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༻𓊈𒆜7: Friends? 𒆜𓊉༺

Quince minutos habían transcurrido desde que Taehyung se despertó e incorporó de su cómoda cama para ir directo al baño a tomar una ducha, colocarse algunas cremas hidratantes en la piel y hacer sus necesidades. Cuando estuvo listo, portando una bonita camisa con estampado floras y unos pantalones de mezclilla, el reloj apenas marcaba las siete de la mañana.

Al omega le avisaron que le tocaría madrugar el primer día de grabaciones, por lo que no dudó en acostarse a dormir muy temprano y colocar la alarma respectiva a las cinco y media, cuando el sol todavía no se asomaba y la oscuridad seguía pintando el firmamento.

No le molestaba madrugar, porque desde pequeño acostumbra a levantarse temprano, así que no le resultaba un gran sacrificio; exceptuando las ocasiones en las que tiene días libres o cuando la noche anterior se entretiene en alguna fiesta y se pasa de copas. Sus pies cubiertos por unos mocasines de color beige resonaron por el pasillo, mientras se dirigía a la cocina, en la que prepararía un rico desayuno.

Las doradas hebras caían por su cabeza con gracia luego de haberlas secado de forma correcta, y su rostro estaba limpio, porque en el set se encargarían de maquillarle. Gracias a eso, el omega no tenía otra preocupación, que no fuera alimentarse y lavarse los dientes antes de salir de la comodidad de su hogar, aproximadamente a las ocho y media.

Cuando estuvo en la cocina, colocó música en el parlante que tenía en la habitación y luego tomó los ingredientes que necesitaría para preparar un omelette con jamón de pavo y queso mozzarella que sería acompañado por un refrescante frappé de vainilla; la única bebida en la que podía tolerar el amargo sabor del café.

Cocinar no era de sus cosas favoritas, pero lograba defenderse muy bien. Además, le gustaba poder cuidar su alimentación con ingredientes frescos y sanos, lo que influía bastante en que, a pesar de no hacer mucho ejercicio, se mantuviera en un peso adecuado y con mucha energía. En menos de media hora los alimentos yacían servidos en la isla de granito de la cocina, por lo que un Taehyung que moría de hambre se sentó y se propuso disfrutar de su comida, mientras releía el guion que le habían designado. Desde que su carrera como actor dio inicio, el omega adoptó esa costumbre; por lo que el gusto por aprovechar el tiempo disponible que tuviera para repasar los diálogos que diría en las escenas que le tocaba grabar, era realmente genuino.

Hace un día le devolvieron su vehículo, un hecho que le dio una paz invaluable, pues a veces le daba miedo que su taxista de confianza no estuviera disponible y, por ende, le tocara molestar a Jimin con eso. No le gustaba depender de nadie, ni siquiera de personas tan cercanas como el bailarín y su mánager, aunque con Seokjin hacía excepciones por obvias razones.

Por suerte no había sido un problema grave, solo debían hacerle unos ajustes en el motor; un cambio de algunas piezas para ser más exactos. Por ese motivo ya tenía la posibilidad de movilizarse a cualquier lugar sin ningún problema, incluyendo el set de grabación al que debía transportarse en los próximos minutos.

Las fotos promocionales en las que participó hace tres días con Eunwoo se publicaron la noche anterior y fueron un completo éxito en cada una de las redes sociales acerca del drama titulado: Rise & Shine. Artículos, publicaciones y videos eran compartidos hasta volverse virales en distintas plataformas, lo que provocaba admiración en el omega acerca del verdadero poder del internet y lo apasionados que podían ser los fanáticos. Algo que le llenó de orgullo y felicidad, pues confiaba en el triunfo que se avecinaba con su nuevo proyecto.

Limpió la comisura de su boca con una servilleta y se puso de pie para llevar la vajilla hacia el fregadero y lavarla con rapidez antes de limpiarla y guardarla en su sitio. Acto seguido, se dirigió hacia su baño personal y se cepilló los dientes con tranquilidad al estar a buen tiempo. Después fue hacia su tocador para ponerse el supresor de olor y un poco de perfume, mientras se perdía en sus pensamientos, más específicamente en lo sucedido la noche anterior.

A Taehyung le habían avisado que las grabaciones del día de mañana serían desde las nueve hasta la una de la tarde, porque el director del drama le informó a su mánager con anterioridad que no deseaba exponer al elenco a rodajes extenuantes por el simple hecho de no cansarles en demasía. En pocas palabras, grabarían escenas muy puntuales, pero elaboradas a la perfección con el fin de no repetir tantas tomas, esperando conseguir excelentes resultados a la primera.

