Le había prometido volverse fuerte para poder protegerlo de cualquier peligro, para que nunca tuviera que salir a la calle con miedo, en ese entonces apenas eran unos niños de 5 años, destinados a distintos caminos, educados para diferentes cosas, con responsabilidades distintas y llenos de ilusiones contrastantes pero siempre habían sido amigos, habían nacido ambos en una noche con ventisca de invierno, ambos dentro de las paredes del imponente castillo de Bran, pero en distintas habitaciones, Camus en la torre más alta de aquel castillo bajo la supervisión del rey y de dos vestales, mientras que Hyoga había visto como primer hogar el cuarto de servicio.

Los únicos niños en aquel castillo, los únicos que compartían tardes enteras entre lecciones y juegos, pronto se separaron, Camus debía de ser educado para suceder a su padre y Hyoga prometió volverse fuerte para protegerlo, con esa idea en la cabeza partió, cada día se extrañaban mucho más, se pensaban cada vez que la luna les saludaba en lo alto del cielo.

Entonces sucedió, Camus ascendió al trono y fue nombrado rey, un par de días despues, sentado en aquel rojizo trono de caoba, vio entrar a un caballero, rubio de ojos azules, se levantó rápidamente, aquella mirada jamás la olvidaría, esos ojos fríos como el hielo, esa piel y esos cabellos dorados como los hilos del sol, ocupando todo su autocontrol se acercó a él y trago saliva.

Lo vio acercársele, aquellos cabellos tan rojos como la sangre misma y esos ojos impenetrablemente helados que le recordaban los copos de nieve que se estampaban en su nariz, esa pálida piel de porcelana que estaba seguro era suave como un algodón, frente a frente lo tenía, sin esperar una palabra se arrodillo ante él.

—Mi rey — dijo Hyoga — estoy aquí para jurarle a usted lealtad, prometo protegerlo de cualquier peligro que ose perturbar su paz, prometo entregar mi vida para su bienestar, es un honor servirle.

Solo pudo sonreír ante aquello, había cumplido su promesa y ahora ambos eran leales el uno al otro, así: sin mentiras, sin traiciones, sin engaños, solo ellos y su lealtad. 

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Ship culposa a la vista.

El Castillo de Bran esta ubicado en Rumanía y se cree que fue el hogar de Vlad Tepes "El Empalador" (Drácula).

Espero que les haya gustado.

Dan R