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ㅤㅤ𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗍𝖾𝗇

chapterㅤ𓍼ㅤㅤten:
Lo hecho, hecho está

──Hey, acérquense ──llamó John B, agachandose junto con sus amigos, quienes se acercaron sin dudar──. Este es el plan... Busquemos trigo cerca del agua, como dice la carta de Denmark.

──Okey, ¿qué tipo de agua? ¿Es una laguna o...? ──interrogó Pope.

──Eh... ¿Alcohol? ──añadió JJ, con la misma duda.

──No, simplemente hablaba de agua, ¿okey? ──respondió John B.

──¿Solo eso? ¿Ni una sola indicación? ──preguntó Amelie esta vez.

──Ni una. Solo eso.

──Es el peor mensaje secreto que escuché ──se quejó Kie mientras se enderezaba para volver a caminar.

──¿Tienes alguna queja más, Kie? Nadie dijo que sería fácil ──rechistó John B.

──Podría serlo sin que nadie lo dijera ──saltó Amelie nuevamente, en defensa de Kie.

La morena se dio la media vuelta y agradeció el apoyo de su amiga con una sonrisa.

──Revisaré el cuadrante noreste ──señaló Pope, dirigiéndose a Amelie y JJ──. Ustedes revisen noroeste ──mandó, finalmente alejándose.

Amelie, de brazos cruzados, miró a JJ fugazmente. Puso sus ojos en blanco, rindiendose. No quería para nada examinar la zona con JJ, ya que eso significaba pasar tiempo a solas con él.

──¿El cuadrante de la decapitación? ──cuestionó Amelie, ignorando el hecho de que ya se encontrabaa solas con el rubio, alzando su voz para que Pope lograse oírla.

──¡El cuadrante de la decapitación! ──reprochó él, puesto a que, al igual que Amelie, no sentía el deseo de ser quien revise aquella zona.

Pope no pudo retroceder, ni ellos arrepentirse, ya que su amigo ya se había alejado lo suficiente para no tener que oír sus quejas y reclamos.

Amelie y JJ se movieron con rapidez a echar su vista por el lugar. Buscaron cualquier rastro de agua o líquido. No hayaron nada, más continuaron con su búsqueda en silencio.

──¿Estás bien? ──quiso saber JJ, dando zancadas para llegar a estar junto a Amelie. Ante el primer llamado, quedó ignorado──. ¿Vas a ignorarme para siempre? ──murmuró, rendido.

Al parecer, JJ no se estaba dando cuenta de que Amelie no solía ser como él, quien perdona las estupideces de los demás sin siquiera oír las disculpas.

──Vamos, Ames...

Tras no obtener respuesta alguna de la nombrada, JJ suspiró, dándose por vencido.

Y así, sumidos en la incomodidad del silencio, Amelie y JJ examinaron la zona tal y como Pope lo había mandado.

Era extraño estar siendo acompañada por JJ y estar en silencio. Por lo general, de entre todos los integrantes del grupo, JJ y Amelie eran los más charlatanes, y era peor si se encontraban juntos. Pero ahora, estaban juntos, y en silencio. Un silencio que pareció durar años.

──Ames, vamos, no puedes estar enfadada conmigo hasta que mueras  ──resopló JJ, con súplica──. ¿O si? ──añadió para él, pensativo.

Finalmente, Amelie decidió dar su brazo a torcer. Se dio la media vuelta y enfrentó al rubio.

──Sí puedo ──inició ella con su reproche──. Anoche me dijiste cosas hirientes. Cosas que sabes que me duelen oír. No te importó lastimarme, ¿y ahora quieres que finja que nada ha pasado? ──cuestionó, incrédula.

JJ observó sus zapatos con incomodidad. Luego, su mirada volvió a subir a Amelie.

──Lo sé, admito que estuve mal... pero sabes que no se me da muy bien pedir disculpas. Nunca lo he hecho. O al menos, nunca había sentido este tipo de arrepentimiento en serio ──contestó JJ, con mirada suplicante. A pesar de lo convincente que sonó, Amelie no se rindió.

──Pues conmigo deberás aprender a pedir disculpas ──aseguró, ganándose una derrotada mirada por parte de JJ. Él no parecía estar seguro de que aquello vaya a salir bien, por lo que volvió a murmurar──. Me lastimaste, JJ. Eras la última persona que me hubiera imaginado diciéndome tales cosas...

──Soy un idiota, Amelie. No... no merezco que me perdones, solo estaba... ──titubeaba JJ, pero, cuando estuvo por llegar al final, pareció arrepentirse de la información que casi iba a soltar──. Estaba... Mierda.

──Te dejaré pensarlo ──dijo Amelie, queriendo alejarse.

Sin querer su alejamiento otra vez, JJ extendió una de sus manos y tomó la mano de Amelie, deteniéndola.

──Espera, por favor ──pidió, asegurándose de que Amelie no volvería a intentar escapar.

La razón por la que se mantuvo allí fue porque JJ en verdad se veía arrepentido. Amelie tenía en cuenta que JJ jamás suplicaba o rogaba, mucho menos por un perdón de ella.

──Estaba celoso ──finalmente, lo soltó. Lo soltó tan rápido que Amelie no pudo asegurarse de que había oído bien. Tan rápido, que él pareció arrepentirse tras ver la duda en Amelie.