Quizá era un método arriesgado para muchos, pero el hombre y su equipo confiaban en el costoso reparto de actores que contrató con antelación. Al omega puro le gustaban los retos, así que por más llamativa que le pareció la temática del drama, no se lo pensó dos veces en autorizar a Seokjin para que diera su consentimiento e informara de su inminente participación; una decisión que marcaría su destino de varias formas.

Cuando le informaron del horario de ese día, mientras Taehyung se mantenía en la comodidad del sillón de su sala, con Yeontan a sus pies y con el guion en su otra mano, se dispuso a darle un uso por primera ocasión al número que le pidió a Jungkook. Dejó la carpeta con sus diálogos sobre su regazo y buscó el contacto del líder de Liberté, sintiendo un raro nerviosismo burbujeando en su pecho.

De repente, su boca se secó y su corazón empezó a latir con fuerza al ver la fotografía del perfil de KakaoTalk del alfa. Maldición, ya lo había visto medio desnudo y le seguía afectando; esto debía ser una jodida broma, aunque tal vez, solo tal vez, la idea de que más personas lo vieran de ese modo no le terminaba de cuadrar.

Suspiró y descartó esos pensamientos idiotas porque el alfa de seguro solo quería mostrar lo orgulloso que estaba de ser la cara de Calvin Klein. Tecleó un mensaje corto y preciso con un amable saludo al inicio, esperando conseguir una respuesta positiva a su petición acerca de verse a partir de las dos de la tarde para continuar trabajando juntos. Tenía unas cuantas ideas y quería hacérselas saber lo más pronto posible. Sin embargo, un minuto después el mensaje llegó y desencajó un poco al omega.

"Hola, Taehyung, espero estés muy bien. La idea me parece genial, pero me gustaría aplazarlo hasta las cuatro, aprovechando que me has comentado que estarás libre durante la tarde y unas horas después de eso. La razón de mi atrevida petición es que tengo una cita muy importante y no la quiero cancelar, espero me sepas entender y te prometo que será la última y primera vez que suceda. No deseo que pongas en duda mi profesionalismo por esto, pero quiero dejar en claro que fue mi culpa el no recordar que tenía que cumplir con esta promesa. Soy un alfa de palabra, y si no lo hago, estaré fallándome a mí mismo. Espero tu respuesta, gracias por comprender".

¡¿Qué?!

Las palabras "cita y promesa" resonaron en su mente en un bucle que pareció infinito. No le molestó en lo absoluto que aplazaran su reunión de trabajo, pues él mismo le aclaró en su primera conversación que estaba más que dispuesto a la idea de que ambos adaptaran sus horarios de tal forma que ninguno tuviera problemas con cualquier otro compromiso de improvisto que se les presentara.

En su defensa, jamás se imaginó que eso sucedería tan pronto, sin contar que Jungkook ese día le dijo que dudaba que algo así pasara, porque literalmente su banda y él se libraron de cualquier proyecto que los ocupara al cien por ciento como para dejarle esperando o pidiéndole que reprogramaran sus sesiones a cada rato.

Ya no cabía duda de que debía ser demasiado importante como para que dejara la pena de lado y se lo expresara de una forma tan directa, pero agradecía en demasía su valiosa sinceridad.

Una pena que su lado animal no estuviera nada conforme con ello, y lo instara a buscar información al respecto.

—¿Será que tiene pareja? —murmuró para sí mismo, mordiendo su labio inferior con un toque de ansiedad—. Eso no tendría sentido...

Y lo decía porque no parecía ser el tipo de alfa que permitiera que alguien que no fuera su pareja lo viera de la forma en la que él lo hizo aquella mañana en el gimnasio de Moonchild Entertainment, a menos que fuera una cuestión profesional como lo de CK.

Era curioso cuanto menos.

Aunque nadie podría juzgarlo cuando su lobo le instaba que lo hiciera pronto, justificándose ante el argumento de querer saciar su necesidad por conocer la verdad.

Le urgía descubrir el estado sentimental del rockstar para saber a lo que debía enfrentarse, porque el otro lobo podría corresponderle, pero de nada servía que sus partes humanas no compartieran el sentir.

Ser misoféngaros no determinaba que estarían juntos como lo hicieron en una vida anterior.

La última elección la tenían sus partes racionales y si estas no se gustaban—el omega en el interior de Kim quería creer que no era el caso de ambos al haber testificado las reacciones que le ha dedicado a Jeon—, o preferían estar con otras personas, por más compatibles que fueran en cada uno de los sentidos existentes, estaban condenados a no intervenir.

Y aunque no vivieran malas vidas con las personas que escogieran por voluntad propia, nunca se compararían con la auténtica dicha que embargaría sus corazones si conseguían enlazarse como la diosa luna mandaba.

A fin de cuentas, estaban hechos el uno para el otro, nacidos para encajar como dos piezas destinadas a unirse hasta que la muerte los separara de forma momentánea, porque las medias lunas siempre encontrarían una manera para juntarse con la otra mitad de su alma y corazón.

Taehyung acabó redactando un mensaje de aceptación, que parecía de rendición, pero nunca lo aceptaría en voz alta. Además, se esforzó en lucir lo más desinteresado posible, porque ni estando loco sería tan audaz de preguntarle al respecto. Lo único relevante de su respuesta fue mencionarle que el horario de las cuatro de la tarde hasta las nueve de la noche era el que le parecía el más idóneo dado su caso.

A él no le debía importar en lo más mínimo lo que el rockstar hiciera, a pesar de que su aroma fuera tan agrio como para despertar a su pobre mascota y lograr que este prefiriera irse a dormir en la camita para perro que yacía al otro lado de su sala. Al observar de reojo como Yeontan se alejaba, el omega simplemente cerró el chat, no queriendo leer el agradecimiento del alfa puro, mientras se dejaba caer sobre el mullido sofá con la mirada perdida en el techo.

Su lobo estaba irascible, tanto así que algunas maldiciones y reclamos retumbaban en su mente, lo que era raro, pues su lado animal siempre se caracterizó por ser demasiado silencioso. Lo estaba volviendo más loco de lo que ya era desde que ese joven de piel nívea y tatuajes en el brazo apareció en su pacífica y monótona vida.

—Mierda, ni yo me creo la razón por la que voy a hacer esto — Tras un minuto en silencio sepulcral, el actor optó por meterse a su navegador y buscar "Jeon Jungkook, pareja", frunciendo el ceño en el proceso.

Una angustia martillaba en su ser conforme la página en blanco en su teléfono se cargaba, parecía un mal chiste que su internet fuera tan lento; como si quisiera alargar su jodida agonía.

La información que se mostró logró cambiar el semblante serio de su rostro y mientras más leía, su expresión se tornaba pacífica como la suave brisa de primavera. No existía registro de ninguna pareja pública, mucho menos un rumor o siquiera un shipp cualquiera en los cinco años de carrera que llevaba con su banda.

A partir de eso existían dos opciones: el chico estaba muy centrado en su carrera como para tener relaciones serias, o si las tenía —incluyendo enredos casuales como los suyos—, usaba contratos de confidencialidad para que ningún medio o sus propios sasaengs se enteraran de sus aventuras amorosas o pasionales.

Era un alfa inteligente y precavido, muy admirable de su parte.

Porque en una industria en la que la mayoría de las personas te idealiza, algo tan normal como tener una pareja significaba un pecado capital.

Tras perder el tiempo leyendo unos cuantos artículos más sobre especulaciones de la vida privada del vocalista y líder de Liberté, y sentirse contrariado por su cambio de humor —de enojado al más calmado—, Taehyung revisó el mensaje pendiente de Jungkook; encontrando algo que no se esperaba.

Después de que le agradeciera por su comprensión y le deseara una bonita noche, el alfa le había mandado un sticker muy tierno de un gatito.

¿Esto era en serio?

Un alfa puro, con toda la pinta de bad boy, rockero, con unos abdominales esculpidos por los mismos dioses, que poseía una motocicleta y que por defecto debía contar con un lado dominante, ¿en serio era capaz de mandarle algo así con total confianza?

Vaya, la vida y sus misterios.

No es que no conociera alfas que tuvieran un lado suave, su querida alma gemela, Park Jimin, o su mánager, Kim Seokjin, eran de esos, pero de ellos se lo podía esperar al compartir una relación de amistad de muchos años. Los alfas normales y puros solían ser muy recelosos con ese tipo de comportamientos, a menos que se tratara de amigos, pareja o familia, porque para sus lobos orgullosos dejarse en evidencia de esa forma era un equivalente a mostrar "debilidad", sin embargo, que Jungkook tomara la iniciativa para algo así fue interesante de ver.

Y quizá, sentirse especial también era otro sentimiento que lo invadió para acabar de apaciguar su repentina incomodidad ante la idea del alfa con una pareja de cualquiera de las castas existentes, mientras le enviaba otro sticker de gatito para dar por finalizada su charla.

