
04
La tarde cayó sobre la ciudad otra vez, corría viento pero aun hacía calor. El grupo de amigos caminaba con estilo por la calle. No había mucho que temer, era jueves y los jueves son tranquilitos. No hay tantos locos sueltos ¿Sera que a los locos les gusta mucho el programa de chismes y se quedan en casa para verlo? Probablemente.
̶ Acá es – Menciono el hombre bomba. Tanto Carol y Hex abrieron los ojos de la impresión (Bueno, solo Carol. Hex atino a cambiar su rostro por un signo de exclamación. Y luego a una carita, esta: ¨:0¨). Whitty sonrió, orgulloso. Como si él fuese el que fuera a esa escuela - ¿Cool, no? Imagina todas las fiestas y parrandas que pudieses hacer allí adentro ...
̶ ¿Cuánto costara inscribirse? - Pregunto Carol, pasando los dedos por la reja de metal.
̶ Ah de ser carísimo – Comento Hex, adelantándose a los demás y tratando de empujar la reja de metal, esta no cedía – Está cerrado y afuera no hay nadie ¿Seguro que no salieron antes?
̶ No, mira que todavía faltan diez minutos para las cinco. Esperemos.
Y esperaron.
A las cinco en punto, ni un segundo más ni un segundo menos, el enorme reloj del edificio principal empezó a tocar. Tonadas suaves pero graves. Pocos minutos después, las puertas se abrieron y un grupo de alumnas salió tranquilamente con la mochila bien puesta en la espalda. Carol, Hex y Whitty se extrañaron de que todas sean terroríficamente similares.
Una de cabello marrón claro y trenza francesa salió cerca de ellos, así que le acercaron.
̶ Disculpa ¿Has visto a Senpai? Es un chico eh ... Altito, rubio, ojos azules, tez blanca, eh ... ¿Tiene el uniforme algo desarreglado? – Pregunto Whitty.
̶ ¿Senpai? – La muchacha se sonrojo al evocar su recuerdo – Claro que sí, creo que se quedó a hablar con el maestro Hara-Sen, saldrá en un minuto – Contesto, tranquilamente - ¿Sois sus amigos?
̶ Eh ¿Si? Íbamos a salir todos en grupo ¿Crees que tarde?
̶ No ¡Mira, ahí viene! – Señalo a la puerta del colegio, los tres miraron hacia allá. Y mientras estaban ocupados buscando con la vista, la japonesa repaso al grupo rápidamente. Un grupo extrañísimo. Un robot que le da más bien la impresión de la mascota de una empresa de accesorios de gimnasia de los ochenta, una especie de hombre dinamita vestido como si fuese a asaltar a alguien a punta de pistola ¨ ¡Celular y cartera!¨ y una mujer bajita, muy guapa eso sí. Cuando reparo en ella arrugo la nariz, le desagrado de inmediato ¿Cómo podía ser ese nido de pájaros amiga de su querido amor platónico? Era imposible, no ¿Estarían saliendo? ¡No, qué va! ¡Claro que no!
̶ Ahí no hay nadie ... - Exclamo Hex, volviendo la vista con los demás. Pero la muchacha ya se estaba alejando calle abajo, sin prestarles la mínima atención.
̶ ¿Y eso? – Inquirió Carol.
̶ No sé, quizá vio a otra persona que se pareciese a él y cuando se dio cuenta de que no era no quiso hacer el ridículo – Respondió Hex, rascándose la cabeza.
En eso estaban los tres cuando, de pronto, el más alto sintió que le tocaban el hombro. Se volteo, encontrándose al rubio fresa con una sonrisa pícara en el rostro. Se espantó por un momento, pues no lo había escuchado llegar. Gruño en respuesta y le revolvió el cabello.
̶ ¡Viniste a recogerme! – Exclamo, saltando a sus brazos. Fue tan repentina la acción que ambos casi se caen. Al último segundo, Whitty logro sostenerlo por más arriba de la cintura – Pensé que lo olvidarías, Whitty – Comento, sonriendo de lado.
̶ Ah, si ¿Pero ya ves que no me olvide? Ya bájate, no soy un pasamanos de parque infantil para que te me cuelgues como un monito a su mamá mono – Exclamó, Hex se rio por lo bajo, Senpai bajó de un salto – Bueno, ya que estamos todos ¿Qué tal si nos vamos ya a tontear por otra parte?
