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CAPÍTULO XIV = UNA PETICIÓN

Arthur sonrió ante esa revelación y de nuevo, comenzó a llorar de felicidad abrazando a su hija, quién también derramó un par de lágrimas. James los observaba con una enorme sonrisa en el rostro. Quizá era el momento de hablar con Arthur y hacerle una petición, algo que cambiaría para siempre su vida y la de Lyna.

-¡Los felicito a ambos! – Dijo Arthur por fin y se levantó para extenderle los brazos a James - ¡Sé que tengo más nietos! Pero este será el hijo de mi niña y eso lo convierte en un acontecimiento especial – Sonrió estrechando a Bucky entre sus brazos.

Buck correspondió a ese abrazo tan cálido y afectuoso, estaba feliz por ese recibimiento de parte del padre de Lyna, no creyó que el hombre fuera a tratarlo de esa forma, pero le daba gusto que el señor Bramson hubiera cambiado de parecer y no lo odiara, ni le guardara rencor; si no todo lo contrario, lo considerara parte de su familia. James se separó lentamente de Arthur y tomó a Lyna de la mano, miró al hombre y suspiró antes de hablar.

-Hay algo muy importante que he estado pensando durante todo este tiempo – Exclamó Bucky mientras que Lyna y Arthur lo miraban con curiosidad – Es una petición muy especial que me gustaría hacerle, señor Bramson.

-¿De qué se trata, hijo? – Preguntó el anciano.

-Yo quisiera que mi relación con Lyna fuera más sólida – Respondió Bucky – Lo medité durante muchas noches y ahora que vamos convertirnos en padres, me gustaría llevar la relación a otro nivel – Dijo mientras se frotaba la barbilla.

-¿A qué te refieres con eso, James? – Preguntó Lyna llena de curiosidad.

-Sé que pude haber hecho las cosas de otro modo – Añadió James sin responder a la pregunta de Lyna – Pero creo que soy un hombre algo anticuado y con otras ideas. ¡Yo de verdad amo a su hija! – Continuó – Me he propuesto enmendarme, ser mejor persona, tener un empleo y obtener esa ansiada segunda oportunidad, ¡quiero ser feliz para siempre al lado de Lyna! – Exclamó el soldado con emoción – Es por ello que me gustaría pedirle la mano de Lyna en matrimonio.

Los ojos de la muchacha brillaron de emoción al escuchar las palabras de su amado y se lanzó sus brazos para besarlo con intensidad. James la recibió y sonrió levantándola un palmo del piso y correspondiendo a ese beso. El padre de la chica los observaba y sonreía, no cabía en sí de contento. A pesar del modo tan peculiar en el que ambos se conocieron, eran felices y estaban muy enamorados. Él no podía destruir la felicidad de su hija, ya lo había hecho una vez y estaba dispuesto a remediar ese daño. Carraspeó para hacerse notar y sonrió de nuevo.

-Me alegra que hayas decidido hacer las cosas del modo correcto – Dijo Arthur Bramson – Estoy seguro que mi hija no podría ser más feliz con alguien que no fueras tú, James. A pesar de todo, ella es muy feliz a tu lado y eso es lo que a mí realmente me importa; verla tan dichosa, tan sonriente y llena de vida – Suspiró el hombre – Así que ambos tienen mi consentimiento y mi bendición. ¡Sé que tú eres el indicado para Lyna! Pero ella es quién tiene la última palabra, ¿por qué no se lo preguntas?

Bucky sonrió y asintió, mientras buscaba en el bolsillo de su pantalón una cajita de terciopelo color rojo, ¡era el momento de dar ese gran paso! Se arrodilló frente Lyna, quién lo miraba enternecida y aguantaba las lágrimas. James abrió la caja que contenía un precioso anillo con un zafiro en el centro, rodeado de diminutos diamantes que formaban una flor; suspiró y comenzó con su discurso.

