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•My Other Half•

Los nervios los sentía a flor de piel. Aquella reunión era algo que nunca creyó que tendría, menos junto a los padres de Adrien o mejor dicho junto a sus suegros y futuros abuelos de su hijo.

Luego risas, besos y caricias, se volvió paranoica ante el recuerdo de la cena. Pero Kagami agradecía tener a Adrien junto a ella, ya que decidió prepararle la tina para que pueda darse un baño tranquilo en lo que él terminaba de cocinar.

— ¿Limpiaste bien la cocina Adrien?— Insistió ya vestida para la ocasión.

— ¿Acaso hay algo qué no haga bien?

— Adrien recuerda que puede que no salgamos vivos de esto.— Recalcó.— Debe estar todo perfecto, no simplemente bien.— Su tono era alterado.— Además no te cambiaste todavía.

— ¿Qué es lo que tiene de malo mi ropa?— Le dijo entre sonrisas, recorriendo con la mirada el cuerpo de la femenina.— Si hace un par de minutos morías por verme desnudo.

— Adrien ve a vestirte acorde a la situación.— Se acercó y besó su mejilla en cuanto se puso de puntillas de pie.

— Nena...— Habló el zagal, dándole un pequeño beso en los labios.— ¿Cuál es la vestimenta adecuada para qué Gabriel me corte los huevos?

— Camisa y pantalón de vestir.— Contestó divertida.— Así estás listo para tu entierro.— Le guiñó un ojo.

— Ja ja muy graciosa.— Le dijo el zagal, dirigiéndose al cuarto, no sin antes darle una firme y sonora nalgada a la femenina, adentrándose rápidamente a la habitación, en lo que Kagami terminaba de ordenar, preparándose para el gran momento.

Luego de dar los últimos retoques a la mesa y la vajilla, se sentó en el sofá y tomó su móvil. En él tenía un mensaje de su amiga.

Aly_19:27 pm
Niña sé que ustedes quieren decirle a Nino, pero no me aguanto.

Soltó una pequeña risa ante el mensaje de ella, contestándole rápidamente.

Kag_20:19 pm
Hablaré con Adrien y veremos cuando decirle, si es que salimos vivos hoy. Después hablamos 💋

Dejó su teléfono sobre la mesita en el centro de la sala. Se sentía tranquila, pero con el simple hecho de escuchar el timbre sus músculos se tensaron.

— ¡¡Adrien!!— Gritó asustada.

Al escuchar los gritos de la fémina, el zagal se tensó, apresurándose en ir al encuentro con ella.

— ¿Estás lista?— Le preguntó tomando con una de sus manos el pomo de la puerta.

— No...— Esbozó una trompita con sus labios, mientras él abría la puerta.

— ¡¡Adrien, Kagami!!— Gritó Emilie al verlos, entrando rápidamente y abrazando a ambos.

Tanto Adrien como Kagami correspondieron a los tratos de la femenina de ojos verdad, tensándose al percatarse de como una figura masculina emitía un carraspeo y rompía el momento que se había formado entre los tres.

— Señor Agreste, pase.— Habló Kagami, tomando al ojiverde del brazo.— Sea bienvenido.

— Gracias.— Respondió el hombre de mayor edad, ingresando en la morada, sin siquiera centrar la mirada en su hijo o en la azabache, mirando únicamente a su esposa.

Adrien suspiró ante las acciones de su progenitor dispuesto a no hablarle, mirando únicamente a su madre.

— ¿Quieres pasar a comer?— Le preguntó bastante nervioso.

La rubia y la azabache se observaron sabiendo que aquella tensión era algo latente y no se podría romper. La ojimarrón dio un sutil codazo a su pareja al percatarse de como él ignoraba a su padre.

— Claro.— Sonrió Emilie.

Adrien ignoró las acciones de Kagami, mientras los cuatro se adentraban a la cocina y se sentaban cada uno en un lugar, estando Adrien junto a ella.

— Que alegría verte.— Se lo dijo a su madre.— ¿Cómo has estado?- Le preguntó.

