•Tangled Feelings•
Sus pasos eran apresurados mientras subían las escalera del edificio. Aún no sabía cómo se había dejado convencer de hacer aquella locura.
— Amor sé que te preocupa.— Habló tranquilamente y a la vez seria.— ¿Pero es necesario irrumpir en su departamento?
— Nena.— Dijo él tomando la mano de la fémina, entrelazando sus dedos con los suyos, pensando en si la decisión que había tomado era la correcta.
Después de todo si bien Kagami era una mujer bastante fuerte, nunca estaba demás el preocuparse por ella.
— Sólo quiero asegurarme si Kag está bien.— Refutó.— Y como ella no ha contestado mis llamadas, yo...
— Lo sé.— Acarició su mejilla.— Después de lo ocurrido con Luka, no está de más preocuparse.
— ¿No te parece raro que ni Adrien ni Kagami respondan a mis mensajes?— Preguntó con una de las manos puestas en el pomo de la puerta, dispuesto a usar la lleve de emergencia que la azabache le había dado.
— Deben estar durmiendo.— Musitó entrando al departamento junto a su pareja, hasta que se percató del móvil en el suelo, lo recogió pero vio la pantalla rota.— Bueno, uno de dos no le funciona el celular.
— ¿Alocada noche?— Preguntó Nino, dándole un sutil codazo a Alya, guiñándole un ojo al recordarle lo que ellos hicieron en la madrugada.— ¿Aún te duele las piernas?
— Oye concéntrate.— Dijo fulminando con su mirada a su novio.— Es el celular de Adrien, ¿será que pelearon?
— Conociendo a Kagami.— Susurró él, estallando en una carcajada.— No me sorprende que saque su katana y le corte los huevos, Aly.
— Creí que su familia era esgrimista.— Dijo riendo.— Y que por eso la creen una "deshonra" por ejercer la fotografía.
Nino se encogió de hombros, sin saber que responder o que comentar ante esa situación.
— ¿Crees qué sea buena idea ir a la habitación de Adrien?
— ¿No quieres que vaya a ver si ella está en su cuarto y cualquier cosa interrogar al teñido?
— Creo que sería mejor si vamos juntos al cuarto de Adrien.— Dijo Nino, haciéndole caso a su pequeño mal presentimiento.
— Bueno, vayamos.— Alya se preocupó por el estado de su novio.
Nino asintió, guiando sin recato a su novia por los pasillos del departamento de su mejor amiga, agradeciendo en parte que este no sea tan extenso, no pudiendo evitar pensar en que quizás su idea no sea del todo buena.
— Tal vez debamos de...— Musitó por lo bajo y suspiró frustrado al darse cuenta de que ya se encontraba con la mano en el pomo de la puerta del dormitorio de Adrien
Miró a Alya sin mucha convicción y prosiguió en un su plan, abriendo los ojos de sopetón ante la escena que tenía delante suyo.
Efectivamente como su intuición se lo decía, Adrien sí estaba recostado en su cuarto, cubierto hasta la cintura con las sábanas con la diferencia de que a su lado, y por lo que los ojos de Nino pudieron apreciar, estaba Kagami, que al igual que Adrien estaba desnuda de la cintura para arriba y uno de sus senos estaba únicamente cubierto por una de las manos de Adrien.
— ¡Ay caramba!— Gritó haciendo clara referencia a su programa preferido y se apresuró en tapar los ojos de su novia, porque pese a que las mantas cubrían parte de sus cuerpos, la erección matutina de Adrien aún resaltaba de esta.
— Nino sácame la mano, como si no hubiese visto nada antes.— Dijo molesta.
— ¿Q-qué está pasando?— La voz dormida de Kagami se hizo presente, aún sin abrir los ojos se sentó en el lecho, cubriendo sus senos.
— Esto no se compara en nada a tus dramas, nena.— Dijo Nino sin soltar su agarre, centrando su mirada en su ahora despierta y adormilada mejor amiga.— Hola Kag, jeje, ¿cómo estás?
— Oh, hola Nino.— Se frotó sus ojos, hasta darse cuenta de lo que dijo.— ¿¡¿NINO?!? ¿¡ALYA!?— Gritó, haciendo que el rubio despertara por sus gritos.