──¿Celoso? ¿Por qué? ──interrogó la castaña. Desde que tenía uso de razón, JJ nunca se había puesto celoso por ella.

──Porque... yo... ──JJ parecía querer decir algo, pero, sea lo que sea, no lo hizo, y Amelie tuvo que quedarse con la tortuosa duda──. Porque creí que nos dejarías por Jack. Que... serían buenos amigos como... nosotros.

Amelie reprimió una risa. JJ frunció su ceño, sospechando que Amelie había descubierto su mentira.

──Puedo tener más amigos que ustedes, JJ ──explicó ella, intentando no demostrar lo raro que se le estaba haciendo hablar con su mejor amigo sobre los celos──. Eso no significa que los dejaré. Nadie sería capaz de tener una amistad como la que tengo contigo. Jamás. Es, científicamente, imposible.

Esta vez fue JJ quien sonrió, sus hombros parecieron dejar de estar tensos.

──Me alegra saber eso ──aseguró, aunque hubiese sido mentira, de cierta manera, sí le agradaba saberlo──. Hablando en serio, Ames, perdóname por ser un idiota y decirte todas esas cosas de las que, por cierto, no estoy de acuerdo.

──Está bien, cuando estamos enfadados decimos cosas que sabemos que le hieren al otro, pero eso no significa que creamos eso.

Luego, llegaron los segundos más largos en la vida de ambos. JJ sonrió con ternura, encontrándose nuevamente con los ojos de Amelie. Esos que siempre le recordaban que, si le gustaba, podría hacerlo cada vez más con tan solo mirarlos.

Tal vez, ambos pensaron en el otro más de lo que deberían durante toda su amistad. Porque allí, mirándose mutuamente, pudieron encontrar todos esos recuerdos en los que desearon ser más que amigos.

Allí, Amelie y JJ descubrieron que, tal vez, aquellos sentimientos eran correspondidos.

Una de las manos de JJ se posó sobre la mejilla de Amelie. La acunó con delicadeza y acarició su rostro, como si de un trozo de cristal se tratase, admirando su suavidad. Amelie cerró sus ojos, dejándose llevar. A pesar de no verlo, supo que JJ continuó observándola.

──Ames...

──¡Oigan, chicos! ──la voz de John B volvió a oírse a la distancia, desde una pequeña puerta en la casa──. Es el único lugar que no revisamos ──después de eso, entró.

Kie y Pope no tardaron en seguirlo.

Para su mala suerte, Amelie y JJ debieron separarse, pero, mientras se alejabab siguiendo a sus amigos, no pudieron evitar pensar en qué hubiese pasado si John B no los interrumpía. ¿Hubiese estado correcto?

Cuando Amelie terminó de adentrarse a la pequeña habitación cerrando la puerta de madera vieja detrás de ella, repasó su mirada por el estrecho lugar con atención. El techo era bajo, las paredes eran de ladrillo sucio por lo antiguo, había varios muebles junto con tuberías.

──Incy Winsy Crain... ──comenzó a escucharse el temeroso, pero divertido y tierno canto de JJ──. subió a su telaraña, vino la lluvia y nos decapitó...

──¿Puedes detenerte? ──demandó Pope, dándose la leve vuelta hacia JJ, quien obedeció de inmediato.

──Este lugar da miedo ──murmuró Amelie, alumbrando y alargando su visión gracias a la linterna en su mano.

──Todo lo que tenga que ver con esta casa, da miedo ──conformó JJ, quien caminaba delante de ella.

──Tengo que admitirlo, esa canción no parecía muy alegre ──aseguró Amelie, no muy convenida por la letra que JJ había escogido.

Antes de poder replicar, Kie interrumpió la respuesta de JJ.

──¿Alguien ve agua?

──Ni una gota ──contestó Amelie  llegando a aquella habitación detrás de JJ──. Otro callejón sin salida.

──Ni siquiera hay agua en las tuberías ──informó JJ, pasando su mano sobre la suciedad de una de estas.

──Aquí no hay agua ──indicó Pope, como si no fuera ya lo suficientemente obvio.

──Al parecer, Incy Winsy Crain no pasó por aquí desde hace rato. Este lugar está del asco ──musitó Amelie, con una mueca asqueada.

Amelie descubrió a JJ intentando ocultar su sonrisa tras su referencia a la no tan alegre canción que él había estado cantando segundos atrás.

──¿Saben por qué no la encontramos? Mal karma ──alegó Kiara, volteándose hacia John B, dejandole entender quien se llevaba la culpa. intenciones.

──Oh, Dios. Aquí vamos de nuevo ──bufó el castaño.

──Todo iba bastante bien, hasta que tu decidiste empezar a salir con Barbie y ahora no encontramos nada. ¿Coincidencia? No lo creo.

Mientras que John B y Kie discutían, Pope y JJ buscaban otros ratros de agua. Amelie había comenzado a sentir curiosidad por la madera debajo de sus pies. Esta no parecía tan pesada como la que había pisado segundos antes, parecía liviana, como si pudiera romperse si utilizaras la fuerza requerida.

──Justamente por eso no te dije lo de Sarah ──defendió John B, acercándose a Kie con intimidación. Aun así, era imposible intimidar a Kiara

──¿Si?

──Sí ──confirmó John B, con simpleza──. ¿Cuál es el maldito problema? ¿Qué pasó entre ustedes? ──cuestionó.