- El momento más feliz de mi día es cuando estoy junto a ti, porque al estar a tu lado es sinónimo de paz y armonía. Tú me das esa seguridad que necesito para afrontar las adversidades y mantenerme de pie en esta lucha – Dijo Bucky con una enorme sonrisa en los labios y sin dejar de a Lyna a los ojos - Juntos hemos superado las más complicadas adversidades que se pueden presentar en esta vida – Continuó al tiempo que ella reía y asentía – Sin embargo, nuestra relación jamás se vio afectada a raíz de las vicisitudes que iban apareciendo, sino todo lo contrario, se fortalecía y crecía cada vez más. A lo largo de este tiempo, me he convencido absolutamente de que eres la mujer de mis sueños y con quien dentro de poco formaré una familia – Exclamó y volvió a suspirar – Lyna, amada mía, ¿te gustaría convertirte en mi esposa?

-¡SÍ, SÍ, SÍ! – Gritó Lyna llena de felicidad mientras que James le colocaba el anillo en su dedo – Nada me haría más feliz que convertirme en tu esposa – Exclamó entre lágrimas - ¡Te amo tanto, Bucky Boo!

-Y yo a ti, mi pequeña – Exclamó el hombre sujetándola entre sus brazos para besarla con mucho amor y pasión.

Lyna estaba tan feliz, sentía que su corazón iba a salirse de su pecho; ¡nunca se lo había imaginado! James y ella jamás habían hablado de matrimonio, siempre se concentraban en el presente, disfrutándose uno del otro. Pero ahora todo iba a ser distinto, ella pronto se convertiría en madre y esposa.

-¿Y para cuando planean la boda? – Preguntó Arthur - ¿Dónde piensan vivir?

-Yo opino que nos casemos cuanto antes – Dijo Bucky – Será algo sencillo – Sonrió de medio lado – No estoy muy seguro, pero creo que estoy dentro de los Vengadores – Añadió encogiéndose de hombros – Pero aún así, tengo planeado hablar con Stark y pedirle trabajo... ¡no voy a quedarme así para siempre! Ahora tengo responsabilidades y un hijo no es algo para tomarse a la ligera – Comentó Bucky con convicción.

-Además Tony nos ha dejado vivir en la torre – Sonrió Lyna con emoción – Tony y Buck han hecho las paces, así que creo que ahí estaremos bien y como él ahora es parte de los Vengadores, pienso que lo mejor es establecernos ahí.

-Yo preferiría que vivieran en esta casa – Comentó Arthur – Pero si James ahora es un Vengador, hacen bien en quedarse en la Torre Stark – Suspiró el anciano.

-Te visitaré todos los días, papá – Exclamó Lyna y lo abrazó – Por cierto, supe lo de Sandra Steiner – Dijo la chica poniéndose seria - ¿Pudiste contactarte con Ginny?

-Después de mucho intentarlo, ¡sí, logré localizarla! Está aquí en Nueva York – Dijo el anciano – Pero no quiero hablar de Sandra.

-Tu padre tiene razón – Intervino Bucky – Es mejor dejar eso en el olvido y jamás volver a mencionarla. Ella ya obtuvo lo que se merecía y ya no vale la pena recordarla.

-¡Tienes razón! – Dijo Lyna abrazando a Bucky – Creo que llamaré a Ginny y la invitaré a comer con nosotros, ¡quiero que te conozca y que tú la conozcas a ella!

-De acuerdo – Sonrió Barnes – Para mí será un placer conocer a tu amiga.

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Ginny Taylor y su prometido llamaron a la puerta de la mansión Bramson. La chica estaba muy emocionada de volver a ver a su amiga y de conocer al famoso James Buchanan Barnes. Le dedicó una sonrisa a su novio y esperaron un par de minutos cuando la puerta se abrió. Lyna y Ginny lanzaron un grito al verse de nuevo y se abrazaron con efusividad.

-¡Lyna! – Exclamó Ginny - ¡Te extrañé tanto!

-¡Yo también! – Respondió Lyna – Pero adelante, pasen por favor.

