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ㅤㅤ𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗍𝗐𝖾𝗇𝗍𝗒

chapterㅤ𓍼ㅤthree:
Memorias sobre él.




──Amelie.

Amelie se dio la vuelta con lentitud y detuvo su paso tras escuchar el llamado. Al tan solo escuchar su voz, supo quien era. O quizás era porque Kie y Pope estaban caminando mucho más adelante que ellos y Amelie era consciente de quien caminaba detrás de ella.

Cualquier opción era válida. Alguna más que otra, puesto a que Amelie no se esperaba que le hablara tan pronto después de su llegada.

──¿Qué pasa? ──preguntó Amelie, deteniéndose delante de JJ, quien también tuvo que detener su paso.

A todo esto, Kie y Pope ya estaban llegando de vuelta al auto de esta primera.

──Mallory no es mi novia ──respondió JJ, se veía raramente neutral, pero parecía querer hablar con Amelie.

A Amelie le sorprendieron sus palabras, jamás habría esperado aquello, ya que Mallory le había dejado muy en claro qué era con JJ, y él tampoco lo negó cuando estuvo presente.

Después de analizarlo unos segundos, Amelie respondió.

──Está bien, JJ, puedes hacer lo que quieras ──aseguró ella, dándose la vuelta para volver a emprender su paso. JJ no tardó en seguirla.

──¿Te molesta? ──cuestionó él después de posicionarse junto a Amelie y comenzar a caminar a la par.

──¿Por qué me molestaría?

Más bien, le hería. Eso es lo que JJ no entendería.

──Porque ‹‹puedes hacer lo que quieras›› ──comenzó a responder, haciendo unas comillas con sus dedos── es lo que dicen las mujeres cuando, en efecto, están molestas.

──Me pregunto cuantas chicas te lo han dicho... ──murmuró la castaña.

No tenía ni idea de dónde salió eso.

──¿Qué dijiste? ──preguntó JJ, con la curiosidad de saber qué había dicho Amelie creciendo por sus venas.

──Que no tienes que darme explicaciones ──Amelie volvió a detener su paso para enfrentar a JJ, quien también tuvo que detenerse.

Le dolía saber que, tal vez, no estaban destinados. Que tal vez debería ver a JJ reír con Mallory después de contarle los mismos chistes alguna vez él le dedicó a ella. Que tal vez JJ no la amaba como él lo aseguraba como para seguir bien. O, mejor dicho, que él la amaba demasiado como para aceptar dejarla ir.

Eso es algo que Amelie no soportaría, porque, ella lo confirmó apenas lo vio en la escuela. JJ le seguía importando mucho. Bastante. Seguía enamorada de JJ.

Ella lo seguía amando. Tanto como para luchar por ellos sin importar qué.

──Lo sé, lo sé ──susurraba JJ en respuesta, avergonzado──. Pero siento que debo. Siento que... todavía tengo la necesidad de... hacerte saber que no hay otra más ──finalmente, se dignó a verla a los ojos.

Esa sensación. Esa que era tan familiar. Esos ojos que conectaban como agua salada y dulce. Esa electricidad que descargan en el momento de cruzar con el otro, les recordaba a los viejos tiempos, aquellos que ellos deseaban que volvieran de una vez por todas.

──¿No hay otra más? JJ, yo no... ──antes de que Amelie pudiera completar su oración, JJ la interrumpió.

──A veces me olvido de lo mucho que te cuesta entender ciertas cosas, Ames.

Y ahí estaba de nuevo.

Amelie casi sintió todos sus sentidos desaparecer ante escuchar aquel apodo que solo le había gustado si venía de él. El apodo que JJ le había dado durante toda su amistad y algo más.

Y JJ pareció notar la sorpresa y reacción de Amelie.

──¿Recuerdas la primera vez que te llamé así? ──cuestionó, con una pequeña sonrisa de lado formándose.

¿En serio preguntó eso? Claro que lo recordaba.

