
XXV: "El visitante, Arkaitor"
-¿Toma la culpa?
-No tengo intenciones de negarlo.
-¿Confiesas que asesinaste al rey Marlon, Kyle?
-Así es.
-¿Por qué lo hiciste?
-No lo sé. Me cansé de él. ¿Sabes? Era un playboy todo el tiempo, creyendo que imponía algo de respeto. Entonces una noche, simplemente decidí matarlo y ya.
-¿Estás... Arrepentida?
-No. Mi objetivo siempre fue ese. Todo el tiempo que nuestro "matrimonio" duró, fue un infierno. Conocí la verdadera faceta de Kyle... Me trató como un objeto (...). Le valió poco todo mi sufrimiento, y, aún así, se atrevió a golpearme. Sinceramente, él se lo ganó.
Del libro "Crímenes Reales", por Yukina Frezzis.
-Majestad. El joven Arkaitor Marlon pide una audiencia con usted.
Elluka estaba en el gran salón, acompañada de Charttete, Ney y Allen, claro, y Rilliane.
-¿Cuál es su asunto? ¿No te había dicho que no quiero nada que ver con los Marlon de ahora en adelante?
-Me ha dicho que es urgente.
Rilliane soltó un suspiro, dejándose caer en su trono.
-Hazlo pasar.
Las puertas del gran salón se abrieron minutos después, en donde venía el antiguo príncipe, Arkaitor Marlon, escoltado por dos integrantes de la guardia real.
-Mi reina -saludó, haciendo una reverencia ante la joven.
-Hola Arkaitor. Hace mucho que no nos vemos, ¿no? Desde la fiesta de mi cumpleaños. Ah, pero esa vez ni siquiera fuiste a sualudarme.
Hubo un silencio incómodo.
-En fin, eso no importa. ¿Cuál es tu asunto?
Arkaitor, quien estaba de pie, se acercó más al trono de la princesa.
-Vengo a discutir sobre el reinado de Marlon. Quiero saber, ¿quién será el rey ahora?
-¿No es obvio? Como tú abdicaste el trono hace un año, yo soy la sucesora directa, como viuda de Kyle.
-Por línea consanguínea, ese título me lo merezco yo.
La conversación se había vuelto pasivo-agresiva. Los dos hablaban de manera algo fuerte y cortante.
-Título que abandonaste por esa mujer... ¿Anna? ¿Emma? No sé cómo se llama.
-Me voy a divorciar de ella.
-Oh, ¿enserio? Qué mal por ti, Arkaitor. De todos modos el trono es mío. Cuando abdicas el trono, ya no puedes recuperarlo.
Arkaitor, se acercó más a la reina, estando frente a frente los dos.
-Lo sé.
-¿Qué es "lo que sabes"?
-Tú lo mataste.
-¿A quién?
-... Tú mataste a Kyle.
Rilliane se rió a carcajadas, causando que las miradas de todos se posaran en ella. Se reía como cínica, mientras Arkaitor se enfurecía cada vez más.
-¿Enserio crees que yo asesinaría a mi querido esposo?
-Todo resulta terriblemente conveniente para ti, ¿no crees?
-No sé por qué motivo crees que yo querría matar a Kyle. Él simplemente murió.
-¿Y sabes la causa?
-No. Nadie lo sabe, Arkaitor. La autopsia que se hizo no revela mucho.
-Tú lo mataste.
Rilliane suspiró, cansada.
-Bien, Arkaitor. Piensa lo que quieras. Ahora, vete de aquí.
-¡No me iré hasta que tú sufras tu castigo!
-... Tienes tres segundos para salir de aquí.
-No me iré, maldita zorra -Arkaitor tomó a Rilliane por las solapas de su vestido.
De inmediato, Allen y los otros dos guardias apuntaron a Arkaitor con sus espadas.
Elluka trató de hacer algo, pero las palabras simplemente no salieron. El único que pudo detener el desastre fue Gast, quien entró de improvisto.
-Señor Arkaitor.
Gast separó al ex príncipe de Rilliane.
-Esa no es la forma de tratar a una dama.
Arkaitor gruñó, para después dirigirle la mirada a Allen.
-Y tú... No te dejes manipular por esta mujer. No dejes que te manipule con sus encantos.
Allen no dijo nada. Solo se quedó ahí, todavía puntando con su espada al dueño de esas palabras.
-Bien, me retiro. No tengo nada más que hacer aquí.
Arkaitor se alejó, caminando lentamente hacia la puerta.
-Juro que tomaré mi venganza.
Y salió.
-¡Princesa! -Elluka corrió hasta la joven-. ¿¡Se encuentra bien!?
-Sí. Solo fue -dijo Rilliane, acomodando su vestido-... Un pequeño incidente.
Rilliane se levantó de su trono, haciéndole una seña a Allen para que caminara a su lado.
-Si no hay nada más, me retiro. Con permiso, Elluka, Gast.
La princesa salió, siendo escoltada por el sirviente.
•~•~•~•
-¿Qué fue lo que pasó?
-Sólo límpialo, por favor.
-Pero... Tú... Lo matas-
-Eso no importa. Necesito que te deshagas de él. Por favor.
-Yo... Eso es una tarea extremadamente difícil. ¿Cómo podría sacar a un cadáver de esta habitación?
-Por el pasadizo de la chimenea, por ahí puedes.
-Pero.
-No me hagas objeciones. Sólo desaparecelo.
-Y si alguien...
-Nadie se enterará. Diremos que se desapareció.
-Yo...
-Hazlo, por mí, ¿sí?
-No...
-¿Sabes todo por lo que me hizo pasar ese hombre?
-...
-Me golpeó hasta dejarme hinchada y roja, como los tomates.
-Me humilló. Jugó con mi cuerpo sin mi consentimiento.
-Princesa...
-¿Sabes lo doloroso que fue para mí despertarme en la madrugada y tener a un hombre encima de mí... Tomandome?
-Lo siento.
-... Fue horrible. Solo me defendí del él. Sin éxito. Logró lo que quería pero... Se le salió de las manos.
-Perdón por no haberte defendido.
-Tú eres el único en quien confío. Por favor, hazlo. Él se lo buscó. Yo solo me defendí de ese monstruo.
-Bien. Lo haré, princesa. No te preocupes por esto.
-Gracias, Allen.
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