A estas instancias, Taehyung sabía que se convertiría en un experto al momento de ignorar los comportamientos y reacciones de su lobo, por lo que tras volver a la realidad y dejar atrás esa bruma de pensamientos y flashbacks de la noche anterior, recogió las llaves de su automóvil y el guion abandonado en la isla junto a su teléfono; después apagó la música que seguía sonando en el parlante de la cocina y salió por la puerta de su apartamento en lugar de seguir perdiendo el tiempo; porque a pesar de tener minutos a su favor, prefería seguir siendo puntual a toda costa.

Se subió a su Genesis GV80 y al ritmo de una canción de Frank Sinatra, Taehyung condujo hacia el set para dar por iniciado su primer día siendo Song Gi, el omega valiente nacido para triunfar en su propia banda de rock dentro del mundo de Rise & Shine. Horas más tarde, el actor salía exhausto del tras agradecer a todo el personal por su arduo trabajo. Ya dentro de su vehículo, se dispuso a responder los mensajes de voz que tanto Jimin como Seokjin le habían enviado al estar al tanto de lo que haría durante la mañana; uno por ser su mejor amigo y otro por ser su manager, quien obviamente conocía su agenda al derecho y al revés.

Al par de alfas les contó que sus escenas fueron más que fenomenales, que no tuvo mayor problema al grabarlas gracias a que se sabía el guion al derecho al revés y sobre todo lo mucho que disfrutó interactuar con el resto de actores, incluido Eunwoo. Aquel alfa era muy amable y agradable, lo hacía sentir muy cómodo, pero su lobo parecía amar ignorar su presencia en general, pues este creía firmemente en que otro alfa era el único que merecía recibir su absoluta atención.

Al omega eso le dio igual, hasta le pareció idóneo que su lado animal se pusiera en ese plan para evitar escuchar sus parloteos con respecto a Jungkook. Más pronto que tarde ese encaprichamiento se le pasaría y todo regresaría a la normalidad con su lobo; quien volvería a ser una persona con cero ganas de permitir que cualquier alfa quisiera someterlo —aunque eso fuera lo que deseara, pero no de la forma que se imaginaba—, y arrebatarle el control que disfrutaba tener sobre sí mismo para sentirse seguro.

Taehyung estuvo como quince minutos entretenido informando a Seokjin y Jimin, justo como hizo cuando tuvo que ir al apartamento del líder de Liberté de forma improvista, ganándose uno que otro comentario pícaro por parte de su mejor amigo y una advertencia de su representante que se basó en: "Espero que trabajen y no se desconcentren en otras cosas al estar en un lugar ustedes solos". El omega les dejó muy en claro a ambos que nada de eso iba a pasar, que Jungkook y él estaban muy comprometidos con el proyecto y que lo único que harían en esas cuatro paredes sería música y más música, sin contar uno que otro consejo que el rockero le daría al actor.

Qué mentira más grande era esa.

Pero después de aclarar ese punto tan esencial, el par de alfas lo felicitaron por su responsabilidad y esfuerzo, alegrando al omega que adoraba ser elogiado por las personas que más quería en el mundo. Las respuestas de Seokjin y Jimin llegaron casi al instante, y fueron igual de positivas que las de la vez anterior, por lo que el omega pudo devolverse a su hogar tras decirles cuáles serían sus planes de la tarde.

Primero iría a comer algo en su apartamento, después le diría al beta que cuidaba a su Tannie que ya podía irse a su hogar porque pasaría un tiempo de calidad con él y que luego dejaría a su cachorro ahí para que lo vigilara hasta que se desocupara del trabajo con Jungkook.

Era un gran plan, ¿no?

Una pena que el omega ni siquiera se imaginaba lo que sucedería en las siguientes horas.

❤️‍🔥

A Jungkook le dio mucha vergüenza decirle a Taehyung que aplazaran su horario de trabajo. Estaría mintiendo a lo grande si dijera lo contrario, pero tenía una muy buena razón para haberlo hecho, a pesar de que fue capaz de decirle que lo haría tragarse sus palabras para que no volviera a poner en duda su profesionalismo; fuera de broma o no, como la última vez si lo fue.

Al caer en cuenta de ese otro compromiso, el alfa estuvo a punto de escribirle al omega un mensaje para informarle, pero este se le adelantó como si le hubiera leído la mente. Por ese motivo no desaprovechó la oportunidad para escribir un texto preciso y una disculpa por ello, anhelando conseguir el visto bueno del actor. Y cuando el vocalista lo consiguió, se sintió más tranquilo consigo mismo, sin embargo, al releer la respuesta ajena, una rara sensación lo invadió.

"Ya veo, no hay problema, Jungkook. Nos vemos a partir de las cuatro de la tarde para estar hasta máximo las nueve de la noche. Ten buen día, nos vemos".

Ese mensaje era la definición de cero interés en lo que sea que tuviera que hacer.