̶ ¿Si? No nos has presentado correctamente a todos – Comentó el robot, haciendo que la pantalla de su rostro cambiara a una secuencia de los colores del arcoíris agradablemente.
̶ ¿No? Perfecto. A él ya lo conoces, es Hex. No le eches agua. Y esa enana es Carol, no la pises. Para vosotros dos, este es Senpai, dormía en una caja. Fin, ya está ¿Nos vamos? – Apresuro el chico bomba, alejándose del grupo lentamente. No es que le disgustara la escuela, lo que le disgusta son las miradas curiosas de las chicas aterradoramente idénticas que se posan sobre él, pero más sobre su nuevo amigo.
̶ Claro ¿Y qué vamos a hacer? ¿Jugar baloncesto? – Sugirió el metálico, sonriendo. Sintió que le tocaban la espalda. Se volteo y se encontró al escolar - ¿Si? ¿Qué pasa?
El asiático le extendió la mano. Hex no entendió (Y ya sabéis que paso en su pantalla ... ¨?¨) por un momento, pero luego comprendió y volvió a sonreír. Acerco su brazo robótico a él y acepto su mano, apretándola suavemente.
̶ Eh ¡Hola de nuevo, entonces! Ya nos conocemos, no hay de que – Añadió.
Luego, el rubio puso las manos en las rodillas y se agacho a la altura de la morena, como si le hablase a un niño.
̶ Tú debes de ser Carol. Bueno, ya sé que eres Carol porque Whitty nos lo dijo, jajaja. Estoy encantado de conocerte, ya sabes cómo me llamo, E- ¡Ejem!, Senpai. Ojala podamos hacernos grandes amigos y ...
Carol no estaba escuchando nada de lo que él joven le decía. Se había fijado en los profundos y azules ojos de su contario. Tan azules como el cielo, el mar y los zafiros, tan profundos como el más grande abismo. Tan lindos, que desearía haber traído su libreta de dibujos y pintarlos hasta alcanzar la perfección (El dibujo, claro. Para ella, sus ojos ya eran perfectos tal y como estaban). Deseaba pasar la mano por su cabello, que parecía tan suave como el pelaje de un gato. Mira tú ¿Y si es tan suave como uno? Levanto la mano inconscientemente y la acerco a la derecha de su rostro. Antes de poder siquiera rozar un mechón sintió que le daban una tremenda sacudida.
̶ Carol, Carol; ya notamos que te lo quieres tirar, no hay necesidad de restregárnoslo por el rostro – Dijo Whitty, rompiendo el hechizo y al mismo tiempo riéndose por su propio chiste. Hex no entendió, o al menos fingió no hacerlo para no mortificar más a la morena; que ya podías apostar tú que se asemejaba a una cereza. Senpai estaba igual. No le incomodaba hablar de sexo, le incomodaba hablar de sexo cuando tenía que ver con él.
̶ ¡Cuánta vulgaridad, Whittmore! ¡Qué falta de respeto y educación! – Lo regaño el rubio, dedicándole una mirada ofendida y luego apartando la vista hacia otro lado rápidamente, tan solo consiguió que el hombre bomba se riera más y que Hex se rascara la cabeza confundido e incómodo – Carol es tu amiga ¿Cómo has podido pensar eso de ella? Discúlpate con la jovencita, ya.
̶ Ta' bien. Perdón Carol, no lo vuelvo a hacer – Se burló el otro, y se acercó a revolverle el cabello.
Senpai suspiro y puso una mano en el hombro de la jovencita, la aparto un poco lejos para tener privacidad y se disculpó, notablemente apenado. Carol asentía a cada babosada que decía, fijándose esta vez en su nariz respingada y ligeramente coloreada de rojo por la vergüenza que acababan de pasar ambos. O en la forma en la que su rostro se curveaba hacia abajo, ni tan largo ni tan corto. En lo suaves que se veían sus labios ¿Si se besaban, sabrían a cereza? Juraba que sí.
