ㅤㅤ𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝖿𝗈𝗎𝗋𝗍𝖾𝖾𝗇
chapter fourteen:
𓍼ㅤLa pista trágica
ㅤDurante la mañana siguiente, Amelie volvió a encontrarse con JJ en el hidromasaje. Habían decidido aprovechar las tonterías de JJ.
A aquellas alturas, John B ya debería de haber llegado, más no mostraba rastros de vida. Al menos, no aún.
Por otro lado, Kie y Pope, un poco más alejados, ya habían comenzado a preparar ciertas cosas para iniciar su regreso a la casa Crain y rescatar el resto del oro.
──¿Quieres? ──JJ le ofreció de su cerveza a Amelie, llamando su atención.
Sin emitir palabra alguna, Amelie extendió su mano y tomó la botella. Expresó un silencioso ‹‹gracias›› y bebió de ella.
No pudo detenerse. Sintió el alcohol bajar por su garganta, llevándose con él todos los problemas con los que venía cargando desde hacía semanas. Claro, no fue algo literal. Pronto recordó como solía ser su relación con el alcohol y otras sustancias durante el año anterior, cuando en verdad creía que aquello podría hacer desaparecer todos sus problemas.
──Oye, más despacio ──el rubio volvió a tomar la botella, ganándose una queja proveniente de Amelie
──Lo siento ──se disculpó ella, limpiando los restos de líquido que quedaron en la comisura de sus labios utilizando su muñeca desnuda.
──Está bien ──JJ le restó importancia──. ¿Cómo dormiste? ──se interesó.
──Quitando el hecho de que dormí en el suelo, bien ──respondió Amelie. JJ, con arrepentimiento, negó con su cabeza──. Fue un chiste, no me molestó.
──Debí haberte invitado a dormir en mi habitación.
──Pero no fue lo que acordamos, ¿recuerdas? ──debatió Amelie. JJ, por su parte, asintió, confirmando, aunque no se veía muy de acuerdo──. Mientras más lejanos estemos en cuestiones como esas, más fácil se nos hará mantener nuestra amistad a salvo.
Pasaron unos minutos en silencio. Se olvidaron por completo que Kie y Pope se encontraban a unos cuantos pasos de ellos. JJ se tomó un buen tiempo en responder.
──Claro, como digas ──suspiró, dándole otro trago a su cerveza──. John B desapareció como Nemo ──señaló con ironía, logrando cambiar rápidamente el tema de la conversación.
──Sí, ¿dónde está? ──habló Pope, acercándose al dúo en el hidromasaje──. Mañana tendré la entrevista para la beca, tenemos que terminar con esto ──les recordó.
──Hablando del rey de Roma ──Amelie señaló con su cabeza al recientemente nombrado, quien acababa de llegar al Chateu.
──¡Oye! Ya preparé las poleas para sacar el oro ──informó JJ. John B no respondió, acercándose a ellos en silencio.
──No, es mentira, lo hice yo ──corrigió Pope con ofensa.
──Oye, John ──Amelie lo llamó al ver como su mejor amigo continuaba ignorandolos.
John B, por su parte, dio zancadas rápidas hasta aproximarse a la entrada al Chateu.
──Okey..., ¿no dirá nada? ──murmuró JJ, extrañado por el comportamiento de John B.
──¿Qué fue eso? ──interrogó Pope.
──Iba a hacer la misma pregunta ──contestó JJ.
Queriendo entender a su amigo, se pusieron de acuerdo en silencio y lo siguieron con curiosidad. Una vez dentro del Chateu, se reencontraron con John B. Él se encontraba buscando Dios sabrá qué entre las mochilas y muebles del lugar.
──¿Estás bien, amigo? ¿Qué pasa? ──Pope no tardó en querer sacarse sus dudas. Su amigo comenzaba a preocuparlos, eso era notorio.
──¿Qué estás buscando? ──preguntó Kie esta vez.
