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ㅤㅤ𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗌𝖾𝗏𝖾𝗇

chapter seven:
𓍼 Juego de espías

ㅤDespués de su corta noche, el grupo —ahora con Kie— estaba reunido otra vez, ahora, con la oportunidad que les daba el dron que tomaron prestado para buscar el oro en las profundidades.

──Bien, JJ, ancla aquí ──guió John B una vez llegaron a su destino.

──Entendido ──respondió JJ desde la cabina del control de bote, dejando que el bote quedara quieto a paso lento──. Busquemos el tesoro.

──Me siento como en Piratas del Caribe ──soltó Amelie, demostrandole de su emoción a sus amigos.

──¿Quién serías tú? ¿Jack Sparrow? ──ironizó John B a su lado, claramente burlándose de ella.

Preferiría ignorar el hecho de que su mejor amigo no consideraba que podría ser una buena pirata.

──Bien, damas y caballeros... ──comenzó el mismo──. Nos convertiremos en Kooks ──anunció, para luego agregar──. Excepto por Amelie y Kie, claro.

──Wow, John, buena forma de generalizar ──acusó Amelie, acercándose al borde del bote.

Sus amigos también se acercaron al bote, con la intención de ver como el dron se sumergía cada vez más en la oscuridad del agua.

──Bien, JJ, estamos arriba del lugar. Diez segundos noroeste ──informó John B, ignorando aquel comentario de Amelie.

──¡Entendido! Diez segundos noroeste.

Mientras que todos hacían sus tareas asignadas, Amelie se acercaba hasta detrás de Pope para ver como el manejaba aquel dron, ya que todos habían elegido sus roles, mientras que Amelie se quedaba sin hacer nada, porque claramente no le dieron la oportunidad.

──¡Treinta metros! ──indicó ahora Kie, quien estaba manejando la soga y metros del dron.

Amelie y Pope miraron con detenimiento la transmisión del dron, en cuanto un raro pez se apareció en la pantalla de un solo pestañeo, causando que ambos amigos den un pequeño salto hacia atrás gracias al repentino susto que les dio.

──¿Qué? ──se acercó John B con curiosidad, creyendo que sus amigos habían encontrado algo interesante.

──Nada ──negaron al unísono aquellos dos, mientras que John B soltaba un suspiro pesado.

──Lo siento, pensamos que...

──No hagan eso, hermano ──advirtió JJ desde la lejanía, ya que al parecer estaba al tanto de lo que pasaba a pesar de no verlos.

──Creímos haber visto... nada ──intentó explicar Pope nuevamente, pero al igual que la primera vez, fue en vano.

Y nuevamente, ambos amigos volvieron a prestar su suma atención a la transmisión del dron, deteniéndose para ver cada único detalle.

──‹‹Abajo, abajo, el pueblo de Goblin Town. Abajo, abajo, ve pequeño›› ──citó Pope con emoción.

──No todo lo que es oro reluce citó ahora Amelie con una pequeña sonrisa al ver la expresión de sopresa de Pope.

──¿Viste El Hobbit? ──preguntó Pope con ilusión. Su sonrisa nerd aumento al ver como su amiga asentía.

──¡Ciento veinte metros! ──volvió a indicar Kie alzando su voz, volviendo a trazar una línea con su tiza-. La marea está cambiando.

──Se acerca una tormenta ──dijo Amelie, con su atención puesta en el cielo gris a la distancia.

──Oye, JJ ──llamó John B.

──¿Si?

──Diez segundos lentos, ¿okey? Sur, sudoeste, ¿si? ──respondió John B, indicando esto mismo con rapidez y emoción.

──¡Copiado! ──confirmó JJ, para después, volver con su vista al control y obedecer la orden de John B.

El bote no tardó en girar tal y como JJ quería que así lo hiciera, dejándolos más cerca del oro, según John B y sus indicaciones.

──Veinte segundos a velocidad media, ¿si? Al sur ──volvió a ordenar John B, alzando mucho más su voz.

──¡Copiado! ──repitió JJ, mientras que volvía a obedecer a John B su orden──. ¡Que no se enrede el cable! ──ordenó.

──¡Eso intento! ──habló Kie con agotamiento, mientras seguía haciendo fuerza en el cable que sostenía.

──JJ, sigue ──ordenó John B nuevamente.

──John B, ¿voy bien? ──cuestionó JJ desde la cabina, dándole una mirada a su amigo detrás, quien asintió de inmediato.

──¡Muy bien! ──indicó John B en un corto grito.

──¡Doscientos metros! ──informó Kie, mientras que volvía a trazar una línea con la tiza.

Para su muy mala suerte, la tormenta estaba cada vez más cerca de ellos, por lo que la dificultad de mantener el bote en en lugar era cada vez más difícil para JJ.

Los relámpagos no dejaban de resonar, y el frío viento no tardó en hacerse presente, mandando de su pesada brisa al grupo de adolescentes en busca de un tesoro.

──JJ, mantenlo firme ──ordenó John B, manteniendo su equilibrio mientras podía.

──¡Eso intento! ──se quejó JJ, mientras que luchaba con el agarre al volante, ya que no dejaba de golpearse con la pared.

──¡Doscientos setenta! ──anunció Kie.

──¡Esto será imposible, John! ──alzó su voz Amlie, ya que debido a la tormenta su voz se escuchaba menos.

──¡Doscientos ochenta!

──¡Al norte, al noroeste! ¡Diez segundos! ──volvió a indicar John B──. Pope, ¿cómo vamos? ──cuestionó para su amigo a su lado.

──Ya casi ──respondió Pope, con su mirada firme sobre la transmisión del dron.

──¡John B, hay demasiada corriente! ¡Vamos a perderlo! ──volvió a elevar su voz Kie luchando con el cable.

