Vamos al jardín, hay algo esperando, justo donde tú lo dejaste esa vez.

Esperando tranquilo, tumbado en el pasto, a su amigo y vecino que llega una vez el sol se oculta en el ocaso, espera tranquilo en aquel jardín, a ese niño de sonrisa amable y gran corazón, sus cabellos lilas danzan con el aire y siente como alguien se sienta a su lado, ese jardín, escondido entre los arbustos que dividen ambas casas se ha convertido en su refugio, en su secreto mejor guardado y en su punto de reunión al atardecer, sigue ahí como el día anterior, con la sonrisa en el rostro y los ojitos verdes brillantes, Aldebaran ha llegado y la felicidad ha arribado de su mano.

Cuando al fin lo encuentres, verás que está gastad, pero por debajo conserva su luz.

Ha atravesado los arbustos verdes al pie de su casa y lo ha encontrado, como siempre, sentado en el pasto esperando por él, le ha sonreído como todos los días y se pregunta en silencio ¿Cómo alguien como él, puede anhelar la felicidad que al parecer no tiene?, la respuesta a su pregunta, quizá no llegará, pero su deseo sí que se cumplirá, Mu paso de ser su vecino rico a ser su mejor amigo, y no se arrepiente de nada, de nada más que de no haber llevado un regalo para él.

—Perdona — dijo con la mirada baja — sé que es tu cumpleaños pero no he traído nada.

La risita de Mu llena sus oídos, ¿qué sucede? Solo siente los pequeños brazos rodearlo con cariño, con sus escasos 8 años, ya comprende que es lo que pasa y que quiere en la vida, solo a él, solo necesita a Aldebaran para ser feliz, importándole poco las mesas de cristal y los muros de mármol de su casa, no necesita la joyería de oro de mamá o el auto de papá, simplemente lo necesita a él.

—No importa, solo quiero estar contigo — responde y la inocencia de ambos se junta en un juego que parece durar una eternidad.

Todo sigue donde lo dejaste, todo igual pero cambiante.

Los años pasan y aquel jardín sigue ahí, viendo como aquellos dos pequeños, ahora no tan pequeños siguen viéndose ahí, justo cuando el ocaso comienza, cuando la ventisca fresca choca con sus rostros, justo en primavera y en verano, a la sombra del otoño y en el invierno frío, los años pasan y luego de exactamente 16 años...

Muy poco a poco, diariamente de alguna manera, todo está igual.

🐂🐏
este salió muy bonito, mi OTP.

para: AnibelisSalasDiaz Espero que te haya gustado, linda.

Dan R