•Chance•
Kagami lo observaba confundida y desconfiada.
— ¿Por qué no lo dices aquí y ahora?— Inquirió.
— Esta foto.— Respondió cabizbajo tomándola entre sus manos.— Representa muchas cosas para mí, ese fue el día en el que nos conocimos y es especial.— Dijo dedicándole una sonrisa.— ¿Qué es lo que representa para ti, Kag?
«El día en que comencé a ser feliz realmente»
— También es especial para mí.— Dijo cerrando sus ojos para recordarlo.— Desde allí supe no estaría sola, otra vez.— Musitó sin abrir sus ojos.
— Y así será gatita.— Dijo él tomándola del mentón, acercándose a ella para darle un pequeño beso en la mejilla, sorprendiéndola.— ¿Y acostarte conmigo qué significó?— La tomó de las manos asegurándose de que así ella no pudiera escapar.
La azabache abrió de golpe sus ojos, siendo interceptada por los de él.
— Adrien...— Dijo sintiéndose indefensa.
— Dímelo Kag.— Susurró.— Necesito saberlo.
— ¿Para qué?— Inquirió en un tono serio.
«Para tomar una maldita decisión»
— Porque somos mejores amigos Kag, y yo...— Tragó grueso.— Lo necesito, ¿qué significó para ti?
— ¿En serio quieres saber?— Se soltó de su agarre bruscamente.
«¿Cuál es la maldita diferencia entre querer y necesitar?»
— Sí.— Respondió, tomándola una vez más de las manos.
— Bien.— Dijo tomando aire antes de arrepentirse.— Significó mucho para mí, más de lo que imaginas.
Él asintió, centrando sus verdes en el frágil cuerpo de su compañera.
— Kagami yo...— Adrien suspiró, pensando en encontrar las palabras adecuadas.— Para mí, fue especial gatita.— Hizo una pausa.— Fue el mejor, hasta ahora.— Admitió.
Al escucharlo decir aquello, una pequeña risa sarcástica se escapó de los labios de la azabache.
— Ojalá tengas mejores.— Giró en su propio eje para alejarse caminando.
— ¡Espera!— Gritó él, deteniéndola al agarrarla del antebrazo, evitando así que se marchara.— Yo... Yo me expresé mal, Kagami.— Se pasó una mano por la nuca nervioso.— No quiero lastimarte, princesa.
«Sólo necesito tiempo para aclarar mis ideas»
— Déjame Adrien.— Dijo forcejeando su agarre.
— Kagami...— Suspiró y la soltó.— ¡No puedes evadir la puta realidad!— Gritó frustrado por la poca inexpresividad de la azabache.
— ¿¡Y cuál es!?— Le respondió elevando su voz.
— Yo...— Suspiró, sintiéndose nervioso al percatarse de las miradas de la gente curiosa que solamente pasaba por ahí.— ¡Sé que te gustó!
— ¿¡¿Y si lo sabes por qué mierda haces todo esto?!?— Sus ojos comenzaron aguarse, pero ella decidió aguantar el impulso a llorar.
— ¡No lo sé!— Gritó él.— ¡¿Quizás por la misma razón que tú?!— Elevó la voz frustrado por la confrontación entre sus sentimientos.
— ¿Qué yo?— Dijo confundida.— ¿¿Cuál es mi puta razón??
— ¡Que tú me amas!— Expresó, arrepintiéndose al instante por lo que había dicho.— Quiero decir que yo... Bueno... Olvídalo...
— ¡Dilo de nuevo si tienes agallas!— Retó la joven.— Hazlo.
— ¡¿Acaso eso cambiará, lo que siento?!— La confrontó.— ¡¿Eso aclarará mis putos pensamientos?!
— ¡Pero tampoco me cuentas nada!— Sus manos temblaban debido a la furia y el dolor que sentía.— Ni siquiera eres capaz de decir tus malditos sentimientos
— ¡Me gusta Marinette, pero me acosté contigo y me gustó!— Gritó sin importarle que la gente centrarán sus miradas en él.
— Bravo, te felicito.— Musitó sarcástica.— Ya tuviste sexo con la segunda opción, ya puedes dejar de insinuarte.
— ¡Carajo Kagami, me la pones bastante difícil!— Le gritó.— ¡Tú no eres la segunda opción! Yo solo... Te necesito, necesito que estés a mi lado...— Recalcó.