— Nos vimos hace dos días Adrien.— Rió.— Pero bien, planeando un viaje con tu padre.— Ladeó el rostro para ver a su marido.— ¿Cierto Gabriel?

— Así es.— Pronunció el mayor, centrando la vista en Kagami.— ¿Cómo han estado ustedes?

— Han sido unos días...— Se mordió la cara interna de su mejilla.— Un tanto movidos, se podría decir.

— Además ya es toda una mujer.— Agregó Emilie recordando el reciente cumpleaños de ella.

— Ya veo...— Gabriel se arregló la base de los lentes.— ¿Y a qué se debe esta cena tan improvista? ¿Pasó algo?

Kagami observó a Adrien, el cual estaba igual o más nervioso que ella, tomando sutilmente su mano para transmitirle confianza y haciendo un ademán con su cabeza para que diera inicio a los temas a tratar.

Adrien miro a su padre e inmediatamente sintió la presión y la ira apoderarse de él.

— No pasó nada...— Hizo comillas con los dedos.— "padre".

— De hecho.— Kagami golpeó con su pie el de él.— Les queríamos comentar una, bueno...— Trago un poco de saliva.— Unas cosas.

— ¿Cosas?— Preguntó la mayor.— ¿Adrien a qué se refiere Kagami con contar unas cosas?

«Carajo de esta no te salvas Agreste»

— Yo eh bueno...— Dijo Adrien pasándose una mano por el cabello.— En realidad madre...— Suspiró.— Es una sola cosa, y a decir verdad es una cosita.

Gabriel solo se mantenía en calma escuchando las palabras de su hijo.

— ¿Cosita?— Inquirió confusa la rubia.— Hijo no entiendo.

— Yo...— Adrien respiró profundo y se tomó el atrevimiento de señalar a su padre.— Seré eso.— Murmuró por lo bajo.

Kagami frunció sus labios en una línea recta, no pudiendo agregar nada.

— ¿Qué tiene tu padre?— Musitó sin aún entender.— Cariño dinos, no debe ser nada malo.

— Mamá yo...— Dijo el zagal mordiéndose el labio, tomando entre sus manos los dedos de la ojimarrón.— Yo bueno...

Por su parte Gabriel Agreste se mantenía expectante en la conversación del menor interrumpiendo solo cuando lo creía conveniente.

— Dime que por fin son pareja.— Suplicó feliz ante lo que sus ojos veían.

— Nosotros...— Adrien tomó el valor necesario para proseguir.— Sí somos pareja mamá, pero...

— ¿Pero qué?— Frunció el ceño.

— Yo bueno...

— ¿Tú qué?— Inquirió su padre, siendo la primera vez en la que encaraba a su hijo en lo que iba de la noche.

«Ay por Dios, ¿por qué tiene que ser tan difícil?»

— Bueno nosotros...— Suspiró y se armó de valor.— Tenemos algo que contar, pero no sé cómo se lo vayan a tomar.— Lo dijo más para su madre, que para su padre.

— Adrien dilo.— Habló Kagami.— Las cosas están hechas ya.

— Cariño no tengas miedo.— Alentó su madre.

— Mamá...— Suspiró.— Kagami está, bueno tú sabes...— Titubeó.— Eso...

— Adrien en serio ya está irritando un poco que no vayas al grano corazón.— Dijo dulcemente la ojiverde.

— ¡Carajo!— Gritó el ojiverde.

«Vamos Adrien, tú puedes»

— Kagami está...— Tomó aire.— Embarazada...— Musitó lo último lo más bajo que pudo.

Ambos mayores se quedaron estáticos en su lugar, sin siquiera parpadear.

— ¿Em-barazada?— Inquirió Emilie, viendo asentir a ambos.— ¡OH POR DIOS, SERÉ ABUELA!— Gritó con suma facilidad.

— ¿Qué está qué? — Inquirió Gabriel centrando ahora la mirada en su hijo, sintiendo como el cólera subía por su ser ante las palabras de Adrien. — ¡¿Acaso te das cuenta de la semejante estupidez que estás diciendo?!

— ¡¡Gabriel!! — Musitó su esposa, evidentemente molesta.

— Y tú...— Dijo el Agreste mayor mirando ahora a su esposa. — ¿En serio estás celebrando la estupidez de tú hijo? — Se paró bruscamente y apoyó sus manos contra la mesa. — ¡Tiene veintiún años, ni siquiera está estudiando en una maldita universidad y ahora será padre así como así! — Respiró profundo y le dio otro golpe a la mesa. — ¡¿Te alegra qué tú hijo sea un maldito fracasado qué traerá a éste mundo a otro niño igual que él?!

— Veintidós. — Corrigió Adrien, cabizbajo enfureciendo aún más a su padre.

— ¿Fracasado? — Habló seria Kagami poniéndose de pie al igual que él. — Disculpe señor pero Adrien es todo menos un fracasado; si usted no lo sabe es porque no se digna a ser parte de su vida. — Lo señaló. — Y yo estaría orgullosa que MI hijo sea como él, porque es una persona amable y respetable, y será mucho mejor padre que usted.

— ¡Ahora espera que la felicite por embarazarse de mi hijo! — Gritó Gabriel centrando ahora su mirada en Kagami. — ¡¿Qué se supone qué debo de hacer ante sus palabras?! ¿Aceptar que mi hijo fue tan imbécil como para no cuidarse y ahora solo serán padres así como así? ¡Por Dios! — Empujó con un poco de brusquedad la mesa. — ¿Cuántos años tiene señorita?

— Le pido por favor que se retire de mi casa. — Dijo firme la azabache.

— Gabriel te estás pasando de la raya. — Expresó su esposa, poniéndose en medio de la joven pareja.

— ¡Ese mocoso que tienes en el vientre podrá ser todo menos un Agreste! — Gritó Gabriel, sin siquiera mirar a su hijo, dándole un último golpe a la mesa, antes de marcharse y salir del departamento de la joven pareja.

— ¡Carajo!- Ahora el grito de Adrien se escuchó, siendo él quien se colocara de pie. — ¡Sabía que no debíamos de invitarlo, te lo dije Kagami! — Le gritó a la fémina. — ¡Pero no...!— Ahora el zagal le dio un golpe a la mesa. — ¡Tú tan terca como siempre!

— Él merecía saberlo. — Se cruzó de brazos.

— Hijo cálmate. — Musitó Emilie. — Sabes cómo es él y sí, Kag tiene razón y merece saberlo. — Habló tranquila, tomando las mejillas de su único hijo. — Lo que importa son ustedes y el bebé, ¿de acuerdo? Yo me encargaré de tu padre.

— ¡No lo entiendes! — Gritó Adrien bastante alterando apartando las manos de su madre de su rostro. — ¡Tú no sabes lo que es que tu padre te odie! — Contuvo su dolor y cerró los ojos para evitar así que las femeninas lo vieran llorar.— ¡No sabes lo que es que tu propio padre te llame fracasado! ¡Ninguna de los dos lo sabe!— Y antes de estallar en un llanto se abrió paso entre ambas y se adentró en la sala, terminando con un molesto grito de dolor.

— Tu sabes que si lo sé, Adrien.— Kagami lo siguió. — Mis padres me tienen como una desgracia para la familia por no seguir el camino que habían forjado para mí. — Se puso frente a él. — Viste como me puse en mi cumpleaños por el simple hecho de haberme mandado un maldito mensaje, pero nosotros podemos cambiar eso. — Tomó las manos de él y las colocó junto a las suyas en su vientre. — Podemos hacerlo por cosita...

— Por cosita...— Dijo Adrien entre una risa, abrazando a la fémina contra su cuerpo, estrechándola contra su cintura. — Kagami...— Murmuró sin mirarla a los ojos, apoyando su rostro contra el hueco de su cuello. — ¿Por qué papá no me quiere? — Y antes de que ella, pudiera responder Adrien sacó todo lo que tenía contenido, descargando toda la ira que tenía contra su padre por medio de sus sollozos.

Ella lo abrazó fuertemente, acariciando suavemente su espalda y conteniendo su propio llanto.

