༻𓊈𒆜16: Calm Down𒆜𓊉༺
Taehyung fue el primero en despertar tras su intensa noche de pasión con Jungkook. Su cabello estaba alborotado, el cuerpo le dolía, pero esa molestia era algo con lo que podía lidiar gracias a la satisfacción que inundaba cada parte de su organismo después de recordar cada perfecto orgasmo conseguido horas antes. Una leve sonrisa apareció en su rostro, mientras levantaba el mentón para apreciar la belleza del alfa que lo mantenía aprisionado entre sus brazos y acurrucado en su fuerte y cálido pecho. El omega no demoró en sentir las jodidas mariposas en su estómago que últimamente estaban más presentes desde que traspasó todos los límites con su "amigo y compañero de trabajo".
Jungkook lucía tan apacible estando dormido, tanto así que Taehyung se permitió detallar su afilada mandíbula, sus labios rosados, su nariz, sus ojos cerrados y el tierno lunar debajo de uno de sus belfos. El aroma de ambos estaba impregnado en cada rincón de la habitación, incluyendo la cama en la que sus cuerpos se encontraban enredados, por lo que era una suerte que se hubieran limpiado antes de dormir o sería realmente molesto descansar estando cubiertos de fluidos.
El alfa era demasiado atractivo, y quien dijera lo contrario, necesitaba urgente un chequeo con el oftalmólogo. Pero no era hermoso solo por fuera, sino también lo era por dentro. Y ayer lo comprobó por milésima vez debido a la visita inesperada de su manada. Se notaba el amor que les profesaba a sus madres y hermana y viceversa; eran una familia encantadora.
Sí, el trabajo de crianza había sido perfecto en cada sentido posible.
Quien fuera el omega que tuviera la oportunidad de formar un hogar que en el alfa se podría considerar el más bendecido y favorito de la diosa Luna.
Un suave rubor se coló en sus mejillas tras recordar lo que le dijo cuando estaban a punto de alcanzar el clímax: Dame tu nudo. Lo quiero tanto como si pudiera ser capaz de quedar preñado por ti, alfa.
Maldición, nunca había dicho algo tan vergonzoso como eso. Sin embargo, su corazón y lobo estuvieron más que de acuerdo al momento de mandar la orden a su cerebro de pedir aquello en voz alta y sin el menor ápice de pena.
Estaba tan caliente y pensaba con las hormonas alborotadas, sin contar lo excitante que le resultó al omega ser profanado sin preservativo. La sensación era muy diferente a cuando existía ese pedazo de látex de por medio, como muchas veces escuchó, pero nunca antes le importó comprobarlo por cuenta propia. De cierto modo, le causaba ansiedad pensar hacerlo sin preservativo con cualquiera de sus anteriores parejas o polvos.
Era un requisito primordial para el actor cuando intimaba, pero con el vocalista le valió romper esa regla tan importante para su tranquilidad, porque no solo temía por un embarazo no deseado, sino también por alguna enfermedad o infección. No obstante, compartir los resultados de sus exámenes médicos le dio la seguridad a Taehyung de que Jungkook era igual de responsable que él. Y como a partir de ahora serían exclusivos, el omega se arriesgaría a que esto continuara repitiéndose, porque justo ahora no se veía volviendo a ocupar condones con el alfa.
Tan solo esperaba que Jungkook estuviera de acuerdo o Taehyung se sentiría triste por ello. Quizá muchos le llamarían exagerado, pero sentir a su compañero de esa manera, le había volado la cabeza. Y por muy egoísta que fuera, deseaba seguir viviendo la experiencia.
Jungkook despertaba el lado más insaciable de Taehyung.
Un hecho tan común entre medias lunas que siguen adaptándose a la presencia de su otra mitad, pero el omega no lo sabía, peor el alfa.
Así que no les quedaba más que tomar con calma las fuertes emociones que lo invadían ante la presencia ajena, aunque ninguno podría prometer nada si encontraban la oportunidad perfecta para dejarse llevar.
Justo como ahora, donde a Taehyung se le ocurrió una maravillosa idea para despertar a Jungkook tras comprobar que tenía el tiempo de sobra para ponerla en marcha.
El omega se alejó del cuerpo ajeno con cuidado, esforzándose en no despertar al alfa, a quien engañó con una almohada para que no notara que ya no estaba ahí. Con cuidado salió de la cama con dirección al baño para hacer sus necesidades—porque su vejiga ya lo estaba molestando desde hace rato, pero lo ignoró por estar embelesado con su acompañante— y a lavarse la boca con el cepillo y pasta de dientes que siempre iba cargando en su bolso de mano.
Era horrible sentir la boca seca, así que le venía bien refrescarse. Además, necesitaba estar en óptimas condiciones para sorprender al joven que seguía en los brazos de Morfeo. Porque esta era la oportunidad ideal para cumplir uno de sus locos deseos.
Minutos más tarde, Taehyung encontró a Jungkook en una posición distinta, pues ya no estaba acurrucado abrazando la almohada que le dejó como su reemplazo. El alfa estaba bocarriba y el omega vio esto como una señal divina para actuar, mucho más al ser testigo del bulto que resaltaba en la entrepierna ajena. Ya había estado sintiendo su dureza presionar su pierna, pero verla en ese estado era la confirmación que necesitaba para no echarse para atrás.
Con sigilo, el omega se metió debajo de las sábanas, ubicándose encima de las piernas del alfa. Las manos le picaron por tocar el miembro erecto del rockstar, pero el actor sabía que no debía precipitarse porque debía despertarlo primero para no asustarlo a pesar de que él había sido el de la idea.
A fin de cuentas, eso fue lo que acordaron cuando hicieron el contrato y especificaron qué prácticas realizarían y cómo es que las querían llevar a cabo.
El consentimiento siempre sería lo más importante sin importar cuál fuera la dinámica.
"Algún día quiero despertarme contigo entre mis piernas, tocándome y besándome, pero sin chuparme la polla, porque para eso necesito estar consciente, ya que yo soy quien impondrá el ritmo".
Taehyung se sorprendió cuando Jungkook le comentó dicha fantasía, pero no se atrevió a juzgarlo porque las que él le planteó también eran un tanto alocadas. Una razón más por la que ambos sabían que se llevarían genial, pues la complicidad se mantenía a pesar de todo.