Amelie se tomó unos segundos para traer a memoria uno de sus recuerdos más valiosos con JJ.

‹‹Hace cuatro años atrás, Amelie se encontraba recostada sobre la cama de JJ, conforme con leer una de las revistas que su mejor amigo le había robado a una señora Kook. Esa revista que trataba sobre aquella tienda de belleza que Amelie siempre había deseado visitar en Nueva York.

No importaba cuántas veces JJ le cuestionara el porqué tenía tantas ganas de ir a una simple tienda, ella siempre tuvo la idea de ir y que la conviertan en una princesa de Disney. JJ odiaba esa idea, pero le gustaba apoyarla en todos sus deseos.

──Amelie, John B dijo que... ──JJ abrió la puerta de la habitación, encontrándose por sexta vez en el día a Amelie leyendo la revista.

JJ soltó un suspiro cansador y se adentró a su habitación. Incluso sin verlo, Amelie supo que había puesto sus ojos en blanco tras verla. Le cansaba que sea tan repetitiva.

La primera vez que leyó la revista estuvo todo el día siguiendo consejos de belleza y buscando tiendas en Outer Banks para comprar de los maquillajes más caros que había, pero Outer Banks no era Nueva York y, por obvias razones, lo único que pudo conseguir fue un rimel de muy mala calidad. Añadiéndole que no asistió a ninguna reunión de Pogues.

Incluso JJ sabía lo mala que era esa marca de maquillaje.

──¿Otra vez con eso? Que pesada eres, Amelie ──lamentó JJ, sentándose a los pies de la cama, mirando la contratapa de la revista.

──Mira esto señaló Amelie, también sentándose en la cama, también señalando algun punto de la revista que le mostraba a JJ.

──Oh, es muy... linda. Aunque no me gusta su ropa, el naranja no le queda aseguró JJ, como todo un modista que era.

──¡¿Qué dices?! No hablo de lo que lleve puesto Jennifer Lopez, idiota indicó Amelie, ya cansada de la idiotez que suele manejar JJ.

──Oh... después de murmurar, JJ comenzó a reír sin desenfreno.

Sin poder aguantarlo, Amelie también se unió, riendo con él.

Era increíble la manera en la que JJ, sin la necesidad de hacer o decir algo en específico, hiciera sus días más divertidos. Siempre que estaba con él, tenía por asegurada la diversión.

──Hablo de esto indicó Amelie, señalando específicamente los labios de la mujer──. Es un salmón extraño... como más anaranjado, ¿verdad?... ¿O es coral?

──¿Existen esos colores? preguntó JJ, ganándose una mirada ofendida y obvia por parte de Amelie──. Creo que es lindo.

──Claro que lo es, es NYX. ¿Cómo crees que me vaya a quedar a mi? cuestionó Amelie, volteando a ver a JJ, obligando a JJ a imaginarse tal imagen.

JJ tuvo que bajar su mirada a los labios de Amelie tras escuchar su petición, pero, en cuanto se encontró con ellos, lo último que quería era quedarse pensando en como le quedaría cualquier color dicho por ella.

¿Qué significaba todo eso que estaba comenzando a sentir?

Era un sentimiento desconocido para él, pero sabía que sólo hacían acto de presencia cuando se encontraba con ella. Con Amelie. Cada vez que la veía, sentía sus ojos derretirse ante ella, la punta de sus dedos comenzaba a hacer cosquillas ante cualquier tacto de ella, su estómago se estremecía cada vez que la veía reír con un niño de la escuela, los vellos se le erizaban siempre que ella hablaba de él y sus oídos vibraban al escuchar el simple sonido de su risa.

Quería saber de qué se trataba. Esperaba que Amelie no sintiera lo mismo, porque le daba miedo lo malo que pueda ser.

──Creo que.... te quedaría.... perfecto aseguró JJ, tratando saliva con dificultad. Por alguna extraña razón, sus nervios estaban a flor de piel.

Y ahí, viéndola, solo podía pensar en cuan suaves deberían ser sus labios sobre los de él.

¿Podía intentarlo a esta altura? ¿Podía intentar besar a Amelie siendo mejores amigos y no salir herido en el proceso?

──¡JJ! llamó Amelie en un audible grito.

JJ pareció volver a la realidad, parpadeando repetidas veces mientras se removia en su lugar con incomodidad tras recordar sus pensamientos recientes.

──Al fin. Estabas como en un trance o algo así bromeó Amelie riendo unos segundos, más JJ se mantuvo serio──. ¿Qué pasa?

──Lo siento, yo... ¿Cómo decías que se llamaba esa marca de maquillaje?

──NYX ──Amelie decidió ignorar lo rápido que cambió de tema y respondió con tranquilidad──. ¡Ya sé! ¡Podemos crear nuestra propia línea de maquillajes! Aunque... sería raro, puedes ser el primer niño en hacerlo y... ¡No puede ser! ¡Puedes volverte famoso por eso! Yo podría ser tu asistente personal, o te ayudo a crear nuevos colores, paletas y... ¡Oh! No nos olvidemos de...

──¡Ya para, Amelie! ordenó JJ deteniendo sus manos que bailaban en el aire mientras hablaba con la emoción, a pesar de lo mucho que le gustaba verla así──. Tengo una mejor idea. Yo seré tu asistente personal y tú creas tu propia línea.

──Pero...

──Es tu sueño, Amelie, no el mío. Eso es lo correcto murmuró JJ, volviendo a dejar las manos de Amelie en su lugar.

──Bien. Empecemos con lo básico comenzó a decir Amelie, tomando la libreta que tenía JJ sobre su mesita de luz, acompañada por un lápiz rojo──. ¿Cómo se puede llamar?

──No lo ... Algo relacionado con... tú nombre?

──Mhm... es muy difícil. ¿Melie? ¿Haylan? No, muy... Kook.

Después de escuchar a Amelie, JJ no pudo evitar volver a reír. Siempre había amado ser Pogue y amaba que su mejor amiga, que era completamente una, no fuera como todos.

──¿Qué tal ‹‹Ames››? preguntó JJ, después de sentir aquella lámpara encenderse sobre su cabeza.

JJ apreció con mucho orgullo ver como los dos ojos claros de Amelie se iluminaban e irradiaban felicidad y conformidad al escuchar la opción que específicamente él había dado.

Maxwell estaría muy celoso si los viera ahora.

──¡Me encanta! Y nuestra primera línea se puede llamar... JJ señaló Amelie, notando como JJ se quedaba pasmado ante ella.

Quizás era un simple sueño de niña, pero el hecho de que Amelie estaba involucrándolo en el, hacía a JJ mucho más feliz. Por alguna razón, necesitaba que lo haga.

──¿No te gusta? ──preguntó Amelie, un poco muy decepcionada.

──De hecho, me encanta.

──¡Oh! ¡Me hiciste pensar lo peor, JJ! ──lamentó Amelie, con tonos de diversión─. Eres un gran mejor amigo, JJ.

──Tú también lo eres afirmó JJ, con clara seguridad en sus palabras.

Amelie es, en definitiva, el mejor regalo que la vida le había dado. Aún no estaba seguro de si merecía lo valioso que era tener a Amelie a su lado durante todos sus días.

Según él, es el niño más afortunado del mundo.

Sin esperarlo, Amelie se lanzó sobre JJ con sus brazos abiertos. Envolvió el cuello de este con sus pequeños brazos y ocultó su cabeza sobre el hombro de su amigo, quien correspondió al instante.

Se habían abrazado demasiadas veces. Tantas que JJ lamentaba no poder recordar absolutamente todas con claridad.

──Te amo, JJ. Gracias por todo murmuró Amelie, sin vergüenza por admitirlo──. Tú y John B son lo mejor que pudo pasarme.

JJ se estremeció al sentir el caliente aire que salió de la boca de Amelie durante su habla. Esperaba que Amelie no se haya dado cuenta del momento en el que sus vellos se pusieron de punta y logró tragar saliva con dificultad.

También te amo, Ames››

──¿Es broma? Claro que lo recuerdo ──confirmó Amelie después de que aquel asombroso recuerdo vuelva a la memoria.

──¿En serio? Ya sabes, la vez que... me mostraste el labial que llevaba Jennifer Lopez y... me dijiste que... ──JJ parecía sorprendido, pero no creía que Amelie lo recordara.

──¿Te dije que podía ser tu asistente? ──Amelie lo interrumpió──. Ya te lo dije, JJ, lo recuerdo perfectamente ──reafirmó con una sonrisa.

Por un momento, JJ daba la señal de querer volver a hablar, de hacer algun tipo de pregunta que lo persiguió durante toda la noche. Pero no dijo nada. Se aclaro su garganta echando fuera esos pensamientos que lo carcomian sus ideas y habló, pero no dijo exactamente lo que quería.

Amelie lo conoce tan bien que incluso sin la necesidad de sus palabras, supo que algo en JJ no andaba bien. JJ pareció notarlo también.

──Así que... ¿Maxwell y tú son algo? ──cuestionó JJ, y a pesar de que no fuera lo que quería preguntar, no podía mentir al decir que estuvo pensando en eso la mayoría del tiempo.

──Amigos ──respondió Amelie, sabiendo muy bien a qué se refería JJ, quien no parecía conforme con la respuesta──. Somos amigos, JJ.

──Nosotros también fuimos amigos alguna vez ──añadió JJ, con cierta diversión y picardia.

Pero, si no fuera por la forma divertida y la sonrisa con la que JJ la miraba, a Amelie le hubiera afectado muchísimo. Quizás lo dijo por burlarse de ella o para recordarte los buenos tiempos, pero, por alguna extraña razón, quizás no fue solo por eso.

Amelie y JJ también fueron amigos alguna vez, y también lo fueron cuando sabían sobre su atracción por el otro. Lo supieron cuando se dieron cuenta de que no era sólo una simple atracción.

──Lo sé, pero Jack y yo somos amigos. Estos últimos meses me ha ayudado más de lo que debería ──informó Amelie, con incomodidad.

──Sé que quieres preguntarlo, Ames ──alentó JJ, como si acabara de leer los pensamientos de Amelie──. Hazlo ──murmuró, con voz ronca, volviendo a detener su paso y volver a enfrentarla.

──¿Seguimos siendo amigos? ──cuestionó Amelie finalmente. JJ sabía que eso era lo que quería preguntar.

A veces odiaba que la conociera tan bien.

──¿Tú quieres ser mi amiga? ──JJ volvió a preguntar, con cierta emoción e inseguridad.

Amelie no lo pensó demasiado.

Claro que quería ser su amiga, pero había otra cosa más que le encantaría volver a ser con JJ, pero sabía que eso no volvería a pasar.

──Por supuesto ──respondió Amelie, esbozando una hermosa sonrisa.

──¿Entonces tú y Maxwell no son nada? ──a pesar de ya saber la respuesta de Amelie, quería estar cien por ciento seguro.

Amelie puso sus ojos en blanco, retomando su caminata nuevamente, acompañada por una divertida sonrisa. No iba a responder, extrañaba la diversión que le generaba molestar a JJ.

──No voy a responder eso, Fushi ──señaló Amelie, dándole la espalda.

El quejido de JJ pudo llegar a sus oídos a pesar de la severa distancia.

──¡Ames, no vuelvas a llamarme así! ──ordenó JJ, alzando su voz. Amelie rió ante esto.

──Fushi... ──nombró Amelie, aún caminando delante de JJ.

──Amelie... ──nombró ahora JJ, como forma de advertencia.

──¡Fushi, Fushi, Fushi!









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──Dímelo, Melie ──Jack volvió a suplicar.

Desde que sus dos ojos se abrieron, lo único que Amelie había estado escuchando hasta ese momento eran las quejas y suplicas por parte de Jack, quien quería saber absolutamente todo sobre lo que había pasado durante la noche anterior.

Por supuesto que Amelie le contó todo, pero Jack sabía que algo le faltaba a sus relatos salvajes, sabía que algo había pasado con respecto a JJ.

──No pasó nada, Jack ──y Amelie volvió a asegurar, poniendo sus ojos en blanco mientras terminaba de acomodar su calzado.

──Déjame ir contigo. En esta casa siempre estoy solo todo el día ──requirió Jack, acercándose a la chica.

Amelie lo pensó mejor esta vez, puesto a que incluso ella sabía que lo que decía Jack era verdad. No estaba mal involucrarlo en sus problemas de Pogues, podía ser un nuevo miembro de mucho potencial para el grupo.

¿Cuan mal podría hacerle?

──Bien ──concedió Amelie. Jack comenzó a esbozar una sonrisa victoriosa──. Pero te lo advierto, Jack. Si estás con nosotros, siempre estarás en peligro.

A Jack no pareció gustarle la advertencia de Amelie, ya que su sonrisa victoriosa pronto se convirtió en una mueca extraña. Aún así, no quitaba de lado que pueda ser una simple broma.

──Peligro es mi segundo nombre ──bromeó él, quien a pesar de estar con una agradable sonrisa, no terminaba de relajar a Amelie y sus pensamientos.

──Vamos ──ordenó Amelie después de terminar el problema que estaba teniendo con su calzado y cordones.

──Andando ──alentó Jack, acercándose a la puerta principal para abrir esta.

Cuando Amelie estuvo completamente de pie, pudo notar como Jack estaba quieto en su lugar, con sus dos ojos hechos plato por la sorpresa que se había encontrado detrás de la puerta.

Amelie se acercó con curiosidad para intentar entender la repentina reacción de su amigo. Al verlo, sólo pudo volver a poner sus ojos en blanco, mientras que la persona delante de ella también se mantenía seria.

──¿Qué quieres? ──preguntó Amelie de entre dientes, apartando levemente a Jack para poder enfrentar al otro hombre.

──¿Qué tal todo? ──cuestionó Ward, fingiendo una sonrisa de amigos.

──Todo bien ──respondió Amelie, aún con negatividad──. Discúlpanos, Ward, pero nosotros ya nos íbamos.

Tras decir esto, Ward se hizo a un lado y Amelie dejó pasar a Jack, cuando fue su turno de salir, Ward se interpuso en su camino, deteniéndola.

──¿A qué están jugando, Amelie? ──interrogó el hombre, esta vez no se esforzaba por mostrar una falsa sonrisa.

──¿De qué hablas? Apártate y déjame ir ──ordenó Amelie, con su vista reflejando cualquier tipo de odio para Ward, quien volvió a detener el paso de Amelie.

──Sabes perfectamente de qué hablo ──indicó Ward, con obviedad──. Mira, Amelie, creo que eres la única de tu grupo que está consciente de lo que hacen. Dejen los planes de mejores amigos y sus aventuras y dejen que las autoridades se encarguen.

Después de su pequeño discurso, Ward dejó el paso libre para Amelie, quien, sin decir ni una sola palabra o emitir ningún tipo de sonido, intentó salir de allí, cerrando la puerta de la casa detrás de ella.

Antes de que pudiera dar un solo paso más, sintió un pequeño tirón formado por una mano muchísimo más grande que la suya aferrarse a su antebrazo. Tras voltearse, se encontró a Ward, quien ahora intentaba no explotar delante de ella.

──No te lo estoy preguntando, ¿si? Te lo estoy ordenando. Verás las consecuencias de tus actos, Amelie ──advirtió Ward, forcejeando contra Amelie.

Amelie logró separarse del agarre extrañamente fuerte que Ward manejaba sobre ella y antes de irse, volvió a dirigirse a él.

──Dije que te apartes ──comenzó a decir Amelie──. Y cuando digo "apártate" me refiero a que te alejes de mi y de mis amigos. O verás las consecuencias de tus actos.

Dicho esto, Amelie finalmente se fue de allí, acelerando cada vez más su paso desesperado por llegar en cuanto antes a Jack, quien no estaba mucho más lejos.

──¿Existe alguien más imbécil? ──soltó Jack con pudor y renegando.

──Vámonos de aquí ──suspiró Amelie, tomando a Jack de su antebrazo para comenzar a caminar a la par de él.

Antes de continuar su paso, Amelie volteó levemente su cabeza hacia la derecha, en dirección a su casa. Ward ya no estaba allí.

Lo único que quería ahora era llegar con sus amigos y hablarles sobre lo sucedido. Esperaba que Ward no los haya visitado también.









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Una vez que Amelie y Jack se encontraron con el grupo de Pogues en la salida del desagüe norte esta primera les explicó a sus amigos absolutamente todo lo que sucedió con Ward en los segundos antes de salir de Figure Eight.

Sus amigos le aseguraron a su amiga que con ellos estaría a salvo, que Ward no se atrevería a enfrentarlos a todos y algunos varios insultos y palabras para nada agradables dirigidas para el mayor de los Cameron.

──Entonces, ¿quién lo hará? ──preguntó Amelie una vez que terminaron de buscar el arma entre la basura.

──¿Qué hacemos? ¿Piedra, papel o tijera? ──cuestionó ahora Kie, sin las ganas de entrar allí.

──No ──negó JJ, preparándose para intentar abrir la puerta de barrotes que había ante la salida del desagüe.

──¿Alfabéticamente? ──añadió Jack, también como pregunta.

De manera casi inmediata, sus amigos voltearon a ver a Amelie con diversión y firmeza. Se habían puesto de acuerdo sin decir ni una sola palabra para hacer que Amelie enterara allí.

──Esa idea no me favorece, definitivamente no ──en esta oportunidad, fue Amelie quien negó con rapidez.

──A las tres, Pope ──indicó JJ──. Uno, dos, tres ──tras contar, JJ y Pope comenzaron a tirar de los barrotes, mientras que Jack solo los veía.

──¿O primero el mayor? ──Kie continuaba dando muchas más opciones.

──En el sumidero hay un gusano que se te mete en la sangre cuando estás aquí y luego sale por el pene ──informó JJ, claramente no quería entrar allí──. Así que, yo prefiero pasar.

──Sí, es no de mi parte ──aseguró Pope, también, negando la idea de entrar.

──Claramente mi respuesta es un no ──fue lo que indicó Jack después de sentir las dos miradas masculinas sobre él.

──Creo que debe ir la más pequeña. Tendrá más movilidad dentro ──señaló Pope y, de nuevo, todos volvieron a mirar a Amelie.

──Claro, dejen a la enana morir. ¿Y después qué? ¿Entraré a la tumba de una anciana? ──se quejó Amelie, demasiado ofendida──. Malditos llorones. Se asustaron, admitanlo.

──No, no ──negaron los tres hombres juntos al unísono.

-Nieguen lo que quieran, creo lo contrario a su respuesta -indicó Amelie, parándose delante de la entrada al desagüe.

──Es por lo del pene ──aseguró JJ rápidamente, defendiendo su posición de chico valiente.

──Debieron decirme ‹‹Oh, Amelie, es que somos unas malditas perras asustadizas que no quieren entrar allí, hazlo tú. Entra al matadero›› ──se burló Amelie.

Una vez que llegó delante del desagüe, se tuvo que agachar un poco más para lograr entrar. Cuando ya se había adentrado la suciedad y el olor a humedad y otros desechos inundó sus fosas nasales.

Tras entrar, Amelie también pego sus dos rodillas al suelo, sintiendo el agua sucia tocar sus piernas bajas y sus calzados nuevos. Pegó sus dos manos también al suelo y comenzó a dar pasos lentos, adentrándose cada vez más en el lugar.

