༻𓊈𒆜14: Beautiful things𒆜𓊉༺
Un suspiro de satisfacción escapó de los labios de Taehyung luego de cerrar el libro que había estado leyendo durante la última semana. La historia del profesor y alumno que tuvieron un romance fugaz en la universidad lo hizo vivir un torbellino de emociones, haciéndolo olvidar momentáneamente de sus propios problemas; en especial cuando tomó un vuelo hacia Tailandia y al que se subió para regresar a su natal Corea del Sur.
En esos viajes, el omega estaba más pensativo que de costumbre a causa de cierto alfa de orbes brillantes, cabello azabache y el brazo lleno de tinta, quien supo cómo adueñarse de sus pensamientos sin siquiera proponérselo; por lo que se obligó a encontrar algo que lo distrajera de los asuntos que debía resolver más temprano que tarde.
Y qué manera tan inesperada en la que lo hizo.
Cuando Taehyung cruzó la puerta del departamento de Jungkook jamás se imaginó como resultarían las cosas entre los dos, pero después de recibir el sobre que contenía el documento que él mismo redactó junto a los exámenes médicos del alfa—los propios se los hizo llegar al día siguiente, acompañados de la hoja que ya poseía su firma con la intención de que la situación fuera lo más seria y legal posible—, el omega sintió una paz indescriptible acerca de su acuerdo de confidencialidad, exclusividad y dinámicas que llevarían a cabo desde ahora en adelante.
Nunca antes tuvo a alguien que pudiera adaptarse tanto a las fantasías que ocultaba en lo más recóndito de su ser, por esa razón le alegró en demasía comprobar que el susodicho se encontraba en la misma página sobre lo que buscaban en un compañero sexual.
Ninguno buscaba amor, solo complicidad. Deseaban un confidente con el que pasar un buen rato y no ser juzgados. No importaba cuanto durara, Taehyung sabía que esos momentos con Jungkook se describirían como inolvidables cuando llegara la hora de despedirse.
Ambos serían como el amor de verano del otro; fugaz, efímero, pero al mismo tiempo, grabado con tinta indeleble en sus corazones. El omega desconocía cuántas veces su cuerpo sería uno solo con el alfa a partir de ahora, sin embargo, esperaba que pudieran quedar como buenos amigos. Quizá estaba siendo egoísta al pensar de ese modo, pero es lo menos que podía anhelar luego de que el mencionado no le dijera lo contrario.
Porque si no le gustó al inicio, tampoco durante el proceso, ¿qué podría hacerle pensar que el resultado cambiaría al final?
Lo más probable es que nunca fue su tipo, solo apreciaba la increíble atracción que sus lobos desprendían desde que se conocieron; lo cual era muy válido para él. No era regla que mientras más íntimos fueran, otro sentimiento naciera, ¿verdad?
Nunca le sucedió con otras personas, así que Jungkook no sería la excepción a la regla, o eso es lo que ingenuamente creía Taehyung.
Porque su historia ya estaba escrita, aunque los involucrados la desconocieran. El lazo entre ellos se fortalecía con cada día que pasaba, pero ¿sería posible que se mantuviera intacto cuando los dos desnudaran su alma frente al otro?
Un ser puro y otro lleno de secretos, ¿de verdad podrían encajar?
O, ¿solo provocarían que un corazón acabara roto?
¿Sería irremediable o una prueba más para conseguir lo que no pudieron tener por tanto tiempo?
Interesantes preguntas que yacían sin respuesta, pero que serían resueltas conforme los hilos del destino continuaran trazando su destino con cada decisión que la pareja tomara.
Taehyung se incorporó del cómodo sofá que había en su camerino, guardando el libro en el bolso de Gucci que siempre traía consigo durante las grabaciones. Observó el fino reloj que envolvía su muñeca, comprobando que faltaba casi nada para que alguien lo fuera en su búsqueda y pudiera desempeñarse en las escenas del drama que le tocaba rodar el día de hoy. Los guiones ya se los conocía de memoria y sus dotes actorales eran tan espléndidos que equivocarse en repetidas ocasiones no era una opción para él. Esta era una razón por la que el director estaba tan contento y fascinaba con Taehyung, quien no se lo pensaba dos veces para demostrar que el título de mejor actor no era un simple adorno, mucho menos un halago vacío.
Se suponía que no demoraría en ello todo el día, por lo que podría visitar a Jungkook en la tarde sin ningún problema. El día anterior Taehyung no pudo reunirse con el alfa, pues al omega se le alargó el rodaje y tuvieron que posponer su encuentro del martes hasta el miércoles. Tres días transcurrieron desde la última vez que se vieron y para suerte de ambos, las cosas no se pusieron incómodas en ningún sentido; ellos seguían charlando como si nada relevante hubiera sucedido, demostrando la confianza que se profesaban.
Gracias a que seguían en contacto con normalidad, Taehyung aprovechó para hacerle saber a Jungkook el lunes en la tarde que le enviaría a su casa el "contrato" con todos los puntos que trataron el domingo, junto a los exámenes médicos que se realizó temprano para que viera lo comprometido que estaba con lo que acordaron. La idea era que el día en el que se reunirían para trabajar, el alfa le entregaría los suyos con el documento firmado por este, pero como al omega se le complicó, el rockstar decidió que le llegaran lo más pronto posible, a lo que el actor consintió su decisión.
Decir que no estaba emocionado por lo que se venía, sería mentir, pues Taehyung ha contado las horas para ver otra vez a Jungkook, y ya no lo decía solo por el sexo. La compañía del alfa era como una curita en el corazón del omega por más que se esforzara en ignorar lo bien que le hacía. Trabajar juntos también era demasiado gratificante, así que ya no lo veía como una obligación desde hace semanas atrás.
Jungkook era un genio musical, Taehyung podía dar fe de ello y por esa razón es que pedirle disculpas fue lo más sensato que pudo hacer; solo un idiota sería capaz de negar lo obvio. El amor que el alfa tenía por la música era tan inconmensurable que todo lo que pasaba por sus manos, se transformaba en un reluciente diamante. Ahora comprendía por qué la mujer lo nombró durante la polémica entrevista de Entertainment Weekly. Contaba con el codiciado don de crear arte sin esforzarse, algo que se veía reflejado desde el inicio en los avances del álbum OST del drama. Y eso que apenas comenzaban, porque solo se habían dedicado al tema de las letras y tanteado un poco el terreno de la composición musical.
El camino todavía era largo, pero Jungkook se adelantó y le regaló una canción completa a Taehyung, la que trataba los sentimientos de su personaje. Con la poca información que le dio, el alfa consiguió captar la esencia de este, dejando boquiabierto al omega. Se sentía tan impaciente por grabarla, memorizarla no fue un trabajo duro teniendo en cuenta su excelente memoria, así que no le daría muchos dolores de cabeza al rockstar cuando este tuviera que guiarlo en la grabación.
El actor ya contaba con experiencia previa cantando, lo que hacía más sencillo todo; no era un principiante, pero igual la emoción se mantenía latente en su corazón.
¿A Jungkook le gustaría su canto? Taehyung esperaba que sí, aunque jamás lo mencionara en voz alta.
Nunca antes esperó aprobación de ese tipo, pero desde que el alfa le demostró lo capaz que era, dándole de su propia medicina, el omega comenzó a admirarlo de la manera más genuina que pudiera existir.
La burbuja en la que Taehyung se hallaba se rompió cuando escuchó dos toquecitos en la puerta. El omega respondió con un "adelante", creyendo que se trataría de alguien del personal, prefirió no darle importancia, porque ni siquiera giró su rostro para ver quién era, mientras tomaba su teléfono del tocador con luces que se encontraba a unos cuantos centímetros.
—Ya estoy listo—anunció, concentrado en redactar un corto mensaje para decirle a Jungkook que ya le avisaba cuando se desocupara del rodaje—. Si no venían a buscarme en cinco minutos más hubiera pensado que algo retrasó el rodaje y eso hubiera sido un...
—¿Problema?