— Tranquilo amor. — Besó su mejilla. — Todo estará bien. — Lo tomó de las mejillas y limpió sus lágrimas. — Demuéstrale que se equivoca, porque mi Adrien no se deja vencer fácilmente y le gusta dejar callada a las personas.

Adrien asintió y se acurrucó un poco más contra la ojimarrón, emitiendo un pequeño grito de dolor y de frustración.

— ¿Crees qué seré un buen padre para nuestra cosita? — Le preguntó entre lágrimas.

— Claro que sí.— Sonrió peinando su cabello.— El mejor padre.— Acercó sus labios a su oído.— Y el más sexy de todos.

— Eres una tremenda pervertida Tsurugi.— Comentó ladeando un poco el rostro para besar a la femenina y deslizar sus manos por su espalda.— Y toda una puerquita.

— Y toda tuya.— Besó sus labios.

Pero unos sollozos a sus espaldas los hicieron separarse rápidamente y observar a Emilie llorando.

— ¿Y ahora tu por qué lloras?— Inquirió el rubio, mirando a su madre.

— E-es q-que...— Dijo la mayor entre llantos.— Mi niño es todo un hombre.— Sus sollozos se intensificaron, haciendo que tanto Adrien como Kagami rieran.

— ¿Es en serio Emilie?— Dijo Adrien este risas mientras se le acercaba—- ¿Llorar por qué descubriste que ya no soy virgen? ¿O por qué seré padre?— Preguntó limpiando sus pequeñas lágrimas.— Explíquese señora.

— Oye señora abuela para ti.— Rió y se acercó a abrazarlo.— Estoy orgullosa de ti hijo, de ambos.

— Al menos tú lo estás.— Dijo con un poco de sarcasmo.

— Siempre lo estuve.— Sonrió.— Además sabía que esto...— Señaló a ambos.— Iba a pasar.

— ¿En serio?— Indagó entre risas, sintiéndose un tanto curioso.— ¿Puedo saber por qué lo dice...— Hizo comillas con sus dedos.— "señora abuela"?

— Puede ser que sea media bruja.— Se encogió de hombros.— Oigan, yo vine aquí porque me prometieron una cena.— Cambió el tema.— Yo tengo hambre y mi nieta necesita crecer dentro de su bella madre, y ambas necesitan estar fuertes.

— Se llama Cosita.— Dijo él.— Y no es ella.— Musitó tocando el vientre de la fémina.— Es él.

— Apuesto a que es una niña.— Dijo su madre.

— O puede que sean dos...— Bromeó Kagami.

Adrien emitió un pequeño quejido, llevándose las manos a los oídos.

— ¡Se llama Cosita y será un niño!— Elevó un poco su voz y antes de adentrarse en la cocina y gritó.— ¡Y sólo será uno!

Las dos mujeres rieron ante la actitud infantil de él. Kagami hizo un ademán para seguirlo pero Emilie la detuvo.

— ¿Puedo?— Pidió permiso para tocar su vientre.

— Es su abuela, no necesita permiso.— Le sonrió, sintiendo como ella posaba su mano es su abdomen.

— Vaya.— Musitó.— Tal vez Adrien tenga razón...

Le guiñó un ojo y fue donde su hijo, dejando sola a la azabache.

«¿Un... Niño?»

Ante aquel pensamiento soltó una pequeña risa, dirigirse junto a su pareja y madre de él.

— ¿Qué es lo que tanto le hacías a mi novia?— Le preguntó Adrien a su madre, disponiendo de los platos para servir la cena.

— Si eres así con Kag, ojalá sea niño mi nieto.— Exclamó.— Porque si es una niña, serás un padre muy celoso.

La azabache asintió dándole la razón, acompañada de una pequeña risa.

— Ya les dije...— Musitó, empezando a servir la pasta y la salsa en los respectivos planos.— Será un niño, igual de apuesto y ocurrente que su padre.

— Esperemos no sea igual de inquieto que tú de pequeño.— Recordó su madre.— Aún recuerdo los gritos de Nathalie cuando le escondías sus lentes.

Adrien suspiró ante los recuerdos de él y de su padre, todos como una familia tratando grueso e intentarlo disimularlo lo mejor que pudo.

— ¿Les parece si cenamos? ¿Cosita tiene hambre?

— Sigue sin gustarme que le digas cosita.— La ojimarrón enarcó una ceja.

— ¿Por qué no?— Preguntó Emilie.— Si es muy tierno.

— Por primera vez, ma...— Dijo él zagal tomando asiento con las femeninas.— Te doy la razón, Cosita es un nombre precioso.— Le guiñó un ojo a Kagami.— Cosita Agre...— No pudo terminar la frase ante los recuerdos de su padre.

— Que le digas cosita no significa que ese será su nombre.— Señaló Kagami.

— Se llamará como tú quieras preciosa.— Musitó el zagal bastante decaído, sonriendo para así concentrarse en su cena.— Sólo sé que será el niño más hermoso de todos.

— Si es un niño.— Comió un poco de su cena.— Será Ethan.— Habló.— Ethan Agreste Tsurugi.

— ¿Y sí es una niña?— Indagó curioso Adrien.

— Jessamyn Agreste Tsurugi.— Respondió segura.

— ¿Alguna sugerencia señora abuela Agreste?

— Ustedes deben elegir el nombre.— Dijo serena.— Es algo que solo ustedes pueden darle, es su decisión.

Adrien asintió, comenzando a comer mirando cada que podía a su novia.

— ¿Estás bien?— Preguntó un tanto preocupado.

— Estoy esperando el veredicto de "cosita" sobre la cena.— Bebió un poco de agua.

— Es tu platillo favorito Kag.— Dijo posando su mano en su abdomen.— Intenta comer algo.

— Pero ayer Alya cocinó un poco y no lo quiso.— Esbozó un puchero con sus labios.— ¿Y si tampoco quiere?

— Hay una diferencia ahora.— Dijo el zagal, probando parte de la pasta.— Ésta cena se la hizo su padre.— Le guiñó un ojo.— Y cosita ama a su padre.

Kagami rodó los ojos y se dispuso a comer lentamente.

— Me siento ofendida por no ser la primera en saber sobre mi nieto.— Fingió molestia.

— Eso es la culpa de su hijo.— Habló la azabache.

— Eh... ¿Lo siento?— Se disculpó Adrien, encogiéndose de hombros.— Estaba aterrado.

— ¿Aterrado?— Inquirió Emilie.— Por favor dime que no huiste y dejaste a Kagami sola.

— Pfff...— Adrien escupió lo poco de jugo que tenía, intentando no atragantarse.— ¿No?— Intentó entrelazar sus dedos con los de Kagami.— ¿Verdad amor?

— Le estás enseñando al bebé a mentir, Adrien.— Corrió su mano.— Dile la verdad a tu madre...

— Sólo tenía miedo de no ser un buen padre.— Musitó, mirando a su madre.— Temía ser como Gabriel y odiar a mi cosita.

— ¿Y ahora?— Preguntó su madre.

— Aún tengo dudas de si seré un buen padre.

— ¿Y sobre odiarlo?- Insistió la mujer.

— Mamá...— Sentenció el zagal, centrando la mirada en la ojiverde que se mantenía expectante en la charla.— Se llama cosita, así nadie podría odiarlo.— Suspiró.— No nace y ya lo amo.

— Lo ama más que a la madre.— Agregó Kagami.

Adrien sonrió y soltó una pequeña risa.

— Los amo a los por igual gatita.— Le guiñó un ojo.— Y si Emilie no estuviera aquí, te lo demostraría sobre esta misma mesa.

— Adrien no seas pervertido, puedo escucharte.— Regañó su madre.

— ¿Lo siento?— Se excusó centrando ahora la mirada en la sonrojada fémina.— ¿Estás bien? ¿Tienes náuseas?.— Le mandó un beso a la distancia.— ¿Cocino tan bien como cojo?

— Bueeeno.— Habló una sonrojada Kagami.— No sé ustedes, pero cosita y yo queremos helado.— Expresó.— Más yo que cosita, obviamente.

— ¿Es en serio?— Inquirió Adrien dándole un toque en la nariz.— No tienes ni un mes de embarazo princesa y ya tienes antojos.— Sonrió.— No metas a cosita en tus mentiras, puerquita.

— En realidad si quiero helado pero hace tiempo ya.— Se encogió de hombros.

— ¿Ya tienen fecha con el ginecólogo?— Preguntó Emilie

Adrien le dio un pequeño beso en la frente y se concentró en su madre.

— Supongo que aún no.— Soltó un suspiro.— No llevó ni una semana sabiendo que seré padre.

— Es lo primero que deben hacer.— Entrelazó sus manos.— Para chequear que el bebé esté bien.

— Lo haremos.— Dijeron ambos al unísono.

— Un día de estos...— Añadió el zagal.

— Que sea pronto Adrien.— Insistió su madre.

El zagal asintió y sin más se dispusieron a cenar en familia, intentando olvidar lo sucedido con Gabriel.

La cena había salido y aunque ambos habían sufrido un rechazo por parte del diseñador, para Adrien lo más importante era tener la aprobación de su madre y la satisfacción de haberse quitado un peso de encima, el de contarle a sus progenitores la noticia del embarazo de su novia, aunque ésta no haya sido bien recibida por su progenitor.

Los minutos transcurrían y tras muchos berrinches y quejas por parte de Kagami, Adrien se había dispuesto a ir por el helado de la femenina, con la excusa de que esto se trataba de uno de los tantos antojos de su hijo.

Tomándose no más de 15 minutos y encontrándose con una escena que lo conmovió, tanto su madre como su novia estaban recargadas contra el sofá, esperándolo para ver una película. Sin pensarlo sin más, él no se resistió y las acompañó, todo hasta que la azabache se quedó dormida y él se permaneció en un ambiente tenso e incómodo con su madre. Y por las miradas que se dedicaban él sabía que ella tenía una conversación pendiente.

— No sé por qué dices que no es un ángel.— Le dijo.

Adrien emitió un carraspeo y habló lo más bajo que pudo, con tal de no despertarla.

— Sólo es un ángel cuando duerme.— Musitó entre risas.

— Igual que tú de niño.

— Supongo que son cosas que se heredan.— Comentó con la vista en la película.

— Dicen que lo que se hereda no se roba.— Suspiró.— ¿Ya han hablado de lo qué harán desde ahora?

— ¿Quieres la verdad?

— Es lo mejor.

— Estoy cagado de miedo, ma.-—Soltó un pesado suspiró, esperando que la femenina no lo escuche, quien al parecer dormía como un tronco.— Hace unos días me enteré de esto y yo...— Se mordió la cara interna de su mejilla.— Tengo muchas dudas, no pedí esto.

— Yo tampoco te buscaba, pero aquí estamos hablando de tu hijo.— Le sonrió.

— Supongo que gracias...— Dijo encogiéndose de hombros.— Ma...— Musitó y espero el consentimiento de la rubia para hablar.— ¿Y si cosita no me quiere como padre?

— ¿Por qué no lo haría?

— Porque ya escuchaste a mi pa...— Suspiró.— A Gabriel, y sí... ¿Ethan piensa lo mismo de mí?— Preguntó temeroso.— ¿Qué su padre es un completo bueno para nada, qué sólo sirve para embarazar a su novia?

— Hijo, ¿tú eres feliz? ¿Eres feliz con la familia qué comienzas a construir?

— Sí... Pero tengo muchas dudas.— Soltó un pesado suspiro mirándola.— ¿Y sí no soy el hombre indicado para estar en sus vidas?

— ¿Recuerdas cómo eras antes de conocer a Kagami?— Inquirió su madre.— ¿Recuerdas al niño tímido, callado y qué no confiaba en nadie más que en mí y en Chloe?

Adrien se limitó a asentir.