Ginny y su prometido entraron a la casa, Lyna observó al joven que acompañaba a Ginny; no muy alto, delgado pero atlético, tez blanca, cabello rubio, ojos verdes y barba de candado. Él le sonrío a la castaña y exclamó: - Es un placer conocerte, Lyna, soy Dante Bishop – Dijo extendiendo su mano para estrechar la de la mujer – Ginny no para de hablar de ti y yo estaba ansioso por conocerte.

-¡El placer es mío! – Respondió Lyna – Pero pasemos a la sala, me gustaría presentarles a mi prometido, James.

-¿Prometido? – Gritó Ginny - ¿Vas a casarte con él? – Preguntó de nuevo.

Por respuesta, Lyna extendió su mano para mostrar el anillo que James le había obsequiado hacía un par de horas antes. La rubia lo contempló y gritó de nuevo, abrazando a su amiga: - ¡Felicidades! No puedo esperar para conocerlo – Murmuró mientras caminaba velozmente hasta la sala llevando de la mano a su prometido.

Los tres entraron en la sala, James estaba de pie junto a la ventana, mirando el jardín de la mansión Bramson, se dio la vuelta al escuchar el alboroto y sonrió al mirar a Lyna en compañía de su amiga y el prometido de esta. Ellos le sonrieron con amabilidad y él se acercó de inmediato para saludarlos.

-¡James! – Dijo Lyna tomándolo de la mano – Permíteme presentarte a Ginny Taylor y a su prometido, Dante Bishop – Sonrió la joven – Chicos, él es mi prometido; James Buchanan.

-Es un placer conocerlos – Sonrió Bucky estrechando la mano de ambos.

-¡El gusto es nuestro! – Exclamó Ginny – Lyna no paraba de hablar de ti.

-Espero que hayan sido cosas buenas – Murmuró Buck rascándose la cabeza.

-¡Claro que sí! - Respondió Ginny – Ella está muy enamorada de ti.

-¡Lo sé! – Sonrió James – Por eso vamos a casarnos.

-¡Me lo acaba de decir! Y estoy tan feliz – Comentó Ginny – Nosotros también vamos casarnos – Dijo y abrazó a Dante – La boda será en un par de semanas y ustedes están invitados, por supuesto.

Todos rieron y pasaron al comedor, donde se les unió el señor Bramson que saludó a Ginny y su novio con un fuerte abrazo. Durante el almuerzo tuvieron una larga charla, poniéndose al tanto de sus vidas y hablando de sus planes futuros. Ginny notó la felicidad en el rostro de su amiga Lyna, su voz llena de emoción al hablar de su futura boda y de cómo sería ahora que se convertiría en madre. También contempló a James, en su mirada se reflejaba el amor y la pasión que sentía por Lyna, sin duda eran la pareja perfecta.

Ginny y su novio Dante se despidieron horas más tarde con la promesa de verse dentro de un par de días. Lyna prepararía una cena familiar, donde los acompañarían sus hermanos, sobrinos y cuñadas. Ellos también debían saber a cerca de su compromiso matrimonial.

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Tony entró a la torre con su hija en brazos, Pepper lo seguía detrás y sonreía. La mujer estaba feliz de regresar a ese sitio junto a Stark. Habían pasado tantas cosas ahí y juntos habían erigido ese sitio, ¡era su hogar! Caminaron por el gran pasillo que los llevó hasta una amplia sala donde se encontraban el agente Barton, así como el Capitán América, Brock Rumlow, Thor, Bruce Banner, Bucky y Lyna.

Lyna, al ver llegar a Tony corrió hasta él para arrebatarle a la pequeña Maria y abrazar a Pepper con emoción.

-¿Ella es la bebé? – dijo mirando la carita rosada de la niña - ¡Es tan hermosa! – gritó – Ven James, debes verla mi cielo. – exclamó caminando hasta donde se encontraba el soldado - ¿Verdad que es preciosa?

-¡Es una niña muy bonita! – respondió Bucky acariciando el rostro de María – Es tan guapa como su madre, aunque tiene el porte de su padre. – dijo y miró a Tony – Felicidades, a ambos. – exclamó y abrazó a Pepper.

-Yo también quiero conocer a la pequeña Stark. – dijo Brock intentando arrebatar a la niña de los brazos de Lyna – Abran paso.

