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༻𓊈𒆜1: Kingcards 𒆜𓊉༺

Como ya era costumbre antes de cada evento especial, Taehyung unió sus labios para garantizar la aplicación equitativa de su lip gloss favorito. El omega puro estaba contento con lo que sus orbes avellana veían en el gran espejo de su tocador. Sus preciosos cabellos dorados resaltaban en ondas perfectas y su encantadora silueta era envuelta por un traje rojo y varias joyas cortesía de Cartier, marca de la que se volvió en embajador hace apenas unas tres semanas.

A día de hoy, no existía marca de ropa que no lo quisiera como su modelo. Los contratos de exclusividad le llovían, pero él nunca se ataba a una sola cosa. Quizá la única excepción en su vida fue con Celine, quienes decidieron confiar en su potencial cuando seguía siendo un principiante en la industria. Ya era casi una década desde ese momento, por lo que Kim creía que el cariño hacia la marca no se desvanecería por nada del mundo.

Su vida nunca fue color de rosa, tuvo que pasar por distintas penurias antes de ser conocido como Vante, el actor apasionado que sabe adaptarse a cualquier papel que le den y el modelo que atrapa a todas las cámaras con una sola mirada, porque sabe cómo seducirlas.

Eventualmente, un pequeño gusto por la música nació y decidió practicar hasta convertirse en cantante. Su tono barítono era una delicia para los oídos de las personas que lo escuchaban, sin embargo, esta faceta pocas veces era explotada por el talentoso joven, pues las únicas excepciones que hacía se daban cuando le pedían que interpretara alguna canción para los dramas en los que participaba.

Cada una de las canciones que sacó fueron un éxito en diversas listas musicales, pero Taehyung no estaba convencido de sacar algo que fuera cien por ciento propio a pesar del constante apoyo de sus seguidores más acérrimos. Ya habría tiempo para eso en el futuro, por el momento actuar y modelar eran sus dos mayores prioridades. Ambos trabajos le daban felicidad y eso era lo que más le importaba.

No obstante, un verdadero reto para su trayectoria se acercaba y ni siquiera se lo imaginaba.

Una vez más repasó su look de pies a cabeza antes de tomar asiento, esperando pacientemente a que alguien del staff lo llamara para que saliera de su camerino improvisado; con el objetivo de atender el primer compromiso de los muchos que tendría durante la tarde y noche venideras. No se encontraba nervioso en lo más mínimo, porque los eventos realizados en países que no fueran Corea del Sur eran pan comido.

Si era sincero, más ansioso se ponía estando en su país natal, a comparación de un sitio extranjero, de los cuales conocía varios por sus diversas campañas promocionales, tales como: Estados Unidos, España, Italia, Tailandia, México, Londres, París, entre otros.

Cada uno logró cautivarlo, pero no se veía viviendo en ninguno de ellos a futuro.

Al ser el ícono de Celine—la casa de ropa que le abrió las puertas desde que era un chiquillo con muchas ilusiones dispuesto a trabajar duro para salir adelante— el modelo supo que no tenía razones válidas para angustiarse o sobre pensarlo.

Conocía al dueño como si fuera alguien de su propia familia y se llevaba de maravilla con sus compañeros que también eran embajadores. Sin embargo, en este evento, él sería el dueño de la pasarela. ¿La razón? Era la celebración de su noveno año junto a la marca. Cada año se repetía dicha tradición, por lo que no dudaba en poner su máximo esfuerzo para que fuera inolvidable.

Ya se imaginaba la sensación de los flashes recorriendo su cuerpo y las diversas entrevistas que debería contestar en tiempo récord. Aunque una de ellas era la más importante y exclusiva, porque según su mánager Seokjin le dijo por mensaje, le preguntarían acerca de su nuevo proyecto actoral.

La información de este drama le llegó la semana pasada, y sabía lo básico, porque no tuvo el tiempo para revisar el guion a detalle cómo debería. Pero después de terminar con los compromisos del ámbito de modelaje, se dedicaría por completo a eso. En sus planes no estaba decepcionar a sus seguidores con una actuación mediocre, ni mucho menos.

Esto era una cuestión de orgullo.

Al ser un omega que deseó destacar en un medio dominado por alfas, tuvo que realizar varios papeles para ser tomado en cuenta cuando no era nadie. No importaba si era un extra o un personaje secundario, Taehyung le metía mucho cariño a cada una de sus actuaciones y eso se notaba. Por ese motivo, fue cuestión de un año para que un productor lo buscara y obtuviera su protagónico en un drama escolar.

Ese papel se basó en el típico cliché de un omega nerd que trabajaba en una librería, el cual terminaba juntándose con el más popular de la universidad, que lucía como todo un bad boy inalcanzable, pero que en realidad era un encanto que se la vivía enamorado de él en secreto.

