— ¿Sigues despierto? — preguntó aquel chico castaño que subía los escalones del cuarto templo, dándose cuenta que su guardián estaba afuera.

—Sí, ¿y tú, que haces fuera de tu templo, vienes de géminis? — preguntó, Aioros soltó una pequeña risilla.

—No, vengo de terminar mi guardia en Rodorio

No hubo ninguna respuesta, Sagitario siguió ascendiendo los escalones, las estrellas en el cielo nocturno le daban al ambiente un aire de calma pero para uno de los dos presentes, la calma no podía albergarse en su corazón, porque aún no estaba seguro de merecer lo que había recibido, Aioros estaba por entrar al templo de cáncer cuando fue detenido por la voz de su guardián.

— ¿Por qué los perdonaste tan rápido? — Dijo viendo como Aioros se sentaba a su lado y le miraba — Shura y Saga te hicieron mucho daño y aun así, tú, los perdonaste, incluso me perdonaste a mí, no merezco tu perdón ni el de Athena, nunca debió darme vida nueva.

—Death, en verdad mereces la nueva vida, solo tienes que creer que es así — el cuarto guardián desvió la mirada — los perdone porque quería estar en paz con ellos y con todos ustedes.

Cerro los ojos dejando que una traviesa lagrima resbalara por su mejilla, lo había comprendido entonces, lo había experimentado de Asgard, cuando su armadura decidió volver a pelear con él, lo descubrió cuando se vio con todos sus compañeros, pero era distinto, pudo ser que los demás hayan aceptado que él volviera pero él no podía perdonarse así mismo, no cuando su mente le recordaba todo lo malo que había hecho.

Al parecer, sagitario había notado ese cambio en su acompañante, el nerviosismo en el ambiente y el inconfundible miedo a algo estaban ahí, entonces, sin pensarlo ni un segundo, el castaño rodeo con sus brazos al albino quien trato de zafarse.

—Lo necesitas, Death — dijo y en ese mismo instante correspondió.

De alguna manera, aquel abrazo le estaba recordando que, por más fuerte que fuese, también era humano y también podía sufrir y cometer errores porque, vamos, el humano no es perfecto, aquellos cálidos brazos estaban salvándole del abismo del que no podía salir y aquella noche, solo fue el comienzo de su salvación, de una que, aunque no creía, era merecedor.

🐴🦀
Ship que seguro tampoco habían visto.

este cangrejito y sus inseguridades.

Vhope533, este va para ti.

Dan R