̶ En fin, no volverá a pasar. Me encargare de eso personalmente – Termino Senpai, acomodándose la corbata y mirándola seriamente. Carol asintió y volvió con el grupo, seguida del rubio.
̶ ¿Nos vamos ya? – Dijo la chica, mirando al suelo y jugueteando con una roca diminuta entre sus pies.
̶ Claro ¿A dónde? – Pregunto Whitty, empezando a caminar calle abajo. Lo siguieron los demás – Hablen pronto porque parece que volverá a llover, puto clima más horrible.
̶ Oye, controla tu boca – Lo volvió a regañar el asiático, recibiendo una risita por parte de Hex – Las palabrotas son de muy mala, escaza y paupérrima educación.
̶ Ah ¿Si? Puto, puto, puto, carajo, mierda ¿Feliz? – Lo reto, riéndose acompañado de sus otros amigos.
̶ ¡Estoy hablando en serio!
̶ Y yo, vas a tener que acostumbrarte porque la ciudad está repleta de maleducados. Como la vez que rapeamos con ... ¿Hex, recuerdas a ese tipo? Alto, pantalones amarillos, sin camiseta, gorra más grande mi brazo derecho ...
̶ Oh ¡Si lo recuerdo! Que hombre más desagradable – Contesto, haciendo una mueca: ¨:/¨
̶ En contexto, se la paso mentándonos la madre durante toda la batalla, igual le ganamos pero pareció importarle poco. Oh, como quería partirle una pierna. Nadie puede decirle eso. A Hex, no – Comento, dándole un puñetazo cariñoso y débil en el brazo metálico del hombre robot – Si es mi bro ¿Cómo no lo voy a proteger de tantos inadaptados?
̶ Tampoco es que tú seas un muy ejemplo, Whittmore ... - Comento Carol, mirándolo con odio ... Para luego reírse – A veces puede llegar a ser un dolor de cabeza, no entiendo cómo quieres ser su amigo, E.
̶ ¿Perdón? – Inquirió el asiático.
̶ Me dijiste que te llamabas E.
̶ Ah, eso – Senpai busco una excusa rápida – No, me llamo Senpai. Iba a decir otra cosa, jajaja ...
̶ Ajá – Ella se detuvo y levanto la vista para verlo mejor. Le sonrió, picara. Él junto las manos detrás de la espalda, nervioso - ¿Ya te han dicho que eres un tío muy guapo?
̶ ¡Parad, parad, parad! – Exclamo el más alto de todos, agarrando a Carol y sentándola en su hombro - ¿Qué eso, Carol? ¿Qué es eso de que él te parece guapo? – La regaño, con ligeros celos. Carol miro hacia otro lado. Hex se volvió a reír, porque no sabía cómo reaccionar a aquella situación. Estaba bien si él quería hacer chistes sobre su amiga y el japonés saliendo, pero si empezaban las cosas serias él tendría que ponerse serio también, si me entendéis ...
̶ Ah, quizá ella solo ...
̶ Ya, ya. No la mires que se desgasta.
(...)
Decidieron salir a una plaza segura de esa parte de la ciudad. Los jueves suele estar llena de niños, adolescentes saliendo en grupo y visitantes.
En primer lugar, decidieron ir a cenar algo ligero con tal de tener fuerzas por la mañana. La plaza estaba a rebosar de gente, como es costumbre. Puestos de comida callejeros y luces baratas por todas partes. Uno que otro club clandestino abierto. En la plazoleta con fuente que ya no hecha agua, han colocado cuadrados de tela pesados a modo de ¨Ring¨ (Y ya sabéis para que). La gente se arremolina, casualmente uno de ellos lleva bocinas o una radio manual de la que emana música estridente. Parece que apuestan entre todos ellos.
̶ ¿Existirá aun el hombrecillo que se tragaba espadas, Hex? – Pregunto Carol, tirando de su brazo para que la siguiera.
̶ Quizá ¡Y quizá podamos verlo! – Le contesto, entusiasmado. Se dio la vuelta y dibujo un ¨BAY!¨ en su pantalla, y salió corriendo junto a la morena. Desparecieron por un callejón donde pareciesen exhibirse toda clase de actos circenses callejeros.
Whitty gruño por lo bajo, metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y bajo la vista hacia el escolar, que se aferraba a su mochila con ambas manos.
̶ Pues, nos dejaron solos – Dejo caer el rubio, apartando la vista del rostro del contrario porque en cualquier momento podría cometer una tontería.
̶ Ah, qué mal. Hubiese estado genial que siguiésemos los cuatro, pero ya que ... - Whitty miro hacia un puestillo de hot-dogs - ¿Quieres uno? Yo invito.
̶ No tienes dinero.
̶ Tengo más dinero que tú con tus dólares de juguete. Venga, es un regalo.
̶ ¿Un regalo así de pronto?
Whitty rodo los ojos y bufo.
̶ ¿Lo quieres o no?
̶ ¡Claro que lo quiero! – Le sonrió y se aferró a su brazo. Whitty intentó quitárselo de encima pero pensó que si lo dejaba así quizá el otro le tendría más confianza.
Camino hasta el puesto y pidió uno grande. Y también un cuchillo de plástico. Se alejaron hasta una pared donde no hubiese tanta gente y el de tez oscura partió un pedazo pequeño para el escolar.
̶ ¿No comes mucho, no?
̶ Eh, no ¡Qué bien me conoces! – Sonrió y acerco la mano a la comida. Se sentaron en una banca a ver las improvisadas batallas de rap en el parquecito que rodeaba la plazoleta. Whitty se acabó lo suyo en pocos minutos, y Senpai no dio más de dos bocados así que le regalo el resto.
̶ ¿Qué tal el cole?
̶ Ah ¡Muy bien! Saco muy buenas notas y soy un alumno muy aplicado. Me gusta la escuela.
̶ ¿Y qué le dijiste a tu profesor? Sobre eso que llegaste tarde hoy ...
̶ Oh, le dije que me sentí mal y que cuando me recupere corrí al cole. Me creyó y me dejo en paz. Todo el día he estado teniendo atención de mis compañeras, parece que se preocupan mucho por mí – Sonrió, comprensivo. Él estaría igual si Whitty hubiese llegado tarde ... Si le hubiese pasado cualquier cosa, en general.
̶ ¿Si? Me alegro, pero no podemos volver a hacerlo – Se dejó caer en el asiento, y observo aburrido al vencedor de la batalla que acababa de desarrollarse frente suyo - ¿Cuándo crees que vuelvan Hex y Carol?
̶ ¿Qué? ¿Te aburres conmigo? – Inquirió el otro, fingiendo estar ofendido (Ofendido no estaba, dolido sí).
̶ No, es que ... Bueno, ellos son más movidos que tú ¡No significa que este mal que seas un chico calmado! Es solo que me hubiese gustado que mi jueves por la noche fuese más excitante.
Senpai miro al suelo, apenado. Rebusco por todos sus medios algo con que animarlo. A donde perteneciese antes, la cosa no se le hubiese hecho difícil. Bastaba con jugar algún juego relajante o pasear por las losetas crema de su colegio. Quizá darse un beso en la mejilla. Ahora no podía hacer eso, este era el mundo real y ni siquiera contaba con la ayuda de sus catorce huéspedes indeseados para sugerirle algo.
̶ Mira, están dejando esa alfombra libre ¿Vamos a ver quién sigue? – Pregunto Whitty, con gesto adusto. Senpai le sonrió y lo levanto de un tirón del asiento.
̶ Tengo una idea mejorcita ¿Qué tal si tú y yo nos peleamos con alguien allá? – Inquirió, sonriendo con gesto retador. Whitty no supo cómo reaccionar, porque ya estaba siendo tirado por él. Sin embargo, antes de llegar y hacer el ridículo; alargo el brazo hacia su mochila y tiro con fuerza hacia atrás. Senpai cayó al suelo con fuerza y el golpe llamo la atención de todos los presentes, posando la mirada sobre ambos. Whitty apretó los dientes y lo ayudo a levantarse, y luego lo arrastro del mismo modo a la relativa seguridad anónima del gran bazar de la plaza.
Cuando el hombre bomba sintió que ya nadie se fijaba en su existencia, se volteo a verlo mortalmente enfadado. Enfadado y avergonzando, pero reparo en la mirada preñada de vergüenza y pena del más bajo.
