ㅤㅤ𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝖿𝗂𝗏𝖾
chapter 𓍼 five:
Por ser Kooks
ㅤAmelie tomó aquel blanco y pequeño paquete que ya la traía impaciente desde el segundo en el que lo descubrió. Con la emoción manejada por su hallazgo, lo analizó con determinación. Allí, pudo saber que sería para John B, pues en la cubierta de este estaba escrito ‹‹para pájaro›› en letras grande.
Estuvo unos cuantos segundos analizando aquello y, cuando terminó con su trabajo, volvió a pasar este a través del angosto espacio, volviendo con sus amigos, quienes esperaban impacientes por ella. Luego de tocar tierra, dejó aquel paquete bajo el poder de John B.
──Eso no es oro ──señaló Pope, con cierto rastro de decepción.
──Mierda ──murmuró John B, perplejo, llamando la atención de sus amigos──. Es de mi papá ──indicó, levantando su vista hacia sus amigos.
──Eso es bueno, ¿no? ──cuestionó Amelie, acercándose a John B.
Antes de que su amigo pudiera responder, JJ interrumpió.
──Código rojo. Traficantes.
──Vamos ──ordenó Kie comenzando a moverse con rapidez. Junto a ella estaba Amelie, haciendo exactamente lo mismo.
──Son los que robaron tu casa ──añadió JJ, empujando por la espalda a John B, escondiéndose detrás de la gran tumba.
──Las linternas ──señaló Amelie, sentándose sobre el imperfecto césped. John B obedeció, mientras que JJ se encargaba de apagar su cigarro.
──Apaga la luz ──repitió Pope, aún de pie, apagando la luz que llevaba JJ sobre su cabeza.
──¡Allí! ¡Vamos! ──habló aquella desconocida voz.
──¿Serán ellos? ──cuestionó Kie, con preocupación.
──Yo tengo el arma ──respondió JJ de entre dientes. No dejaría que sus amigos volvieran a pasar por esa terrible situación.
──Al carajo, algún día moriré, pero no hoy ──habló Amelie poniéndose de pie. Una vez lo hizo, no se detuvo ni un segundo a pensárselo dos veces; salió corriendo en dirección a la salida más cercana.
Gracias a los llamados que se encontraban a sus espaldas, supo que Kie la estaba siguiendo.
──¡Ames! ──nombró JJ desde la poca distancia. Al parecer, él, Pope y John B también estaban corriendo.
Corrieron pocos pasos más hasta llegar a la entrada. A través de la reja, pudieron notar a la ban justamente del otro lado de esta. No tardaron mucho en treparse a esta para poder cruzar.
──¡Vamos! ──apuró JJ mientras seguía corriendo junto con sus amigos, excepto Pope, quien ya había llegado a la puerta.
──Chicos, estoy atorado ──balbuceó Pope, con notables nervios. El moreno ya estaba en la parte alta de la reja.
Los presentes corrieron hacia él con las intenciones de ayudar a su amigo y salir en cuanto antes de allí.
──Pope ──JJ se acercó y sacó la tan nombrada pistola──. No te muevas ──ordenó mientras apuntaba a los pantalones de Pope.
──Lo vas a romper ──se quejó John B mientras empujaba las manos de JJ hacia abajo, para que no pudiera finalmente disparar.
──Esperen, esperen, lo van a romper ──informó Pope, siendo arrastrado por Kie y Amelie, quienes tiraban de sus cortos y atorados pantalones.
──¿Qué importa? Yo te compro otros ──se quejó Amelie aún haciendo fuerzas para tirar de Pope.
Finalmente, Pope se liberó, únicamente por el hecho de que Amelie y Kie terminaron rompiendo sus pantalones, dejando sus morenas piernas al descubierto y su tierna ropa interior siendo vista.
──¡Vamos! Todavía no puedes morir ──alentó JJ mientras corría hacia la ban con sus tres amigos.
──Lindas piernas ──rió Amelie, de entre risas al ver como Pope entraba a la ban cubriendo su ropa interior con vergüenza.
──¡Suban! ──ordenó JJ otra vez, después, se alejó para subirse en uno de los asientos delanteros.
──¡Vámonos de aquí, John! ──llamó Amelie asomándose por el espacio de los dos asientos delanteros. Kie y JJ aún reian.
── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──
Una vez llegaron al Chateu, con el miedo de que aquellos traficantes vuelvan a por ellos, se reunieron en la sala del acogedor lugar, esperando impacientes por John B y su curioso sobre blanco.