— ¿Y satisfacer tus estúpidas hormonas adolescentes?— Inquirió.— Yo no soy una cualquiera Adrien, y tu ya eres un adulto...— Hizo una pausa.— O eso se supone.
— ¡En ningún momento dijiste que no!— Respondió nervioso.— Y no, claro que no eres una cualquiera, eres mi mejor amiga y por eso te valoro demasiado Kagami y odio pelear contigo.
— ¿Me valoras?— Dijo bajando su tono y acercándose para estar frente a frente.— Si lo hicieras no te hubieses acostado conmigo ni me hubieras hecho un jodido oral. Porque tú lo dijiste, somos amigos.
Sin más que decir, Kagami se dió la vuelta caminando lejos de él.
— Sólo respóndeme una cosa antes de que te marches.— Sentenció.
Se giró mostrando su rostro molesto.
— ¿Qué?— Dijo fríamente.
—¿Te arrepientes de haberlo hecho conmigo?
— ¿Qué cambiaría si digo que sí o que no?
— Todo, Kag.— Respondió Adrien.— Nuestra amistad, la forma en la que tú me ves, y quizás mis...— Bajó el tono de voz.— Sentimientos...
— Eso no depende de mí respuesta, Adrien.— Habló firme.— Eso depende ti; son tus sentimientos, no míos.
Fue lo último en decir, ya que se dió media vuelta y se alejó caminando de él.
— ¡Carajo!— Gritó Adrien, viendo como su compañera se marchaba y lo dejaba con la palabra en la boca.— ¡Kagami!—la llamó a lo lejos.—¡Mierda!— Enfatizó y se marchó en dirección a su departamento, no sin antes darle una última mirada a su mejor amiga.
«¿Y ahora qué coño hago?»
Sus pasos eran tranquilos, pero su mente y corazón no. Le dolía, y demasiado. Quería que él la busque o que la detenga, pero eso no pasó. La soledad era su única compañía en ese momento y se sentía bien, necesitaba alejarse de él y sus sentimientos.
Adrien, por su parte, estaba sentado en el sofá de su departamento intentado pensar en las palabras necesarias para solucionar sus problemas con Kagami.
— Todo por esos estúpidos sueños húmedos.— Susurró a la soledad del departamento.— Y por aún seguir enamorado de Marinette.— Afirmó con vista a su celular.
«¿Quizás si le mando un mensaje?»
Y pensado esto tomó su móvil y busco el contacto de su amiga.
Adrien 🐾_18:30 P.M.
Hey Kag, ¿podemos hablar?
Adrien 🐾_18:35
Kagami necesitamos vernos, responde...
— ¡Carajo!— Gritó Adrien resignado al darse cuenta de que sus mensajes eran ignorados — ¡Joder!— Guardó su móvil, pensando en la manera de poder contentar a su mejor amiga.
«¿Y si hablo con Nino?»
Adrien 🐾_19:00
Oye viejo, si no estás follando, ¿podemos hablar?
Nino 🐢_19:05
Qué quieres bro?
Adrien 🐾_19:10
Problemas con Kag, te parece si hacemos ¿una llamada?
Nino 🐢_19:17
Si dañaste a mí amiga te mato, espero tu llamado rubia
Adrien suspiró y maldijo para si ante el mensaje de su amigo, apresurándose a llamar al moreno, agradeciendo que éste conteste al segundo timbre.
— Hey, bro...
— ¿Qué hiciste ahora Agreste?— Fue lo primero en decir Nino, recordando la charla con su amiga esa misma mañana.
— Yo solo...— Carraspeó, titubeando en decirle la verdad a su amigo.— Nos... Nos acostamos Nino.
— Oh vaya.— Fingió sorpresa.— ¿Y el problema es...?
— Que aún siento algo por Marinette.— Se pasó una mano por el cabello y posó sus dedos en su cien.— Yo solo estoy confundido, y Kagami pareció no entender eso...
— ¿Qué significa estar confundido para ti?
Adrien suspiró.
— Amar a Marinette y meterle la polla a Kagami, e intentar explicarle que solo fue por una calentura e intentar retomar la amistad y que ella se moleste conmigo.— Dijo alarmado, sin ser consciente de la incoherencia de sus palabras.