-¡No la toques! – exclamó Thor – Yo como su padrino y dios protector, debo verla primero. Yo soy un dios, criaturas tontas. – dijo entre risas – Lo siento, ya me parezco a mi hermano. – añadió y tomó a la niña entre sus brazos para lanzarla al aire.

-¡THOR! – rugió Stark - ¡NO! Sólo tiene unos días de nacida, ¿cómo se te ocurre hacer eso? Eres un idiota e imprudente.

-Por eso yo quería verla primero – dijo Rumlow tomándola entre sus brazos – Deseaba conocer a la pequeña Stark antes de irme.

-¿Nos dejas, Brock? – preguntó el Capitán América – Es una lástima, hacemos un gran equipo.

-No me gusta trabajar en equipo, ustedes lo saben. – añadió Rumlow – Pero si me necesitan, ya saben dónde encontrarme.

-Entonces, ¿no estarás aquí para nuestra boda? – preguntó Bucky con algo de decepción en su voz.

-¿Se van a casar? – intervino Clint - ¿Cuándo? ¿Por qué no nos lo dijeron? Eso no se hace, soldado. Se supone que somos amigos.

-Se los íbamos a decir el día de hoy, cuando Tony estuviera presente. – exclamó Lyna – Queríamos que todos lo supieran.

-Muchas felicidades a ambos. – dijo Banner abrazando a Lyna y después a James.

-Entonces será una boda doble, ya que Pepper y yo también nos casaremos. – añadió Stark – Si no te importa mi amor – dijo dirigiéndose a Pepper – Podríamos compartir nuestro día con ellos dos.

-¡Es una maravillosa idea, Tony! – Exclamó la pelirroja – Pero, ¿ustedes que opinan? – Dijo mirando a Lyna y después Bucky.

-¡Eso es perfecto! – Gritó la joven y abrazó a la pareja.

-¡Boda doble! – Exclamó Crossbones - ¡Con lo que me gustan las bodas! – Dijo golpeando el hombro de James – Lloro en ellas, ¡a mares! Me quedaré unos días más y me iré después de su boda – Dijo entre carcajadas, seguido de Bucky que también se echó a reír.

Los Vengadores estuvieron un buen rato charlando con Tony, conociendo a la bebé, quién se adaptó fácilmente a ellos. Luego de un rato, Pepper se retiró junto a Lyna para bañar a la niña. El resto del equipo se dispersó para continuar con sus actividades, Bucky aprovechó ese momento para detener a Tony, que estaba a punto de retirarse a su taller, lo tomó del brazo y exclamó.

-¿Podemos hablar? – Preguntó y Tony se giró mirándolo con detenimiento - ¡No voy a quitarte mucho tiempo, Tony.

-Por supuesto – Respondió el millonario – Por favor, sígueme.

Tony caminó seguido de Bucky; juntos entraron al taller del inventor, quién le pidió al soldado que tomara asiento y le sirvió una bebida, después se sentó frente a él y lo miró en espera de que hablara. James también lo miró, no sabía cómo decirlo a pesar de que lo había ensayado un par de veces, ¡pero tenía que hablar!

-Para empezar, ¡lo siento Tony! – exclamó Barnes - ¡Lo siento mucho! Sé que estas palabras no van a remediar nada y no te harán sentir mejor. Pero estoy consciente de lo que hice y esas cosas no dejan de atormentarme ni dejarán de hacerlo. Pero quiero al menos aligerar mi conciencia un poco. – dijo y suspiró.

-Ya no deberías atormentarte, James. – respondió Stark moviendo la cabeza – Te comprendo, ¡no eras tú en ese momento! Pero no podemos regresar el pasado y cambiar las cosas. Lo hecho ya está hecho y como dicen ¡deja el pasado atrás! Vive el presente y concéntrate en lo que vives ahora. Se te está dando una nueva oportunidad, a tu lado tienes una gran mujer y pronto serás papá de un hermoso bebé. ¡Esas son tus prioridades!

-Gracias Tony – exclamó Bucky tomando las manos de Tony – Sólo que necesito de tu ayuda.

-¿Qué es lo que necesitas? ¿En qué puedo ayudarte, James? – respondió Stark.

-¡Necesito un empleo! ¿Cómo voy a mantener a una familia? ¿Cómo voy a sacar adelante a un bebé? – exclamó Bucky llevándose las manos a la cabeza.

-¡Ay, tú estás peor que el Cap! – murmuró Stark – Eres un miembro no oficial de los Vengadores, pero pronto lo serás y los Vengadores sólo tienen que estar concentrados para cuidar a la humanidad. ¡No más distracciones! Yo me encargaré de todo, yo mantengo al equipo, yo aporto el dinero. ¡No debes preocuparte! Tengo para mantenerte a ti, a tu familia y para mantener a 20 generaciones más.

-Te lo agradezco mucho, Tony. – respondió James – Pero no me gustaría verme como un aprovechado, un vividor. ¡Yo necesito un empleo! No quiero que piensen que soy un haragán, un mantenido y bueno para nada.

-No pienso eso – dijo Tony rascándose la barbilla – Antes lo pensaba pero ya no, ¡no lo eres! Yo voy a ayudarte y por eso no te preocupes, mandaré decorar el cuarto del bebé a su gusto – Sonrió el millonario.

Bucky también sonrió, no muy convencido, pero sabía que no iba a hacer cambiar de opinión a Stark respecto a ello. Se levantó de su asiento y extendió su mano – Muchas gracias, Tony, en serio te lo agradezco infinitamente.

-¡No lo agradezcas! – Respondió el millonario tomando la mano del hombre – Haz feliz a Lyna y ¡ya veremos! – Sonrió – Por cierto, tampoco te preocupes por lo de la boda, todo correrá por mi cuenta. JARVIS se va a encargar de ello.

James arqueó las cejas y sonrió mientras apretaba con fuerza la mano de Tony. Stark tenía razón, debía dejar su pasado atrás, Bucky estaba consciente de que sería una ardua tarea y que los enemigos no desaparecerían de la noche a la mañana, sin embargo tenía que concentrarse en ser una mejor persona y en cuidar y proteger a su familia. Se despidió e Tony y salió del taller para reunirse con Lyna en su piso.

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Lyna se encontraba de pie frente al espejo de su habitación mirando su cuerpo, especialmente su vientre, que cada día se volvía más notorio. Lo acarició y suspiró sonoramente. Miró la ropa que estaba amontonada en el piso y sonrió al darse cuenta de que no tenían nada; había perdido todo; aunque eso no era lo importante en realidad, las cosas materiales se recuperaban, continuó observando su cuerpo y deslizando su mano por su barriga, ¡debía concentrarse en su embarazo! Era necesario que hiciera otra visita al médico, llevar una dieta y todos los cuidados que conlleva un embarazo.

La chica cerró los ojos y se imaginó a Bucky llevando en sus brazos a su bebé, protegiéndolo y cuidándolo. Seguramente iba a ser un padre muy amoroso. Su sonrisa se hizo aún más grande al pensar en cómo sería la reacción de Bucky cuando su hijo naciera. Abrió los ojos al escuchar que la puerta de la habitación se abría y se giró.

James estaba de pie, mirándola frente al espejo, llevando únicamente la ropa interior. Lyna estaba tan hermosa y él sonrió al observarla detenidamente. Su cuerpo era perfecto, había adquirido madurez; sus senos redondos estaban un poco más grandes y sus caderas se habían ensanchado. La nívea piel de la joven brillaba, así como su cabello castaño. Sus ojos azules eran cálidos y amorosos, ¡se sentía tan dichoso! Caminó veloz hasta ella y la rodeó por la cintura, besando sus hombros desnudos.

-¿Ya te dije lo hermosa que te ves hoy? – Susurró Bucky y Lyna negó con la cabeza mientras sonreía - ¡Pues te ves hermosa! – Exclamó el hombre – Por cierto, hablé con Tony.

Lyna se dio la vuelta para mirarlo a los ojos: - ¿Qué te dijo? – Preguntó con curiosidad.

-Que no debía preocuparme por nada – Suspiró – Y que debo concentrarme únicamente en mi labor – Exclamó haciendo énfasis en la palabra labor – como Vengador. Aunque...

-No te noto muy convencido – Lo interrumpió Lyna tomándolo por la barbilla - ¿Qué te preocupa? Ya te perdonó, ¿no es así? – Dijo la chica abrazándolo.

-¡Sí, pero...! – Exclamó James.

-No hay pero, James – Murmuró Lyna sujetando su cara entre sus manos – Se te está dando una nueva oportunidad – Suspiró la chica besándolo suavemente - ¡Me tienes a mí! Y a nuestro hijo. Además cuentas con el apoyo de todos tus amigos, ¡no te sientas mal!

-Tienes razón – Suspiró Bucky – Yo peleaba por una oportunidad y ahora la tengo, yo deseaba ser feliz y voy a dar lo mejor de mí para que la felicidad no se me escape de las manos – Sonrió – Contigo a mi lado va a ser más fácil y pelearé para hacerte feliz. ¡Qué seamos todos felices! Pero no voy a bajar la guardia.

-¡Así se habla, mi cielo! – Exclamó Lyna echándole los brazos al cuello.

Buck la sujetó por la cintura y la besó con pasión. Sus lenguas se entrelazaron en ese beso ardiente que, a medida que se intensificaba, despertaba la pasión en la pareja. Lyna gimió al sentir las manos de James deslizándose por su espalda, buscando desesperadamente el broche de su sujetador. El hombre se apartó lentamente, llevándose consigo la prenda que cayó al piso. Lyna sonrió al sentir las manos de Bucky sobre sus senos, tocándolos y friccionándolos delicadamente. Volvió a gemir echando la cabeza hacia atrás y arqueando la espalda. James llenaba su tacto con la suavidad de la piel de Lyna, trazaba círculos con sus pulgares sobre los pezones que cada vez se endurecían. Se inclinó para tomar uno con su boca y mordisquearlo tiernamente.

-¡Bucky Boo! – Dijo Lyna en un gemido - ¡Oh, Bucky!

James deslizó varias veces su lengua por la areola y sonrió al escuchar los suspiros que brotaban de la garganta femenina. De nuevo se retiró unos centímetros y la observó detenidamente. Lyna también lo miró con sorpresa y reproche, ¿por qué paraba? Se arrojó a los brazos de Bucky y de nuevo lo besó lenta y profundamente, pasando sus manos bajo la camiseta y acariciando su abdomen duro y marcado.

-Deberías quitarte esta ropa estorbosa – Susurró la chica contra sus labios – Quiero que me folles duro, James. Como cuando estábamos encerrados en Siberia, ¿lo recuerdas?

El sargento dejó escapar una carcajada, tomó a Lyna de las nalgas y la apretó contra su cuerpo para besarla salvajemente y con posesión, introduciendo su lengua en su boca y mordiendo el labio inferior de la mujer. Esta vez fue ella quien se separó de él, se quitó las bragas y caminó sensualmente hasta la cama, dónde se dejó caer y sonrió provocativamente, paseando su dedo índice por su boca.

-¡Ven acá, papi! – Dijo Lyna - ¿Qué esperas?

Bucky se mordió el labio inferior y comenzó a quitarse la ropa para quedar completamente desnudo a los ojos de su mujer. Caminó hasta ella y se arrodilló sobre la cama para tomarla por la cintura y levantarla, colocándola de espaldas a él. Lyna se arrodilló y separó las piernas mientras él comenzaba a darle un suave masaje en los hombros y besaba su cuello.

-Estás muy tensa, princesa – Dijo Buck.

-Creo que necesito liberar un poco de tensión, ¿no lo crees? Me lo merezco después de todo – Suspiró la chica haciendo la cabeza a un lado.

James no respondió, continuó masajeando sus hombros y mordisqueando tiernamente el lóbulo de su oreja, sintiendo cómo el cuerpo de ella temblaba y su piel se erizaba. Lyna volvió el rostro y Buck la tomó por la cintura para comenzar a besarla apasionadamente; la mujer levantó su brazo y acarició los cabellos de su amado. No dejaron de besarse, Bucky acariciaba sus senos, acunándolos y jalando sus pezones endurecidos. Sus lenguas jugueteaban eróticamente al tiempo que el deseo se apoderaba de sus sentidos.

La mano de Buck descendió pausadamente por el vientre de Lyna y se coló entre sus piernas abiertas, abriéndose paso entre sus pliegues húmedos y calientes. Ella gimió y meneó un poco las caderas, rozando el duro sexo de Bucky, quién dejó escapar un gruñido. La chica arqueó la espalda cuando él la penetró con sus dedos y gimió cuando él comenzó a moverlos dentro de ella, pero los retiró de inmediato.

-¡Osito! – Se quejó Lyna e intentó darse la vuelta.

-¡Shhh! – Exclamó Bucky pidiéndole silencio – Tranquila, muñeca. Te va a gustar – exclamó y le guiñó el ojo.

Lyna dejó que él la empujara sobre la cama y cerró los ojos mientras se apoyaba sobre sus codos; un suave gritó salió de su boca cuando la incipiente barba de Bucky rozó la piel de sus nalgas y su espalda, estrujó las sábanas y volvió a gritar al sentir la lengua del hombre deslizándose sobre su feminidad: - ¡Oh Dios! – gimió mientras el pulgar de James frotaba su clítoris. Las caderas de Lyna iban y venían cada vez que la lengua del hombre la penetraba. Ella gemía con los ojos cerrados y apretaba los dientes ante esas deliciosas sensaciones que se iban manifestando. James continuaba lamiendo o mordisqueando su sexo hasta que sintió como Lyna se tensaba, la golpeó en las nalgas con la mano y succionó con avidez su feminidad. La chica arqueó la espalda y gritó, embargada por ese primer orgasmo.

-¡Eres maravillosa, mi amor! – Susurró Bucky acariciando su espalda y dejando varios besos sonoros sobre ella.

Lyna se estremeció, tiritando aún. Respiraba agitadamente, tratando de recuperarse un poco. Nuevamente experimentó la aspereza de la barba de James sobre su culo y se quejó cuando él dejó caer su mano un par de veces sobre su trasero. El hombre deleitó su mirada con la retaguardia de Lyna y la posición en la que se encontraba, recargada sobre la cama y el trasero levantado, revelando su sexo caliente y húmedo. Bucky sujetó su sexo excitado y lo paseó por la feminidad de su mujer; ambos gimieron y ella arqueó la espalda, levantando más el culo. Él repitió la operación y Lyna suspiró, apretando las sábanas al sentir esa suave presión. Murmuró el nombre de su amado y volvió el rostro un instante para contemplarlo.

James sonrió maliciosamente mientras la miraba a los ojos y la sujetó por la cintura mientras la penetraba en esa posición. Lyna abrió la boca y gimió con sonoridad, empujando sus caderas para llenarse de él. Bucky la embestía pausadamente y sin prisas, disfrutando de ese delicioso momento; cerró los ojos por un instante y se dejó llevar, extasiado por los gemidos de Lyna y de sus sensuales movimientos. Poco a poco, las embestidas se tornaron más veloces; la chica mordió las sábanas para ahogar esos gritos de placer. James murmuraba frases ininteligibles y gruñía o bufaba; ¡estaba a punto de correrse! Finalmente, Lyna dejó escapar un gritó y tembló presa de la pasión, James la embistió varias veces más, sujetándola firmemente de las caderas y la apretó con fuerza a su cuerpo, para también entregarse al placer.

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Este es el penúltimo capítulo de la Tercera y última temporada de Stockholm Syndrome. para el siguiente (que será el final), tendremos una boda doble y un par de cosillas más. ¡Pero ahí no se termina! Porque les obsequiaré un epílogo con el cual cerraremos este ciclo. ¿Qué les pareció el capítulo? Lindo y ardiente, ¿no? Gracias por sus comentarios y ¡no se pierdan mañana el final!
#MaryCruz 

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