Qué buenos recuerdos guardaba de esa producción en la que se le permitió mostrar una faceta suave, tranquila y divertida. Y ni contar las memorables anécdotas con los otros actores y su coprotagonista. Sin duda una experiencia digna de recordar y atesorar en su corazón.

Después de tremendo éxito en la pantalla, ganó su primer premio como actor revelación y varios papeles de distintas productoras le llovieron con abundancia como maná caído del cielo. Tuvo el lujo de escoger cuáles le beneficiarían más en su carrera en ascenso, pero no negaría lo mucho que le dolió en el alma, dejar de lado otras propuestas que también le parecieron interesantes.

Los años se pasaron volando en un abrir y cerrar de ojos, por lo que, de forma paralela a sus actuaciones, Kim empezó a firmar con todo tipo de marcas y grabar comerciales para TV, hasta que otras casas de moda que no fueran Celine se fijaron en él, como Vogue y Dior. Lo que facilitó ser reconocido como una de las pocas celebridades que más beneficios traía a las empresas que lograban colaborar con su persona.

A fin de cuentas, sabía cómo vender los productos y eso era lo que provocaba que el público cediera a las ganas de adquirirlos. Su carisma parecía no conocer límites, enganchando a quien lo conociera por su increíble personalidad extrovertida. El omega era una mariposa social en toda regla, pues en cada fiesta a la que asistía era capaz de interactuar hasta con la persona más seria y sacarle una sonrisa, pero solo las personas de su círculo más cercano estaban al tanto de lo mucho que disfrutaba de la comodidad de su lujoso departamento.

Ver una serie, leer algún cómic o jugar en la consola eran algunos de sus pasatiempos favoritos. Sin contar los momentos compartidos con su adorable pomerania de nombre Yeontan y las salidas relajadas con sus amigos.

Ya anhelaba volver a esa rutina, mientras se dedicaba al estudio de su nuevo personaje.

—Lindo color de cabello.

Taehyung se sobresaltó a tal punto de que, si no se agarraba, se caía de la silla. Giró su rostro para encarar al visitante inesperado, descubriendo a Park Bogum a unos cuantos metros de distancia.

—Gummy, me diste un susto de muerte—declaró, poniendo una mano en su pecho para dramatizar más la situación.

El alfa soltó una risita, mientras se acercaba a su compañero y amigo, quien lucía demasiado espectacular con esa vestimenta y joyería tan sofisticada. Aunque si lo pensaba bien, ¿cuándo no lo hacía? El omega de espesas pestañas era etéreo como una deidad griega.

—Lo siento, Tae—se disculpó—. No fue mi intención.

—Claro que no, pero ¿no te enseñaron a tocar antes de entrar? —cuestionó con una mirada acusadora, que no combinaba nada con la sonrisa que parecía querer adueñarse de sus brillantes labios.

—Otro error mío, pero supuse que te habías desocupado porque vi salir a la maquillista hace unos minutos—se justificó, encogiéndose de hombros—. Te conozco de años y nunca dejarías salir a tu maquillista si no estás listo para el show.

—Buen punto, pero eso no quita que por una vez en la vida podría cambiar mi manera de actuar y hacer las cosas en distinto orden—se incorporó hasta quedar a centímetros del alfa, que era más alto que él—. Pudiste verme desnudo y eso hubiera sido un problema, ¿no lo crees?

El tono de Taehyung era coqueto, distando del enojo fingido que proyectaba.

—No creo que hubieras permitido que te dejaran expuesto en una situación como esa cuando podías poner el cerrojo en la puerta.

—En definitiva, me conoces a la perfección—una sonrisa por fin se adueñó de la boca del omega, deleitando a su acompañante—. Pocos son los que tienen ese gusto.

—¿Debería sentirme celoso?

—Es la idea—confesó sin vergüenza alguna, provocando que el contrario enarcara una ceja por la sinceridad ajena—. Pero ya sabes que funcionamos mejor como amigos.

—Sí, ya rompiste mi corazón una vez, no permitiré que exista una segunda, Vante.

Ese momento seguía grabado en su memoria, y quizá le sería difícil superarlo pronto. Porque tres años habían pasado y no olvidaba el rechazo del omega. Recuerda los nervios que lo carcomían vivo cuando lo guio a la preciosa terraza de un club en el que se desarrollaba una after party por el lanzamiento de la ropa de otoño de Celine.

Sus manos sudaban, su corazón latía con fuerza y su lobo interno parecía igual de alterado que su lado humano. Bogum tenía fe por lo dulce que Taehyung era con él, pero cuando se arrodilló para pedirle que le permita cortejarlo, notó que cada una de las señales que creyó recibir, no eran otra cosa más que simples ilusiones.

El omega en ningún momento fue cruel o tuvo poco tacto, al contrario, fue demasiado amable y comprensivo con el alfa. Explicándole de manera tranquila que el único cariño que le podía brindar era el de un amigo incondicional, mientras le aseguraba que algún día encontraría a su persona especial con la que compartiría un romance de ensueño.