──Nada...

──¿Nada? ¿Es por qué te besé? ¿Ese es el problema? ──atacó John B.

Amelie no estaba prestando atención a su discusión, pero podía comprender el rumbo que estaba tomando al escuchar un golpe de palma, claramente no apostaba que haya sido de John B.

──Deja de tratarme como una chica obsesionada contigo en vez de una mejor amiga que intena cuidarte.

──¿Tú me golpeaste? ──preguntó John B, como si no se lo creyera realmente, ignorando por completo el comentario de Kie.

──Mosquito ──Kie alzó su mano delante de John B, la cual demostraba claramente este.

──¿Mosquito? ──repitió John B, aún sin superar aquello.

──Sí, ¿no lo ves? ──ironizó Kie lanzándole una mirada rápida a la palma de su mano abierta.

Y ahora, fue John B quien causó el resonante ruido del mismo golpe, el cual fue dirigido hacia una de las mejillas de Kie esta vez.

Pope y JJ se quejaron alzando sus voces, pero sus dos amigos en plena discusión obviamente los ignoraron.

──¿Y tus pruebas? ──preguntó Kie, alumbrando con su linterna a John B en busca de estas requeridas.

──Mosquito ──imitó John B alzando una de sus manos, la cual también mostraba aquel pequeño bicho muerto.

Quizás solo había tenido mucha suerte.

Después de eso, ambos comenzaron a tener una corta guerra de golpes leves, los cuales terminaron siendo risas entre ellos.

Mientras que todo esto sucedía, Amelie había descubierto que, en realidad, aquella madera debajo de sus pies que llamó su atención era hueca por dentro. Es decir, que ocultaba alto debajo.

Casi enseguida entendió esto. Se agachó pegando sus rodillas a las maderas y pegó su oído a las mismas tablas. Con su mano en un puño, golpeteó varias veces, confirmando sus sospechas. Sus golpes se escucharon huecos.

──Encontré la muñeca budú de la señora Crain ──habló JJ, mostrando su descubrimiento──. ¿Podemos terminar con esto? Ya aburre ──se quejó luego de otros segundos.

──Oigan, ayúdenme ──pidió Amelie, comenzando a quitar todas las cosas que estaban encima de aquellas tablas de madera.

Sus amigos, a pesar de cuan confusos estén por el pedido de Amelie, comenzaron a moverse también con las intenciones de ayudar con su pedido. Cuando terminaron con su trabajo, pudieron divisar un pozo, era tan profundo que no parecía tener fin. Todos quedaron impactados ante el descubrimiento de Amelie.

──Vaya, vaya, vaya ──alargó Amelie, sorprendida, asomándose a ver el interior con la ayuda de su linterna. JJ tomó el cuello de su camisa corta y la atrajo hacia atrás con delicadeza.

──No te acerques mucho ──requirió. Se veía tan preocupado, que Amelie no se dignó a hacer bromas sobre aquello──. Pope, ya no eres el inteligente ──añadió.

──Construyeron la casa para esto ──habló Kie.

──Ahí esconde los cuerpos ──dijo JJ, volviendo a alarmar a Amelie con pocas ganas de volver a oír las historias y conspiraciones sobre la señora Crain.

──¿Qué? ¿Es... en serio?

──Amigo, basta, deja de asustarla ──ordenó Pope, dándole un leve empujón de hombros a JJ por detrás de la espalda de Amelie, quien se removió tras el choque.

──Si caigo y muero por culpa de ustedes, mi fantasma los perseguirá por el resto de sus vidas ──amenazó Amelie.

──No, hablo en serio ──volvió a decir JJ, muy seguro de sus ideas.

──¡Ya basta! ──Kie alzó su voz, al otro lado del pozo.

──Lo del baño nunca existió ──murmuró JJ, volviendo a retomar su charla sobre la vieja asesina.

──JJ... ──lo nombró Amelie, como forma de advertencia.

──Sí, lo siento.

──Seguramente no sabe que esto existe ──indicó Kie, refiriéndose a la señora Crain.

──Bueno... encontramos agua ──señaló el moreno, con una sonrisa victoriosa.

──Necesitaremos una cuerda muy larga ──aclaró John B, con su atenta vista puesta sobre el interior del pozo, también con una sonrisa.

JJ y Pope se atrevieron a abrazar a Amelie mientras dejaban caricias divertidas sobre su cabello como forma de felicitación y demostrar su orgullo. Amelie había descubierto algo que sus amigos aseguraron jamás darse cuenta, cosa que logró subir mucho más su ego.

── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──

──¡De ninguna manera! ──volvieron a decir Kie y Amelie con indignación.

Los pondré al tanto: Después del descubrimiento de Amelie, el grupo fue al Chateu para armar su plan más elaborado, con más especificación y detalles, pero algo apareció. O mejor dicho, alguien.

Y ese alguien, era Sarah Cameron.

──La trajiste aquí, ¿y ahora qué? ¿Es parte del grupo? ──cuestionó esta vez Kie con furia y ofensa.

John B y sus dos amigos compartieron miradas en busca de ayuda. Claramente ninguno supo qué hacer, los tres tenían muy en cuenta que esas dos mujeres unidas en palabra eran muy difícil de detener.

──Miren, yo opino que... ──comenzó a decir JJ──, su parte salga de tuya ──señaló a Sarah, para después señalar a John B.