—¿Eunwoo? ¿Qué haces aquí? —exclamó sorprendido, ocultando su teléfono por inercia, al mismo tiempo que veía el reflejo del alfa en el espejo delante de él. Ignorando que la respuesta del líder de Liberté llegó al instante, provocando que lo dejara en visto cuando últimamente ninguno tenía la capacidad de finalizar la conversación a menos que enviaran un sticker como cierre de todo. Ellos detestaban ignorar mensajes, por lo que se alegraron al descubrir que compartían ese sentir; pero en el caso de estar muy ocupados, preferían contestar cuando estuvieran libres, en lugar de dejar en incertidumbre a la otra persona. Así había sido desde que iniciaron sus charlas diarias por KakaoTalk, y no pensaban cambiarlo por nada, hasta ahora por culpa de una inesperada interrupción.
—Lamento haberme tomado el atrevimiento de aparecerme por aquí, pero justo escuché cuando el director le decía a la señorita Yong vendría por ti, me le acerqué y le pedí que me permitiera ser quien te sacara de su camerino.
—No te preocupes, solo me tomaste por sorpresa.
—Eso me llena de paz, pero también quería aprovechar a decirte algo en privado—contó, mostrándose un poco nervioso por la reacción ajena.
—Si es algo en lo que puedo ayudarte, dímelo con total confianza. Somos compañeros y eres mi coprotagonista.
—No, no es nada relacionado con el trabajo, pero aprecio la alta estima que me tienes.
—Has sido muy amable conmigo, esto no es nada. Soy todo oídos, cuéntame para qué soy bueno—lo animó, sin imaginar que se arrepentiría segundos después.
—Quería ver si luego de las grabaciones saldrías conmigo a comer algo, lo que tú desees.
Eso sí que había sido inesperado.
Taehyung pudo escuchar gruñir a su lobo en negación. Ellos ya contaban con otros planes que les entusiasmaban mucho más; anhelaban ver a Jungkook, trabajar con él y tal vez, solo tal vez, desestresarse mutuamente en la cama, el sofá o donde fuera. El omega no tenía miedo a experimentar si se trataba de ese alfa.
—Ohhh...
No sabía qué decir, pues desconocía en qué contexto le estaba pidiendo salir con él; como amigos, compañeros de trabajo o con la esperanza de conocerse en un plan amoroso. Lo cierto es que, si se trataba de la última opción, su respuesta estaba más que clara. Además, su lobo no se cansaba de repetirle que el olor de Eunwoo le parecía insoportable, y que no tenía ganas de tolerarlo más de la cuenta, al menos no por el día de hoy.
—Sí, llevaba queriendo pedírtelo desde hace rato, pero por una cosa u otra terminaba aplazándolo sin pretenderlo.
—Ya veo...
—¿Aceptas, Taehyung?
—Lo siento, hoy no puedo.
—¿Tienes otro compromiso? —cuestionó con notoria desilusión, su rostro no demoró en impregnarse por la pena al haber sido rechazado, pero esperaba que no se tratara de una negativa definitiva—. Igual, podríamos dejarlo para una próxima.
—No sería mala idea, me gusta salir a pasar el rato con amigos —Eunwoo sonrió, al menos se podría aferrar a una pequeña esperanza referente a Taehyung—. Y respondiendo a tu primera pregunta, lo tengo, pero no es un compromiso casual. Es con Jungkook.
—¿Hoy te ves con él por trabajo?
Escuchar eso redujo el fugaz nerviosismo del alfa actor, quien creyó que se podría tratar de una cita con alguien en el mismo plan que él deseaba.
—Así es —claro, el trabajo era muy importante, pero el omega también quería ver al rockstar para gozar de su compañía y quizá, poner en marcha las cláusulas del documento que ambos firmaron—. Se suponía que lo vería ayer, pero nos quedamos hasta tarde grabando y...
—Lo tuviste que posponer, entiendo.
—Eso mismo.
—No se puede hacer nada contra ello—se rindió—. Después podemos hablar sobre nuestra salida.
—Por supuesto, queda pendiente—prometió, levantando el dedo meñique como para que viera que se lo tomaba en serio. Un gesto que provocó que el corazón del alfa se acelerara aún más por ese precioso omega de sangre pura.
No obstante, la parte animal del actor de larga trayectoria no pensaba lo mismo, porque no le apetecía en lo absoluto salir con el otro joven que a leguas profesaba un interés romántico hacia su parte humana.
¿Y cómo es que lo notaba? Por la manera en la que se comportaba. ¿Cuántas veces no vio a distintos alfas actuar así para conseguir tan solo una mirada de Taehyung? Fueron incontables veces, por lo tanto, no deseaba pasar por ese tormento ahora que su otra mitad estaba tan cerca de él. Quizá no podía intervenir directamente, pero se esforzaría en proteger el lugar de su alfa de cualquier oponente que buscara competir contra este.
—Genial, pero igual ten cuidado cuando vayas a reunirte con Jungkook-ssi.
El ceño de Taehyung se frunció al oír esas palabras de la boca de Eunwoo. ¿De qué rayos estaba hablando?
—¿A qué te refieres? Siento que me estoy perdiendo de algo.
—¡¿Qué?! ¿No viste las noticias que compartió Dispatch hace un rato? —preguntó con sorpresa, sacando su móvil en el preciso instante que observó a Taehyung negar con un movimiento de cabeza—. Mira esto, la publicación salió hace unos cuarenta minutos.
Cuando el omega vio la foto que el alfa le ensañaba, no supo qué mierda pensar. Su rostro se desencajó, mientras un nudo se formaba en su garganta, dejándole un malestar demasiado incómodo en el estómago. Hace mucho que algo no le afectaba tanto. Taehyung pensó que era como si le hubieran lanzado un balde de agua fría para traerlo a la realidad, antes de que se dejara llevar por las fantasiosas ideas que rondaban por su mente desde que Jungkook le hizo ver las estrellas con su mágico tacto, besos y trato.
No obstante, se obligó a calmarse y hacer lo que mejor le salía: actuar, fingir y disimular que no existía nada en el mundo que pudiera perturbarlo, aunque ese artículo fuera suficiente para provocarle un tic en el ojo.
"¿La omega del rockstar del momento? El líder de Liberté fue captado in fraganti abrazando a una chica, mientras es acompañado por su fiel can en un bonito parque de Seúl. Las imágenes que pueden ver a continuación fueron tomadas recientemente en un horario en el que hay muy poca gente rondando la zona, motivo por el que hay menos probabilidad de que algún fan reconociera a su ídolo; pero ni siquiera eso logró librarlo de la astucia de uno de nuestros reporteros que siempre están pendiente de cualquier primicia jugosa de su entorno. Además, es fácil comprobar la identidad de Jeon Jungkook, mejor conocido como Gguk, pues al vocalista poco le importó dejarse ver en un lugar público sin un disfraz que protegiera su identidad. Lo más probable es que ha dejado de temer al escrutinio público y quiere que sus fans se enteren de que alguien ya se ha robado su corazón. Todos estaremos atentos a próximos comunicados del artista, esperando que puedan confirmar la buena nueva".
—Interesante publicación...
Las imágenes que Dispatch adjuntó al artículo eran del abrazo en distintos ángulos a una considerable distancia. El rostro de la chica se mantenía protegido por el cubrebocas y la capucha de su hoodie color rosa que utilizaba, a diferencia del rockstar que solo portaba una gorra para pasar desapercibido. Los brazos de la desconocida yacían enredados en el cuello ajeno, mientras el dueño del dóberman ahí presente poseía una tenue sonrisa en sus labios como respuesta al tierno gesto. Ambos lucían tan casuales como si se hubieran dedicado a pasear a Bam, disfrutando de lo que parecía ser una cita.
Dicha estampa, el modelo quería eliminarla de su cabeza lo más pronto posible y eso solo lo conseguiría frente a las luces, micrófonos y cámaras.
—La verdad es que sí, aunque también existe la posibilidad de que se trate de un malentendido. Dispatch no es el medio más confiable que digamos.
Eunwoo no mentía en ese punto, pero Taehyung ya no quería pensar en nada. Eventualmente, se calmaría y lo charlaría con Jungkook, porque se negaba a creer que la imagen de esa chica abrazándole con tanta espontaneidad no tuviera una explicación lógica. Justo ahora estaba molesto y su lobo tampoco ayudaba a su paz mental gracias a lo territorial de su personalidad.
—Es cierto.
—¿Tú no sabes nada sobre esto? —la cara de póker que Taehyung casi hace retractar a Eunwoo, pero no pensaba echarse para atrás—. Lo pregunto tomando en cuenta lo cercanos que se han vuelto por el trabajo.
—No sé nada sobre la vida privada de Jungkook, del mismo modo que él no conoce nada de mí, así que dejemos de perder el tiempo en mi camerino antes que vengan por los dos.
—Sí, lamento ser tan cotilla—se disculpó, pero el omega no le prestó atención al salir de la habitación con rapidez. El alfa soltó un suspiro y lo siguió de cerca, cerrando la puerta detrás de él, confiando en que, a pesar de todo, este fue un primer gran avance con el joven que llamaba su atención no solo en lo profesional, sino también en lo romántico.
Después de que Taehyung pusiera un pie en el set, su concentración estuvo destinada en su totalidad a su actuación, mientras tanto, Jungkook no sería capaz de opinar lo mismo. El visto que obtuvo de parte del actor dejó un mal sabor de boca en el vocalista, pues este nunca había cortado una conversación sin antes enviarle un sticker. Le resultaba extraño, porque no estaba acostumbrado y de cierto modo, le generó cierta inseguridad a su lobo.
Sí, tal vez pensaba mucho las cosas a raíz de su encuentro pasional, pero sabía que podría lidiar con ello. El alfa se esforzó en hacer mil y una cosas, esperando por una respuesta más por parte del omega en un lapso de una hora, ya que lo más probable es que se hubiera ocupado en algo. Sin embargo, tras tres horas de espera, Jungkook cedió a sus impulsos y fue en búsqueda de Taehyung.
Ya presentía un regaño por parte del omega, pero este fácilmente planeaba justificarlo con un "te vine a ver porque tenemos que trabajar". En su mente era el plan perfecto, uno que mostraba cuán comprometidos estaban con el proyecto y lo bien que se llevaban por más que su inicio no hubiese sido el mejor.
Jungkook tenía presente que las grabaciones no debían de durar más de cinco horas, al menos por el día de hoy —basándose en lo que Taehyung le contó en uno de los mensajes que le envió—, así que tampoco le resultaría una molestia esperarlo fuera del set hasta que el momento idóneo llegara.
La alarma que el rockstar programó cuando arribó a su destino se escuchó dentro del Mercedes, obligándolo a dejar el manga que estuvo leyendo para matar el tiempo. Salió de su automóvil con un cubrebocas y una gorra para no ser tan llamativo ante las personas que muy seguramente lo reconocerían a tal punto de generar un alboroto. Para su buena suerte, el guardia de las instalaciones fue muy amable y le dio paso libre en el set tras mostrarle un mensaje del mismísimo director del drama, a quien informó de su presencia desde antes de dejar su apartamento, pidiéndole respectiva discreción para no alterar al actor estrella; esto le pareció curioso al hombre, pero lo dejó pasar al escuchar que se trataba de una "sorpresa" entre compañeros de trabajo.
El alfa contuvo una risa ante lo crédulos que algunas personas podía ser a pesar de tener pruebas demasiado obvias frente a ellos, porque a cualquiera le parecería curioso que quisiera sorprender a un omega con el que se suponía su relación era estrictamente profesional.
Los ojos de Jungkook analizaron el inmenso estudio con cuidado, comprobando que el trabajo terminó por hoy. El universo parecía estar de su lado, por lo que ahora solo debía dedicarse a encontrar el camerino de Taehyung. Dio unos cuantos pasos sin llamar la atención de nadie, hasta que el delicioso aroma a fresas, moras y violetas inundó su sensible nariz. El alfa no vaciló al momento de seguir el tenue olor del omega que encantaba a cada uno de sus sentidos. La felicidad estaba impregnada en su rostro oculto por un cubrebocas, pero esta no demoró en esfumarse cuando vio a Taehyung conversando con Cha Eunwoo, mientras se encaminaban por un largo pasillo.
Su lengua golpeó su mejilla como gesto de irritación, pero luchó por mantener la compostura antes de que su olor fuera tan intenso como para hacer fallar al supresor que se puso horas atrás.
Jungkook podría apostar que Eunwoo estaba escoltando a Taehyung a su camerino, por lo que los siguió de cerca al ver que no había peligro, esperando encontrar el momento adecuado para presentarse. Cuando observó al omega detenerse frente a una puerta, el alfa se acercó con absoluta seguridad y determinación para enfrentarlos, esforzándose en mantener sus celos a raya al ver cómo el otro actor parecía no conocer lo que eran las distancias; un poco más y abrazaba al chico que robó su corazón en tiempo récord.
—Taehyung—lo llamó con voz clara, logrando que el mencionado girara su cabeza para confirmar quién pedía por él.
—Jungkook...
—¿Jungkook-ssi? —murmuró Eunwoo boquiabierto ante el repentino acto de presencia que el rockstar realizaba en ese preciso instante—. ¿Te dijo que vendría a verte?
Antes de poder contestarle al alfa, Jungkook quedó frente a ellos, saludándolos con una corta reverencia.
—Hola, chicos. Llegué en buen tiempo, ¿no?
—Hola...
—¿Qué haces aquí, Jungkook? —cuestionó Taehyung con seriedad, silenciando a Eunwoo en el proceso y provocando que Jungkook se quedara paralizado por unos segundos.
Era una suerte que sus expresiones no pudieran verse con facilidad, porque en primera instancia su rostro palideció por esa actitud que sin querer le recordó cuando conoció al omega. El alfa se aclaró la garganta para hablar, porque no podía permitirse dudar. Comprendía que Taehyung pudiera estar sorprendido por su presencia, pero en su mente no concebía la idea de que estuviera enojado por ello.
Pobre alma ingenua que desconocía que el omega no estaba con el mejor humor.
—Hoy tenemos que reunirnos a trabajar, entonces como estaba muy cerca de aquí— gran mentira—, pensé que sería una fantástica idea venir a verte para ahorrar tiempo.
—Bien, ya me contarás más acerca de ello dentro de mi camerino—decidió, manteniendo esa imagen impasible e imperturbable.
—Como gustes—tragó duro, asintiendo levemente.
—Si nos disculpas, Eunwoo.
Taehyung se despidió con un movimiento de mano, abriendo la puerta para que Jungkook ingresara a su espacio.
—Claro, ya me retiro. Fue un placer verte por aquí, Jungkook.
—Igualmente—dijo escueto, viendo de reojo cómo aquel alfa se retiraba.
Cuando la puerta estuvo cerrada una vez más, Jungkook siguió con la mirada a Taehyung, quien parecía ignorarlo mientras se quitaba el maquillaje sin emitir palabra.
¿Acaso hizo algo que le sentó mal? Bueno, no le servía de nada quedarse callado.
—Tae...
—¿Tan rápido quebrantaste una de las reglas de nuestro acuerdo? —inquirió con desdén.
—¿De qué estás hablando?
—Lo que escuchaste— Taehyung expresó, por fin, conectando sus orbes con los impropios. Jungkook juraría haber visto un destello de tristeza en ellos—. Creí que ambos teníamos el mismo pensamiento respecto a la exclusividad, pero si con esas estamos, avísame para buscar a alguien más aparte de ti.
—Yo no estoy con nadie. Te lo juro.
—¿No te han dicho que es malo jurar en vano? Jamás imaginé que podrías ser un cínico.
—No lo soy, así que cálmate y explícame que viste cómo para que estés tan enojado conmigo.
—De acuerdo—el omega sacó su teléfono y el alfa notó como parecía estar buscando algo en internet. Segundos después le extendía su móvil y la boca del rockstar acababa abriéndose por la impresión al entender la molestia del actor—. Atrévete a negar esto. Eres tú.
—No puedo negarlo, porque sí soy yo.
—Gracias por ser sincero, supongo—ironizó, poniendo los ojos en blanco. Taehyung no estaba asimilando que Jungkook le estuviera diciendo esas cosas, nunca lo creyó capaz de algo así.
—Pero no tienes razón para molestarte.
Y lo decía muy en serio. La preocupación y el temor se disiparon de su organismo, tratando de verle el lado bueno a la situación: a Taehyung le importaba lo suficiente como para actuar de ese modo, pues de haberlo querido, nunca le hubiera reclamado nada y tal vez terminaba cumpliendo la promesa de encontrar a alguien más sin que él supiera.
—¿Disculpa? —cuestionó, agarrando su teléfono para guardarlo en su ropa.
—La chica que ves ahí es mi hermana. Ese es el único vínculo que nos une.
A Taehyung casi se le cae el móvil al escuchar aquello, arrepintiéndose de su impulsividad, porque si Jungkook no hubiera llegado de la nada, habría contado con más tiempo para asimilar las cosas y pensar en más opciones racionales.
Esto era culpa de la maldita prensa amarillista.
Los detestaba, pero justo ahora él era su propio hater por ser tan idiota y quedar como payaso frente a su amigo con derechos.
—No me jodas, Gguk.
Jungkook exhaló por la boca, ignorando sus ganas de reír, porque sería mentira si dijera que no le gustó ver a Taehyung celoso a pesar de que por un instante sintió el verdadero terror.
—Lo digo en serio, es mi hermana.
—¿Qué? No puede ser —Taehyung rogó que la tierra se lo tragara y lo escupiera en otro continente. La vergüenza no demoró en pintar sus mejillas con fuerza—. Diosa, no recordaba que tenías una y ahora que lo pienso, siento que me lo comentaste en una de nuestras charlas.
—Perdón—Jungkook se disculpó, dejando una caricia en la mejilla ajena—. Yo sí recuerdo que te lo mencioné, pero no hice tanto hincapié en el tema porque siempre trato de mantener a mi familia lejos del ojo público.
—Ya veo... No le vi bien el rostro en las fotos, pero supongo que es menor a ti, ¿no?
—Sí, Somi es una alfa muy talentosa que espera pronto incursionar en la música.
—Genial, el talento está en familia y de seguro tú sabrás cómo apoyarla.
—Hasta el fin del mundo, es una estrella que merece brillar.
El orgullo con el que el alfa presumía a su hermana enterneció al omega. No cabía duda de que la amaba mucho y que haría cualquier cosa por ella. Era hermoso atestiguar que Jungkook creció con una familia tan única, amorosa y leal.
Ojalá él hubiera tenido algo así.
—Comprendo... Por la madre Luna, perdóname. Soy un estúpido, debí calmarme antes de mencionarte esto. De por sí no tengo un buen temperamento y con mi lobo estando en igualdad de condiciones, la situación empeora de forma considerable.
—Disculpas aceptadas, porque yo también soy un imbécil.
—Gracias, pero ¿por qué dices eso?
—Vine a importunarte en tu trabajo solo porque me dejaste en visto.
—¿Yo te dejé en visto? No me digas eso...—Taehyung sacó otra vez su móvil y confirmó lo que Jungkook le decía—. También lamento esto, no fue intencional. Eunwoo vino a mi camerino y...
—¿Él estuvo aquí?
La territorialidad era una característica suya que no podía suprimir por más que quisiera. A fin de cuentas, no existía alfa que no se comportará de ese modo con la persona a la que consideraba su potencial pareja. Jungkook era una persona con un carácter fuerte, pero tranquila. Sin embargo, no sería capaz de decir lo mismo de su lobo puro, quien no dudaría en incentivarlo a actuar si detectaba cualquier tipo de amenaza.
Esta parte oculta de Jeon sería una de las cosas que más debilitarían a Kim, pues ser testigo del fuego que se encerraba en sus orbes de tonalidad ámbar —prueba de que su animal interno hacía acto de presencia—, le resultaba tan excitante como para permitirle a su lobo emerger a la superficie, deleitando a su compañero por unos cuantos segundos con ese vibrante tono esmeralda que pintaba el iris de su mirada.
La pareja se sumergió tanto en su burbuja como para no caer en cuenta de la poca distancia que los separaba. Las manos del alfa se asentaron en las caderas del omega, expectante por escuchar su respuesta.
—Lo estuvo, pero no sucedió nada. No pienses mal, estoy muy comprometido con nuestro trato.
—Al igual que yo, así que no vuelvas a dudar de mí. Preferiría cortarme las manos antes que engañarte. Te quiero solo para mí y deseo ser tuyo con la misma intensidad, Taehyung.
—Yo también tengo el mismo deseo, Jungkook. Me gusta estar en igualdad de condiciones y por eso acepto que me equivoqué, mi lobo es muy celoso, aunque a veces yo diga lo contrario—el omega comentó con honestidad, pegando más su cuerpo al ajeno tras enredar sus brazos en el cuello del alfa—. Y yo estaba un tanto ofuscado y estresado, por lo que verte aquí no me dejó pensar con racionalidad. Me disculpo por ello.
—Ya te dije que te perdono. Cada día que pasa te voy conociendo más y más, por lo que puedo notar que tu arrepentimiento es sincero y tampoco puedo juzgarte cuando sé que quizá yo hubiese reaccionado igual. Y si te soy sincero, la forma en la que te comportaste me resultó muy pacífica a comparación de lo que imaginé que podría suceder, teniendo en cuenta lo extremista e impulsivo que puedes llegar a ser.
El omega era filoso con sus comentarios cuando lo conoció, así que el alfa dudaba que alguna vez esa impresión de él se desvaneciera, porque también fue uno de los motivos por los que más le llamó la atención.
—Lo sé, sigo trabajando en ello, porque no es una parte mía de la que estoy orgulloso. Supongo esto se podría considerar un buen comienzo, ¿cierto? —cuando obtuvo un asentimiento como contestación, soltó un leve suspiro—. Acordamos algo, así que debemos trabajar en nuestra confianza para que esto no se repita.
—Estoy de acuerdo. Por eso, si alguna vez se presenta algo que nos incomoda o molesta, conversémoslo.
—Te prometo que será así.
—Genial—Jungkook dejó un corto beso en la frente ajena, escuchando lo que parecía ser un suave ronroneo por parte de Taehyung, quien no perdió el tiempo de enterrar su cabeza en su cuello.
Estuvieron así por unos minutos, hasta que Taehyung rompió el silencio, encarando a Jungkook para resolver su duda.
—Puedo saber... ¿por qué te reuniste con tu hermana?
—A eso iba, déjame contarte todo.
—Te escucho.
Jungkook se separó de Taehyung y lo guio hacia el sofá más cercano para que tomaran asiento con la intensión de charlar con mayor comodidad. Le contó que su hermana lo llamó poco después de que él se fuera de su apartamento, diciéndole que sí podía pedirle prestado a Bam al día siguiente. Como buen hermano mayor que era, no rechazó su pedido, así que le informó cuál sería el lugar donde se lo entregaría y también lo retiraría horas después. Jungkook también le contó que Somi lo regañó por estar tan "perdido", pero Taehyung comprendió su punto sobre lo difícil que era proteger la privacidad de sus familias o personas importantes para gente famosa como lo eran ellos.
Por esa misma razón la chica se cubrió lo más que pudo, a diferencia del alfa, quien ahora entendía que su error pudo costarle su acuerdo con el omega; solo por creer que, al no compartir mucho tiempo con la menor de los Jeon, lograría pasar desapercibido por la escasa presencia de personas en el sitio, pero no tardó en comprobar que ese no fue el caso gracias al artículo que Dispatch publicó sobre él y la que denominaban como su "omega" tras tomarles esas fotos.
Por la madre luna, ese título ya estaba reservado para alguien más. La prensa no sabía ni de lo que hablaba, o más bien, inventaba, pero el chisme siempre vendería y por eso es que se arriesgaban sin siquiera confirma la veracidad del asunto.
—Y eso fue lo que sucedió. Si no es por ti, quizá hubiera tardado más enterarme, porque no soy mucho de revisar noticias a menos que Nam me diga algo.
—Con razón...
—Además, puse mi teléfono en silencio desde que me decidí a venir por ti, así que no dudo que cuando lo active, tendré mil llamadas y mensajes de mi querido mánager.
—Pero, ¿por qué? Eso fue innecesario, Gguk.
—No quería ninguna distracción, solo quería venir a buscarte luego de que me dejaras en visto. Y de seguro esa explicación te resulté patética, pero no me sentí tranquilo después de eso, por lo que actué con base en mis deseos. Lamento si crees que estoy tomándome atribuciones que no me corresponden, pero, así como tu lobo es celoso, el mío también se estresa por lo mínimo. Al ser de sangre pura, somos más desarrollados y sensibles, así que no podemos controlar este tipo de situaciones como quisiéramos. Sin embargo, si te parece demasiado, te prometo que no se va a repetir.
El aroma a ginebra, jengibre y limón se tornó agrio, demostrando el verdadero estado emocional del alfa, dejando a un lado la fachada de hombre territorial que le mostró minutos atrás. Al omega se le encogió el corazón al entender su ansiedad, él también cometió un error, aunque no fuera a propósito y se encargaría de hacerle saber que no le molestaba en absoluto que actuara de ese modo.
—Hey, no estoy enojado por eso. Nunca lo haría, porque puedo comprender cómo te sentiste y de cierta manera, me gusta que te preocupes hasta por un detalle tan banal como ese.
Los dedos de Taehyung se enredaron en la melena oscura de Jungkook, dejando tiernas caricias, mientras su aroma se volvía irresistible como de costumbre. Al rockstar le calentaba el alma cualquier tipo de mimo que el actor le diera, porque conseguía tranquilizarlo de una forma que parecía irreal e inimaginable.
—¿En serio?
—Estoy muy seguro, alfita. Ya no te comas la cabeza con ello, si te recibí como te recibí fue por la molestia que tenía gracias a esas fotos, pero si nunca las hubiera visto, te juro que la única reacción que habrías obtenido de mi parte sería la de pura sorpresa. Ingresar al set suele ser un poco difícil, ¿cómo lo lograste?
—Fue debido al director del drama—confesó—. Se lo comenté y me dijo que a la próxima ni preguntara, porque también formo parte del proyecto.
—Ya veo, pero si está curioso que no hubiera hecho muchas preguntas.
Taehyung se sorprendía de que el director no hubiese sacado de contexto el repentino interés de Jungkook por aparecerse en el set sin avisarlo con anticipación como cualquier otra persona haría.
—Creo que bastó con decirle que era porque íbamos a trabajar en la tarde y que me encontraba muy cerca de aquí, por lo que no era ninguna molestia venir a verte. Somos buenos amigos también, eso ayuda a que todo eso sea más creíble a sus ojos y del resto de personas que trabajan aquí, así que no tenemos razón para preocuparnos en exceso.
—Claro, los mejores amigos.
El actor le regaló al vocalista su mejor sonrisa, ignorando la molesta sensación que hacía doler su pecho cada vez que escuchaba que eran amigos. Joder, ya lo sabía, no tenía que volver a mencionarlo. El omega quería olvidarlo y seguir sin pensar en lo que podría ser si el alfa nunca lo hubiese en encasillado en ese puesto.
Aunque esto era su culpa, porque él fue el primero que lo dijo, pero si Jungkook nunca luchó por hacerle pensar otra cosa, ¿cómo Taehyung podría imaginar que estaban en la misma página respecto a sus sentimientos?
Era imposible y tendrían que aprender a vivir con ello. O eso era lo que creían.
Minutos después, alfa y omega salían del set, agradeciendo al cielo por no haber sido atacados con preguntas incómodas por las contadas personas que los vieron salir del camerino de Kim. Tal parecía que no les causaba tanta impresión ver a Jungkook, pues según ellos, el trabajo volvía muy unidas a las personas, así que solo era cuestión de tiempo para que empezara a frecuentar el set en el que Taehyung desempeñaba sus dotes actorales.
Jungkook abrió la puerta del copiloto para que Taehyung ingresara, escuchando un suave "gracias" en el proceso. El alfa repitió la acción con el sitio que le correspondía dentro de su Mercedes con vidrios polarizados, porque sí, este era un nuevo implemento con el que contaba desde hace poco para garantizar aún más su privacidad.
Y algo le decía que sería una decisión de la que no se arrepentiría jamás.
Antes de iniciar el trayecto hacia su apartamento, Jungkook le dijo a Taehyung que hablaría con Namjoon para comprobar que haya tomado medidas al respecto luego de la salida de ese artículo. El actor le dio el visto bueno, y el vocalista no se lo pensó dos veces para llamar a su mánager. El susodicho le respondió de inmediato y después de un leve regaño por no dar señales de vida antes, le dijo que ya anunció que la chica que se veía en la foto era su hermana menor y que, si nadie quería ganarse una demanda, lo más razonable es que no atrevieran a indagar más sobre la privacidad del artista de Moonchild Entertainment.
Esta declaración tranquilizó a Jungkook, pero este sabía que necesitarían algo más para aplacar los nervios en sus fans, por lo que le dijo a Namjoon que la empresa debería de sacar algún contenido sorpresa con el que desviar la atención; era una táctica poco recurrente, pero con una gran tasa de éxito.
Namjoon soltó una risa al escuchar el consejo de Jungkook.
—Ya me adelanté a tu pedido, en unos minutos se publicará tu participación con la revista Dazed. Ellos estuvieron gustosos de sacarla a la luz ahora, en lugar de esperar dos semanas más. Estoy seguro de que esas fotos distraerán en demasía a tus fans, por no decir a todo el mundo.
—Eres un genio, Nam hyung.
Taehyung le dedicó una mirada curiosa, pues a pesar de que Jungkook dejó el altavoz puesto, no tenía ni la mínima idea de que iba esa colaboración más allá de la mención de unas fotografías, pero suponía que el concepto debía ser genial.
—Lo sé, así que espera y verás. Te dejo por hoy, tengo un papeleo que no puede seguir esperándome.
—Por supuesto, adiós y gracias, hyung.
—Hasta pronto, Kook.
La llamada se cortó, dejando en silencio el ambiente hasta que Taehyung decidió llamar la atención de Jungkook.
—No nos moveremos de aquí hasta que salgan las fotos, Namjoon-ssi me ha creado altas expectativas y no estaré en paz si no lo compruebo por mí mismo.
—No son para tanto, Tae—desvió la mirada, un poco ruborizado. Una parte suya rogaba porque le gustara esa sesión de fotos a su acompañante, tanto como él amó la que pudo ver en vivo.
—Creo que estás siendo muy modesto, Ggukie.
El omega sacó su teléfono y buscó la página web de la revista, recargándola cada tanto. Continuó de ese modo por tres minutos hasta que frente a sus orbes apareció una imagen que lo hizo jadear.
Por la diosa Luna, ¡qué alfa tan majestuoso tenía a su lado!
Jungkook lucía tan guapo con esa chaqueta de cuero, el pecho descubierto a tal punto de dejar a la vista de todos uno de sus pezones. Taehyung juró perderse en sus perfectas clavículas, en su mandíbula afilada y en el cabello que caía por su frente; era largo y estaba un tanto alborotado, otorgándole esa imagen de rockero inalcanzable. Si seguía detallándola con tanta atención, lo más probable es que el olor de su lubricante natural se colara en el ambiente. Este alfa sabía ponerlo tan caliente y hormonal como si fuera un omega en plena época de celo.
—Y... ¿Te gustaron?
Todavía seguía estancado en la portada, pero no dudaba que las otras deberían estar igual de buenas, tanto como para hacerle olvidar su lado racional y permitirle a su lobo sacar sus encantos para conseguir la atención ajena.
—Me encantaron —admitió sin mirarle a la cara, pensando en que luego debería dedicarse a revisar el resto de fotos a detalle, porque no era suficiente con pasarlas sin analizarlas una por una.
—Qué bien —musitó aliviado, lo que extrañó un poco a su acompañante, por lo que no demoró en agregar—. Si fueron de tu agrado, confío en que a los fans también les gustaran.
—Eso es seguro. Te ves muy guapo, el fotógrafo sacó todo tu potencial.
—Es de los mejores cumplidos que un modelo tan atractivo como tú puede darme.
—Al César lo que es del César, cariño.
¿Estaba soñando? ¿Taehyung le dijo "cariño"? El alfa sintió elevarse hasta las malditas nubes tras escuchar ese dulce apodo que solo él dedicó con anterioridad. Si era una ilusión, pedía por qué nadie lo despertará, pero lo cierto es que se trataba de la realidad. Esa sonrisa coqueta que la razón de su corazón acelerado le dedicaba le daba más peso a esas palabras con tanto significado, pero lo que nunca se imaginó fue ver cómo se incorporaba de su asiento para sentarse en sus muslos.
A pesar del poco espacio, el omega luchó por un rato hasta hallar la posición ideal en la que sus piernas quedaron a un lado, evitando ser un estorbo. Jungkook se quedó de piedra, mientras ese cuerpo hacía de las suyas sobre su regazo. El pobre líder de la banda más famosa en la actualidad estuvo procesando la situación por varios segundos que le supieron a eternidad, hasta que la voz aterciopelada lo trajo de vuelta al mundo real.
—Gracias...
Eso fue lo único que se le ocurrió responder, pues no sabía qué esperar. También temía hacer algún movimiento en falso que pudiera romper la atmósfera que se había creado.
—No es nada—le restó importancia y conectó sus orbes con los ajenos, manteniendo una expresión serena—. ¿Puedo preguntarte algo?
—Si puedo responderlo, con mucho gusto.
—Si no hubiera sucedido lo del visto, ¿extrañarme podría haber sido un factor determinante como para venir tú mismo hasta el set?
¿Debía ser sincero? ¿Eso no lo ponía en desventaja al exponer sus sentimientos cuando debían mantener eso a raya por el bien de su trato? ¿Acaso era una pregunta con trampa? ¿Existía la posibilidad de que el chico encima de él lo estuviera probando como para ver si seguían con su acuerdo?
A la mierda. Su madre siempre le repitió que lo mejor era hablar con la verdad y este omega merecía recibirla sin importar qué.
—Lo haría. No creo que exista palabra para dejarte claro que estuve añorando tu presencia desde que pusiste un pie fuera de mi departamento.
—Vaya, eso sí es mucho—el omega afirmó con una sonrisa orgullosa, percibiendo como las caricias en su cadera descendían hacia la curva de su trasero, donde el alfa dejó un pequeño apretón que lo hizo jadear mientras hablaba. Si este hombre seguía jugando con su cordura de esta forma, ansiaría montarlo hasta que sus piernas dejaran de ser funcionales—. Yo también te extrañé, pero tengo trabajo del cual responsabilizarme. No puedo comportarme poco profesional por más que quisiera.
La razón de su pregunta nació de la curiosidad que lo embargó tras pensar en si Jungkook estuvo contando el tiempo para su reencuentro. Taehyung entendía que esto era como jugar con fuego, pero no temía quemarse por el simple hecho de que el susodicho ya había marcado su límite desde antes.
Ellos eran amigos, ahora tenían ciertos derechos, pero no todo tenía que reducirse en lo carnal, ¿cierto?
Sentir un poco de cariño sincero y apoyarse en alguien por primera vez en su vida ya no le parecía tan malo.
Si pensaba disfrutarlo, lo haría de principio a fin sin restricciones, pero para eso debía ver si su compañero estaba dispuesto a entregar lo mismo que él.
A Taehyung ya no le importaba si era limitado, quería sentir más de esas sensaciones extrañas que Jungkook producía con tan poco.
Porque quizá, solo quizá, estos momentos serían las únicas cosas hermosas que podría experimentar en su vida antes de volver a su cruda realidad.
Una donde estaba solo y nadie le inspiraba la suficiente confianza como para bajar su máscara y mostrarse vulnerable.
Jungkook se sentía correcto, pero Taehyung comprendía que no era el indicado para él.
Pero podía ser un poco egoísta si se lo permitía, ¿verdad?
—Lo sé, pero igual no puedes culparme después de no poder verte ayer cómo estaba establecido.
—Nunca dije eso, Ggukie—se removió en el regazo ajeno, sintiendo la erección que crecía debajo de sus pantalones debido a los constantes movimientos que hacía para hallar una posición cómoda dentro del asiento del piloto—. Quizá luego de que terminemos con lo que tenemos previsto en el estudio puedas demostrarme cuanto me extrañaste, ¿te parece?
—Es una idea fantástica, pero ¿puedo pedirte algo por mientras, Tae? —lo miró con esos ojos grandes y brillantes a los que el omega jamás podría decirle que no, el alfa sabía cómo usarlos a su favor—. Te juro que podría conformarme solo con eso por hoy.
—¿Qué es?
—Dame un beso.
—Puedes robarlos si quieres —aseguró, sonrojándose de inmediato por lo cursi que le pareció esa petición—. Tienes mi permiso desde ahora, porque no me molesta en lo absoluto.
—Entonces que no te sorprenda si me quiero pegar a tus labios en cada oportunidad que se me presente—confesó con voz ronca, pasando su pulgar por la comisura de esos belfos carnosos y brillantes, por el bálsamo sabor a fresa que su portador amaba usar.
Todavía no lo besaba, pero ya podía rememorar el dulzor de la boca impropia. La manera en la que sus labios se amoldaban a los ajenos debía ser ilegal por lo perfecta y correcta que se sentía. Miles de fuegos artificiales parecían explotar dentro de su ser cada vez que Taehyung le daba el honor de probarlos, no importaba si el contacto era corto o profundo, pues Jungkook sabía que eran su nueva adicción.
Una de la que fantaseaba ser esclavo hasta su último suspiro. Porque adoraba perderse en ese simple gesto como si se tratara de un escondite secreto, uno al que solo él podía acceder.
Un edén residía en los labios del actor, según el vocalista, un bello paraíso que despertaba ternura y lujuria al unirse con los propios.
—Puedo lidiar con ello.
Jungkook no dijo otra palabra, porque prefería concentrarse en besar a Taehyung de una vez por todas. El omega exhaló con suavidad cuando sus belfos impactaron con los del alfa, derritiéndose por la delicadeza que empleaba al mover sus labios hasta provocarle mariposas en el estómago. Las manos de Jungkook se apropiaron de las caderas de Taehyung, masajeando con parsimonia la zona cubierta por la fina tela de su camisa azul cielo, mientras le comía la boca con una vehemencia digna de admirar.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Jungkook cuando se separó y notó que Taehyung permanecía ruborizado y con los ojos cerrados, tan quieto como si no se hubiera fijado en que el beso había acabado. Era una estampa etérea que no se pensaría dos veces para retratar si tuviera a su disposición al mejor de los pintores, como sucedía en tiempos antiguos, donde la gente de clase alta pedía realizar cuadros para mantener viva la belleza de las personas que los protagonizaban.
El pensamiento fugaz de Jungkook siendo parte de la nobleza y encantando a Taehyung con un regalo como ese le pareció demasiado realista dado lo maravillado que el alfa se sentía cada que observaba al omega; con la única diferencia que el cabello rubio era reemplazado con el color castaño natural del mencionado.
Diosa, si lo dejaba sin aliento portando una melena dorada—sobre todo cuando tenía mechas rojizas—, no quería imaginar cómo se pondría al verlo con cabellera de color café.
Jungkook hubiera continuado recreándose con esa imagen mental de no ser porque Taehyung abrió los ojos.
—¿Ese beso fue suficiente para resistir hasta que terminemos con el trabajo de hoy? —inquirió curioso, ladeando la cabeza, mientras sus brazos seguían aferrados con firmeza al cuello del tatuado.
—Sí, ya me siento recargado. ¿Tú no?
—Un poquito, quizá con esto me sienta mil veces mejor.
El alfa enarcó una ceja con confusión, desconociendo por completo a que se refería el omega, pero luego de recibir un ataque inesperado de cortos besos por todo su rostro—desde la frente a las mejillas, nariz, mentón hasta dar por finalizado su recorrido en sus labios adornados por un piercing—, el entendimiento y el sonrojo se volvieron parte de él en cuestión de segundos.
—Tae...
—Estoy como nuevo, así que vamos rápido a tu casa para continuar donde nos quedamos, Ggukie—dijo, incorporándose de los muslos del alfa para sentarse en el asiento del copiloto.
Su cuerpo actuó con rapidez, pero su destreza jamás se compararía a los increíbles reflejos de su acompañante, quien no demoró en propinarle una nalgada y girar su rostro hacia el frente para hacerse el desentendido.
—¿Eh? ¿Eso por qué fue?
—Por dejarme con ganas de seguirte besando.
—Pero...—Taehyung no se creía lo que escuchaba, por lo que optó por actuar indignado al ver cómo Jungkook no le daba la cara, aunque era fácil ver que estaba colorado como un tomate maduro. Lindo —. ¡Eso es injusto!
—No para mí, así que ponte el cinturón y quédate en tu lugar o me dedicaré a descubrir que tan flexible puedes ser estando dentro de mi auto.
—Esa no me parece mala idea, pero mi sentido de responsabilidad pesa más y tampoco quisiera que nadie en el set repare en el movimiento que provocaríamos en tu lindo Mercedes—explicó con fingida inocencia, causando un tirón en la polla del alfa. Ese omega era tan descarado cuando se lo proponía.
—Tienes un buen punto.
—Lo sé, partamos antes de que se nos haga más tarde.
—Tus deseos son órdenes para mí, omega.
—Tonto.
Las risas inundaron el vehículo tras ese comentario, brindándoles una comodidad que solo conseguían estando uno al lado del otro.
❤️🔥
—¿Comiste algo?
Esa fue la primera pregunta que Jungkook le hizo a Taehyung tras abrir la puerta de su acogedor departamento.
—No, antes de venir acá pensaba pedir algo a domicilio para llenar mi estómago— No se sentía con las fuerzas necesarias para cocinar algo por sí mismo, de solo pensarlo prefería comerse un paquete de galletas con un té, por lo que el servicio de pedir comida era la opción más tentadora; aunque el omega intuía que el alfa tenía otros planes—. Preferí continuar trabajando hasta desocuparme.
—Ten cuidado con eso, está mal que te saltes tus comidas, Tae.
—Tú también lo hiciste, ¿no es así, Ggukie?
—En mi defensa, desayuné tarde—expuso—. El hambre no representó un problema durante mi tiempo de espera por ti.
—Te creeré por esta ocasión. ¿Qué quieres comer?
—No será necesario, prepararé un almuerzo nutritivo para los dos, así que relájate.
—Gracias, pero ¿no me dejarás ayudarte?
—Vienes de trabajar y luego seguirás haciéndolo, por lo que no está en consideración—le recordó, sonriéndole en el proceso—. Descansa un rato, te prometo que no me demoro nada.
—Bien, igual yo limpiaré todo después—informó con determinación, no pensaba recibir un no como respuesta, mucho menos lo haría tras darle un argumento válido que no podría pasar por alto—. Porque para ese entonces ya estaré menos cansado a comparación de ahora.
—De acuerdo, acepto ese trato.
Media hora más tarde, Jungkook le servía un plato de bibimbap a Taehyung. Cuando el actor dio el primer bocado, no pudo contener un suspiro de pura satisfacción por el delicioso sabor que inundaba cada una de sus papilas gustativas. El vocalista no podía estar más contento con esa reacción, pues proporcionarle comida nutritiva y rica al omega, hacía que su lobo alfa estuviera en paz, porque su lado más protector le exigía brindarle un sentimiento de bienestar a su pareja.
La pareja conversó durante el almuerzo y el proceso en el que Taehyung se encargó de limpiar toda la vajilla que Jungkook y él utilizaron. Las charlas triviales entre ellas eran lo que más disfrutaban. Taehyung le comentó a Jungkook lo mucho que su mascota lo extrañó, argumentando que el pequeño Yeontan no había querido ni separarse a la hora de dormir, por lo que no le quedo otra opción que llevárselo a dormir a su cama. El alfa sonrió al imaginar la tierna escena entre el omega y su adorado perro pomerania. Su Bam también se ponía así cuando no lo veía por varios días, una acción que lo mataba de amor por su cachorro.
Este tipo de cosas siempre era el punto de débil para personas con mascotas, así que lo comprendía a la perfección y sabía que otras personas que pensaban del mismo modo eran los betas que les echaban una mano cuando más lo necesitaban, porque para cuidar a un animalito, debes tener vocación y responsabilidad; así que solo palabras buenas podían salir de la boca de Jungkook y Taehyung cuando se trataba de Kai y Beomgyu.
El siguiente y último tema que trataron fue la anécdota Jackson y Hoseok le relataron a Jungkook sobre su día como los tíos consentidores del dóberman, varios detalles fueron muy graciosos para Taehyung, por lo que no pudo disimular sus ganas de reír; un gran ejemplo fue cuando Bam se emocionó tanto en la hora de juego que fue capaz de tumbar a Jackson al suelo, siendo grabado por Hoseok, quien no detuvo sus carcajadas hasta luego de quince minutos. Esa pareja era demasiado divertida y se notaba que su vínculo solo reforzaba ese hecho, pues según las palabras del líder de Liberté, ellos nunca se aburrían estando juntos.
Taehyung sintió un poco de envidia, porque debía ser espectacular poseer tal complicidad con otra persona. Lástima que Jungkook no estaba al tanto, pero eso no evitaba que la unión entre su alma y la ajena, siguiera fortaleciendo con el pasar de los días.
Alfa y omega ingresaron al estudio y se pusieron en marcha con el trabajo que tenían pendiente: la grabación de la canción que Jungkook le hizo a Taehyung. El susodicho organizó todo en tiempo récord y le pidió a su "compañero de trabajo", que se pusiera en posición para dar inicio. Jungkook mentiría si dijera que no le emocionaba escuchar a Taehyung cantar, una obra que nació de su creatividad, aunque en el fondo supiera que ese iba a ser el caso con el álbum OST que estaban elaborando. No obstante, el sentir era un tanto distinto por el simple hecho de que Jungkook ya era consciente de lo que Taehyung significaba para él.
Por eso, cuando la hermosa y aterciopelada voz del actor inundó sus oídos, el vocalista quiso agradecerle inmensamente a su mánager por aceptar este trabajo.
Ni las sirenas cantarían tan bonito si existieran, peor aún los ángeles. Taehyung poseía la voz de una deidad, y Jungkook lo decía con respeto hacia la madre Luna, pero tampoco podía no ser objetivo en esta situación. No tenía nada que reprocharle, peor aún, guiarle, pues se notaba que sabía lo que hacía. Se aprendió la letra y cantaba sobre la melodía con ese sentimiento con la que él la pensó cuando la compuso; era reconfortante y liberador.
Quizá mucha gente se identificaría con el mensaje, y quien no lo hiciera, no podría decir que no se sintió tocado si escuchaba la canción sin ningún prejuicio hacia la bella persona que lo interpretaba.
Jungkook ni siquiera fue consciente de que la pieza musical acabó de no ser porque el mismo Taehyung llamó su atención.
—¿Y qué tal? —cuestionó con nerviosismo, sacándose los auriculares para dejarlos en una mesita cercana y apartándose del micrófono para acercarse al chico que se mantenía cerca del equipo más sofisticado de su estudio personal—. ¿Te gustó o debería repetirla otra vez?
—Diosa, no. Ni te atrevas, Tae—negó repetidas veces con la cabeza, dedicándose a guardar el archivo en la carpeta que creó en su laptop para mantener organizadas las canciones que continuarían elaborando para el drama—. Fue precioso de inicio a fin, me has dejado sin palabras.
—¿No me estás mintiendo? Hace rato que no canto, así que estaba un tanto inseguro y temía hacerte perder el tiempo al tener que grabar una y otra vez.
—Para nada. Jamás jugaría con algo así, este trabajo debe ser perfecto y los has conseguido al primer intento, siéntete orgulloso por este logro—expresó, incorporándose de su asiento para reducir la distancia con su acompañante.
Necesitaba hacerlo. A fin de cuentas, ellos no conocían el espacio personal desde que tuvieron sexo, así que mantenerse cerca el uno del otro como imanes que siempre se encuentran a la mínima atracción, no les resultaba molesto en lo absoluto.
—Confió en tu juicio. Tú eres el experto en esto, Ggukie—aseveró y no se lo pensó dos veces para abrazarlo con fuerza—. Muchas gracias.
—No es nada—dijo, aceptando el gesto cariñoso y deleitándose con el aroma impropio, aunque desconociera que era algo mutuo—. Nuestra colaboración será lo mejor que la industria obtendrá por un largo tiempo, te lo juro.
—Sé qué será así, dejaremos a todos con la boca abierta y con ganas de más.
Un álbum de ellos dos no parecía mala idea, pero no lo dirían, al menos no por ahora que su situación era tan incierta como un abismo.
—Sí, no lo dudes.
—Entonces, considerando que terminamos pronto con esto, ¿no crees que deberíamos celebrar?
—¿Qué propones?
—Pues...
El omega descendió su mano hacia la entrepierna del alfa, apretándola hasta escuchar un gemido gutural del susodicho. Oír ese sonido era un incentivo gigante para él, pues pocos alfas se permitían gemir frente a sus omegas, ya que algunos se dejaban llevar por la idea errónea de que no deberían ser tan expresivos como sus compañeros.
Y a Taehyung le encantaba que Jungkook fuera la excepción a la regla, porque no le importaba en lo más mínimo ser honesto con sus reacciones a diferencia de otros alfas con masculinidad frágil como el cristal.
Los lobos estaban más que despiertos por la creciente pasión de sus humanos, impacientándose por su palabrería y rogando porque tomarán cartas en el asunto para que se unieran como uno solo varias veces, pues la resistencia de las medias lunas era una carta bajo la manga que todavía no era explorada como merecía.
—Fóllame aquí, sin querer me has desbloqueado una nueva fantasía. Quiero que cada vez que entremos a este lugar recordemos lo que hicimos.
—Mierda, como te encanta provocarme...—murmuró, percibiendo el calor acumularse en su vientre. Este omega ya sabía qué botón tocar para volver loco al alfa solo con palabras—. Aquí no tengo preservativos, tendría que ir a buscarlos a mi habitación.
—Estamos limpios, ¿no? —susurró sobre su boca, sin dejar de mirarlo con intensidad—. Hazlo antes de que me dé cargo de conciencia y te pida que vayas a buscar un condón.
El alfa chocó al omega contra la pared, sacándole un gemido por su arrebato. A la mierda todo, anhelaba dejarlo cojeando como la vez anterior.
—Abre la boca, quiero que los chupes—demandó, llevando sus dedos hacia los labios entreabiertos del actor—. Por esta ocasión me ayudarás a dilatarte, cariño.
La orden del vocalista era clara y no pensaba desobedecerla.
Con sumisión lamió los dedos que el alfa le ofreció, empapándolos hasta que se volvieran resbaladizos por su saliva. El omega tenía presente que no era el método más efectivo o práctico, pero eso no le quitaba que le pareciera caliente.
—Qué obediente, te recompensaré bien— el alfa le felicitó, percibiendo como su miembro se ponía más y más duro por la lujuriosa vista del omega—. Esa boquita tuya hace un gran trabajo.
Por unos cuantos minutos Taehyung se dedicó a cumplir el pedido de Jungkook, contento por los constantes cumplidos que le regalaba hasta que el joven de melena azabache se separó para desabrochar el pantalón ajeno y bajarlo hasta sus rodillas. El actor se dejó hacer, quedando al desnudo ante el vocalista que lo analizaba con deseo ferviente en sus orbes oscurecidos por la inconmensurable lujuria.
—Ggukie...
—Solo disfruta, Tae.
El alfa realizó esa petición con esa voz ronca que haría que a cualquier omega le temblaran las piernas, incluyendo al mencionado, por supuesto. Jungkook terminó despojando a Taehyung de su pantalón y bóxer, que yacía empapado tanto por el líquido pre seminal y su lubricante natural que correaba como consecuencia a su excitación. Acto seguido, se arrodilló frente a él, subiendo una de sus piernas para colocarla en su hombro y poder encajar sus dedos en su mojado agujero mientras le daba una increíble felación.
La posición era complicada, pero Taehyung no sería capaz de quitarle el mérito a Jungkook al demostrarle que parecía querer cumplir con la promesa de siempre hallar una forma nueva para sorprenderlo. Era un competitivo por naturaleza, así que esto debió ser como un reto personal que se impuso a sí mismo desde que le dio la oportunidad de hacerlo suyo. Además, que también fuera flexible beneficiaba a que pudieran llevar a cabo estas locuras, pues lo comprobaron desde su primera vez juntos.
Los gemidos empezaron a brotar de la boca del omega de cabellera rubia con naturalidad, quien se esforzaba por mantenerse apoyado en la pared para no poner todo su peso en el alfa que lo devoraba con tanta dedicación, al mismo tiempo en que estimulaba el punto dulce en su interior. Los olores de ambos se mezclaban en el aire, otorgándoles una experiencia tan asombrosa que solo lograba aumentar la excitación de la pareja.
Los movimientos en la entrada húmeda del omega eran certeros, con el ritmo adecuado para hacerlo delirar de placer, por lo que el alfa ponía absoluta dedicación para perpetuar ese gozo. Él también se lo estaba pasando de maravilla al engullir la polla ajena, delineando con la lengua la base hasta descender a los testículos; saboreando el líquido salino que brotaba de la punta conforme su boca continuaba estimulándolo. La respiración entrecortada y las palabras incomprensibles de Taehyung fueron el indicativo que Jungkook estaba esperando para subir el nivel.
—Córrete cuanto té esté follando, quiero verte lloriquear por lo sensible que estarás, omega.
—Alfa, más por favor...
Para Taehyung fue como un milagro poner sus palabras en orden y que se escucharan razonables luego de estar tocando las nubes al ser consentido por Jungkook por delante y por detrás. El omega se sentía en el limbo del éxtasis, tan cerca, pero a su vez, tan lejos, por lo que el alfa haría a continuación; aunque si lo pensaba bien, ser jodido durante su orgasmo no escuchaba nada mal.
Cuando el vocalista estuvo a nada de alejarse del cuerpo ajeno e incorporarse para quitarse el pantalón y la ropa interior, que le resultaba incómoda a estas instancias —con sus dedos todavía enterrados en lo más profundo del actor—, el timbre de su apartamento resonó por todo el lugar.
Alguien estaba en su puerta, esperando a que lo recibiera.
¿Quién era? Ni puta idea.
—¿Invitaste a alguien? —preguntó, empujando a su acompañante para vestirse como si de eso dependiera su vida.
Jungkook salió de su burbuja de impresión cuando sintió la lejanía de Taehyung, tratando de pensar con racionalidad y así poder responder al cuestionamiento del bonito chico, pues de nada servía que ambos se alteraran. El terror yacía pintado en el rostro de un agitado Taehyung, quien se esforzaba en controlar su respiración luego de haber estado en una situación comprometedora con Jungkook.
Esto no podía estarles pasando, pero tal parecía que la vida amaba llenarlos de sorpresas.
—Para nada—prometió, y segundos después, una idea cruzó por su cabeza—. Voy a revisar las cámaras y a partir de eso veremos qué hacer, calma.
El omega asintió despacio, viendo cómo el alfa se inclinaba hacia su laptop para abrir la aplicación que se conectaba al servicio de seguridad de su apartamento para ver quiénes eran los visitantes inesperados.
—Diosa, me debes estar jodiendo...
Maldición, era su familia.
Continuará...
Cuéntenme que les pareció, por favor, porque todavía sigo con emoción por este capítulo.
Pasaron muchas cosas, y hasta una referencia hubo, pues la historia que Tae estuvo leyendo es Profesor de amor, la encuentran en mi perfil. Koo también capítulo a capítulo sigue siendo un estándar, lo amo mucho.
Gracias por la paciencia, los adoro por estar tan pendientes de este fic, son los mejores.
Nos leemos muy pronto, corazones.
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