— ¿Eres idiota o qué?— Exclamó el moreno.— ¿Acaso te acabas de escuchar Adrien? ¿O tú estúpida calentura te dejó sordo?
— ¿¡Qué!?— Gritó contra el altavoz del teléfono, sintiendo como la conversación con su mejor amigo no lo llevaba a ningún lado.— ¿Me brindarás tu ayuda, sí o no?
— Acabas de decir que amas a una persona y se la metes a otra.— Habló amenamente.— Y esa a la que le metiste tu inquieto pene es tu mejor amiga. ¿Quieres que lo dibuje o tienes en claro tú estupidez?
— ¡Carajo Nino! Tú no me ayudas en nada.— Habló molesto Adrien, dando vueltas en su sitio.
«Mejor no lo hubiese llamado»
Pensó para sí, cortando repentinamente la llamada, y posterior a eso arrojar su móvil a uno de los bordes del sofá.
— Se supone que la conozco.— Dijo él, con vista al techo, pensando en todas las posibles maneras de reconciliar a su amiga.
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Tras pasar unos cuantos minutos en la duda, y de estar revoloteando alrededor de la sala, el zagal se optó por tomar un lápiz, un trozo de papel y sincerarse lo más que podía con su mejor amiga, revisando en todo momento las imágenes de su galería, para tener en mente el recuerdo de Kagami.
— Ya la cagué una vez, así que...— Dijo retomando asiento en una de las sillas del comedor.— No creo que pueda hacerlo más.
«Solo espero que ella me pueda perdonar»
Divagaba por las calles de París en un estado pensativo. Hace horas se había alejado de su amigo, ya que el dolor y el enojo se había apoderado de ella. Durante ese tiempo lejos de todos, recibió 30 llamadas perdidas y unos 19 mensajes por parte del rubio pero nunca decidió contestar.
«Debería volver»
Sacó su móvil y observó que ya eran las 22:45 de la noche. Comenzó a dirigirse al departamento que tenía junto a su amigo, pensando en el que dirá cuando lo vea.
Al cabo de unos minutos se encontraba abriendo la puerta; se quitó su chaqueta y zapatillas. Se adentró a la cocina en busca de agua y ahí lo vio, recostado sobre la mesa con su cabeza en sus brazos, absorto en un profundo sueño.
«Tendría que despertarlo para...»
Sus ojos se posaron en un sobre blanco el cual se leía Kagami en él.
«No sé si deba...»
Suspiró y decidió abrir aquél sobre, que dentro contenía una carta. Se mordió el labio inferior mientras miraba a su dormido amigo, y decidida se puso a leer aquella carta.
"Kagami Tsurugi.
No se si éste sea el medio correcto para ganarme tú perdón, pero al menos conste que lo intente.
Kag, quizás no haya muchas cosas a decir sobre mí, porque tú mejor que nadie las conoces todas, así que con eso me ahorraré unos cuantos versos, lo que si no sabes y a decir verdad ni yo se, es el ¿por qué?
¿Por qué tuve sueños húmedos contigo? ¿Por qué me acosté contigo? ¿Por qué soy tan guapo? O algo tan simple como el, ¿por qué te practique el mejor sexo oral de toda tu vida?
Si lo sé nena, esas son interrogantes que no me dejan dormir por las noches, y ahora que no estoy viendo tus preciosos ojos avellana, me es más fácil el decirte como se siente mi corazón y eso solamente se resume en una palabra y es; confundido.
No sé por cuanto tiempo esté así o cuando se van a aclarar mis pensamientos. Esas son dudas ajenas a ti y si te lastimé te pido perdón, si confundí las cosas y te hice pasar un mal rato con mi calentura te pido perdón, si te hice sentir que eras la segunda opción te pido perdón, y si tras leer esto aún no te convences de que vale la pena mantener la amistad con este imbécil, atrás te adjunto las fotos de nuestros primeros días juntos, aquellas que tú crees que no son importantes para mí, pero que yo las atesoro más que a nada.
Posdata: no pude revelar las fotos, ahí te dejo la galería, y perdón si te encuentras fotos de desnudos, no son mías, Nino me las pasó.
Tú tonto favorito.
Adrien Agreste ."
Tras leer aquellas palabras escritas a puño, letra y corazón por parte del ojiverde, algunas risas y lágrimas se escaparon sin pensarlo. Sus ojos vidriosos se fijaron en el teléfono del rubio, el cual seguía encendido y se atrevió a tomarlo, descubriendo fotografías de ambos las cuales la hicieron sonreír.
Recordaba todas y cada una; las veces que salían a beber, las fotos que él tomaba pero salían borrosas, su primera foto juntos. Pero su atención se posó específicamente en dos; la primera la reconoció en seguida, esos ojos azul intenso los iba a reconocer siempre ya que eran los de Marinette, y ver aquello hizo que su corazón se encogiera. Pero lo otra no pudo identificar, eran dos personas besándose.
«Seguro pudo besarla y no me contó»
Cerró sus ojos abatida, hasta que sintió que alguien estaba detrás de ella.
— Kagami... Volviste.— Susurró Adrien a espaldas a la azabache, percatándose de cómo ella había leído la carta y tenía su celular en mano.— Ou...
— Adrien...— Dijo para luego abrazarse a su amigo.— Lo siento...
— Gatita.— Él se sorprendió ante el contacto de su mejor amiga, sintiendo como una parte dentro de él volvía a latir, por lo que sin pensarlo dos veces correspondió a su tacto y la estrechó entre sus brazos, hundiendo su rostro en el hueco de su cuello.— ¿E-estás molesta?— La tomó de los pómulos y unió su frente a la de ella.— Kag, no llores...
— No debí gritarte.— Cerró sus ojos, sintiendo como su corazón respondía ante las caricias de él.
— Y yo no debí haber intentado, bueno...— La estrechó un poco más hacia sí.— No debí haberte dañado así, tú eres mi mejor amiga y yo...— Tragó grueso besando la frente de Kagami.— No quiero perderte, no a ti...
«No podría soportarlo»
— Ni yo a ti Adrien.— Abrazó más fuerte.— Dolería demasiado si no te tengo junto a mí...
— Perdóname...— Jadeó contra el cuerpo de su amiga.— Perdóname por todo Kag...
— Está bien.— Exclamó siendo ella quien lo tomaba de las mejillas y las acariciaba con sus pulgares, regalándole una sonrisa.
— Gracias princesa.— Respondió él, correspondiendo a sus caricias.— Por cierto, ¿te gustaron las fotos?
— Sí.— Un nudo en la garganta se le formó al recordar la foto del beso.— Recuerdo todos los momentos.
— ¿Estás bien, Kag?— Preguntó Adrien, tomándola de los hombros, alejando la un poco de él.— ¿Viste algo que no te gustó?
— E-estoy bien.— Dijo con dificultad.— Son lindas las fotos, aunque no sabía que tenías con... Marinette.
El enarcó una ceja un tanto confundido, buscando en su galería las fotos que según él tenía de Marinette.
— ¡Ay carajo!— Dijo y ante la reacción confusa de Kagami, le enseñó la foto.— Tontita, te refieres a esta, yo pensé que la había borrado y bueno.— Se rascó la frente nervioso.— Perdón Kag, la tomé de tus ediciones yo...— Se encogió de hombros.— Sé que no debo de meterme en tu trabajo pero...
«No pude resistirme»
— Esa no, Adrien.— Negó rápidamente.— Y no debes meterte con mis cosas del trabajo pero me refería a la otra...
— ¿Otra?— Preguntó él, un tanto confundido, entregándole su móvil, y abriendo su galería.— Enséñame cuál, nena.
Kagami tomó el aparato entre sus manos, buscando hasta encontrarla.
— Esa.— Señaló.
Adrien parpadeó un par de veces, soltando una sonora carcajada, lo cual solo hizo que su amiga inflara los cachetes.
— Esa somos tú y yo tontita.— Dijo entre carcajadas.— La tomé ayer, el día en el que bueno...— Se ruborizó.— Te penetré por primera vez.
— ¿S-somos nosotros?— Sus mejillas comenzaron a arder, por el recuerdo de esa noche y por el hecho de que él haya sacado una foto de ese momento.
— Sí, gatita.— Afirmó él.— Somos nosotros, ¿lo recuerdas?— Se sonrojó al recordar ese momento.— Nos besamos y yo tomé una foto, ¿te gusta?
Lo observó a sus ojos color esmeralda y luego al teléfono, optando por volver a ver aquella imagen.
— No...— Dijo con sus ojos puestos en la pantalla.
— Sí.— Respondió Adrien, con su tan característica sonrisa.— Oye nena, no todo es follar, si me lo propongo puedo ser romántico y tu...— Se pasó una mano por el cabello.— Eres especial.
— No me gusta Adrien.— Devolvió su vista a él.— Me encanta.— Sonrió.— Aunque el ángulo no es el mejor, sigue siendo preciosa.
El enarcó una ceja y río ante el comentario de ella.
— Si quieres podemos repetirla y sacar la foto correcta.— Musitó entre carcajadas.
— Sabes que eres un asco sacando fotos.— Rió junto a él.
— Entonces...— Dijo, entregándole su móvil a ella y en un rápido movimiento tomándola de los hombros pegando su frente a la de ella y entrecerrando los ojos.— Tómala tú, Kag.— Suspiró y abrió los ojos de golpe, alejándose de ella al caer en cuanta de lo que estaba haciendo.— Yo... Lo siento.— Se disculpó aún manteniendo la cercanía.
— Adrien...— Suspiró.— Solo uno y nada más, y menos sin mi consentimiento. ¿De acuerdo?
— Se hará lo que tu digas, hermosa.— Dijo Adrien, entrecerrando sus ojos, apegando su rostro al de ella, rozando sus narices.— Bésame... Gatita.
— Eres un idiota.— Sonrió y lo besó, como si hubiera sido la primera vez.
En un rápido movimiento tomó la fotografía e intentó apartarse, pero su cuerpo se negaba en separarse, provocando que dejara caer el móvil y abrazarlo por el cuello.
Adrien suspiró al escuchar el sonido del móvil impactando el suelo, más no interrumpió el contacto sino que lo intensificó, introduciendo su lengua dentro de la cavidad femenina, lamiéndola, jadeando y tomándola de los glúteos para masajearla con descaro.
— Ahh... Kagami.— Susurró, retomando el contacto.
— Ahh Adrien.— Jadeó.— Deberíamos parar, ¿no?— Bajó sus besos hasta el cuello de él.
— Oh Kagami... ¡Joder!— Gritó, llevando su pelvis a la de ella, haciéndole notar la dureza de su entrepierna.— ¿Estaría mal que te penetre y te llene de mi semen por una última vez?
— Demasiado mal.— Dejó de besarlo para ver su rostro.— Pero sería peor si me dejas en este estado.
El zagal sonrió, apresado inmediatamente sus labios contra los de ella, tomándola de lo glúteos y ejerciendo algo de fuerza para cargarla y entrelazar sus piernas en su cintura, dirigiéndose inmediatamente hacia su habitación, moviendo la puerta con un pie para adentrándose en ella y tendiendo con mucho cuidado a la femenina sobre su cama.
Sin perder más tiempo, Adrien se colocó cobre ella, ejerciendo levemente presión entre sus sexos y generando así una pequeña fricción en aquella parte. La respiración de la japonesa estaba alterada, al igual que su mente y corazón pero en ese preciso momento no quería estar en otro lugar que no fuera allí con él.
— Kagami, abre tus piernas, nena.— Dijo él, tocando los bordes de su blusa con sus manos, impulsándose un poco para deslizarla hacia arriba y sacarla por su cabeza, dejando a la vista su sujetador rojo.— Que preciosas.— Jadeó metiendo una de sus manos dentro de este presionando su pezón, estirándolo entre sus dedos.
— ¡Dios Adrien!— Exclamó la azabache arqueando su espalda y abrió más su piernas, elevándolas para enredarlas con su cadera.— ¿En serio quieres hacerme tuya o es solo un decir?— Jadeó llevando las manos al cabello de él.
El no respondió al instante, la levantó un poco y dejó al descubierto su espalda, desechando los broches de su sujetador, deslizándolos por sus brazos y dejando al descubierto sus pechos.
— ¿Esto responde a tu pregunta?— Dijo él, dedicándose a besar sus senos, estirándolos y masajeando el borde con sus pulgares, dejándole notar en todo momento lo excitado.
— Si yo... Ah-ah soy t-tuya.— Gimió sintiendo como él complacía sus pechos.— ¿Q-qué eres tú?
— Tuyo.— Musitó sin dudarlo, intensificando los agasajos en sus pechos.— Soy tuyo, Kag.— Se sentó a horcajadas sobre ella, cuidando el no aplastarla, tentando con sus manos la costura de su pantalón, desatando los botones y bajándolo por su piel, hasta tirarlo a un costado de la cama.— Tan linda.— Murmuró sin pensarlo más descendió sus bragas por sus piernas hasta dejarla completamente desnuda debajo de él.
— ¿Mío?— Besó sus labios para luego quitarle su playera, recorriendo con sus labios su cuello y clavícula, mordiéndolo y dejando marcas.
— ¿Marcando tu territorio?— Posó sus manos en su abdomen y ascendiendo hacia su cuello, tocando la zona que él había marcado con anterioridad.— Que traviesa.
— Dijiste que eras mío.— Esbozó una media sonrisa, desabrochando ágilmente sus pantalones.— Quítatelo.— Su voz salió seria pero a la vez provocativa.
— ¿Acaso eso es una orden Tsurugi?— Preguntó él, posando ambas manos en su cabeza, contorneando su pelvis ante la vista de ella.— Desvísteme gatita.
— Dijiste que sería lo que yo diga, Agreste.
El zagal asintió recordando sus palabras mencionadas anteriormente, apresurándose en quitarse los pantalones y rápidamente proseguir con su bóxer, dejando a la vista su erecto miembro.
— ¿Te gusta lo que ves?— Cuestionó, señalando a su pene con ambas manos, masturbando su falo, repartiendo los primeros rastros de su líquido preseminal.
— Prefiero sentir, que ver.— Le guiñó un ojo haciendo un ademán para que se acerque.— Respondiendo a tu pregunta de hoy...— Dijo recordando.— No podría arrepentirme de algo que disfrute.— Bajó su mirada.
— ¿Te gustaría chuparlo?— Preguntó con su sonrisa de oreja a oreja, posicionándose encima de Kagami, avanzando sobre su cuerpo hasta quedar de rodillas en los costados de la colcha cerca a sus hombros, con la punta de su polla a tan solo unos centímetros de los labios de la femenina.
— Al ponerte en esta posición no me dejas muchas opciones.— Él soltó una risa al igual que ella.
Enfocó su vista el miembro frente suyo, tomándolo con su mano derecha y comenzar a moverla, primero lentamente hasta ir subiendo el ritmo.
— Dijiste que eras mío, ¿verdad?— Musitó sin detener el movimiento de su mano.
Él asintió echando la cabeza hacia atrás, gozando los movimientos de la mano de la femenina sobre su miembro, no obstante, había algo diferente en ella. Kagami se notaba más cohibida y temerosa, y Adrien estaba dispuesto a no dejar pasar esto de largo.
— ¿Nena, estás nerviosa?
— ¿P-por qué lo dices?— Tartamudeó, ruborizándose un poco.
— Porque se nota en tu mirada, gatita.— Le comentó con una sonrisa un poco divertida, acercando lentamente su hombría a sus labios.— Abre tu boca pequeña, y chupa la punta.
— A-adrien nunca hice esto.— Se tapó con sus manos su sonrojado rostro.
— Lo sé, Kag.— Dijo Adrien apartando sus manos para apreciar con la vista en la temerosa cara de la azabache.— Pero no te preocupes.— La tomó de las mejillas y las acarició son sutileza.— Yo te enseño, ¿confías en mi?
— Siempre.— Habló aún nerviosa y asustada.
— Entonces.— Acercó su miembro aún más a ella retomando su posición.— Abre la boca y chupa mi glande.— Ordenó con suma ternura.
Tragó pesado, Kagami tomando miembro con sus manos, inhaló profundo y le dió una corta lamida.
— ¿A-así está bien?— Preguntó para luego seguir con más lamidas.
— Ahh... Si.— Jadeó él.— Ahora intenta meterlo, hasta donde puedas, Kag, y no presiones.— Acarició su mejilla y descendió por su cuello, hasta llegar a sus clavículas.
— Bueno...— Susurró aún nerviosa, pero obedeciendo.
Poco a poco fue introduciendo pene del rubio en su boca, hasta que sintió como presionaba su campanilla para luego comenzar un lento vaivén con su boca.
Adrien se limitó a gemir por las inexpertas acciones de su amiga, dejándose llevar. Echó su cabeza hacia atrás con sus ojos cerrados, pero de un momento a otro los abrió al sentir como ella tenía leves arcadas.
— Lo haces de maravilla, nena, pero ahora voy a follarte..
— Lo siento.— Expresó con congoja, sin observarlo a sus ojos verdes.
— ¿Qué? No, claro que no, Kag.— Dijo él besando sus labios, descendiendo por su cuerpo, besándola con vehemencia.— Lo hiciste de maravilla.— Sonrió.— Como te dije Kag, tú eres la mejor.
— ¿Eso crees?— Esbozó un tímida y pequeña sonrisa.
— No me cabe dudas, hermosa.— Habló hasta posicionar su miembro en la entrada de la azabache, rozando sus labios vaginales contra su glande.— ¿Quieres hacerlo?
— Depende de ti.— Posó sus brazos en su espalda, rasguñando levemente con sus uñas mientras rozaba sus labios con los de él.— ¿Quieres hacer esto?
— Claro que sí.— Dijo penetrándola de una estocada.— Ahh... Maldita delicia.
— Oh mierda.— Se aferró a sus omóplatos.— ¿Por qué tiene que ser jodidamente excitante?— Exclamó sintiendo el movimiento que hacía el rubio dentro suyo.
— Porque soy yo.— Respondió con seguridad tomándola de las caderas aumentando los movimientos de su miembro en su interior sintiendo como ella se contraía y él palpitaba, casi inconscientemente apoyó sus labios a su cuello y le dejó un pequeño cardenal.
— ¿Dejando tu marca?
— Reclamándote como mía.— Jadeó, impulsándose con más violencia contra ella, sintiendo como su miembro palpitaba.
— ¿Ahora ahh soy marca patentada Adrien Agreste?— Apoyó su frente con la de él mientras sus respiraciones se volvían una sola.
El rubio no respondió, simplemente aumentó el ritmo en sus caderas al sentir que estaba a nada de su liberación; se mantuvo así por unos minutos más, hasta que su cuerpo le ganó aquella batalla y acabó dentro de ella. A los segundos, Kagami le siguió con su orgasmo.
— Demonios.— Instó ella cambiando rápidamente de actitud.
— ¿Qué es lo que sucede hermosa?— Preguntó él mientras salía de ella, incorporándose levemente hasta quedar recostado a su lado.
— Otra vez no usamos condón, Adrien.— Habló posicionándose para quedar frente a frente.
Él soltó una carcajada ante las preocupaciones de la azabache, dándole un pequeño beso en la frente y en la comisura de los labios, acurrucándola contra su cuerpo.
— Mañana te compraré la pastilla, Kag.— Dijo al ver la hora y darse cuenta de lo tarde que era.— Por ahora vamos a dormir, gatita.— Y sin decir más agarró la sábana y la usó para cubrir hasta la mitad de sus cuerpos, apoyando los pechos de Kagami contra su torso, percatándose de cómo su respiración se unía con la ella.
«Después de todo, si pude conservar su amistad »
Pensó y se abandonó al sueño.
— Duerme bien mi gatito.— Susurró sabiendo que él dormía, cerrando sus ojos y descansando el los brazos de él.
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Ash que difícil son estos dos.
Adrien mete pata y Kag lo perdona 🙄.
Ojalá la paz dure bastante 👀.
Kag y yo les mandamos besos fríos, y los dejamos con el Eidrien(?
e_16_lujoss
¿Al parecer las cosas por ahora mejoran, para ese par? ¿Adrien asumirá los sentimiento de Kagami? ¿O la seguira tratando como una amiga más?
Todas esas interrogantes y más, serán resueltas en el próximo cap, y sin más decirles que esperamos que este cap sea de agrado, aguardamos por sus votos y sus comentarios.
Los queremos ❤
Nos vemos amorcitos 😘♥️
Actualización 9 de febrero 2021:
Holi!
Aquí les traigo el 2/7 wujuu jaja
Espero se anden acordando lo que anda pasando y bueno, si hay lectores nuevos espero les esté gustando esta historia que _Ocean_16 y yo hicimos con mucho amor ♥️
Bueno eso es todo, nos vemos mañana jejeje
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