Amelie, al ver que literalmente estaba sin hacer nada mientras que sus amigos hacían lo posible por aquella misión suicida, corrió hasta Kie, colocando sus manos sobre las de su amiga para ayudarla a mantener el cable allí.

──¡Sur, sudoeste, JJ! ¡Vamos! ──alentó John B, ignorando por completo a sus dos amigas en busca de ayuda──. Velocidad media, ¡mantenlo estable, JJ!

──¡No vamos a lograrlo! ──habló Amelie aún dejando todas sus fuerzas sobre el agarre y el cable.

──¡Cállate, Amelie! ──callaron los tres chicos al unísono, hartos de la negatividad de su amiga.

Tenían un buen punto para callar a Amelie, pero ella preferiría estar en su casa dándose una ducha caliente y buscar el oro un día soleado antes de morir por una tormenta.

──¿Qué hay, Pope? Vamos, ¿qué ves? ──preguntó John B hacia el nombrado al ver que estaban justo sobre el objetivo.

──Nada. Nada y más nada ──respondió Pope a su lado, con un poco de desilusión y decepción.

──Bueno, deberíamos estar sobre el, hermano ──bufó John B, pasando una mano por su cabello con frustración.

──¡Chicas! ──llamó Pope, con la intención de obtener más información de sus amigas.

──¡Doscientos noventa! ──respondieron Kie y Amelie casi al unísono, tirando del cable hacia ellas──. ¡Doscientos noventa y cinco!

──Es el fondo, ¡es el fondo! ──informó Pope volviendo a alzar su voz con emoción.

──Muy bien, ¡JJ, no lo muevas! Un cuarto de velocidad, ¿si? ──ordenó John B otra vez──. Deberías ver algo, amigo ──murmuró junto a Pope.

──Sí, lo sé.

En ese mismo instante, ambos amigos formularon suspiros victoriosos y alegres, cosa que llamó la atención de sus dos amigas a unos pocos metros de ellos. Kie y Amelie se acercaron hasta estar junto a sus amigos, viendo aquello tan emocionante que ellos veían.

──Wow, que increíble.

──Dios santísimo ──celebró ahora Amelie con sopresa. No creía ver aquello tan pronto, tampoco creía en su existencia.

──¿Ves algo? ──cuestionó JJ aún desde la cabina de control, ya que era el único sin oportunidad de ver lo que veían sus amigos.

──Es el Royal Merchant ──nombró John B con una sonrisa de lado a lado.

Finalmente, había logrado terminar lo que su padre había iniciado. Encontrar el Royal Merchant, el cual de cierta manera volvía a unirlos, a pesar de la distancia que haya ahora entre ellos.

Todo niño en algún momento siente que todo es posible.

Sientes que tienes poderes mágicos. Podrías, no lo sé, escalar el Capitán sin entrenamiento, o llegar a Marte... o ser presidente.

El mundo está a tu alcance si tienes agallas. Y, cuando menos lo esperas, un Kook aparece y te dice que te equivocas. Que todo lo de escalar Marte y ser presidente... nunca pasará. La magia contra el cáncer y se muere.

──No hay nada ──musitó John B con decepción──. Saca el dron ──ordenó por último.

──Podemos volver a intentarlo, hay que cargar la batería y... volver a bajo ──habló Pope en un intento de calmar a John B.

──Mierda ──murmuró Amelie apartándose de allí, quizás estaba demasiado emocionada como para ahora sentirse decepcionada.

──Chicos, ya intentamos tres veces. No hay nada, ¿no lo ven? ──informó ahora JJ, más enfadado que decepcionado.

──¡Cállate! ──ordenó Kie en un alto grito.

A veces, Amelie no podía evitar verse obligada a odiar a Kie, no porque le callera mal, todo lo contrario, realmente la amaba, pero a veces podía ser muy pesada en algunas situaciones.

──Es cierto ──respondió JJ de igual manera alzando su voz, en contra de lo que Kie le ordenaba.

──El oro podría estar enterrado. No lo sabemos ──habló Kie, con la intención de relajar los nervios de John B.

──Sí hubiera estado ahí, el detector de metales lo había encontrado, ¿si? ──contradijo John B──. Tal vez alguien llegó antes.

──O nunca existió ──murmuró JJ, lo suficientemente alto como para que todos los presentes lo escuchemos.

Después de eso, finalmente partieron del lugar, en pleno silencio y decepción. A excepción de Amelie, quien estaba decepcionada pero no emitía ni un solo ruido o palabra.

Cuando finalmente llegaron a la zona de Figure Eight, los amigos de Amelie seguían discutiendo por el oro, como si eso fuera mucho más importante que dejar de pelear, porque en serio parecía una estupidez pelear y discutir por eso.

Amelie a veces se limitaba a poner sus ojos en blanco al escucharlos, pero en otras, llamaba su atención, retandolos cuál madre a sus cuatro hijos.

──Ya dejen de pelear, agotan mi poca paciencia ──bufó Amelie mientras rascaba la curva de su nariz con cansancio.

──Oh, lo siento por eso, Amelie, pero algunos de nosotros si necesitábamos ese dinero ──se quejó Pope como respuesta.

──Lo sé, pero no hace falta discutir por algo como esto. Ustedes... ──intentó explicar Amelie, pero esta vez fue interrumpida.

──No, no lo sabes ahora ──negó John B con rapidez interrumpiendola──. ¿Es broma? Vives en una mansión de oro con agua hecha por billetes, ¿de verdad lo sabes?

──Sé que necesitas ese dinero, John ──aseguró Amelie con una mueca de obviedad.

Odiaba cuando alguien le echaba en cara el dinero que tenía, como si fuera su culpa haber nacido Kook. Ese sentimiento de odio a esos comentarios aumentaba cuando venían de sus amigos. Incluso sentía tristeza por eso.

──Obvio que lo necesito, y por eso peleamos, porque no todos aquí nacimos en cunas brillantes ──esta vez, terminó Pope, defendiendo el punto de John B.

──Pope, ya basta ──ordenó Kie caminando hasta sus amigos mientras señalaba seria.

──¡Dije que lo sé, Pope! ¡No debes culparme porque tu familia no tenga dinero! ──defendió Amelie, ahora fue su turno de alzar su voz.

──¿En serio? Todo este tiempo siendo nuestra amiga para resaltar de entre los Pogues, ¿y ahora me echas en cara que mi familia no tiene el suficiente dinero? ──cuestionó Pope.

──Deja eso, Pope ──murmuró John B. Incluso Amelie creyó que la defenderia──. Después de todo, eres una Kook.

──Sabes que no es así ──negó Amelie, ignorando aquella familiar picazón que comenzaba a crecer por su garganta.

──¿De qué hablas, Pope? Déjala en paz ──esta vez, volvió a ordenar Kie, con la intención de aliviar la situación.

Y de un segundo a otro, una agria lágrima creció en Amelie, dibujando de punta a punta su roja mejilla. Mierda, creía ser capaz de no llorar ante sus amigos.

No tardó en escuchar como uno de sus amigos soltaba una falsa risa de incrédulo.

──Oh, has lo que mejor sabes hacer. Llora, Amelie, o al menos finge hacerlo ──habló John B, señalando aquella lágrima de Amelie.

Cuando Amelie pudo apartar la vista, se puso de pie reconociendo la casa que estaba a tan solo un muelle de ellos. Acercándose hasta JJ, ignorando el hecho de que él no se había tomado el tiempo de también defenderla.

Cuando llegó al lado delantero del bote, se posicionó a un lado de JJ, para ordenarle su petición.

──Déjame aquí ──ordenó Amelie con su voz entrecortada. En ese mismo momento se odiaba por demostrarse tan débil.

──¿La casa de los Cameron? ──preguntó JJ con obviedad, soltando una maldición en voz baja al ver como Amelie asentía.

──¿Qué? ¿Por qué? ──volvió a cuestionar, elevando su mirada hasta ella. ¿Cómo es que no se había dado cuenta de que estaba llorando?

JJ podía ser estúpido, pero siempre que se trataba de Amelie no dudaba en poner la mano al fuego por ella, pero esta vez no fue así, y él comenzaba a lamentarse por aquello que no hizo. Defenderla.

El hecho de tan solo pensar que en aquella casa podría cruzar palabras con Rafe le revolvía la sangre, no porque no confiara en ella, sino porque Rafe a comparación de él mismo, tenía muchas más oportunidades de tener la mano de Amelie.

──Solo déjame aquí, JJ.

Y esta vez, JJ obedeció, aún cuestionandose por la decisión de su amiga, pero decidió acotar sus órdenes. No quería que Amelie ahora se enojara con él.

Cuando Amelie piso las duras maderas que conformaban el muelle de la casa Cameron, no les dio ni una mirada a sus amigos en el bote, caminando a paso rápido en dirección a la casa. Su ego era mucho mayor que una mirada para sus amigos cuando fueron ellos los que la trataron mal.

Para la buena suerte de Amelie, no parecía haber nadie en la casa Cameron, por lo que se desvío de su camino, corriendo ahora en dirección a su casa, agradecía que no esté demasiado lejos.

Cuando llegó a su casa, no tardó en cruzar la puerta con rapidez, dando pasos largos y rápidos hasta poder llegar a su habitación, ignorando los llamados de Jake y Casiopea.
Odiaba cuando fingian que les importaba.

Cerró la puerta de su habitación con la misma fuerza, dejando sus lágrimas caer con rapidez. Son sus amigos, ¿cómo podrían tus amigos tratarte de esa manera? Quizá no lo sabía gracias a que nunca se había peleado con ninguno de sus amigos, ¿exageró demasiado? ¿Tenía que darles la razón?

¿En verdad era mala amiga?

Sus pensamientos fueron esfumados por los golpes en su ventana, claramente era golpeada por pequeñas piedras, ya que reconoció el ruido de estas. Cuando se acercó hasta esta, la abrió sin pensarlo demasiado, bajando su mirada para poder ver quien era el causante de esto. JJ.

──¿Qué haces aquí, JJ? ──interrogó Amelie mientras apoyaba sus dos manos sobre el marco de la ventana como soporte.

──¿No es obvio? Vengo por una visita ──protestó JJ desde abajo y una sonrisa traviesa.

──¿Tengo cara de necesitar una visita? ──replicó Amelie con agotamiento.

──No, pero si de necesitar mi presencia ──respondió, subiendo por aquel árbol que le daba la oportunidad de llegar a mi ventana.

Para su buena suerte, Amelie no negó ni emitió ni una sola palabra en cuanto JJ entró a su habitación, tirándose sin pensarlo sobre la cómoda cama de su amiga.

JJ pudo sentir la pesada mirada de Amelie, ya que volvió a hablar.

──Sigo amando tu habitación como si fuera el primer día ──balbuceó JJ, palmeando el costado de la cama.

Amelie se acercó hasta el borde de la cama con discreción y confusión, sin esperar aquella petición de JJ. A pesar de cuan insegura la dejó la solicitud de JJ, se recostó a su lado, con sus brazos sobre su estómago y su mirada sobre el techo.

Pudo notar de reojo como JJ se movía sobre uno de sus costados, quedando con su mirada puesta sobre el admirable perfil de Amelie, quien evidentemente sintió esto, y por alguna razón la dejaba aún más inquieta la potente mirada de su amigo.

──¿Qué haces aquí? ──volvió a interrogar Amelie, ya que tampoco había obtenido una respuesta concreta.

──Porque quería verte ──alegó JJ, con su tierna mirada aún en Amelie.

──Dime la verdad ──exigió Amelie, ahora siendo ella quien se recostaba sobre su lado, dejándola cara a cara con JJ.

JJ pareció pensar demasiado en su respuesta, a pesar de que ya sabía cuál darle, pero la inseguridad de responder con lo que él quería responder era aún mayor.

──No me gustó como te trataron John B y Pope. Y porque quería verte ──susurró JJ, extendiendo su mano temblorosa hasta el hombro de Amelie como forma de amparo.

Amelie sintió como cada músculo de ella se tensaba ante el suave tacto de JJ sobre ella, como si un tuviera en frente a un mismo ángel.

──Tienen razón ──murmuró Amelie con pena, ya que de cierta manera comenzaba a creer aquello.

JJ chistó con su garganta sin estar de acuerdo con eso, dándole una mirada desagradable a Amelie, quien ahora lo veía confusa.

──No digas eso, sabes que es mentira ──rechistó JJ, apartando su mirada fría de encima de ella.

──No lo sé, mi mamá dice que debería dejar todo ──respondió Amelie con pesadez.

──¿Todo? ──replicó JJ con curiosidad, manteniendo su mirada sobre Amelie.

──Sí. La escuela, ustedes, incluso quiere que deje la isla ──explicó Amelie, mientras que JJ soltaba muy malas palabras para su madre

──¿Qué? ──preguntó JJ, sin entender muy bien el porqué de Amelie.

──Cree que soy el fracaso de la familia, que no debería manejar mi vida de la manera en la que la manejo. Soy su única hija así que... le doy el placer de sentir decepción ──informó Amelie, sintiéndose más apenada al tener que decirlo en voz alta.

──No debes creer eso, Ames, tú eres mucho más que eso ──aseguró JJ, ahora subiendo su mano hasta la mejilla de Amelie, acariciando su suave piel.

──No lo creo, son cosas que escucha decir de Jake ──tartamudeó Amelie con falsas esperanzas de que lo que decía era verdad.

Casiopea si la quería, solo es la manipulación de Jake, o eso consideraba.

──Es un idiota.

──Sí, pero está con mi mamá y se supone que deba apoyarla en todo momento ──contradijo Amelie con angustia.

──¿Apoyas a alguien que nunca te ha apoyado? ──cuestionó JJ incrédulo──. Ames, eso es una idiotez, solo déjala ir

──¿Dejarla ir? ──repitió Amelie confusa, puesto a que no sabía a que se quería referir JJ.

──Sí. Deja que hable de lo que se le plazca, tú sabes que eres especial para muchos de nosotros, Ames ──enunció en un pequeño murmuro, cortando más la distancia entre ambos.

──Supongo...

La suave caricia de JJ causaba que sus mariposas volarán fuera de ella. Estaba cien por ciento segura de que si fuera posible, su corazón saldría de su pecho en ese momento.

──Eres especial e importante. No te imaginas cuanto. Que ningún padrastro y madre te diga lo contrario a eso ──añadió JJ con voz trémula.

──No puedo ──negó Amelie soltando un suspiro agotador──. Cada vez que me defiendo me sacan de la casa. ¿A dónde se supone que iré si no me dejan entrar más?

──Bueno, siempre tienes el Chateu para ti ──respondió JJ con su voz tierna──. Vamos, no te amargues, pareces una anciana cuando te enojas ──resopló.

──¡Oye! ──se quejó Amelie con diversión al terminar de sentarse──. Eres un idiota ──empujó levemente a JJ por uno de sus hombros.

──Y tú eres hermosa.

Amelie no podía ni siquiera creerlo. Había pensado muchas veces en lo inalcanzable que era JJ para ella, pero nunca creyó que era linda para él. Su pulso se aceleraba por cada segundo que pasaba y las mariposas de su estómago bailaban.

Para su buena suerte, JJ no pudo ver las rojas mejillas de Amelie ya que la ventana volvió a llamar su atención. JJ se levantó de la cama con pocas ganas, acercándose hasta la ventana, y cuando estuvo frente a esta, la deslizó hacia arriba, abriéndola.

──¿Qué hacen aquí? ──interrogó JJ asomándose por la ventana con su mirada baja.

──¡Vamos, hoy es noche de cine! ──se escuchó la voz de Kie en un alto grito desde el exterior.

──¿Noche de cine? ──replicó JJ con confusión ante su respuesta.

──¡Sí! ¡Trae a Amelie! ──demandó Kie con claridad.

──No vamos a... ──comenzó a responder JJ, pero Amelie, quien ya se había levantado del cama, lo interrumpió.

──Irémos ──objetó Amelie, ahora asomándose ella por la ventana, logrando ver a sus dos amigos allí.

JJ la tomó levemente del brazo, tirando de ella hacia atrás hasta quedar ambos cara a cara nuevamente.

──¿En serio? ──consultó JJ con cierta decepción. Su plan perfecto sería quedarse con ella a solas.

──Sí. ¿Qué puede salir mal en un noche de cine? ──animó Amelie con una sonrisa de lado a lado, dejando a JJ detrás.

Después de que Amelie y JJ se pusieran de acuerdo, cruzaron nuevamente la ventana, llegando a tocar otra vez el suave pasto, ahora junto con Kie y Pope.

Las cosas entre Amelie y Pope parecían estar incómodas aún, pero aún así, solían burlarse del otro en algún momento del camino, como cualquier otro día normal. A pesar de que a Amelie le gustara estar con Pope, no podía evitar lo irritable que era la idea de que aún no le haya pedido una disculpa, porque obviamente ella no pensaba en hacerlo por él.

── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──

──Que bueno que hagamos esto ──deleitó Kie con emoción──. Tranquilos... volvemos a la vida normal, ¿no les encanta haber venido?

Sus dos amigos, quienes iban detrás de ella compartieron miradas temerosas, sabiendo que se pondrían muy en peligro. Amelie no logró entender estas miradas.

──Muchísimo ──rechistó Pope mientras dejaba las cosas que cargaba sobre el césped.

──La cama de Amelie era más cómoda, para ser honesto ──bufó JJ, dejando también las cosas que cargaba.

──Salimos de la zona segura ──murmuró Pope acercándose a su amigo, JJ.

──Amigo, tranquilo, ¿okey? ──tranquilizó JJ, mucho más relajado que el chico a su lado.

──Estamos en medio de Kooklandia, este es el último lugar al que quería venir ──añadió Pope con molestia.

──Cállate, Pope ──exigió Amelie, harta de las protestas y preocupación de su amigo.

Mientras que Amelie dejaba su silla junto a la de Pope, quedando entre el y Kie, JJ se adelantó, empujando la silla de Pope hacia atrás para dejar la suya en el medio.

Es posible que Amelie no se haya dado cuenta de esto puesto que ya se había alejado del dúo, siguiendo a Kie en busca de bebidas frías.

──Hola. ¿Me das tres pepsis, por favor? ──demandó Kie con amabilidad al hombre que nos atendía.

──Claro ──confirmó aquel hombre, mientras se movía en su lugar en busca de lo indicado por Kie.

──Hola Kie, ¿qué tal? ──habló Rafe, llegando al lugar y para colmo, al lado de Kie y Amelie.

──Muy bien ──comentó Kie con pocas ganas, dudosa del acercamiento de Rafe.

Rafe, al darse cuenta de la presencia de Amelie, sintió una grave culpa al ver el tenue purpura que rodeaba la zona de uno de sus ojos. No debía sentirla, ya que prácticamente lo era.

──Bien ──balbuceó Rafe──. Dile a tu amigo que sabemos lo que hizo ──advirtió de entre dientes.

Kie volteó tan solo un segundo para darle una mirada confusa a Amelie en busca de respuestas, en cuanto a su amiga, no respondió, sabiendo la promesa que le habían hecho a Pope de mantener su boca cerrada.

──Lo siento, ¿de qué amigo me estás hablando? ──interrogó Kie, aún confusa.

──Él lo sabrá ──aseguró Rafe con una sonrisa de superioridad e incrédubilidad.

──Vamos, Kie ──ordenó Amelie, intentando escapar de la conversación con Kie.

Para su buena suerte, Kie obedeció, aceptando el agarre que Amelie le dio para llevarla con ella.

──Adiós ──se despidió Rafe a sus espaldas, fingiendo amabilidad.

──Idiota ──balbuceó Kie mientras se alejaba a paso rápido a la par de Amelie──. ¿Sabes a que se refería? ──cuestionó.

──No, ni idea ──negó Amelie al instante, sabiendo perfectamente a qué se refería Rafe.

──Vimos a Rafe y dijo... Voy a citarlo. ‹‹dile a tu amigo que sabemos lo que hizo›› ──habló Kie al llegar a sus dos amigos junto con Amelie.

Amelie se sentó sobre su silla, sintiendo las miradas impacientes de Pope y JJ sobre ella en el momento en que Kie habla, cuestionando a Amelie con sus miradas.

──¿Qué quiso decir? ──al parecer, Kie aún seguía con la duda que nadie le terminaba de aclarar.

──Mhm... ¿Dónde está? ──preguntó JJ, ayudando a Amelie a abrir su lata de pepsi.

──Atrás ──indicó Amelie, señalando con su dedo sobre sus espaldas.

Sus amigos voltearon de inmediato a ver, sin disimular esto ni un poco. Claramente notaron la presencia de Rafe, ya que volvieron a voltearse hacia adelante con rapidez y frustración.

──Oh, el escuadrón de la muerte ──murmuró Pope con voz temblorosa al descubrir la presencia de no sólo Rafe, sino sus otros dos amigos.

──¡No los veas! ──ordenaron Amelie y JJ al unísono, ya que Pope estaba siendo evidentemente muy obvio.

──Les advierto... ──comenzó JJ con su mirada puesta sobre Pope y Amelie──, si me acorralan, voy a atacar ──advirtió con euforia.

──Entendido ──confirmó Pope, de acuerdo con las advertencias de su amigo.

──Me apunto ──señaló Amelie con una sonrisa divertida. Era hora de darle a Rafe su merecido.

A pesar de que todos allí supieran que Amelie nunca había estado en una pelea a puño cerrado.

──Y si eso no funciona, tengo lo otro aquí ──señaló JJ alzando su mochila y palmeando el bolsillo de esta.

Claramente esto no le gustó demasiado a Kie, por lo que le dio una mirada ofendida a Amelie, quien la esquivó sin dar respuestas a sus dudas.

──Sí. Tenemos que quedarnos, no pueden atacarnos en grupo ──aseguró Pope removiendose en su lugar, asintiendo con miradas hacia Amelie y JJ.

──Como un cardumen ──nombró Amelie con seriedad. Sus amigos voltearon para verla de inmediato.

──Exacto ──confirmaron sus dos amigos al unísono y sonrisas de victoria.

Es como si volvieran a aquellos años en los que molestaban a los niños que los molestaban. Quizás no sea lo correcto, pero eran niños, y no iban a dejar que alguien los pisoteara por ser simplemente Pogues.

──Es un cardumen. No lo abandonaré, me quedaré aquí ──resopló Pope inquieto por la situación.

