Amelie, no quiero discutir ahora, Mallory...

──A la mierda Mallory ──Amelie lo volvió a interrumpir. No quería volver a escuchar ese nombre──. Es que no lo entiendo. Pope dijo que no te agrada, ¿qué haces con ella? ──preguntó, con atención.

──Primero que nada, Mallory si me agrada, Pope mete su nariz donde ni debe y, además, lo hace mal ──aseguró JJ, a pesar de que Amelie sabía que era una mentira──. Segundo, hacía todo lo que no hice contigo.

Esas últimas palabras se clavaron como lanza en el estómago de Amelie. Sintió esa extraña sensación de rechazo por su mejor amigo. El chico que solía gustarle la estaba lastimando con lo que sabía que podía afectarle demasiado. Eso no era lo peor, sino el hecho de que JJ sabía lo que hacía y como decía las cosas.

──¿De qué hablas?

──Sabes de que hablo. Fue liberador al principio, pero después... se volvió rutina y... ──continuó, con desagrado, incluso a él parecía disgustarle la idea.

──Para ──lo frenó Amelie, deteniendo a JJ.

──¿Qué pasa?

──No me lo puedo creer...

──Pues creetelo respondió JJ, sarcástico──. ¿Me vas a decir que tú no estuviste con nadie estando en Los Ángeles?

──¡No! ¡Claro que no! ──Amelie negó de manera automática──. ¿No me crees? ──cuestionó en cuanto JJ formó una sonrisa irónica.

──Para creerle a alguien necesitas tener confianza en esa persona ──suspiró, como si la situación no le afectara en absoluto.

──Eres... ──comenzó a decir Amelie, pero por alguna extraña razón, aquel nudo que se formada en su garganta no se lo permitía──. Eres un idiota. Es injusto que creas que me acosté con alguien sabiendo perfectamente porqué estaba en Los Ángeles ──reclamó, con disgusto y decepción.

──Mierda. Ames... lo siento, no quería ──JJ intentó defenderse rápidamente tras reconocer sus propias palabras.

──¿No querías decir eso? ¿Insinuar eso? Que sorpresa, JJ, lo hiciste ──aseguró Amelie, con pocas ganas.

──Sabes que yo jamás... ──intentó decir JJ, más no pudo terminar su disculpa, ya que Amelie volvió a interrumpirlo.

──Basta ──lo cortó Amelie con rapidez──. Hay cosas más importantes ahora ──finalizó, poniéndose de pie.

Y así fue como JJ observaba con detenimiento y cierta decepción hacia sí mismo, como Amelie se alejaba de él hasta encontrarse con Kie y Pope. No pudo quitarle los ojos de encima ni siquiera cuando ella volteaba a verlo con mala cara.

Amelie entendió que JJ tal vez no era para ella. Que tal vez nunca lo fue. Que debían experimentar y recapacitar sobre lo sucedido entre ellos durante el verano. Tal vez fueron los sentimientos falsos que les jugaron un mal partido. O el hecho de que sean mejores amigos y que eso pretendía que estén cien por ciento de su tiempo juntos.

Y JJ, por otro lado, estaba mucho más convencido de que no dejaría a Amelie irse así. No otra vez. No podría soportar perderla por segunda vez, no cuando ella literalmente está a unos pasos de él. Se sentía tan cerca, pero tan lejos a la vez.

- — —| 🐚 |— — -

Una vez que la noche cayó y la grúa ya había ido al rescate de los cuatro adolescentes en un momento bastante trágico —hablando por, especialmente, dos de ellos—, se encontraron en el almacén donde arreglarian la camioneta de Heyward.

Si que es que la suerte estaba de su lado, claro. Últimamente se habían olvidado de su significado.

Amelie estaba de pie, junto a Kie, quien no parecía muy alegrada por la situación. A pesar de que Amelie supo reconocer al instante que no era sólo por el hecho de que no se presentarían a la reunión especial de Pope esa misma noche.

──Diablos. El tipo está en el cielo ahora ──habló JJ, apoyando sus codos sobre la camioneta──. ‹‹Hay que conocer el punto de entrada de calibración para hacer algo con la válvula de entrada. Tú has el...››

Al ver que tanto Kie, como Amelie no daban respuestas, JJ dio un leve toque sobre la pierna de Kie. Por supuesto, hablarle a Amelie no estaba en sus planes aún.

