01
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Dime, ¿cuál es tu trauma?
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Kim llego a su apartamento ubicado en la zona urbana de Seúl. Se quito sus zapatos y los dejo en la entrada para luego ir hasta el sillón arrastrando sus pies, al estar frente al mueble acochado solo cayó como un costal de papas de varios kilos.
Se quedo unos minutos en el mirando el blanco techo que lo cubría, coloco sus manos sobre su vientre, cerró los ojos por unos segundos y tomo aire. Poco a poco el sueño le ganaba hasta que sus parpados se unieron dándole un telón oscuro, negro para darle paso al sueño profundo que tanto ha querido. Prácticamente sobrevivía en base a siestas cortas en la sala de descanso del hospital para el personal, pero siestas de solo quince minutos, y cuando cae profundo en los brazos de Morfeo el timbre o alguna doctora o doctor lo llaman a él o al resto del equipo irrumpiendo su sueño.
Lamentablemente, abrió sus ojos de golpe cuando el teléfono fijo de su apartamento retumbo en las paredes. Se sentó y miro el aparato junto al brazo izquierdo del sofá donde había una mesa pequeña de madera en donde reposaba el teléfono. Kim se asomó un poco para ver el numero o el nombre de quien llamaba las once de la noche quedándose estático cuando vio el número que nunca registro, pero que conocía muy bien. Si fuera por las suyas ya lo hubiera olvidado y para siempre, solo que la insistencia de la persona al otro lado no o dejaba nunca en paz.
Dudo unos segundos si atenderlo o no, cuando su mano rozo el teléfono se detuvo en seco y la alejo para ignorar el llamado. Oír como sonaba y sonaba sin detenerse por más de tres minutos, era una tortura que soportaba cada vez y cada día era peor. Odiaba tener ese teléfono en su casa, pero sus padres solo se comunicaban por telefonía fija aun no usaban los celulares modernos y la verdad es que envidiaba aquella sencillez de sus vidas.
Tras dejar de sonar, Taehyung tomo el teléfono y selecciono el número para bloquearlo, ya intento borrarlo muchas veces, pero siempre volvía a llamar, hostigándolo. No entendia como es que siempre lo llamaba se preguntaba si en algún momento de su vida se olvidaría de él o si Taehyung sería capaz de olvidarlo. Tal vez era el típico parasito que asechaba su mente cada que tenía la oportunidad y eso que ni siquiera estaba ahí presente.
Intentando ignorar lo apenas sucedido, se metió al listado de mensajes de voz enviados mientras no estaba hasta que encontró uno con el número de su madre. Sonrió un poco y presiono el botón para oírlo.
—Hola, cielo. Soy mamá, bueno... se seguro lo sabes. —Rio junto a la risa de su madre de fondo. —Solo quería saber cómo estás, si has comido bien o si te estás cuidado. Ha pasado un mes desde que nos visitaste la última vez y no te culpo, no quiero que te sientas mal, solo que me enorgullece que seas un buen enfermero y hagas tu trabajo con corazón, dedicándote a las personas que merecen ayuda. Sigue asi y lograras grandes cosas, Tae. Espero verte pronto. Por cierto, tu padre no deja de ponerle sal a todo, deberías venir y regañarlo de una buena vez. —Bromeo. —Adiós, te amamos.
Se corto el mensaje de voz y Kim sonrió apoyándose en el brazo del sillón.
—Yo igual los amo.
Eligio otro más, este era más reciente, se lo mandaron ayer, de seguro fue antes de decirle que tuvo que tomar un último turno de doce horas.
—Hola hijo, tu madre me encargo decirte que mañana vengas a buscar un poco de kimchi de rábano que hizo para ti, es tu favorito asi que solo ven por él y quédate a cenar. No seas malo y ven. Te extrañamos mucho.
El azabache oyó con atención el mensaje y la verdad es que, si quería ir a verlos y a buscar la comida que su madre hacía, extrañaba ese sabor que ella le pone a cada plato. El chico miro su celular y no dudo más. Con paciencia navego por todas las páginas que mostraban el horario de salida de los buses, trenes o algún taxi, aunque este último era más caro. De ese modo saco un ticket de ida y vuelta a Daegok-ri, en donde vivían sus padres.
Sería una visita rápida, pero era algo necesario, sin darse cuenta igual los extrañaba, pues siempre fue apegado a sus padres dijeran lo que dijeran, si era bebé o un hijo de mami o papi por querer siempre estar cerca de ellos, era el único hijo que tenían y el amor es incondicional. A Taehyung le dolió partir a la gran capital en busca de trabajo estable que le diera las comodidades que buscaba, su viejo hogar le quedó pequeño para todo lo que buscaba hacer.
El chico un poco emocionado por la abrupta decisión se quedó dormido en el sofá, buscando descasar y sobre todo despejar la mente de los pensamientos que más lo atormentaban en entorno a esa persona, o más bien a ese chico que no lo dejaba nunca en paz. La mayoría de veces, no solía arrepentirse de las acciones o decisión que tomaba por cuenta propia, pero haberse enamorado y... convivido con un hombre como él, vaya, si que se arrepiente.
Violento, un psicópata e incluso con problemas de bipolaridad, era casi todo lo que a Taehyung le aterraba ver en una persona.
Gracias a su trabajo tuvo la oportunidad de estar en el área psiquiátrica e incluso en otra donde veía pacientes con actitudes extrañas que le atemorizaban y su ex pareja, tenía todas esas cualidades de tener un claro diagnóstico de psicopatía. Quizás no lo era, pero actuaba que era mucho peor. Se acabo yendo de su antiguo hogar desapareciendo del radar de su ex novio, quien nunca lo encentrar, pero si los llamaba cada que podía hasta cansar a Kim llevándolo al borde de la locura.
Se iba de Seúl por solo día, para ver a sus padres y olvidarse que en cualquier momento podía tocar a su puerta la persona que menos quería volver a ver.
Durante esa noche el teléfono marco tres veces, continuas hasta que a eso de los dos dejos de sonar.
Debido al cansancio que sentía el joven no las alanzo a oír o lo hizo y pensó que eran parte de su sueño siendo ese un motivo por el cual se oía lejano. No se movió del sofá en toda la noche hasta que el sol toco el living y la iluminación se volvió molesta.
Taehyung se estiro y bostezo, vio la hora y pego un brinco para comenzar a prepararse para tomar el autobús que salía a las once. Corrió por todos lados tomando cada pertenecía suya necesaria para los pocos días que iba de visitas, aprovecharía sus días de descanso antes de volver al próximo turno dentro de una semana.
Dándose los últimos retoques todo a su mochila de viaje con ropa y demás para salir dejando la puerta con clave y bien asegurada. Corrió fuera del edificio saliendo por la recepción principal hasta la calle frente a donde vivía, espero algunos minutos hasta que vio un taxi pasar. Extendió el dedo y el vehículo se detuvo dejándolo subir y asi tomar el camino en dirección a la terminal de autobuses de Seúl.
En el trayecto llamo a sus padres, dos veces a su padre y una a su padre. Le pareció extraño que no le atendieran nunca cuando siempre a esas horas ya estaban de pie comenzando a hacer los quehaceres del hogar, su madre a veces cocinaba temprano y asi con cada actividad del día. Un poco extrañado, pero emocionado ya que le servía a modo de sorpresa. Guardó el teléfono y no quiso seguir insistiendo hasta un rato más para fingir y preguntarles que hacía y hacer como no estaba tomando un viaje hasta allí.
El taxi lo dejo a las puertas de la terminal y Kim camino hasta el autobús que le correspondía. Mostró su boleto desde el teléfono y se subió sin problema alguno, ansioso ya por llegar a su viejo hogar, con sus padres, vecinos y el silencio que rodeaba la viaja casa de campo ubicada en uno de los bosques de Daegok-ri. No era un lugar muy poblado, había los justos y necesarios, pocos edificios, tiendas pequeñas y cerca una ciudad parte de la provocan donde todos iban de compras.
Tomo nuevamente su celular una vez arriba del bus, cuando desbloqueo la pantalla vio una llamada perdida de él. Taehyung ya molesto, lo bloqueó.
Intento buscar calma colocándose sus audífonos y ver el camino hacia donde iba, tenía suerte de que era un hermoso follaje lleno de verde y las montañas de fondo. Su vida pasaba ante sus ojos en cada movimiento de vehículo más el fondo de la naturaleza árabes de la ventana. Fue inevitable no llorar, recordar cada momento y evento y sobre todo las veces en las que cometió errores y conocía a la persona que, apago el ultimo destello que le quedaba a su mirada alegre y sonrisa que siempre estaba en rostro para alguien, quien fuera el que se cruzaba con él.
Ya solo era una mirada fría y vacía, sin vida. Fingía cada vez que sus padres lo llamaban o los iba a visitar, fingía estar lleno de vida cuando hace tiempo había muerto. Lo único que lo mantenía en pie era el seguir buscando ser un buen enfermero ya que era por lo que se partió la espalda por muchos años.
Tras las horas de viaje, volvió a llamar a sus padres y de nuevo, dio a tono. Ya era preocupante y Taehyung no sabía porque no le atendían y menso porque una extraña sensación en el pecho se instaló apenas poner un pie en Daegok-ri. Marco de nuevo a su padre y nada. A su madre y tampoco le atendió.
