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CAPÍTULO XI = SIBERIA PT. 3

Thor caminaba junto a Barton, mientras que Rumlow los seguía de cerca; el trayecto era tranquilo y despreocupado. Neutralizaron dos amenazas, aunque no estaba seguro de lo que se vendría a continuación. El Dios y el Arquero caminaban entre charla que te charla, mascullando incoherencias y frases que los llenaban de carcajadas. Esa no tenía porque ser la actitud; estaban en una misión y a ellos dos se les ocurría hacerla de payasos. Faltaban tres Soldados del Invierno por aniquilar, plus la situación de Lyna y lo que pudiera surgir después. Brock había mentalizado todo luego del ataque sorpresa de esos dos sujetos; tenían que ser cautelosos.

-¡Hey, ustedes dos! – Exclamó mientras que Thor y Clint se dieron la vuelta - ¿No tuvieron suficiente circo hace un rato? Concéntrense y dejen de portarse como idiotas.

Thor se rascó la cabeza con el mango del Mjölnir y sonrió de lado, mientras que Hawkeye se picaba la nariz y miraba lo que había extraído de ella, levantando una ceja para después centrar su atención en Rumlow que parecía un papá molesto.

-¡Hace rato no te quejaste! – Respondió Clint – Pareces un anciano.

-Le ha afectado convivir con Steve, ¿no lo crees? – Exclamó Thor y los dos rieron nuevamente.

-¡Definitivamente ustedes son estúpidos! – Murmuró Rumlow y caminó veloz adelantándose - ¿No entienden que debemos estar alerta? Aún no podemos cantar victoria.

-Quizá tengas razón – Comentó Barton - ¿No se les hace raro que ni Tony ni Steve hayan tratado de contactarse con nosotros? – Preguntó mirando a Thor que levantaba los hombros.

-¡A eso me refiero! – Gritó Rumlow – No hay señales de ellos, ¡ni de BuckyLyna!

-¿BuckyLyna? – Preguntó Thor entre carcajadas - ¡Te mamaste, Rumlow! – Gritó mientras se echaba a reír junto a Clint.

-¡Ni tú puedes ser serio! – Dijo Barton entrecortadamente debido a la risa.

-Como sea – Comentó Rumlow - ¡Al frente! – Gritó con seriedad – Se aproxima alguien.

-Es una mujer – Dijo Thor – Pero no es ninguna mujer conocida.

-El último Soldado – Comentó Barton tomando una flecha de su carcaj – Bucky dijo que eran cuatro hombres y una mujer – Añadió levantando su arco y apuntando hacia la mujer que corría hacia ellos con intención de atacarlos.

La mujer ya estaba a un par de metros de ellos cuando una flecha pasó zumbando y se clavó directamente a su pecho, seguido de una bala que fue a parar a su frente. La mujer cayó muerta al piso y rodó dejando un charco de sangre. Crossbones sonrió triunfante y guardó su arma. Sin embargo, la sonrisa desapareció de su rostro al ver que Thor levantaba su mazo.

-¡Alguien se acerca! – Gritó el Dios – Y puede ser peligroso.

Hawkeye y Crossbones se pusieron a la defensiva, dispuestos a atacar esa amenaza que hacía retumbar la tierra y se aproximaba con velocidad, pero sus rostros y su actitud se relajaron al ver que se trataba del gran hombre verde. Hulk los miró y se detuvo un par de metros, junto a la soldado muerta.

-¡Eres tú! – Dijo Thor bajando su martillo – El Avenger más fuerte

-Y el más guapo – Añadió Rumlow guiñándole un ojo a Clint.

-Y el más gracioso de todos – Exclamó Hawkeye.

-¡BASTA! – Rugió Hulk - ¿Por qué se comportan así? Debemos ayudar a los otros.

-¿Tan mal les ha ido? – Preguntó Barton levantando las cejas – No lo creo.

-No lo sé – Respondió Hulk – Iron Man estaba preocupado por ustedes, la comunicación no es muy buena.

-Lo sabemos – Dijo Thor – Entonces vamos con ellos, ¿por dónde, grandulón?

Hulk les hizo una seña para que lo siguieran indicándoles el camino que debían tomar. Caminaron durante un largo trecho hasta que escucharon gritos y voces cerca de ellos.

-Debemos darnos prisa – dijo Rumlow adelantándose.

Barton y Thor corrieron detrás de él hasta detenerse frente a la puerta de la sala en donde se encontraban sus amigos. Iron Man y Rogers estaban de pie frente a Lyna y Bucky y todos se sorprendieron al ver la escena que tenían delante de sus ojos.

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Lyna continuó acariciando el rostro de James, que apoyaba su cabeza en su mano, dejándose querer por la chica. Él había reaccionado y se sentía fatal estando sujeto de esa manera; aunque ya se imaginaba porque se encontraba así. Seguramente había tratado de atacarlos a todos, incluyendo a su amada Lyna, quién tenía unas terribles marcas oscuras alrededor de su cuello.