John B tomó lugar en una de las pocas sillas que rodeaban la mesa circular, mientras que Amelie se paraba detrás de él, dejando sus dos manos sobre los dos hombros del chico como forma de demostrar apoyo.
──Ese pan se llenó de moho hace tres días ──informó Pope, viendo como JJ hacia su comida con este dichoso pan.
──Sí, le estoy sacando esas partes ──respondió JJ, terminando su comida──. Además, el moho es bueno. Es un... organismo natural.
──JJ ──llamó Kie desde la mesa, con la intención de apurar el paso de su amigo.
──Sí, sí. Perfecto, a comer ──dijo el rubio con emoción, para después darle un gran mordisco a su sándwich. El sabor del moho no tardó en llegar a su paladar, por lo que aquel trozo de su sándwich volvió rápidamente afuera luego de que JJ lo escupiera.
Cuando John B finalmente abrió el sobre, sacó del interior un papel más pequelo. Sin querer tardarse mucho más, el castaño no dudó en desenvolver aquel papel. Terminó tratándose de un mapa.
──Mierda ──murmuró John B, con confusión.
──¿Es un mapa? ──quiso saber Amelie, asomándose por encima del hombro de John B para poder verlo con claridad.
──Hay una cruz aquí ──señaló Pope mientras apoyaba uno de sus dedos sobre la nombrada cruz.
──Longitud, latitud... ──guiaba John B mientras desplazaba su dedo por el mapa──. Tal vez hay algo más ahí ──indicó, mientras que volvía a tomar el sobre.
Cuando finalmente rebuscó lo suficiente hasta encontrar algo, sacó su mano del sobre, y, como algunos esperaban, no volvió vacía. Ahora, había sacado una grabadora. Todos se quedaron viendo el objeto con curiosidad.
──¿Qué es eso? ──preguntó JJ, compartiendo miradas confusas. Sus dos amigas lo miraron con incredulidad.
──Una grabadora, idiota ──contestó Kie, con obviedad, al mismo tiempo en el que negaba con su cabeza, cansada de las tantas preguntas de JJ.
──Querido pájaro.
──¿Quién es pájaro? ──volvió a cuestionar JJ.
──Así me decía papá ──respondió John B, con una pequeña sonrisa en sus labios.
──Odio decir te lo dije, pero... te lo dije. Y tú que dudabas de tu papá. Sospecho que en este momento debes estar lleno de culpa por nuestra última pelea, pero no te suicides aún, chico. Yo tampoco me esperaba encontrar el Merchant...
En cuanto escucharon esto, pusieron sus ojos como dos platos, sorprendidos. Para después, compartir miradas victoriosas con sus amigos. Aún así, son poder procesar toda la nueva información.
──Tenías razón en estar enojado. No fui exactamente el padre de la década. ¿Qué puedo decir, chico? Sabía que estaba cerca. Espero que escuches esto en nuestra nueva mansión en Costa Rica mientras vivimos de inversiones pasivas y disfrutamos del tiempo libre. Si no, si encuentras esto en peores condiciones, bueno, para eso es el mapa. Ahí está, el Merchant naufrago. Si algo me pasa, termina lo que comencé. Consigue el oro, chico. Te amo, Pájaro, aunque no siempre actuara así. Te veré del otro lado.
Para cuando la grabación terminó, John B se había alejado de la mesa y sus amigos, recostando uno de sus lados sobre el mural de la entrada a la sala, dándole la espalda a sus amigos. A pesar de estar a distancia, Amelie pudo reconocer y escuchar los sollozos de John B. Como si no pudiera dejar de llorar por saberlo finalmente. Por saber que su padre no había sobrevivido.
──¡Mierda, lo encontró! Encontró el Merchant ──festejó JJ alzando su voz, tan emocionado que no pudo saber que era lo que pasaba John B.
──¿Podrías callarte? ──requirió Kie, sin mucha paciencia para con su amigo, para después también alejarse.
Kie caminó hasta estar junto a John B, sin dudar ni un segundo al abrazarlo por su espalda, recostando su cabeza sobre el hombro de este de manera reconfortante. Dejandole por saber que sus amigos estarían allí para él.
──Lo siento ──se disculpó JJ a pesar de que Kie ya se había separado de su alrededor.
Y así se quedaron por varios largos minutos más. Esperando a que John B se encuentre lo suficientemente bien como para poder volver a hablarles. Compartieron varias palabras, más nunca una conversación estable con él.