— ¿Qué?— Preguntó un adormilado Adrien, frotándose los párpados y encontrándose al instante con la espalda desnuda de la femenina, cerró sus ojos y por instinto la abrazo, enterrando su cabeza en sus hombros y sus manos en sus pechos masajeándolos con descaro, y estirando sus pezones entre sus largos dedos.— ¿Te he dicho lo grande y hermosos que son tus senos, gatita?
— A-adrien no estamos solos.— Susurró tapándose sus pechos ante la viste sus amigos.
—¿Qué no estamos qué...?— Preguntó Adrien, levantando la vista, encontrándose de inmediato con la imagen de su sonrojado amigo puesta en ellos y sus manos tapando los ojos de su novia.— ¡Ay Carajo!— Gritó e inmediatamente rompió el contacto, tomó uno de los bordes de la manta y la usó para tapar el cuerpo expuesto de la chica.— ¿¡Qué mierda es lo que hacen aquí!?— Inquirió y no pudo evitar entrar en pánico.
— Nino suéltame ahora o aquí serán dos sin bolas.— Alya elevó la voz un tanto molesta.
Por su lado, Kagami estaba muy sonrojada y avergonzada no pudiendo articular palabra.
— Pueden por favor...— Dijo Adrien con el tono más calmado que pudo.— ¡Salir de mi puta habitación!
— ¡Nino! — Gritaron al unísono Alya y Adrien.
— ¡Sal!— Exclamó el rubio al ver que el aún seguía estático.
— Vamos, dejemos que se vistan antes del sermón.— La de lentes se quitó la mano de su pareja de su rostro y lo llevó al comedor.
Una vez que ambos morenos se retiraron, Kagami agarró una almohada y se tapó su rojizo rostro.
— Mierda, esto está aún peor cada vez.— Musitó contra la almohada.
Adrien suspiró aliviado y soltó una sonora carcajada ante las reacciones tan exageradas de la femenina.
—Kag, no te estreses, no creo que sea la primera vez que Nino ve desnudos.— Habló y buscó con la vista sus prendas.
— Sí, pero estos desnudos somos sus amigos.— Continuó hablando sin quitar el rostro de su escondite.— Esto es un desastre.
— Claro que no Kag.— Dijo, pasándole sus bragas del piso.— Sólo salgamos y encaremos esto, Tsurugi.— Añadió levantándose de la cama, terminando de colocarse sus ropas.
— Ño.— Se hizo bolita en el lecho.— Me niego a salir, es vergonzoso.
— Vamos Kag.— Dijo Adrien abrazándose a su cuerpo, al notar que ella aún no se había vestido.— ¿O acaso quieres que yo te vista, pequeña?
«Porque si puedo quitar ropa, también puedo ponerla»
— ¡¡SALGAN YA!!— La voz de Alya se hizo presente.
— Necesito un café, y cargado.— Giró en su propio eje, estando aún en la cama, para ver al rubio ya vestido.
— Lo que necesitas...— La tomó de los hombros y los masajeó con mucha calma y suavidad, acercándose a su oído para susurrar sobre este.— Es un orgasmo.
— Ahora no Adrien.— Lo apartó para verlo a los ojos, mordiendo por dentro su labio inferior.
— Entonces vístete y salgamos, Kag.— Expresó, poniéndose de pie, acercándose rápidamente al pomo de la puerta.
— Ve, iré en un momento.— Sentenció un tanto cabizbaja.
Adrien suspiró y asintió al pedido de la azabache, adentrándose rápidamente al comedor encontrándose con la mirada de Alya y Nino, quienes al parecer no daban crédito a lo que veían.
— ¿Se puede saber qué carajo hacían desnudos en la misma cama?— Habló una alterada Alya.
Adrien se encogió de hombros, decidido a no tomarle tanta importancia al asunto.
— Supongo que lo mismo que hacen ustedes.— Respondió con completa sinceridad, porque el pudor era algo que Adrien Agreste no tenía.
— ¡Adrien!— Le gritó su amigo, siendo él quien se ruborizara y no Alya.— ¿En serio ustedes...?
— ¿Tuvimos sexo?—Adrien completó a su pregunta y asintió.— Tú y Alya también lo hacen, ¿no?
— ¡Adrien!— Regañó una voz a sus espaldas.— No seas idiota.
Kagami se acercó al encuentro con sus tres amigos.
— Diría buen día, pero me interesa saber que hacen aquí.— La azabache se cruzó de brazos.