Al alfa no le quedó de otra más que resignarse, pues con el tiempo comprobó que lo que el omega le dijo esa noche era verdad. Sin embargo, eso no evitaba que el mencionado lo molestara con esas bromas un tanto sugerentes.

Eran parte del encanto liberal del modelo, y él no era nadie para decirle que cambiara esa actitud. A día de hoy era una costumbre de la que disfrutaba bastante, pues era de los pocos amigos a los que Taehyung les tenía tanta confianza como para comportarse de ese modo.

Y eso era una de las muchas cualidades dignas de admirar del joven, porque pocos eran los omegas que conocía que no tuvieran una actitud sumisa o tímida. Pero, tal vez, solo tal vez, esa seguridad innata se debía a la pureza del lobo de Kim.

Porque forma parte de los omegas bendecidos por la propia Madre Luna al poseer un lobo con el que podía tener un contacto más estrecho. Otro rasgo que lo volvía más especial y único.

Qué suerte tendría el alfa, omega o beta que lograra enamorarlo.

—No me digas Vante, eso es muy serio y profesional. Tú y yo somos amigos, así que no autorizo que te refieras a mí de esa forma.

—De acuerdo—concordó—. Tú ganas, solo bromeaba.

—Genial, así me gusta—alardeó, dando unas palmaditas en el hombro impropio—. Retomemos el tema de mi cabello, ¿te parece?

—Por supuesto, Tae.

Esa confirmación bastó para que el omega le diera una cátedra entera al alfa acerca del cambio que decidió tener, pues pocas veces en el pasado lo vio portando colores que no fueran su bonito castaño natural. Diosa Luna, ese tono le quedaba fantástico, pero no negaría que era una bendición verlo con esa cabellera dorada.

Aparentemente, tuvo el incentivo de teñirse porque era uno de los requisitos opcionales para una mejor caracterización del nuevo personaje que debería interpretar. Porque el mismo director especificó que era un papel que destacaba por ser lo menos sencillo posible y eso involucraba demasiado el aspecto físico y la vestimenta.

Su conversación duró por unos quince minutos más hasta que una beta tocó la puerta y le comunicó al modelo que ya era hora de salir de ahí. Taehyung le regaló una sonrisa a Bogum, quien no demoró en devolvérsela, mientras le escuchaba decir que en un rato más lo vería y que disfrutarían de la pasarela y after party de Celine a lo grande como el fantástico dúo que eran.

Cuando ambos modelaban uno al lado del otro, robaban el aliento de cada uno de los presentes. Y eso era un hecho objetivo que la marca nunca desperdiciaba.

—Vante-ssi, la representante de Entertainment Weekly lo está esperando en esta sala para la entrevista privada que le va a brindar.

—Perfecto, muchas gracias. Prometo no demorar mucho, esto no es lo único que debo hacer.

—Claro, organizaremos a los otros medios que quieran hablar contigo en menos minutos antes de que la pasarela inicie como tal.

El reconocido actor dio un asentimiento, mientras la fémina giraba el pomo de la puerta que resguardaba el bonito salón en el que una omega de cabellos castaños le esperaba con paciencia. Los ojos avellana recorrieron la habitación, encantándose con la decoración sutil pero moderna del lugar. Saludó a los camarógrafos y al resto del personal con un ademán e hizo una corta reverencia a la entrevistadora del canal KBS. Su relación con dicha cadena de televisión era muy amena, por lo que para Taehyung siempre era un placer darles información exclusiva.

Tomó asiento en la otra silla libre, cruzando sus piernas y escuchando las instrucciones para dar inicio por parte de la mujer. Cuando todo estuvo aclarado, el productor dio la orden para que las cámaras grabaran y la charla entre los involucrados fluyera con normalidad, esperando que cada detalle saliera bien para mostrar la entrevista esa misma noche.

—¡Buenas tardes, televidentes! Soy Cho Miyeon, y me complace informarles que durante este segmento de Entertainment Weekly contaremos con la presencia del increíble Kim Taehyung, mejor conocido como Vante para que nos cuente más de su nuevo proyecto actoral—expresó con el carisma y calidez que le caracterizaban antes de darle la palabra al omega—. Por favor, Vante-ssi, saluda al público que siempre está al pendiente de tu carrera.

—Buenas tardes, es un gusto acompañarlos en esta ocasión. De todo corazón espero que disfruten de este breve charla y, sobre todo, su curiosidad se vea saciada con mis respuestas.

Acto seguido, le dedicó una mirada profunda y sonrisa brillante a la cámara que lo enfocaba. Hechizar a las personas con su atractivo era una de las cosas que más gozaba en silencio.

La omega inició indagando con el tema relacionado con la sinopsis del drama, el cual en pocas palabras se resumía en la historia de un omega de bajos recursos que tiene el sueño de ser una estrella del rock como los ídolos que seguía desde pequeño por la influencia de su propio padre, quien es el único que confía en que lo conseguirá. Además, de ser su único soporte porque su madre falleció cuando era un niño.

Crece hasta convertirse en un chico carismático, aprendiendo de forma autodidacta lo necesario para lograr su objetivo y se enfrenta a los diversos obstáculos que la vida le pone. Al mismo tiempo en el que se enamora de la segunda persona que decide confiar en su talento, un guapo bajista que será interpretado por Cha Eunwoo, mientras se afianza a sus compañeros de banda que se unirán a él en el proceso.

Obviamente, el drama reuniría a muchos talentos del mundo de la actuación, pero era innegable que los de máxima relevancia eran el omega y el alfa que lo protagonizarían. La conversación estaba siendo dominada a la perfección por Taehyung, respondiendo sin titubear hasta que la charla se fue por un rumbo que no tenía previsto.

—Teniendo en cuenta que tu personaje aspira a ser una verdadera estrella del rock, quizá deberías considerar pedirle unos cuantos consejos al famoso Gguk, quien a día de hoy es dueño de ese título—comentó despreocupada, sin notar el semblante confundido de su invitado—. Es la primera vez que obtiene un papel de ese tipo, por lo que no sería mala idea acudir a un experto.

Aquel programa se caracterizaba por las entrevistas que se sentían casuales, como charlas entre amigos, pero en esta ocasión el omega lamentaba que la fémina se estuviera tomando esas confianzas.

Sin embargo, no contaba con el tiempo ideal para formular una respuesta más elaborado, por lo que ni siquiera fue consciente de la respuesta tan estúpida que dio. Producto de sus nervios y el deseo de no quedar mal a nivel nacional si lo pensaba demasiado.

—¿Gguk? No me suena, ni siquiera lo conozco. Me disculpo por eso, Miyeon-ssi.

—¿Qué? No me lo puedo creer. Es el líder de la banda Liberté, ha logrado tanto reconocimiento en el ámbito nacional e internacional.

La omega no creía tales palabras, pero cuando vio las señales que el productor hacía, supo que debería cambiar el tema pronto. Lo menos que quería era ser la causa por la que Vante rompiera su acuerdo con el canal por incomodarlo a causa de su inconmensurable fanatismo por el alfa puro.

—Lo digo muy en serio, tal vez estoy demasiado ocupado con mi trabajo como para conocer a los artistas que están de moda en estos años—expresó con un gesto de incomodidad enmarcado en sus rojizos labios—. Pero bueno, sigamos con la entrevista.

—Por supuesto, Vante-ssi. Todavía tenemos unos minutos más.

Y así, la castaña continuó con los últimos puntos que debía tratar, consiguiendo que el ambiente tenso se desvaneciera como si nunca hubiera existido. Taehyung le agradeció a Miyeon por su tiempo compartido y la susodicha se disculpó por la embarazosa situación en la que lo involucró sin querer.

Después de eso, otro miembro del staff, que correspondía a la jerarquía beta, lo condujo al exterior del edificio en que el resto de modelos estaban siendo ubicados para que los medios los fotografiaran o entrevistaran uno por uno. Por esta ocasión, el desfile se realizaría en uno de los salones de eventos con más prestigio en Seúl.

El evento de por sí era exclusivo, así que no habría muchos asistentes, a lo máximo cuarenta, pero eso no aplicaría en fiesta posterior que se realizaría en uno de los clubs nocturnos más ostentosos de Corea.

La rutina prosiguió como se planeó con antelación, con el omega, contestando a más preguntas triviales de algunos periodistas y posando para las fotografías que al día siguiente serían plasmadas en revistas digitales y otras redes sociales, mientras saludaban a los fanáticos a la lejanía que esperaron verlos, aunque fuera por unos minutos. Dando por finalizado el tiempo que los modelos le brindaron a la prensa, se devolvieron al interior en el que serían preparados para el desfile de moda.

Varios trajes fueron modelados en la amplia pasarela, pero ninguno era como el vestuario de Kim; quien portaba un par de botines con tacón alto, unos pantalones oscuros que apretaban sus largas piernas, una camisa de lentejuelas negra que se amoldaba a su figura y una chaqueta de cuero de color rojo que resaltaba por obvias razones.

La intención del diseñador encargado de ese outfit era evocar la juventud y la androginia de la estética, consiguiendo que el modelo luciera como un muñeco en la vida real.

El desfile fue un éxito total gracias al omega que supo cómo desenvolverse en la pasarela, moviendo sus caderas y coqueteando a los presentes.

Era un espectáculo maravilloso.

Una hora más tarde, todos los presentes y unos invitados más arribaban al after party de la lujosa marca. Para ese momento, Taehyung ya se encontraba con Bogum y otros compañeros más cercanos, tomando unos exquisitos cócteles para entrar en ambiente a pesar de estar alejados del resto. La elección del modelo para esa velada era una naranja en flor, una bebida alcohólica hecha con ginebra, la fruta antes mencionada y unos ingredientes extras que garantizaban una preparación refrescante.

Sin embargo, el omega no se sentía cómodo solo por esa razón, pues el grupo que lo rodeaba estaba usando supresores de aroma debido a la ocasión, al igual que él, reemplazados por fragancias sintéticas de marcas de perfumerías con las que trabajaban. Este detalle era un verdadero alivio para alguien que se frustraba tanto cuando percibía muchos olores mezclados en un solo lugar.

Desde que se presentó de manera oficial—sufriendo de su primer ciclo de calor—su sentido del olfato se tornó tan sensible que un porcentaje considerable de fragancias naturales en alfas y omegas, lo fastidiaban o lo asqueaban. Existían excepciones, pero en otros casos era algo imposible de tolerar.

Por ejemplo, el de Bogum le empalagaba demasiado y le picaba la nariz, pero con sus dotes actores le era sencillo disimular para no mostrar su notable disgusto. A día de hoy no existía una persona que tuviera un aroma que le gustara de verdad, pero tampoco le daba la importancia necesaria por miedo a lo que un profesional de la salud le diría.

Lo último que necesitaba era escuchar que era un omega defectuoso, cuando se suponía que la pureza de su sangre le garantizaba no sufrir de problemas como esos.

¿Un trauma más a su lista? No en su guardia, suficiente con lo que tenía y seguía tratando en terapia.

Pobre alma en pena que desconocía lo extraordinario que era ser un misoféngaro.

Por esa noche estrellada, Taehyung se dedicó a disfrutar de buena comida y compañía, bebiendo a más no poder, ignorando por completo las llamadas de Seokjin, quien sentía que era cuestión de horas para que Troya ardiera después de sus declaraciones en la entrevista para aquel programa de farándula.

Un malentendido colosal yacía a la vuelta de la esquina y nadie podría pararlo.

❤️‍🔥

El horrible tono de alarma de su reloj digital fue lo que despertó al alfa puro. Con pereza, se incorporó de la cama y silenció el aparato que permanecía en la mesita de noche a su costado, siendo el único culpable de perturbar su sueño reparador. Caminó hacia el baño, deshaciéndose del pantalón que usaba como pijama y de su ropa interior de la marca Calvin Klein para tomar una ducha rápida.

Quince minutos después, Jungkook salía de la habitación con solo una toalla cubriendo la parte inferior de su cuerpo, bien fija en su fina cintura, mientras algunas gotas traviesas de agua continuaban chorreando a lo largo de su torso y mechones largos de cabello azabache.

Jeon se colocó frente al espejo, orgulloso de lo que veía. Su abdomen trabajado, uno de sus brazos repleto de tatuajes y las diversas perforaciones en sus orejas, labio y ceja le daban un toque tan irrisible a su aura imponente por naturaleza. A fin de cuentas, el líder de la banda Liberté era de los contados artistas que llamaban la atención tanto por el talento como por la apariencia y presencia.

No obstante, pronto aparecería alguien que lo haría dudar de si solo esas dos cualidades eran suficientes para atraerlo cuál polilla directo a la luz.

Agarró su móvil del mueble del que sacaría la ropa que usaría ese día, encendiéndolo antes de disponerse a vestirse. En menos de un minuto, el alfa estaba portando sus botas favoritas, unos pantalones de mezclilla, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negro.

Se arregló el cabello como pudo, aprovechando el aspecto húmedo gracias al baño. Acto seguido, quiso dedicarse a revisar las notificaciones de su teléfono cuando una llamada le entró, por lo que la respondió al instante en que notó que se trataba de Namjoon, su mánager.

—Hola, Nam hyung. ¿Qué sucedió? Nunca llamas tan-

—Jungkook, te necesito en la empresa lo más pronto posible, aquí te explicaré todo, ¿sí? —el tono de voz del alfa al otro lado de la línea extrañó al joven, pero supuso que de nada serviría insistir por una información más concreta.

—Como digas, estaré ahí en menos de lo que pienses. Solo me tomaré un yogurt de fresa y me iré en mi moto para llegar más pronto.

—Gracias, JK. Nos vemos en un rato.

El alfa cortó la llamada, guardando el dispositivo en el bolsillo de su chaqueta, para irse corriendo a la cocina con la intención de beber su desayuno improvisado. Luego de eso, se cepilló los dientes, revisó que su mascota estuviera en perfectas condiciones y salió de su apartamento para volver lo más pronto posible, porque lo que más quería era pasar un tiempo de calidad con su dóberman que respondía al nombre de Bam.

El beta encargado de cuidar al perro cuando él no podía encargarse por cuestiones laborales hacía un trabajo espectacular, pero nunca se compararía a los cuidados que su propio dueño podría darle.