-¡Perdóname! – Dijo Bucky en un susurro - ¿Te hice daño? – Le preguntó.

Lyna negó con la cabeza y sonrió: - No pasa nada – Le respondió la chica – Tú no lo deseabas, ese hombre te manipuló – Exclamó Lyna levantándose y mirando hacia dónde se encontraba Iron Man y el Capitán – Tony, ¿puedes liberarlo? – Suplicó la mujer.

-No creo que sea conveniente, Lyna – Intervino el Capitán América – Debemos esperar un momento.

-¡Yo estoy bien! Pero creo que Steve tiene razón – Comentó Bucky – Tienen que encontrar a Zemo.

-¡Sin problemas! – Añadió Tony y de inmediato desactivó el arnés que aprisionaba a James, liberándolo – Bucky tiene razón, hay que encontrar a ese imbécil y darle su merecido.

Cuando James se vio libre, abrazó a Lyna y ella correspondió a su abrazo mientras lo besaba en los labios. Bucky dio la vuelta para caminar hasta donde se encontraba su arma, no tenía idea si ya habían derrotado a los otros soldados. Seguramente se encontraban con Zemo dispuestos a atacar en cualquier momento. Un nuevo grito de Lyna rompió el silencio y Buck giró inmediatamente. Zemo estaba detrás de la chica apuntándole con un arma, mientras que Steve y Tony estaban inmóviles, ya que cualquier movimiento en falso podría ser mortal para la chica.

-Aún no has cumplido con todas mis órdenes, soldado. – exclamó Zemo quién no sabía que Bucky había recobrado su conciencia.

James miró a Steve y este le devolvió la mirada de complicidad. Bucky avanzó hasta donde se encontraba Iron Man y lo golpeó lanzándolo al piso. Tony entendió lo que trataban de hacer y permaneció inmóvil como si hubiera perdido el conocimiento.

-¡No te muevas! – dijo Buck al Capitán América – O ella se muere – exclamó señalando a Lyna.

-Así me gusta, que obedezcas soldado. – murmuró Zemo sin dejar de apuntar a Lyna - ¡Ahora mátala! – gritó.

Bucky asintió y avanzó a paso veloz, Lyna también comprendió lo que tramaba así que comenzó a suplicar por su vida.

-¡No, por favor! – exclamó la chica – No lo hagas, mi amor. – suplicó.

-¡Cállate! – respondió Bucky – Tu alharaca me tiene harto, por eso voy a terminar contigo, mujer. – gritó y la tomó con fuerza del brazo.

Lyna lanzó otro grito, Buck la sujetó con firmeza y la lanzó hasta los brazos extendidos de Steve Rogers quién la sujetó. Zemo estaba atónito, ¿qué estaba sucediendo? ¿Por qué el soldado hacía eso? ¿Por qué no lo obedecía?

-Se llegó tu hora, asqueroso gusano – dijo Bucky golpeándolo en el brazo para que soltara su arma.

Zemo se quejó, ¡esa patada había dolido! La pistola cayó al piso y Iron Man la levantó. Tragó grueso, ¡estaba perdido! Cerró los ojos sabiendo que ya era su final y dándose cuenta que había cometido un error al creer que podía vengarse de Tony Stark y destruir a su equipo de súper héroes.

-¡Creí que podía vencerlos! – Dijo Zemo con voz derrotada – Pensé que podía ser más inteligente que ustedes. Los imaginé separados, ¡pero no! Se unieron de nuevo y así es imposible destruirlos.

-Somos un equipo – Dijo Iron Man – Y a pesar de que tuvimos diferencias, lo importante para todos nosotros es que aprendimos a perdonar – Murmuró el millonario – Yo aprendí a perdonar.

Buck miró a Zemo y lo sujetó con firmeza, este tembló esperando su muerte, pero en su lugar, Steve tomó el arnés con el que habían sometido a James y se lo colocó, inmovilizándolo.

-No voy a matarte, por mucho que te lo merezcas – Dijo Bucky – No quiero ser un asesino, no esta vez – Murmuró alejándose y tomando a Lyna entre sus brazos.

Steve condujo a Zemo hasta la salida, seguido de Iron Man y Bucky. Se detuvieron en seco al ver al resto del equipo, que observaban con asombro la escena.

-¿Qué ha pasado aquí? – Preguntó Rumlow – Por cierto, ¡hola, Zemo! ¿Estás cómodo?

Helmut le dedicó una mirada de odio, pero bajó la cabeza, ¡ya no tenía caso! Continuó caminando, conducido por Steve, aunque su futuro era incierto, ¿en qué clase de sitio lo colocarán?

-¿Qué van a hacer con él? – Preguntó Barton levantando las cejas.

-¿Recuerdan un espacio que estaba reservado en la Bóveda? – Respondió Tony

-¡Claro! Ese que tenías destinado para Bucky – Le dijo Thor - ¿Cómo olvidarlo? Hablabas de eso todo el día.

-¡Ahí irá! – Dijo Tony – Se pudrirá dentro de la Bóveda.