──John B, ¿qué pasa? ──JJ volvió a preguntar.
John B finalmente encontró lo que tanto buscaba. Luego de rebuscar entre los cojines del sofá, su mano salió nuevamente a la luz. Esta vez se llevaba consigo aquella arma de la que JJ tanto hablaba sobre su uso.
──¿Para qué necesitas el arma? ──cuestionó JJ con extrañeza, acercándose rápidamente a su amigo para intentar detenerlo.
John B fue más rápido. Antes de que JJ pudiera siquiera tocarlo, se dio una media vuelta veloz hacia él y lo empujó, apartándolo de su camino.
──John, ¿qué mierda? ¿Puedes hablarnos? ¿Qué pasa? ──Amelie alzó su voz, al mismo tiempo en el que se acercaba a JJ para ayudarlo a ponerse nuevamente de pie.
──John B, cálmate ──pidió Kiara, siguiendo con su furiosa mirada al castaño que causaba el revuelo──. ¿Qué haces?
──¿Te convertiste en JJ? ──ironizó Pope, interviniendo en el camino de John B.
El castaño tomó a Pope por sus dos hombros y logró quitarlo de su vista, empujándolo al igual que lo hizo con JJ. Esta vez, fue Kie quien corrió a socorrerlo.
──¿Estás bien? ──preguntó, el moreno asintió.
──¡John! ──lo llamó Amelie, corriendo detrás de él. Pronto, todos los Pogues se encontraron fuera del Chateu otra vez──. ¿Se puede saber qué carajos pasa?
John B no respondió. Se subió sobre la motocicleta de JJ utilizando la misma rapidez con la que había llegado, dejando aún más confusos a sus amigos, quienes todavía esperaban respuestas.
──Ward sabe lo del oro ──finalmente, él habló──. Él mató a papá.
Entonces, sin dejar que sus amigos pudieran siquiera responder, encendió el motor de la motocicleta y volvió a alejarse del lugar sobre ella, dejando a sus amigos sin poder reaccionar con tanta facilidad.
──¡John B! ──lo nombraba Kie en un intento de detenerlo, más no le fue posible.
John B se encontraba cegado por el rencor. Y estaba en todo su derecho de estarlo.
──Mierda ──musitó JJ.
──Carajo... ──murmuró Amelie esta vez.
Entendieron con facilidad lo que John B planeaba hacer. Entendieron porqué había aparecido tan de pronto en el lugar para tomar el arma y volver a desaparecer.
•••
Habían pasado varias horas desde que John B desapareció. Kie y Pope fueron los primeros en dejar el Chateu después de él. Ahora, JJ y Amelie se encontraban entre la soledad de la casa Haylan.
No habían hablado mucho, tan solo lo justo y necesario. Nunca antes había sido así cuando ellos se encontraban en el mismo lugar. Amelie sabía que, a pesar de haberlo perdonado, algo entre ellos no seguía siendo igual.
──¿Qué crees que hará John B? ──JJ se encargó de apartar aquel silencio que los torturaba.
──No lo sé... Pero espero que no sea lo que tengo en mente ──Amelie suspiró en respuesta.
Después de su respuesta, ambos quedaron hundidos en el silencio.
Hasta que el timbre de la casa sonó, salvandolos de ahogarse en el.
Amelie le dio una última mirada a JJ y se puso de pie, sintiendo sus dos insistentes ojos pegados a su nuca hasta que llegó a la puerta.
──Hola ──era Jack con exaltación, tal y como lo vio la última vez──. ¿Puedo pasar?
──Adelante ──concedió Amelie, dejandole el paso libre Jack, quien no tardó en adentrarse a la casa──. ¿Qué te pasa ahora? ──cuestionó, siguiéndolo con sus de brazos cruzados.
Jack no pareció darle mucha importancia, ya que este estaba en plena guerra de miradas con JJ, quien lo veía con curiosidad y ojos entrecerrados.
──¿Viste a John B? ──preguntó Jack, dejando de ver a JJ para caminar hacia Amelie, quien asintió.
──Sí, ¿por qué? ──respondió Amelie, comenzando a sospechar del entendimiento de Jack.
──Amelie, Ward... él está loco. No sé qué hacer. Ambos están locos ──explicó Jack, resoplando repetidas veces. Su supuesta explicación dejó aún más confundida a Amelie──. Él... se lastimó para culpar a John B.
──¿Y cuál es el problema? ¿Acaso es suicida o algo así? De ser así, déjalo ser ──resopló JJ desde el cómodo sofá.
──Explícate ──requirió Amelie, esperando con ansias y curiosidad las explicaciones de Jack.
──Se obsesionó con el maldito oro ──prosiguió el informante──. Ward, Fréderic y Big John buscaron el oro juntos. Todo iba bien hasta que Ward atacó a Big John y Fréderic...
──No entiendo, ¿quién es Fréderic? ──ante la duda, Amelie tuvo que interrumpirlo.
──Fréderic tu padre.
Amelie, impactada por la noticia, debió pellizcarse el brazo para confirmar que aquello era real. No podía siquiera pensar en que, si Ward no hubiese enloquecido por el oro, su padre estaría allí, con ella. Toda su vida se preguntó a sí misma qué había hecho mal. Casiopea la crió con la idea de que su padre la había abandonado, que ellas no habían sido suficientes para él, por lo que decidió irse en busca de algo mejor. Pero nada fue cierto.
──Ward enloqueció ──Jack volvió a hablar──. Fréderic quiso defender a Big John, pero eso empeoró las cosas para él.
──¿Y tú cómo sabes todo esto? ──se escuchó nuevamente la voz confusa de JJ.
──¿Es broma? Hasta hace unas horas yo estaba trabajando con ellos.
──Es imposible ──murmuró Amelie, suplicando que en verdad todo eso sea mentira.
──Ahora Cameron volvió con esa ideas, y según ambos dos, planean matarlos. Quiero decir, a ti y a John B.
──No puede ser, Ward no llevó a Amelie de pesca ──dijo el rubio, interesado en la conversación, sin querer ni poder quedarse callado.
──Porque Jake lo haría. Dijo que sería como una reconciliación. Dijo que discuten muy seguido ──indicó en anterior──Amelie, John B apenas pudo salir vivo. Jake está... cegado. Te odia, Amelie, cree que le quitaste todo ──Jack logró atraer la atención de Amelie nuevamente.
Pronto, todo tuvo sentido. Desde el extraño comportamiento de Jake y sus desapariciones, hasta lo violento que estaba con ella últimamente.
──No puede ser posible, yo no le he contado a nadie sobre lo del oro ──continuó la castaña.
──Se enteraron hace unos días.
──Tenemos que ir con los demás ──dijo JJ, poniéndose de pie. Amelie asintió de acuerdo.
──Espera, Amelie ──Jack la detuvo antes de que pudiera dar otro paso hacia la salida──. Ten cuidado, ¿okey?
Amelie mantuvo su mirada insegura sobre él. No podía asegurarle tal cosa. No cuando su vida estaba en riesgo desde hace días. Aún así, ella, aún dudosa, asintió, tan solo para suavizar la gran preocupación del rubio.
Segundos más tarde, los tres se encontraron fuera de la casa. Salieron juntos, más sus caminos se separaron después de sus despedidas. Jack se distanció con rapidez, temiendole a todo. Amelie y JJ, por otro lado, aceleraron sus pasos, sin querer tardarse mucho más de lo que ya se estaban tardando en reunirse con Kiara y Pope.
Una vez que llegaron a la motocicleta de JJ, este fue el primero en subirse. Amelie se subió detrás de él. Varias veces habían viajado así, juntos, más en ninguna de ellas sintieron las irritantes mariposas que sintió Amelie cuando JJ guió sus dos manos a su estómago, para que ella esté segura de que no caería. O las que sintió JJ ante el tacto de la castaña, aquel que siempre despertó cosas inexplicables en él.
Obligados a dejar sus sentimientos de lados, ambos abandonaron la casa sobre dos ruedas.
── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──
Luego de que Amelie y JJ estuvieran todo lo que les quedaba de la tarde explicando sobre lo sucedido y lo que posiblemente sucederá a Kie y a Pope, se pusieron de acuerdo para salir en busca desesperada de su amigo.
Cuando la noche cayó, se pusieron en marcha.
Se encontraron a ellos mismos sobre su clásico bote, frente al muelle de la gran casa Cameron.
──¿Ahora qué? ──JJ se encargó de matar al silencio──. Tocamos la puerta y preguntamos: ‹‹Oigan, ¿vieron a John B?›› ──ideó, irónico.
──No suena como una mala idea ──correspondió Amelie.
──Bueno, está viviendo en Tannyhill, es creíble ──Kie también se demostró de acuerdo con el rubio──. Hagámonos los tontos.
──¿Los tontos? ──replicaron Amelie y JJ al unísono, sin creer que aquella sea una buena idea.
──Es muy tarde ──señaló Pope.
──Mira, nunca había visto así a John B. Creo que deberíamos ir con la policía ──añadió Kie después de pensar en esto unos segundos.
──Con la policía, sí. ¿Y decirles qué nos preocupa nuestro amigo que está enfadado porque Ward Cameron mató a Big John? ──cuestionó JJ incrédulo. Kie se ofendió ante la burla.
──JJ tiene razón ──confirmó Amelie──. Jamás nos creerían, no si es nuestra palabra contra la de Ward Cameron.
──Oigan, veo a Ward ──indicó el moreno, deteniendo la conversación de sus amigos.
Kie fue quien se acercó a él para verificar esto mismo. Tomó los binoculares y se los acercó a sus ojos.
──No parece muerto ──señaló, irónico── Vamos a casa.
──¿Qué? ──Kie dejó de lado los binoculares y observó a Pope, sorprendida por sus palabras.
──Eh... Obviamente. El señor Cameron está bien, y aunque John B haya estado aquí, ya se fue, ¿si? ──Pope dejó en claro lo ya obvio──. Además, tendré el momento más importante de mi vida en seis horas ──agregó.
──Sí, pero nuestro amigo está en problemas ──contraatacó ella.
──Yo también ──continuó él, sin dejar a Kie hablar mucho más──. Chicos, hace tres días que no voy a casa. Papá ya debe haber puesto mis cosas en la calle...
──Bien. ¿Eso es todo? ──preguntó Kie nuevamente, sin querer dejar a Pope con la última palabra──. Cuando te necesita, ¿te irás? ¿Te irás a tu casa?
──Okey, chicos, ¿pueden no discutir ahora? ──JJ volvió a hablar, suplicante.
──Oye, mañana tengo la entrevista de la beca. No puedo faltar.
──¿Si? ¿Y qué pasa con John B? ──Kie no dudó en contradecirlo, demostrando lo poco tranquila que se encontraba.
──Bien, ya basta, ¿okey? ──Amelie se involucró, buscando la paz──. Todos apoyamos a John B desde siempre. Ahora es el turno de apoyar a Pope, ¿no crees? ──su mirada fue a parar a Kie.
──Exacto ──el moreno no tardó en darle la razón──. ¿Por qué lo único que importa es John B?
──John B no es el único que importa ──negó Kie, ofendida por el simple comentario──. No digas idioteces, haría mismo por ustedes en una situación así ──indicó, señalando a JJ y Amelie.
──¡Mentira!
──¡Esto es por la amistad!
──Oigan, calmense ──requirió JJ.
──Es porque somos Pogues para siempre... ──añadió Kie, ignorando la orden de JJ.
──¿Qué hay de la patología forense? ──demandó Pope, aún molesto.