Después de esos largos minutos, decidieron salir con John B, quien estaba tomando el aire y privacidad del muelle, a pesar de que él mismo dijo que necesitaba estar solo, sabían que en realidad no quería que lo dejaran. Sin dudarlo más, Kie, Amelie, Pope y JJ fueron a sentarse al muelle a hacerle compañía a su mejor amigo. Se mantuvieron en silencio, pero estaban juntos, y eso era mejor que cualquier otra cosa.
Y no salieron sin olvidarse sus latas de cerveza, claro.
──¿Cuánto era que había? ──habló JJ con sus preguntas. Había sido el primero en hablar desde que llegaron.
──Cuatrocientos millones ──respondió John B.
──¿Cómo repartiremos? ──preguntó nuevamente JJ──. Antes de que digan ‹‹en partes iguales››, les recuerdo que soy el único que puede defendernos de los traficantes. La protección no es barata.
──No tienes entrenamiento ──añadió Pope con obviedad, viendo a JJ con incrédubilidad.
──¡YouTube! Al menos merezco un cinco por ciento más ──continuó JJ, con la intención de defender su ganancia.
──Tú no... ──comenzó Pope, pero antes de que pudiera siquiera terminar, JJ volvió a hablar, interrumpiendolo.
──¿Alguna objeción? ──terminó JJ. Kie alzó su mano con rapidez──. No lo creo, ¿si? No hay objeciones, así que...
Kie hizo una mueca de disgusto al ver que JJ no tomaba en cuenta su opinión, ya que sabía perfectamente que la había visto levantar su mano.
──¿Qué harás con tus cien millones, Pope? ──preguntó ahora Kie, intentando ignorar a JJ hasta que este dejaba de hablar.
──Pagaré la universidad por adelantado. Y compraré los libros. Son muy costosos ──respondió Pope, sin tener que pensar mucho en su respuesta.
──¿Qué hay de ti, Kie? ──preguntó ahora JJ, dirigiendo su mirada hacia Kie, quien finalmente volteó a verlo.
Amelie estaba realmente concentrada en la divertida conversación que estaban teniendo sus amigos, pero no pudo evitar que esta se pierda en su teléfono, el cual no había dejado de vibrar en uno de sus bolsillos traseros. Había decidido ignorarlo desde que comenzó, sabiendo la razón exacta que no dejaba de molestarla.
Cuando finalmente decidió darle de su atención, debió separarse del grupo para caminar por el puente del muelle y alejarse de sus amigos, quienes no parecieron notarlo.
──¿Qué quieres? ──cuestionó con pocas ganas. Una conversación con ese chico nunca salía bien.
──¿Amelie? Hola, creí que no me responderías ──se escuchó la voz de Rafe a través del teléfono.
──Sopresa. ¿Me vas a decir qué quieres?
──Sí, sí, yo... quería saber sí...
──Adiós, Rafe.
──¡Espera! ¿Podemos hablar?
──Bien. ¿De qué quieres hablar?
──No. No así.
──¿No así? ¿A qué te refieres?
──Esperaba poder hablar en persona, ¿es posible?
──Bueno...
──Por favor, Amelie.
──Bien.
──Genial. ¿Mañana en en muelle de tu casa?
──Okey. A las tres de la tarde en punto. Y no llegues tarde.
──Sí, no lo haré. Nos...
Antes de que pudiera siquiera escuchar lo que Rafe tenía para decir, Amelie terminó la llamada. ¿Incluso después de lo que le hizo volvía a llamarla? No podía ser mucho más egoísta, pero por lo que parece, eso era de familia.
Volvió a dejar el teléfono en su bolsillo nuevamente. Sintió la mirada impaciente y curiosa de JJ en cuanto volvió a acercarse, cosa que también ignoró.
──Veo que me dejaron sin mis cien millones ──habló Amelie mientras volvía a tomar su lugar en el muelle, con la intención de seguir ignorando a JJ.
──Tú ya eres rica, ¿por qué querrías más? ──cuestionó JJ con obviedad. Amelie pudo notar la molestia con la que raramente lo dijo.
──¿Qué harías tú, Amelie? ──preguntó Pope, interesado.
──No lo sé... viajar por todo el mundo. Quizás aprenda a surfear ──respondió Amelie, sin poder evitar pensar en los tantos momentos que John B y JJ intentaron enseñarle a surf.
──Espera ──llamó su atención JJ, mientras levantaba uno de sus dedos en el aire, tomando la palabra.