— Que Nino explique.— La morena se hizo la desentendida.
— Me... Digo...— El moreno carraspeó un poco.— Nos preocupamos por ti, Kag.— Sonrió.— No contestabas a las llamas ni a los mensajes, y bueno... ¿Creo que interrumpimos algo?
— No, no lo hicieron.— Sus pómulos se sonrojaron.
Quería evitar aquella situación bochornosa, por lo tanto se dirigió hacia la cafetera.
— ¿Cómo de que no?— Interrumpió Adrien, tomando a Kagami de los brazos evitando que ella se marchara.— ¿Ahora me vas a negar?
— ¿Qué cosa voy a negar ahora?— Se zafó de su agarre.
— Que tú y yo nos acostamos.— Respondió él, ruborizando y avergonzado tanto a Alya como a Nino.
— A-adrien.— Intentó hablar pero un nudo en su garganta se formó.
Alya los observó y se percató del nerviosismo que traía ella, por lo tanto se acercó para salvarla.
— ¿Tienes fotos nuevas Kag?— Habló dulcemente, notando como ella asentía.— Muéstrame.
Y sin más que decir, la tomó de sus hombros y la llevó a su cuarto, dejando a los varones a solas.
— Así que...— Refutó Nino, colocándose al lado del varón, pasándole una mano por el cuello y los hombros.— ¿Tú y Kag?— Preguntó con un evidente sonrojo en el rostro, aclarándose la garganta para poder formular aquella pregunta que venía rondando en su cabeza desde hace mucho.— ¿Por qué?
Adrien por su parte estaba de lo más relajado posibles, intentando zafarse del agarre de su amigo, con la esperanza de que Kagami y Alya aparecieran en cualquier instante y lo sacarían de esa incómoda situación.
— Supongo que la misma razón por la cual tú lo haces con tu novia.— Le respondió, evadiendo la verdadera intención de la interrogante.
— Adrien...— Habló Nino, frustrado por ese comportamiento tan esquivo.— Kagami es mi mejor amiga, y yo solo quiero que todo este bien con ella, bueno digo con ustedes.— Empezó a sudar en frío, captando la atención del susodicho.— Hermano, tú le gustas a Kagami, y...— El rubio lo interrumpió.
— ¿Qué yo, qué?— Preguntó Adrien, estallando en una sonora carcajada.— ¿Hermano acaso te escuchaste?— Se pasó una mano por el estómago, conteniendo otra carcajada.— A Kagami no le gusto, solo hacemos esto porque...— Y en ese instante ambos fueron interrumpidos por el grito de frustración y las maldiciones que salieron de los labios del rubio al percatarse de como su móvil yacía en el suelo con la pantalla rota.— ¡Kagami!
El sermón de su amiga era rápido, claro y conciso. Marcando los pro y contras de toda la situación. ¿Su corazón? Encabritado, confundido y ligeramente roto. No sabía que hacer, solo quería llorar y salir corriendo; eso fue hasta escuchar un grito llamándola. Salió de su cuarto, dejando a su amiga a media frase.
— ¿Qué quieres Adrien?— Preguntó en un tono neutro.
— ¿Qué es esto?— Preguntó señalando ese punto específico del suelo en donde estaba ese artefacto que contenía muchos de sus recuerdos.
— Tu teléfono.— Se cruzó de brazos y entrecerró sus ojos.— ¿Para eso me llamaste?
— ¿Mí teléfono?— Suspiró.— Kagami está roto...— Simuló un puchero.— ¿Por qué...? ¿Qué pacho?
— ¿En serio lo preguntas?— Elevó una ceja esperando que él recordara.
— Se supone que debíamos de tomarnos una...
El sonido de los carraspeos de Nino interrumpió su momento, quien junto con Alya sentía que estaban sobrando el la situación.
— Creo que nosotros nos vamos, ¿no Aly?
— Sería lo mejor.— Abrazó a su pareja.— Nos... Veremos luego, y tranquilos que conocemos la salida.
Alya se encaminó a la salida junto a su novio. Cuando se escuchó la puerta cerrarse, Kagami suspiró y se dejó caer al suelo.
— Que alguien me mate.— Se recargó contra la pared, llevando la cabeza hacia atrás.
— Que alguien me mate a mí.— Respondió Adrien.— Me jodiste el puto móvil, Kag.