Cuando estuvo en el parqueadero, se subió a su Harley-Davidson y se aseguró el casco sobre su cabeza antes de iniciar el recorrido hacia Moonchild Entertainment. La brisa mañanera erizaba la piel de sus manos descubiertas, mientras la adrenalina se elevaba conforme aceleraba para acortar la distancia lo más que pudiera. Obvio, siendo cuidadoso para no causar ningún accidente que lo involucrara a él o a otras personas.

Al llegar a la empresa, estacionó su moto en el parqueadero privado del sitio, dejando su casco sobre el asiento de la misma. Saludó a los trabajadores con su característica buena energía, pero le pareció raro recibir unas miradas que no supo cómo interpretar. Aunque quizá era su imaginación jugándole una muy mala pasada y no debía darla mayor peso al asunto.

Se subió en el elevador, imaginando que encontraría a su mánager en el piso que le pertenecía a su banda. En dicho lugar estaba el estudio en el que tanto Yoongi—baterista estrella y guitarrista de reemplazo cuando solo se dedicaba al canto—como él, trabajaban con diligencia; en conjunto a una sala de prácticas, un práctico gimnasio y una sala en las que se entretenían de vez en cuando para liberar la tensión al momento de crear nueva música.

Ingresó al estudio como primera opción, encontrándose de manera sorpresiva con sus compañeros de banda y su mánager con rostros circunspectos.

—¿Hola? ¿Qué sucede con esas caras tan largas?

—Buenos días, JK. Gracias por venir, lo mejor es que tomes asiento—sugirió Namjoon, soltando el aire por la boca.

—¿Por qué?

La situación había comenzado a darle miedo. En sus cinco años de carrera jamás fue abordado de esa manera, por lo que la preocupación estaba invadiendo su sistema.

—Escucha a nuestro mánager—respondió Yoongi con simpleza—. Pasaron unas cuantas cosas y tal parece que no estás enterado de nada.

—Concuerdo, nuestro Jungkookie luce demasiado tranquilo—opinó Hoseok, siendo apoyado por su novio Jackson, quien arrastró una silla en la dirección del alfa menor para que se acomodara y viera con sus propios ojos el descontrol que desató cierta entrevista.

Jungkook se rascó la nuca, agradeciendo el gesto de Jackson en voz bajita. Esperando escuchar lo que sea que su representante quisiera comunicarle, mientras sus compañeros hacían acto de presencia.

Liberté, su querida banda, era de las cosas más importantes en su vida. Conformada por Min Yoongi, un omega de mucho carácter, Jung Hoseok y Jackson Wang, una pareja betas que se complementaban como dos piezas destinadas a encajar y su persona. Eran amigos desde hace mucho tiempo y todos compartían el amor por la música de una forma demasiado honesta, por lo que no fue de extrañar que se unieran para formar un grupo y perseguir sus sueños.

Yoongi era un prodigioso baterista, mientras Hoseok se encargaba del bajo y Jackson del teclado. El rol que Jungkook tomó desde un inicio era el de líder, vocalista y guitarrista, sin mencionar lo bien que se le daba estar en la batería, pues era el otro instrumento que manejaba a la perfección desde pequeño, como en el caso de Min con la guitarra o el piano.

Eran una banda demasiado completa en todos los sentidos, por lo que escalar en la industria fue sencillo, pero los integrantes le daban crédito a su esfuerzo, trabajo duro y talento. Además del claro mensaje de libertad que su nombre en francés poseía, garantizando que el grupo se dedicara a compartir sus experiencias más personales mediante sus líricas y eso los hacía especiales según su fanaticada.

—Suelten la sopa, en serio me estoy angustiando.

—¡Quizá estuvieras al tanto si me hubieras respondido a las mil llamadas que te hice antes de que me respondieras!

—En mi defensa, tenía el móvil apagado y cuando lo encendí lo primero que vi fue tu llamada, así que no le di importancia a nada más. Ayer fue un día duro y lo saben—les recordó, gesticulando para dar a entender su punto—. Grabamos el MV de nuestro nuevo single Still with you, el cual saldrá la próxima semana, así que después de terminar la filmación me devolví a mi departamento para sacar a pasear a Bam y luego me puse a entrenar en mi gimnasio personal para quemar mis últimas energías antes de irme a los brazos de Morfeo. Por eso, no toqué mi teléfono hasta ahora, ¿qué es lo que pasa?

Namjoon le dio una última mirada al resto de compañeros y amigos del alfa puro, antes de contar con lujo de detalles lo sucedido. Jungkook se quedó boquiabierto cuando el otro alfa le acercó una Tablet en la que se reproducía un video de aproximadamente quince minutos, pero lo más relevante parecía darse en los últimos cinco minutos.

Era una entrevista a un joven de preciosos rasgos, orbes avellana oculto tras espesas pestañas, nariz perfilada y labios en forma de corazón. Esa belleza era única en omegas, pero con solo ver su porte, se sentía intimidado. Podrían confundirlo con un alfa con facilidad.