Con delicadeza, el omega empezó a acariciar los muslos del alfa, dejando unos cuantos besos en la cara interna de los mismos. Poco a poco, Taehyung sintió cómo Jungkook se removía, soltando suaves suspiros conformes sus manos iban ascendiendo por su cadera hasta recorrer la línea en "V" debajo de su paquete de ocho abdominales. La zona del pubis era sensible por naturaleza, así que no se sorprendió de ver cómo con esas caricias el miembro del alfa empezaba a gotear. El omega se relamió los labios, orgulloso de lo que estaba provocando, mientras notaba como su lubricante también empezaba a mojar su entrada.
Luego de un minuto, Jungkook abrió los ojos al percibir la molestia punzante en su entrepierna y el delicioso aroma del almizcle que Taehyung producía a causa de la excitación. Por un instante se sintió desubicado al no ver al omega por ningún lado, pero tras escuchar un sonido de beso debajo de la tela que cubría su anatomía, el alfa unió las piezas y lo comprendió todo.
El omega travieso ya estaba cumpliendo con el pedido del alfa y este no podía estar más contento por ello.
Jungkook destapó su cuerpo, encontrándose a Taehyung con sus labios pegados contra la piel de su pierna izquierda, dejando un chupetón al ser atrapado con las manos en la masa.
—Buenos días, Ggukie. Ya estabas tardando en despertar que por un momento consideré dejarme de rodeos y zarandearte para que te hicieras cargo de lo que provocaste sin esfuerzo alguno.
—Hola, Tae...—lo saludó con voz baja—. Créeme que no te lo hubiera reprochado, pero sin duda esta es una preciosa forma de despertar.
—Considéralo tu recompensa por los orgasmos que me regalaste ayer—expuso sin ningún tipo de filtro, consiguiendo una sonrisa ladina de parte del alfa, quien rememoró de forma fugaz cada una de las expresiones y gesto de placer que el omega le dio cada vez que lo hacía ver estrellas.
—Fue un placer para mí, aunque no me quejo de ser recompensado de este modo cuando gustes.
—Sigue haciendo maravillas y ten por seguro que así será.
—Okay, pero ahora es tu turno —demandó con una mirada oscura que le erizó los vellos al actor, que no dejaba de sorprenderse ante la dualidad del vocalista—. Abre la boquita y demuéstrame lo bueno que eres chupándome la polla.
Queriendo cumplir las expectativas de Jungkook, Taehyung se inclinó hacia delante y dio una primera lamida a la punta hinchada y rojiza, perlada por esa esencia salina de la que poco a poco se estaba volviendo adicto.
Él sabía tan rico.
El omega comenzó a pasar su lengua por la erección palpitante del alfa, haciéndolo suspirar por la cálida sensación que lo envolvía, mientras echaba su cabeza para atrás; pero su cordura se fue a la basura cuando su miembro entró por completo a la húmeda cavidad bucal ajena. Taehyung se ayudó con su mano para acariciar lo que no podía con su boca, masturbando con destreza a Jungkook, acariciando sus testículos y la base.
En ese preciso instante, la mano del vocalista se enredó en la cabellera dorada con el propósito de llegar más profundo dentro del actor. El reflejo de arcadas se hizo presente, pero Taehyung supo controlarlas sin dejar de atrapar cada centímetro de la virilidad de Jungkook. Un gruñido se escapó de los labios del susodicho cuando sintió cómo la garganta ajena se cernía contra su polla rígida, apretándolo al máximo.
—Mierda, sigue así —rogó, notando como el placer se arremolinaba en su vientre bajo—. Ya estoy a nada de correrme.
Los párpados de Taehyung se habían mantenido cerrados hasta ese momento, pero tras escuchar la voz colmada de lujuria de Jungkook, se permitió abrir los ojos para darle una vista clara de sus ojos vidriosos, pero desbordantes de erotismo y de unas cuantas lágrimas traviesas que se abrían camino por sus mejillas coloradas. Esa devastadora imagen fue lo que Jungkook necesitó para dejarse ir a chorros en Taehyung, quien con diligencia no se permitió desperdiciar ni una sola gota. El ceño fruncido del alfa se relajó cuando explotó en un glorioso clímax, soltando el cabello que estuvo agarrando como si su vida dependiera de eso, mientras el omega alejaba su rostro para limpiar la saliva que se escurrió por las comisuras de sus hinchados belfos y las lágrimas secas en sus pómulos.
—¿Logré complacerte? — Taehyung cuestionó con coquetería, acomodando su cabeza junto al muslo de Jungkook. Su voz salió un tanto rasposa por el esfuerzo realizado por su garganta y su rostro debía de estar tan rojo como un tomate maduro por la felación que acababa de dar, pero el calor que se instaló en su corazón al ser testigo de la expresión contenta del alfa, enorgulleció al omega. Él sabía que no hacía falta preguntar, pero recibir cumplidos eran de las cosas que más disfrutaba, más aún si quien se los daba era alguien tan especial.
—¿Tú qué crees?
—Que lo conseguí de sobra y tu cara te delata.
—Así fue, eres magnífico con esto.
—Gracias, ya lo sabía—bromeó, restregándose con suavidad contra el cuerpo del alfa. El omega se veía siendo capaz de ronronear cada que se dejaba llevar por la inmensa necesidad de actuar mimoso con su acompañante.
Acababa de destrozarle la garganta a tal punto de hacerlo llorar, pero lo único que deseaba era comportarse como un auténtico caprichoso.
—Y luego yo soy el presumido—lo molestó, dirigiendo su mano a la cabeza de Taehyung para acariciarlo con parsimonia. Jungkook no acababa de procesar lo afortunado que era por estar en su cama con un ser tan etéreo como lo era el actor y quizá nunca lo haría, pero de lo que estaba seguro el vocalista es que no quería dejarlo escapar, aunque eso pudiera romperlo en el proceso.
Porque nunca se podía dar por sentado nada, mucho menos en cuestiones tan complicadas como el amor, donde podías ser rechazado o correspondido. No existían las medias tintas, o era blanco o era negro. Fin.
—Solo estoy siendo muy seguro de mí mismo.
—Touché, pero, ¿sabes algo? —el omega denotaba expectación, por lo que el alfa le diría, tan atento a sus palabras—. Eso no me quita lo competitivo, así que acomódate en la cama, porque serás mi desayuno.
Taehyung no se lo pensó dos veces para obedecer, recostándose sobre el mullido colchón y abriendo las piernas para darle pase libre a Jungkook. El alfa se relamió los labios, acercándose a la entrada del omega. Hundió su rostro en la zona, degustando el delicioso lubricante que lograba empapar toda la cara interna de los muslos impropios. Suaves gemidos brotaron con naturalidad de la boca del actor, demostrando lo extasiado que se hallaba conforme esa traviesa lengua penetraba su hendidura; el vocalista era tan hábil como para hacerlo blanquear los ojos y agitar su respiración.
Las palabras sobraban entre ellos cuando con acciones se decían tanto.
La sinhueso del alfa se trasladó de la entrada a la dura erección del omega, la cual envolvió con su mano para iniciar un vaivén que lo ayudara a alcanzar el ansiado orgasmo, sin descuidar en lo más mínimo el trabajo que realizaba con su boca.
—Sigue, no te detengas...
—No lo haré hasta que te corras—prometió, dando otra lamida en la base—. Disfruta hasta el final.
Jungkook recibió un largo gemido como respuesta cuando se dispuso a hacerle sexo oral a Taehyung, quien más pronto que tarde se sintió superado ante la electricidad que recorría su columna vertebral y abdomen bajo. Sus manos yacían apretando las sábanas, mientras de su boca salían maldiciones que solo incentivan al causante de estas a no parar por nada del mundo.
Tres succiones profundas bastaron para que el alfa se tragara todo el semen del omega. El cuerpo de Taehyung sufrió unos cuantos espasmos por su perfecta liberación antes de poder ubicarse en tiempo real y conectar su mirada con la de un coqueto Jungkook.
—¿Qué tal eso? Estamos a mano, ¿no lo crees?
—Lo estamos—confirmó sin aliento, pero el brillo en sus ojos avellanos despertó la intriga en su acompañante—. Pero no me iré de aquí hasta que me hagas tuyo de nuevo...
—La propuesta no me molesta en absoluto—confesó, agarrando los tobillos del omega para voltearlo. El susodicho notó como el alfa lo posicionaba en cuatro, aunque grande fue su sorpresa cuando este le indicó que se agarrara del cabecero para que su cuerpo quedara levantado a pesar de que sus rodillas se mantuvieran fijas en la cama.
—¿Qué planeas? —Era una posición un tanto inusual, pues sus parejas anteriores eran muy tradicionales en ese aspecto, pero no se quejaba en lo absoluto, porque le fascinaba que su acompañante buscara diversas formas de que ninguno de sus encuentros se sintiera repetitivo.
Igual la gracia de su acuerdo era experimentar y descubrir cosas nuevas y posiciones interesantes que resultaran satisfactorias para ambos.
—Solo buscar un mejor ángulo, confía en mi ingenio.
Sin esperar por obtener respuesta, Jungkook separó las piernas de Taehyung con la propia, dejando a la vista la resbaladiza entrada. Las manos del rockstar amasaron el culo respingado del actor, sacándole un suspiro que le hizo sonreír por lo lindo que le parecía conseguir una reacción de ese tipo. Sin embargo, utilizó toda su fuerza de voluntad para no nalguearlo y convertir sus suspiros en quejas y jadeos, pues lo que tenía en mente le atraía mucho más.
Taehyung notó como Jungkook se posicionaba detrás de él, alineando su polla palpitante contra su agujero, al mismo tiempo que una de sus manos se afianzaba en su cadera y la otra se dirigía hacia la parte delantera de su cuello.
Oh Diosa, ¿acaso pensaba hacer lo que creía que haría?
¿Una de sus fantasías sería cumplida?
En menos de un segundo obtuvo la respuesta.
Los dedos del alfa apretaron la zona de su cuello, privándole de aire con el debido cuidado, mientras su dura y larga polla—porque conseguir una erección instantánea parecía no resultar nada complicado para el mencionado—empalaba al omega, llenándolo hasta el fondo. El ritmo bestial de las caderas de Jungkook se acompasó al instante con los empujones que Taehyung le daba al cabecero con cada embiste certero que recibía. La cama rechinaba como si estuviera punto de romperse, opacando los gemidos y gruñidos de la pareja.
El omega se esforzaba en recuperar una buena cantidad de oxígeno en los efímeros instantes que el alfa le daba la oportunidad para aquello. La pelvis del vocalista chocaba contra los glúteos del actor, provocando ese sonido tan característico. Sus pieles perladas por el sudor hacían que todo se volviera más pegajoso, pero mentirían si dijeran que no estaban a gusto, pues el olor a sexo solo los calentaba más. Segundos más tarde, Jungkook se atrevió a susurrarle unas palabras sucias al oído a Taehyung antes de que este fuera el primero en correrse contra la superficie de madera, porque lo único que podía hacer en esas circunstancias era murmurar cosas incomprensibles. En medio de su culminación, apretó sus paredes internas y eso fue lo que le permitió a su acompañante vaciar su semilla y darle su nudo, escuchando un quejido como respuesta a la nueva sensación.
La mano de Jungkook abandonó el cuello de Taehyung y la sensación tan arrolladora se fue desvaneciendo como lo haría un sueño fugaz. Una sonrisa tonta se quedó en sus labios cuando fue consciente de que lo hicieron sin condón sin necesidad de haberlo pedido; tal parecía que no era el único que de ahora en adelante querría que sus encuentros fueran así. Cuando el alfa se recuperó de su demoledor orgasmo, dejó varios besos en la nuca ajena —que se contuvo de morder varias veces—, mientras el omega se permitía relajarse por los mimos durante el tiempo que tuvieran que quedarse pegados. Sus piernas yacían temblorosas, pero el agarre ajeno era suficiente para mantenerse quieto en su sitio.
—Fue maravilloso, Tae.
