Moonlight - Chenmin.
Desde que son niños Jongdae y Minseok están unidos por la amistad de sus padres. Ambas familias son conocidas por sus grandes negocios y por la fortuna que poseían. También eran conocidos porque ambos tenían hijos que eran homosexuales, algo que no era muy bien visto en la sociedad coreana. Cosa que no le importó a los Kim porque ellos lo veían como algo perfecto.
Los pequeños de la familia crecieron juntos y eran los mejores amigos que podían tener. No había nada que Jongdae no conociera de Minseok y viceversa.
Han sido cómplices de travesuras, de corazones rotos y de muchas otras cosas que sus padres desconocían. Minseok era mayor por tan sólo un año y a pesar de eso, solía ser mucho más maduro que su amigo. Su amistad era a prueba de balas o al menos, eso era lo que creían.
-Hey, Minseok. -Jongdae llegó corriendo a su lado mientras el mencionado estaba en la piscina de su hogar.
-¿Qué pasa?.
-Hace mucho que no vamos a un antro ¿Que te parece sí esta es la noche?
-No es mala idea -Minseok salió de la piscina mostrando su esculpido cuerpo que no fue ignorado por Jongdae.
-¡Genial! Paso por ti a las 9.
Así de rápido como llegó, se fue. Minseok entró a su hogar y se acostó en la cama, planeaba dormir un rato y después hacer las cosas que tenía pendientes.
Un almohadazo fue lo que despertó al de mirada gatuna y quedó un momento en shock cuando abrió totalmente los ojos y miró a su amigo de una manera totalmente diferente. El cabello negro de Jongdae fue reemplazado por un cabello rubio y algo de rulos desordenados. Tenía puesta una camisa negra con los botones desabrochados en la parte de arriba, unos jeans desgastados y unos tenis. No se parecía en nada al amigo que se fue hace unas horas de aquel lugar.
-¿Te gusta el cambio?
-Te ves muy bien -Minseok de repente se sentía sofocado, ver a Jongdae así le estaba causando estragos que no conocía.
-Necesitas arreglarte, ponte aquella camisa de flores azules que tienes guardado.
Nunca le gustó que su amigo le dijera que hacer, pero era como estar hipnotizado con la nueva imágen de Jongdae. Se veía tan bien que no podía pensar con claridad.
Media hora después de arreglarse salieron con rumbo a un lugar que el menor de los Kim quería conocer.
-Me han contado que este lugar es buenísimo.
-Jongdae, espero que no nos metamos en problemas.
-No te preocupes, Minseok.
El lugar era pequeño, el mayor de los Kim pudo notar una atmósfera alegre y algo atrevida. Vió a parejas en medio bailando cómo si no existiera nadie a su alrededor, disfrutando solo de la compañía de su pareja.
-Hey, Minseok. -Salió de sus pensamientos cuando Jongdae tronó los dedos frente a él-. ¿Quieres ir a bailar?
-No, por ahora, no.
El rubio sonrió y él se fue a disfrutar de la música. Minseok era comúnmente como un niñero para él chico, pues era quien cuidaba que no hiciera estupideces, deseaba que de alguna manera el chico madurara con su ayuda. Justo hoy quería verlo feliz y disfrutar, no sabe porqué, pero la nueva imágen de Jongdae lo hace sentirse incómodo de una manera que no entiende.
-Hey, Minnie. -Pudo notar como su amigo ya estaba algo ebrio así que se acercó-. No seas aburrido, ven a bailar conmigo.
-Estás borracho, Jongdae.
-Bailamos una y nos vamos.
-¿Me lo juras?
-Te lo juro. -No fue el juramento lo que hizo que Minseok se acercara a él, fue la sonrisa coqueta que hizo que su corazón se acelerará.
La música sonó y Minseok se dejó llevar porque lo sospechaba desde hace tiempo, pero le daba miedo admitirlo. La sonrisa de Jongdae le alteraba de maneras que no quería aceptar, verlo cambiarse frente a él, aceleraba su corazón y la primera vez que masajeaba su miembro fue cuando Jongdae le contó aquella aventura de una noche con un chico que conoció.
-Minnie, estás demasiado hermoso hoy.
-Deja de jugar Jongdae.
-¿Puedo...?
No entendió hasta que su nuca fue sujetada con fuerza y lo besó de manera desenfrenada. El aturdimiento duró solamente unos segundos porque Minseok no dudó en corresponder aquel beso con furia y con deseo. Sus lenguas peleaban por quién era la que daba más placer y los jadeos aumentaban en cada momento.
-Jongdae -Minseok se separó un poco para tomar aire y miró a su amigo, tenía una mirada que nunca vió en él.
-Vamos al departamento.
El departamento era un lugar que compraron entre ambos para cuándo quisieran escapar de su casa unos días o querían hacer fiestas, incluso cuando alguno quisiera tener una noche de pasión con el amante en turno. El mayor sabía lo que significaba a ello y por más que su corazón le gritaba que no era buena idea, su entrepierna gritaba atención.
-Vamos.
En el auto la intensidad no bajó, porque mientras Minseok manejaba, Jongdae se dedicaba a besar su cuello y masturbarlo. Ni siquiera sabe cómo es que llegaron tan rápido, pero en ese momento no importaba. En el estacionamiento Jongdae acorraló a Minseok entre la puerta y lo siguió besando ferozmente.
-No sabía lo delicioso que podías ser, Minnie.
-Mmmh... Jongdae, por favor.
-¿Quieres esto? -El rubio dirigió la mano hacia el bulto en sus pantalones-. Te la voy a dar Minseok, pero te haré rogar por ello.
Hizo que rodeará las piernas en su cintura y besándolo lo guío al elevador, puso la clave y nuevamente atacó la boca de su mejor amigo. La mente le gritaba que se detuviera, pero el corazón ya se había rendido, quería sentirse amado por la persona que le gustaba. El timbre del ascensor hizo que se movieran y entraran al departamento. Jongdae no dudó en llevarlo a la habitación.
-Quiero follarte, Minseok. Quiero que grites mi nombre una y otra vez mientras te corres.
La noche no les alcanzó para las veces que Jongdae tocó el punto dulce de su mejor amigo, lo peor del caso, es que no fue la última vez que acabaron de esa manera.
Minseok se volvió adicto a las sensaciones que su mejor amigo le regalaba. Solo bastaba un mensaje para que ambos corrieran al departamento y se entregarán a la pasión que los unía, sin embargo, cuatro meses después Jongdae empezó a ser ausente.
-¿Podemos vernos juego? Tengo asuntos que atender.
Y Minseok siempre dijo que no importaba, incluso si su corazón dolía.
Llegó al punto en donde se dijo que todo tenía que salir de su corazón y confesarse. Es por eso que lo citó en una cafetería que estaba cerca del trabajo de Jongdae y contra pronóstico el joven Kim apareció.
-Minnie, me dijiste que era urgente ¿Que sucede?
-Bueno... -Jugó un poco con su taza y luego levantó la mirada-. Lo que sucede...
-Hola, espero no interrumpir.
-No, que bueno que viniste. -Fue confuso para Minseok ver cómo su mejor amigo se paraba y atendía al recién llegado-. Min, perdón por no avisarte, pero ya tenía programado algo, así que le dije que me alcanzará. Él es Junmyeon.
-Oh. -Las lágrimas amenazaban con salir, pero se estaba obligando a no hacerlo, lo peor es que no sabía por qué-. Un gusto, no sabía que estaban...
-Es mi culpa -contestó el chico.
-¿Tú culpa? -preguntó Minseok.
-Es difícil tener a este hombre quieto, apenas entre a la empresa y al ver su irresponsabilidad me di la tarea de enderezarlo.
-Y vaya que funcionó -Jongdae tomó la mano del chico y la besó-. Creo que encontré a la persona indicada.
-Ni lo sueñes, Kim Jongdae.
Minseok se dio cuenta de algo, Jongdae miraba a Junmyeon de la misma manera que quería ser mirado. Y le dolía, porque lo que él venía intentando desde que tenía seis años, Kim Junmyeon lo logró en pocos meses. Ahora entendía porque ya no tenían citas en el departamento o porque ya no quería ir a bares o antros. Todo lo que él no pudo hacer.
-¿Qué tenías que decirme, Minnie?
-Oh, que nuestros padres tienen algo que decirnos. Nos vemos en mi casa a las nueve de la noche.
-Genial. Bueno, seguiremos trabajando aquí -dijo Jongdae, dirigiéndose a Junmyeon-. Nos vemos luego, Min.
La noche llegó y ninguno de los presentes sabía exactamente qué sucedía a excepción de, claro, los padres Kim.
-Minseok, Jongdae -empezó el padre del segundo-. Creo que están en la edad de heredar ambas empresas, pero eso no es todo. Ambas familias decidimos que es momento de contraer nupcias.
-¿Qué? -preguntó Jongdae, alterado.
-Debido a la fuerte amistad que los une no creo que sea problema.
Y, aunque ambos asintieron con sonrisas en la boca Minseok sabía que Jongdae estaba muy lejos de estar igual de contento que él.
Después de la noticia, Jongdae desapareció del campo visible de Minseok y luego de darle su espacio, lo buscó donde sabía que estaría.
Sin embargo, cuando llegó su corazón terminó de romperse. Porque detrás de la puerta de la habitación, escucho jadeos, escuchó palabras hermosas, esas que nunca le dijo en la misma situación y también escuchó muchos "Te amo".
Ese mismo día, Minseok escribió una carta y tomó el primer avión lejos de aquel lugar.
En sus letras pidió que lo dejarán ser feliz, que él no quería casarse y que por eso huía. Porque tenía que renunciar, pues si realmente amaba a Jongdae tenía que dejarlo ser feliz incluso si eso significaba que su historia de amor quedaba incompleta.
Lejos de casa bajo la luz de la luna, le pidió al cielo que arranque el dolor de su corazón y que le dé fuerzas para continuar.
Su teléfono sonó dejando ver un mensaje de su ex mejor amigo, diciéndole que estaba invitado a la boda y sonrió. No iría, acercarse a él era mojar sus alas, era sufrir y mentir.
"Muchas felicidades, Jongdae. Allí te veré"
El siempre será incondicional para su mejor amigo, siempre estará para ser su paño de lágrimas, pero ahora que está feliz, simplemente estorbaba.
🌟
Para LoeyNiNa
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