──Oye, grita si necesitas algo, ¿okey? Y nosotros... te gritaremos también ──gritó JJ, haciendo escuchar a Amelie el eco de su voz.

──Claro, no intenten ayudarme porque les saldrá un maldito gusano por sus micropenes ──Amelie también alzó su voz.

Amelie continuó caminando. Cada vez se encontraba mucho más lejana a sus amigos, quienes aún la veían como podían entre la oscuridad que les brindaba el interior del desagüe.

A pesar de cuanto haya caminado y cuanto buscara el arma, hasta ahora no había ninguna señal del artefacto.

──Oye, ¿encontraste algo? ──cuestionó ahora Pope, también dejando su voz hecha eco.

──Eso, Melie, ¿encontraste el arma? ──fue el eco de la voz de Jack que llegó a sus oídos esta vez.

──Aún nada ──indicó Amelie, también teniendo que alzar su voz para ser escuchada.

──Probablemente esté en el fondo del retén ──informó Pope, insitando a Amelie a seguir.

Y así fue. Amelie continuó caminando con todas las fuerzas que les quedaban a sus rodillas adoloridas y sus muñecas rojas.

Una vez que llegó al final del retén, lo primero que pudo notar fue que había muchísimo más espacio como para ponerse de pie, la escalera angosta que se encontraba en las paredes circulares del lugar y, en efecto, la rejilla de probablemente la calle principal, la cual dejaba entrar un poco de la luz del día. La salida del sujero.

Amelie se dejó caer sobre el agua de allí y se quedó sentada en el lugar, ahora no le importaba el agua sucia, puesto a que había estado caminando sobre esta desde hacer varios minutos.

Rebuscó con sus manos el artefacto y después de muchos segundos largos y estresantes de búsqueda, reconoció el metal del arma hacer contacto con su piel tras tocarla. La tomó entre su mano e hizo un festejo mental ante esto. Quería darle la sorpresa a sus amigos.

Pero, de lo que no se dio cuenta, fue que su mano desocupada había tomado algo también.

──¡Mierda, mierda! ──soltó Amelie alzando su voz y soltó aquel extraño animal muerto.

──¿Qué pasa, Ames? ──cuestionó JJ. Incluso tras la lejanía, su voz llegana perfectamente a donde se encontraba Amelie.

──¡Hay algo muerto aquí! ──indicó Amelie, con desesperación.

──¿Es... una persona? ──interrogó ahora Pope.

──¡Chicos, esto es malditamente asqueroso! ¡Los mataré cuando salga de aquí! ──advirtió Amelie entre sus gritos desesperados.

──¡Esa palabra no existe! ──informó Pope con obviedad.

──¿De qué carajos hablas, Pope? ──cuestionó Amelie, aún intentando alejarse lo máximo posible del animal.

──¡Malditamente no es una palabra real! ──explicó Pope nuevamente.

──¡Pues la acabo de inventar!

──¡No toques nada, Amelie! ──ordenó Kie, haciendo que su voz se hiciera eco por primera vez.

──¡Cuidado con los gusanos, por favor! ──requirió JJ con preocupación.

──¿Encontraste el arma? ¿Es Gavin? ──preguntó Jack.

──¡Es en serio, chicos. Los voy a asesinar uno por uno! ──Amelie volvió a dar su advertencia también.

Antes de intentar seguir huyendo, el agua que envolvía a Amelie comenzó a moverse con rapidez. Amelie se dio la vuelta rápidamente, esta vez era el temor el cual gobernaba su existencia.

Eso solo podía significarse una sola cosa.

El agua estaba subiendo. Alguien había abierto la corriente.

──¡Chicos! ¡El agua! ──llamó Amelie, esta vez más preocupada por sí misma.

──¡Amelie, sal de ahí ahora! ──ordenó Pope en un grito desesperado por la vida de su amiga.

