—¡Estoy cansada de ver que tienes a más mujeres chupándote la polla! ¡¿Qué mierda he hecho mal, Heejin?!

—¡Es que no lo entiendes, la de la foto no soy yo! ¡Está retocada Hyunjin, retocada! ¡Y nunca se me ocurriría ponerte los cuernos, sabes perfectamente que eres la mujer de mi vida!— gritó de vuelta enfadada.

—¡Me tienes harta con tus gilipolleces! ¡Esta relación no va a llegar muy lejos!

—¿Ah sí? ¡Que sepas que hace unos años no me decías lo mismo! ¡Hace dos putos días me estabas gimiendo en el oído, diciéndome que persiguiera mis sueños!

—¡¿Pues sabes qué?! ¡Que te follen a ti y a todo lo que quieras! ¡Tu sueño era la música, no acostarte con la primera furcia que veas por los camerinos! ¡Vete a la mierda, Jeon Heejin! ¡Vete de mi casa, de mi vida, ya! ¡Hemos terminado, no vuelvas por aquí!

—¡Por supuesto que me voy, no quiero seguir respirando el mismo aire que tú, puta egocéntrica!

Heejin y Hyunjin se conocieron nada más siendo unas niñas. Apenas tenían cuatro años cuando la mayor le propuso jugar al escondite. Fue una tarde calorusa en donde Heejin se proclamó mejor amiga de Hyunjin, y el sentimiento era mutuo.

Crecieron juntas y no se separaban ni un segundo. En el colegio formularon rumores sobre ellas, aunque a la castaña no le importó en absoluto. Sin embargo, a Hyunjin le afectaron al tener que cuidar su reputación. La menor venía de una familia adinerada, por no decir la más rica de Seúl. En cambio, Heejin no tenía mucho que ofrecer ya que era huérfana.

La familia Kim se prestó voluntaria para acoger a Heejin nada más enterarse de la muerte de los Jeon. Un trágico accidente le quitó todo lo que Heejin tenía; su familia, su casa, entre otras más cosas... Sus primeros años de adolescencia no fueron para nada acogedores ni bonitos, pues los Kim ya se empezaban a hartar de ella.

Y así fue cómo una tarde, el criado Seokjin fue el encargado de dejar a Heejin en un orfanato. La excusa perfecta para ellos fue que no tenía dinero y no podría cuidarse por sí misma. Hyunjin al enterarse del asunto, no habló con sus padres por un largo tiempo. Los Kim al ver su error, quisieron traerla de vuelta, pero no lo consiguieron.

Heejin ya se había acostumbrado a ese lugar en tan sólo unos meses, y Hyunjin padecía por no verla diariamente. Fue en ese entonces cuando la directora del orfanato ingresó a Heejin en un instituto público. Allí, ambas pudieron reencontrarse luego de meses de separación. 

Y ya con catorce años, Heejin se atrevió a besar a la chica de la que siempre estuvo enamorada. Hyunjin correspondió el gesto y llevó sus manos a los hombros de la más alta. Era una fantasía para ellas, parecía que estaban en su propia burbuja y que nadie les podría separar.

Fueron conocidas, amigas, mejores amigas, amantes... Pero lo que empieza, siempre acaba. Sus ambiciones crecieron mediante se hacían mayores. Heejin formó su propia banda de música y Hyunjin entró en la universidad. 

Bajo el nombre de "Rioters", Heejin fundó la banda con diecisiete años, lo que le llevó a tener un poco de miedo. Pero gracias a las palabras de su novia, agarró confianza y dio la vuelta al mundo con su música. Hyunjin también triunfó, pues gozó de estudiar en la mejor institución de Corea del Sur. Con su inteligencia y carácter, se ganó el aprecio de muchos profesores y compañeros del High University of Seoul, donde estudiaba Bellas Artes.

Con dieciocho años recién cumplidos, Heejin se atrevió a desafiar a la familia Kim, a quienes aún les tenía rencor. Fue alegre hasta la casa de su amada, con un traje elegante y un ramo de rosas, tocó la puerta esperando una respuesta. El señor Kim no se esperó volver a ver a la joven. 

Sabía perfectamente que era la novia de su hija desde hace años, pero nunca tuvo la oportunidad de verle el rostro. Se sorprendió al ver sus manos con tatuajes, anillos y una sonrisa malévola. Le dejó pasar tragando saliva del miedo y charlaron varios segundos. 

Heejin soltó la pregunta de un tirón, provocando la sorpresa de Kim. La castaña deseaba poder vivir con su novia y que su familia no le hiciera más daño. Conocía la personalidad de sus suegros y diría que no era la mejor del mundo. Manipulaban a su hija para hacer lo que ellos le dijeran, y bien que fallaron al querer elegirle una carrera. Fueron meses de torturas psicológicas hasta que Heejin se la llevó al orfanato. 

Con las ganancias de su música, compró una casa para ambas, donde comenzaron una nueva vida juntas... Sin embargo, los años pasaban y el amor parecía esfumarse. Hyunjin estaba muy ocupada con sus estudios y Heejin con su trabajo como cantante. Cada vez que una llegaba tarde a casa, la otra ya estaba durmiendo. 

Tampoco tenían tantos encuentros románticos como antes. No salían a comer ni a cenar, no iban al parque a leer, ni siquiera tenían relaciones sexuales. Y en varias ocasiones, las redes sociales acusaban a Heejin de estar en varios amoríos, pero ella negaba cada uno de ellos. Esto tampoco benifició a su relación con Hyunjin, pues dudaba de su novia al decirle que sólo le amaba a ella.

Ambas sabían que lo suyo se había acabado, no obstante una pelea fue lo que causó el desastre y luego la ruptura. Hyunjin había encontrado una foto de Heejin y otra mujer besándose, aunque la menor no sabía que la foto era falsa. Lo único que se escuchó fueron gritos, lloros y corazones rompiéndose en dos.

—¡No me puto busques, ni me mires, ni me toques! ¡Ni siquiera tengo que aguantar esto!— Hyunjin salió del salón para meterse en el baño. Heejin miró la puerta cerrándose y posteriormente escuchó unos fuertes llantos provenir de esa sala.

La castaña se acercó y acarició la puerta. Apoyó su frente en esta y notó cómo Hyunjin lloraba a mares. Con la poca dignidad que le quedaba, decidió coger sus maletas y llenarlas de ropa y cosas necesarias. Agarró las llaves del coche nada más acabar y metió sus guitarras en el maletero. Dejó las llaves de casa encima de la mesa y se despidió del hogar que le vio estar enamorada.

Hyunjin se asomó a la ventana y vio cómo su primer y único amor se iba. Agotada se sujetó de una silla y siguió llorando. Agarró las llaves que Heejin dejó y las acercó a su pecho para seguir sollozando. 

Quizás estaban hechas la una para la otra, o quizás no. El amor era difícil, y más sabiendo que el tiempo era el factor más importante en una relación. No cuidaron lo único que amaban y dejaron que las espinas crecieran. 

— stranger — 

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— historia original que se me ocurrió mientras cagaba.

— va a ser historia romántica, corta venas y muy melosa con momentos wtf.

— inspirada en la canción "Stranger" de Vistas.

 — habrán flashbacks, por lo que insertaré este banner: 

— una pequeña aclaración porque el prólogo está bien largo, no mames.

 —Heejin y Hyunjin se conocieron con cuatro años y más tarde los padres de Heejin murieron. 

— los Kim se ofrecieron para acoger a Heejin, pero al ver que no tenía dinero le dejaron en un orfanato. Meses más tarde, Heejin va al instituto donde se reencuentra con Hyunjin y comienzan a salir con catorce años.

— desde los catorce a los diecisiete están saliendo, y Heejin comienza su banda de música y Hyunjin entra en la universidad.

— desde los dieciocho hasta los veintidós viven juntas. (ahora tienen veintidós, que es cuando rompen).

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lmao lo vuelvo a resubir [6/10/2024] pues porque sí, porque ya se me iluminó la cabeza de ideas bien mamalonas.

mención a mi chikibeibi LapapaAsesina, la más real de aquí.