—Sí, Ggukie, gracias por la experiencia—el omega volteó su cabeza para encarar al alfa—. Me has dejado sin aliento y todavía me siento en las nubes.
—Es bueno saberlo. Cumpliste tan bien una de mis fantasías que me sentí en el deber de cumplir una de las tuyas también.
—Fantasía por Fantasía, ¿eh? Eres justo, pero no es necesario.
—Lo sé, pero al menos hoy quería que fueras lo más relajado al set—explicó, acariciando los costados de Taehyung. Jungkook amaba que sus dedos quedaran marcados con tanta facilidad en la dermis canela, aunque si lo pensaba bien, en su piel blanca, este efecto era mucho más notorio, pues juraba que su espalda estaría llena de aruñazos.
—Tan considerado...
—Por ti y para ti, pero, ¿te gustó la posición?
—Sinceramente, no la esperaba porque no era lo que me imaginé cuando hiciéramos esto, pero me encanto sentir que tan profundo llegabas.
—Comprendo... Cuando escribiste en el acuerdo que querías que te ahorcara, me imaginé la típica posición del misionero, pero tras pensarlo un rato, me pareció que esta podría resultar más interesante para los dos.
—Y no te equivocaste.
—Rara vez lo hago.
Taehyung asintió sin intención de replicar a lo dicho por Jungkook y el tema no demoró en cambiar de tema, divagando sobre que tendría que estar atento sobre si se le hacía alguna marca muy notoria como para ocultarla o los chismes en el set no se harían esperar; usar buzos con cuello de tortuga, pañuelos y bufandas parecían la mejor opción dado el caso. El alfa se disculpó por ello, pero el omega no tardó en aclararle que le encantaba su brusquedad.
Ya había pasado por mucho sexo vainilla, así que podía hacerse cargo de las consecuencias de sus deseos sin problema, pues su corazón y alma se sentían satisfechos con las gratas experiencias. Minutos después, la pareja se recostó en la cama para descansar un rato tras la intensa actividad física. Los temas empezaron siendo triviales, pero la curiosidad de Jungkook desembocó en uno que se arrepentiría de haber tocado con Taehyung.
—Y en el futuro, ¿deseas formar tu propia familia? —interrogó, sintiendo su corazón latir a mil por hora. Era una suerte para él estar con la cabeza recostada en el regazo del omega, así este no podría escuchar el ritmo anormal de sus pulsaciones, aunque lo único malo es que, por la posición, tampoco podía ver el rostro ajeno como para tratar de leer sus expresiones.
—Nunca he buscado tener cachorros ni unirme a un alfa —musitó cortante. Lo que había dicho era una jodida mentira, pero había entrado en pánico.
¿Por qué le preguntaba eso?
El único al que estaba viendo cómo un buen candidato para ser el padre de sus cachorros era él, pero esa misma persona había estado de acuerdo con solo ser amigos con derechos.
Era estúpido vivir de falsas ilusiones, por más idílicas que fueran.
—¿En serio?
—Sí.
Por supuesto que no, eso era lo que más deseaba, pero no ha existido nadie hasta Jungkook como para regalarle esa seguridad a su lobo y a su propia persona para dar aquel gran paso. Sin embargo, Taehyung no sabía cómo lidiar con la situación que ya tenía presente sin sentirse jodidamente vulnerable si es que era sincero y acaba siendo rechazado por mezclar sentimientos que no deberían haberse desarrollado nunca.
Se suponía que era simple atracción, pero ya no era solo eso.
—Ya veo...
El semblante de Jungkook decayó, algo que Taehyung ignoró por estar con la mirada fija en el televisor de la habitación y por sus propios pensamientos, o más bien, crisis existenciales.
—¿Y tú?
Pero era tan masoquista como para querer escuchar una respuesta que lo más probable es que hiciera añicos sus inexistentes esperanzas.
—Tampoco, teniendo una vida tan ajetreada como la mía, me parece algo imposible.
No tenía caso exponer lo mucho que fantaseaba tener a sus propios cachorros, pero él hasta sería capaz de abandonar ese deseo si la persona que empezaba a amar con locura le daba una oportunidad.
Porque a pesar de nunca haberse enamorado, él sabía que cuando ese momento llegara, entregaría todo de sí mismo sin esperar recibir nada a cambio. Porque eso era amar sin verdaderas restricciones, entregando el corazón, cuerpo y alma a la otra persona.
Lastimosamente, nada le garantizaba no salir herido, pero al menos viviría tranquilo de haber sido fiel a sus creencias respecto a un tema tan complicado como el amor. En el mejor de los casos, su romance sería recíproco y serían capaces de llegar a acuerdos que no deterioren su relación con base en la confianza, comunicación y respeto.
—Es comprensible, la vida de los artistas es así en la mayoría de los casos...
Un pesado silencio los inundó tras esa oración, mientras alfa y omega se dañaban sin saberlo al creer cosas equivocadas como también llevaban haciendo desde el inicio.
El sonido repetitivo y fastidioso de una alarma telefónica fue lo que causó que ambos salieran de sus pensamientos. El omega se incorporó de la cama sin vergüenza alguna de que su cuerpo se mantuviera al desnudo frente al alfa, quien se permitió desplazar su tristeza por intriga en cuestión de un abrir y cerrar de ojos. Cuando Taehyung encontró su móvil tirado en el piso junto a su ropa, se fijó en la pantalla y comprobó que ya era hora de irse o no alcanzaría a arreglarse en su departamento. Para Jungkook no fue difícil deducir de qué se trataba al ver el ceño fruncido en ese rostro tan etéreo.
—¿Ya tienes que irte? Podrías quedarte a desayunar algo rápido y luego te llevo en mi auto.
—Sí, debo irme ahora o no llegaré a tiempo tras hacer todo lo que debo —declaró, caminando hacia la cama para sentarse en el borde y despeinar los cabellos azabaches—. Aprecio mucho la invitación al desayuno y que me lleves, pero tengo que marcharme o el director se enojara como no te imaginas. Créeme cuando te digo que es terrorífico estando molesto.
—Entiendo... ¿Irás en taxi?
—Sí, voy a llamar a mi taxi de confianza, así que no te preocupes tanto —informó, disponiéndose a marcar el número del beta que siempre lo salvaba en situaciones como esta.