──¿Patología forense? ──replicó Kie, con indignación, subiéndose al bote.
──Sí, es lo más importante. Todo el esfuerzo que hice fue para eso.
──¿Esa es tu prioridad? ──atacó la anterior, elevando su voz.
──¿Puedes parar con tu moralidad de mierda? ──masculló Pope, también alzando su voz.
──Pope, vamos... ──Amelie quiso decir, más fue interrumpida rápidamente por el nombrado.
──No pueden decirme nada.
Kie soltó una risa nasal.
──¿Perdón?
──¿Dónde estabas cuando desapareció Big John? ──le cuestionó Pope, sabiendo perfectamente la respuesta──. No estuviste allí. No estuviste allí para John B. ¡Ni para ninguno de nosotros! ──Kie siguió sin responder──. ¿Recuerdas tu año con los Kook?
──Amigo... ──habló JJ, queriendo finalizar la discusión de una vez por todas.
──Sí, te olvidaste de nosotros ──continuó el anterior, sin ninguna molestia por las interrupciones──. Y ahora sientes culpa...
En esta ocasión, Kie no se limitó a unas simples palabras. Ella empujó a Pope por sus hombros, utilizando toda la fuerza que su actual enojo le otorgaba.
──¡Déjame en paz! ──bociferó la morena, comenzando una pequeña pelea de empujones con Pope.
──¡Oye! ──se quejó él, empujándola también.
──¡Ya basta! ──JJ tuvo que alzar bastante su voz para poder callar a sus amigos──. Si yo soy el mediador es porque estamos muy mal.
Amelie se mantuvo en silencio al mismo tiempo en el que tomaba lugar sobre el costado babor.
──A la proa. Ahora ──le ordenó JJ a Pope, quien, a bajas quejas, obedeció.
El moreno permaneció sumergido en su propio silencio, cegado por el enojo y rencor del momento, se sentó en la proa.
──Te dejaré en tu casa ──concluyó el rubio, dirigiéndose nuevamente a Pope, haciéndose cargo del control del bote.
Y así, tal y como JJ lo había dicho, se dirigieron a la casa de los Heyward. Pope descendió del bote sin despedirse. Dándoles la espalda, se adentró a su casa y no volvieron a verlo. No pasó lo mismo con Kiara, pues cuando llegaron a su más cercano muelle, ella se tomó el tiempo de despedirse de sus amigos. Y otra vez, Amelie no pudo pasar desapercibido la incomodidad que Kiara lograba generar cuando se encontraban tan solo ellos tres en un mismo lugar.
Amelie observó la reacción de JJ. Él sonreía, pero parecía haber sentido lo mismo que Amelie, aunque a él no parecía desagradarle.
── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──
Al día siguiente, el grupo de Pogues rebeldes estuvo nuevamente reunido e incompleto. Con John B presente, se encontraron en el muelle perteneciente al Chateu.
Aunque eso quisiera, Amelie no podía concentrarse como le gustaría en lo que contaba John B sobre su pesca y pelea con Ward. Le preocupaba su amigo, por supuesto que sí, pero no podía evitar pensar en su madre. No la veía hacia días y tampoco podía pasar desapercibidas las malas escenas que recorrían por su mente al pensar en ella.
No importaba donde se encontrara, quería creer que estaba a salvo.
Para agasajar segundos y acortar dudas, John B había visitado la casa Crain durante aquella misma mañana. En su soledad de su decepción, volvió con la mala noticia de que Jake y Ward habían sido mucho más rápidos que ellos. Se habían llevado todo.
──¿Es normal que quiera matar a Jake? ──cuestionó Amelie en cuestión de segundos, luego de que John B terminara con sus largos relatos salvajes.
──Super normal ──aceptó JJ.
──¿Seguro que se llevó todo? ──quiso saber Kiara.
──Todas las barras ──John B volvió a confirmar──. Se llevaron todo...
──Todas las barras ──confirmó John B otra vez, quien estaba recostado sobre las incómodas maderas del muelle──. Se llevó todo... No es como si esperara un final feliz o una mierda así.
──John... ──llamó Amelie, observando desde la corta distancia la fractura en el brazo de John B, quien no parecía prestarle demasiada atención──. Ten cuidado.
──¿Qué, Amelie? Es una fractura diminuta. ¿Qué importa?
──Debería importarte. Te arruinarás el brazo para siempre ──añadió Kie, apoyando el punto de Amelie.
──Está bien, ¿lo ven? ──continuó John B, a la defensiva. Cerró sus ojos con tranquilidad.
──¡Chicos!
Los presentes se dieron la vuelta en dirección al llamado. Su amigo faltante corría hacia ellos, agitando sus brazos a sus costados e intentando coordinar sus pasos con su respiración.
──Oh, Dios... Vine corriendo hasta aquí... ──se lamentó Pope, hiperventilando.
──¿Estás bien? ──quiso saber John B, acercándose con preocupación.
──¿Qué tal la entrevista? ──JJ se interesó.
──No preguntes ──le pidió Pope──. John B, oye, lo siento, amigo, por todo ──se disculpó, incorporándose con cierta vergüenza.
──Está bien.
──Pero no tengo mucho tiempo y tengo información tácticamente importante ──comenzó el moreno, ganándose rápidamente una curiosidad especial por parte de sus amigos──. Escuchen, antes de la entrevista, papá dijo que iría a una pista privada a cortar palmeras para que pasara el avión de Cameron. Era muy pesado y necesitaba una pista más larga para despegar. Estaba sentado en la entrevista pensando: ‹‹¿Por qué Cameron necesitaría una pista más larga para despegar? ¿Qué podría ser eso tan pesado que lleva?››.
Sus amigos no tardaron en caer, entendiendo el punto de su información a la perfección.
──El oro ──habló el rubio del grupo.
──¡Exacto! ──confirmó Pope, señalando con su dedo índice──. Chicos, es nuestra oportunidad, pero saldrá hoy y tenemos que ir ahora.
──No podemos rendirnos ahora ──alentó Kiara, poniéndose de pie con una victoriosa sonrisa.
──Chicos ──Amelie intentó llamar su atención, más sus amigos, cegados por la esperanza, no se detuvieron a oírla.
──¿Cuál es el plan, amigo? ──JJ preguntó, desplazando su mirada hasta que esta se encontrase con la de John B.
──Recuperaremos lo que nos robó ──contestó el castaño, con seguridad.
Los presentes estuvieron de acuerdo al instante. Guiados por las ansias, se pusieron de pie y comenzaron a caminar en dirección al Chateu para partir hacia la pista, dispuestos a hacer cualquier cosa por conseguir lo que les pertenece.
Desde que descubrieron que tenían oportunidad de encontrar el oro han estado expuestos a un peligro constante. Con Ward en medio, ninguno dudaba de que algo podría salir mal esta vez.
Big John se interpuso en la búsqueda del oro, y entonces, Ward lo mató. Ahora, son ellos quienes se interponen en su camino.
──¿Pasa algo, Ames? ──JJ regresó al notar la inasistencia de la nombrada.
──Lo hemos intentado demasiadas veces, JJ. No tenemos la victoria. Siempre somos los afectados ──contesta ella, demostrando su preocupación.
El rubio se acerca y se detiene frente a ella.
──No puedo asegurarte de que algo de esto saldrá bien, pero te prometo que estaremos juntos, ¿okey? ──aseguró JJ──. No dejaré que nadie te haga daño.
──¿Y si alguien te hace daño a ti? ──preguntó Amelie, sin apartar su preocupación.
JJ se encogió de hombros, restándole importancia.
──Sobreviviré ──afirmó con certeza──. Confía en mi, princesa, yo cuidaré de ti ──reiteró, extendiendo una de sus manos, esperando a que Amelie la aceptara.
Y allí estaba de nuevo, esa seguridad que, desde que Amelie tiene memoria, JJ siempre había llevado.
Su seguridad, a veces, la ayudaba a ponerse nuevamente de pie cada que caía. Siempre fue él, JJ, quien estuvo para ella, demostrándole que jamás sería lo suficientemente débil como para no poder afrontar un golpe de la vida. Siempre fue JJ quien la ayudó a no darse por vencida cuando ni siquiera ella se tuvo fe mantenía
Teniendo esto en mente, Amelie aceptó la mano de JJ y ambos se encaminaron detrás del resto del grupo.
•••
──Entramos, mostramos el arma, hacemos que Ward suplique misericordia, tomamos todo el oro posible y nos vamos. Hasta nunca.
Las miradas de los presentes volvieron a caer sobre JJ ante su nueva y alocada y idea. Claramente, ninguno estuvo de acuerdo con él. No porque no quieran, sino porque sabían que, para su desgracia, nada era tan difícil como intentarlo y lograrlo.
──Lo enviamos por el canal intracostero ──añadió John B, delante del volante.
──Esperamos el buen clima ──continuó Kie esta vez.
──Escapamos a Cuba ──concluyó Pope, con una reconfortante sonrisa. Él estaba seguro de que lo lograrían.
JJ bufó, negando rápidamente con su cabeza.
──¿A Cuba? No, viejo, a Xcalak; la joya de Yucatán ──contradijo el rubio──. Enormes langostas, mangos... Y nadie sabrá de dinero ──aseguró.
──¿A Yucatán? ──en esta ocasión, fue Amelie quien demostró su disgusto ante el lugar indicado──. Yo tenía pensado...
──París, la ciudad del amor ──JJ la interrumpió, claramente burlándose de ella. Sus amigos también rieron.
──Argentina ──indicó Amelie de entre dientes, con su vista puesta en JJ, quien dejó de reír al instante.
──¿Argentina? ──replicó Pope con disgusto, esta vez fue él quien no estuvo de acuerdo.
──Sí, es lindo. Creo ──aseguró la castaña restándole importancia a la queja del moreno. JJ hizo repetidas muecas de contradicción──. ¿No te gusta?
──No ──contestó JJ──. Pero, si voy contigo, probablemente se vuelva mi país favorito ──ironizó, con una sonrisa.
Amelie le otorgó una corta sonrisa.
No sabía si siendo amigos podían seguir haciendo esa clase de bromas, pero, aún así, ojalá esté bien, porque no podía negar lo mucho que le gustaban viniendo de JJ.
Minutos más tarde, finalmente se encontraron ante la pista. La ban se detuvo detrás de una reja que les impedía el cruce directo al lugar. Los Pogues descendieron del vehículo y se quedaron detrás de esta.
──¿Cuál es el plan? ──quiso saber Kiara.
──No lo pensamos mucho ──respondió John B, deteniéndose junto a Kie y Pope.
Amelie, por su parte, se mantuvo entre JJ y Pope. Enredó sus dedos entre el alambrado para sostenerse y, al igual que sus amigos, se asomó a ver. Pope, por su parte, podía ver a la perfección gracias a sus binoculares.
──Improvisemos. Me gusta improvisar ──dijo Amelie esta vez, con firme seguridad. Al sentir las miradas confusas sobre ellas, se volteó hacia sus amigos, ellos la observaban con confusión, claramente sin estar de acuerdo con la idea──. ¿No? Bien, Pope se encargará ──añadió, dándose la vuelta nuevamente.
──Están cargando el oro ──anunció el moreno recientemente nombrado. Al oír esto, John B le arrebató los binoculares.
──Allí está Ward ──señaló el castaño. Los presentes no tardaron en recaer en la presencia del hombre.
──John, ¿qué pasa? ──interrogó Amelie al reconocer un deje de preocupación en su amigo.
──Sarah.
──¿Está con él? ──cuestionó Pope, con sorpresa. Por alguna extraña razón, él creía que los había traicionado.
──Un momento ──pidió John B, volviendo q alzar los binoculares──. La está lastimando.
──¿Qué? ──modularon los presentes, queriendo más información.
──Están peleando ──relataba John B, dejando los binoculares bajo el poder de Kiara──. Mierda... ──masculló antes de alejarse.
Al mismo tiempo en el que sus amigos continuaron con su atención puesta sobre lo que sucedía en la pista, John B se acercaba otra vez a la ban.
──¿Y Sarah? ──interpeló Amelie para Kie, quien veía a través de los binoculares.
──¡Espera! ¡Oye!
Kie, JJ y Amelie se dieron la media vuelta sobre sus talones tras oír el insistente llamado proveniente de Pope. Al hacerlo, descubrieron que el moreno intentaba detener a John B, quien estaba de regreso ante el volante, con el motor de la ban ya encendido.
──John B, ¿a dónde vas? ──preguntó Kiara, acercándose a él junto con sus otros tres amigos.
──¡Oye! ──llamó JJ.
──¡John B! ──nombraron ambas chicas, intentando detener a su amigo, quien los ignoraba por completo.
John B no se inmutó, pues él parecía tener otros planes en mente. Él piso el acelerador, ejerciendo mucha más presión de la que debería. Cuando sus amigos entendieron qué quería lograr, intentaron volver a detenerlo.
──¡¿Qué haces?! ──Pope elevó su voz, apartando a Kiara del camino, pues John B avanzaba directo hacia la reja.
──¡Espera! ──requirió JJ. Al igual que Pope, él se encargó de atraer a Amelie hacia sí para apartarla──. ¡No te hagas el héroe, amigo!
Sin detenerse ni un segundo, John B guió el vehículo directo hacia la reja. Ante el impacto, esta se destrozó y cayó, dejándole el paso libre a la pista.
──¡¿Qué haces?! ──llamaba JJ──. ¡Regresa!
──¡John! ──gritó Amelie nuevamente. Al igual que sucedió con los llamados anteriores, John B no obedeció a ninguno.
Los cuatro Pogues que quedaron detrás de la reja, se mantuvieron allí, expectantes a cualquier nuevo suceso entre la pista. Observando a los presentes, a una notable lejanía, con atención.
Desde allí, pudieron ver como John B detenía su vehículo ante el avión. Ward, sin mejor opción, también se detuvo.
──Maldito anciano ──masculló la castaña. Pronto, ella dejó su lugar detrás de la reja para correr al interior de la pista.
Antes de poder dar siquiera dos pasos, una mano vagamente familiar se afianzó a su muñeca y la regresó a su lugar. Incluso a pesar de ya tenerla junto a él, JJ no la soltó.
──Ames, quédate aquí ──pidió el rubio, casi en súplica. No parecía querer que otro de sus amigos se alejara.
──No pueden arrestarme... ──dijo Pope, con notoria preocupación.
──Estoy en libertad condicional ──agregó JJ, en un murmuro. Quiso hacerlo pasar desapercibido, pero él también se preocupó.
──Sí, no serviría de nada si vamos a prisión ──aseguró Kiara, tomando el arma que se encontraba en las manos de JJ.
El rubio la observó con ofensa.
──¿Qué hacen? ──cuestionó Amelie, viendo como sus amigos comenzaban a alejarse de allí.
──Vámonos ──ordenó Pope.
──No me iré de aquí ──advirtió la castaña. No quería abandonar el lugar ahora, sabiendo que John B podría estar en peligro.
Amelie se detuvo a ver únicamente a JJ, quien se acercó nuevamente hasta ella para tomarla de su mano y arrastrarla consigo. A pesar de ser obligada, esta vez no se opuso.
Los cuatro Pogues corrieron lejos de allí, adentrándose del bosque sin querer dejar más rastros sobre su reciente presencia.
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