•Make Love•
Kagami lo miraba perpleja, asustada y ansiosa. Su respiración estaba acelerada y su corazón deseaba salir de su pecho; sus pupilas estaban levemente dilatadas al igual que las de él.
— ¿Q-qué cosa?— Preguntó.
Adrien sonrió, descendiendo las manos por la silueta de la femenina hasta posarlas en sus caderas.
— ¿De quién estás enamorada?
— ¿P-por qué lo preguntas?— Sus mejillas se sonrojaron.
El zagal entrecerró los ojos y se apegó a un poco más a ella, acariciando sus narices.
— Tonta...— Dijo y la meció contra sí.— Sólo quería escuchar mi nombre.— Fingió un pequeño puchero.— Estaba tratando de ser romántico.— Susurró lo último más para sí mismo que para ella.
— ¿Y por qué el romanticismo ahora?— Habló sonriente.
— Por esto...— Musitó el zagal apegando sorpresivamente sus labios con los de la femenina manteniendo un contacto suave y ligero, esperando porque ella le correspondiera.
Aquel gesto la tomó desprevenida, más no dudó en corresponder. Lo besó lentamente, sintiendo como su corazón parecía correr una maratón, sonriendo en medio del beso.
— Te tendré paciencia.— Dijo en medio de los besos.— Pero también necesito que me tengas paciencia.
— Todo lo que mi princesa pida.— Dijo él mientras retomaba el contacto, palpando el cuerpo de la fémina con sus dedos, hasta llegar a sus glúteos y en un rápido movimiento hacer uso de su fuerza para elevarla y hacer que ella enrroscara las piernas alrededor de su cintura.— ¿Prometes no comer mi cabeza?— Preguntó haciendo clara referencia a su documental en lo que avanzaba con ella hacia el baño del a habitación.
— Idiota.— Rió dándole un pequeño beso en su nariz y luego en sus labios.— ¿A dónde vamos?
— ¿Qué acaso no es obvio?— Dijo él zagal entre risas, besándola más.— Eres tan puerquita que necesitas un baño y yo...— Le guiñó un ojo.— Te lo daré.
— ¿Puerquita? ¿Acaso estoy gorda?— Bromeó.— Además tú eres un gatito travieso.— También le guiñó un ojo.
El zagal sonrió.
— ¿Kag, sabes por qué nos dirigimos a la ducha?— Inquirió al percatarse de como ella parecía no entenderlo.
— Nop.— Se sinceró.
Adrien suspiró, bajándola de su anatomía y dejándola en el suelo pero antes que ella pudiera hablar la tomó de las caderas y apegó sus labios a su oído.
— Te iba a hacer el amor tontita. — Le dio una larga lamida.— Pero si tú no quieres...
La expresión de ella en ese momento era como si hubiese visto un fantasma.
«Creo que te estás quedando sorda...»
— ¿Q-qué dijiste?— Habló nerviosa.
— ¿Eh?— Adrien sonrió al ver la expresión perpleja y asustada de la femenina.
«Quizás fui muy brusco y directo»
— ¿Qué si querías qué te prepare la cena?— Preguntó entre risas, sintiéndose extrañamente nervioso y cohibido.
— No cambies de tema.— Tomó sus mejillas.— ¿Qué dijiste, Adrien?— Habló firme.
— Si te digo me pegas...
— Y si no lo haces, seguro si lo haría.— Insistió.
— Te pareces a mi mamá...— Refutó él con una pequeña punzada en su pecho al recordar a su familia.— Sólo te propuse...— Se pasó una mano por el cabello, dejándola a la altura de su mentón.— ¿Jugar al mete y saca...— Sonrió.— ...pero con amor?
— Dijiste, y cito, hacer el amor.— Elevó una ceja.— ¿Sabes lo qué eso significa Adrien?
Él solo se limitó a asentir cabizbajo, sintiéndose como un niño pequeño que era regañado.
— ¿Depende del sentido de la pregunta?— Esa fue su respuesta y se encogió de hombros.
— Hacer el amor es más que un simple "mete-saca" como dijiste.— Acarició una de sus mejillas, sintiéndose aún nerviosa.— ¿Lo sabes?
El zagal asintió, sintiendo el peso de sus palabras.
