Nunca supo si aquella voz en su cabeza era producto o no de su imaginación pero desde que perdió a lo único en este mundo que en verdad quería, nada fue igual para aquel castaño que ahora discutía en voz alta con aquel "esperpento" que solo se aparecía cuando quería molestarlo y recordarle que la culpa había sido de él y nada más de él, que su amado Aioros había muerto por su culpa y que, hiciera lo que hiciera, jamás lo tendría de vuelta, se veía al espejo y ahí estaba él, como si fuese su sombra, como si fuera más que solo una estúpida alucinación.

Aquellos ojos rojos le miraban fijamente a través de aquel cristal mientras aquellas pálidas manos se ensanchaban en sus mejillas haciendo que esas largas y filosas uñas le rozaran cada una de las fibras de su rostro, la sonrisa retorcida en aquella boca estaba tan cerca de los oídos del castaño que casi parecía besarle el lóbulo mientras esa palidez se mezclaba con aquella bronceada tez, Aioria tenía la respiración entrecortada y un frio indescriptible en todo el cuerpo, era de noche y hacia frio, la luna en lo alto del cielo solo confirmaba las sospechas, aquel espectro al que Aioria llamaba Saga, se acercó mucho más a él.

—Tú lo mataste — le susurro con tan terrorífica voz que solo pudo sentir cada una de sus fibras retorcerse

—No, eso no es cierto — se llevó las morenas manos a la cabeza y negó repetidas veces.

— ¡Mientes! — Le volvió a decir — ¡Tú lo mataste!, ¡fue tu culpa!

—No, no, no, no lo hice — cayó de rodillas y siguió negando con la cabeza —el mentiroso eres tu — se tomó el cabello con violencia.

—Aioria, Aioria, Aioria, — una estruendosa y maléfica risa salió de aquella mueca retorcida que no se iba — tu culpa te atormenta, yo no soy más que un mensajero.

— ¡CALLATE! — Gritó y se abrazó así mismo — ¡DEJAME EN PAZ!

—Oh mi niño — aquella sonrisa malvada no se iba ni un segundo, se acercó de nuevo a su oído — sabes que no tienes a nadie, esta habitación y yo somos lo único que te mantiene vivo — rio de nuevo — sabes tú culpa, ¡tú mataste a Aioros!

— ¡NO FUI YO! — intento golpear a Saga sin tener éxito, sus lágrimas hacían parecer a aquellos ojos verdes un par de joyas rubí, las descendientes gotas amargas no dejaban de salir.

—Oh, mi pobre y desamparado pequeño — rio aún más en un tono casi terrorífico — la mañana esta pronta a llegar y tú debes aceptar la culpa — le tomó de los hombros con esa frialdad fantasmal — vamos, ven conmigo, pequeño — le susurro de nuevo.

No podía más, no lo había hecho pero tantas veces se lo había dicho Saga que comenzaba a creer que fue culpa suya cuando en realidad, Aioros fue quien decidió recibir aquella bala, ahora, en aquella habitación blanca en el hospital psiquiátrico, el guardia de seguridad ha encontrado el mensaje en el espejo escrito con sangre: "THE DEVIL WHISPERED ME"

😈🐱
Llegue tarde, pero mejor tarde que nunca.

Culpen al Fan art de la multimedia. 

Me encanto hacer esto 

Dan R