—Bien, pero al menos déjame acompañarte hasta la puerta.
—De acuerdo...
Taehyung y Jungkook no dijeron nada más después de que el taxista le dijera al omega que estaría en menos de tres minutos en la dirección del alfa, pues ambos se concentraron en vestirse a pesar de que sus mentes se encontraran muy lejos de ahí. Cuando estuvieron listos, la pareja se encaminó por el largo pasillo que los llevaba a la salida del moderno apartamento.
—Diosa, también tengo que avisarle a Beomgyu que cuide por más horas a Yeontan—recordó el actor en voz alta, haciendo caer en cuenta al vocalista sobre ese detalle en particular. Él también debía comunicarse con Kai por Bam—. Cada día estoy siendo más despistado...
—Estoy igual que tú, yo tampoco retiré a mi cachorro de la casa de su querido niñero— Jungkook contó, provocando que Taehyung se sintiera menos culpable por ser tan mal padre—. A este punto pienso que deberíamos aumentarles el sueldo a las personas que cuidan de nuestras mascotas, ¿no lo crees?
—Nos ayudan bastante, así que deberíamos reconocerles más por las horas extras. No podemos ser inconscientes, porque cuidar a otro ser vivo siempre será una ardua tarea.
—Eso mismo—consintió con una leve sonrisa cuando una idea fugaz lo hizo olvidarse del pequeño malestar de antes—. Por cierto, se me acaba de ocurrir algo, pero para que no demores más, te escribiré más tarde.
—Ohhh, como gustes. ¿No importa que te responda después de las cinco?
—Para nada, pero antes de ilusionarme, ¿hasta esa hora será el rodaje?
—Así es, hoy grabaremos tomas de escenas cortas—Aparecía en casi todas, por lo que no podía ser irresponsable y no presentarse, por más que el animal en su interior le rogará que se quedará. Con cada encuentro con Jungkook, Taehyung sentía que su lobo se enganchaba más al ajeno y eso le preocupaba, pero por su fuerte carácter creía que todavía podría lidiar con ello sin consecuencias.
—Genial, entonces te estaré contactando —expresó, dejando de caminar cuando llegaron a la puerta.
—Lo espero con ansias, porque me has dejado con la curiosidad.
—Esa era la idea.
Una risita brotó de los labios de Taehyung ante el comentario de Jungkook. Acto seguido, se le acercó y le dejó un corto beso al alfa, quien no se había esperado el gesto del omega.
—Nos vemos, Ggukie—se alejó, abriendo la puerta delante de él—. Cuídate y descansa por mí.
—Adiós, Tae. Lo haré.
Se despidió con un ademán, viendo desaparecer al omega de su campo visual. Segundos más tarde, Jungkook estaba solo nuevamente en su hogar, mientras que Taehyung se ocultaba con un cubrebocas hasta que el taxista arribara en la dirección que le proporcionó en la llamada, tratando de dejar de lado los lamentos de parte instintiva y pensando en cómo se organizaría cuando pusiera un pie en su casa.
Primero tomaría una ducha relajante, luego se pondría un conjunto de ropa que compró en su viaje a Tailandia, después se tomaría un latte macchiato y un croissant como desayuno, porque el maquillaje, peinado y otras cosas las realizaría en el set, donde tenía un personal muy atento como para darle una mano y, finalmente, iría a ver a Beomgyu para disculparse por dejarlo tanto tiempo cuidando a Yeontan, le daría su merecido aumento y se marcharía al set en su Genesis GV80, pues ya era hora de sacarlo de su garaje y ponerlo a funcionar tras varios días sin hacerlo.
El omega ya había repasado los guiones de ese día, por lo que no estaba preocupado de fallar o retrasar las grabaciones, pero nunca estaría de más repasar utilizando una de las técnicas que le funcionaban a la perfección, es decir, escuchar una grabación de sus diálogos, mientras realizaba cada punto de su itinerario.
Porque ser perfeccionista era su segundo nombre cuando se trataba de su trabajo como actor y los resultados de su esfuerzo se verían reflejados en la pantalla cuando el drama viera luz verde.
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Después de que Taehyung se fuera, Jungkook se fue a recostar otra vez, mientras charlaba con Kai para agradecerle y pedirle perdón por no haber retirado a Bam por culpa de su calentura. En su defensa, era muy débil como para resistirse a las provocaciones de Taehyung. Como siempre el beta era muy comprensivo y le decía que no le resultaba ninguna molestia, pero cuando su jefe le ofreció un aumento, no se hizo de rogar, mucho menos se quejó por el acto bondadoso del susodicho. A un joven estudiante como él, tener un ingreso extra nunca le caería mal; aunque la verdadera suerte era que su jefe fuera el rockstar, porque siempre era justo a comparación de otras personas para las que había trabajado.
Ambos llegaron a un acuerdo decente después de una breve conversación y Jungkook le prometió ir por a Bam dentro de una hora, pero cuando estaba por ponerse de pie y darse una ducha, el timbre de su hogar resonó con fuerza. Su corazón empezó a latir desbocado al imaginar que podría tratarse de Taehyung, por lo que, en cuestión de segundos, se colocó un bóxer y tomó una bata para salir a recibirlo.
El rico aroma del omega se había esparcido por cada rincón de su apartamento tras encender la ventilación, pero el alfa estaba más que complacido por ello. Era un placer tenerlo tan presente, así no lo extrañaba tanto. Aquella fragancia lo relajaba mucho, así que la disfrutaría hasta que terminara por esfumarse en el ambiente.
Grande fue la sorpresa de Jeon al abrir la puerta y no encontrarse con Kim como supuso que haría.
Su rostro se desencajó al toparse frente a frente con su hermana menor, Somi.
La alfa mantenía una sonrisa en el rostro cuando conectó miradas con su hermano mayor, la cual fue desapareciendo de a poco al percibir un olor muy particular.
Jungkook reaccionó y arrastró hacia adentro a Somi, a quien se le cayó la holgada capucha que influía en que pudiera pasar desapercibida de mejor manera, porque ella no cometía el mismo error dos veces. Ya había aprendido la lección y no quería meter en aprietos de nuevo a Jungkook.
—¿Qué rayos haces aquí, Somi? —cuestionó, cerrando la puerta de un solo golpe—. ¿Te olvidaste de algo?
—¡No! ¡¿Qué carajos pasó aquí?!
—¿A qué te refieres? —el alfa tenía muy presente que era demasiado idiota fingir demencia, pero podía intentarlo de todos modos.
—Para tu información ya no soy una niña y es obvio que lo que estoy oliendo son feromonas...
—No completes la oración y si puedes tratar de no respirarlas mucho, mejor.
Era un pedido y advertencia, la chica no debía ser una intelectual como para leer entre líneas.
—No puedo creer lo que me estás pidiendo, pues es imposible, pero peor me parece que hayas traído a un omega después de que nosotras nos fuéramos—hizo una pausa, olfateando con cuidado la fragancia dulzona—. A menos que sea... Santa mierda.
—Jeon Somi, el vocabulario —Era estúpido regañarla, pero ahora temía que se diera cuenta de la verdadera identidad de ese omega, aunque por la cara de susto de la alfa, lo más probable es que ya hubiera atado los cabos.
—No me jodas, ese olor en serio es de...
Sí, tenía que ser de él. De Vante, de Kim Taehyung, el famoso actor y modelo de diversas marcas con una gran trayectoria en la industria nacional e internacional. Cuando lo conoció, no pudo olerlo en demasía, pero sí pudo captar pequeñas notas de su aroma. Sin embargo, ahora consiguió captar la fragancia con suma claridad y al ser una fan tan fiel, a su favor tenía mucha información valiosa como, por ejemplo, conocer cuáles eran los dos aromas del omega de sangre pura.
Leer las entrevistas exclusivas que Taehyung ha otorgado a revistas de renombre al fin parecía servir de algo. Un motivo por la que estar orgullosa, pues muchas veces le dijeron que exageraba al querer saber todo sobre la persona que admiraba, pero en su defensa, lo único que estaba haciendo era apreciar la poca información que en confianza el actor le regalaba a su fandom.
—Ya, sí lo es—confirmó, rindiéndose y asimilando que su más preciado secreto había dejado de serlo de la manera más inesperada posible—. Deja de olerlo en exceso.
—Mejor abre las ventanas, porque no te prometo no hacerlo cuando siento que me está faltando la respiración.
Jungkook suspiró por la boca, manteniendo a raya a su lobo, que se estaba desesperando por el simple hecho de que el aroma de su omega estaba siendo consumido por otro alfa que no era él.
Inaceptable.
Acto seguido, el vocalista se fue corriendo hacia la ventana de la sana para abrirla de par en par y que el fresco aire limpiara el aroma que tanto le gustaba; aunque esto fuera por una buena razón, pues no quería arriesgarse con su lado más animal y territorial. Su hermano no tenía culpa de que su alfa ya considerara al omega como suyo.
—Listo—avisó, devolviéndose al mismo sitio en el que estuvo segundos antes—. Ahora, dime qué haces aquí, Somi.
—Te responderé, pero te voy avisando que no me voy a quedar con dudas. Ya tengo varias preguntas que hacerte.
—Está bien, te lo explicaré.
—Me parece un trato justo—aseguró, sacando su móvil para teclear un mensaje rápido a su progenitora.
—¿Qué haces?
—Avisándole a nuestra madre que me demoraré y que ya puede irse a casa, porque mi hermanito será el que me lleve a casa después de mi inesperada visita.
Al escuchar esa reveladora declaración, Jungkook se llevó una mano a la boca por la sorpresa.
En el peor de los casos, su madre alfa también se hubiera enterado y eso sería un problema de dimensiones catastróficas, pero tal parecía que la diosa Luna lo amaba lo suficiente como para evitarle solucionar un lío de ese tipo.
—Ella está abajo, pero a unas cuantas calles de aquí, porque ninguna de las dos quería que se repitiera lo de ayer. Una funa por mes te la dejo pasar, pero por día ya es mucho—confesó tras rememorar cada cosa loca que leyó en redes sociales. Un escándalo como ese no se lo desearía ni a su peor enemigo, pues muchas veces la gente no medía lo que decía al escudarse detrás de una pantalla y el jodido anonimato—. Mucho menos si la razón se resume en que quise venir a verte para pedirte unos consejos sobre música para un libre de apuntes que estoy haciendo. Se suponía que no me demoraría mucho, pero dadas las circunstancias, me quedaré contigo hasta la hora del almuerzo.
—Me parece bien, con tal que no venga a buscarte...
—Tienes tanto que contar, mis dudas pueden esperar.
—También te ayudaré con ello para no levantar sospechas con mamá, así que toma asiento y escucha —pidió, a lo que la chica obedeció, acomodándose en el sofá más amplio para desvelar los secretos de su hermano.
El sueño de la alfa era ser una artista muy completa, y si él podía darle una mano con cualquier cosa, lo haría sin pensárselo dos veces. Jungkook quería verla triunfar y confiaba en que tarde o temprano lo conseguiría porque conocía las habilidades ocultas de la fémina.
Era un bello diamante al que le faltaba poco que pulir.
—Cuéntame, por favor.
Resignado, Jungkook se sentó a lado de Somi y empezó a explicarle a Somi de una manera muy suave—cero explícita—como es que a día de hoy era el amigo con derechos de Taehyung. Su objetivo no era traumar a su hermana con imágenes indeseadas, por lo que omitió el incidente que involucraba al omega realizándole una mamada después de que le mostrara su pantalón de Calvin Klein, para que días más tarde, luego de que ambos fingieran demencia, decidieran dejar la cordura atrás y acabaran cogiendo como conejos hasta tomar la loca decisión de firmar un contrato de confidencialidad.
—Y eso nos trae al día de hoy, en el que apareces sin avisar, minutos después de que él se fuera a trabajar—finalizó su relato, temiendo por la auténtica reacción de su hermana, pues no había dicho nada durante cuarenta minutos y eso lo ponía nervioso.
El alfa no olvidaba el crush que tenía con el omega, así que nadie podía juzgarlo por la ansiedad que invadía a cada una de las células de su cuerpo, pero quería fiarse de que no sería muy mala o quizá la alfa ya le hubiera dicho unas cuantas cosas desde el preciso instante en que le puso una cara al omega desconocido.
—En parte me alegra que eso no sucediera, o esto hubiera terminado sin siquiera empezar.
—Me disculpo si... Espera, ¿qué dijiste?
Jungkook se cortó a sí mismo después de intentar pedir perdón a Somi por fijarse en el "omega de sus sueños", sin embargo, su impresión fue inmensa al escucharla decir aquello.
—Lo que oíste, pero, ¿por qué te disculpas conmigo?
¿Qué demonios? ¿Por qué estaba reaccionando de esa manera tan tranquila?
—¿No se suponía que era el amor de tu vida?
—Y lo es, ¿quién dice lo contrario, hermanito?
—Entonces, ¿por qué no me estás mandando al carajo?
—Tú también determinaste ciertos puntos en el dichoso contrato, así que no me queda duda de que tienes gustos raros, pero dime, ¿por qué supondrías que yo te trataría mal?
—¡Somi!
—Estoy bromeando, hermanito —soltó una carcajada por la expresión en el rostro ajeno—. Debiste ver tu cara...
—Esto es serio.
—Lo sé, por eso decidí bromear para romper al ambiente —comentó, sintiéndose mejor después de experimentar tanta tensión—. Despreocúpate por lo que yo pueda pensar, no es como que te odie por robarme al omega de mis sueños o algo así si es lo que crees.
—¿No estás jugando otra vez? Yo pensé que-
—Mira, yo sé todo lo que he dicho, pero no lo decía en serio. Taehyung es mi tipo ideal hasta que aparezca alguien que me demuestre lo contrario. Jamás albergué esperanzas de algún día tener una oportunidad porque sé que no cumplo ninguno de sus requisitos. Además, lo adoro como solo un fan genuino hace, en sentido platónico y nada más.
—Y yo pensando que nuestra relación podría peligrar a causa de esto—era un alivio, pero todavía no procesaba la situación—. Te veías tan convencida cuando dijiste maravillas de Tae, a pesar de que te conté sobre mi mala experiencia y lo mucho que dudaba poder llevarme bien con él durante lo que durara este trabajo colaborativo.
—¿Y acaso no terminaste juntándote con él en cada uno de los sentidos posibles?
—Sí, pero...
—Nada de peros, tú también te diste cuenta de lo lindo que es y no solo lo digo por el exterior. Se nota a leguas que es difícil de tratar, pero eso no quita que cuando se siente en confianza, demuestre cada una de sus cualidades. Porque quiero creer que te gusta y no solo aceptaste el contrato por el placer de saber que te estás enrollando con un omega tan espectacular como lo es él.
—Me ofende que siquiera consideres eso, yo jamás estaría con alguien por una razón tan estúpida como esa—juró, desbordando sinceridad en cada una de sus palabras—. No me gusta, estoy jodidamente enamorado de él y es muy idiota de mi parte rendirme ante el amor sin pensar en las consecuencias, pero ya lo he hecho.
—¡Ese es mi hermanito! —musitó con orgullo, contenta de escuchar que esto era más profundo de lo que parecía, porque cuando escuchó "contrato de confidencialidad", temió que su hermano solo estuviera interesado en la parte carnal y no en la sentimental, pues al ser una romántica empedernida, confiaba en que el amor florecería y lo único que la tendría contenta es verlos como pareja a futuro. Sus dos personas favoritas juntas sería igual a un sueño hecho realidad—. Pero, ¿crees que él también se esté enamorando de ti?
—Si te soy honesto, esa es la pregunta de la que más me aterra la respuesta.
—¿Por qué dices eso? No me digas que él te ha dicho que solo te quiere para sexo...
—No lo ha dicho explícitamente, pero tampoco me da esperanzas, ¿entiendes?
—En absoluto, necesito más contexto o se me quemarán las pocas neuronas que me quedan.
—En el contrato estipuló que este es un acuerdo para que ambos disfrutemos de nuestra compañía fuera y dentro de la cama, lo que incluye que podemos hacer cosas que no sean solo en torno al sexo, pero siempre que puede, él marca los límites de uno u otro modo, y aunque yo sabía a lo que me metía, no niego que a veces temo que después de que nuestro tiempo juntos acabe, yo sea el que acabe con un corazón roto.
—Ay, Jungkookie...
La alfa se acercó a su hermano para dejarle suaves caricias en la espalda al ver cómo su semblante se pintaba de tristeza por ese futuro incierto con el omega.
—Esos pensamientos aparecen con rapidez, pero no tardan en desvanecerse cuando mi lobo me recuerda ciertos comportamientos que Taehyung tiene hacia mí y que me hacen sentir especial, como si yo fuera el elegido y por esa razón, me animo a seguir con el plan de conquistarlo.
Que le dé la confianza para someterlo y contarle sus locas fantasías decía mucho, sin contar que permitió que lo hicieron sin protección. Si estas no eran buenas señales, Jungkook no comprendía que eran. A este punto, lo que más deseaba el alfa era unir su vida con la del omega.
—Wow, estás en una situación complicada, pero a los Jeon nos encanta superarnos día a día, así que tienes mi apoyo moral para no darte por vencido.
—Este el momento para que me digas que salga de ahí —bromeó, porque no lo decía de verdad. Ya era muy tarde para dar vuelta atrás.
—Si no me hubieras dicho que te da señales, yo misma te incitaría a que termines todo de una vez por todas, pero quiero pensar que él tiene miedo a enamorarse.
—¿Y si son señales falsas? —por más optimista que fuera, su negativismo también hallaba modo de hacer acto de presencia.
—Es el riesgo que debes correr si quieres algo serio. Tómalo con calma, ¿sí? No te estreses y disfruta del proceso, muéstrate tal y como eres, confiando en que eso será suficiente para que abra los ojos y se dé cuenta de que no hay otro alfa mejor que tú.
—Gracias, hermanita. No me esperé ser apoyado por nadie, pero me alegra que seas tú.