──¿Qué? ──cuestionó Amelie con curiosidad, esta vez sin darle una mirada de odio en cuanto volteó a verlo.
──¿No quieres vivir en mi mansión? ──preguntó JJ.
──Sí me aseguras tener una habitación con un jacuzzi, con mucho gusto ──indicó Amelie con una pequeña sonrisa de diversión.
──¿Por qué crees que dije ‹‹cama doble››? ──señaló JJ con obviedad y él, con una sonrisa coqueta.
Bien. Amelie y JJ nunca se habían dicho ciertos piropos delante de sus amigos, o al menos más JJ que Amelie, ya que Amelie nunca los hacía, básicamente. A pesar de que Kie supiera lo muerta que estaba Amelie por JJ, y que Pope y John B supieran lo loco que estaba JJ por Amelie.
El silencio incómodo comenzó a sentirse bastante. Amelie compartía miradas con Kie, y con Pope, quien tenía una pequeña sonrisa en sus labios. Cuando la mirada de él y Amelie se cruzaron, Amelie le dio una significante, que gritaba a cántaros la orden de que vuelva a hablar para dejar ese silencio incómodo de lado.
──¿Qué harás tú, John B? ──cuestionó Pope después de estar varios segundos averiguando las intenciones de Amelie.
Gracias, Pope.
──Seremos todos Kook ──señaló John B, dándoles la primera mirada a sus amigo. Esta vez, más divertido y abierto a ellos.
──¡Seremos todos Kook! ──gritó el grupo al unísono mientras alzaban sus latas de cerveza una vez que estuvieron todos de pie.
── ─ ─| 𓆉 |─ ─ ──
Al día siguiente, el grupo se encontraba nuevamente en su pequeño bote, con las malas intenciones de seguir con su investigación, lo cual ahora era la búsqueda del Royal Merchant. Y ya lo habían confirmado ellos mismos.
──¿Ven eso? Es el Malibu veinticuatro MXZ, el mejor del mundo ──habló JJ con emoción al ver al nombrado barco allí.
Cuando Amelie volteó a ver aquel barco, pudo divisar a Topper, obviamente lo conocía por ser rica. Y eso no era lo peor. Sarah Cameron, mejor amiga de Amelie y Kie —ahora enemiga—, estaba a su lado, como siempre con su aura de superioridad.
No hace falta aclarar que a Amelie le cae tan mal que había llegado al punto de detestarla.
──Que tiene más lujos, calidad y rendimiento. Doscientos mil, mínimo ──añadió JJ, quien seguía hablando con emoción del barco.
──Tuvimos mala suerte con los padres ──dijo Pope con decepción, pero cierta diversión──. Excepto tú ──señaló a Amelie al sentir la mirada impaciente que le daba esta.
──No me digas ──respondió Amelie poniendo sus ojos en blanco y apartando la mirada impaciente de él.
──Odio tener que decirlo, chicos, pero ahí están Topper y su novia ──indicó Kie con una mueca de disgusto al reconocer a aquellos dos.
──Sarah idiota Cameron ──nombró Amelie con una sonrisa divertida, aún así, con furia y rencor por esta.
El rencor que Kie y Amelie sentían por Sarah y su pasado podía ser un tanto hiriente, ¿pero eso importaba? Podría ser, al menos a sus amigos si les importaba bastante. Si supieran lo que Sarah les hizo a ellas para tener aquel rencor.
La verdad pregunta es: ¿Les importaba a ellas? ¡Por supuesto que no!
──Actúa como si no nos vieras, perra ──murmuró Kie mientras seguía a la nombrada con la mirada.
──¡Tragala, Sarah! ──gritó Amelie con diversión, de entre risas cuando sus amigos se unieron con estas.
Cuando vio que Sarah se volteó hacia ellos, sabiendo perfectamente de quien había sido aquel grito, Amelie se puso de pie, estirando hacia arriba su brazo mientras le sacaba el dedo de corazón. Río aún más al ver como Sarah le ponía sus ojos en blanco, volviéndose a dar la vuelta.
──Amelie ──nombró John B de entre dientes, esperando a que Amelie finalmente dejara de hacer aquello.
Amelie lo vio ofendida, pero no dudó en sentarse nuevamente en su lugar. Esta misma y Kie compartieron sus miradas, comenzando a reír a carjadas nuevamente. Su odio por Sarah era algo mutuo.
──Oigan ──Amelie llamó la atención──. ¿Me dejas en el muelle de mi casa? ──cuestionó, con un poco de pena al no querer decirle el porqué.