̶ Lo siento - Mascullo, escondiendo las manos en los bolsillos del jean para que no notara que temblaban ... Pero estamos hablando de Whitty, claro que se dio cuenta – Debí de haberte consultado antes, debí de ... Debí de preguntarte y no arrástrate a algo que no querías hacer. Lo siento, lo siento. Por favor perdóname – Exclamo, levantado la mirada con angustia.
Whitty solo seguía igual o más confundido de antes. Decidió alejar a la oleada de preguntas que sabía se abalanzarían a su cerebro y sacudió la cabeza suavemente. Suspiro, con el dorso de la mano se tallo el ojo derecho y luego puso la misma sobre el hombro del asiático, exaltándolo.
̶ Está bien, te perdono – Dijo banalmente – No lo vuelvas a hacer.
̶ Gracias por tu perdón – Se inclinó cuarenta y cinco grados, durando tres segundos en la misma posición – No lo volveré a hacer, lo juro.
̶ No necesitas jurarlo – Menciono el otro, incomodándose.
̶ Sí que necesito, yo ... Que horror, podrás perdonarme pero ni mil años de mil castigos pudiesen quitarme el peso de mi arrepentimiento por mi error. Mi error ... ¿Cuándo dejare de errar contigo? ¿Cuándo ...
̶ Oye, para tu coche ¿No estas exagerando un poco? – Pregunto, ahora curioso y extrañado.
̶ No, porque de verdad me siento así ¿Qué clase de amigo soy? ¿Qué clase de acompañante soy? ¿Acaso solo estoy pensando en mí y ya? ¿No te conozco, no te deseo y quiero? ¿No debería saber qué cosa te alegra, que cosa te apena? Esta noche, esta mismísima noche yo me niego, me odio. Me odio por incomodarte. No debería, no soy así. Él que te arrastro hacia allá, no era yo. Peor aún, era un mocoso egoísta e ignorante y ...
̶ Ya basta.
Senpai cerró la boca de pronto, igual o más apenado aun. No quería levantar la mirada, no quería ver a los ojos del hombre bomba y encontrar en ellos fastidio, ira o incomodidad. Whitty lo obligo a mirarlo, tomándolo del mentón y empujando hacia arriba. No encontró ninguna, sino más bien preocupación.
̶ ¿Qué te pasa?
̶ Q-que, que a mí no me pasa nada ...
̶ Te explayas demasiado en un error pequeño. Y claro que me molestó, pero, hombre, bastaba con un ¨Lo siento¨ y ya.
̶ ¿Te molesto?
̶ No – Comento, dándole una palmadita en el hombro – O al menos, ya no.
̶ ¿Ya no?
̶ Ya no ... Nunca nadie se había disculpado conmigo de esa forma, ni siquiera en las situaciones más apremiantes. Es raro, me gusta. Pero no lo hagas – Lo regaño, levantando un dedo cerca de su rostro y luego dándole un toquecito en la nariz. Se rio y le dio la espalda, guardando las manos en los bolsillos de su chaqueta – En serio, suena muy bonito pero puede que le des una mala impresión a la gente.
̶ ¿Mala impresión? – Pregunto con voz trémula y aferrándose a su brazo, nervioso. Nervioso y enamorado, claro está. Todavía sintiendo la pena de haber hecho el ridículo unos minutos antes.
̶ ¿Qué es eso de repetir todo lo último que digo? Pues sí, podrían burlarse de ti gente más tonta. No sé ...
̶ Yo también quiero una disculpa – Dijo el otro, haciendo un mohín de broma.
̶ ¿Ah? ¿Por qué?
̶ Me duele la espalda – Contesto, acurrucándose más al lado del otro.
̶ Ah, perdona eso. Reaccione mal, supongo – Miro hacia otro lado, incomodo.
Se mantuvieron pegados un rato hasta que Hex y Carol volvieron. Los cuatro terminaron paseando por el lugar sin mayor emoción. No había muchas cosas que no hubiesen visto ya. Los mismos puestos de comida chatarra, los mismos llaveros y recuerdos, los mismos actos circenses. Únicamente, para el escolar todo era nuevo. Nunca había salido de su pequeña parte de ciudad.
̶ ¿Qué es esto? – Le pregunto a ya sabéis quien, al mismo tiempo que levantaba una bolsita con polvo blanco rosáceo dentro. Whitty se alarmo y lo obligo a dejarlo donde estaba.
̶ Polvo pica pica. Pero que pica de verdad. No lo toques, es de mala calidad. Se te irritara la piel – Lo advirtió.
̶ Oh, eso no es posible. Quizá compre un poco ... Me gustaría ver la cara que pones – Sonrió pícaro. Recibió un gruñido en respuesta – Solo bromeo, hombre ¡Qué lindo es estar contigo! – Exclamo, dándole un gran abrazo al mayor. Hex y Carol se rieron, y Whitty a modo de broma lo correspondió.
¨Qué lindo es estar contigo. Ojala pudiésemos estar juntos el resto de nuestros días. El resto de mi vida me costase lo que me costase. No esperes que este cuerdo, no puedo, no contigo Whittmore¨.
(...)
El grupo se alejaba de la plaza, somnolientos; o al menos, dos de ellos. Hex solo necesitaba recargarse un par de horas y ya, tendría energía para el resto del día. Whitty no solía dormir a una hora exacta, a veces ni siquiera podía y hoy era de esas veces, no tenía nada de sueño. A diferencia de Carol y Senpai, que parecía que fuesen a caerse dormidos en el suelo en cualquier momento.
Eran alrededor de las diez y media, y como no, ciudad Funkin volvió a hundirse en un helado clima. Eso despertó un poco a Carol, que no paraba de temblar. El viento corría y temía salir volando con la baja que era. Sintió un toquecito en la espalda, y cuando volteo se encontró con el rubio que le ofrecía tranquilamente una chaqueta celeste acolchonada. Le sonreía amablemente, y ella se sintió extraña. Extraña y sonrojada. Era como si estuviese obligada a sentirse atraída hacia él a pesar de que el muchacho no había hecho nada más aparte de ser amable.
̶ Creo que tienes frio – Le dijo, al mismo tiempo que ella se la aceptaba y se envolvió en la prenda. Como él era más alto que ella, la chaqueta se la trago entera. Era cómoda y calentita, olía a lilas. Le sonrió en respuesta.
̶ ¿De dónde la sacaste? – Pregunto mientras caminaban juntos, aminorando el paso.
̶ De mi mochila ¿De dónde más? – Se rio – Yo no tengo frio, puedes quedártela hasta después – Añadió, y luego levanto la vista hacia los otros dos. Hex solo seguía caminando, pero Whitty lo estaba viendo seriamente.
Hex corrió de pronto hasta lo que parecía ser un callejón. Los demás lo siguieron. Cuando llegaron a la escena, se encontraron con el robot sentado sobre un barril y sonriendo.
̶ ¡Qué buen lugar! – Exclamo, al mismo tiempo que su rostro cambiaba a lo que parecía ser YouTube - ¿Podemos pelearnos todos antes de ir a casa por favor?
̶ Pelear no, rapear– Lo corrigió Whitty, al mismo tiempo que se recostaba en la pared al lado suyo – Por mi bien, pero esos dos quieren ir a dormir.
̶ ¿Se aguantarían un rato, por favor? – Pregunto con animosa voz el robot al par. Carol asintió, pero Senpai puso una mueca - ¿Qué pasa?
̶ Mañana es Viernes, tengo clase de Gimnasia también ...
̶ Oye Semp, no le arruines la diversión a mi bro ¿Si? Si te quedas un rato prometo llevarte temprano a la escuela mañana.
̶ ¿Y vendrás a recogerme? – Aventuro, con los ojos brillando. Whitty se extrañó, pero no dijo nada.
̶ Si, iré a recogerte.
̶ ¡Vale, entonces si me quedo! – Exclamo, feliz. Luego, como no, cubrió sus labios con la yema de sus dedos – Disculpa.
̶ No importa ... De verdad no importa, hermano.
Hex sonrió de vuelta y busco una canción totalmente random ... O lo iba a hacer, hasta que decidió sacar a relucir ciertas perlas que se tenía guardadas. No le importaría a los demás, él es muy majo. Divertirse a costa de la vergüenza de sus amigos de vez en cuando no esta tan mal ... Ellos lo hacen todo el tiempo.
