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chapter twenty one

CIUDAD CRECIENTE
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KLAUS, ELIJAH, MARCEL Y REBEKAH ESTABAN EN EL PATIO.  Hayley y yo salimos de la habitación de Davina con el dibujo de Celeste.  Rebekah les contó a sus hermanos y a Marcel sobre la sobrina de Sophie, Monique, que hoy regresó de entre los muertos.

-Las brujas piensan que toda la esperanza se ha perdido, pero ahora de repente una niña de la cosecha resucita. Así es como vamos a recuperar a Davina. Mata a la bruja que tomó su lugar.

-Tengo una teoría sobre quién podría ser una de ellas.-dije, anunciando que Hayley y yo estábamos allí, nos paramos en las escaleras mientras les mostraba el dibujo del ex de Elijah.-Celeste.

-Quiero decir, tiene que ser así. Davina estaba tratando de decirnos que estaba dibujando a Celeste. Nos estaba advirtiendo que se avecinaba un gran mal.

-Primero, Papa Tunde regresa para saldar viejas cuentas, ahora tu amante asesinada está de regreso.- dijo Klaus, señaló a Elijah.-Esto no es brujas atacando a los vampiros. Nos están declarando la guerra.

Elijah le había pedido a Rebeca que me llevara de vuelta a la casa de plantación.  Iba a quedarme allí hasta que terminara toda esta mierda de las brujas.

Hayley quería acompañarlo pero no pudo, la luna llena era esta noche y ella iba a convertirse.

Salimos del auto.

-Pensé que iba a tener que arrastrarte a la plantación pateando y gritando.-dijo Rebekah

-Sí, bueno, todos quieren protegerme a mí y a los bebés, ¿verdad?-Rebekah se detuvo.

-Hey, estoy de tu lado, ¿recuerdas? Entonces, ¿qué pasa?

Suspiré y me di la vuelta para mirar a la rubia.

-Esta noche es luna llena, Rebekah.

-¿Y qué? Estás embarazada, no puedes convertirte.

Asentí.

-Sí, pero quería invitar a algunas personas.

-Por supuesto. Cada hombre lobo americano de sangre roja será un montón de piel y dientes afilados esta noche, mientras que tu maldito clan creciente será...

-Humano.- terminé.-Solo por unas horas, y no lo volveré a hacer hasta la próxima luna llena. Entonces, le pedí a Josh que enviara un mensaje a Eve en el pantano.

-¿Josh aún no está muerto?- Rebekah sonrió.-Bien por él. Me encanta una bonita historia de supervivencia. ¿Quién demonios es ese?- Me di la vuelta y vi al chico del barril que contraté salir de la casa.

-Barriles atrás, ¿de acuerdo?-Le dije al hombre

-Si, cierto. Parece que no ibas a esperar a que te otorgue permiso para lanzar un kegger.-habló Rebekah

-Escuchen, todos quieren que esté a salvo, bien. Haré lo que me digan. Jugaré a la damisela en la torre de cristal. Pero esta noche es la única noche al mes en la que puedo conocer a mi familia. Ahora, podrían hacerme una compulsión y envíarme a mi habitación.-sonreí.-O podrías ayudarme a organizar una gran fiesta.

LA NOCHE YA HABÍA LLEGADO Y ESTABA FUERA, COLGANDO ROPA PARA LOS LOBOS.  Me sentí un poco mal por Hayley, se estaba perdiendo de conocer a su familia en persona, sola en el bosque.

Estaba a punto de irme cuando vi el mismo lobo que había estado viendo por un tiempo, sonreí.

-Hola de nuevo. Espero conocerte pronto.

Miré a la luna, estaba casi llena.  Entré para terminar de decorar.

La fiesta estaba en pleno swing.
La mayor parte de la fiesta se había mudado al patio trasero, que había sido decorado con docenas de velas y luces.  Los hombres lobo estaban bailando, riendo, divirtiéndose.  Sonreí mientras los miraba.

Regresé adentro para ordenar las tazas vacías y las latas de cerveza en la sala de estar.

-Dudo seriamente que nos hayas invitado a esperarnos.-Alguien habló.  Me di la vuelta para mirar quién era y volvieron a hablar.-Victoria.

No tuve tiempo de procesar qué demonios estaba pasando, pero cuando me abrazó, supe que era.

-Jackson.- Se apartó y lo miré.-Eres el lobo que me ha estado observando.

-Tengo que estar pendiente de ti. Carga preciosa y todo.

Bajé la vista hacia mi barriga.

-Correcto. Tengo que proteger a los bebés milagrosos.

-No, eso no es lo que quise decir. No me importan los bebés.-Alcé una ceja, -Lo siento, eso salió mal. Quiero decir, por supuesto que me importa. Vamos a empezar de nuevo.

-Gran idea.-me reí.

-Lo que quise decir es que es mi deber vigilar a mi hermana.

Cuanto más hablaba Jackson, más recordaba de mi vida aquí en Nueva Orleans cuando era más joven, era difícil de explicar cuando solo sabía algunas cosas.  Me senté en el sofá.

Jackson me miró.

-¿Por qué te fuiste?- No respondí, principalmente porque algunas partes todavía estaban borrosas.-¿Te acuerdas? -preguntó.

-Mataste por primera vez y nunca me lo dijiste. Cuando salimos a caminar la misma noche que la luna llena, te convertiste...- me detuve.

-¿Y qué? ¿No te has convertido?- él cuestionó

Lo miré.

-¿No te acuerdas?

Sacudió la cabeza y se sentó a mi lado.

-Dime.

Por alguna razón sentí que las lágrimas comenzaban a formarse.

-Tuve suerte. Ambos la tuvimos. Me ibas a matar y no sé por qué, pero Marcel estaba allí. Me obligó a olvidar y me dijo que corriera para salir de la ciudad y lo hice.

Jackson se levantó.

-No, no es así como lo recuerdo.

Me encogí de hombros.

-Bueno, eso fue lo que pasó.

-¿Cómo sabrías?- preguntó.

Suspiré.

-Cuando recogí nuestra biblia familiar, de alguna manera recuperé mis recuerdos.

Me abrazó un poco más fuerte que el primero antes de soltarme, suspiró manteniendo sus ojos en mi estómago,

-Y estás embarazada.

Me reí.

-Sí, ¿no te diste cuenta de la enorme sandía unida a mí cuando entraste?

-Sí.-Las lágrimas comenzaron a formarse nuevamente, pero esta vez supe por qué.  Me aferré a él.

Jackson estaba sentado junto al piano mientras yo me detenía junto a él.  Vi como tocaba.

-Vi a tu amiga, Hayley. Ella... se veía encantadora.

Lo miré.

-Ni siquiera la conoces.

Jackson levantó la vista.

-Nuestros padres conocían a los suyos. Eran de la misma gente, pero no de la misma línea de sangre ... Se suponía que sería mi esposa.

-¿Qué?

-La línea de sangre se remonta al principio. Dos familias: la de Hayley y la nuestra. Sabes que Nueva Orleans solía ser nuestra hasta que lo perdimos todo debido a algunas luchas internas. Los vampiros vinieron tras nosotros, nuestra manada dio un gran paso en falso con los  vampiros cuando nos negamos a dar marcha atrás. Y Marcel nos hizo maldecir por una bruja. Esos bebés son los últimos de nuestra línea de sangre, Victoria. O Thalia. Como más te guste. Estas personas, nuestra gente te seguirá. Puedes ayudarlos, a ti y a lo que representas.

¿Por qué Marcel me ayudaría para luego maldecir mi manada?  No tenía sentido

-¿Y qué es eso exactamente?

-Una época en que las cosas eran diferentes. Cuando nuestra gente se defendió. Y después de todo lo que pasaste por encontrarnos ... Tú eres quien romperá nuestra maldición.

Estaba confundida.

-¿De qué estás hablando?

-Tu amiga bruja. Ella le dijo a Eve que vendría aquí esta noche para liberarnos.-dijo Jackson

-Espera, ¿qué amiga bruja?

Jackson y yo entramos en la cocina.  Llamé a Elijah cuando íbamos a caminar hacia el patio trasero para reunir a los lobos, pero no respondió.  Suspiré e intenté con Klaus, no es esperé que él respondiera.

-Thalia.

-Klaus. Hay algo que...-comencé pero él me interrumpió

-¿Dónde estás?

Miré a Jackson.

-Estoy con... estoy en la plantación, sola.

-¿Por qué no estás en el complejo?

-Eijah pensó que no sería seguro con todas estas cosas de brujas, así que le dijo a Rebekah que me trajera aquí ... Mira, algo está pasando con las brujas.

-Lo sé y tenías razón. Celeste ha vuelto.

Las puertas que salen de la cocina se cerraron mágicamente.

-¿Qué está pasando? -Jackson preguntó.

-Es una trampa. No hice un trato con ninguna bruja.- le dije.

-¿Qué? ¿Estás con Rebekah?

Miré a Jackson.

-No. Ella no está aquí.

-Encuéntrala y quédate con ella hasta que llegue allí.

Fui a agarrar la manija de las puertas francesas y tirarlas, llamas aparecieron mágicamente afuera y retrocedí.

-Es un hechizo. Las brujas, nos están atrapando adentro.

Jackson y yo fuimos a salir corriendo por la puerta, pero nos detuvimos cuando aparecieron más llamas y la puerta se cerró de golpe.

Corrimos hacia la sala de estar para tratar de salir de la casa, pero el hechizo del límite se mantenía encerrado dentro,

-Tenemos que salir de aquí.

Jackson agarró el taburete del piano e intentó atravesar una ventana, pero se hizo añicos al impactar, dejando la ventana intacta.

Ahora dentro de la casa, las llamas crecieron.  Caí tosiendo de rodillas, Jackson agarró un mantel de la parte superior del piano y me lo entregó.

-Aquí. Respira a través de esto.- me instruyó e hice lo que me dijeron.

El fuego continuó creciendo, subiendo por las paredes hacia el techo.  De repente escuché el cristal rompiéndose y en cuestión de tres segundos me encontré en los brazos de Klaus, afuera.

Me tendió en el suelo.

-¿Dónde está Rebekah?

Negué con la cabeza, aún tosiendo.

-No sé. Se fue con uno de los lobos... Klaus, mi hermano todavía está allí.

Suspiró antes de irse para sacar a Jackson de la mansión en llamas.

Jackson y yo nos detuvimos afuera, mirando la casa de plantación incendiada.  Tendría que irse pronto.

-Me tengo que ir. La luna.

Miré hacía arriba y allí estaba.

-Escucha, Jackson. Quiero agradecerte por protegerme y no solo esta noche.

-He estado soñando con esto desde que te fuiste. Nunca pensé que regresarías y definitivamente no pensé que sería así.

Jackson comenzó a alejarse, pero lo agarré por el brazo para detenerlo.

-No voy a parar hasta que encuentre una manera de romper esta maldición. Y te prometo que la encontraré.

Él me sonrió antes de irse.  Volví a mirar la casa.  Había encontrado a mi familia, los había conocido en persona y ahora todo lo que quedaba por hacer era liberarlos de la maldición.

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