Recién comenzaba el invierno y en su corazón ya había nieve, como siempre, como todos los días del año, caían copos de noche y de día, había tormentas y avalanchas una vez a la semana y las plantas y el sol, jamás salía de su escondite para hacerse presente, todos los días, a todas horas, en todo momento sin excluir a ningún segundo, todo el paisaje de aquel corazón tenia nieve, y aunque no le resultaba importante, alguien disfrutaba de aquellas torrenciales nevadas.

Y era nieve a todas horas, y sus manos se enfriaban cuando le tocaba, porque la nieve fría de la piel de Camus combinaba a la perfección con la porcelana de la dermis del poderoso portador de la espada sagrada, y él, disfrutaba de ver la nieve caer de sus ojos y como las avalanchas venían acompañados de un sinfín de frías caricias que a cada instante se volvían cálidas y hermosas, podía hacer muñecos de nieve con las mantas de la cama y provocar una tormenta con solo el rose de sus dedos, a Shura le comenzó a gustar la nieve el día en que quedó atrapado en una terrible tormenta.

 Y todos decían que ellos eran como la nieve y el calor, no podrían estar juntos, aunque solo los separase la edad, y decían que la seriedad de ambos sería un problema cuando el verdadero problema eran las palabras que decían a sus espaldas, eran como la nieve y el invierno, no podían ser el uno sin el otro, eran como los copos y el aire gélido, uno ayudaba al otro cuando lo necesitaba, eran como la nieve y el frío, adaptados para abrazarse sin lastimarse. 

🐐❄
Ship que he visto muy poquito.

cortito pero conciso 

Dan R