alerta amarilla
Al despertar, Hyunjin vio cómo Heejin dormía profundamente. Sabía que siempre fue de sueño pesado, por lo que besó su frente y se levantó para ducharse. Al haber acabado, se dio cuenta de que la castaña ya no estaba en la cama y se temió lo peor.
Alrededor de cinco minutos estuvo pensando en cualquier cosa que hubiera hecho mal, sin embargo sus preocupaciones se esfumaron al ver a Heejin entrar a la habitación. Fijó su mirada en la dulce sonrisa que tenía la mayor y esta dejó unas bolsas en la mesa.
—Perdona Hyunnie, fui un momento a por el desayuno. El que sirven aquí no es muy apetecible que digamos.— le sonrió.— No tengo muchas ganas de salir del hotel, aunque podemos hacer lo que quieras, estaré de acuerdo con lo que decidas.— la pelinegra se puso de pie y corrió para besarle.
—También prefiero quedarme aquí, contigo.— profundizó la última palabra. Le miró con gracia, asombro y amor. Ese amor que se marchitó hace años, pero que volvió como siempre hacía.
—Perfecto. En la bolsas tienes croissants, pan con azúcar y miel y cafés. Te he comprado incluso los chocolates que tanto te gustaban.
—Me gustan muchos, Heejin.— rio y la castaña sacó una caja de bombones. A la pelinegra le fascinaban los Ferrero Rocher, así que decidió comprar la caja más grande que vio en la tienda.— ¡No tenías por qué! Sabes que no me gusta cuando te gastas mucho dinero en mí.— acarició su mejilla.
—No te preocupes, tómalo como un regalo.
La mayor vio con corazones en sus ojos cómo Hyunjin empezaba a comer lo que había cogido. A su vez, contempló su figura y recordó lo que había hecho horas atrás. Sus mofletes estaban rojos y ocultó una media sonrisa tras la servilleta. Al cabo de media hora, las dos acabaron de desayunar, por lo que tiraron los envoltorios y restos que habían en la cama.
Hyunjin levantándose se dio cuenta de las dos guitarras que habían en la esquina de la habitación. Sonrió a ver la guitarra que le regaló a Heejin por su veinteavo cumpleaños. Fue hacia allí y Heejin le veía sonriente desde la cama, quien se había acordado de los momentos donde le tocaba sus canciones. Esta vez, tenía una canción nueva y era sobre ella.
Se levantó para coger la guitarra electrónica que Hyunjin le regaló y se la ajustó. Tomó la mano de Hyunjin y le sentó en la cornisa, justo debajo del gran ventanal que había. Las vistas eran hermosas, pues la Torre Eiffel estaba de primer plano.
Comenzó a afinar la guitarra bajo la mirada de Hyunjin, quien estaba sintiendo punzadas de amor y nostalgia. La pelinegra besó los labios de su mayor y acarició sus dedos antes de que pudiera tocar.
—¿Qué vas a tocar ahora? ¿Una nueva canción?— preguntó la de ojos gatunos.
—Es... Bueno, es una nueva canción que escribí antes de que vinieras. Estaba desesperada por tenerte a mi lado y, simplemente surgió así.— rozaron narices.— ¿Disfrutaste ayer del festival?
—No te voy a mentir, me gustó mucho cuando apareciste tú, pero me moría de vergüenza. No quería que me vieras.— se tapó la cara pero Heejin apartó delicadamente sus manos, provocando un rubor en sus mejillas. Se besaron con pasión de nuevo y esta vez la castaña se preparó para cantar.
https://youtu.be/nyuo9-OjNNg
I wanna be your vacuum cleaner
Breathing in your dust
I wanna be your Ford Cortina
I will never rust
If you like your coffee hot
Let me be your coffee pot
You call the shots, babe
I just wanna be yours
Secrets I have held in my heart
Are harder to hide than I thought
Maybe I just wanna be yours
I wanna be yours
I wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
Let me be your 'leccy meter
And I'll never run out
Let me be the portable heater
That you'll get cold without
I wanna be your setting lotion
Hold your hair in deep devotion (I'll be)
At least as deep as the Pacific Ocean
Now I wanna be yours
Secrets I have held in my heart
Are harder to hide than I thought
Maybe I just wanna be yours
I wanna be yours
I wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
Wanna be yours
I wanna be your vacuum cleaner (Wanna be yours)
Breathing in your dust (Wanna be yours)
I wanna be your Ford Cortina (Wanna be yours)
I will never rust (Wanna be yours)
I just wanna be yours (Wanna be yours)
I just wanna be yours (Wanna be yours)
I just wanna be yours (Wanna be yours)
Al acabar con la canción, la pelinegra corrió hacia los brazos de la tatuada. Esta la recibió con mucho amor, pues besó sus labios y mejillas nada más cogerle en brazos. La verdad es que era una locura para ambas. No se esperaban volver a estar besándose y tocándose en lugares ya conocidos. Heejin tenía miedo de volver a perderla, y Hyunjin le aterrorizaba el hecho de que sabía que esto sólo era un sueño más.
Las fantasías se cumplieron por fin, y tal como lo desearon. Su noche se hizo realidad y ahora que estaban juntas de nuevo, tenían el pensamiento de que no se separarían. Sin embargo, el vuelo de Hyunjin saldría esa misma noche y Heejin partiría hacia Berlín. Rioters iba a presentarse en el Oktoberfest Konzert. No se habían dicho aún que se alejarían de nuevo, ya que querían seguir disfrutando de la otra mientras tuvieran tiempo.
Heejin conocía su horario y su complicada vida como cantante. Fueron esas ganas de triunfar que le llevaron a olvidarse de la mujer a la que más amaba. Durante su adolescencia se prometió no separarse de Hyunjin, y así fue por ocho dañinos años.
Cuando la castaña dejó la guitarra donde estaba, se acercó a Hyunjin y le alzó por las piernas. Agarró sus muslos con cuidado y le posicionó encima de la mesa. Calló sus jadeos con besos necesitados y acarició zonas que ya exploró.
Volvieron a acostarse temiendo por no volver a encontrarse. Ni siquiera se dieron cuenta de la hora, habían estado juntas tanto tiempo que el vuelo de Hyunjin saldría dentro de poco. Recién duchada salió del baño secándose el pelo. Vio cómo Heejin ya estaba comenzando a empacar sus cosas.
—Podrías haberme dicho hace unas horas que te ibas.— miró triste hacia su menor.— Al igual que yo.
—Lo siento, se me pasó... Cuando estoy contigo el tiempo no es importante.— se acercaron de nuevo juntando frentes. Se miraron con adoración, pero lástima al mismo tiempo.
—Ven conmigo a Berlín, estaremos al lado de la otra, como siempre quisimos.— besó su cuello con añoración. Desesperada por saber que no le volvería a ver, decidió darle un beso apasionado.
—No puedo Heejin, tengo mi vida en Seúl... Mis padres, mis amigos, mis estudios... No puedo aceptarlo.— dijo alejándose para recoger sus pertenencias.
—Hyunnie por favor, ven. Quiero que te quedes a mi lado, cuidarte por siempre. Dejaré los escenarios si eso es lo que necesitas, pero no te marches. Quiero que vuelvas a ser mi prioridad número uno.— sus lágrimas se hicieron presentes. Abrazó el cuerpo contrario y apoyó su cabeza en su hombro.
—Muchas gracias por este día, debo irme a mi hotel Heejin.— alzó su barbilla y besó por última vez sus labios.— Siempre serás tú y nadie más, te lo prometo. Adiós, Heekie.— la mayor vio cómo el amor de su vida se marchaba por la puerta, cerrándola con delicadeza.
La castaña tenía la esperanza de que podría volver a tener su corazón, no obstante no pudo. Era ese sentimiento de nostalgia el que le dañaba a Hyunjin, el cual le impedía volver a donde estaban. No podía volver a vivir el autoengaño de años atrás.
Fueron pocas las estaciones que la vieron sola, abrumada y al borde del llanto en varias ocasiones. Sólo le tenía que tomar un poco de conversación para arreglar las cosas. No quería volver a hacerle daño a su ex novia por estar tan ausente en casa. Desearía con todas sus fuerzas estar con ella para cuidarle, amarle y respetarle, cosas en las que falló y se culpó por mucho tiempo.
Era aquella sombra que le advertía de que la alerta amarilla se acercaba hacia sus pasos. La que le avisaba que el amor de su vida era feliz sin ella, y le causaba el mayor dolor que sufrió. Se sentía rota por dentro y claramente aún se echaba la culpa de su ruptura.
Conocía perfectamente el carácter de Hyunjin y sus ambiciones, y ella no estaba entre ellas. Pero quizás podría esperar un par de años a ver si coincidían como lo habían hecho en París. Quizás y ese pequeño destello aún seguía vivo, como siempre lo estaba.
—
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aclaraciones porque creo que no muchos entienden los flashbacks.
en el prólogo dije que habían pasado 4 años desde su ruptura,, ellas habían roto con 22 años, pero los sucesos de París son 2 años más tarde, es decir que en estos capítulos tenían 24.
ahora bien, los capítulos siguientes se sitúan en el presente, que es donde ya han pasado 4 años y ambas tienen 26.
en el presente suceden varias cosas importantes que ya veréis en el capítulo siguiente.
también seré un poquito cabroncete jeje.
chau, me voy a cagar.
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