──¿Qué? ──módulo John B con incredulidad y curiosidad por la pregunta de Amelie──. ¿Por qué?
──Porque... necesito buscar... algo ──respondió Amelie, esta vez más nerviosa, ya que claramente era muy mala mintiendo.
──Mientes ──indicó JJ, con su mirada puesta sobre Amelie.
──No miento, ¿si? Solo llévame a casa ──volvió a ordenar Amelie esta vez, quizás un poco más enojada.
──Bien ──finalmente John B accedió a llevarla, ganándose una mirada victoriosa de Amelie.
Cuando Amelie volvió con la misma mirada sobre JJ, este la miraba con una mueca de seriedad, mientras modulaba varios mientes y Amelie se removia en su lugar, intimidada.
Cuando llegaron al muelle de la casa de Amelie, esta misma bajó rápidamente del bote. Sintiendo todas las miradas asesinas de sus amigos detrás, más no dijo ni una palabra sobre esto, ignorandolo.
Y como si eso no fuera mucho, pudo divisar a Rafe a la varía distancia, esto definitivamente la alteró más, sus amigos no podían saber que se iba a reunir con Rafe, por lo que se volvió a dar la vuelta hacia él bote, y por último, sus amigos.
──Bueno, será mejor que se vayan rápido, Jake los matará si los ve ──apuró Amelie, un tanto nerviosa de que descubran a Rafe allí.
──¿Qué? ──módulo JJ desde el bote. Sin creerle ni una sola palabra.
──Amelie, ¿está todo bien? ──preguntó ahora Kie, dejando ver la preocupación que tenía por la poca información que les daba la pelirroja.
──Sí, ¿por qué no iba a estarlo? ──confirmó Amelie después de soltar una risa nerviosa──. Bien. Adiós ──se despidió, aún con la sonrisa.
Después de terminar de fingir aquella sonrisa hasta que sus amigos se fueron volvió a darse la vuelta, esta vez, Rafe estaba justo allí, cosa que hizo que se asustara un poco.
──Lo siento, ¿te asusté? ──se disculpó Rafe mientras volvía a acercarse a Amelie inseguro.
──No ──negó Amelie con lentitud──. ¿Por qué querías verme, Rafe? ──cuestionó finalmente, cruzándose de brazos.
──Amelie, quiero hablar contigo ──insistió Rafe con modestia. Realmente se veía aún peor de lo que se veía el año anterior.
──Bien, pero no quiero hablar contigo sobre.... ──comenzó a indicar Amelie, siendo interrumpida.
──Escúchame, Amelie. Sé que lo que te hice estuvo mal, mierda, estuvo horrible, ¿si? Solo quiero que me perdones ──habló Rafe, detendiendo las indicaciones de Amelie.
──¿Por qué te perdonaría si no quiero hacerlo? ¿por qué tú me lo pides? ──demandó Amelie descreída.
──Amelie, aún cargo con la culpa de lo que pasó, no puedo verte y no recordar ese momemto ──explicó Rafe con condenación y aflicción.
Amelie no quería asegura nada, pero tampoco quería dejarse manipular tan fácilmente con Rafe. Quería que supiera lo que ella pasó, a pesar de que él se veía realmente arrepentido.
──Me parece bien que al menos seas tú el que recuerde todo lo que pasó esta vez. Yo ya lo superé, Rafe, pero no superó que hayas sido tú. Confiaba en ti, eras mi amigo ──aclaró Amelie.
──Lo siento, Ames ──volvió a disculparse Rafe con vergüenza, pero más sinceridad.
──Voy a hacerte una pregunta, y si estoy de acuerdo con tu respuesta, te voy a perdonar ──indicó Amelie, mientras que Rafe asentía con su cabeza rápidamente.
──Claro, si, hazlo ──correspondió Rafe ansioso por la pregunta de Amelie y dispuesto a darle la respuesta.
──¿Por qué lo hiciste? ──cuestionó Amelie finalmente. Esto pareció tomar desapercibido a Rafe, ya que se removió nervioso en su lugar.
──No lo sé, yo... ──comenzó a relatar Rafe, a pesar de no saber que responder. Quizás no estaba tan dispuesta como creía.
──Dime porque lo hiciste, Rafe, sé que lo sabes ──repitió Amelie, esta vez con menos paciencia.
──Creo que... estaba en un momento muy raro de mi vida, creí que si lo hacía te alejarías de esos Pogues ──finalmente, Rafe respondió.