Sin embargo, la forma elegante en la que se desenvolvía, mientras se expresaba con esa voz que parecía hecha de terciopelo sobre un proyecto de actuación—o algo así escuchó, porque estaba tan embelesado con el rubio y ni qué decir de su lobo interno, el cual movía su cola de un lado al otro, preguntándose como sería su aroma—era el contenido de interés para los presentes; hasta que un comentario en particular rompió su burbuja de fantasía.

"¿Gguk? No me suena, ni siquiera lo conozco".

Un golpe en la entrepierna dolería menos.

El alfa se sintió decepcionado de una manera que en otras circunstancias consideraría patética.

Era un pensamiento racional que no todos supieran de su existencia. Por la Diosa Luna, él no era el rey de Inglaterra, pero que ese joven del que ni siquiera sabía su casta, ni su nombre, mucho menos su trayectoria en general, dijera que no lo conocía, lo entristeció en demasía.

Aunque como todo alfa, tenía una imagen que cuidar. Jungkook cambió su semblante impactado por uno más neutral. Él era una persona difícil de manejar, por lo que le haría honor a esa parte orgullosa suya y expresaría su descontento por medio de una falsa indignación.

—No lo puedo creer, ¿quién es él? De seguro no sale ni de su casa como para que no sepa quién soy.

—Tú tampoco lo conoces, Jungkook-ah—recalcó Hoseok, apoyando su cabeza en el hombro de su novio—. Se podría decir que están a mano y en tu caso es peor, por las razones que Nam te dirá.

—Hobi, tiene razón—opinó Wang—. Hasta yo lo conozco y sabes que yo soy malo para recordar rostros, Gguk.

—Pero igual, hyung—se quejó, hastiado, mientras pasaba su mano por su cabello.

—Bueno, tampoco es obligación que conozca a todas las personas de la industria, pero ese no es lo importante—puntualizó Namjoon, antes de quitar el video y colocar un artículo que para ese momento ya era viral en todas las redes—. La persona que te mencionó es Kim Taehyung, su nombre artístico es Vante, un omega puro, actor, modelo y cantante con casi diez años de trayectoria profesional.

Jeon pasó saliva con dificultad al escuchar esa información tan valiosa.

Su lobo ronroneó al conocer la identidad del aludido. ¿Qué demonios le pasaba? Quizá no durmió tan bien como creyó y su lado animal estaba afectado.

Decidió ignorarlo olímpicamente. Claro que sí.

—Tienes razón, pero nadie puede negar que somos el grupo más top de los últimos años. No estoy siendo presumido, solo realista—se defendió al percibir la mirada juzgadora del omega de piel pálida—. Hemos alcanzado varios números uno en distintos charts, ventas de más de un millón de álbumes y valiosos récords en YouTube. Y ni mencionemos los premios de programas musicales coreanos y extranjeros.

—Sí, lo tenemos presente porque ha sido una carga pesada en nuestros hombros, pero la aceptamos con gusto, pues es un honor representar a nuestro país. Pero lee lo que dice el artículo que Nam está enseñándote.

—De acuerdo, Yoongi hyung.

Desvió sus ojos chocolate al texto frente a su rostro, leyendo con rapidez el contenido antes de ponerse de pie de golpe.

—¡¿Qué rayos les pasa?! —exclamó con frustración—. Jodidos medios amarillistas y oportunistas—chasqueó la lengua, cruzándose de brazos.

El alfa mayor puso una mano en su hombro, brindándole apoyo a su dongsaeng y artista favorito. Era natural la indignación que debía estar experimentando, porque en pocas palabras, algunos medios se aprovecharon de las palabras del famoso omega para menospreciar el trabajo de Jungkook. Su olor natural se volvió tan amargo, que incomodó a los presentes, pero ninguno sería tan cruel para mencionarlo.

Comentarios tales como: Un alfa que solo es una cara bonita, porque su presencia es olvidable, o Gguk de Liberté en decadencia, porque ni una estrella del calibre de Vante lo reconoce, eran lo más suave que podías leer en ese texto que recopilaba información de otros medios.

Sin duda, eran títulos que nunca aceptaría, porque le molestaba bastante que jugaran con el buen nombre de su grupo y de su persona. Ninguna de esas personas conocía la verdadera dedicación que hay detrás de su carrera.

—Calma, JK. La empresa ya está tomando cartas en el asunto, pero hay algo más que debes saber.

—¿Qué otra cosa, Nam hyung? Termina de arreglarme el día—contestó con sarcasmo—. No creo que haya nada peor que esto.

—Solo espera y verás.

Jungkook enarcó una ceja, expectante, por lo que Namjoon diría. Mientras tanto, en un barrio tan lujoso como era Gangnam, un omega se despertaba con una resaca de los mil demonios, lamentándose tanto beber hasta perder el norte, que su pobre mejor amigo Jimin tuvo que acudir a su rescate cuando este mismo le marcó a su número para decirle que sentía que todo le daba vueltas.