Y no es como que fuera obligación que Taehyung le preguntara acerca de sus compromisos privados, todavía no llegaban a tal confianza, pero en lo poco que pudo dilucidar de la personalidad del omega, este era demasiado curioso. Así que no obtener un cuestionamiento de su parte lo decepcionó un poco, porque él no tendría problema para contarle y desarrollar una conversación aparte del trabajo.

Jungkook creyó escuchar a su lobo interno soltar un quejido, pero lo ignoró y redactó la respuesta más clara para ese momento; agregando un sticker de un lindo gatito al final, de esos que solo usaba con sus personas más cercanas.

Lo hizo por inercia, y cuando fue consciente de ello, un sonrojo se asentó sobre sus pálidas mejillas. No obstante, lo dejaría estar, porque peor se sentiría si quedaba grabada la constancia de que existió un mensaje que la otra parte no alcanzó a leer.

Antes de cerrar el chat, sus ojos analizaron la foto de perfil del omega; se veía tan etéreo como siempre, con sus hebras doradas cayendo como ondas en su cabeza, sin una sola gota de maquillaje en su rostro —tampoco es que lo necesitara, porque él era el número uno si de belleza irreal se trataba— y vistiendo un atuendo vintage, de esos que parecían ser sus favoritos.

Bonito, muy bonito.

Dejó que un suspiro se escapa de sus labios, mientras dejaba su móvil en la mesita de su sala antes de retomar la película que veía en Netflix, siendo acompañado por su dóberman llamado Bam, que descansaba cerca de sus pies.

Su mano dejó una caricia en las orejas de su mascota, recibiendo un suave gruñido de satisfacción capaz de hacerlo sonreír y dejar en segundo plano la sensación que lo incomodó hace unos segundos. Mañana sería un nuevo día y tampoco tenía motivos válidos para arrepentirse por lo que había hecho. Él debía cumplir esa promesa, en su familia le enseñaron a ser de palabra y no pensaba cambiar ese hecho por nada del mundo. Quizá para algunos su actitud era demasiado drástica, pues cualquier persona le diría que podría aplazar eso, pero simplemente no podía.

Y le alegraba que el actor pudiera ponerse en sus zapatos y permitirle aquello, se lo agradecería mucho cuando lo viera y le contaría, aunque no le interesara saber, pues más grande era el deseo de explicarle para que no se hiciera ideas incorrectas.

Porque esa era la única forma en la que tanto el lado humano y animal pudieran estar en calma.

Cuando Jungkook se despertó tras una larga noche de sueño reparador, desayunó algo ligero y efectuó sus actividades diarias con normalidad, ya que desde que su banda aceptó trabajar con Taehyung, contaría con más tiempo libre a su disposición.

Era casi como un hiatus, aunque igual estaría trabajando en sus propias cosas cuando le apeteciera; pero sin ninguna presión de por medio, porque lo cierto era que con Liberté ya habían lanzado un álbum hace unos meses y muy recientemente publicaron un single, así que no tenían que preocuparse por ello hasta nuevo aviso.

Luego continuó viendo una serie que tenía pendiente hasta que llegó la hora del almuerzo; cumpliéndose el capricho de pedir su pizza favorita en lugar de preparar algo él mismo. Hace bastante que no consumía comida rápida, porque prefería cuidar su alimentación, pero una vez al mes no hacía daño a nadie, ¿cierto?

Cuando terminó con el estómago lleno, limpió todo lo que ensució y se sentó en su sofá para revisar su teléfono por un rato y responder sus mensajes pendientes con sus amigos de grupo, los cuales estaban muy enterados de cada movimiento que tenía con Taehyung, exceptuando los que dejaban en evidencia a su animal.

Los susodichos seguían estando encantados con el omega, y no perdían ocasión para decirle al alfa que hiciera un buen trabajo y que disfrutara del proceso, independientemente del comportamiento cambiante del actor. Sin embargo, Hoseok, Jackson y Yoongi se quedaron más tranquilos cuando Jungkook les comentó que la situación entre ambos ha estado yendo mejor en comparación a su primer encuentro; motivo por el cual le desearon la mejor de las suertes.

El alfa continuó observando la pantalla de su móvil por media hora más hasta que la notificación de alarma lo ocupó todo y supo que la hora había llegado; por fin eran las dos de la tarde. Se incorporó de su asiento y se fue a buscar a su mascota para colocarle el arnés a su querida mascota con el objetivo de sacarlo a pasear.

Sí, esa era la "cita" a la que el vocalista se refería.