──Rafe, tenía quince, estaba muy consciente de los amigos que elegía para ese entonces ──se defendió Amelie con obviedad. Esta vez, Rafe negó con su cabeza.
──Tú no entiendes... Papá estaba comportándose como un idiota, me alejaba, me golpeaba, era como si no fuera en verdad mi padre, y cuando quería correr a alguien que me hacía sentir que lo que decía mi familia sobre mi era mentira, corría hacia ti. Pero tú... tú siempre estabas con ellos, me alejabas, al igual que mi padre.
──Lo siento, ¿okey? Ellos han sido mis amigos desde siempre, y tú más que nadie sabes lo mucho que he sufrido por ti y por los estúpidos de la escuela, Rafe ‹‹defendió Amelie, cruzándose de brazos.
──Lo siento ──se disculpó Rafe──. Lo siento tanto, Ames ──continuó, acercándose a Amelie con brazos abiertos, más Amelie se apartó.
──Está bien ──afirmó Amelie en un pequeño murmuro, quedándose más tranquila de a poco.
──¿Estamos bien? ──cuestionó Rafe después de los segundos de silencio, volviendo a su lugar.
──Sí, pero no creo que podamos volver a ser amigos ──indicó Amelie, con sinceridad.
──Bien ──respondió Rafe finalmente, a pesar de que no se veía de acuerdo, le dedicó una sonrisa amigable a Amelie antes de irse.
Después de que Rafe se vaya, agradeció al cielo aquello, para después volver a entrar a su casa. Probablemente sus amigos estarían ocupados unas pocas horas más, por lo que ahora estaba sola.
Decidió darse una ducha rápida para pasar el tiempo más distraída, y que así, quizás el tiempo pase más rápido hasta que sus amigos vayan a buscarla.
Cuando terminó, se vistió con una remera vieja de John B, la cual había cortado, por lo que le llegaba un poco más arriba del ombligo. Y después, un pantalón corto también negro, dejando por último su pelo recogido.
Había pasado tan solo una hora, y después de eso, no tenía idea de que más hacer. Nunca había sido tan aburrido estar en su casa. Lo más divertido que podía llegar a pasar allí eran las peleas con Jake.
Y como si lo hubiera invocado, supo que Jake había llegado al escuchar la puerta ser cerrada de un golpe. Pero no fue todo, los llantos que parecían estar de su mano se hicieron presentes. Supo al instante de quien era.
Se asomó por el mural de su puerta para lograr ver algo, y allí vio a su madre, llorando a cántaros mientras se alejaba de Jake.
──¿Cuántas veces tengo que decírtelo? ──comenzó a gritar Jake──. ¡No te quiero cerca de él! ──recriminó mientras señalaba a Casiopea con rencor.
──¿Qué quieres que haga? ¿Que lo ignore? ──cuestionó Casiopea con ironía, elevando también su voz.
──¡Sí! ¿No puedes ser más considerada? ──preguntó Jake mientras dejaba caer el bolso de Casiopea sobre la isla con fuerza.
──Creo que fui bastante considerada contigo, Jake ──replicó Casiopea, curvando la comisura de sus labios, sin poder creer esa situación con Jake.
──¡Estabas coqueteando con él! ¡Y yo estaba ahí! ──respondió Jake, acercándose intimidante hacia Casiopea, quien no dejaba de dar pasos hacia atrás.
Antes de que pudiera siquiera tocarle un pelo a Casiopea, Amelie decidió entrar en la escena para evitar aquello, carraspeando su garganta. Para su suerte, logró llamar la atención de Jake, quien se separó de Casiopea lentamente.
──Amelie... ──nombró Casiopea mientras tomaba su aparición como oportunidad para separarse por completo de Jake──. Hola, cariño ──saludó, con amabilidad.
──¿Por qué tanto grito? ──preguntó Amelie, con su mirada llena de enojo sobre Jake, quien evitaba la de ella.
──Nada, tranquila... ──intentó responder Casiopea, ya que Jake no pudo evitar no interrumpirla.
──Tú asquerosa madre estaba coqueteando con Cameron ──explicó Jake volviendo a elevar su voz, finalmente, dando su mirada.
──¿Asquerosa? ──replicó ahora Amelie de igual manera. No pudo oír el resto, ya que le gustaba menos como había llamando a su madre.
──Parece que entiendes ──señaló Jake con ironía mientras se cruzaba de brazos.