──¡No tengo tiempo! ──señaló Amelie con los nervios a flor de piel, comenzando a subir por aquella escalera angosta.

──¡Amelie! ¡Rápido, sal de ahí! ──gritaban sus cuatro amigos al unísono.

No importa cuanto le importara intentar salvarse. Mientras más subía, la corriente era más rápida y la perseguía de inmediato.

──¡Ames! ──giraba JJ.

Esta vez, las voces de sus amigos no eran algo lejano. Ellos habían subido a la calle principal por ella.

Amelie dejó ver sus dedos por entre las aberturas de la rejilla, intentando sacarla con desesperación y terror, puesto a que esta no se dejaba ceder.

──¡Amelie! ──nombró Pope, agachandose hasta la rejilla junto a Jack y JJ.

Los tres hombres del grupo comenzaron a hacer presión sobre la rejilla, tirando de ella para también lograr quitarla. A pesar de su reconocible fuerza, no terminaban de lograrlo.

Y, dentro del desagüe, el agua seguía subiendo, esta vez cubriendo todo su cuerpo hasta llevar al comienzo de su cuerpo. Los nervios de Amelie crecían cada vez más, acompañada por la idea de incluso morir ahogada por intentar buscar un arma en el sucio lugar.

Incluso cuando las cosas empeoraban en su vida, se imaginaba esta imagen. Donde sea ella quien tuviera su desgracia, quizás, creí que así su familia y amigos tendrían tranquilidad. Las peleas en su casa siempre eran desatadas por ella. Las discusiones en su grupo de amigos siempre eran comenzadas por una queja de ella. Sabía que, sin ella, estarían tranquilos y finalmente tendrían su momento de paz.

Pero ahora, no quería irse, tal vez debería seguir molestando a sus amigos. Ellos también comenzaban las peleas, no debía ser precisamente ella quien pase las desgracia.

Al menos, no en esta ocasión.

──¡Apresurense! ──alentó Amelie──. ¡JJ!

──Te vamos a sacar de ahí, Ames ──aseguró JJ, con firmeza y seguridad.

No importa cuanta fuerza debiera hacer y cuan agotado pueda estar después, Amelie saldría de allí.

El agua continuaba subiendo. Esta vez había envuelto completamente a Amelie, quien escuchaba como sus amigos gritaban e insultaban al mundo por eso mismo, a pesar de que no fuera la culpa de nadie de los presentes.

Tras intentarlo otra vez, la tapa de la rejilla finalmente cedió y el agua desbordó sobre el asfalto. Amelie pudo terminar de subir la escalera completamente mojada por el agua del desagüe.

Sus amigos se dejaron caer de rodillas al piso, mientras que Amelie se dejó caer a cuerpo completo junto a ellos. Su pecho subía y bajaba con rapidez en busca de nuevo aire para llenar sus pulmones.

──Ames, ¿estás bien? ──preguntó JJ, acercándose a ella.

──Estoy perfectamente ──respondió Amelie aún intentando recuperar el aire perdido.

Amelie movió una de sus manos hasta su espalda pegada a la calle y rebuscó entre su bolsillo trasero el artefacto que había logrado encontrar. Sus amigos la veían con duda e intriga.

──¿Esto es lo que buscábamos? ──cuestionó Amelie con diversión, dejando por ver el arma encontrada.

Mientras que sus amigos reían victoriosos, JJ tomó un pañuelo que también llebava y tomó con él el arma que cargaba Amelie, aún riendo con libertad.

──Lo lograste ──alegó Pope, mientras que Kie ayudaba a que Amelie se pusiera de pie.

──¡Vamos a atrapar a ese hijo de puta! ──festejó JJ.

──¡Lo lograste! ──continuaba festejando Kie, envolviendo a su mejor amiga en un agradable abrazo. JJ, Jack y Pope no tardaron en unirse.

Se sentía tan bien sentirse segura con ellos. Y ahí, envuelta por sus amigos, finalmente se sentía a salvo.

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