El azabache tomo el primer taxi que vio y le dio la dirección, sobre todo le pidió conducir rápido hasta allí.
El auto se movía veloz y estaba bastante ansioso moviendo la pierna en el vehículo hasta el punto que el mismo automóvil temblaba junto a la pierna inquieta del joven. En ni un momento dejo de llamar y se tomarse la frente en señal de frustración e incluso el mismo chofer sentía el ambiente tenso en su auto de trabajo.
Su casa quedaba en medio del bosque, en un terreno que estaba a la gente para un centro de cacería que jamás dio frutos. El padre de Kim lo compró en un remate del banco y allí instaló una hermosa casa de campo para vivir rodeados de la belleza de la naturaleza que tanto amaban los tres, una familia simple de gustos poco ostentosos. Por ello, muchos choferes no sabían cómo llegar y solo pedía que lo dejara al principio del camino de tierra para evitar adentrarse más.
Taehyung pagó y se quedó de pie mirando el bosque. Mientras lo contemplaba, su teléfono sonó en su mano. Lo levantó para ver quién era y se trataba de su mejor amigo y compañero de trabajo, Seokjin. El chico atendió.
—¿Ya llegaste?
—S-sí... Estoy aquí.
—¿Por qué tienes esa voz? ¿Tus padres no están?
Kim empezó a caminar por la tierra mezclaba con el césped.
—Bueno, voy caminando hacia la casa, pero tengo una mala sensación, Jin —dijo.
—¿Qué te preocupa?
—¿Qué pasa si él vino y les hizo algo?
—¡¿Seo-Joon?! —preguntó el mayor. —Taehyung, ¿acaso te ha estado llamando otra vez? ¿Ese hijo de perra te está hostigando de nuevo?
—Sí —respondió sin aire.
Al otro lado de la línea se podía oír a Seokjin maldiciendo al chico de los miles y peores maneras habidas y por haber.
—¡Al carajo! ¡Iré a la policía mañana y lo voy a denunciar por acoso! —Vocifero.
—Jin, no... él, aún lo tiene. Tiene el video. —Hablo con la voz en un hilo. —No quiero que vuelva a pasar lo de la otra vez.
—Taehyung...
—Jin, no. Por favor, no hagas nada, ya sabré qué hacer con él. Solo... Solo no hagas nada.
Seokjin suspiro.
—Bien. —Le respondió desanimado. —¿Ya estás en casa o sigues caminando?
—Ya casi, es que en serio tengo una mala sensación.
—Dudo que ese idiota llegara hasta allá, nunca lo llevaste y nunca le presentase a tu padre. Y vaya que hiciste bien.
Fue hablando con Seokjin a medida que caminaba hasta que vio su antigua casa. No estaba el auto, así que quizás solo salieron y olvidaron sus teléfonos. Soltó un gran alivio al hacerse esa idea, pues en ocasiones sus padres eran algo despistados y no solían sacar sus celulares cuando iban a alguna parte más que apresurado.
—No está el auto, tal vez salieron.
—¿Ves? Te lo dije.
—Te voy a colgar, te hablo más tarde.
—Adiós, cuídate y... descansa, no pienses en nada más.
Taehyung oyó como Jin le cortaba la llamada por su cuenta. Guardo el teléfono en su pantalón y fue hasta la puerta de la casa en donde la vio entre abierta. Taehyung frunció el ceño y posó la mano en el pomo de la cerradura, entrando a casa por fin. Lo primero que vio fueron los zapatos de salir allí y los de andar en casa no estaban donde siempre. Si hubieran salido, se habrán puesto.
El azabache dejo la mochila en uno de los sofás del salón, caminando hasta el centro de este y oyendo el tick-tack del reloj. Jugo nervioso con sus manos.
Dio un par de vueltas por la casa y se percató de sus celulares en la cocina; las tapas abiertas y sin batería los dos. En la cocina había una mesa para tomar desayuno, era pequeña, pero precisa para dos personas. En ella ve que había un plato de comida con moscas encima, Taehyung las hace revolotear agitando su mano sobre la comida.
—Parece de días... —Murmuró.
Fue al refrigerador, abriendo las puertas de este. Al hacerlo, ve que está con poca comida, tal como si no hubieran ido al supermercado. Salió de la cocina y se dirigió a las escaleras para ir al cuarto de ellos y ver si es que estaban allí. Las subió rápidamente hasta que llegó y abrió la puerta de la habitación principal.
La cama de dos plazas estaba perfectamente tendida, no existía desorden alguno, menos algún rastro de ellos. Taehyung sentía su corazón latir a mil por horas. Lo primero que hizo fue llamar a Seokjin.
—¿Qué paso?
—No están...
—Ya me lo dijiste.
—Jin, no están y no creo que hayan salido.
—¿Qué? E-Espera... cálmate, quizás fueron a dar un paseo por el sitio y no han regresado. —Trató de calmarlo.
—No, Jin, no hay comida en la nevera y la mesa de la cocina tiene platos servidos con la comida en mal estado. No han estado en casa, hace...
Taehyung al ir saliendo de la habitación de sus padres se queda estático al ver una mancha en la pared. Una mancha particular, era sangre, su vista y experiencia no fallaban.
—¿Taehyung?
Kim bajo el teléfono mientras que Jin trataba de hablarle llamado varias veces a su nombre. El chico bajo las escaleras observando los pocos detalles que podía presenciar a la vista. Al bajar las escaleras fue al baño de visitas y este estaba limpio nada que le diera alguna pista para ver donde estaban.
—¿Mamá? ¿Papá?
Kim fue por todos lados, buscándolos ya con la desesperación, carcomiéndolos por dentro. Seokjin desde el teléfono, llamaba a Taehyung para que le hablara o dijera qué pasaba, pero no lograba nada y lo entendía, ya que la exasperación en su mejor amigo subía niveles todavía más altos.
—¡¿Papá, mamá?! ¡¿Dónde están?!
Salió por la puerta de cocina para buscarlos por el alrededor y tampoco dieron señales de estar cerca. Dio una vuelta por fuera de la casa, por el balcón del segundo piso, pero tampoco se veían sus padres, ya solo le quedaba un lugar y ese era el sótano.
—Jin, no sé dónde están...
—Solo cálmate, yo... mierda... iré para allá en el próximo autobús.
—Apúrate, por favor. —Suplico.
—No me cuelgues, Taehyung.
El azabache bajó el aparto de su oreja y caminó hasta la puerta del sótano. Se quedó parado y suavemente colocó la mano sobre le la manilla, girándola con cuidado. Una vez abierta solo un poco la puerta, su corazón latía con fuerza, retumbando por todo su cuerpo la frecuencia de sus latidos. Abrió por completo y la ráfaga de un aroma repugnante azotó sus fosas nasales. Kim tosió varias veces casi vomitando y para evitar aquello se tapó con el antebrazo.
El olor era de muerte. A un cadáver, y tenía noción de ello, pues, alguna vez fue a una morgue y tenía las bases para decir que ese olor era de algo pudriéndose.
Bajo las escaleras, peldaño por peldaño hasta llegar al sótano. Encendió la luz con cuidado y solo caminó a donde el olor era más persistente.
Giró en una de las esquinas que daba a la dirección de una mesa de carpintería en donde su padre solo trabajaba, haciendo lo que fuera que se le ocurriera para matar el aburrimiento. Sobre la mesa, había una manta blanca, cubierta de sangre. Taehyung tiritaba solo, sin siquiera desearlo. Su cuerpo generaba esos temblores como respuesta a la ansiedad y miedo que sentía.
Quitó la manta blanca y los vio. Eran los cuerpos de sus padres, desmembrados miembro por miembro sobre la mesa de carpintería, con la sangre seca por todos lados y las extremidades separadas de los cuerpos y regados sobre la madera de esta.
El teléfono cayó al piso, al igual que su cuerpo, abruptamente. Respiró agitadamente y repetidas veces casi por entrar a un paro respiratorio; era una sensación en la que se sentía como que los pulmones se apretaban, el corazón igual. Sus piernas temblaban que le imposibilitaban ponerse de pie y cada que intentaba caía de nuevo. Tardo, pero el grito que nació desde lo más profundo de su alma, afluyó hacia afuera, al borde de romper sus cuerdas vocales.
Desde el teléfono Jin lo llamaba.
—¡Taehyung! ¡Taehyung dime algo!
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¡Hola! Primer vistazo a la nueva historia STRANGER. Espero que estos 2 capítulos introductorios les sea de su agrado. Es de lo que me gusta: drama y misterio.
Ojalá que algún capítulos les guste, que los deje con dudas o que por lo menos acierten en sus teorías, porque me divierte leer sus ideas respecto a este tipo de historias.
También decirles que recurden que esta historia la iba a subir para octubre, sé que este super desfasada de tiempo, pero no quería fallarles con algo que le dije que publicaría. Por ende, acorde a lo que quería Stranger no será larga, por lo menos 10 capítulos y la subiré los días martes. Ya al acabar con esta historia me tomaré un receso de la aplicación🙏🏻
Muchas gracias y espero que la apoyen. Cuídense mucho. ♥️
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