Poco después de que el alfa terminara su sesión de ejercicio, el beta que cuidada a Bam había llegado a su apartamento tras la visita regular que solían hacer al veterinario. Jungkook no demoró en recibir a su mascota y al joven con una sonrisa, agradeciéndole por sus servicios antes de que ambos se desenvolvieran en una amena conversación sobre el dóberman. Y mientras eso sucedía, un tema muy importante salió a colación.

—¿Ya está listo para mañana?

—¿Qué?

—Ay, no me diga que lo olvido, señor Jeon— Lo regañó con la sorpresa pintando su rostro, pues su jefe nunca lo olvidaba, aunque para ser honesto, desde que anunció su nuevo proyecto lo veía más distraído que de costumbre—. Mañana es ese día que le dedica tiempo a Bam fuera de su hogar.

Maldición, tenía tanta razón.

Desde que adoptó a su cachorro, Jungkook siempre fue muy dedicado con cada cosa de su crianza, pero gracias a su agenda ocupada, tomó la decisión de contratar a una persona que le echara una mano de vez en cuando en el cuidado de su mascota.

El beta de nombre Kai era un joven de apenas veintiún años, que amaba a los animales y estaba capacitado para desempeñarse en el rol de cuidador de todo tipo de mascotas. Sin embargo, el perro que más cuidaba a día de hoy era Bam, pues el alfa era muy exigente en cuanto al trato de su amigo fiel, por lo que no se lo pensó dos veces para ofrecerle una buena cantidad de dinero al chico con el objetivo de que estuviera disponible cada que lo necesitara.

Jungkook estaba muy contento con el trabajo del beta, pero no negaría que por más cariño que el dóberman recibiera de este, no se podía comparar al vínculo que tenía con él. Por esa razón, el líder de Liberté marcó unos cuantos días en el calendario para compartir junto a su mascota en lugares que no fueran su propio apartamento o los alrededores de este.

Su elección predilecta solía ser un bonito parque alejado de Gangnam, que rara vez era muy transcurrido, lo que le caía como anillo al dedo a alguien famoso como él. Ya que bastaba con usar una mascarilla y una gorra —los cuales combinarían a la perfección con el conjunto sencillo de color negro con el que se vestiría—, consiguiendo pasar lo suficientemente desapercibido ante el escaso público que estaría merodeando el terreno.

Por ese motivo, aquellos días eran sagrados para dueño y mascota, porque eran equivalentes a la promesa implícita de seguir fortaleciendo su relación sin importar las circunstancias.

Era lo menos que podía hacer por Bam.

Jungkook jamás había fallado y no pensaba hacerlo, ni siquiera si eso involucraba que Namjoon lo regañara en caso de que Taehyung se quejara, aunque de todo corazón esperaba que ese no fuera el caso o se decepcionaría un poco.

No quería problemas, pero desconocía si el estricto omega cedería a su petición.

Quizá explicándose lo conseguiría. Sí, esa era una maravillosa idea.

Pobre ingenuo al que nunca le preguntaron al respecto.

—Ohh te referías a eso, sí, ya estoy listo —mintió, con una sonrisa fingida en sus belfos—. No es como que mi trabajo fuera un obstáculo para llevar a cabo mi salida con Bam, para nada.

—Eso es muy bueno, señor Jeon. Bam necesita pasar ese día con usted, aunque él no hable, estoy seguro de que lo está deseando.

—Seguro...

Y después de eso, Jungkook y Kai siguieron conversando como si nada, hasta que el beta se retiró de su hogar y no le quedó de otra más que escribirle a Taehyung, obteniendo la respuesta positiva que tanto deseó, aunque le dejara con un momentáneo mal sabor de boca.

El alfa llegó al parque junto a su mascota, dejando su automóvil a unas cuantas cuadras del sitio y portando una gorra y cubrebocas oscuro para resguardar su identidad. El dóberman caminaba a lado de su dueño, siendo sujeto por la correa unida a su arnés que Jungkook mantenía agarrada en su mano con seguridad. El ambiente estaba completamente despejado, contadas eran las personas paseando por ahí, pero a ninguna parecía querer reparar en la presencia de ambos.

Jungkook tarareaba una canción que escuchó en la radio, un tanto distraído, hasta que percibió como la correa de su perro se tensaba. Dirigió su vista hacia el animal, sorprendiéndose al ver cómo este se quedaba quieto frente a otro más pequeño, el cual lucía muy agitado.

—¡Tannie, espera! ¡Cuidado!

Esa voz, esa jodida voz que parecía hecha de terciopelo, era fácil de reconocer hasta con los ojos cerrados.