──¿Sabes qué? No recuerdo haberlo votado. Esto es cosa nuestra ──volvió a defender Kie.

──Exacto, creí que era cosa de Pogues ──defendió Amelie ahora, claramente sin estar de acuerdo con la presencia de Sarah.

──¿Y tú eres una Pogue? ──preguntó Sarah con incredulidad, ya que sabía cuánto afectaba esto a Amelie.

──Solo quiero decir que me siento muy incómodo con todo esto ──habló esta vez Pope.

──¡Gracias! ──agradecieron Amelie y Kie, nuevamente al unísono.

──¿Y cuándo no estás incómodo? ──preguntó John B con obviedad, sabiendo la respuesta para eso.

──No lo sé. Vine detrás de la bicicleta de JJ, estaba cómodo ──añadió Pope con claridad y simpleza.

──Es cierto. Nunca lo vi tan relajado ──aseguró JJ, sobre el sofá que estaba junto a el de su amigo.

──Que bien, chicos ──volvió a hablar John B con decepción, perdiendo su mirada en el exterior.

──Todos estábamos muy cómodos hasta que la trajiste ──habló Kie, esperándo a que John B cambiara de opinión.

──¡Dejen de hablar como si no estuviera aquí! ──recriminó Sarah, sentada sobre el sofá doble.

¡Sobre el sofá doble! Amelie se sentía ofendida con que tan solo hiciera eso.

──Entonces vete ──le dijo Kie, seria.

──¿Y qué quieres? ¿Qué hablemos de ti a tus espaldas como tú lo haces? ──cuestionó Amelie con frialdad y diversión

Sarah soltó una risa nasal con incredulidad, cosa que causó más enojo sobre las dos chicas indignadas de pie sobre el lugar. Sarah volteó a ver a John B casi al instante.

──Te lo dije ──indicó Sarah, con su mirada aún puesta sobre John B.

──¿Qué le dijiste, exactamente? ¿Que eres una mentirosa? ──tomó Kie la palabra otra vez, su mirada reflejaba odio y furia pura.

──No, que eres una perra que habla mierdas, Kie ──atacó Sarah alzando su voz.

Los dos chicos que acompañaban en el lugar con su silencio, voltearon a verse con sorpresa ante la respuesta de Sarah.

──¿Y tú que eres? Una estúpida víbora que escupe idioteces ──defendió Amelie con enojo, esta vez, no le molestó demostrarlo.

JJ y Pope volvieron a soltar emociones y sorpresas. A ambos les gustaba ver a sus amigas atacar.

Y claramente no tardaron en apostar, cosa que siempre habían hecho.

──¿Sabes hablar? Creí que las zorras no hablaban ──cuestionó Sarah con una sonrisa ladina y falsa.

──¿Cómo que no hablan? Tú eres la primera en lograrlo ──imitó Amelie su sonrisa. Supo que ganó al ver que Sarah bajaba su mirada enojada soltando un bufido rendido.

──¡Ya callense! ──ordenó John B alzando su voz. Los presentes obedecieron para voltear a verlo──. Chicas, son mis mejores amigas, ¿si? ──continuó, señalando a las dos chicas que lo miraban con indiferencia──. Y Sarah, eres... Eres mi...

──Dilo ──alentó Sarah al ver que las palabras no terminaban de salir de John B.

──Eres mi novia ──completó John B con orgullo y una verdadera sonrisa.

──Nuevas noticias ──murmuró Pope volviendo a concentrarse en JJ, quien rió ante esto, ya que ambos sabían que John B les había mentido.

──Genial, John ──llamó su atención Amelie cruzada de brazos──. Fuiste rápido al mentir, y así de rápido acabó mi confianza contigo ──añadió mientras que se alejaba.

──Ames, ¿a dónde vas? ──cuestionó JJ detrás de ella, aún sentado sobre el sofá individual.

──A cualquier lugar donde John B y su perra no interrumpan mi tranquilidad ──contestó. Antes de irse, volvió a darse la vuelta hacia los presentes──. Oh, y una cosita más. Si ella está adentro, yo me salgo.

Dicho esto, Amelie salió rápidamente del Chateu. ¿Era una acción inmadura? Podría ser, pero no compartiría lugar con la persona que se encargó de hacer su vida miserable. Y no, no estamos hablando de Rafe.

Sarah Cameron. La chica que acabó con Amelie Haylan y sus ganas de vivir.

No esperó a que alguien la detuviera, eso lo supo en cuanto estuvo fuera y ninguno se atrevió a siquiera verla. Tomó unas cuantas bocanadas de aire y salió caminando con tranquilidad de allí.

¿Puede ser rencorosa? Claro que sí, por algo existe el rencor, para sentirlo. Amelie no pensaba olvidar lo que Sarah le había hecho pasar el año anterior, y menos cuando recién iniciaba el verano.

Amelie no se alejó demasiado, y fue directo a donde cualquiera del grupo sabía que estaría, pero no tenía a donde ir. Si iba a su casa, se tendría que arriesgar a la estupidez de Jake y las preguntas de su madre, y evidentemente no era una opción.

Cuando llegó, tomó lugar en uno de los tantos asientos de cemente rígido que había alrededor de los lindos árboles. Un lugar que había sido ambientado por JJ, John B y Amelie cuando eran niños. Habían colgado listones con flores y varios colores en las ramas de los árboles, se habían encargado de hacer los asientos con el dinero que Amelie usaba para ayudarlos. Había una pequeña casa de madera, pero claramente no caberia en ella. O tal vez si.