──La casa que estás pisando ahora mismo es de ella ──añadió Amelie con furia. Jake comenzaba a destacar la poca paciencia que le quedaba.
──Oh, ¿en serio? No lo sabía ──cuestionó Jake sarcástico, esbozando su estúpida sonrisa también sarcástica.
──Bien, para que te enteres que si yo veo que tratas mal a mi madre, también tengo el derecho de sacarte de aquí.
──Tú madre no va a echarme, ni mucho menos tú, Amelie. ¿Verdad, Cassie? ──ironizó Jake, para esto último, dándose la vuelta hacia Casiopea.
──Lo haré si es lo que quiero ──respondió Casiopea de entre dientes, haciéndole frente a Jake, sin demostrar intimidación o temor.
──¿Ves lo que haces? ──cuestionó Jake hacia Amelie, mientras que Casiopea se hacía a un lado rápidamente por empujón que Jake le dio.
──¡Oye! ──llamó Amelie con asombro, no creyó que Jake fuera capaz de hacer aquello.
Ya que, Jake siempre era propenso a levantarle la mano a Amelie, muchas veces lo había hecho, pero su madre no tenía ni idea de esto. Pero ver cómo Jake le pegaba a su madre, causaba que de alguna manera se sintiera culpable.
Él único culpable era Jake y su locura.
──¡Idiota! No le vuelvas a levantar ni un solo dedo a mi mamá, ¿quién te crees que eres? ──ordenó Amelie dando rápidos pasos hacia él, sin pensarlo demasiado.
Tampoco pensó el momento en el que tiró de él con fuerza, causando que casi se cayera. No lo había pensado, ni mucho menos en las consecuencias, lo único que quería era que se alejara de su madre.
Pero, Jake siempre iba un paso más adelante que ella, por lo que se dio la vuelta, ahora, golpeando a mano abierta una de las mejillas de Amelie, quien por el doloroso impacto, puso sus dos manos sobre el golpe, con la intención de calmar el dolor.
──¿Quién me creo que soy? Soy el hombre de esta casa, ¡merezco respeto! ──respondió Jake con obviedad
──¡Alguien que trata de esa manera a mujeres no merece respeto! ──habló Amelie, sintiendo el ardor en su garganta por el alto grito.
Comenzaba a creer que los vecinos podían llamar a la policía sin problemas, ya que seguramente su pelea se escuchaba hasta el corte.
──¿Vas a volver a faltarme el respeto? ──preguntó Jake acercándose nuevamente a Amelie──. ¡Responde! ──ordenó alzando su voz, tanto que Amelie sintió su sucio aliento.
──Lo haré, y no me importa que me hagas. También puedo denunciarte, ¿lo sabías? ──respondió Amelie, esta vez fue ella quien elevó su voz.
──¿Tú vas a denunciarme? Niña, no seas ridícula ──habló Jake con ironía, soltando una risa divertida para esto último.
──¡Sí! ¿A quién crees que le creerán? ¿A una niña, hija del hombre que más prestigio le dio a esta isla, o a un hombre que si no fuera por una mujer, estaría viviendo en la calle? ──gritó Amelie con emoción y furia.
──Vete ──ordenó Jake mientras soltaba suspiros, como si estuviera intentando canalizar su ira.
──No ──negó Amelie, con su voz casi entrecortada por aquel nudo en su garganta que comenzó a formarse.
Pero, de ninguna manera lloraría en frente de Jake, no quería demostrarse más frágil y débil ante él.
──¡Vete! ──ordenó Jake, esta vez acercándose intimidante a Amelie──. Sí le dices a alguien sobre esto... ──murmuró, tomándola del brazo para comenzar a arrastrarla hacia la puerta.
Si no se iba por las buenas, lo haría por las malas.
──¡Mamá! ──llamó Amelie, pero al darse vuelta y ver que su madre se quedaba de pie viendo como Jake la obligaba a moverse, supo que no haría nada.
Finalmente, Jake llegó a la puerta trasera de la casa, abriéndo esta rápidamente para empujar a Amelie fuera de esta, causando que caiga bruscamente al suelo del exterior.
──Mierda ──murmuró mientras se sentaba sobre el frío y duro suelo, dejando las lágrimas caer.
──¿Ames? ──se escuchó la voz JJ hacerse presente en el lugar.
Amelie volteó en dirección a este, notando los pocos pasos de distancia que habían. Se limpió con rapidez las lágrimas de sus ojos y mejillas, a pesar de que fue en vano, ya que la delataban sus rojos y mejillas, agregándole que JJ acababa de verla y escucharla llorar.