— Cambiaste mucho desde tus clases obligatorias de esgrima.— Sonrió al recordar.— Incluso yo le dije a tu padre que no te haga ir pero luego comenzaste a venir feliz, animado y deseabas ir todas las veces.— Suspiró.— Luego me contaste de ella y dije que la llevaras a para conocerla y pude ver que ambos tenían mucho en común y supe que serían grandes amigos. ¿Por qué lo sabía? Fácil, son la pieza de le falta al otro y ahora, al combinar esas piezas crearon a una pequeña personita.

Adrien tragó grueso y contuvo sus ganas de llorar.

— ¿Crees qué papá esté feliz por cosita?

— Lo hará.- Afirmó la rubia.— Cuesta a la primera. Tú huiste, ¿o no?

— ¿Si te digo que si no pegas?— Suspiró.— ¡Joder ma!— Emitió un gruñido.— Tenía tanto miedo que incluso pensé en el aborto.

— Eso nunca Adrien.— Regaño.—Aunque conociendo a Kag, creo que se hubiera opuesto a eso.

— Es solo que... Ella tiene 20 años, yo...— Se pasó una mano por el cabello.— Le quité su libertad y quien sabe que otros sacrificios tendrá que hacer por cosita.

— Ella no será la única que deba sacrificarse.— Inclinó su cabeza un poco.— Ambos deben hacerlo; porque eso hacen los padres, poner a sus hijos antes que a cualquier cosa.

— Sabes...— Dijo Adrien asintiendo entre risas, posando una mano en la espalda de Kagami.— Pensé que me ibas a regañar por embarazar a mi novia.

— ¿Por qué lo hubiese hecho?— Rió junto a él.

— ¿Por qué eso es lo que hacen las madres, al enterarse de esa noticia?— Le preguntó haciendo un ademán con las manos.

— Yo no soy como todas las madres.— Señaló.— Con ver que son felices juntos, más de eso no importa.— Jugó con sus anillos de compromiso.

Adrien asintió sintiéndose un tanto temeroso aún, haciéndole una última pregunta a su madre.

— ¿Crees que lo haga bien?

-—Confío en ti.— Observó sus manos, animándose a lo que su mente pensaba, quitándose su argolla de matrimonio y luego el anillo de compromiso, extendiéndole el último.— Ten, así te demuestro que sé que lo harás bien.

— P-pero...— Dijo Adrien recibiendo el objeto entre sus manos.— Ma...— Balbuceó.— Yo no quiero casarme, t-tengo miedo...

— No es para ahora Adrien.— Le guiñó un ojo.— En unos cinco a siete años tal vez, junto a tu hijo y tú mujer...

— Tú sí que lo tienes todo planeado, ¿no?

— Ahora más que nunca.— Soltó una risita.-—Debería irme, es tarde y deben descansar los tres.

Adrien quiso detener a su madre más se limitó a sentir y acompañarla a la puerta. Tras marcharse Emilie, el zagal aprovechó los minutos de silencio antes de acercarse a la azabache y ver como estaba.

— Kagami...— Dijo arrodillándose frente al sofá en el que ella estaba recargada, centrando su mirada al vientre de la fémina.— Hey cosita...— Susurró dándole pequeños toques con el dedo pulgar, aprovechando que ella seguía durmiendo.— No sé si escuchaste lo que dijo Gabriel o si me escuchas...— Susurró, tocándolo con mucha calma.— Pero si es así, quiero que sepas que tú sí eres digno de llevar el apellido Agreste.— Se acercó un poco y le dio un pequeño beso que le sacó una sonrisa a Kagami.— ¿Qué cómo lo sé?— Le dio otro beso.— Soy tu padre y yo jamás te mentiría, Ethan.

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Aww :') lloranding ahre.
Bueno, al parecer la cena no salió del todo bien pero mami Agreste quiere casorio, se le cumplirá?
De eso depende de Adrien, y solo _Ocean_16

Una escena más emotiva que las otras(?
Al parecer las cosas se están solucionado (? Y bueno sin más que decir esperemos que este cap sea de su agrado y gracias por los votos ❤

Actualización 15/07/21:
Holi! Cómo están? Espero que perfectos :3
Queríamos dedicarle este capítulo a @Caramel_Popcron123
Happy birthday, we hope you enjoy it very much 💕

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