❛❛ LA PROBLEMÁTICA CURA ❜❜
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A la mañana siguiente, Caroline parecía estar bien. Klaus escuchaba con atención como ella conversaba con Brooke, su alma gemela.

─Solo necesito entender por qué hacen todo esto. ¿Es necesario que esté aquí encerrada? ¿Era necesario matar a Kol? ─cuestionó Brooke, claramente molesta.

─No, no era parte del plan que estuvieras aquí encerrada ─negó rápidamente Caroline, haciendo una mueca antes de continuar─ Y sobre Kol...

─¿Qué? ─dijó Brooke, visiblemente impaciente─ Solo dilo.

─Jeremy siempre pensó que esa era la única manera de que lo dejara en paz. Elena estaba de acuerdo con él, pero repentinamente decidió cancelar el plan ─explicó Caroline, esquivando la mirada de Brooke.

─¿Y por qué lo canceló? ─inquirió Brooke, cruzándose de brazos.

─Por ti ─respondió la rubia con obviedad─ Sé que tal vez no me creerás, pero Elena realmente quiere esforzarse por estar bien contigo... incluso si eso significa darle la espalda a Jeremy.

─¿Y entonces qué pasó? ¿Por qué siguieron con el plan? ─preguntó Brooke, cada vez más desconcertada.

─Bonnie y Jeremy estaban convencidos de que era la única manera, así que ignoraron lo que Elena dijo y continuaron el plan sin ella ─añadió Caroline.

─¿Cómo sabes todo esto, Caroline? ─Brooke frunció el ceño, mirando a la rubia con desconfianza.

─Hablé con Elena ayer. Me lo contó todo ─respondió la Forbes con sinceridad.

Brooke permaneció en silencio unos segundos, intentando procesar lo que acababa de escuchar. ¿Era posible que Elena realmente quisiera reconciliarse con ella después de tanto tiempo?

Antes de que pudiera decir algo, Caroline se levantó del sofá, sacando su teléfono.

─Necesito atender esto ─anunció la rubia mientras se dirigía hacia la salida de la casa.

─Dime que no es en serio... ─murmuró Caroline, alarmada por las palabras de la doppelgänger.

─Eso quisiera. Cuando volvimos de buscar a Jeremy, Bonnie y Shane ya se habían ido. Shane necesita a Bonnie para hacer el hechizo y encontrar la cura, y logró escaparse delante de nosotros ─explicó Elena con frustración.

─¿Y dónde está Damon? ─preguntó Caroline, cada vez más inquieta.

─Discutimos. Pensé que había salido a caminar, pero en la playa encontramos signos de pelea... ─respondió Elena.

─¿Qué significa eso? ─preguntó la Forbes, con el ceño fruncido.

─Significa que alguien lo atacó y lo capturó ─concluyó la Gilbert menor.

─¿Crees que fue Shane? ─preguntó la rubia.

─No. Shane no es tan fuerte como para enfrentarse a Damon, incluso tomándolo por sorpresa. Debió contar con ayuda ─asegura Elena.

─Ojalá pudiera ayudar. Lo siento mucho ─se disculpó la rubia con sinceridad.

─De hecho, hay algo que podrías hacer ─intervinó Stefan.

─Lo que sea, dime ─respondió Caroline.

─Shane está buscando la cura. Tenemos una foto del tatuaje del cazador, pero no podemos traducirlo sin la espada... ─comenzó a decir el Salvatore.

─No sirve de nada sin la espada del cazador ─interrumpió Caroline.

─Jamás nos la entregará ─dijo Rebekah.

─Tal vez no tiene que entregarla ─dijo Stefan, pensativo─ Klaus está atrapado en casa de Elena por el hechizo de Bonnie. No puede salir de ahí, y no es fácil esconder un metro de metal...

─La encontraré. Tranquilos, solo envíenme la foto del tatuaje de Jeremy. Yo me encargaré de buscarla y los llamaré ─aseguró Caroline antes de colgar.

─Gracias, Caroline ─dijo Stefan, antes de que la llamada terminará.

Caroline suspiró y guardó su teléfono, decidida a cumplir su palabra.

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Brooke finalmente lograba conciliar el sueño en el sofá, pero comenzó a escuchar voces a su alrededor.

─Bueno, ya quedó. Tradujimos todos los símbolos ─dijo Caroline mientras observaba las imágenes esparcidas sobre la mesa.

─"Pasaje, un joven senador y una flor bonita" ─leyó la rubia, frunciendo el ceño─ ¡No! ¡Esto no tiene sentido!