— Es un teléfono Adrien.— Lo miró desde abajo.— Es un simple aparato que se arregla o se cambia.— Suspiró.— Anoche no pareció importarte mucho que digamos.
— Lo sé Kag.— Suspiró frustrado.— Es solo que la mayoría de nuestros recuerdos son con ese artefacto y bueno...— Esbozó una sonrisa débil.— No importa te parece, ¿si lo olvidamos?
— Ojalá se pudiera volver en el tiempo hace dos días atrás.— Llevó sus piernas a su pecho, las abrazó y apoyó su frente en sus rodillas.— Esto es cada vez más complicado.
— Kag.— Dijo él sentándose a su lado, tomándola entre sus brazos.— No me refería a eso nena.— Le dio un fugaz beso en la frente.— ¿Te parece si en la tarde salimos a comprar un nuevo móvil y lo estrenamos juntos?
— ¿Estrenar?— Preguntó confundida.— ¿Cómo?
Adrien guiñó un ojo, pasándole una mano por los cabellos, acercándose a su oído para susurrar sobre este.
— De la misma forma en la que lo hicimos anoche.
— Ash te odio.— Habló mirándolo a sus esmeraldas y acariciando una de sus mejillas.
— Y yo te...— Se frenó al ser consciente de lo que estaba a punto de decir.— Ve a cambiarte tonta.— Ordenó dándole un toque en la frente.
— Solo si preparas el café, tengo hambre.— Esbozó un puchero.
Adrien sonrió, cargándola entre sus brazos como si fuera una princesa, dirigiéndose con ella a la cocina.
— No te muevas preciosa, si no te caerás.
— Adrien bájame ahora.— Dijo firme y temerosa, al recordar cómo terminó la última vez que él la había cargado.— En serio, hazlo ahora.
El zagal rió, terminando por acceder a la petición de la femenina, dejándola en el suelo y luego darle una nalgada, viendo como se adentraba en la cocina.
«Un día de estos me las pagarás, Kag»
Pensó y rió, deseando que estos momentos con su mejor amiga no terminarán nunca.
— ¡¡¡Adrieeeen!!!— Gritaba desde la cocina Kagami, sin obtener respuesta.— ¡¡Carajo Adrien!!
— ¿Ah qué?— Respondió él, saliendo de la ensoñación.— ¿Qué quieres Kag?
— ¿Por qué pusiste el café en esa repisa?— Lo miró con el ceño fruncido.— Sabes que no llego.
— Por esa misma razón.— Dijo él, haciendo uso de su altura para subir aun más alto el café.— Porque tienes un problema con él y debes de bajarle a tu adicción, gatita.
— Adrien...— Posó sus manos en su cadera y lo miró desafiante.— Me das el café ahora o te las verás conmigo.
— ¿Ah sí?— Soltó una carcajada, cubriéndose su miembro al ser consciente de lo brusca que podía llegar a ser.— ¿Y qué harás, enana?
— Recuerda que nos conocimos en clases obligatorias de esgrima.— Enarcó una ceja recordando.— Y la que te ganaba era esta "enana".
— Es por eso que esta...— Hizo comillas con sus dedos.— "Enana" se quedara sin su café.— Dicho esto se apresuró en salir de la cocina.
— ¡Adrien!— Gritó enojada y se quitó su pantufla y se la tiró, viendo cómo impactaba en su nuca.— Sigo teniendo buena puntería.
— Auch...— Dijo el rubio, mostrándole su dedo medio, dirigiéndose al sofá, sentándose abierto de piernas.— Una mamada por el tarro de café.
— Ja, ya quisieras.— Tomó una silla y la acercó a los estantes.
Adrien se encogió de hombros, terminando de alistar sus cosas para ir a la tienda y darle el espacio necesario para prepararse.
— ¡Apúrate, Kag!— Gritó.— Que me duermo.
— Yo sin desayunar no voy a ningún lado.— Se subió a la silla pero aún sin llegar comenzó a hacer puntillas de pie.— ¡Adrien te voy a matar cuando baje!
— ¿En serio no se te apetece leche?— Preguntó él zagal encogiéndose de hombros.— Dicen que es más nutritiva y que sabe mejor que el café.
— Soy intolerante a la lactosa.— Se giró aún parada intentando alcanzar el frasco, sin percatarse de que la silla perdía estabilidad.
— Aguafiestas.— Susurró Adrien, tras pasar un par de minutos en esa posición.— ¿Ya terminaste, princesa?— Insistió.
— Si hubiese terminado, estaría tomando mi café.— Puso sus pies en puntas de nuevo, pero cuando estaba a punto de alcanzar el frasco, perdió el equilibrio.
Adrien estaba a tan solo unos cuantos pasos detrás de Kagami y al ver como ella trastabillar, rápidamente corrió a su rescate y la tomó entre sus brazos, estrechándola e intentando calmar así su agitada respiración.
— Hey nena así que...— Suspiró y le dio un beso en la frente.— ¿Ahora te lanzas a mis brazos?
Aún estaba en shock, creía que caería al suelo pero él no se lo permitió, salvándola cuál princesa.
— A-adrien.— Jadeaba a causa del susto, y sin querer algunas lágrimas se escaparon inconscientemente.— ¿C-cómo?
— Prometo que en la próxima si te daré tu café, gatita.— Dijo Adrien, incorporándose con ella dándole estabilidad.— ¿Estás bien?
— S-sí, creo.— Sus piernas aún le temblaban.— G-gracias.
— ¿No hay un beso para tu héroe?— Preguntó el zagal, señalando con uno de sus dedos su mejilla.
— A Gatubela te pareces.— Dejó un tierno beso en su mejilla.
— De nada.— Respondió él con una sonrisa de costado.— Ahora apúrate que se nos hace tarde.
— Yo quiero mi café.— Hizo ojos de cachorrito.— ¿Me compras uno gatito, porfis?
— Claro que sí, gatita.— Dijo Adrien, guardándose para si los comentarios sobre el café, cediendo ante esos ojos avellana que lo miraban suplicantes.— Vamos Kag.
No pudo evitar ver el pálido rostro de su compañero, por lo tanto se apresuró a abrazarlo.
— ¿Estás bien?— Preguntó mientras escuchaba los latidos del acelerado corazón de él.
— Yo eh...— Dijo Adrien, ladeando el rostro hasta darle un pequeño beso en la comisura de los labios.— Solo me preocupe por ti nena.— Afirmó.— Y ahora vamos...
— Debo cambiarme, ya vuelvo.— Se adentró en su cuarto y al cabo de unos minutos ya había terminado.— ¿Vamos?
Dicho esto ambos retomaron su camino saliendo del departamento compartido dirigiéndose a su destino.
.
.
.
.
.
— ¿Qué le parece este?— Preguntaba el vendedor.
Casi treinta minutos para elegir un teléfono móvil tardaron. Adrien no se decidía y Kagami perdía la paciencia.
— No, se parece al anterior.— Respondió Adrien con la vista en todos los modelos, colores y diseños que le ofrecía el vendedor, aunque en parte él se demoraba por ver las reacciones de la chica.— ¿Tú que dices, Kag?
— Si tiene buena cámara, no me interesa el modelo a mí.— Puso los ojos en blanco.— Y lo sabes.
— Lo sé Kag.— Dijo Adrien, bufando.— Entonces escoje tú...— Repentinamente el sonido de una llamada proveniente del móvil de Kagami intervino su conversación.
— Saldré afuera para atender.— Adrien asintió y ella besó su mejilla y salió.
— Es muy linda la relación que mantiene con su novia.— Habló el vendedor.
— ¿Qué?— Dijo Adrien, ruborizándose al instante.— Eh no, ella no es mi novia, yo bueno...— Hizo señas con las manos.— Es mi mejor amiga y...— Giró la vista al percatarse de que ella estaba lejos.— ¿Usted lo cree, digo, qué nos vemos bien?
— Claro que sí.— Sonrió posando sus ojos en la azabache que hablaba fuera del establecimiento y luego volver al rubio.— Se nota la química con tan solo verlos.
«Joder, esto es extraño»
— ¿Eh? ¿Gracias?— Dijo el zagal, pasándose una mano por la nuca un tanto incómodo siendo consciente de que él había planteado la pregunta.— Y con respecto al móvil.— Señaló un particular y curioso modelo con sus manos.— Deme éste.
— ¿Efectivo o tarjeta?— Preguntó tomando el aparato.