Un omega que portaba un cubrebocas igual al suyo corría hacia su mascota con desesperación latente, ignorando cualquier cosa que sucediera a su alrededor, incluyéndolo a él. Lo único que hizo fue concentrarse en agarrar al pequeño perro de raza pomerania, poniéndose a su altura y cubriéndolo con su cuerpo como si temiera que su Bam le hiciera algún tipo de daño.

—Ya, cachorrito, estás conmigo—susurró, juntando su frente con la de su mascota que lo veía con orbes brillantes. El amor del animal era latente por su humano—. No vuelvas a asustarme de ese modo nunca más.

El aroma a fresas y moras con un toque a violetas —que seguramente era perfume—, hizo suspirar al alfa por su exquisitez.

—Vaya, parece que el destino no deja de entrelazar nuestros caminos.

Después de dejar atrás el miedo por su Yeontan, Taehyung al fin pudo captar con su agudo sentido del olfato la rica fragancia de ginebra y jengibre con esa pizca de limón que causaba tantas cosas en su vientre. Pero en esta ocasión no podía permitirse sentir nada, porque la ansiedad de temer por el bienestar de su mascota pesaba más.

—¿Jungkook?

El omega levantó el rostro, incorporándose poco a poco del suelo con su perro en brazos.

—Hola, Taehyung.

—¿Tú, él...?

—Sí, él es Bam, mi mascota. Puedes dejar de estar a la defensiva, no es nada agresivo a pesar de que tenga esa aura imponente.

Taehyung regresó a ver al dóberman, quien le movía la cola con entusiasmo y ladeaba su cabeza en absoluta quietud desde su posición, luciendo demasiado tierno a comparación de segundos antes en los que temió por la integridad de su Yeontan.

—Diosa, lo siento. Es que mi bebé es muy nervioso y yo lo soy el doble cuando se trata de él, ni siquiera te vi, solo quería tenerlo conmigo.

—Lo entiendo a la perfección, ¿qué fue lo que sucedió?, ¿se te soltó de la correa?

—Sí, fue mi culpa —admitió con un deje de tristeza tras dejar de lado su semblante sorprendido por encontrarse con el vocalista. Este simple gesto hizo doler el corazón del alfa, quien no deseaba ver esa expresión tan distinta a la que el omega portaba—. No la tenía segura en mis manos, por lo que fue fácil soltarla cuando mi Yeontan se asustó por el sonido estridente de su claxon. No me quiero ni imaginar lo que hubiera sucedido si no se detenía al cruzarse con tu mascota.

En el peor de los escenarios, el perrito se desviaba del sendero del parque e iba directo a la calle en la que varios autos iban a toda velocidad.

—Ya veo, ya pasó. Yeontan ya está contigo y no lo volverás a soltar—colocó su mano sobre el hombro ajeno, dándole un apretón reconfortante—. Tranquilízate, por favor o siento que te dará algo, no fue tu culpa, es algo que le puede pasar a cualquiera, no te mortifiques.

—Está bien...

Jungkook le sonrió con suavidad, y eso junto a las feromonas del susodicho, cumplieron la función de calmar su nerviosismo.

—Genial, así no le contagias ese sentimiento a tu cachorro.

Taehyung asintió con la cabeza, pero antes que ambos se quedaran callados, una duda se estableció en su cabeza.

—¿Esta era tu cita? —inquirió—. ¿Con tu perrito-?

—Bam, sí. Hoy pensaba contártelo de todos modos, porque ayer no preguntaste, no es que fuera obligación que lo hicieras, pero pensé que te llamaría la atención.

Excusas y más excusas, Jungkook se sentía como el alfa más patético del mundo, pero escuchar la risa de su acompañante, impidió que se siguiera regañando para sus adentros.

—Perdón, ayer estaba ocupado y por eso ya no te pregunté, pero créeme que no te liberarías de mi curiosidad durante el trabajo.

Una mentira piadosa, porque obviamente no diría lo celoso y paranoico que se puso al solo pensar que ese alfa ya tenía un compromiso.

—Comprendo, igual no hubiera sido un problema para mí resolver tus dudas—aseguró, dejando una caricia en las orejas de su mascota.

—Me imagino, pero cambiando de tema, no pensé que tenías un perrito.

—Lo adopté hace unos meses, es la mejor compañía que tengo. Tú más que nadie debes comprender eso —señaló al perro de raza pomerania con un movimiento de cabeza, mientras este era dejado en el suelo con la correa sujeta a la perfección en el arnés que poseía—. Ese cachorro debe estar feliz de ser tu compañía.

—Sí, él me ama tanto como yo lo hago desde el momento que lo adopté hace tres años.

—Se nota bastante, es lindo el vínculo que comparten. Con solo ver una foto fue suficiente para sacar esa conclusión.

—¿Qué foto?