Klaus pronunció una frase en arameo y luego la tradujo al inglés:

─Se necesita una bruja poderosa y un cazador que haya florecido ─

─¿Qué estás haciendo? ─preguntó Tyler, cruzando sus brazos.

Klaus lo miró con desdén antes de responder:

─No necesito darte mis razones ─

─Caroline, tráeme mi espada ─ordenó Klaus, y ella obedeció.

Con la espada en mano, Klaus se la entregó a Brooke.

─"Silas está en el fondo; su destrucción está a la mano" ─leyó el híbrido, descifrando el texto.

─Gira el criptex a la derecha, amor ─le indicó a Brooke, quien lo hizo rápidamente.

─¡Basta! "La punta del mango revela la clave de un mapa náutico" ─añadió Klaus, observando cómo se desplegaba la espada.

─Ahora, a la izquierda ─dijo nuevamente, guiando los movimientos de Brooke─ Y la otra pieza también.

Finalmente, Klaus dijo su última lectura en arameo, y Brooke, gracias a los conocimientos que había adquirido en los últimos días, entendió la frase.

Tiempo atrás, ella había encontrado libros de idiomas antiguos en el estudio de Klaus y, fascinada, le pidió que le enseñara un poco de arameo. Para su sorpresa, él accedió.

─¿Qué significa? ─preguntó Caroline, rompiendo el silencio, mirando a ambos con nerviosismo.

El dúo de almas gemelas intercambiaron una mirada cómplice antes de que Caroline insistiera:

─Brooke, ¿qué significa? ─

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Caroline se acercó a Tyler y marcó el número de Rebekah.

─¿Diga? ─respondió la voz de la original al otro lado de la línea.

─Hola, soy Caroline. Tenemos la traducción del tatuaje. Les mandaremos fotos del mapa e instrucciones ahora mismo ─informó la rubia.

─Las tengo. Gracias ─agradeció Rebekah con sinceridad.

─De hecho, fui yo ─intervino Klaus con una sonrisa.

─Y yo ─añadió Brooke.

─Es bueno oírte, Brooke. Te extrañé y debería agradecerte por convencer a Nik de que nos ayudara ─dijo Rebekah, algo sorprendida.

─Suenas sorprendida, hermanita ─comentó Klaus divertida .

─¿No debería?, no quieres que sea humana, no quieres que nadie lo sea. ¿Por qué nos estás ayudando? ─espetó Rebekah, escéptica.

─Tal vez entendí que cuanto más estorbe tus deseos, más me odiarás. Tal vez quiero que mi hermanita conozca la felicidad ─admitió Klaus con sinceridad.

─El primer engaño es tu culpa. Los siguientes cien son míos ─dijo Rebekah, incrédula.

─No más engaños, no más juegos. Espero que vivas y mueras como desees ─respondió Klaus, mirando a Brooke, quien asintió en silencio.

─Igual yo ─afirmó Rebekah, con un suspiro.

─Solo hay algo más, Bekah... ─intervino Brooke, atrayendo la atención de Caroline y Tyler.

─Hay solo una dosis de la cura. Tienes que tomarla antes que ellos... ─la castaña no alcanzó a terminar la frase, pues Tyler finalizó la llamada abruptamente.

─Sorpresa ─se burló Klaus, provocando que Brooke riera levemente.

La castaña sabía lo mucho que Caroline anhelaba volver a ser humana, pero si había alguien que realmente merecía la cura, era Rebekah. Después de todo, ella era su mejor amiga y entendía cuánto deseaba ser humana.

─¿Qué fue lo que dijeron? ─preguntó Caroline, atónita.

─Lo que escucharon: solo hay una cura ─respondió Klaus mientras se sentaba al lado de Brooke.

─Bueno, no sé ustedes, pero yo tengo bastante confianza en que Rebekah será quien tome la cura primero ─comentó Brooke, cruzándose de brazos.

Caroline y Tyler fruncieron el ceño ante sus palabras. Sin más, Tyler salió de la casa, seguido por Caroline, quien dio un fuerte portazo al salir.

─Es bueno que hayas aprendido arameo ─comentó Klaus, observando a Brooke con un sonrisa.

─Digamos que tuve un buen maestro ─respondió ella, dedicándole una leve sonrisa.

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Ya habían pasado un par de horas, y Rebekah no había llamado a la castaña. Caroline tampoco había regresado con noticias de ningún tipo.

─Estoy comenzando a estresarme. Rebekah no me ha llamado para decirme que obtuvo la cura ─comentó Brooke, cruzándose de brazos.

─No seas impaciente, amor. Seguro llamará ─aseguró Klaus, manteniendo la calma mientras la observaba.

─Quizás despertaron a Silas y los mató a todos, o tal vez llegaron hasta allí, pero alguien robó la cura antes que ellos ─dijo Brooke ansiosa.

─¿Por qué estás tan negativa? ─cuestionó el híbrido, arqueando una ceja.

─Lo lamento, es solo que llevamos casi tres días encerrados aquí. Me aburro, este sofá es muy incómodo y lo único que he comido es café y un croissant ─respondió la castaña, dejando escapar un suspiro.

El híbrido soltó una carcajada.

─Es en serio. Ahora entiendo a Alaric. Al principio, cuando él se quedaba aquí, solía dormir en este sillón. Recuerdo que una vez admitió lo incómodo que era. Ahora lo comprendo perfectamente ─añadió ella, apoyándose en el respaldo con frustración.

─Bueno, al menos nos encerraron aquí y no en otro lugar ─comentó Klaus con positivismo.

─No me quejaría si nos hubieran encerrado en mi habitación ─espetó la Gilbert , provocando que Klaus la mirara con una expresión divertida.

─¡Oh, por Dios! Eres un pervertido. Ni siquiera estaba pensando en eso. Yo estaba pensando en mi cama, mi ropa, mi baño... ─se apresuró a explicar la castaña, señalándolo acusadoramente mientras él levantaba las manos en señal de inocencia.

─Yo pienso que tú eres la pervertida, amor. Yo no estaba pensando en eso ─se burló Klaus con una sonrisa traviesa.

─Ajá, claro. ¿Y en qué estabas pensando? ─cuestionó Brooke, entrecerrando los ojos mientras lo observaba con desconfianza.

─En cómo es tu habitación. Después de todo, nunca la he visto ─respondió el híbrido con tono inocente.

─Claro, Nik. Sé cuándo estás mintiendo ─replicó la castaña con una sonrisa incrédula, mientras él reía bajo.

─Volviendo al tema... Piénsalo. Si los mataron, la barrera ya debería haberse roto ─dedujo Brooke.

─Inténtalo, amor. Aunque no te decepciones si no puedes salir ─le sugirió Klaus, mirándola con un leve gesto de ánimo.

La castaña se puso de pie y se acercó a la barrera. Extendió una mano con cautela... y lo logró.

─¡Se rompió! ─exclamó ella, girándose hacia Klaus con una sonrisa.

El híbrido sonrió al verla tan feliz.

─Ya vámonos de aquí, Nik ─indicó Brooke, impaciente, mientras él se levantaba para seguirla. Ambos lograron cruzar la barrera sin problemas.

─¡Eres brillante, amor! ─exclamó el híbrido, levantándola en brazos y besándola apasionadamente, mientras Brooke reía divertida.

─Larguémonos de aquí. No me arriesgaré a que nos encierren otra vez ─dijo ella, tomando la mano del híbrido y juntos, salieron rápidamente del lugar.

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A la mañana siguiente, Brooke se dirigió a su antigua casa tras enviarle un mensaje a Caroline, pidiéndole verla con urgencia.

─¿Caroline, tienes noticias sobre los chicos? ─preguntó la castaña al entrar, mientras revisaba su teléfono y se mensajeaba con Klaus.

─No, pero ya deberían llegar ─respondió Caroline, quien estaba limpiando el suelo dedicadamente.

─Déjame ayudarte ─ofreció Brooke, acercándose a ella con intención de tomar el trapeador.

─Puedo hacerlo sola, Brooke. No necesito tu ayuda ─espetó la rubia, sin siquiera mirarla.

─Mira, lamento lo de ayer, ¿sí? Pero cuando Rebekah obtenga la cura, le pediré que la comparta contigo ─se disculpó la castaña, al notar su enojo.

─No se trata de eso, Brooke. Deberías habérmelo dicho antes porque yo soy tu amiga ─replicó Caroline, mirándola fijamente.

─¿Por qué te lo habría dicho antes? ¿Para que fueras corriendo a contárselo a Elena o a Bonnie? ─se defendió Brooke, cruzando los brazos.

─¿Es que no lo entiendes? Elena está de tu lado, Brooke ─dijo Caroline, con una mezcla de obviedad y frustración.

─Sí, pues yo todavía no puedo confiar en eso ─aclaró la castaña, negando con la cabeza.

─Como sea, no se trata de Elena. El problema es que ahora la dosis es menor, y hay algunos que no podrán beberla ─explicó Caroline, dejando el trapeador a un lado.

De pronto, la puerta se abrió, y ambas se giraron para ver a Elena entrar apresuradamente.

─Volvieron ─anunció Caroline.

Detrás de la doppelganger, Stefan apareció cargando a Jeremy, quien yacía inconsciente en sus brazos.

─¿Qué ocurrió? ─preguntó Brooke, alarmada, mientras avanzaba hacia ellos.

─Vamos, hay que llevarlo arriba ─indicó Elena, y Stefan asintió antes de seguirla.

Minutos después, Stefan bajó las escaleras y se acercó a Brooke, que lo esperaba con una expresión de preocupación.

─¿Qué ocurrió? ─preguntó la castaña.

─Brooke, siéntate, por favor, y trata de calmarte ─pidió Stefan con suavidad, colocándole una mano en la espalda para guiarla hacia el sofá.

─No me pidas que me calme, Stefan. ¡Traías a mi hermano inconsciente en tus brazos! ¿Qué ocurrió? ─exclamó Brooke, negándose a sentarse hasta obtener respuestas.

─Seré directo ─dijo el Salvatore finalmente─ Silas llevaba dormido unos dos mil años. Katherine apareció allí, haciéndose pasar por Elena. Silas necesitaba sangre, y Katherine hizo que Jeremy le diera la suya. Él... está muerto.

Brooke parpadeó, tratando de asimilar la reciente información.

─Está bien, pero él lleva su anillo. Estará bien, ¿verdad? ─asumió ella tratando de mantenerse tranquila, pero la mirada de Stefan la preocupó aún más.

─¡No me mires así, Stefan! ¿Qué ocurre? ¡Habla! ─insistió ella, al borde del colapso.

─Jeremy es uno de los cinco, Brooke ─explicó Stefan con delicadeza.

─Eso significa que es sobrenatural y su anillo no funcionará, ¿cierto? ─preguntó ella, entendiendo la situación.

─Sí, el anillo no funcionará en él ─confirmó Stefan tomando su mano en apoyo.

─¿Dónde está la cura ahora mismo? ─intervino Caroline, nerviosa.

─Katherine se la llevó ─respondió el Salvatore.

─¡¿Qué?! ¿Cómo se la llevó? ─exclamó la rubia, indignada.

─No ahora, Caroline ─pidió Stefan, señalando a la castaña sutilmente.

Ambos dirigieron la mirada hacia Brooke, quien tenía los ojos vidriosos.

─¿Elena lo sabe? ─preguntó la castaña con voz quebrada.

─No, no pude decírselo ─respondió Stefan, bajando la mirada.

─Entiendo. Iré con ella para despedirme de Jeremy ─indicó Brooke, levantándose del sofá.

─Brooke, no se lo digas. No aún. Ella todavía tiene esperanza ─pidió Stefan.

─Por favor, Stefan. Elena ya es lo suficientemente grande. No puede vivir el resto de su vida con la ilusión de esperanza ─respondió Brooke con una sonrisa falsa.

─No te preocupes por romperme la ilusión ─interrumpió Elena, apareciendo en la sala─ Yo sabía que Jeremy era sobrenatural. Pero... ya no está el tatuaje.

─El tatuaje tenía un hechizo que rompía la cámara. Tal vez el hecho de que ya no esté significa que cumplió su destino sobrenatural ─dijo la doppelgänger, tratando de convencerse a sí misma─ Tal vez volvió a ser normal. ¿Es posible, no?

─Elena... ─comenzó a decir Caroline, pero fue interrumpida.

─Es posible, Caroline. Quizás poco probable, pero es esperanza, y no la perderé. Me aferraré a ella porque no hay otra forma. No voy a dejar que mi hermano muera... y no estoy en negación ─espetó Elena, con seguridad.

─Bien. Yo tampoco dejaré que mi hermano muera. Así que, si de algo sirve, tendré esperanza como tú, Elena. Espero que en serio sirva de algo ─apoyó Brooke, al verla visiblemente alterada.

─Vamos con él ─pidió Elena, y Brooke la siguió.

A pesar del resentimiento que Brooke aún guardaba por las traiciones de Elena, sabía que era momento de dejar esos sentimientos negativos de lado. Su hermano estaba muriendo, o quizás ya estaba muerto. En ese instante, necesitaba apoyarse en Elena, al menos por un momento. Era necesario despedirse apropiadamente de Jeremy.

Voten y comenten que les pareció esté capítulo, ya que me motiva mucho a actualizar 🤍 ✨

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