──JJ, por favor. Dime que no trajiste el arma aquí ──rogó Kie con preocupación──. JJ, hay niños ──lo retó con disgusto.

──No, Kie. No traje el arma, todo está bien, ¿okey? ──objetó JJ con obviedad y ofensa.

──Oh, gracias, muy convincente. Perfecto, JJ ──respondió Kie con urgencia──. Regla número uno, chicos no hay secretos entre Pogues. ¿Qué quiso decir Rafe? ──volvió a cuestionar.

──Kie, tal vez todo termine esta noche ──murmuró Pope como respuesta, acercándose a ella mientras dejaba una de sus manos sobre el hombro de su amiga.

──¿Qué quieres decir? ¿‹‹Todo termina está noche››?, ¿qué van a hacer? ──volvió a interrogar Kie, puesto que nadie le daba respuesta alguna.

Sus tres amigos compartieron miradas interrogatorias, preguntándose con esta su era correcto guardarle aquel secreto a Kie. Claramente acordaron en quedarse callados.

──Oigan, si algo pasa, recuerden lo que les enseñé ──mencionó Amelie con autoridad, esperando la respuesta correcta de sus amigos.

──Negar, negar y negar ──decretaron ambos chicos al unísono con evidencia.

•••

Al mismo paso que la película avanzaba, la oscuridad de la noche caer los envolvía, dejándolos con la vista de la luz proveniente de la gran pantalla frente a ellos.

Para su buena suerte, Rafe y su dúo no habían dado ningún movimiento hacia ellos con otras intenciones, ya que no habían interactuado después del encuentro con Amelie y Kie, pero algo les decía que pronto pasaría.

──JJ ──nombró Pope, asomándose por delante de los ojos de Amelie, cortando su vista.

──¿Qué? ──cuestionó JJ también acercándose delante de Amelie, esperando la respuesta de Pope.

──Tengo que orinar ──contestó Pope alarmante con cautela y miedo a lo que puedan decir sus amigos.

Y obviamente, ambos pusieron sus ojos en blanco ante la torpeza de Pope.

──Aguantate ──mandó JJ en una corta respuesta, volviendo a ver la pantalla.

──No puedo aguantarme. Bebí mucho refresco ──lamentó Pope, luchando con sus ganas.

──Por Dios, Pope, eres un idiota ──murmuró Amelie después de soltar un suspiro rendido.

──Estamos expuestos, nos verían ──continuó JJ, repasando su mirada por el alrededor.

──Pope, quedan minutos para que termine la película, aguantate ──ordenó Amelie nuevamente. Pope negó con su cabeza.

──Tengo que ir.

──Mierda ──susurró Amelie, sabiendo lo que eso significaría, volteó a ver hacia atrás, notando como el trío de Kooks veía la película sentados justo frente a la puerta del baño──. Bloquean el baño ──alarmó, volviendo a sus amigos.

──Okey, ven, sé a donde ir ──ordenó JJ, alertando a Pope. Este mismo volteó hacia atrás al notar la inasistencia de su amiga──. ¿No vienes? ──preguntó volteandose hacia ella.


Amelie lo miró con obviedad y desagrado, frucniendo su ceño con aborrecimiento por la simple idea de tener que acompañar a sus amigos a orinar. JJ y Pope supieron su respuesta con tan solo sus expresiones.

──¿Qué? ¿Por qué querría ir? Vayan ustedes, yo me quedo con Kie ──consultó Amelie, aún con asco por la idea.

──Oigan, ¿a dónde van? ──preguntó ahora Kie al ver como sus amigos se alejaban de su alrededor.

──Tenemos que orinar ──respondió JJ, para después darse la vuelta e irse a la par de Pope.

──¿Necesitan hacerlo de dos? ──volvió a preguntar Kie.

──¿Van a sujetar el del otro? ──ironizó Amelie, más para Kie que para sus amigos, ya que ninguno de sus amigos respondió.

Los minutos y segundos seguían pasando, y aún así, sus amigos no parecían demostrar señales de vida, cosa que preocupó aún más a Amelie, sabiendo las circunstancias de su inasistencia.

──¿Dónde están estos idiotas? ──finalmente, Kie cuestionó alzando su voz, como si acabara de leer la mente de su amiga.

Amelie sintió como su presión bajaba al voltear y ver que Rafe y su grupo tampoco estaban en sus lugares anteriores. Y eso solo podía significarse una sola cosa. Peligro.

──Deberíamos ir por ellos ──aseguró Amelie poniéndose de pie junto junto Kie.

Kie y Amelie comenzaron a caminar un tanto agachadas para no interferir en la vista de nadie, con dirección a donde JJ y Pope habían desaparecido para orinar.

Al llegar, notaron como Topper, Rafe y Kelce golpeaban a sus amigos con suma fuerza y cero piedad, cosa que alarmó a las dos chicas de inmediato.

──Mierda ──murmuró Amelie, adentrándose al lugar──. ¡Rafe! nombró, empujando a Rafe por sus hombros.

──¡No te metas, Amelie! ──ordenó Kelce, quien sostenía el cuello de JJ.

Claramente Amelie no tenía pensado quedarse de brazos cruzados, por lo que mientras que Kie se encargaba de ayudar a Pope, Amelie corrió hasta Rafe, saltando sobre su espalda, ahora copiando el trabajo de Kelce, haciendo presión sobre su cuello.

Rafe se apartó de JJ finalmente gracias al doloroso agarre de Amelie, este mismo en busca de liberarse del agarre de la chica, tomó por los dos hombros a esta, empujando de ella hacia adelante, causando que caiga de espaldas al piso delante de sus pies.

Eso dejaría gran dolor.

──Te dijimos que no te metieras ──escupió Rafe de entre dientes, con su mirada puesta sobre Amelie.

