Si tú no existieras, dime ¿Por qué existiría yo?

Reposaba en el sillón de aquella mansión que era su hogar mientras su pareja recién entraba por la puerta principal, tirando sus cosas lejos y yendo a dónde él solo para besarle seductoramente los labios y sentarse en sus piernas sutilmente siguiendo con aquella inocente provocación que terminó por surtir efecto en la mente de aquel que yacía sentado en aquel sofá, aquellas manos pasaron a lo largo de esa pequeña y bien formada espalda solo para perderse debajo de aquella camisa rosada haciendo estremecer a su dueño.

Si tú no existieras, intentaría inventar el amor.

Sorrento sonrío entre el beso que no dejaba de subir de intensidad, era feliz con Julián, desde hace ya un par de años, no le importó nada, simplemente amaba ser amado con la misma intensidad, ahora sentía aquellos labios descendiendo lentamente por su cuello dejando un camino de saliva y de pequeñas marquitas rojas por donde pasaban, marcando territorio, haciéndole saber a todo el mundo que era suyo, suyo y de nadie más, haciéndole saber al universo que lo amaba más que nada.

Si tú no existieras, solo sería un punto en este mundo que viene y que va y me sentiría perdido.

Ahora se veía siendo complacido por la boca de su pareja cuya tarea era recorrer su blanco pecho sin tener en cuenta que el reloj marcaba las cuatro de la tarde, le miraba enamorado, como si fuese la primera vez que pasaba lo que estaba pasando, enredaba sus dedos en las hebras azules que descendían de a poco por su abdomen deteniéndose en sus costillas y luego en su vientre para subir de nuevo a su corazón y repetir una y otra vez aquel recorrido que parecía no aburrirle.

Si tú no existieras, podría fingir ser yo pero no sería real.

Y no supo en que momento pasó de estar sentado sobre las piernas de su amado a estar con la espalda apoyada en la pared de la sala siendo recorrido por las manos y labios de Julián mientras sentía en su interior una y otra vez la sutil fiereza del majestuoso y erguido miembro que arremetía en su punto dulce sin parar mientras él se deshacía en una sinfonía de placer que le hacía tocar el cielo con los dedos y vislumbrar el infierno con la mente.

Si tú no existieras, buscaría el secreto de la vida, el por qué; solo para crearte y mirarte.

Los pedidos de más y las suplicas por velocidad y rudeza estaban a la orden del día, ninguno quería detenerse, seguían ahí, envueltos en su mundo de placer y de sentimientos lujuriosamente tiernos profesados por dos mentes que ahora yacen perdidas en el placentero universo del amor carnal, un par de movimientos más y aquella actividad culmino en un orgasmo conjunto que rompió sus gargantas y destrozó sus entrañas de nueva cuenta.

Y siempre estaba ahí la duda, la incertidumbre de pensar en una vida sin el contrario, porque la felicidad en sus vidas tenía nombre y apellido; sus insomnios, edad y nacionalidad; sus orgasmos y pensamientos, profesión y trabajo y siempre estaba la duda y la pregunta:

Si tú no existieras, dime ¿Por qué existiría yo? 

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Amé este, espero que les haya gustado también a ustedes. 

Para: anamkda disculpa la tardanza, espero que lo hayas disfrutado. 

Dan R