Todos dieron la vuelta para salir de ese lugar, pero la voz de Bucky los hizo detenerse: - ¡Esperen! – Comentó – Él tenía un libro rojo... ¡deben destruir ese libro rojo!

-¿Dónde está? – Preguntó Steve mirando a Zemo - ¿Dónde ocultaste ese libro?

-Se quedó en la sala de control – Murmuró con voz tan baja que Steve tuvo que inclinarse para escuchar con claridad.

Steve envió a Hawkeye para que buscara ese libro y lo destruyera inmediatamente. El arquero asintió y salió de ese lugar para dirigirse a la sala de control. Corrió velozmente y entró, buscando lo que se le indicaba. Tardó unos minutos en encontrarlo, lo hojeó rascándose la cabeza; se trataba de un contenido peligroso y estaba completamente en ruso. En las manos equivocadas podría hacer mucho daño, lo guardó y salió de ese sitio para regresar y reunirse con sus compañeros.

-¡Aquí lo tengo! – Dijo Barton una vez que se unió a su equipo – No lo destruí, porque pienso que la persona indicada para hacerlo es el mismo James – Comentó al tiempo que se lo entregaba.

-Gracias – respondió James – Lo destruiré de inmediato.

Bucky así lo hizo, no quería revivir la pesadilla. Había estado a punto de matar a Lyna y a sus amigos. No iba a ser fácil terminar con ese sentimiento de culpa que tenía, a pesar de haberlo hecho de manera inconsciente. Lyna lo abrazó una vez que terminó su tarea y besó sus mejillas.

-Me siento tan mal – murmuró James sujetándola con fuerza – Yo no quería...

-¡Lo sé! – exclamó Lyna interrumpiéndolo – No deberías sentirte mal.

-¿Pero qué hubiera pasado si tu salías herida o peor aún, muerta? – exclamó Bucky entre lágrimas – No iba a perdonármelo jamás, no iba a poder vivir con ese peso en mi conciencia. ¡Ya no quiero ser un asesino!

-No lo fuiste, le perdonaste la vida a ese hombre y ahora Tony lo llevará a un lugar dónde no causaría más daño. – respondió Lyna acariciando su rostro – Pudiste haber acabado con su vida, lo tenías en tus manos, pero te detuviste. ¡Ya no pienses en eso! Por favor.

-Haz le caso a Lyna, James – intervino Steve – Afortunadamente no pasó nada malo, haz destruido ese libro maldito y la vida te da otra oportunidad. ¡Aprovéchala! Y más ahora que te convertirás en padre.

-¡Oh, que tierno! – rugió Hulk – Me agradan Brazo de Metal y su novia. – dijo con una gran sonrisa, mientras los acunaba en sus brazos.

-Es momento de irnos – intervino Rumlow – No me gusta arruinar la fiesta, pero Stark me pidió que colocara algunos dispositivos explosivos dentro de este sitio y me imagino que JARVIS se encargará de detonarlos, ¿no es así?

-¡Sí! – respondió Stark - ¡Vámonos ya!

-Sí, porque yo muero de hambre. – exclamó Hulk soltando a James y a Lyna que cayeron al piso.

-Y yo también. – dijo Thor sobándose la panza.

Todos rieron y caminaron hasta el lugar donde se encontraba su nave. Zemo fue colocado en una pequeña celda y custodiado por Thor y Rumlow. Aunque de sobra sabían que no iba a poder escaparse. Barton tomó los controles y en cuestión de minutos la nave despegó.

-Si miran hacia abajo, podrán ver un hermoso espectáculo de fuegos artificiales.- exclamó Tony con una sonrisa.

Todos miraron y pudieron ver como la base explotaba en millones de pedazos. Una espesa nube de polvo se levantó y seguramente cuando esta se disipara ya no existiría nada de ese lugar, sólo ruinas. Lyna recostó su cabeza sobre el pecho de James y este colocó su mano en su vientre.

-¿Cómo te sientes, mi amor? – preguntó el soldado.

-Aliviada y más tranquila. – respondió Lyna – Temí lo peor, pero afortunadamente todos llegaron a rescatarme y todo salió bien.

-Yo estaba muy angustiado, ¡también temía lo peor! – exclamó Bucky besando la frente de Lyna – Ahora que esta pesadilla ha terminado voy a protegerte al máximo; a ti y a nuestro hijo – Susurró el hombre mientras acariciaba la oreja de Lyna con su lengua – Jamás permitiré que nadie intente separarnos.

La chica se estremeció y se aferró al cuerpo de James mientras buscaba su boca para besarlo apasionadamente, él le acarició la espalda y permanecieron abrazados durante todo el trayecto escuchando las risas y el alboroto de todos sus compañeros que estaban felices por haber tenido otra misión exitosa.

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Tuvimos un capítulo corto, pero intenso. Sé que no ha habido mucho fondue en esta última temporada; pero ¡no lo sé! Lo voy a compensar en estos últimos capítulos, ¡se los prometo! ¿Qué les pareció esta parte? Espero sus comentarios y muchas gracias por sus lecturas.

#MaryCruz 

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