Amelie se levantó de su lugar, dando pasos lentos hacia la puerta donde estaba la casa, se tuvo que agachar un poco al abrirla y poder pasar. No estaba para nada descuidada, claramente alguien seguía visitándola además de ella. Cuando entró, se recostó sobre una pequeña bolsa de dormir que solían usar en sus pijamadas. Los pies le quedaban por fuera de la casa, por lo que tuvo que dejar la puerta de la casa abierta para dejar sus piernas extendidas allí.

──¿Amelie? ──era JJ.

Amelie se sentó sobre su lugar para observarlo mejor. ¿Era JJ quien había estado visitando su vieja casa? ¿Por qué?

Ellos solían usar esa casa cuando se sentían solos, sin apoyo o tristes. Cuando sentían que ya nada tenía sentido para ellos. Por eso las flores, porque querían que el ambiente sea prometedor a algo mejor, como si todo pudiera mejorar con ellas al estar ahí.

──JJ ──nombró de igual manera Amelie, con pocas ganas.

JJ sonrió incómodo, ya que la situación reciente no había sido de las mejores, pero ahí estaba, apoyando a Amelie como si fuera el único en hacerlo.

Se acercó hasta la pequeña casita y se agachó para poder entrar, sentándose sobre la misma bolsa de dormir con Amelie.

──¿Qué te hizo? ──preguntó JJ, asesinando a los segundos de silencio que quedaron en el lugar.

Amelie lo vio con confusión, sin saber a que se refería.

──¿Quién hizo qué? ──replicó Amelie, en espera de explicación para que pudiera entender.

──Sarah. ¿Qué te hizo?

──Es... una historia larga. No querrás escucharme hablar tanto.

──¿Es broma? Puedo escucharte hablar por horas y aún así no me cansarías ──aseguró el rubio. Su declaración removió el estómago de Amelie, pero al ver lo tranquilo que JJ se mostró ante esto, no dijo nada al respecto.

──Sé que no te gustan las historias largas.

──No, pero si me la cuentas tú, acepto oírla.

──Bien ──suspiró Amelie, intentando ignorar el simple comentario de JJ, era temprano para malinterpretar sus señales──. Estaba en la Academia, en primer año, y era horrible. Los chicos me molestaban por... todo. Por quien me juntaba, por mi familia, por mi aspecto...

‹‹Me sentía realmente sola, a pesar de estar rodeaba por gente que amaba, no me sentía suficiente. Tú sabes cuantas veces yo... Bueno, en ese momento, apareció Rafe, y a pesar de que ahora haya arruinado mi vida, en ese entonces, me acompañó. Comencé a juntarme con él, salir... y al mismo tiempo, comencé a ser amiga de Sarah. Eramos realmente unidas. Íbamos a todos lados juntas. Pero un día, ella hizo una fiesta en su casa, me invitó, pero no a Kie, me pareció un tanto extraño, hacíamos todo juntas cuando Kie se unió, y después lo entendí...››

──¿Qué entendiste? ──cuestionó JJ, quien prestaba suma atención, cosa que no era normal en él.

──Sarah me humilló. Inventó un rumor sobre que yo me había acostado con Rafe porque vendía drogas y me aprovechaba de él por ser una drogadicta ──volvió a relatar Amelie.

‹‹No invitó a Kie porque sabía que ella me defendería. Al siguiente día, todos me comenzaron a hacer bromas. Me tiraban comida, rompían mis apuntes... y lo peor de todo, fue que Kie no entendía porque Sarah lo había hecho. Mi mamá quiso enviarme a un internado... Sarah estuvo de acuerdo junto con su familia, pero después... apareció Jake. A pesar de cuan raro suene, el me ayudó y ayudó a que mi mamá cambie de opinión. ››

──Eso es horrible, no sabía que estabas pasando por todo eso, lo siento ──se disculpó JJ, tomando las manos de Amelie entre las de él.

──¿Por qué? No es tu culpa ──aseguró Amelie, dejando ver un pequeño rastro de sonrisa.

──Porque no estuve para ti. No puedo ni pensar en todo lo que habrás pasado.

──Créeme, JJ, está bien ──aseguró Amelie, soltando las dos manos de JJ para dejar caer su espalda sobre la pequeña pared detrás de ella.

JJ sintió el frío que dejó la inasistencia del tacto con Amelie, tanto que deseaba tan solo tocar su dedo, cabello o cualquier cosa que tenga que ver con ella.

──¿Qué quisiste decir antes, cuando estuvimos en la casa Crain?

JJ pareció dudarlo. Había duda, pero más que nada, seguridad.

En un murmuro, el respondió.

──Quise decir que estoy enamorado de ti, Ames.

Amelie se quedó perpleja, sin habla. Las palabras no podían simplemente salir de su boca ante tal confesión. Había imaginado tantas veces qué pasaría si aquellos sueños se hacían realidad, que ahora, viviéndolo, no podía creérselo.

──Y, mierda, ¿quién no lo estaría? Eres completamente mi tipo. Eres... no lo sé, creo fielmente en que el término ‹‹perfección›› te quedaría corto. Y no me gustaría limitarte a algo tan pequeño como la ausencia de defectos.

Ante aquello, la castaña sonrió tiernamente. Sus mejillas se tiñeron de un rojo casual, y JJ correspondió a aquella sonrisa, enternecido.

──Tú... eres con lo que siempre soñé. Eres quien me enseñó a ser mejor por los demás, pero... indirectamente, yo lo hice por ti. Desde que tengo memoria, Ames, me traes loco. Claro, a los diez años me parecías atractiva, pero con el tiempo, esos sentimientos crecieron. Y luego, descubrimos nuestras diferencias. Yo entendí que tu estarías siempre del lado Kook, y yo en el corte. Entendí que jamás tendría oportunidad alguna contigo, pero aún así, no me di por vencido. Quería que tu vieses que no soy insuficiente.

A pesar de lo seguro que JJ se escuchaba, Amelie no tenía las agallas para responder. Incluso aunque acabara de confesarle que sus sentimientos sí eran correspondidos, no pudo hacerlo.

──Ames, di algo, por favor ──suplicó JJ, atrayendo la vista de Amelie.

Entonces, ante la inseguridad provocada por el silencio y tras no descubrir ningún rastro de repulsión por parte de Amelie, JJ se acercó cada vez más a ella. Continuó acercándose hasta que sus labios se encontraron. Durante los primeros segundos, se dedicaron a reconocer las primeras cosas que le impactaron tras unirse. Sus sabores. Los suaves tactos. Sus olores. JJ le supo a vainilla, pero le recordó al océano. A JJ, por otro lado, le supo a frambuesa, pero llena de tormentas.

Él no sólo le demostró que la quería, él demostró que había estado necesitando ese momento tanto como ella.

Cuando Amelie soltó un gruñido contra sus labios, los de JJ se curvaron en una sonrisa, intentando pasar desapercibido la descarga eléctrica que aquel gruñido mandó a sus zonas bajas. El rubio se pegó a Amelie, haciéndole saber la manera en la que ella le afectaba. Tras saberlo, Amelie gimió, esta vez haciéndole saber a JJ que ella también supo de aquello.

Comenzaron a perder el control. Sintió el impulso de querer salir de aquella casa para niños, llevarla a su habitación y demostrarle lo loco que había estado por ella desde años que quedaron en la memoria.

Más no pudo hacerlo, pues Amelie se apartó, con su respiración agitada, y habló.

──Sé lo que se siente ──aseguró Amelie después de que ambos se tuvieran que separar──. Yo también lo estuve sintiendo, JJ. Me gustas mucho. No te imaginas cuanto. Eres lo mejor que tengo.

Se sentía bien.

No, se sentía genial. Como despertar de un sueño sobre las nubes.

──Tú eres lo único que tengo ──modificó JJ──. Me parece irreal ser quien te guste. Jamás lo hubiera imaginado posible.

Cuando creían que todo era falso, que todo estaba siendo irreal, ambos se unieron nuevamente en un abrazo, como si nunca lo hubieran hecho.

──No sabes cuántos años he estado soñando con esto ──murmuró el rubio, acercándose, como si no estuvieran lo suficientemente cerca ya. Amelie sonrió──. ¿Cómo estás ahora?

──Mejor. Mucho mejor ──aseguró Amelie, abriendo una sonrisa.

──No debería estar diciéndote esto, pero... John B y Pope hicieron un plan para encerrarlas con Sarah en el bote ──anunció de pronto.

──De ninguna manera estaré en el mismo lugar con Sarah.

──Lo sé, solo te lo digo porque no me gustaría engañarte a ti ──completó él, poniéndose de pie──. ¿Vamos? ──preguntó, ofreciéndole su mano.

Amelie no lo dudó y aceptó la mano de JJ.

── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──


A pesar de que Amelie ya sabía los planes de sus amigos, decidió acompañar a Kie, ya que tenía asegurado que sería una pesadilla para su pobre amiga. Pero si ella la acompañaba, quizás sería una pesadilla tranquila.

──¿Qué pasó? ──cuestionó Kie al llegar al bote junto con Amelie. Al bote donde se quedarían.

──El alternador dejó de funcionar ──indicó JJ elevando su mirada, después de intentar arreglar lo indicado.

──No está cargado ──informó ahora John B, elevando también su mirada hasta sus amiga.

──¿Revisaron las tomas? ──volvió a cuestionar Kie adentrándose a la cabina donde sus amigos estaban.

──No, revisalas ──aceptó JJ poniéndose de pie a la par de John B, otorgándole el destornillador a Kie──. Todo tuyo.

──Son unos inútiles ──agredió Kie aceptando la herramienta que JJ había dejado en su mano.

──Lo siento ──se disculpó JJ saliendo de la habitación, donde se topó con Amelie──. Hablamos luego ──indicó en un susurro cerca de su oreja.

Cuando Amelie se apartó para verlo, este le guiñó uno de sus ojos con picardia. Hubiera deseado no estar allí, pero ahí estaba, apoyando a Kie.

──¿Está todo correcto? ──preguntó Amelie para Kie, fingiendo que no había visto a sus amigos huir.

──¿Es una broma? Aquí ni siquiera... hay tomas ──informó Kie con obviedad y ofensa por la idiotez de sus amigos.

Cuando los dos chapuzones que dieron JJ y John B al caer al agua se hizo audible, ambas chicas voltearon para ver. Mientras que una comenzaba a sentir diversión por la situación, otra comenzaba a sentir su sangre hervir por el enojo.

Adivinen cual era cual.

──¿Qué están haciendo? ──cuestionó Amelie separándose del mural de la puerta, caminando hasta la parte delantera del bote.

──Mierda ──se quejó Kie poniéndose de pie, también corriendo hasta la parte delantera.

──¡John B! ──se escuchó un silencioso grito, el cual venía del depósito del bote.

Ambas chicas lo habían escuchado, obviamente. Fue Kie quien se agachó hasta el suelo para quitar la tapa que daba a la escalera del depósito, donde se encontró con Sarah Cameron.

──¿Qué? ──moduló Sarah con incredulidad saliendo del pequeño lugar.

──¿Qué es esto? ──murmuró Kie en pregunta──. ¡Chicos! ¡¿Es una broma?!

Sus amigos ya estaban en otro mucho más pequeño bote, alejándose cada vez más de las tres chicas.

──¡Traigan de vuelta sus culos! ──ordenó Kie alzando nuevamente su voz con enojo.

──¡No lo haremos hasta que no resuelvan las cosas! ──indicó John B desde la gran lejanía notable.

──¡Juro que los voy a matar! ¡Uno por uno! ──habló Kie otra vez, a pesar de que sabía que sus llamados serían todos en vano.

──¡No pueden irse! ──llamó Sarah esta vez.

──Hay comida en el depósito y JJ dejó marihuana ──informó Pope, alzando su voz.

──La cultivé yo ──añadió JJ.

──¡Gracias! ──agradeció Amelie.

──Esto es ridículo ──murmuró Sarah mientras se removia en su lugar, quitándose su pantalón corto.

──Bueno, preferiría ahogarme antes de estar contigo, así que... ──respondió Kie, alejándose de allí para llegar hasta Amelie.

──Bien, adelante. Tal vez así por fin te callarás ──rechistó Sarah, quitándose su blusa.

──No necesitará ahogarse si tú lo haces primero ──señaló Amelie con diversión, reconociendo las intenciones de Sarah.

──Ni siquiera sabes a dónde vas ──Kie puso sus ojos rn blanco. Realmente le enfadaba estar con Sarah.

──No me importa ──dicho esto, la rubia se lanzó al agua.

──Suerte con las ostras ──deseó Kie, sarcástica, quitándose su pantalón corto, dejando ver su bikini bordo.

──¡Esperen! ──llamó Sarah, nadando con tonta velocidad hacia el bote de los tres chicos.

──No nos esperaron a nosotras y cree que la esperarán a ella ──se burló Amelie, cruzándose de brazos. Kie soltó una corta risa.

──¡Las queremos, chicas! ¡Adiós! ──se despidió John B en un alto grito.

──¡Te veo pronto, princesa! ──anunció JJ, elevando su voz. Desde la distancia, Amelie agitó su mano en el aire con una sonrisa abierta.

──Genial ──murmuró Kie apartándose de allí──. Un momento... ¿JJ te dijo princesa? ──replicó al retener las palabras.

──Puede ser...

──¡Sí! ¡Lo sabía! ──festejó Kie entre risas──. Sabía que tú y él terminarían...

Antes de que Kie pudiera terminar con su celebración, el grito que soltó Sarah aún nadando en el agua llamó la atención de ambas amigas. Amelie y Kiara supieron divisar a la medusa que picó a Sarah antes de que esta se sumerja nuevamente en el agua.

──¿Y ahora qué? ──bufó Kie, soltando un suspiro agotador mientras se dirigía a ver a Sarah.

──¡Me picó una medusa! ──notificó Sarah, nadando de regreso con dificultad.

Sí, nos dimos cuenta de eso, Einstein. Pensó Amelie.

──¡Te felicitamos! ──Amelie alzó su voz.

Definitivamente no estaba en sus planes esforzarse por parecer agradable. Al menos, no con Sarah.

──Mierda ──soltó Sarah, subiendo la pequeña escalera hasta el bote mientras soltaba jadeos de dolor.

──Bueno, nadaste hacia una medusa azul, no sé qué esperabas que pasara ──ironizó Kie.

Amelie lo sabía también, a Kie no le agradaba para nada Sarah, pero, a diferencia de Amelie, a Kie no le importaba cuan cortante y borde se demostraba ante su presencia.

──Gracias por la ayuda ──agradeció Sarah, sarcástica una vez terminó de subir al bote──. Mierda ──musitó, apoyando su espalda sobre la pequeña vaya.

──¿Duele mucho? ──cuestionó Kie, fingiendo importancia mientras mostraba una burlesca sonrisa.

──Oigan, chicas, ¿saben lo que dicen que hay que hacer en estos casos?

──No ──negaron ambas chicas al unísono, quienes la veían con detenimiento, pero poca aprobación.

──Alguna orine sobre mí.

──Tengo una idea mejor ──respondió Kie con una sonrisa formada en su rostro. Amelie a su lado, negó de inmediato.

Y así fue como terminaron ambas tres sentadas en un pequeño círculo. Kiara y Sarah eran quienes aprovecharon aquel regalo especial que JJ les había dejado.

Kie dio unas dos caladas al cigarro y, en cuanto decidió darle el turno a Sarah, volvió a atraerlo a su boca con rapidez.

──¿De verdad? ──se quejó Sarah, tomando el cigarro de entre las manos de Kie para llevárselo a sus labios.