— Tarjeta.— Dijo el Agreste, tomando de su billetera lo que requeriría, siendo interrumpido por los pasos de la femenina que agitada entraba a la tienda.— ¿Kag qué pasó?
— Debo ir al estudio ahora.— Hablaba agitada.— Theo me llamó y dijo que hubo un problema.
— Kag, espera.— Interrumpió Adrien, tomándola del antebrazo, mirándola con sus esmeraldas.— ¿Puedo ir?
— ¿Para qué?— Puso su rostro serio, sabiendo sus intenciones.
«Pues que esperabas, el que haya dicho "soy tuyo" estando excitado no significa que fuera real»
Recriminó su subconsciente, provocando que su corazón doliera ante la realidad. Adrien se encogió de hombros y sudo frío ante la pregunta de la femenina
— ¿Eso es un no?— Optó por contestarle con otra pregunta.
— ¿Acaso te crees gracioso?— Sintió como el asco hacia sí comenzaba apoderarse de ella.
— ¿Siempre tienes que ser tan aguafiestas?— Preguntó él, obviando la mirada curiosa del vendedor, quien los contemplaba como una pareja de recién casados.— Solo quería ir para asegurarme que estés bien, y tomarnos unas cuantas fotos, pequeña.— Se excusó, dándole un repentino beso en los labios.— ¿Con eso te convencí?
— A mí no me sirve el chantaje.— Se cruzó de brazos.— Deberás intentar algo mejor.— Se encogió de hombros.
Mientras tanto el vendedor no osaba interrumpir ante aquella escena.
— ¿Quizás un abrazo? ¿O algo de...?— Dijo acercándose al oído de la femenina para susurrar sobre este.— ¿Sexo?
— Debes dejar de pensar con lo de abajo.— Se alejó de él en el momento que el vendedor carraspeó.
— Joven necesito su firma.— Habló intentando ocultar su sonrisa ante ellos.
— Eh si claro.— Musitó Adrien, terminando de firmar los papeles, viendo como su amiga se impacientaba y se marchaba.— ¿Kag?
— ¿Qué Adrien?— Dijo saliendo del local.— Dame las llaves del auto, debo irme.
— Solo si me llevas contigo.— Susurró con una sonrisa presente en sus dóciles facciones.— Prometo portarme bien.— Simuló un puchero, y guardo su móvil en su respectiva bolsa, dispuesto a estrenarlo con su mejor amiga.
— Intenta ocultar la marca de tu cuello si es que intentas "coquetear" con ella.— Dijo fríamente.— Como siempre.
— ¿Pero qué?— Preguntó Adrien, palpando con sus pulgares su cuello, sintiendo un pequeño dolor en la parte media de esta, maldiciendo para si mismo.— Yo...— Se subió parte de su polera.— No iré a coquetear...— Musitó, sintiendo esa pequeña presión en su pecho que le decía que mentía.
— Adrien...— Se posicionó del lado del copiloto para subir al vehículo.— Sabes que yo sé cuándo mientes. Si no fuera para verla, ¿por qué irías?— Instó aún con un nudo en la garganta.— Haz hecho eso hace meses con la excusa de "acompañarme".
«Carajo, ¿acaso era tan obvio?»
— Kag yo...— Adrien preferido acallar y asumir su rol en el auto, manejando hacia el estudio de la azabache, sintiendo como su corazón latía frenéticamente al pensar en Marinette.— ¿Todo bien?
Ella prefirió observar por la ventanilla, callando lo que guardaba para no gritar ni generar un nuevo conflicto.
«Debes alejarte de él, por un tiempo.»
------
Ush cada vez más complicada la cosa para este par y más por haber sido atrapados. Y además aparecerá Mari, se sabrá por qué le tienen rencor? Saldrá todo bien?
Más adelante lo sabrán, por ahora los dejo con Bichito_16
A
drigami?
Al parecer no será tan fácil para nuestros protagonistas, la situación está cada vez más complicada y por lo que vemos cada uno tiene asuntos que resolver (?
En fin sin más, solo decirles que espero que les haya gustado este cap
Los queremos bye ❤
Besitos amorcitos 😘♥️
Actualización 11 de febrero 2021:
Hello!
Perdón, ayer no pude subir así que.. hoy hay 2x1 wujuu muestren sus cupones a ver ahre jajaja
Bueno entonces queda hoy 3/7
Nos vemos más tarde
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro