Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

The End

Para: Allen Avadonia

7 de enero de ***

¡Hola, Idiota!
¿Cómo has estado?
La verdad es la primera vez en mucho tiempo que escribo una carta, así que tendrás que perdonar mi entusiasmo.
El motivo por el cual te escribo, amigo mío, es porque quiero reportar cómo están las cosas acá.
No sé si te enteraste, pero Emma se postuló candidata a presidenta de Lucifenia. Desde que se convirtió en República, el país no ha tenido gobernante. Me alegro mucho por ella, dicen que se casó con un duque y que ahora tiene unos lindos gemelitos.
Por otro lado, Ney se fue a vivir a Marlon. Nos escribimos de vez en cuando, y hace un año me contó que se enlistó en la guardia real, y que ahora es teniente. Curioso, ¿no? Cómo una sirvienta puede convertirse en militar.
Scarlet, la chica tímida, tengo entendido que se fue a vivir a Elohegort. No sé realmente si esté casada, pero al parecer ha estado trabajando en una posada en Aceid, y de vez en cuando ayuda como voluntaria en el orfanato local. Ney me dijo que Scarlet tiene  un amorío con un joven vendedor de flores.
Mariam, Gast y Elluka regresaron a su país natal en Asmodean. Elluka y Gast tienen a un niño muy lindo, hace un tiempo tuve la oportunidad de verlo. Elluka es profesora privada, y Gast regresó al ejército de Asmodean. Mariam trabaja como contadora en un local de comida, y parece que viajará a Beelzenia pronto.
Tu madre y Germanie están viviendo en Aceid. Germanie lideró la revolución, así que me enteré de que ahora tiene un puesto importante en el gobierno. El pueblo quería ponerla como presidenta, pero Germanie se justificó diciendo que no tenía la experiencia suficiente como para dirigir un país entero. La señora Lily, aunque ya debería estar retirada, sigue trabajando como cocinera en un restaurante. Ambas tienen una bonita casa en la capital.
Después de todo el rollo con el imbécil de Arkaitor, parece que escapó a un lugar en el nuevo continente... ¿Sabías de ese lugar? Está mucho más lejos que Marlon. Nadie sabe qué pasó con él. Algunos dicen que está encarcelado en un país llamado Jakoku o algo así. Sea lo que sea, me alegro mucho. Por fin recibió el castigo por todo lo que les hizo a ti y a Rilliane.
Por cierto, ¿cómo han estado ustedes? La última vez que me escribiste fue hace dos años. Supongo que deben de haberse adaptado a su nueva vida, pero aún así deberían de contactarse un poco más con su buena amiga, jeje.
Por lo pronto, espero que estén muy bien. Tal vez, dentro de un tiempo puedan venir a visitarnos. Las cosas están mejorando poco a poco en la vida de cada uno, y te aseguro que todo estará mejor.
Salúdame a Rilliane... Bueno, ahora Rin.
Ah, y también a la pequeña Lily Rosé. Dile que su tía Charttete le manda muchos besitos y abrazos.

Atte. Charttete Langely.
Pd. Te felicito por ya no ser virgen.

Allen sonrío al terminar de leer la carta. Sus ojos expresaban el sentimiento de nostalgia que no había sentido en mucho tiempo.

Habían pasado seis años después de todo el caos en su vida. Después de haber escapado del país que durante quince años había considerado su hogar. Después de haber dejado a su madre y hermana. Y después de haber conocido a la mujer de sus sueños.

Ella poco a poco había curado su corazón. Poco a poco, sus cicatrices se iban cerrando. Y las marcas de la angustia en su rostro se iban borrando. Ahora podía mirar al cielo con una sonrisa.

El hombre sonrió inconscientemente al mirar la cara de la chica rubia sentada en la mecedora. 

—Papi.

La silenciosa voz de una pequeña lo llamó. Él volteó a donde provenía, viendo a una niña de ojos violeta jalando su camisa.

—¿Sí, cariño?

La niña soltó la camisa de su padre y señaló a la chica rubia.

—Mami se quedó dormida.

El hombre caminó a la silla y miró a su esposa dormida, respirando con lentitud.

—Vamos a llevarla a la cama.

—Sí.

Cargó a la chica rubia en sus brazos y caminó hasta la habitación, escoltado por la niña. Recostó a la chica en la cama.

—Lily, pásame la cobija, por favor —le pidió él a la niña.

—Aquí tienes, papi.

Cobijaron a la rubia. El hombre acomodó la almohada el la cabeza de la mujer y salió tomado de la mano de su hija.

—También es hora de que vayas a dormir, corazón —dijo, guiando a su hija a su habitación.

—No tengo sueño, papá.

—Tienes que dormir, ya es tarde, Lily.

—Está bien —contestó de mal humor la niña.

La pequeña se acostó en su cama y su padre la arropó correctamente. Le dio un besito en la frente a su hija de buenas noches y se dispuso a abandonar la habitación.

—Espera, papi —lo detuvo.

—¿Qué pasa?

—Cuéntame algo de cuando eras joven.

Él se rió y regresó con su niña.

—Todavía soy joven.

—Pero cuando eras más joven, papá.

Se recostó al lado de la niñita rubia.

—¿Qué quieres que te cuente? —le preguntó.

La de ojitos violetas señaló el anillo en el dedo de su padre.

—Cuando le propusiste matrimonio a mamá.

Él se rió un poco avergonzado.

—Esa no es una historia para una niña.

—Está bien... Entonces cuéntame cómo conociste a mamá.

Suspiró. Luego miró a su hija.

—Es una historia muy simple. ¿Aún así quieres oírla?

—Aún así quiero oírla, papi —respondió la niña con una sonrisa de oreja a oreja.

—Pero ya te la hemos contado muchas veces, Lily.

—No importa.

—Bien, entonces, tu mamá y yo nos conocimos hace un tiempo. Cuando yo era "joven" —dijo haciendo comillas—. Yo trabajaba en la casa de tu madre y nos conocimos cuando yo entré a trabajar. Tu mamá en ese entonces era algo malhumorada, pero aún así me enamoré de ella a primera vista.

—¿Cómo en los cuentos, papá?

—Ajá. Como en los cuentos.

—¿Mamá era como una princesa, y tú como un príncipe?

—Sí. Tu mamá era una princesa muy hermosa. Y yo, bueno, no era un príncipe. Más bien un sirviente.

—¿Como la tía Charttete?

—Exacto. Como la tía Charttete.

Justo cuando iba a continuar con la historia, la niña lo interrumpió.

—¿Cómo es la tía Charttete, papá?

—Oh, solo es una anciana salvaje —respondió riendo.

—Mamá dice que es joven.

—Oh, oh, tu madre dijo una mentira piadosa.

Lily se rió junto a su padre. Pasaron varios segundos hasta que las risas se detuvieron.

—Papi... —dijo la niña— ¿Por qué mamá tiene tantas cicatrices en sus manos?

Él dejó de reírse de a poco hasta  quedar en un semblante serio.

—Eso es algo que... Todavía no puedo explicarte.

Lily Rosé miró sus manos y las comparó con las de su padre. Le parecieron mucho más grandes y fuertes, en comparación a las suyas, suaves y débiles. Las sintió mucho más rasposas en comparación a las suyas.

—Papá, tú también tienes cicatrices en las manos.

La cara de su padre se afligió.

—Papá, yo sé que tú y mamá están tristes unos tratos. Algunas veces mamá llora en su cama y tú lloras cuando sales a cortar leña —dijo la pequeña, acariciando las manos de su padre—, por eso quería preguntarte si tú y mami lloran porque les duelen sus manos.

Allen derramó una pequeña lágrima y le sonrió a su hija.

—Sí, nos duele algunas veces —le dijo a la niña.

Ella se levantó de golpe en la cama y miró a su papá con preocupación.

—¿Entonces puedo curarlos, papá?  Si les ponemos vendas y alcohol pueden sanar.

Él acarició el rostro de su hija.

—Mi niña, esto es algo que no puede curarse con alcohol ni con vendas.

Lily miró sorprendida a su padre.

—¿Y entonces con qué se cura?

—Esto se cura con el tiempo, Lily. Solo con eso. Estas no son heridas físicas, son heridas del alma. Y las heridas del alma toman su tiempo en sanar.

—Por eso tú y mami lloran... ¿No?

—Así es, Lily Rosé. Así es.

Él volvió a arropar a su hija en la cama y le volvió a dar un besito de buenas noches en la frente.

—Papá, ¿No eres feliz? —preguntó la niña ates de que su padre saliera de la habitación, provocando que él se detuviera.

—Claro que soy feliz. Porque te tengo a ti y a tu madre.

Allen llegó al marco de la puerta.

—Te amo, papi —le dijo su hija.

—Yo también te amo, Lily Rosé.

Regresó a su cuarto, donde su esposa lo esperaba sentada en la orilla de la cama.

—¿Nos escuchaste, verdad? —le preguntó a su esposa, quitándose la chaqueta de cuero.

—Sí. No pude evitarlo —respondió ella con una media sonrisa.

Miró a la ventana con melancolía.

—Es muy pequeña para saberlo. No soy capaz de contarle eso ahora... Y creo que nunca.

—Lo sé. Yo tampoco —dijo él en un suspiro.

—Cariño...

—¿Sí?

La mujer se levantó de la cama.

—¿Es cierto lo que le dijiste a Lily?

—¿Qué cosa?

—De que si en verdad eres feliz.

Allen miró a su esposa y notó que una lágrima resbalaba de su mejilla. Se acercó a ella y limpió esta.

—¿Cómo no voy a ser feliz si tengo a mi hermosa esposa a mi lado?

Rilliane abrazó a su esposo con más lágrimas escurriendo de sus ojos.

—Soy muy feliz a pesar de todo lo que hemos vivido. ¿Cómo no iba a estarlo?

Ella se hundió en los brazos de Allen, chillando.

—Yo también soy muy feliz contigo —susurró ella.

La besó en el cachete y secó sus lágrimas con dulzura.

—Gracias por estar conmigo, Allen. Te amo con toda mi alma.

—Yo también te amo, Rilliane.

Ambos se acostaron en la cama, abrazados.

—Oye, Allen —susurró Rilliane.

—¿Sí?

—Hay otro pan en el horno.

Allen se quedó incrédulo, mirando el rostro iluminado por la luna de su esposa. Ella tenía una sonrisa en el rostro.

—¿Hablas... Enserio?

—Claro que sí... ¿No te agrada?

Hubo un pequeño silencio. Ambos se miraban a los ojos.

—Eso es... ¡Maravilloso! —exclamó Allen, abrazando a Rilliane con alegría—. ¡Es grandioso, Rilliane!

Ambos reían de alegría, abrazándose felizmente. Él la besó con cariño y se recargó en su pecho con dulzura.

—Te lo quería decir mañana cuando regresaras del bosque, pero no pude guardar el secreto más tiempo —dijo riendo la chica.

—Estoy muy feliz, Rilliane. Soy muy feliz.

Allen le dio un beso casto en los labios a Rilliane. Luego ella se recargó en su pecho y se quedó profundamente dormida.

Cuando ella se durmió, Allen se levantó de la cama y caminó al escritorio. Ahí, tomó una hoja y se preparó para escribir una carta.

Querida anciana Charttete:

No sabía qué decirle realmente, pero sabía que ahora le podía decir que a pesar de las circunstancias y las cicatrices pasadas, ahora todo iba muy bien.

Estamos muy bien. Muy, muy bien.

Sonrió y procedió a terminar la carta con una sonrisa.





























Aún así, el karma del mal aún no termina.

~•~•~•~

¡Hola, hola, queridos lectores!

Muy bien, hasta aquí acaba la historia del mal. Muchas gracias por haber seguido esta historia hasta el final y por haberme apoyado con sus votos y comentarios. En verdad estoy muy contenta de terminar está historia que tanto me ha hecho sufrir.

Todavía no he terminado por completo está historia, tengo planeado un extra (tardará un poco en salir), ya que siento que todavía no he terminado de contar todo lo que quería.

Vuelvo a agradecer a todas las personas que siguieron está historia y sufrieron con mis pobres personajes, en especial a  ladyetitinsa023 y sasuke2777, quienes siguieron la historia desde que la publiqué, y que también me apoyaron a dándome ideas para escribir (también tienen un cameo en la trama).

¡Gracias por animarme a continuar escribiendo!

















Próximamente

STAY WITH ME








 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro