•Cravings•
No le había dicho nada porque no quería molestarla, pero ya llevaba un buen tiempo mirándola. Sus ojos se movían desde la pantalla de celular hasta lo que ella estaba haciendo y por alguna razón, Adrien no podía concentrarse en lo que estaba haciendo, porque había algo raro en Kagami, algo que no pasaba desapercibido.
La conocía tan bien como para saber que algo le estaba pasando, así que dejando de lado su celular, la miró y decidió preguntar.
— ¿Estás bien, Kag?— Al notar su cara de confusión se explicó.— Es que estas, quiero decir tus ojos... ¿Quieres llorar?
— ¿Q-qué?— Ella carraspeó un poco y negó con su cabeza.— No, ¿por?
— No lo sé, tus ojos.— Dijo él y volvió a la pantalla de su celular.— Me equivoque, supongo. Sigue en lo tuyo.
Kagami bajó nuevamente su mirada al libro que tenía; era un día de descanso en su trabajo así que quería descansar, más aún porque hacía días que se sentía cansada y no sabía bien el porque.
Así que mientras ella leía recostada en el sofá, Adrien estaba haciendo vaya a saber que con su teléfono pero sentado en el suelo.
Sus ojos recorrían cada palabra, y llevando su dedo índice para rascar sus ojos disimuladamente. No era de leer mucho, pero ese día se había levantado con ganas de un libro, pero sobre todo uno romántico, tal vez no era la mejor opción pero su interior lo pedía.
— Oh no...— Susurró lo más bajito que pudo, intentando no llorar.
— ¿Segura que todo bien?— Insistió Adrien quién aunque parecía que estaba absorto en su celular, miraba cada tanto a Kagami, por alguna razón aun no se sentía del todo convencido con su respuesta.— ¿Tan bueno esta el libro que estás por llorar?
— S-solo se me m-metió algo...— Mintió mientras se refregaba sus ojos.
— ¿Por qué me mientes?— Preguntó Adrien aún viéndola y luego suspiró.— ¿Qué sucede? ¿Por qué quieres llorar? ¿Pasó algo entre nosotros?
— No, claro que no.— Kagami cerró el libro y lo dejó de lado.— Solo... No sé, estoy sensible creo.
— ¿Necesitas algo?
— ¿Y si subes aquí y me apapachas?— Le preguntó fingiendo voz infantil junto a un pucherito.
— Bien, voy.— Adrien sonrió mientras guardaba su celular dentro su bolsillo y se encaminó al sofá, se recostó y no dudó en abrazar a la pelinegra, dándole un beso en la cabeza.— ¿Así está bien?
— Si...— Murmuró acurrucándose en sus brazos, cerrando sus ojos.— Estás calentito, me gusta.
— Gracias, creo.— Río un poco con ternura.— ¿Ya te sientes mejor, Kag?
— Más o menos.— Kagami se abrazó aún más a él, bostezando.— No sé que me pasa... Creo que me bajará.
— Seguramente...— Murmuró Adrien mientras se mantenía aferrado a ella, una duda había surgido en su cabeza, así que preguntó.— ¿Y eso que significa para nosotros?
— ¿A qué te refieres?— Kagami levantó su cabeza para ver a sus ojos, enredando su pierna con la de él.
— No lo sé...— Mintió Adrien, sonrió un poco al verla en esa posición, y se acercó a sus labios para darle un corto pero tierno beso.— Quizás a eso.
— No sé que sea eso, pero...— Ahora fue ella quien le dio un besito.— Me gusta, aunque Nino insiste en que quiere que seamos pareja...
— Lo sé...— Colocó una mano sobre su mejilla, acariciándola con cuidado.— Es una locura, ¿verdad?
— Si.— La azabache le regaló una sonrisa cerrando sus ojos un tanto cansada.— Pero es una linda locura...— Volvió a bostezar.
— Y que lo digas...— Murmuró Adrien y no pudo evitar bostezar también.— Si lo pones así sí, sería una linda y maravillosa locura.
— Y divertida.— Añadió riendo pero luego enmudeció nuevamente.
— ¿Qué sucede?— Inquirio Adrien al notar ese pequeño silencio, suspiró y esperó por su respuesta antes de seguir.
— Es que, ¿qué pasará cuando te aburras de mí? ¿O cuando encuentres a otra chica?— Preguntó bajando su mirada.— ¿Seguirás siendo mi amigo?
— Eh... Sí— Respondió él y la miró de reojo, no sabía a qué venían todas esas preguntas, sin embargo se oyó decir.— Pero no creo que eso pase Kag, esto me gusta mucho.
— Pero la posibilidad de que suceda está.— Volvió a susurrar decaída.
«¿Por qué me siento tan triste? ¿Qué carajo me pasa?»
—Sí, pero no es algo que dependa de mí.— Dijo él con algo de seguridad.— Quiero decir que puede que tú un día te canses de todo esto o te aburras de mí, es algo incierto.
— No pasará.— Kagami se aferró más a él, escondiendo su rostro en su pecho al sentir sus ojos humedecer.
— Uno nunca sabe...— Murmuró Adrien y suspiró un poco al notar la así, no sabía que era lo que estaba pasando, aun así, iba a intentar descubrirlo.— ¿Segura que estás bien?
— Sí... No... No lo sé.— Susurró sinceramente refregando uno de sus ojos.— Ya dije que estoy sensible.
— Verdad, se me olvidó por unos segundos.— Adrien río un poco al verla así, así que sin pensarlo le preguntó.— ¿Quieres que te prepare algo?
— ¿Brownies de chocolate?— Preguntó levantando su mirada y haciéndole ojitos.— ¿Con crema batida?
— ¿Brownies?— El rubio se sentía un poco desconcertado por su pedido así que prefirió cambiarle lo pedido.— Mejor un sándwich, más fácil y más rápido, ¿qué dices?
— Ño, brownies.— Ahora hizo una trompita.— Porfi, son deliciosos los que haces.
— Está bien...— Dijo Adrien con su mejor sonrisa y le guiñó un ojo.— Espérame aquí entonces Kag, ¿bien?
— Bueno.— Ella se separó un poco para dejarlo levantarse.— Estaré con mi libro.
— Bien, tardaré un poco.— Sin perder su sonrisa se levantó del sofá y finalmente se dirigió a la cocina.
Lo primero que hizo fue darle la espalda a Kagami y comenzar a preparar lo que le había pedido. Para ser sincero, él no esperaba que ella le pidiera algo así, quería pasar el resto de sus horas recostado con ella, así que rápidamente lo hizo.
Era una receta ya conocida para él, así que no tardó en hacerla. Cuando tenía todo listo, lo dejó en el horno y grande fue su sorpresa al girarse y ver a la pelinegra completamente dormida.
Soltó un profundo suspiró, más que nada de frustración, se encaminó hasta Kagami y con cuidado se agachó para quedar a su lado, le tocó la mejilla y susurró cerca de su boca.
— Kag, despierta, ya casi estarán los brownies.— Suspiró e insistió un poco más.— ¿Estás bien? Despierta...— Miró a sus alrededores, sabía que ella aún seguía dormida, así que dejó que la palabra se deslizara por su boca.
Ya tenía un tiempo que quería llamarla así, y lo hizo, después de todo ella no lo escucharía.
— Despierta, amor.
Kagami se comenzó a remover, hasta que de un susto se despertó pero golpeándose su frente con la de Adrien.
— Auch...— Ella se llevó la mano a la cabeza.— ¿Qué pasó? ¿Qué hora es?
— Auch...— Repitió el rubio entre risas, mientras se pasaba una mano por su frente un poco adolorida.— Te estaba despertando, ya casi estarán los brownies.
— ¿En verdad me dormí?— Preguntó a pesar de lo absurda de su pregunta.— Creo que necesito vacaciones, ando muy cansada estos días.
— Así es, profundamente dormida.— Le aseguró él con un suspiro, pasando su mano por su cabeza y acariciando sus cabello.— ¿Cómo te sientes?
— Rara, con sueño pero creo que ya pasó la sensibilidad.— Bostezó refregando sus ojos.— Y con hambre.
— A comer entonces.— Le tendió la mano, esperando a que ella la tome.— Ya casi van a estar, ¿algo en especial que quieras hacer hoy luego de comer?
— No, no se me ocurre nada.— Negó la ojimarrón tomando su mano para levantarse.— ¿Y a ti?
— No, supongo que nos quedaremos en casa todo el día.— Ambos caminaron juntos hacia la cocina.— Para mí, suena como un buen plan.
— Lo es.— Ella se abrazó a su cintura.— También podríamos sacar fotos... Hace mucho no lo hacemos.
— Pues ya lo tenemos entonces.— Le dijo Adrien y sonrió.— Y también están los brownies, así que comamos primero, voy a sacarlos.
— Buscaré la crema y fresas.— Kagami sonrió emocionada buscando rápidamente lo que dijo y después dos platos y tenedores.— Dios, que delicia...— Susurró oliendo aquel postre, cerrando instintivamente sus ojos.
— Lo es.— Adrien sonrió al verla así, tomó un poco de aquel postre con un cubierto y lo acercó a la boca de la pelinegra, diciendo.— Abre.
Ella rió más abrió su boca esperando por él; luego atrapó el pedacito y mientras masticaba, tomó una fresa y la llenó de crema.
— Te toca.— Le dijo guiñándole un ojo.
— No hagas travesuras.— Advirtió él imitando lo que ella hizo, cerró sus ojos y abrió su boca, esperando.
— No lo iba a hacer.— Inquirió entre risas dándole aquella fruta.
Adrien abrió sus ojos, mientras comenzaba a comer, mirando de reojo a la pelinegra.
— Tienes un poco de crema.— Señaló pero no espero una respuesta, se acercó a ella y le dio un rápido beso en un costado de su boca.— Listo.
— Mentira, no tenía.— Ella sonrió acercándose para besarlo.— Si querías un beso, solo podías robarlo...
— ¿Cómo? ¿Así?— Preguntó y sin pensarlo se acercó de nuevo a sus labios, besándola con un poco más de calma.
— Sí...— Susurró tomando sus mejillas para profundizar el contacto por unos segundos hasta separarse.— Bueno, déjame comer un poco y después seguimos si quieres.
— ¿Algo en mente?— Inquirió Adrien sin perder la sonrisa que tenía en su rostro, aquello le gustaba y mucho.
— Lo decía por los besos.— Sin prestarle mucha atención, Kagami cogió otro trozo de brownie con mucha crema y lo degustó, haciendo muecas de placer con sus ojos cerrados.
Adrien sonrió al verla, e hizo lo mismo, no sabía lo rico que estos estaban hasta que los probó. Ella te ha razón, estaban muy deliciosos.
— ¿Sabes?— Preguntó para nadie en específico, mientras degustaba un poco más de crema.— Creo que debería dedicarme a esto.
— Eres el mejor chef que conozco.— Murmuró sin dejar de comer.— Tendrías éxito.
— Ya lo veremos.— Dijo Adrien pasando una de sus manos por la mejilla de la pelinegra.— ¿Te sientes mejor?
Una pregunta que ya la había hecho muchas veces, pero necesitaba asegurarse de que todo estaba realmente bien.
— Mucho mejor.— Kagami lo miró sin dejar de sonreír, refregándose contra la palma de su mano.— Gracias por todo.
— No hay nada que agradecer.— Se acercó para darle un rápido beso en la frente.— Lo haría de nuevo, una y otra vez, con tal de verte bien y feliz.
— Siempre tan lindo.— Musitó divertida tocando la punta de su nariz con crema.— Y podría vivir a base de tus recetas, después de todo yo puedo limpiar y tú cocinar.
— Eso suena como un buen plan.— El ojiverde se inclinó para darle un rápido y corto beso en los labios.— ¿Ya terminaste?— Preguntó entre risas sin separarse de ella.— Creo que... Tengo ganas.
— ¿De qué?— Inquirió relamiéndose los labios quitando el resto de crema.
Adrien rió un poco y negó mientras acortaba de nuevo la distancia que los separaba y volvía a besarla, esta vez con un poco más de intensidad, demorándose en sus labios, esperando que ahora sí entendiera a lo que él se refería.
Kagami sonrió ante el contacto y rápidamente se bajó de su asiento para ir hacia él, se acomodó en medio de sus piernas, rodeando su cuello con sus brazos.
— Ya saciamos mis antojos, ahora tocan los tuyos...— Murmuró mordiendo su labio inferior, tirando un poco de él.— ¿Verdad?
— Sí...— Movió sus manos hasta dejarlas sobre sus caderas, dándole un ligero apretón.— Pero sólo si tú quieres.
— Pues no sé qué esperas...— Le respondió con diversión.
— Qué tú tomes la iniciativa.
— Pero yo no te puedo cargar a la habitación.— Expresó la azabache entre risas.— Llévame y verás.
Adrien soltó una risa y asintió; se acomodó, la tomó entre sus brazos y sin más la cargó como si fuera una princesa. Se mantuvo en silencio, hasta que llegaron a la habitación, con cuidado la dejó sobre la cama, sintiendo como su respiración se agitaba.
— Ven, acuéstate tú.— Le dijo al verlo un poco cansado.— ¿Estás bien?
— Sí, claro que sí.— Afirmó y sin pensarlo hizo lo que ella le pidió, se aclaró y se colocó de lado.— Tus deseos son órdenes Kag.
— Mmm me haces sentir poderosa.— Con cuidado se sentó a horcajadas suyo.— Eres tan lindo en todas las posiciones y en todos los ángulos.
Adrien solo rió y asintió, la miró y pasó su mano por su mejilla, mientras se acercaba a ella y unía finalmente sus labios en su suave y dulce beso. Cerró sus ojos y poco a poco se fue relajando, ya sabía lo que se avecinaba, así que simplemente dejó que las cosas pasaran.
La calma que sentía cuando compartía esos momentos tan únicos con ella, era inigualable.
[...]
Tomó aire luego de varios minutos y sonrió, sus ojos aún se sentían pesados, pero su respiración estaba tranquila. Él estaba completamente aferrado al cuerpo de Kagami, sus ojos estaban cerrados contra su espalda, sus manos estaban sobre su cintura, manteniéndola aferrada a su cuerpo.
Su ropa aún estaba esparcida en el suelo, tenían mucho que hacer y al mismo tiempo Adrien no quería salir de la cama. No quería soltarse de Kagami. Le dio un beso en el inicio de su espalda y aun adormilado habló.
— Quedémonos así, no quiero salir de esta cama.
— Es día de descanso, no iba a salir.— Aseguró entrelazando sus dedos con los de él.— Me encanta estar así.
— A mí también me gusta Kag.— Adrien sonrió contra su espalda, aferrándose más a ella, como si eso fuera posible.— No se ha donde nos va a llevar esto, pero no quiero que termine.
— Ni yo.— Nuevamente comenzó a sentirse triste.— Si es una burbuja, espero nunca se rompa.
— No tiene porqué hacerlo.— Exclamó al notar su tono de voz tan decaído.— Si no queremos, no tiene por qué terminar.
— Pero siempre hay alguien que viene y la explota...— Murmuró casi inaudible.
— Por mi parte no.— Le aseguró tras suspirar contra su cuerpo.— ¿Y por la tuya?
— No.
— Nada de qué preocuparse entonces.
— ¿Seguro?— Preguntó girándose para quedar cara a cara
— Sí, claro que sí.— Dijo Adrien con seguridad y suspiró.— No veo porque no estarlo Kag, me gusta esto, es solo que...— Tomo un poco de aire.— Es complicado.
— Lo sé.— Por instinto ella bajó su cabeza
— ¿Qué?— Preguntó al notar aquello, suspiró y se incorporó un poco para verla.— ¿Qué sucede Kag?— Intentó sonreír un poco.— ¿Algo que decir?
— No, nada.— No quería verlo así que lo abrazó y escondió su rostro en su pecho.— Debes depilarte.— Bromeó.
— ¿Qué de todo?— Inquirió pasando sus manos por su espalda y dejando un corto beso sobre su cabeza.— Se más especifica.
— El pecho y la barba.— Respondió sonriendo sobre su piel.— En realidad no tienes en el pecho, era mentira, pero la barba sip.
— Si, lo he pensado un poco, quizá me la deje.— Dijo a modo de broma y río un poco.— Creo que me quedaría bien.
— No por favor.— Kagami se colocó de costado para mirarlo mejor.— Te la dejas y no te dejo estar ahí abajo entre mis piernas.
— ¿Y eso porque?— Preguntó Adrien y sonrió un poco de solo imaginarlo.— Creo que sería algo... Diferente.
— Que no, no me gusta porque pica.— Le hizo una trompita.
— ¿Acaso ya lo probaste?
— Si...— Ella suspiró.— Luka tuvo su momento de sentirse hombre con la barba y la primera vez que me hizo un oral con barba me agarró alergia.
— Auch...— Susurró Adrien intentando no pensar mucho en la incomodidad que le generaba el pensar en ese momento en específico.— Quizá no lo hizo bien.
— No lo sé pero no quisiera pasar otra vez por eso.— Recordó con una trompita.— Es horrible estar fingiendo que estaba con Nino y Alya mientras en realidad estaba en urgencias con una doctora que dejó pasar que era menor de edad solo para que se vaya tranquilamente
— Auch de nuevo, lo siento por eso...— Murmuró él y se incorporó un poco para mirarla a los ojos y darle un pequeño beso en los labios.— Está bien no barbas, aunque imagino que ese sÍ debió de ser una consulta sumamente incómoda.
— Dos adolescentes asustados y escondidos de sus padres.— Se perdió en sus pensamientos.— Horrible.
— Seguramente...— Murmuró Adrien mientras intentaba, pero no podía dejar de imaginar esa situación, sintiendo una pequeña incomodidad.— Imagino que fue difícil, pero ya no tienes por qué preocuparte por eso, porque no va a pasar, solo estaba bromeando.
— Lo siento.— Musitó acariciando su mejilla.— Pero tú preguntaste.— Acusó divertida.— Te quiero Adrien.
— Yo también te quiero.— Intentó sonreír.— Pero está bien, sé que ese es un pasado que aunque quiera no se puede borrar, es parte de quien eres, así como lo que sucedió con Lila.
— Si...— Kagami suspiró acercándose para besar su barbilla.— Eres mi mejor amigo, pase lo que pase, no sabemos qué es lo que tenemos pero disfrutemos cada día como si fuera el último y que sea solo nosotros dos porque el pasado, pasado está.
— No lo hubiera dicho mejor.— Dijo Adrien sonriendo.
Con cuidado, el rubio pasó su mano por la mejilla de ella, mientras se le acercaba y unía sus labios en un nuevo e intenso beso, lleno de todos los sentimientos que no podía expresar con sus palabras.
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Wow, después de dos meses volvimos con Strange jaja
Y no solo eso, con un cap nuevito nuevito, si son de los lectores viejitos saben que este capítulo no existía así que ojalá les guste!
Y si son nuevos, disfrútenlo uwu
Esperamos poder subir caps más seguidos con _Ocean_16, pero ya veremos.
Ah!
Antes de irnos les queríamos comentar por si no sabían... Adrien y Kag tienen Instagram!!
Ahí podrán ir interactuando con estos dos amigos cochinos jaja, aquí les dejamos los usuarios
@adrienagreste_strangelove
@kag_tsurugi
Vayan a seguirlos!
Y nosotros nos vemos la próxima, besitos 💋💋
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