──JJ... Hola. No esperaba verte tan pronto ──saludó Amelie de igual manera, apartando la mirada de JJ.
──¿Qué pasó? ¿Estás bien? ──preguntó JJ con preocupación mientras se acercaba a paso lenta hacia Amelie.
──Sí, ¿por qué? ──respondió Amelie con una pequeña sonrisa de lado, la cual claramente supo improvisar.
──Amelie, acabo de ver como Jake te echó de la casa ──indicó JJ aún de pie, con su mirada impaciente puesta en Amelie.
──Yo... ──intentó decir Amelie, pero no encontraba las palabras correctas para hacerlo. No podía mentirle a JJ, siempre se daba cuenta.
──Te lastimó de nuevo, ¿verdad? ──volvió a preguntar JJ, esta vez tomando lugar junto a Amelie.
──¿Qué? No, no... él... ──respondió Amelie con rapidez, recordando aquellas intimidantes palabras de Jake.
──¿Por qué lo defiendes? Amelie, mira tus muñecas ──la retó JJ mientras tomaba sus dos manos.
JJ alzó las manos de Amelie en el aire, dejando ver el gran rojo en estas. Amelie no pudo verlo, no podía hacerlo, por alguna extraña razón. Se sentía débil.
──Tienes la marca de sus dedos en una mejilla ──volvió a indicar JJ──. Y tú... Tu siempre tienes el cabello muy lindo y acomodado, excepto que sea porque...
──Está bien, JJ. Si, lo hizo. ¿Eso querías que dijera? No puedo defender a mi madre, ¿crees que podré defenderme? ──interrumpió Amelie esta vez.
JJ sintió como su corazón se helaba al ver los ojos aguados de Amelie, y la mirada triste que está le daba al verlo. Mirada que ella no pudo evitar. Incluso JJ casi lloraba con tan solo verla.
──Eres la mujer más fuerte que he conocido, Amelie. Si que puedes. ¿Recuerdas cuando decía que pareces salida de un cómic? ──preguntó JJ, con una pequeña sonrisa de felicidad al ver a Amelie sonreír──. Lo dije porque... eres fuerte. Como... la mujer maravilla.
──No lo creo ──Amelie negó con rapidez, sin creer aquello. JJ chisto con su lengua, sin estar de acuerdo con ella.
──Pues créetelo, porque lo eres ──aseguró JJ con seguridad──. Ahora vamos con los demás, aún nos deben estar esperando ──ordenó poniéndose de pie.
Cuando JJ extendió su mano hacia Amelie con la intención de ayudarla a también ponerse de pie, Amelie no tardó en tomarla, poniéndose finalmente de pie. Y como si fuera un trance entre los dos, sus miradas se conectaron, quedándose encerrados el uno con el otro. Y se sentía vagamente bien.
──Gracias, JJ ──agradeció Amelie, envolviendo a JJ con sus dos brazos en un tierno abrazo, el cual JJ no dudó en corresponder.
──No hay de qué, Amelie, para eso estamos los amigos ──respondió JJ manteniéndose en el abrazo──. Vamos.
Amelie juraba estar bien con aquello, pero que JJ la haya llamado amiga indirectamente la dejó peor de lo que estaba y le causó más dolor del que Jake le podría causar. ¿Y qué era aún más peor? Que Amelie sabía que eso era verdad. JJ siempre la vería como su mejor amiga, o incluso hermana menor. Intentó no demostrar lo decepcionada que se vio al escucharlo.
Esta vez, se encontraban caminando hacia la ban, donde estaban Pope, Kie y John B esperando por ellos. Mientras que JJ se alejaba para abrir nuevamente la puerta, Amelie esperó impacientemente por esto, y cuando lo hizo, se subió con rapidez a la ban, delante de Pope.
──¿Todo bien? ──cuestionó Pope al notar su expresión de tristeza. Amelie lo vio sorprendida.
Pope también podía distinguir cuando le mentía. Por lo que también era en vano, pero no hablaría de eso con JJ presente. Aún así, se sentía culpable, ya que le afectaba más el comentario de JJ que la pelea con Jake.
──Sí, todo bien ──confirmó Amelie con una gran sonrisa.
Pope hizo una mueca de disgusto, dando a entenderle a Amelie que no le creía para nada, pero, Amelie agradeció en silencio el hecho de que no se lo hiciera saber.
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