̶ Whittmore ¿Qué tal si tú te peleas con Senpai por Carol? Ya que, veo que te gusta mucho ... O que te pones celoso con él. No creas que no lo noto – Dijo ... Y lo crean o no, en su pantalla apareció la cara de esa abeja, la que dice ¨Ya like Jazz?¨.
Whittmore se empezó a reír. Se empezó a reír para no llorar de la vergüenza claro está. No le gustaba Carol, simplemente quería protegerla a toda costa como ella hizo con él en algún momento. Claro que le incomodaba de sobre manera que el rubio ande demasiado cerca de ella, pero no significaba que estuviese celoso ... ¿O sí? Celos de hermano, es todo.
Además, Carol se merece algo muchísimo mejor. Podrá ser guapo y educado todo lo que quieras, pero no quita el hecho de que viva en una condenada caja. El amor no paga las cuentas del banco.
̶ ¿Estás de coña? Que gran chiste, grandísimo chiste. Dios mío, la comedia no ... –Se calló de pronto, porque su sarcasmo no estaba funcionando. Tocio un poco miro de reojo al asiático y gruño – Esta bien – Luego se volteo completamente y apunto al antes mencionado con un dedo amenazante – Voy a derrotarte.
Senpai se rio suavemente, luego bostezo.
̶ Lo dudo – Contrataco, con voz desafiante.
¿Y Hex? Hex estaba saltando de alegría, porque lo negara o no le encantaba ver a la gente batallar. No sabía si era porque le encanta la música o por ese sentimiento competidor que se sentía en el aire. Carol se sentó a su lado, ensimismada. Demasiadas emociones en una sola noche.
̶ ¡Toquemos una tuya! – Dijo el robot, pasando ¨el cursor¨ por toda la pantalla.
̶ Ah, perfecto. Me parece ... Fantástico – No hace falta agregar que la idea no le agradaba mucho al hombre bomba.
̶ ¡La del Sapo bajo el Bar! – Grito Carol.
̶ ¡No, esa no! – Mascullo el otro rápidamente, al mismo tiempo que corría hacia el robot y lo sacudía para que dejase de buscar eso, y al mismo tiempo se sonrojaba de la vergüenza. No es que no le gustara esa canción (Fue de las primeras de su completa autoría que se hizo popular) pero como que no era una introducción muy seria a su discografía ...
̶ Esa me parece perfecta – Ataco el escolar, con gesto retador. Whitty gruño y le dedico una mirada mortífera. Él otro ni se inmuto.
̶ Está bien, esa no – Calmo los aires el anfitrión – Una tranquilita, ya sabéis cual.
̶ Está bien, esa si – Contesto el otro, aun rencoroso.
Senpai saco a su único amigo inanimado en el mundo, su micrófono rosa. El rosa es su color favorito; porque es el color de la ternura, del amor puro y la inocencia. No lo usa mucho, no significa que le guste menos. Hex le paso el suyo al más alto, porque no había traído el propio.
̶ Las reglas son simples. No relevos, no trampas, no roce corporal y no letras ¿Va? – Se acerca a él, enciende el micro y le sonríe ladinamente. Sus ojos pareciesen brillar más que el naranja sol esta noche. Se le queda viendo un rato, y luego aparta la vista.
̶ Va, entiendo. Un duelo entre caballeros por el tierno corazón de la doncella será – Contesto dulcemente. Miró a Carol y le guiño un ojo. No es que estuviera coqueteando con ella, no, no ... Bueno, puede que sí. No lo puede evitar, así lo crearon.
Whitty hizo una seña para que Hex iniciara la música. YouTube está plagado de pistas musicales.
Y luego, a pocos minutos de empezar, quiso que la tierra se abriera, se lo tragara y lo escupiera en cualquier parte del planeta que no sea al lado del chico rubio. Del chico rubio que pareciese iba a aplastarlo en su propia pista musical de quince maneras distintas. No ayudaba el hecho de que los sprites (Es decir, las clásicas poses que sus contrincantes suelen hacer al momento de cantar) del muchacho fueran un tanto ... Perturbadores, a sus ojos. A vista de los demás solo intentaba ser encantador. Ya no quiso verle más cuando toco la flecha de abajo (Que en este caso, era una nota un tanto grave ... Otra cosa que lo perturbo un poco fue su capacidad para saltar de una nota alta a una baja tan rápido. Claro que él también podía hacerlo, pero aun así).
̶ Whitty ¡Whitty! ¡Te toca, ya, ya, ya! – Lo alerto Hex, haciendo que despertara de sus tontos pensamientos. Pero se quedó ahí, de pie. No hizo nada, mirando hacia el vacío. Hacia nadie en particular. Hex detuvo la música, Carol inclino la cabeza confundida. Senpai se le acerco y coloco la mano suavemente en su antebrazo.
̶ ¿Te pasa algo, corazón? – Pregunto suavemente, Whitty miro a todos lados en busca de un pequeño nicho en el cual esconderse, enroscarse y morir. Le aparto la mano de un manotazo, le gruño y fue a sentarse junto a Carol y Hex. Hex se rasco la cabeza, Carol se puso a juguetear con sus dedos y Senpai ... Bueno, quería correr hacia la carretera, que pasara un camión de doce por doce ruedas y lo atropelle por la tremenda tontería que, según él, acababa de cometer.
Apago el micrófono, miro hacia el suelo y lo guardo. Se sentó del lado de Hex, lo más lejos que pudo del hombre bomba. Los cuatro se quedaron en silencio un rato.
̶ Esta oscureciendo más – Dijo Carol – Vayámonos a casa.
̶ Hex – Hablo el rubio - ¿Puedes llevarme a la tienda de Kyle, por favor?
(...)
Senpai ya no podía mantenerse en pie. Estaba agotado. Agotado y triste. Triste como nunca antes ¿Qué había hecho mal? ¿Qué lo había hecho enfadar? ¿Su persona, su voz, su competencia? ¡¿Qué demonios había hecho mal?! Su cuerpo le pedía echarse a dormir ya, pero se sentía incapaz de hacerlo. Y dudaba lograrlo, porque no solo eran sus catorce huéspedes indeseados los que le martilleaban la cabeza con acusaciones y preguntas estúpidas; si no también él mismo.
̶ Callaos de una puta vez. Y no, no voy a disculparme por la palabra puta. Hijos de puta ¡Sois todos unos hijos de puta! – Susurro lo más bajo que pudo, pero esto no pasó desapercibido por los ¨oídos¨ del metálico.
̶ ¿Qué pasa, Semp? – Le dijo con calma Hex, dándole una palmadita en la espalda - ¿Es que ya no quieres ser nuestro amigo? – Se detuvo frente a la tienda, y saludo por el cristal al dependiente que le devolvía el saludo moviendo la cabeza, adormilado – Whitty puede ser un poco ... Difícil de comprender – Hizo una mueca graciosa y lo miro, pero el otro estaba mirando fijamente al suelo – Eso no significa que no le agrades. Si se puso nervioso a lo mejor fue porque lo desubico escucharte a ti ¡No digo que tengas una voz fea! Es que en esta parte de la ciudad es un poco raro encontrar voces tan suaves ... Si, a lo mejor es eso – Intento animarlo, porque así es él. Siempre busca alegrar a la gente – Oye – Le revolvió el cabello - ¿Qué tal si mañana salimos los dos a jugar básquet? O a hacer algo que tú quieras, no sé ...
̶ No, muchas gracias pero no tengo ganas. Gracias por traerme, es muy amable de tu parte. Despídete de Carol y Whittmore de mi parte ¿Si, por favor? – Se puso a rebuscar en su mochila, para ganar tiempo – Gracias, Hex.
̶ No hay problema, nos vemos mañana. Claro que me despediré de ellos de tu parte – Le sonrío y se fue, pero no por mucho. Se alejó lo suficiente y volvió la vista atrás, tal y como lo había hecho su gran amigo antes que él, casi en el mismo punto. Lo vio meterse en la caja y abrazar sus rodillas con la mochila en el pecho. También vio a Sam saliendo de la tienda y arrodillándose a su lado. Se quedaron conversando un rato. Luego, el dependiente se lo apego al pecho mientras le acariciaba la cabeza, como si lo consolara. Se fijó entonces en su presencia oculta entre las sombras. Hex se alarmo y decidió irse rápidamente.
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