Eran contadas las veces que Taehyung bebía tan despreocupadamente, razón por la que el alfa, al que consideraba su alma gemela, no se preocupaba de que algo le sucediera en esas fiestas en las que no podía acompañarle por no estar invitado.

Park era un bailarín, cantante y modelo muy reconocido, pero era del tipo de personas que prefería asistir a fiestas que no tuvieran que ver de forma directa con su trabajo. Por eso, no era tomado en cuenta para este tipo de eventos. Sin embargo, no era algo que le quitara el sueño.

Le bastaba con tener la ubicación a tiempo real de su amigo mediante una aplicación y estar pendiente cuando debía presentarse en esos eventos para atender a su llamado cuando más lo necesitara. La ventaja de esto era que Taehyung usualmente yacía acompañado de Bogum, quien había demostrado ser un buen amigo a pesar del rechazo que sufrió por el rubio.

Y así mismo fue, por lo que cuando tuvo a Kim a salvo en el asiento de su automóvil, lo fue a dejar a su apartamento y luego se devolvió al suyo para seguir su maratón de películas sin ser consciente del desastre que se armaba poco a poco.

Taehyung tomó una ducha rápida y se puso una ropa más cómoda y holgada, porque quería quitarse la incómoda sensación de haberse dormido con una vestimenta que lo apretaba en cada zona del cuerpo.

Tomó medicina para la resaca y cuando buscó su móvil, notó que yacía descargado, por lo que lo conectó y espero a que la batería reviviera para utilizarlo, mientras comía algo ligero para no vomitarlo. Más específicamente, un zumo de naranja y unas rebanadas de pan tostado con mantequilla.

—Diosa, me duele la cabeza y mi estómago está revuelto.

Habló para sí mismo, agarrando su móvil para revisar las notificaciones y agradecerle a Jimin por cuidarle el trasero. El alfa le había dejado una notita en su mesa de noche sobre lo sucedido para tranquilizarlo por si se alteraba al abrir los ojos y ni siquiera recordar cómo es que llegó ahí.

—¿Eh? ¿Por qué Jin hyung me ha llamado con tanta insistencia? Se supone que debería seguir disfrutando de sus vacaciones en familia en Hawái.

Porque sí, el alfa de hombros anchos se encontraba en dicho destino turístico desde hace dos semanas con sus padres, haciendo uso del tiempo disponible que tenía a su favor, pues Taehyung todavía no iniciaría ningún trabajo en el que recurriera a él de principio a fin.

Decidido en saciar su curiosidad, lo llamó y su hyung le respondió en un abrir y cerrar de ojos.

—¡Tae, un día de estos me vas a matar!

—No me caería nada mal un cálido saludo de tu parte, hyung. Pero, ¿qué hice ahora?

—¿Cómo pudiste ser tan descuidado y hablar así de Jeon Jungkook? —le reclamó, tratando de no perder la paciencia.

—¿Y ese es?

Le sonaba, pero el ajetreo de la noche anterior lo tenía con memoria de pez. Las luces neón y su anatomía moviéndose al compás de la fuerte música, mientras recibía diversos halagos, era lo que más recordaba.

—Gguk, el alfa que la presentadora metió en la conversación.

—Si te soy honesto, ni me acuerdo lo que dije de él—se sinceró, acomodándose un rebelde mechón de cabello que caía por su frente—. Tampoco creo que haya sido tan malo, ¿verdad?

—No lo fue, pero hay gente que se aprovecha de situaciones como esta para criticar hasta lo más mínimo. Y existen muchos otros que prefieren tomárselo con humor. Ya te envié algunos ejemplos a tu correo personal.

—Gracias, hyung. Pero una vez más, no entiendo que tengo que ver en todo esto. Lastimosamente como artistas estamos en el ojo público, del cual nadie se salva, pero de seguro el tal Gguk les cerrará la boca.

—Oh, claro que lo hará, Tae—confirmó con seguridad desde el otro lado de la llamada—. Y tú lo ayudarás en eso.

—¿Perdón? Creo que te escuché mal.

Y en ese preciso instante, los dos mánagers parecieron conectarse para dar la noticia a sus artistas respectivos al unísono.

"Ambos trabajarán juntos".

¡¿Qué?!

Continuará...

Al FIN, MIL AÑOS DESPUÉS. GRACIAS A TODAS LAS PERSONAS QUE SEGUÍAN ESPERANDO ESTE PROYECTO, Y SOBRE TODO A LAS QUE ME APOYARON Y ALENTARON DE UNA FORMA MÁS CERCANA. 

Déjenme saber que les pareció en los comentarios, por favor. Es muy importante para mí, espero pronto subir el próximo, gracias por leer, corazones.

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