──Despacio ──guió Kie tras ver la rapidez con la que Sarah lo fumó.

──Sí, la mierda de JJ es rápida ──informó Amelie, recordando todas las veces que JJ le ofreció de esta.

En cuanto Sarah apartó el cigarro, comenzó a toser repetidas veces mientras lo hacía a un lado.

──Bueno... ──habló Kie al ver como Sarah aún no terminaba de toser, compartiendo miradas con Amelie.

Al caer la noche, las tres chicas se encontraban nuevamente en la parte delantera del bote, bajo la fría luz de la luna. Dos de ellas hablaban divertidas e incómodas por la tercera presencia, mientras que esta última sólo hablaba para burlarse o hacer chistes malos.

La mierda de JJ había pegado demasiado rápido y fuerte en el sistema de Sarah.

──Estaba imaginándote así y fue muy gracioso ──continuó riendo Sarah──. ¿Preferirías tener pezones en los ojos u ojos en los pezones? ──cuestionó.

Amelie y Kie compartieron miradas incrédulas. Al parecer, sólo a Sarah parecía darle risa.

──¿Es la primera vez que fumas o algo así, Sarah? ──preguntó Kie.

──No ──negó Sarah──. Oye, Kiara...

──Ay, por favor ──bufó Kie soltando un suspiro agotador── . Basta con esa mierda de ‹‹Oye, Kiara››. No te creo ──interrumpió──. ¿Por qué lo hiciste?

──¿Por qué hice qué? ──preguntó Sarah, sin entender el supuesto punto de la pregunta de Kie.

──Éramos mejores amigas. Le robabamos cervezas a tu papá, veíamos películas juntas, llorabamos por chicos. Y de un momento a otro, estuve viendo tu fiesta de cumpleaños por Instagram ──explicó Kie con decepción.

──Fue solo una fiesta ──aseguró Sarah casi al instante, mientras que Amelie prestaba atención sin hablar.

──Los invitaste a todos excepto a mi ──contradijo Kie──. Y luego les dijiste a todos que la fiesta se arruinó por mi culpa.

──Okey, ¿quién más pudo haber llamado a la policía? ──preguntó Sarah con obviedad y ceño fruncido.

──Nunca me lo preguntaste ──Kie murmuró su respuesta, como si recordarlo trajera a memoria sus horribles decepciones──. Solo esparsiste el rumor de que era una soplona. Eras mi mejor amiga, y me abandonaste ──recriminó con firmeza──. ¡Y ni siquiera sé por qué! De verdad, ¿qué fue lo que te hice?

──Me querías. Ambas me querían ──comenzó Sarah con tranquilidad──. Cuando las personas... se me acercan... me siento atrapada. Y me escapo. Y luego, culpo a los demás.

──Lo entiendo ──habló Amelie esta vez. Ambas chicas que la acompañaban voltearon a verla──. Las personas que se me acercan... solo me quieren por... el dinero que ni siquiera sé por qué tengo.

──Lo siento mucho ──se disculpó Sarah con arrepentimiento, con su decisión sobre las dos chicas──. Y las extraño. ¿Creen que podríamos arreglar las cosas?

──La verdad... no lo sé ──respondió Kie después de los segundos de silencio que rondó entre ellas.

Y aún después, el silencio volvió a gobernar la noche y su alrededor, dejando los ruidos de los grillos resonar en el lugar. Probablemente había algunos en el barco.

Después de unos minutos, o quizás horas allí sentadas, las tres chicas se pusieron de acuerdo para acomodarse y dormir. Habían dejado las tres bolsas de dormir en la parte delantera del bote, para estar bajo el lindo y oscuro cielo estrellado.

Amelie estaba en el medio, para evitar cualquier tipo de pelea, aunque pensándolo bien... quizás no era buena idea dejar a Amelie como fundadora de paz.

──Oye, Sarah ──llamó Kie entre el silencio. Sarah respondió con un ruido de garganta──. Prométeme que no abandonarás a John B. No es simplemente... un chico cualquiera. Y de verdad le gustas mucho.

──No lo haré ──aseguró Sarah, quien estaba con su vista puesta en el perfil de Amelie, como si pudiera ver a través de ella a Kie.

──Prométemelo ──requirió Kie, su voz estaba segura y firme.

──Te lo prometo.

──Y siento haber llamado a la policía ──se disculpó Kie después de unos minutos después.

──Lo sabía ──respondió Sarah con una sonrisa divertida formada en su rostro.

──Igual yo ──habló ahora Amelie en un suspiro. Las dos chicas a sus lados comenzaron a reír.

──¿Lo sabías? ──preguntó Sarah sentándose en su lugar con enfado, pero entre risas aún.

──Obviamente. Me lo dijo al instante de hacerlo.

──¡Lo sabíamos, perra! ──repitió Sarah aún con las risas acompañando el silencio que se alejaba──. ¿Llamaste a la policía? ──cuestionó, sin ningún tipo de ofensa.

──¡Sí! ──confirmó Kie.

Y después de mucho tiempo, Amelie se dio cuenta de que no sólo JJ era quien le daba esos segundos de felicidad a su miserable vida. Esas chicas iluminaban su sonrisa, eran la causa de su sonrisa. Como si hubieran vuelto a años atrás, se sentían en un lazo inquebrantable nuevamente.

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