— Lo siento, Kag.— Se refregó con su mano.— Nosotros acabamos de reconciliarnos y yo... ¿Creo qué fui muy rápido?
Ella sonrió y se puso de puntillas y le dejó un tierno beso en sus labios.
— Un poco.— Musitó manteniendo su postura.— Aunque no niego que eso suena lindo.
El zagal sonrió, apegándola nuevamente a su anatomía fundiendo sus labios con los suyos, intensificando el beso, dando rienda suelta a sus manos que surcaban todo el cuerpo de la fémina.
— Después soy yo la puerquita.— Rió brindándole el espacio necesario para que recorra su cuerpo.
Adrien se encogió de hombros, deslizando sus manos por toda la anatomía de la femenina, optando por cambiar sus planes y cargarla como si de una Princesa se tratase, dirigiéndose hacia su dormitorio.
— ¿Y si hacemos una pijamada?
— Siempre me terminas pateando.— Lamentó con falso pesar, esbozando un puchero con sus labios.
— ¿Entonces qué se te antoja hacer?— Inquirió Adrien, dejándola sobre la cama recostándose a su lado.— ¿Dormir?
«Ya que al parecer el sexo queda descartado, ah no ser de que...»
— No lo sé.— Se acomodó mejor.— ¿Tú qué quieres?
— Lo que tu quieras para mí está bien.— Dijo él, sintiendo parte de la tensión en el ambiente.— Aunque no te negaré que me gustaría que nuestra noche de películas tenga otro final.— Susurró.
— ¿Cómo cuál?— Se acercó a él.
El zagal se giró y la encaró, un tanto sonrojado.
— Tú sabes...— Dijo haciendo un pequeño puchero.
— Mmm no.— Intento contener una pequeña risa.
Adrien maldijo por lo bajo y se tapó el rostro con sus manos, musitando algo sumamente bajo.
— Eso, lo que dije.— Añadió.
Kagami se mordió el labio inferior intentando no reír ante su amigo.
— ¿Qué es eso?— Insistió a pesar de saber a lo que se refería.
Adrien se tapó la cara con la almohada y soltó un grito de frustración acompañado con algo de vergüenza.
— Eres perversa.— Dijo entre risas.— O quizá bastante inocente...— Añadió.
— Lo primero.— Se enorgulleció.— Lo aprendí de ti.— Habló quitándole la almohada.
— ¿Y lo segundo?— Adrien rodó los ojos y le sacó la lengua.
— También te lo debo a ti, ya que la perdí perdí por tu culpa.— Se encogió de hombros mientras se sentaba.
Adrien sonrió y se apoyó en la espalda de la azabache, rodeando su vientre con sus manos.
— ¿Y no quieres perderla de nuevo?
— ¿Cómo voy a perder algo que ya no tengo?— Ladeó el rostro para ver aquellas esmeraldas brillantes.
Adrien sonrió y estiró el rostro para darle un pequeño beso a la fémina.
— ¿Acaso estás insinuando lo qué yo creo qué es?
— Yo no se que es lo que crees.— Apoyó sus manos sobre las de él.
Adrien suspiró, correspondiendo al agarre de la femenina y haciendo algo de fuerza para recostarse con ella, quedando con la espalda recargada contra el colchón y Kagami sobre él de horcajadas.
— Esto...— Dijo Adrien sin darle la oportunidad a responder, pasándole una de sus manos por su torso.— Tienes las mismas ganas que yo...
— ¿Y qué harás entonces?— Posó sus palmas en el pecho del varón.
El zagal no respondió, sólo posó sus manos en la espalda de la femenina, descendiendo hasta sus glúteos para así masajearlos con descaro, escuchado como de los labios de ella salían gemidos.
— ¿Estás lista?
— Si es contigo, sí.— Susurró.— ¿Me darás sexo o me harás el amor?— Pregunto provocativa y nerviosa.
Adrien se estremeció al escuchar las palabras provenientes de los labios fémina, sintiéndose un tanto inseguro en su respuesta, mirándola fijamente a los ojos.
— Kagami....— Le apartó unos mechones cabello de la cara.— ¿Tú cuál quieres que haga?
— N-no lo sé.— Dijo en voz temblorosa.— ¿T-tú cuál quieres hacer?
Adrien sonrió, tomándola de los pómulos, apegando su frente a la suya y luego unir sus labios en un tierno beso.
— Esto.— Dijo y retomó el beso, tomándola con suma delicadeza y ternura.
Al sentir aquel contacto, de una manera distinta a las anteriores, su corazón dejó de latir por unos segundos pero se unió a su beso. Era dulce y cálido, queriendo que ese momento el tiempo no corriera. Lentamente bajó sus labios a su cuello dejando algunas mordidas sin ser brusca.
— Ahh... Kagami...— Jadeó Adrien, relajando todo su cuerpo, estremeciéndose ante el contacto con el cuerpo de la femenina, ya que si bien ya habían tenido sexo, éste de alguna manera era distinto, era especial.— Eres tan hermosa.— Comentó, llevando sus manos a la blusa de la femenina, dudoso en si debía o no quitársela.— ¿En serio quieres hacer el amor conmigo pequeña?— Preguntó, siendo consciente de que si iban hacerlo, debían de estar seguros.
— Yo lo quiero, ¿y tú?— Indagó temerosa por la respuesta, bajando levemente su mirada.
— Yo quiero hacerte el amor.— Dijo Adrien seguro de su respuesta, elevando la prenda de la ojimarrón hasta despojarla y dejarla únicamente en su short corto de mezclilla.— Desnuda...— Dijo posando la mano en su abdomen subiendo hasta la parte baja de sus pechos descubiertos.— Tu desnudez es preciosa.
— ¿Eso crees?— Se sintió un poco insegura de si, abrazándose de manera inconsciente.
— Gatita...— Habló Adrien, despejando las manos del cuerpo de la femenina, sonriendo al ver como ella desviaba la vista.— Kagami eres hermosa.— Se acercó a sus senos y repartió un beso en cada uno de ellos.— Eres preciosa, no te cubras delante mío.
— Lo siento, sabes que no soy de avergonzarme pero es distinto ahora.— Lo miró a los ojos tímidamente.
Adrien se sonrojó, incorporándose para abrazarla y restregar los pechos de la femenina contra su torso.
— ¿Por qué estás avergonzada Kag?— Repartió besos por todo su cuello.— ¿Te intimido princesa?
— No, claro que no.— Habló con voz agitada.— Pero me siento nerviosa y no se porqué.
El varón solo asintió, besando aún el cuello de la fémina, mordiéndolo y succionándolo dejando en este pequeñas marcas.
— Yo sé porqué estas nerviosa, Kag.
— ¿Por qué?— Acarició su cabello, de a ratos tirando de él.
El zagal suspiró, descendiendo ahora a los pechos de la femenina, besándolos con mucha delicadeza y cuidado.
— Porque estamos haciendo el amor Kag.
La fémina rió ante las palabras de él, cerrando los ojos mientras sentía las caricias del ojiverde.
— ¿Alguna vez creíste qué estaríamos así?— Mordió su labio.— ¿Haciendo el amor?
Adrien se tomó un par de minutos para responder más se limitó a asentir y prestarle atención a lo pechos de la femenina.
— Lo pensé desde el día en el que estuviste con ese cabrón.
— ¿Cómo?— Se quedó perpleja, tomó las mejillas de él para que la vea a sus ojos.
— Kag.— Dijo el zagal con la respiración frenética y la piel sudorosa por la excitación.— Desde el día en el que me contaste que ese imbécil tomó tu virginidad.— Le dio un casto beso en los labios.— Quería hacerte mía...— Suspiró.— Sólo era demasiado torpe como para notarlo.
— ¿P-por qué?— Sus mejillas comenzaron a arder y teñirse de un ligero color carmín.
— Lo que importa ahora...— Musitó el zagal, retomando el contacto.— Es que tú y yo nos queremos...
Una pequeña lágrima se escapó de sus ojos y sonriente lo tomó de su nuca y cuello y lo besó. Adrien se sorprendió ante el contacto más no lo rechazó, intensificando el beso y posando sus manos en los pechos de la femenina moviéndolos de arriba hacia abajo.
— Kagami...— Musitó Adrien.— No sé porqué te avergüenzas, si tus tetas son bastante grandes y firmes.
— Las tuyas también.— Bromeó mientras le quitaba su camisa.— Incluso tienes más que yo.
«¿Gracias?»
Adrien se sonrojó al escuchar las declaraciones de la femenina contestándole con sin simple "Ja Ja", pasando sus dedos por sus pezones estrujándolos, apretándolos.
— Chistosita, ¿no?— Lamió todo su cuello, acercando sus labios a sus pezones.— Veamos si dices lo mismo cuando mi verga esté...— Mordió las aureolas de la fémina.— Dentro tuyo, penetrándote...
— Mmph veremos.— Arqueó su espalda.— Auch.— Se quejó más no le molestó.
— ¿Qué pasó?— Ése quejido no pasó desapercibido por el zagal.— ¿Te lastimé? ¿Te mordí muy fuerte?
— Estoy bien.— Sonrió.— ¿No crees que hay mucha ropa aquí?
— Parece que sí...— Musitó el zagal.— ¿Me harías lo honores?
Le guiñó un ojo mientras desabrochaba sus pantalones.
— Hay algo importante primero.— Kagami se detuvo.
— ¿Qué puede ser más importante qué hacer el amor con mi mejor amiga?— Adrien se quedó confuso ante las palabras de ella.
— Eso sonó raro pero lindo.— Llevó su dedo índice a su barbilla en forma pensativa.
Adrien se encogió de hombros, esperando el porqué de la interrupción de la fémina.
— Kag acaso....— Centró la vista en su considerable erección.— ¿Me darás una mamada?
— No, eso fue vergonzoso.— Se cruzó de brazos y esbozó una mueca al recordar aquello.
—¿Entonces?— Soltó una carcajada.
— Condones.
— ¿En serio tenemos que usarlo?— Se pasó una mano por el cabello.— Sabes que odio el látex.— Adrien suspiró.
— ¿Debo tomar la pastilla otra vez?— Esbozó un puchero y ojos de cachorrito.
«¿Sería muy egoísta decir que sí, sólo para poder...?»
El varón negó, incorporándose rápidamente sacando sus prendas hasta quedar completamente desnudo, llevado sus manos hasta su mesita de noche para buscar dentro del cajón un preservativo y pasárselo, estirando su pelvis para la femenina.
— Adelante Kag...— Dijo centrando la vista en su miembro.— Ponlo.
— ¿En serio?— Rodó sus ojos y tomó el preservativo en sus manos y rasgo la envoltura.— ¿Te odio sabías?— Su rostro estaba sumamente sonrojado y sin querer perder más tiempo, se lo colocó y se alejó rápidamente.
— Yo sé que no.— Respondió él, tomando a la femenina por sus muslos, ejerciendo un poco de fuerza y obligarla a sentarse de horcajadas suyo.— Yo sé que me amas, Kag...
Y tras decir esto enmudeció al darse cuenta de que había dicho amar y no querer.
— Tal vez...— Se llevó un mechón de cabello detrás de su oreja.— Pero se que tú me quieres y con eso me basta...
«Por ahora...»
Adrien se sintió aliviado al escuchar las palabras de la femenina, incorporándose una vez más para quedar con la espalda contra el colchón de la cama y con su erecto miembro.
— Vamos nena.— Insistió.— Móntame...
— Sigo con ropa.— Señaló su short.— Así no puedo hacer mucho.
— Quítatelo hermosa.— Tras decir esto comenzó a masturbarse el miembro, centrando la mirada en la sonrojada fémina.
Ella rodó los ojos y se quitó su short junto a su ropa interior ante la atenta mirada de él.
— No me veas así.— Se tapó el rostro.— Me pones aún más nerviosa.
— Eres hermosa, Kag.— Dijo él guiñándole un ojo.— Si yo tuviera ese cuerpo, no me avergonzaría.— Le mandó un beso a la distancia.
— Esta situación me pone vergonzosa y eso molesta.— Dijo cabizbaja.— No se como comportarme, nunca hice... El amor y asusta.
El zagal sonrió con ternura, sentándose en la cama, cruzándose de piernas palmeando un costado de este.
— Yo tampoco lo hice Kag y...— Le guiñó un ojo.— Estoy igual de nervioso que tú...
«Esto es más difícil de lo que pensé»
— ¿En serio quieres hacer esto conmigo?— Se sentó a su lado.— Aún estamos a tiempo de dar marcha atrás si no quieres.
— Kagami...— Susurró Adrien, pasando una mano por las mejillas de la menor.— Lo quiero más que nunca gatita.— Se sonrojó un poco.— Sé que aún mis sentimientos no están claros pero...— Apegó sus labios a los suyos y le dio un pequeño beso.— Son sinceros...
— ¿Qué sientes?— Posó sus manos junto a las de él.— Yo lo dije, pero quiero saber tus confundidos sentimientos
— Yo...— Dijo el zagal, dudoso en si debía o no de actuar.— Te quiero Kag y mucho...— Suspiró.— Y quiero hacer el amor contigo.— Le pasó una mano por las mejillas.— Y creo que ya alargamos mucho esto.
La fémina rió ante el comportamiento de él y se levantó de su lugar para sentarse a horcajadas de él.
— Vamos Adrien.— Rodeó con sus brazos el cuello de él.— Hazme el amor gatito.
— ¿Ansiosa, princesa?— Inquirió el zagal meciéndola contra su intimidad, tomándola de las caderas para que no pierda el equilibrio y se vaya para atrás.— Maldito condón...— Murmuró apegando sus labios a los hombros de la femenina, descendiendo con besos hasta la línea media que separaba los pechos de la femenina.— No puedo sentir tu humedad.— Añadió.
— Deja de quejarte y quítatelo.— Rodó los ojos.— Porque si sigues así, yo no te aguantaré.
El zagal sonrió y posó sus labios en los pechos de la fémina, metiendo uno de sus pezones dentro de sus labios, estirándolo y apretándolo.
— ¿Y si te embarazo?— Fingió un puchero y la tomó de los glúteos dándole sentones contra su erecto miembro, aún sin penetrarla.
— Tú te estás quejando del condón, Adrien.— Habló echando la cabeza hacia atrás.
— ¿Prometes tomar la pastilla luego?— Suspiró el ojiverde.
— Si es con tal de dejar de escucharte como un viejo quejumbroso...— Suspiró resignada.— Lo haré...
Adrien sonrió y tras quitarse el preservativo y arrojarlo a uno de los costados de la cama, se apresuró en tomar a la fémina por los glúteos y elevarla un poco para que así ella pudiera sentir su dureza.
— Ahh... Tan húmeda.— Musitó, besando su torso, mordiendo levemente.— Clavátelo hermosa...
— Le quitas lo supuestamente dulce de la situación.— Rió mientras bajaba lentamente su pelvis, sintiendo como él se adentraba en ella.
— Perdóname, gatita.— Murmuró llevando un ritmo lento y pausado, meciéndose en ella con lentitud disfrutando del momento, después de todo si bien él no había hecho eso antes y no tenía una idea concreta de como era hacer el amor y esperaba que la femenina aprecie sus esfuerzos.— Ser romántico no es lo mío.— Elevó la pelvis y le dio una dura y firme estocada manteniendo su miembro en lo más profundo de su cavidad.— Pero por ti puedo aprender a... Ahh... Hacerlo...
— ¿Harías e-eso por mí...?— Llevó sus manos a los hombros de él, clavando levemente sus uñas.
El varón jadeo ante el dolor, más lo sintió placentero.
— Por ti haría lo que sea, Kag.— Y tras dicho esto retomó las embestidas, entrando en lo profundo del cuerpo de la azabache.— Tan estrecha...— Jadeó.— Tan mía...
— La posesión es tóxica...— Movió sus caderas al mismo tiempo que él, sintiendo un ritmo tortuoso pero al mismo tiempo excitante.
— ¿Te molesta que te diga que eres mía, pequeña moralista?— Inquirió, tomando el control de las estocadas, haciendo un rápido movimiento para caer recostado contra la cama, posando las manos en los pechos de la femenina.
— Depende...— Apoyó las palmas de su mano en cada lado de la cabeza del rubio sin dejar de mover su cadera y a escasos centímetros de sus labios.
— Tomaré eso con un no...— Musitó tomándola de los glúteos intensificado las estocadas, sintiendo como su miembro palpitaba en el interior de la femenina ante cada movimiento que ejercía.— Ahh...joder, esto me encanta demasiado...
— Mmph A-adrien...— Jadeó.— Dios sigue ahh...
— ¿Te gusta?— Inquirió penetrándola con más ímpetu desde abajo, tomando los pechos de la femenina entre sus manos los cuales de movían al ritmo de los sonidos de la cama.— ¡Por dios Kagami!— Gimió.— Esto es bastante delicioso.
— Ahh me encanta.— Adhirió sus ojos a los de él.— A-adrien ahh bésame, por favor ahh...
El zagal asintió apegando sus labios a los de la chica, fundiéndolos en un cálido y delicioso beso orquestado junto a las penetraciones, sintiendo como su miembro palpitaba y el húmedo interior de la femenina se contraria. Sin interrumpir el contacto, Kagami lo abrazó por el cuello y giró junto a él haciendo que se posicionara encima suyo.
— Mmmph A-adrien...— Jadeó y unió su frente con la del rubio sintiendo como su cuerpo estaba cerca del clímax.
— Gatita traviesa.— Murmuró el zagal, tomando la cabecera de la cama, intensificando las estocadas y sintiendo como él estaba a nada de llegar al orgasmo y la femenina no paraba de arañarle la espalda.— ¡Joder Kagami, ya casi!
Su cuerpo reaccionaba ante cada envite de él, la sensación era perfecta a su parecer. Llevó sus labios al cuello de Adrien, repartiendo besos y dejando marcas hasta que su orgasmo se apoderó de ella y lo mordió fuertemente.
— Ahh... Kagami.— Jadeó Adrien al sentir ese dolor en tan característico en su cuello.— Chica mala.— La tomó de las caderas y sin alargar más el momento la embistió con fuerza, hasta sentir como su miembro palpitaba dentro del interior de la femenina y se vaciaba en ella.— Ahh... Kagami...— Gimió por última vez y le dio una firme nalgada.
— El malo eres tú.— Rió la ojimarrón.
Aún con la respiración agitada, Adrien decidió retomar la conversación.
— ¿Malo?— Inquirió.— ¿Por qué?
— No lo sé, tú dime.— Se encogió de hombros.— Además, los chicos malos son excitantes.— Le guiñó un ojo.
Adrien soltó una risa que hizo avergonzar a la fémina, saliendo de su interior y colocándose a su lado.
— Eres toda una pervertida, Tsurugi.— Se acomodó entre las mantas para recostarse y arroparse con ella.— Quien diría que tienes un fetiche por los chicos malos.— Le guiñó un ojo y le dio un beso en la frente.— Mi pequeña puerquita.
— Me haces sentir gorda.— Se acercó a él, apoyó su cabeza en su pecho y lo abrazó por la cintura.— Gato tonto.
— Princesa hermosa.— Musitó, estrechándola contra su cuerpo.— No estás gorda Kag.— Posó sus manos en su estómago, descendiendo hacia su vientre, palpándolo con mucha suavidad.— Para mí eres perfecta.
— ¿Lo soy?— Elevó su cabeza para verlo a los ojos.— ¿Lo soy a pesar de mis gritos, de mis cambios de humor, mi poca paciencia, mis chistes malos, mi capacidad de malinterpretar las cosas?
— Eres eso y más, gatita.— Afirmó él, peinando algunos de sus mechones azabaches con sus dedos.— Eres tan perfecta y tan...— Fijó la vista en sus senos.— Deliciosa...
— Pervertido.— Rió, acariciando el pecho de él.— Es lindo dormir contigo.
Adrien sonrió, besando su frente.
— Lo mismo digo, Kag.— Y tras darle el último beso, ambos se arroparon y se entregaron a los brazos de Morfeo, entregándose el uno al otro mismamente.
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Vaya vaya vaya...
Si que fue algo un tanto interesante todo(?
Jajajja momento romántico, veremos cómo sigue esto. Por ahora le doy el mando a la mija e_16_lujoss
Un cap lleno de bastante romance y por qué no (? Algo de lemmon (?
En fin como siempre esperar que esta historia sea de su agrado y nos vemos en una próxima actualización 7u7
Besitos 💋
A
ctualización 14 de febrero de 2021:
Aquí está el segundo 7w7
6/7 nos acercamos a lo importante eh
Bueno, espero lo estén pasando bien uwu
Nos vemos en unas horas
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