──Imbécil ──respondió Amelie alzando su voz, pero Rafe ya no era capaz de escucharla.

──Ven aquí, Pogue ──advirtió Rafe, volviendo a golpear repetidas veces a JJ.

──¡Admite que lo hiciste, perra! ──amenazó Topper, quien mantenía el agarre sobre Pope. No te metas conmigo──. Te daré una oportunidad, ¡una oportunidad!

La angustia y ansiedad que le daba a Amelie causó que se arrastrará hasta la mochila que JJ había llevado segundos antes, abriendo esta con rapidez, buscando algo que pueda salvar a sus dos amigos de los Kooks psicópatas.

Agradeció al cielo al tocar aquel objeto que, en otra situación le hubiera dado un gran susto, pero en esta, solo podía tomar el arma con lentitud y seguridad. Se puso de pie con esta en mano, apuntando directamente hacia Kelce, quien sostenía a JJ mientras que Rafe le daba golpes repetidas veces.

Ninguno de los presentes se había dado cuenta de su presencia hasta que Amelie cargó el arma, haciendo que el sonido de esto alarmara a los presentes, quienes se giraron en dirección a esta de inmediato.

──Amelie... ──murmuró Rafe con temor a lo que Amelie pudiera hacer, extendiendo sus manos hacia ella.

──¡Cierra la boca, Rafe! ──ordenó Amelie, haciendo más presión sobre el arma, cosa que alarmó aún más a Rafe y sus amigos.

──Baja el arma ──pidió Rafe con voz temblorosa, acercándose a paso lento a Amelie.

──Sueltenlos ──decretó Amelie, más ninguno obedeció──. ¡Ahora! ──repitió en un audible grito y, esta vez, Kelce y Topper soltaron sus dos amigos.

──Amelie ──volvió a nombrar Rafe con inseguridad por cada paso que daba hacia ella.

──Aléjate ──mandó Amelie──. Creí que estabas mejorando, pero si te soy sincera, Rafe, cada vez te hundes más en tu locura ──rechistó con furia.

──No lo harás, no tienes las agallas ──aclaró Rafe con ironía y diversión al tan solo esta idea.

Claro que no tenía las agallas, no era una asesina, pero aún así, el odio que sentía en ese momento por Rafe la superaba. Amelie no le disparó por obvios motivos, dándole un fuerte golpe a Rafe sobre su nariz con el arma. Gracias a este pesado objeto más el fuerte golpe de Amelie, la nariz de Rafe comenzó a sangrar de inmediato.

Eso dejaría no solo dolor, sino una también una marca.

──Estás loca ──soltó Rafe mientras se acercaba a Amelie, empujando a esta por sus hombros, causando que Amelie caiga sobre su espalda.

──¡Suéltala! ──ordenó JJ con temor al ver como Rafe se posicionaba sobre Amelie, tomando el cuello de esta.

──¡Rafe! ──nombre Topper ahora, sin estar de acuerdo en lo que Rafe hacía con Amelie.

Para la buena suerte y vida de Amelie, Kie había sido mucho más ingeniosa, encendiendo la gran pantalla, dejando ver de inmediato el fuego que no dejaba de crecer.

──¡Chicos, fuego! ──alarmó Topper, soltando el agarre sobre Pope, dejándolo libre.

──¡Kelce, suelta a JJ! ──ordenó Kie, y obviamente el asustado chico obedeció.

──Rafe, vámonos, amigo ──ordenó Topper, acercándose con inquietud a Rafe, quien aún no parecía querer soltar a Amelie.

──Rafe, suéltala ──indicó ahora JJ, empujando a Rafe por sus hombros cuando finalmente la soltó.

──¿Estás bien? ──cuestionó Kie a un lado de Pope, quien asintió──. Estás bien ──confirmó con más seguridad.

──Eres una idiota ──murmuró Pope con diversión.

──Te salvé el trasero ──bromeó Kie de igual manera, para después volver con su mirada a JJ, confirmando que este se encargara de Amelie.

Mientras que Amelie, lo unció que podía hacer era toser gracias al ardor que el agarre de Rafe le había ocasionando y recuperar todo el aire que había perdido.

──Ames ──nombró JJ con voz temblorosa, acercándose a su amiga en el piso──. ¿Estás bien? Lo siento.

──Está bien ──murmuró Amelie como respuesta, volviendo a toser cortas veces mientras se sentaba allí.

──Mira ──esto se quejó JJ con dolor y odio al ver las marcas que quedaron sobre el cuello de Amelie──. Voy a matarlo ──aseguró de entre dientes.

──No hoy ──suplicó Amelie con una expresión agotadora, y únicamente por esto JJ aceptó su indicación.

──Tal vez mañana ──bromeó JJ con una sonrisa, intentando animar a Amelie, supo que lo hizo al ver como su amiga esbozaba una sonrisa──. Vamos ──dijo, poniéndose de pie──. Lo siento. De nuevo ──volvió a disculparse mientras ayudaba a Amelie a ponerse de pie.

──Ya dije que estoy bien ──comentó Amelie al terminar de aceptar su ayuda.

──Él te lastimó, me es imposible perdonar eso ──murmuró JJ, con miedo a escuchar alguna respuesta negativa de Amelie.

──Sí, pero fue su culpa, no tuya ──negó Amelie con rapidez, sintiéndose culpable por las disculpas de JJ.

──Si hubiera ido con Pope...

──JJ, está bien ──interrumpió Amelie con una sonrisa amigable al ver la sinceridad con la que JJ le hablaba.

──Bien ──afirmó, no tan seguro de esto.

──Vamos, Fushi ──animó Amelie mostrando una divertida sonrisa en cuanto JJ también lo hizo.

──Comienza a agradarme que me llames así. Me asusta ──murmuró JJ con admiración a aquel apodo que juraba odiar.

──No seas dramático ──bromeó Amelie por último, correspondiendo el abrazo de JJ para después caminar hacia la ban──. Evidentemente te gusta. Siempre te gustó.

──¿Seguimos hablando de mi ridículo apodo? ──preguntó JJ, enfrentando a su amiga, deteniendo su caminata.

Por alguna extraña razón, Amelie supo que no estaban hablando de lo que JJ creía. No tuvo que decir palabra alguna para decir lo que quería decir, sus ojos bastaban. Aquellos dos ojos fundidos en un océano infinito hablaron por él.

──Sí, seguimos hablando del apodo ──murmuró Amelie en respuesta, alejándose nuevamente.

── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──

Luego de su larga noche, Amelie, Kie y JJ ayudaban a Pope y su padre en su negocio, acomodando ciertas cosas de el lugar.

Amelie y sus dos amigos aún se obligaban a no contar nada de lo sucedido en la noche, ni mucho menos explicar la razón de porqué sucedió, por lo que Kie solo se limitaba a pensar que solo eran los Kooks con sus locuras de siempre.

──No lo piensen tanto, chicos ──volvió a hablar JJ después de escuchar las lamentaciones de Kie y Pope──. Eran tres, nosotros dos. Movimiento típico de Kook.

──No tienen agallas, sino, vendrían de a uno ──confirmó Amelie, ayudando a JJ a acomodar unas naranjas.

──¿Cómo tuviste la idea de darle con la cabeza? ──preguntó JJ moviendo su vista hasta Pope, quien estaba aún lamentándose.

Sus dos amigas también lo vieron con una sonrisa orgullosa, ya que habían estado presentes durante aquel gran golpe que Pope logró darle a Topper.

──No lo sé, hermano. Actúe por instinto, ¿si? ──comenzó a responder Pope──. Era un animal atrapado.

JJ logró obtener la atención de Amelie en cuanto lanzó una de las naranjas directamente a la cara de esta al notar como veía a Pope sin disimular ni un poco con su mirada. No mentiría, le afectó de cierta manera, y ese sentimiento fue aún más extraño.

Amelie tomó esta naranja misma, lanzandola ahora hacia el pecho de JJ, quien estaba más envuelto por sus pensamientos que ni se dio cuenta del golpe.

──Hey, Pope ──llamó su atención Heyward entrando al lugar──. Hay alguien que quiere verte ──indicó.

El grupo de amigos compartió miradas confusas, pero después de eso, sus miradas ahora temblorosas cambiaron al ver como el oficial Shoupe entraba al negocio.

──Hola, oficial ──saludó Pope con espanto e inquietud al tan solo pensar en el porqué el oficial estaba allí.

──Tengo una orden de arresto por destrucción de propiedad ──informó Shoupe adentrándose al lugar, caminando en dirección a Pope.

Pope, quien ya había comenzado a temblar, volteó hacia atrás para ver a sus amigos con temor. Amelie y JJ, a diferencia de él, lo veían con rencor y furia, no por él, sino por la situación.

──¿Qué dices? ──defendió Heyward, sin confiar ni creer en lo que Shoupe hacía y decía.

──Pon las manos en el mostrador, donde las vea ──ordenó Shoupe ahora detrás de Pope, quien obedeció de inmediato.

──Shoupe, ¿qué hizo? ──volvió a preguntar Heyward.

──Mira la orden, Heyward ──respondió Shoupe dejando el papel indicado sobre el mostrador mientras ponía las esposas alrededor de las manos de Pope.

──Mierda ──murmuró Amelie con inquietud y desesperación.

En ese mismo momento, Amelie dejó de oír la discusión que estaban teniendo Kie y Heyward con el oficial. Sus pensamientos iban tan rápido que solo le hacían obtener malas ideas para resolver aquello, pero a pesar de lo mucho que pensara, había una sola idea que salvaría a Pope, pero no a la situación.

Mientras que Pope era arrastrado por Shoupe hacia afuera del negocio, Amelie supo lo que estuvo a punto de hacer JJ con tan solo ver la duda en sus ojos, deseando que en verdad no hiciera aquello.

──¡No fue él! ──comenzó JJ acercándose a este──. Fui yo, él intentó detenerme pero estaba enojado porque lo habían golpeado. Estoy tan cansado de esos imbéciles que me volví loco.

Eso no estaba pasando, mientras que JJ terminaba de acercarse al oficial y por último a Pope, sus dos amigas veían con temor aquello, y aunque no tuvieran favoritos, ambas tenían elegido al que no querían que arrestaran.

──No puedes culparte por mi, tienes mucho que perder ──murmuró JJ con seguridad.

──¿Qué haces, JJ? ──cuestionó Pope delante de ella con ofensa, puesto a que no le parecía correcto lo que JJ hacía.

──Digo la verdad, por una vez en mi vida estoy diciendo la verdad ──finalmente, Shoupe demostró atención a esto.

Mientras que JJ le rogaba con la mirada, Pope sólo podía mirarlo con afecto, no podía creer que él esté haciendo eso por él, aún así, no le parecía correcto.

──JJ, vamos ──intervino Pope, con la intención de detener las ideas de JJ.

──Cállate, Pope ──ordenó JJ alzando su voz──. Él es un buen chico, me conoces ──dijo ahora volviendo a ver a Shoupe.

──Sí ──confirmó Shoupe──. ¿Eso es verdad? ──preguntó ahora para Pope.

Pope pareció dudar al inició, pero finalmente confirmó aquello al ver como JJ asentía con una sonrisa reconfortante, haciéndole saber que todo estaría bien, a pesar de que todo se esté yendo a la mierda.

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