—En nuestro primer día de trabajo, cuando me mostraste la pantalla de tu móvil para indicarme qué hora era, pude ver tu fondo de bloqueo.

—Ohh, ya veo, entonces ya estabas enterado de que tenía una mascota.

—Exactamente, pero no mencioné nada porque ese día estabas muy apurado y no quería retrasarte.

—Se agradece, porque si lo hubieras hecho te hubiera empezado a contar toda la historia de Yeontan.

—Ya que estamos aquí, ¿por qué no lo haces? —propuso el alfa, sorprendiendo al omega—. Es obvio que viniste a este parque para pasar el tiempo hasta que fuera la hora de nuestra reunión, así que ahora que sabes que haré lo mismo que tú, podríamos hacernos compañía y conversar un rato.

—¿No te molesta?

—A mí no, ¿a ti sí?

—Para nada.

Tras esa declaración, como si fueran amigos de toda la vida, Jungkook y Taehyung participaron en una conversación que se desarrolló a partir del tema de Yeontan, quien en pocas palabras era un cachorro al que nadie quería adoptar por tener algunos problemas de salud; un motivo por el que el omega era tan protector con él. Al alfa le alegraba saber que ese cachorro cayó en las mejores manos, pues independientemente de la primera impresión que el aludido causó en su persona, gracias a este encuentro estaba teniendo la oportunidad de ver una de las tantas facetas ocultas del actor. Un hecho que demostraba que la máscara de seriedad que el omega usaba frente al mundo entero, solo servía para ocultar su lado más cálido y amoroso.

El vocalista también le contó más sobre su mascota y así estuvieron recorriendo por casi dos horas el parque de un lado al otro, mientras sus perros disfrutaban del ameno paseo con sus dueños. Eventualmente, ambos tuvieron que detenerse, y cuando Taehyung estuvo a punto de decirle a Jungkook que se iría a dejar a Yeontan a la casa de Beomgyu, el beta que lo cuidaba cuando él tenía cosas que hacer, este le hizo una proposición que no pudo denegar.

—Puedes llevarlo a mi casa, no tengo problema con ello.

—¿De verdad? No quiero molestar.

—El pequeño Tannie no es una molestia para nadie, Bam amará tener compañía, así sea por unas cuantas horas.

—De acuerdo. Te tomaré la palabra, Jungkook.

—Perfecto, entonces vamos a mi apartamento, Taehyung.

Alfa y omega se subieron a sus respectivos autos junto a sus mascotas con un destino fijo, y cuando arribaron, no hicieron otra cosa que no fuera entrar al estudio y ponerse manos a la obra. Las horas se les fueron volando y los resultados de esa tarde fueron los que esperaban; si seguían con ese ritmo, no tendrían que preocuparse por nada. Sin embargo, cuando Taehyung quiso ir a por Yeontan para marcharse a su hogar a eso de las ocho de la noche, Jungkook lo detuvo al sostenerlo de su muñeca.

—Si no tienes nada más que hacer, quédate a cenar y luego podríamos ver una película.

—Mañana tengo grabación en la tarde, por lo que te tomaré la palabra. Lamento estarte dando tantas molestias.

Le estaba gustando más de lo que debería tener momentos privados con su "colega".

—Después de esta tarde, siento que nos hemos vuelto más cercanos—expresó con una sonrisa en sus labios, deshaciendo su agarre para guiarlo hacia la sala, en la que sus mascotas deberían encontrarse descansando—. Así que no pienses de esa forma, ¿está bien?

—Tienes razón, estamos en proceso de ser buenos... ¿amigos?

—No pudiste explicarlo mejor.

Cuando pusieron un pie en la amplia habitación, la pareja se quedó con la boca abierta al ver a los perros dormidos y acurrucados el uno junto al otro, con algunos juguetes rodeándolos. Todo indicaba que se entretuvieron tanto como para acabar agotados. Esa bella imagen bastó para delatar que a partir de ahora serían los perfectos compañeros, al igual que sus dueños, aunque solo sus lobos lo supieran por el momento.

Sin embargo, otra certeza que sus partes animales poseían era que más pronto que tarde, la atracción que se profesaban en silencio los haría ceder hasta el final. Ya que mientras más convivieran, las miradas, acciones y expresiones de los dos haría que el magnetismo que los unía por obra de la diosa luna, los delatara hasta que no hubiera vuelta atrás.

Continuará...

Espero les haya encantado mucho este capítulo, yo lo amé demasiado. 

No olviden contarme sus opiniones en comentarios, soy feliz de leerlos y si pueden ayudarme a recomendar el fic, me ayudan un montón. 

Gracias por leer, nos leemos pronto.

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