──Oye ──intentó llamar su atención, volviendo a acomodar su brazo sobre la camioneta──. ¿Estás bien? ──preguntó, aún viendo a Kie.

──Mamá está tan preocupada de que yo sea una Pogue que está dispuesta a enviarme a un internado ──respondió Kie. Claramente no estaba bien.

──Bueno, eso te pasa por estar con la gente equivocada, Kie ──indicó JJ, dando un corto trago a su bebida en mano. También, viendo de reojo a la castaña que se encontraba junto a la nombrada.

Amelie apartó su mirada de inmediato de él, evitandolo a toda costa.

¿Cómo es que todo había cambiado tan rápido? Hace tan solo unas pocas horas, habían acordado ser amigos. Todo parecía ir bien. Hasta que ambos tuvieron la oportunidad de cagarla. Y lo hicieron.

──Bueno, no voy a ir ──aseguró Kie, retomando la conversación──. Porque ya es tarde. Ya soy quien soy.

Kie miró a su mejor amiga junto a ella y le dedicó una sonrisa amigable y vergonzosa al sentir como esta recostaba la mano sobre su hombro, como manera de demostrarle todo su apoyo.

──No está tan mal ──continuó JJ──. Mira ese tipo de ahí ──ordenó, señalando a Pope. Fue solo Kie quien obedeció──. Haría lo que fuera por nosotros. Es un Pogue de verdad. Hasta los huesos.

Cuando Kie volvió a su entorno formado por JJ y Amelie, una sonrisa reconfortante era lo que la acompañaba. JJ formó una fina línea con sus labios. Raramente, volteó a ver a Amelie.

──Aunque es solo la opinión de un hombre, claro ──le restó importancia de inmediato. A pesar de estar hablando con Kie, él solo miraba a Amelie──. A veces somos... idiotas.

Amelie asintió, manteniendo su mirada lo más lejos de JJ que le era posible. Era realmente fácil ignorarlo cuando sabía perfectamente que él estaba siendo impaciente con sus ojos puestos en ella.

Cuando todo podía ir peor, Kie se puso de pie y salió de la parte trasera de la camioneta en cuanto Pope la llamó desde la puerta de la tienda, ya que ella se había puesto de voluntaria para pagar los arreglos, a pesar de que Amelie había insistido en que ella podía hacerlo sin problema alguno.

‹‹Les daré un motivo para que se enojen conmigo. Y una buena razón›› aseguró Kie en cuanto Amelie aseguró que sus padres no le permitirían pagar por aquello.

En ese mismo momento, Amelie continuó siguiendo a su amiga en cuanto esta desapareció en el interior de la tienda, pudo sentir como JJ se acomodaba a su lado, adentrándose al espacio que había a su otro lado. Pudo verlo desde su rabillo.

El silencio era algo notable, pero esta vez podían soportarlo. No era para nada incómodo, aun cuando habían tenido una discusión horas atrás.

──¿Quieres? Es agua ──cuestionó JJ, ofreciendo de su bebida a Amelie, quien negó, finalmente mirándolo.

Por más de que el silencio sea paciente, la tensión que se formó no lo era. No sabían por cuánto tiempo habían conectado, pero ahí estaban, observando cada detalle nuevo en ellos. En uno de esos pocos segundos, Amelie sintió a JJ más cerca. Lo sabía porque, aquella electricidad y la sensación de que su corazón saldría de su pecho se hizo presente. Como en los viejos tiempos.

Cuando creyó que todo iría a más en cuanto ella demostró que no se apartaría, JJ apartó la mirada. Amelie suspiró con pesadez al creer que se distanciaría nuevamente, pero él no lo hizo. JJ tomó una de las manos de Amelie y la examinó con atención. Ahora si era, piel con piel.

Los vellos de Amelie se erizaron al instante de sentir la yema de los dedos de JJ cariciar las líneas que formaban su nuevo tatuaje en la zona. JJ pareció notarlo, supo esconder muy bien esa sonrisa que se le formó al saber que ella se sentía exactamente igual que él.

──¿Desde cuando lo tienes? ──preguntó JJ, sin dejar cesar sus caricias.

──En... Los Ángeles... Creí que... No lo sé, solo lo hice y ya ──respondió Amelie. Le daba cierta pena que JJ supiera el porqué se lo hizo.

──Nunca fuiste tan...

──¿Valiente?

──No. Mierda, claro que no ──aseguró JJ, negando con su cabeza, con rapidez──. Tan conforme. Me sorprende que lo hayas hecho porque, recuerdo perfectamente las veces que dijiste ‹‹Nunca me había un tatuaje porque no sabría encontrar el diseño ideal››

Amelie no pudo evitarlo. Se rió de sí misma tras recordarlo. En realidad, el que tenía hecho ahora era mucho más especial e ideal de lo que creía que un tatuaje podría llegar a ser.

──Bueno, este es bastante especial ──murmuró Amelie. Queriendo saber la relación de JJ, volvió a verlo. Él frunció su ceño aún viendo el tatuaje.

──¿Qué significa? ──preguntó el rubio otra vez, alzando su mirada hasta llegar a la de Amelie.

──La Luna y el Sol. ¿No lo recuerdas? ──ahora fue Amelie quien hizo su pregunta. JJ negó──. Cuando cumplí mis seis años, me fui de viaje a Alaska con mi madre. Al tener un solo día de estar allí, me llegó la carta de mi mejor amigo, que aún estaba en esa isla y...

Antes de que Amelie pudiera terminar, la risa de JJ fue lo que interrumpió su relato. Frunció su ceño mientras lo veía, intentando descubrir de qué se reía.

──¿De qué te ríes? ──cuestionó Amelie en cuanto la curiosidad ya había sido mayor.

──Es que... eso es... vergonzoso ──respondió JJ, sin poder dejar de reír. Parecía más nervioso que divertido──. Creí que es carta jamás te llegaría, por eso... la escribí. Era un niño, ¿okey? No sabía de qué hablaba. Aunque...

──Está bien si no te gusta, puedo asimilarlo con otra cosa ──interrumpió Amelie, sin querer terminar de escuchar el rechazo de JJ.

JJ dejó de reír finalmente, su mirada era seria, pero no transmitía nada de intimidación o crueldad. Amelie no supo interpretar sus palabras de manera correcta.

──Aunque... ──continuó JJ, ignorando lo dicho recientemente por Amelie──. Para ser un niño, tenía muy en claro lo que quería. Eso me llevó a hacer las cosas bien, o al menos, un poco mejor.

──Un niño con... una mejor amiga Kook, le envía una carta a ella confesandole sus secretos y, para cuando ya es adolescente, ¿lo pone en práctica? ──interrogó Amelie. JJ ladeó su cabeza, buscando una respuesta.

──Algo así ──dijo JJ, para después agregar:──. Supongo que ese niño y, desde luego, este adolescente ──se señaló de arriba a abajo, con diversión──, tuvieron que cometer muchos errores, tropezar... muchísimas veces y seguir intentándolo, por eso que siempre supo que valió la pena esforzarse ──concluyó, para esto último, su mirada estaba fija en Amelie.

──La niña le pediría una disculpa a ese niño ──aseguró Amelie, en un murmuro. JJ la miraba expectante.

──¿Ah, sí? ──murmuró JJ, con una sonrisa traviesa.

Amelie comenzaba a sentirlo cada vez más cerca. Y eso solo significaba una cosa. Los nervios —y no solo de ella—, comenzaban a ser algo constante y difícil de aguantar.

──Ella no fue muy sincera ──comenzó a decir Amelie──.  También hizo una carta...

JJ y su sorpresa fueron algo impredecible. Quizás fue el hecho de que a él nunca le había llegado la carta. O que nunca había creído que aquella niña por la que estaba comenzando a caer le respondiera durante uno de sus viajes más importantes.

Su niño interior, estaría gritando.

──De hecho, recuerdo perfectamente que la dejé dentro de tu cajón especial ──aseguró Amelie, pensativa.

──Oh, mierda...

──¿Oh, mierda?

──Vi tu carta, pero... recuerdo que la dejé en la puerta de tu casa porque... no me veía listo para afrontarte cuando sepas que sí la leí ──explicó JJ, con arrepentimiento.

──No creo que vuelva a encontrarla ──Amelie le restó importancia, a pesar de lo mucho que le había afectado──. ¿Recuerdas algo de lo que estaba escrito? ──cuestionó, volviendo a verlo.

JJ se encogió de hombros, dando otro trago de su bebida —de la cual, Amelie comenzaba a sospechar que no era agua— y, cuando ella menos lo esperaba, él sonrió. Era una sonrisa cálida y sincera, que le transmitía a ella todo lo que nunca creyó que una sonrisa podía transmitir.

──Lo recuerdo perfectamente ──respondió finalmente. ‹‹Me gusta lo del Sol y la Luna, JJ, ¿pero por qué tu serias el que nos presumiría? Yo creo que tú serías el bonito de la relación›› Sí, creerás que estoy loco, pero esa carta marcó un antes y un después para mi.

──No recordaba haber escrito eso ──lamentó Amelie con cierta vergüenza, aún así, sonriendo también.

──‹‹Tú serías la Luna... ──JJ se tomó una pausa, señalando a Amelie con suavidad──. Y yo, el Sol›› ──esta vez, se señaló a sí mismo.

Amelie volvió a reír sin saber el porqué. Pero supo muy bien que la risa de JJ no fue algo que tardó en hacerse presente.

──Debería hacerme uno ──JJ volvió a hablar, tomando nuevamente la mano de Amelie, observando el tatuaje.

──Creí que no te gustaban los tatuajes ──Amelie frunció su ceño, más la expresión de JJ solo demostraba seguridad.

──Y no lo hacían... hasta hoy.

JJ volvió a repasar la punta de sus dedos por encima del tatuaje que Amelie llevaba.

La Luna y el Sol. Justamente como él le había dicho en esa carta.


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Después de pasar la noche durmiendo en la camioneta vieja —noche que, fue muy incómoda— Los cuatro Pogues emprendieron su viaje nuevamente, arrancando hacia la dirección indicada en aquella intrigante carta.

Pasando por el puente de Charleston, Amelie pudo ver a la perfección y lejanía el letrero que te indicaba cuan lejos estabas de ese lugar.

Estar cada vez más cerca de su objetivo despertaba todos sus nervios y expectativas. Finalmente, tendrían eso que necesitaban para salvar a su mejor amigo de la miseria que lo estaba esperando impacientemente en Outer Banks. O al menos, eso esperaban.

Amelie estaba recostada sobre el hombro de JJ. Después de su charla nocturna, las cosas cambiaron radicalmente entre ellos. Ni siquiera hablaron de su pelea, solo la olvidaron. JJ pasaba uno de sus brazos sobre sus hombros, manteniendola cerca. Su mirada estaba perdida en el mar que se encontraba debajo del alto y largo puente. Mucho más lejos, se veían algunos rayos del Sol reflejado en el agua tranquila.

──¿Dónde estarán John B y Sarah ahora? ──fue lo que preguntó JJ, manteniendo su vista sobre la ventana transparente.

Segundos después, este mismo volteó a ver a sus tres mejores amigos que lo acompañaban. Ninguno tuvo respuesta exacta, pero algo había que les hizo creer que, a pesar de que estén lejos, los sentían más cerca que nunca.

Y allí, en ese mismo lugar, pasando debajo del puente de Charleston, estaban los miembros faltantes de su grupo. Iban sobre su bote, con liberación y tranquilidad tras saber que finalmente habían hallado tierra. Y también, con ese sentimiento de que esas cuatro personas nunca se habían sentido tan cerca, y tan lejos a la vez.

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Dedicación especial para nanawars <3

tengo sentimientos encontrados por este capítulo. Literalmente, fue un subi y baja. pero bueno, los amo y no puedo evitarlo.

prometo DRAMA. así, del bueno.

¿les gusta que dedique un capítulo a diferentes lectoras?

bueno, si quieren dedicación solo tienen que ser activos en los comentarios y apoyar a esta historia <3

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