—El mejor agradecimiento que me podrás dar es el de ser la dama de honor en su boda. No pido más que eso, Jungkookie—aseguró con una sonrisa radiante, la cual levantó los ánimos de su acompañante—. Les tengo mucha fe, así que ojalá no sean un par de tontos por mucho tiempo y se den todo el amor del mundo para que cuando acepten lo que sienten, sean una relación bonita y sana, donde las bases sean la comunicación, el respeto, la fidelidad y la confianza sean fundamentales para ambos.
Eso se escuchaba maravilloso a pesar de que se tratara de una fantasía idílica de la alfa. Jungkook sabía que el camino sería duro, pero si contaba con los consejos de Somi, se arriesgaría a pensar en positivo con más fuerza que antes.
—Sí, lo haré, pero ahora resuélveme una duda que me ha estado carcomiendo la cabeza desde que mi lobo dejó de verte como una amenaza.
—¿Qué tu lobo qué?
Jungkook quiso darse una bofetada por pasarse de sincero.
—Bueno, es que lobo ya ve a Tae como su omega, así que estaba bastante enojado cuando oliste su delicioso aroma—confesó, a este punto no servía de nada ocultarle información a Somi.
—Vaya, nos saliste territorial. Digno hijo de nuestra querida madre alfa—Heesun era igual o más intensa cuando se trataba de su mamá omega Inna, por lo que no le sorprendía del todo. Somi sentía que no sería tan posesiva si encontraba una pareja, pero igual nunca se podía dar por sentado nada. Sobre todo, cuando la vida estaba llena de sorpresas para todos.
—A él no le molesta, es todo lo contrario...
Un rubor cubrió sus mejillas cuando la imagen de un Taehyung suplicante por su atención se hizo nítida en su mente.
—No me digas más, Jungkookie, porque no quiero saber en qué situaciones le encanta que seas un lobo territorial y posesivo— el mencionado asintió de acuerdo, debía aprender a controlar su lengua frente a su hermana—. Bien, como ya sabes, soy una gran fan. Por lo tanto, estoy muy al pendiente de cada cosa que mi ídolo pueda hacer, así que un día leí una entrevista para Rolling Stone en la que contaba cuáles eran sus aromas. Fresas y moras, una combinación exquisita, diría yo.
—No lo niego, pero no entiendo algo, ¿su primer olor no es fresas y moras como uno solo y el segundo no son violetas?
Ahora sí estaba confundido y parecía que su hermana lo estaba el triple. ¿Tres olores? Nunca antes escuchó de algo parecido.
—Él no ha dicho nada de eso. Tampoco sé si es posible que alguien tenga una combinación como un aroma—la chica trató de recordar lo que solían explicarle en clases de biología acerca de ese tema, pero nada se le ocurría—. ¿No será su perfume?
—No, los perfumes siempre se notan artificiales. Te juro que he notado que desprende olor a violetas.
—Qué extraño, Jungkookie. Tal vez deberíamos investigar.
—Sí, creo que sería lo ideal. No estoy imaginándolo, y te lo puedo asegurar porque soy alguien muy sensible a los olores. Nadie más que tú sabe esto que te voy a contar. Los aromas de todos me desagradan, algunos más que otros, pero ninguno me ha encantado tanto como el de Tae —confesó, sorprendiendo a la alfa con su declaración—. El de nuestras madres y el tuyo no cuenta, porque siempre me han resultado tolerables, aunque algo me dice que es por nuestro lazo familiar. Y si no se los he comentado antes es porque no he querido preocuparlas e igual a estas instancias de la vida, no creo que se pueda hacer nada. Tampoco es algo que me quite el sueño y no tengo ninguna dolencia aparte, así que puedo vivir con ello.
—No me esperaba que tuvieras que lidiar con un problema como ese, pero agradezco que me lo hayas contado. Este secreto también está a salvo conmigo.
—Gracias por todo, Somi.
—Para eso estamos los hermanos—la alfa despeinó los cabellos ajenos, provocando que el alfa sonriera—. Entonces, según tú, Taehyung-ah tiene tres olores, los cuales amas.
—Exactamente. ¿Cómo no amarlos si me recuerdan a dos aromas que me fascinan desde que tengo uso de razón? —cuestionó sin buscar una respuesta—. Tae huele a mermelada de frutos rojos y a flores recién cultivadas, pero ambas fragancias son mucho más que eso... No sé cómo explicarlo para que me comprendas más en profundidad.
—Lo entiendo, porque también lo olí, pero supongo que para ti es mucho más especial porque desde niño has sido amante de ese sabor de mermelada gracias a las tostadas francesas que nuestra madre nos preparaba los fines de semana, mientras que las flores te recuerdan a las veces que salías con mamá a recoger algunas en ese invernadero que cerraron hace tiempo.
—No pudiste simplificarlo mejor, me robaste las palabras que apenas estaba buscando en mi mente para hacerte entender mi punto.
Su hermana era muy inteligente y las conclusiones a las que llegaba siempre eran de las más acertadas.
—Tal vez en otra vida deba ser psicóloga—exteriorizó al sentirse contenta por el halago de su hermano—. Me gusta leer a las personas y dar consejos. ¿Tú qué opinas?
—Serías genial, Somi, pero en esta vida concéntrate en ser una idol inolvidable; una que tenga su propio nombre y no solo sea conocida por ser la hermana del vocalista y líder de Liberté.
—Ya verás que lo lograré, jamás decepcionaría a las personas que amo y confían en mí.
—Por ti pongo las manos en el fuego, hermanita. Cuentas conmigo para lo que necesites.
—Tu igual, Jungkookie. Así que, si ya tienes algo en mente para abrirle los ojos a Taehyung-ah, soy todo oídos.
—A decir verdad...
Sí, hoy finalmente empezaba el plan de conquistar a Taehyung.
Continuará...
Lamento la desaparición, este último mes ha sido complicado, pero aquí estamos con una nueva actualización. Gracias por el amor que le dan a esta historias, son los mejores.
Cuéntenme que les ha parecido este capítulo, por favor. Siempre estoy muy curiosa de leerlos.
También les recuerdo que tengo un canal de difusión en whatsapp, dónde siempre les aviso cualquier novedad de esta o mis otras historias. El link lo encuentran en mi instagram: kamieshiro.
Cuídense mucho, corazones míos.
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