Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ㅤㅤ𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝖾𝗂𝗀𝗁𝗍

chapter 𓍼 eight:
Fiesta de verano

ㅤAmelie no había podido dejar de pensar en JJ. No podía simplemente dejar de lado el tema o ignorarlo hasta que él lograse salir. No sabía cuántos días estaría detenido, ni mucho menos si podría pasar a mayores. No podía dejarlo allí, dando todo por hacerse el culpable por el acto de Pope. Y por ella, puesto a que Amelie también estuvo presente en el momento que hundieron el bote de Topper. Incluso había apoyado la idea.

Había sido honorable el sacrificio que había hecho por su amigo, pero, aún así, no se lo merecía. Él suele decir que no tiene nada que perder, pero si lo encerraran, perdería una vida. A ella jamás le importó que murmuraran sobre JJ, él seguía siendo tan solo un adolescente con muchas cosas por vivir.

Sin pensar demasiado en si sería la opción correcta, Amelie salió de su casa a pasos rápidos y ágiles, sin querer tardarse más de lo que ya lo estaba haciendo. Le habría hablado a Pope, pero sabía que sus padres lo tenían bajo vigilancia.

Cuando llegó a la comisaría del condado se adentró en esta, sin desacelerar. Al entrar, pudo reconocer a JJ, de pie ante la recepción, junto a su padre.

El rubio se veía preocupado, más no había rastro de arrepentimiento.

──...La restitución se basará en el promedio de tres presupuestos externos del costo del artículo dañado ──continuó explicando la oficial.

Eso alarmó a Amelie. Tenía en cuenta la diferencia de clases que había entre ellos, y eso significaba saber que su mejor amigo no podría pagar aquello con facilidad.

──¿Restitución? ──replicó Luke, sin terminar de entender aquello que le explicaban.

──Pagar por lo que rompió. Es el trato ──respondió la oficial──. Y firme por aquí, por favor ──Luke obedeció.

Antes de que Amelie pudiera decir una sola palabra, Luke y JJ volvieron a darse la vuelta para salir, sin notar su presencia.

──Vamos. Ahora ──ordenó Luke de entre dientes mientras salía del lugar con JJ detrás.

Amelie no tardó en ir tras ellos.

──¡Luke! ──llamó Amelie en un corto grito para lograr llamar la atención del hombre.

Ambos chicos se dieron la vuelta hacia ella. Luke soltó un resoplido tras reconocerla, mientras que JJ, por otro lado, parecía querer suplicarle a Amelie que se marchase de allí.

──Amelie ──nombró de igual manera Luke.

──¿Necesitan ayuda? ──cuestionó Amelie con amabilidad, dejando a entender sus intenciones.

Luke soltó una risa incrédula, como si aquello que acababa de decir Amelie hubiera sido un chiste. Amelie nunca terminaba de entender las indicaciones de ese hombre.

──No necesitamos tu dinero, Haylan ──negó el mayor con rapidez y rencor.

──Solo déjeme pagar la mitad, al menos ──pidió Amelie, sin darse brazo a torcer contradijo──. Mire, no fue solo JJ, yo también...

──¿La mitad? ¿Acaso no acabas de escucharme decir que no necesito tu sucio dinero? ──ironizó Luke, con cierta decadencia cruel.

──Lo necesitan. Usted lo sabe ──aseguró la castaña. Quería ayudar a su amigo, no se vencería tan pronto.

Luke volvió a resoplar, perdiendo la paciencia.

──He dicho que no ──reiteró──. Ahora, vete de aquí y deja en paz a mi hijo ──ordenó por último, alejándose de allí.

──Señor Maybank...

──¡No queremos tu dinero! ──Luke alzó su voz, dándose la vuelta hacia ella nuevamente.

Aquel grito del hombre la tomó desprevenida. Dio un pequeño salto, alejándose de él. JJ observó la escena, sus ojos gritaban miles de cosas que no era capaz de soltar por su boca.

──Papá... ──llamó JJ, como advertencia.

──¿En serio crees que venir a intentar ser caritativa reemplazará todas tus estúpidas acciones del año pasado? ──recriminó Luke, sus ojos oscuros de enojo y sus venas del cuello que no dejaban de destacar.

──No, pero...

──Haylan... Le haces honor a tu apellido ──el rubio mayor volvió a interrumpirla. Luego, volvió a darle la espalda──. Vámonos ──le ordenó a su hijo.

JJ, antes de alejarse con aquel hombre, dio unos ligeros pasos hacia ella. Su mirada mostraba vergüenza, desagrado, y, por más imposible o extraño que parezca, arrepentimiento. Amelie supo que aquel arrepentimiento que pudo encontrar no estuvo allí por lo que le habían hecho al bote de Topper.

──Ames, yo...

──¡Ahora! ──repitió Luke a la distancia, sabiendo que JJ ya no estaba detrás de él.

──Carajo ──murmuró JJ, dejando caer su mirada. Estuvo unos segundos allí, mirando el suelo bajo sus pies, pensativo. Seguido de aquello, volvió volvió ver a Amelie. Abrió su boca, pero la cerró nuevamente con rapidez, como si las palabras no salieran con facilidad.

Entonces, se alejaron entre el silencio, dándose la espalda.

Antes de finalmente subirse al auto como su padre lo requería, JJ se aseguró de que Amelie esté lo suficientemente lejos de su alrededor, para evitar que presenciara cosas que él aún no tenía el valor de confesarle.

No todos nacen con padres perfectos, y JJ no era la excepción.

Pero Amelie no tenía porqué saber eso.

── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──

──Ya te lo dije, mamá... ──volvió a resoplar Amelie frente al espejo──. No iré a esa estúpida fiesta.

Su madre, quien estaba terminando su maquillaje, se asomó para poder observar la reacción de su única hija.

──Irás ──afirmó Casiopea──. Y ya cállate, no puedo pintar tu boca si hablas ──se quejó, con cierta diversión.

──Mamá...

──Todos los años asistimos a fiestas como ésta, y es muy importante para nosotras, ¿si? Todos esperan vernos allí ──explicó Casiopea, como siempre lo había hecho.

Después de terminar el maquillaje de Amelie, cerró su pequeño bolso y lo dejó a un lado para después sentarse en el sofá frente a ella.

──No a mi ──aceptó Amelie después de unos segundos en silencio.

──Escucha, cariño ──comenzó nuevamente la mujer──. Las personas son idiotas y siempre van a hablar. Es tu confianza la que te traiciona a veces. Esa misma te hace creer lo que los demás dicen, incluso cuando tú te conoces más que ellos. Sabes que eres especial.

¿Y qué pasa cuando uno mismo no se siente especial? ¿Y si su madre estaba equivocada? Claro, ella siempre tendría un punto bueno de ella, pues era su hija, no podría decirle lo que en verdad Amelie pensaba sobre ella misma.

──Ese no es mi único apodo ──ironizó Amelie, un tanto decepcionada de aquello.

──Como sea, personas como esas son una decepción para la creación ──ahora se puso de pie y soltó el humo que había dado el cigarro a su boca.

Amelie siguió con la mirada a su madre, quien se alejaba hacia la puerta de su habitación. Para después, mantener su mirada en ella en cuanto se dio la vuelta.

──Te veo abajo ──indicó, para luego salir de la habitación con una sonrisa divertida.

Su madre tenía razón, Amelie siempre había estado pendiente a lo que dijeran los que la rodeaban, tanto que muchas veces había cambiado su apariencia y personalidad por ser aceptada. Llegó hasta el punto en el que ni siquiera ella se reconocía a veces. La inseguridad reemplazaba todo aquel maquillaje que ella pudiese usar.

Soltó un leve suspiro para volver a repasarse con su mirada sobre el espejo.

Llevaba puesto vestido azul sin mangas que le quedaba un poco más arriba de la mitad de sus muslos. Llevaba un leve escote y una espalda descubierta. Se amoldaba perfectamente a su figura. Su cabello, largo y lacio, estaba suelto sobre su espalda. Por último, unas zapatos azules que le hacían juego.

Su mirada se agrió al verlos, no le gustaban para nada. Observó su habitación, y allí, en la esquina, sobre su armario, estaban sus botas negras. De esas que usan los soldados. Las amaba, pero nunca encontraba con qué usarlas.

Lo dudó, pero no apartó la idea. Se acercó al armario y, utilizando los metros que le otorgaban los zapatos, alcanzó a tomar las botas. Sin perder tiempo, se sentó sobre su cama y se quitó los zapatos, sintiendo la dulce libertad en sus pies. Eligió unos calcetines y se colocó las botas.

No importaba si pensaban que no iba con un vestido, se sentía cómoda y, según ella, se veía mejor con las botas.

Aunque, por un segundo, pensó en cómo sería la reacción de los presentes al verla. Y, por un instante, se imaginó a él, viéndola con sus dos ojos oceánicos bien abiertos, intentando encontrarle una respuesta a su extraña reacción tras ver a su mejor amiga mejor que nunca.

Le agradó, a pesar de lo desnuda que se sentía. No por su corto, sino por las imperfecciones que siempre había odiado de ella. Aquel vestido dejaba a la vista muchas inseguridades que siempre intentó esconder.

Luego, salió de su habitación casi corriendo. Salió de su casa, donde se encontró con su madre. Para su buena suerte, Jake no iría a aquella fiesta por supuestos viajes de negocio.

Ambas se subieron a la parte trasera de una gran camioneta negra. El chófer aceleró con lentitud, llevándose a las dos Haylan con él.

Y así fue como terminó sentada en una de las sillas altas que había en la barra. Había personas bailando y disfrutando del momento mientras que ella solo podía prestar atención a su teléfono, el cual le indicaba cuanto faltaba para que esa tortura terminara.

Vale destacar que gracias a la tardanza de Amelie y la necesidad de llamar la atención de Casiopea ambas Haylan llegaron tarde, por lo que ahora estaban bajo la oscura noche.

──¿Sería un descaro pedir su número, señorita?

Tras darse la vuelta ante oír la voz de la morena, se encontró de lleno con ella. Una sonrisa involuntaria se formó en ella.

──No si eres tú quien lo hace ──respondió Amelie, sin borrar su sonrisa.

──Te ves genial. Siempre sorprendiendo con tus atuendos en estas fechas ──alagó Kie, admirando a Amelie con su mirada.

No mentía cuando decía tener de mejor amiga a la mujer más hermosa del mundo.

──No te dejemos de atrás ──pidió Amelie, pues era la realidad, Kie se veía igual de hermosa. O incluso más──. Te ves increíble.

──¿Ya viste a Pope? ──quiso saber la morena, cambiando de tema con agilidad.

──Sí, lo vi hace unos minutos. Está afuera, siendo torturado por su padre. Estoy segura de que sigue allí.

──Gracias, Melie ──agradeció Kie, dejando un corto beso en una de las mejillas de Amelie para después alejarse de ella.

Amelie siguió con su mirada y sonrisa a Kie hasta el momento en el que desapareció entre las tantas personas que había en el lugar.

──¿Día largo? ──cuestionaron nuevamente a su lado.

Cuando Amelie volvió a voltear en dirección a la desconocida voz, un chico de cabello rubio y ojos oscuros la veía con diversión.

──Demasiado ──suspiró Amelie, girando en su lugar para estar frente a frente con él──. No te había visto por aquí ──señaló, con extrañeza.

──Oh, soy nuevo aquí. Mi familia decidió mudarse hace poco ──respondió el chico.

──Bueno, pues bienvenido ──alegró Amelie alzando su pequeño vaso, el cual se encontraba vacío.

──Gracias ──agradeció el desconocido──. Eres Amelie, ¿verdad? ──preguntó, ganándose la curiosidad de Amelie.

──Sí. ¿Cómo lo sabes? ──quiso saber ella.

──No podía vivir aquí sin conocer a la mejor Kook de la isla ──anunció el mismo, ahora causando que Amelie ponga sus ojos en blanco con tan solo oírlo llamarla así.

──No soy una Kook ──decretó con incomodidad. No le gustaba que la gente pensara que es una Kook.

──¿Eres una Pogue?

──Se podría decir que sí ──confirmó Amelie, conforme con su confesión.

──Suena bien. Ser Kook se escucha... aburrido ──alarmó el desconocido con una mueca divertida mientras que Amelie asentía.

──Y lo es, en serio no querrás vivir de ese lado ──advirtió Amelie, reacomodandose en su lugar.

──Creo que me gusta más esa idea ──aludió aquel chico con diversión y conformidad.

──Bienvenido al lado oscuro ──ironizó Amelie, aunque también se podría considerar de aquella forma──. Te sabes mi nombre, pero yo no sé el tuyo. ¿Puedo saberlo?

En serio sentía demasiada curiosidad por saber tan solo el simple nombre del amable chico que se había acercado a ella sin las intenciones de llamarla por otros nombres que no sean el de ella.

──Me llamo...

Estuvo a tan solo una palabra más de decirlo, y la curiosidad estaba matando a Amelie.

──¡Ames! ──el rubio se acercó a ella con una sonrisa abierta de lado a lado, llegando a su lado con una bandeja y su sonrisa cariñosa.

Amelie lo interrogó con la mirada, repasando esta misma por su atuendo de mozo seductor.

Y mierda, Amelie no podía evitar pensar en lo bonito que se veía en ese momento y quizá el único en el que lo vería tan formal. No pudo hacer pasar desapercibidas las heridas en su rostro. Esas no estaban ayer.

──¿Qué te pasó? ──preguntó con inquietud, demostrando su preocupación. JJ, pareció titubear una respuesta.

──Rafe Cameron.

──Claro... ──a pesar de querer, no pudo lograr creerle──. ¿Y qué haces vestido así?

──Es un secreto, querida Amelie Haylan ──murmuró JJ, acercándose a su oído con aires misteriosos, bajo la potente mirada del desconocido──. Podría darte un trago a cambio de verte modelar ──luego, se alejó.

Al separarse, Amelie lo miró con confusión, generando una tierna sonrisa por parte de JJ, quien le guiñó uno de sus ojos antes de dirigirse al chico y dejar a Amelie con la duda.

──¿Quién eres? ──preguntó el rubio.

──Soy Jack Maxwell ──se presentó Jack, con amabilidad y una sonrisa amigable intacta.

──Oh, un gusto, Jason ──saludó de igual manera JJ, dejando la confusión de Jack presente──. ¿Me la devuelves un solo segundo? ──cuestionó señalando a Amelie.

──Adelante ──concedió Jack.

──Nos vemos, Jack ──se despidió Amelie mientras era arrastrada por JJ, alejándose de allí.

──Nos vemos Jack ──imitó JJ con molestia y diversión, aunque más molestia que otra cosa.

──Deja de burlarte de mi ──se quejó Amelie caminando a la par de su amigo──. ¿Qué quieres?

──Nada ──respondió JJ con una sonrisa inocente, notando la molestia ahora por parte de Amelie.

──¿Nada? ──replicó Amelie con incredulidad y JJ asintió confirmando aquello──. Debe ser una broma ──bufó, soltándose del agarre de JJ.

Amelie no pudo separarse demasiado gracias a el mareo que comenzó a sentir al tan solo moverse y que claramente JJ volvió a atraerla hacia él tomando una de sus manos con delicadeza. Y tan solo ese simple tacto logró dejar a ambos en un trance en el que siempre estaban al simple hecho de rozarse con el otro y el claro contacto visual que a veces decía mucho más que las palabras para ellos dos.

──Te ves hermosa ──apreció, sin vergüenza, sin temor. Amelie se sonrojó con facilidad, y JJ esbozó una tierna sonrisa ante ello──. Te ves hermosa todos los días, no me malinterpretes.

Incluso Amelie podía estar mucho más roja que él en ese momento, casi estaba cien por ciento segura de esto. JJ supo que estaba bien parado al ver como su amiga sonreía de lado y sus ojos brillaban de la emoción.

──Tú tampoco te ves tan mal ──informó ahora Amelie, acomodando el cuello de la camiseta que JJ llevaba puesta.

Ese chico tenía que comenzar a usar más seguido trajes como esos.

JJ suspiró.

──¿Tan mal? Por Dios, Ames, me acabas de destruir ──se lamentó JJ. Amelie rió, y JJ estuvo varios segundos apreciando el simple sonido──. Me lo tomaré como un cumplido ──suspiró con pesadez al recordar porqué esta allí──. Oye, espérame aquí, ¿okey? ──ordenó alejándose del lugar.

──¿Qué? ¿A dónde vas? ──interrogó Amelie mientras lo seguía con su curiosa mirada y la risa que no pudo contener──. Creo que me mareé ──informó, tratando de mantenerse de pie.

──Tengo unas cosas que hacer, pero tú... quédate aquí. No me tardo. Busca a Kie, o quédate con alguien de confianza. No te ves bien, Ames, por favor, no me tardo ──indicó JJ, para después desaparecer entre los presentes.

Amelie repasó con su mirada el lugar, pensando en que podía hacer para matar su aburrimiento. Recordó la presencia de dos de sus amigos así que se dirigió a la salida. Cuando esto hizo, caminó en dirección a la puerta que daba al gran patio con libertad a cada paso que daba, pero antes de que llegara a la puerta algo se interpuso en su camino. Mejor dicho alguien.

──Topper, ¡querido amigo! ──saludó Amelie tropezando con sus propias palabras como si ya estuviera ebria.

Lo cual era imposible, puesto que solo había tomado menos de cuatro en toda la noche y el alcohol siempre tardaba en pegarle a ella. ¿Qué tenían esos tragos? Seguramente algún tipo de mezcla nueva.

──¿Amelie? ¿Estás bien? ──cuestionó Topper, acercándose a Amelie con preocupación.

Al Amelie no haber respondido, Topper tomó a la chica frente a el de las mejillas para examinarla mejor, notando el tenue rojo en sus mejillas y ojos. Definitivamente no eran solo tragos.

──¿Qué tomaste? ──volvió a preguntar Topper, más Amelie no respondió──. Amelie, ¿tomaste algo que no debías tomar?

──¿Qué? Solo un inocente trago ──bromeó Amelie quitándole importancia mientras hacía gestos diminutos con sus manos.

──Amelie... ──nombró Topper, sabiendo que lo que le decía la chica era una completa mentira.

──Tal vez dos... ──se corrigió Amelie, mientras que Topper seguía demostrándole que no le creía──. Tres... ──volvió a corregir, más Topper seguía sin estar conforme──. Bueno, tal vez fueron cuatro.

──¡Amelie! ──la retó Topper como si eso fuera mucho.

──Ni que fuera tanto.

──Y no lo es, pero esa bebida tenía algo ──advirtió Topper, buscando a lo que Amelie creyó que sería ayuda con su mirada──. Muy bien, quédate aquí, vuelvo en un segundo. Por favor, Amelie, no te muevas de aquí ──mandó, dejando a Amelie allí.

Quizá fue por el bullicio generado por los presentes o por la alta música del lugar que no logró darse cuenta del momento en el que una mano desconocida tomó de su brazo, llevándola con ella mientras la guiaba a donde quien sabe donde.

──Mamá, ¿qué hacemos aquí? Es el baño de hombres ──suspiró Amelie siguiendo a aquel que la llevaba──. ¿Papá?

──Cállate ──ordenó el chico que ahora la guiaba, de entre dientes.

Amelie supo reconocer la habitación de baños al entrar a esta y ver hombres salir de allí, para su buena suerte no habían demasiados, y los que estaban, se fueron de inmediato al verla entrar.

──Rafe, creo que esto es una mala idea ──habló una tercera voz, con preocupación.

Amelie era capaz de reconocer las voces de los secuaces de Rafe en cualquiera estado.

──Topper se enojará mucho si se entera ──resopló otros de los que lo acompañaban.

──Bueno, no se enterará ──negó Rafe con rapidez mientras ayudaba a Amelie a sentarse en una asiento que había──. Hola, Ames, ¿cómo estás?

La vista de Amelie estaba completamente borrosa, pero no tanto como para no poder ver. Rafe estaba en cuclillas delante suyo, impaciente por su respuesta.

──¿Me drogaste? ──interrogó Amelie quitándose aquella duda con ofensa, un poco herida por esto.

Por alguna razón, no era capaz de demostrar lo molesta que se sentía en ese momento gracias al efecto de las drogas. Se había olvidado lo horrible que se sentía.

──No, tú lo hiciste. ¿No lo recuerdas? ──respondió Rafe fingiendo amabilidad, mirando preocupado.

──No, yo lo dejé hace tiempo ──afirmó Amelie escondiendo su mirada de los presentes, quienes no quitaban la suya de encima de ella.

──¿Hace tiempo? Amelie, me acabas de pedir que te dé otra línea ──informó Rafe ahora hostil.

──¿Qué? No, eso es imposible, mi mamá me matará ──volvió a negar Amelie, cayendo a paso lento en la mentira de Rafe.

──Tranquila, no lo hará ──tranquilizó Rafe, recostando una de sus manos sobre la rodilla de Amelie.

──Pero no recuerdo haberlo hecho, ¿cómo es posible? ──continuó Amelie intransigente por la situación.

Amelie había estado luchando durante varios años por dejar aquel gran y pesado problema que era consumir, sus amigos y madre habían estado en todo momento para ella, pero ahora, había tirado todo ese sacrificio a la basura por un capricho de una noche.

──Por Dios, Amelie, es que no sabes controlarte con la cantidad ──comenzó a alarmar Rafe.

──Mierda ──murmuró Amelie para si, sabiendo lo que sus acciones erróneas podían significar.

──Pero tranquila, no le diremos nada de esto a tu madre ──comentó Rafe. Amelie formuló un corto gracias──. Pero queremos algo a cambio...

──Rafe ──nombró Kelce volviendo a entrar al lugar. Rafe se dio la vuelta hasta este──. Tenemos problemas con el Pogue ──alertó desde la puerta.

──¿Cuál de todos? ──preguntó Rafe después de soltar un pesado suspiro agotador. Solo quería librarse de esos Pogues.

──Maybank.

──Mierda ──susurró para si, para después volver a Amelie──. Tú... mejor que no salgas de aquí ──ordenó, poniéndose de pie nuevamente.

Cuando Rafe partió del baño junto con su pandilla, el lugar volvió a quedar en silencio y las nauseas que Amelie comenzaba a sentir comenzaron a molestarla, sabiendo que pasaría gracias a ellas y el alcohol.

Y de un segundo a otro, el lugar volvío del silencio, ahora siendo tomado gracias a aquel chico de cabellera rubia que había entrado con rapidez, tocando cada puerta en busca de un baño desocupado.

──¿Ames? ──nombró JJ con preocupación mientras se acercaba a esta, aún así, confirmando que nadie esté a sus espaldas──. ¿Qué haces aquí? ──cuestionó extrañado.

──No lo sé, creo que me drogué ──respondió Amelie con una pequeña sonrisa al imaginarse esto, puesto que no habían hechos reales.

──¿Qué mierda? ¿Eso es en serio? ──volvió a interrogar JJ con ofensa por aquella──. Se suponía que estabas limpia, Amelie ──se quejó negando con su cabeza y decepción.

──Lo siento ──murmuró Amelie al entender la situación, dejando de lado las risas que no podía contener.

──¿Cuánto has tomado? ──interrogó JJ otra vez, cada vez más angustiado por el estado de su amiga.

──Cuatro tragos ──señaló, alzando su mano formando un cuatro con sus dedos.

Según ella, pues había alzado tan solo dos dedos.

──Eso es muy poco para ti ──balbuceó él──. ¿En qué momento lo hiciste? Cuando estabas conmigo parecías... No, no estabas bien ──dijo, pensativo──. Mierda, no debí dejarte sola. Soy un idiota. Lo siento, yo...

──No lo sé, Rafe dijo que...

──¿Rafe? ──interrumpió JJ de inmediato──. ¿Qué dijo Rafe? ──esta vez, parecía más preocupado al escuchar nombrar aquel chico.

──Rafe dijo que le estuve pidiendo ──objetó Amelie con decepción por sus acciones pasadas.

JJ, antes de hablar, soltó un suspiro agotador mientras pasaba su mano por su cabello con estrés. Por alguna razón, él pensaba otra cosa muy diferente a lo que Amelie le contaba, creía en las cínicas cosas que podía llegar a hacer Rafe, y no lo dudaba ni un poco esta vez.

──Idiota ──masculló JJ, poniéndose de pie con furia.

Cuando se dirigía al pasillo donde estaba la salida, algo cortó su camino. Rafe, quien recién había llegado con sus amigos, empujó a JJ por sus hombros.

──¡Oye! ¿Qué haces en el baño? ──preguntó Rafe con ironía y fingiendo amabilidad.

JJ casi corrió hasta el otro pasillo, pero otra vez su camino fue intervenido por Kelce, quien lo empujó hacia atrás, haciéndolo volver hacia donde Rafe se encontraba.

──Bonita ropa ──se burló JJ con su dedo señalando el atuendo rosa que Kelce llevaba puesto.

──¡Cállate! ──ordenó Rafe de entre dientes, volviendo a empujar a JJ.

──Rafe, eres un pesado ──rió Amelie, a pesar de que no estaba en sus planes reirse del momento.

──¿Qué le hicieron? ──cuestionó JJ con agresividad al recordar lo que Rafe pudiera haberle hecho a Amelie.

──¿Ellos? Nada ──respondió Rafe con ironía──. ¿Yo? No lo sé, quizás solo sea tu novia volviendo a ser una drogadicta ──informó, ganándose las risas de los amigos que lo rodeaban.

Amelie no podía creer en aquello, no recordaba haber ingerido, ni mucho menos haberse acercado a Rafe para pedirle, pero de cierta manera tenía sentido olvidar todo lo que Rafe relataba, ya que si tanto le había pedido, es porque quizá sí se salió de sus manos la cantidad.

──Sostenlo, ¿si? ¿Qué te parece? ¿Palo número cuatro? ──preguntó Rafe retóricamente mientras fingía preparar una jugada de golf──. Sostenle la cabeza ──ordenó para Kelce, quien sostenía a JJ.

──Muy propio de ti Rafe. ¿Uno contra cinco? ──ironizó JJ con dificultad mientras luchaba contra el agarre de Kelce.

──Oye, es una falta de respeto que me interrumpas mientras hago mi jugada ──advirtió Rafe, volviéndose a preparar.

──Déjalo, Rafe ──ordenó Amelie desde la comodidad de su asiento, más sin disfrutar el show que Rafe estaba dando.

──Tu cara... se ve muy mal, comienzas a parecerte a tu papá ──animó Rafe con incredulidad, llevándose una asquerosa respuesta.

JJ no podía permitir que alguien como Rafe dijera algo así de él. Era muy distinto a su padre. Y si en algún momento tenía que ser como él, prefería morir. Como respuesta, JJ escupió a Rafe, dando justo en el blanco.

──Rafe ──nombró Amelie con seriedad, buscando ayuda en alguno de los presentes, sabiendo lo que se venía.

──¡Ya cállate! ──alzó Rafe su voz siguiendo con su mirada a Amelie, quien se ponía de pie con lentitud y dificultad.

Y cuando Amelie se puso de pie, el mareo, las risas y el disgusto del momento subieron como mar ácido por su garganta, sin dejarla contener las ganas que ahora tenía de dejar salir toda aquella basura. Y así fue, gracias a lo rápido que se puso de pie su mareo aumentó, dejando sucia la ropa que Rafe llevaba, ya que no tuvo tiempo de correr a un baño.

──Que asco ──habló Amelie con disgusto al ver la camisa del chico──. Lo siento ──se disculpó finalmente.

──Mierda protestó Rafe observando su camiseta con desagrado.

──Caballeros ──llamó su atención el guardia al llegar al baño──. Y dama corrigió al notar la presencia de Amelie──. ¿Hay algún problema?

──Disculpe, oficial. No, no hay problema... ──comenzó a decir JJ finalmente libre de Kelce──. De hecho, sí. Hay un problema ──se corrigió automáticamente.

JJ y Amelie compartieron miradas, mientras que la de JJ era divertida y significativa, la de Amelie estaba encubierta por preocupación, puesto que sabía a que se quería referir JJ con eso.

A penas acababa de salir de la comisaría y ya quería volver al calabozo.

──Digamos que entré aquí sin permiso, señor. Una falta de respeto para la propiedad privada, violé todo tipo de reglas de mierda, señor ──continuó JJ──. Y estos... jóvenes caballeros ──informó mientras acomodaba el cuello del traje de Kelce.

──No me toques, mierda ──ordenó Kelce de entre dientes mientras empujaba la mano de JJ.

──Me atraparon, estaban a punto de echarme y eso debería hacer, escoltarme hacia la salida ──terminó JJ juntando sus muñecas para asegurar esto.

──Okey ──respondió el guardia mientras terminaba de esposar a JJ──. Tú ──ahora señaló a Amelie──. Vamos ──ordenó alejándose.

──Muy bien ──correspondió Amelie caminando hacia los dos que se iban del lugar.

──Acomódate el moño ──indicó JJ mientras señalaba el traje de Rafe──. Y diviértanse, chicas superpoderosas ──se burló, siendo llevado por el oficial.

──¡Oye, dile a Kiara que se ve sexy para ser una pogue! ──gritó Rafe a sus espaldas.

Obviamente JJ no dejó pasar esto desaparecivido, por lo que después de oír el grito de Rafe, se dio la vuelta nuevamente corriendo hacia él con las intenciones nada buenas.

Para su mala suerte, el oficial que lo siguió de inmediato fue más rápido, atrayendolo nuevamente hacia él por sus dos hombros, llevandoselo con él otra vez.

──¡Basta! ──ordenó el oficial en un alto grito detrás de JJ.

──¿Crees que te tengo miedo? ──interrogó JJ con ironía mientras le otorgaba una mirada de odio a Rafe.

Amelie no parecía estar gustosa con el resultado del intento de JJ contra Rafe, por lo que fue ella quien tuvo que actuar. Se acercó hasta Rafe y dejó un fuerte golpe en una de sus mejillas con mano abierta.

──No nombres a Kie con tu sucia boca ──advirtió mientras lo señalaba con rencor.

Mientras que JJ felicitaba con risas a Amelie, Rafe miraba a esta misma con enfado y dolor. Amelie logró lo que quería dejar sentir a Rafe.

──Oiga, señorita Haylan ──nombró el oficial, llamando la atención de Amelie──. Afuera ──repitió, saliendo del lugar. Amelie obedeció de inmediato.

──¡Me encantó volver a verte, JJ! ──se despidió Rafe aún desde el interior del baño.

Cuando Amelie salió del baño por completo, caminó detrás del oficial y JJ para asegurarse de su seguridad al ser escoltado hacia la salida.

Soltó un suspiro estresante después de dejar caer su espalda sobre la barra a su lado, donde no había notado la presencia de quizás su nuevo amigo hasta que este mismo habló.

──Mierda ──balbuceó Amelie con cansancio gracias a lo que acababa de pasar.

Combinar el alcohol, drogas, JJ y Rafe en una sola noche no era uno de sus mejores planes.

──¿Problemas en el paraíso? ──preguntó Jack, atrayendo la atención de Amelie, quien volteó hacia su lado para verlo.

──¿Qué? No, no estamos saliendo ──negó Amelie con rapidez al entender la pregunta.

──Eso dices tú...

Antes de que Amelie pudiera siquiera dudar sobre aquello, algo del exterior llamó su atención. Ambos presentes compartieron miradas confusas antes de acercarse hacia la puerta que daba al exterior a la par.

Cuando llegaron pudieron notar el obvio escándalo que estaba haciendo JJ, ya que al parecer había podido lograr ser libre del oficial.

──Reunión obligatoria en Rixon's, Kie ──señaló JJ a la nombrada──. Pope, tú también, ¿entendido? Rixon's Cove. Vamos.

Amelie no entendía ni la mitad de lo que estaba pasando en ese momento. Su madre se acercó hasta ella como si supiera lo que pasaría después, queriendo arrastrarla y llevársela con ella. Amelie se negó, obviamente.

──¡Kie, vamos! ¡Trabajadores, únanse! ¡Rompan las cadenas! ──alentó JJ mientras se alejaba de allí.

Mientras que Kie huía de las órdenes y quejas que su padre le daba, Pope también luchaba a miradas con su padre. Evidentemente a ambos les importó, ya que estos dos mismos salieron a pasos rápidos de su circulo familiar para correr hacia a su amigo, donde ahora también se encontra a John B.

──Coronel ──saludó John B mientras fingía saludó de soldado.

──Misión cumplida, señor ──correspondió JJ de igual manera su saludo.

Cuando todos estuvieron juntos, fue como si se pusieran de acuerdo para darse la vuelta en busca de su integrante que faltaba.

Al momento en el que los cuatro amigos cruzaron miradas con Amelie aún siendo arrastrada por su madre, no pudieron evitar soltar sonrisas reconfortantes al simple hecho de verse. Nunca se cansarían de la emoción de ver a sus mejores amigos como si fuera el primer día.

──¡Eso también va para ti, Ames! ──informó JJ con incredulidad, aún con las risas acompañando.

Amelie solo rió al escucharlo y verlo tan emocionado por el momento. Volvió a compartir miradas con Jack, quien miraba la situación con una sonrisa tierna, como si quisiera irse con ellos y vivir su vida.

Por esto mismo fue que Amelie no se dio cuenta del segundo en el que JJ se acercó a ella hasta que este mismo volvió a bromear.

──¿Me concede esta pieza, señorita? ──preguntó con interés y ternura mientras hacía una reverencia para Amelie y extendía su mano.

Con su mirada ahora puesta en su madre, suplicó con esta que la dejara irse del lugar que ella sabía que no le haría bien. Y como si Casiopea hubiese leído su mente, esbozó una pequeña sonrisa y asintió con su cabeza lentamente.

Amelie tomó la mano de JJ causando que él chico casi salte en su lugar de la alegría al ser aceptado por Amelie.

──Hasta que la luna esté llena ──murmuró Amelie al acercarse a él, causando que la electricidad en JJ erizara todos sus vellos.

JJ volteó a ver a la Luna, a la vaga lejanía. En efecto, esta no estaba llena, como raras veces pasaba. Supongo que fue el destino, ¿no?

Volvió a ver a Amelie con una sonrisa de lado a lado.

──Pues perfecto, entonces. Tendremos todo el tiempo del mundo.

JJ cumplió con su propuesta, tomó a Amelie de la cintura con una de sus manos mientras que con la otra tomaba una de las manos de su amiga. Nunca se había sentido tan bien de sentir el tacto de otra persona, pero el mismo sabía que con Amelie siempre sería diferente. Ella es diferente.

Al mismo tiempo que JJ hacía esto, Amelie reposaba su otra mano libre de la de JJ sobre su hombro. La altura que siempre los había diferenciado ahora era nula, como si fueran dos piezas de un rompecabezas esperando y deseando ser unidas.

Pero algo siempre los separaría.

Así como dijeron, se acercaron hasta sus otros amigos mientras que fingían bailar y reían al cruzar el largo del patio.

──Melie ──saludó John B con inseguridad al compartir miradas con su amiga cuando está llegó a su lado──. Perdóname, fui un gran idiota contigo ──ahora, la envolvió en un fuerte abrazo.

──Está bien ──aceptó Amelie mientras dejaba incómodas palmadas en su espalda. Ese abrazo estaba siendo demasiado fuerte.

──Corran ──suplicó Pope al ver como su padre se acercaba hacia el grupo de jóvenes con furia irradiando sus ojos.

──¡Adiós, perdedores! ──se despidió John B separándose de Amelie, para después comenzar a correr.

Amelie y los demás lo siguieron de inmediato, pero uno de ellos no pudo evitar casi desmayarse al sentir el ahora familiar agarre de una cálida mano, la cual hacía que la de ella se hiciera cien veces más pequeña. Aún así, Amelie no se quejó, ahora corriendo tomada de la mano de JJ con felicidad.

── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──

Una vez que el grupo estuvo reunido en el lugar indicado, los chicos se encargaron de encender la fogata que los abrigaría en la fría noche mientras que tomaban lugar en los grandes troncos alrededor.

──Chicos, mi papá ya iba a matarme, así que, ¿de qué se trata esta reunión obligatoria? ──cuestionó Pope.

John B se quedó en silencio, fingiendo disparar dos armas con sus dos manos alzadas en dirección a Pope.

──Mejor dicelo antes de que nos atrapen ──ordenó JJ a un lado de Amelie.

──¿Están listos? ──preguntó John B, dejando más intriga. Los presentes asintieron──. Bueno... el oro nunca se hundió en el Royal Merchant ──indicó finalmente.

Al tan solo oír esto, Amelie quedó impactada por la noticia, recordando lo defraudados que se habían sentido sus amigos al no encontrar el oro con el dron prestado.

Esa noticia definitivamente iba a mejorar sus días y claramente ocupar sus calendarios.

──Oh, no, aquí vamos otra vez ──se quejó Pope después de soltar un quejido en silencio mientras veía a John B con estrés.

──Oye, espera. Escúchalo, ¿si? ──requirió JJ, estando también junto a Pope, quien obedeció sin ganas.

──Estuvo aquí todo el tiempo ──informó John B, reconociendo la sonrisa victoriosa que Amelie dejó por ver──. Está en la isla.

──¿Es en serio? ──módulo Kie con incredulidad, viendo a John B con el deseo de que sea mentira──. Oh, por favor.

──¡Es genial! ──celebró Amelie con emoción al tan solo la idea de su aventura por el oro.

──Estoy un poco escéptico ──añadió Pope, ahora con menos ganas de lo relatado anteriormente.

──Claro que sí, Pope ──comenzó John B poniéndose de pie──. Pero, ¿puedo presentarle la evidencia que tengo, señor? ──cuestionó.

──Proceda.

──Muy bien, tengo... en la mochila ──señaló mientras sacaba un papel de su mochila...── una carta de Denmark Tanny ──dejó ver la carta indicada.

──¿Quién diablos es? ──cuestionó Kie, dejando ver su curiosidad abiertamente obvia.

──Denmark Tanny fue un esclavo que sobrevivió al naufragio del Merchant ──respondió John B──. Mira esto ──ordenó mientras abría el papel.

──¿Qué? ──volvió a interrogar Kie en espera a respuesta.

──Aquí tienes ──ofreció John B, dejando la carta de papel sobre las manos de Kie──. No mencionaban a los esclavos como tripulación del barco, pero papá encontró el manifiesto completo. Ese fue su gran descubrimiento.

──¿Además del Merchant? ──preguntó ahora Amelie sarcástica y con obviedad, ya que no parecía ser demasiado serio.

──Exacto ──aseguró John B de igual manera──. Tanny usó el oro del Merchant para comprar su libertad ──continuó John B.

Kie, al terminar de leer la carta, extendió su brazo ahora dejando la carta bajo el poder de Pope, quien comenzó a leerla con atención.

──Después de eso, compró la granja ──John B seguía relatando──. Redobles, por favor...

Automáticamente sus dos amigas palmearon sus dos piernas, utilizando estas como los redobles que John B requería, volviendo a dar intriga al momento.

──Esa granja es... la plantación Tannyhill ──completó John B con una sonrisa abierta de lado a lado.

──¿Tannyhill? ──replicó Kie con decepción y aún más curiosidad.

──Tiene sentido ──agregó Amelie después de analizar el nombre dado por John B.

──Sí ──confirmó John B, con seguridad──. Después de eso, usó el dinero para liberar esclavos y luego vendió mucho arroz, lo que hizo enojar a los medios blancos de plantaciones. Decidieron lincharlo.

──Oh por Dios ──suspiró Amelie, un poco impactada por la nueva información por parte de John B.

──En el día que iban a llevárselo, decidió escribirle una carta a su hijo, y en la última línea de la carta le dejó un un mensaje en código diciéndole dónde encontrar el oro ──añadió John B con su sonrisa intacta.

──¿Dónde? ──cuestionó Kie con una sonrisa inocente que no pudo evitar al comenzar a sentir la punzante curiosidad.

──Cosecha el trigo junto al agua en la parcela nueve ──informó John B. Pero... no había trigo ──dejó el silencio de la duda en el aire──. Verán, el trigo era el oro ──volvió a relatar mientras se acercaba a Pope──. Miren esto, el oro está en la parcela nueve junto al agua.

Los amigos presentes no tardaron en soltar risas victoriosas y sinceras. Por primera vez en sus vidas se sentían capaces de lograr algo tan grande como encontrar el oro del Royal Merchant, y ahora nadie sería capaz de quitarles esa seguridad.

──Mierda ──murmuró Pope, raramente asombrado por esto, más sin demostrarlo.

──Solo necesitamos un mapa original de la propiedad y encontraremos el oro ──comenzó a relatar John B con emoción.

──Bueno, es muy poco probable que todo esto sea cierto ──asimiló Pope, no muy convencido de lo dicho por John B.

──Como Tutankamón ──nombró Kie, con la misma emoción.

──Eres un genio, John ──felicito Amelie con una sonrisa, siguiendo con su mirada a John B, quien era abrazado en el aire por JJ.

──Oye, fuego. Estás cerca del fuego ──advirtió John B con preocupación. JJ obedeció, dejándolo con sus pies sobre la tierra nuevamente.

──Estoy muy orgulloso de ti ──felicitó ahora JJ con una sincera sonrisa abierta mientras le daba palmadas en el hombro a su amigo.

──Gracias ──agradeció John B otra vez.

──Okey, chicos, ¿cuál es el plan? ──preguntó Pope, atrayendo la interesante emoción de John B nuevamente.

──Buena pregunta ──agregó John B──. Bueno, Sarah vendrá esta noche. Ella traerá el mapa original y...

──Espera, detente ──interrumpió Kie──. ¿Sarah? ¿Por qué Sarah? ──cuestionó con ofensa.

──¿Todos pensamos en la misma Sarah? ──preguntó ahora Amelie sin creer aquello. Sus amigos asintieron de inmediato.

──Esto se pondrá bueno ──murmuró JJ, lo suficientemente alto como para que sus dos amigas lo escucharan.

──Sarah me hizo entrar a los archivos de Chapel Hill ayer y así conseguí la carta ──informó John B.

──¿Qué hiciste qué? ──preguntaron Kie y Amelie al unísono.

──¿Fuiste a Chapel Hill con Sarah Cameron? ──volvió a preguntar Kie esta vez.

──Sí ──confirmó John B rápidamente, sabiendo lo que se venía para él.

──Estuvo con ella ──agregó JJ con obviedad y mirada burlesca.

──No estuve cone ella ──negó John B otra vez, ofendido por lo que sus amigos lo acusaban.

──Claramente estuviste con ella ──concordó Pope igual de gracioso que JJ, compartiendo risas con este mismo.

──No estuve con ella, ¿si? La usé para tener acceso ──volvió a decir John B, negando todo en su contra.

A pesar de que todos allí sabían que estaba mintiendo sin lograrlo.

──Sí, acceso a ella ──bromeó JJ, volviendo a ganar unas risas para el ambiente.

Después de eso, JJ se acercó hasta detrás de Amelie, recostando sus dos brazos sobre los hombros de la chica y recostando su cabeza sobre el cabello de Amelie, transmitiendo la electricidad y nervios para ambos, incluso para JJ.

──¿Le contaste lo del oro? ¿También del Royal Merchant? ──preguntó Amelie esta vez, dejando su atención sobre la discusión de sus amigos, ignorando por completo el tacto con JJ.

──Solo quería acceder a los archivos.

──¿Eso es un si? ──volvió a cuestionar Kie, esta vez sonaba mucho más molesta y ofendida que anteriormente.

──No le conté ningún detalle.

──Le contaste nuestro secreto a una Kook. ¿Qué pasó con el código Pogue? ¿Y la compañía de camisetas, John B?

──Yo solo la usé por la información ──repitió John B alzando su voz, puesto que sus dos amigas comenzaban a molestarlo de más.

──¿Por qué me cuesta creerte? ──preguntó Kie con incredulidad y su ceño fruncido.

──Intento volvernos ricos a todos, ¿okey? Para que podamos pagar un bote ──volvió a negar John B──. Y para que él vaya a la universidad de autopsias para que estudie cadáveres ──reiteró con rapidez──. Chicos, me conocen. ¿Parezco el tipo de persona que se enamoraría de Sarah Cameron?

──¿Quieres que te contestemos? ──preguntó Pope con incredulidad, ya que todos sabían la respuesta a eso.

──No ──negó John B a su lado con suma rapidez.

──Eso es traición, John B ──habló ahora Amelie, ganándose la mirada ofendida por parte de su amigo nombrado.

──Fue por información, Melie ──recordó John B soltando bufidos y alzando sus brazos en forma de rendición.

──Reitero. Traición ──repitió Amelie alzando su dedo corrigiendo aquello que John B seguía defendiendo.

──Tú no la conoces aún, yo sí. No es confiable ──volvió a decir Kie con ofensa por la defensa de la chica externa.

──Su hermano me golpeó en la espalda con palo de golf ──dijo Pope con su vista perdida.

──Y a mi me dio un buen golpe ──ayudó Amelie, mientras que Pope y JJ asentían, confirmando.

──Rafe y Sarah son dos humanos distintos ──diferenció John B, estando cien por ciento seguro de esto.

──¿Qué te hizo a ti, exactamente? ──cuestionó JJ con tranquilidad y su vista en dirección a Kie.

──Es como una cobra escupidora ──indicó Kie haciendo gestos con sus manos──. Primero te deja ciego y luego...

──No es una buena analogía ──añadió Pope sin entender lo que Kie explicaba gracias a su ‹‹mala analogía››.

──¡Escuchenme! ──llamó Kie, los presentes volvieron a verla enseguida──. Ella querrá quedarse con todo lo que consigamos.

──Y lo confirmo ──confirmó Amelie alzando su voz otra vez──. Tú sabes lo que me hizo. ¿Lo vas a perdonar tan rápido sabiendo el año de mierda que pasé, John? ──cuestionó incrédula.

Y así era, Sarah Cameron y sus celos por la sana amistad que Kie y Amelie llevaban causó que actuara, no quería a Amelie con Kie e hizo lo peor que le pudo haber pasado a Amelie en sus tantos años de vida.

No quería guardar rencor, pero a pesar de que fuera capaz de perdonarla nunca olvidaría la mierda que llegó a sufrir.

╔═════════════════╗
si te gustó este capítulo, no te
olvides de votar y comentar !

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro