CAPÍTULO V = UN ACUERDO
Clint conducía a toda velocidad, mirando de vez en cuando el radar, pero nadie los seguía. Quizá aún Tony no se daba cuenta de que le había "tomado prestado" su vehículo. Le remordió un poco la consciencia al haber dejado a Iron Man peleando por su cuenta; ellos no solían ser así, pero no tenía más alternativas. La nave estaba en silencio, nadie hablaba o trataba de entablar conversación, estaban serios y miraban fijamente al piso; a excepción de Lyna y Bucky, quiénes se murmuraban cosas al oído y estaban abrazados.
-Puedes aterrizar en esa zona – Comentó Rumlow rompiendo el silencio.
Clint asintió al ver el sitio al que se refería su nuevo aliado, realizó las maniobras correspondientes para un excelente aterrizaje y uno a uno, los tripulantes descendieron. Lyna se estiró y se quejó un poco. Bucky palmeó su trasero y la besó con sonoridad en los labios, mientras que Steve rodaba los ojos y movía la cabeza, ellos se comportaban como si nada hubiera sucedido.
-¿Qué? – Preguntó James con una gran sonrisa - ¿Hay algo de malo?
-No, nada – Comentó Steve – Es sólo que parece que no les importa.
-¿Cómo? – Preguntó Buck – No te entiendo, Steve – Murmuró el soldado a la defensiva – Me interesa lo que está pasando, estoy preocupado, pero no siempre voy a traer una cara larga y de fastidio...
-¡Hey, hey, hey! – Intervino Crossbones - ¿Acaso están peleando?
-No – Dijo Steve – Bucky tiene razón, me alteré... ¡Lo siento!
-¿Y ahora? – Preguntó Clint cambiando el tema - ¿Iremos andando o que pedo?
-No, no- Comentó Crossbones – Iremos en eso – Dijo señalando un par de vehículos – Sharon, linda, ¿vendrás con nosotros?
-Desgraciadamente no – Comentó la mujer – acabo de recibir un mensaje del trabajo y creo que debo irme ahora. Sé a dónde los vas a llevar y en cuanto pueda, me reuniré con ustedes. ¡Cuídalos bien! ¿Quieres? – Exclamó la mujer y lo abrazó.
Rumlow correspondió a su abrazo y la chica se despidió de todos, dejando a Rogers hasta el final. El hombre suspiró al mirarla y le abrió los brazos, Sharon se aferró al cuerpo de Steve, mientras que él la sujetaba por la nuca y la besaba apasionadamente.
-¡Voy a extrañarte! – Le susurró la rubia.
-¡Yo también! – Murmuró Steve y volvió a besarla antes de que ella abordara el segundo vehículo.
El grupo subió al primer automóvil y Rumlow se puso en marcha, alejándose de Sharon Carter, quién tomaba el camino contrario. Steve no apartó la vista, hasta que ya no pudo ver nada más y suspiró. Se le hizo un nudo en el estómago, ¿qué iba a pasar si Tony descubría en dónde estaban? Simplemente habían dejado la nave ahí y seguramente él la rastrearía. También pensó en HYDRA y en los problemas que esa organización les causaba.
-¿Vas a dejar la nave de Stark así como así? – Le preguntó Lyna a Rumlow - ¿Qué no se supone debes cubrir nuestras huellas o algo?
-Por supuesto que no se va a quedar así – Le respondió – Primero necesito alejarme lo suficiente o nos alcanzará la detonación y eso no es conveniente, ¿verdad muñeca?
Lyna lo miró con cara de fastidio y le mostró la lengua, mientras que todos se echaban a reír y se relajaban más para continuar con su camino, sin embargo, pudieron escuchar un estallido y cómo una nube de polvo se levantaba, envolviéndolos. ¡Rumlow había destruido la nave de Stark! Crossbones no se detuvo, al contrario, pisó el acelerador y mantuvo la velocidad por un buen trecho, hasta detenerse frente a una enorme propiedad.
-¿En dónde estamos? – Preguntó el Capitán - ¿Qué es este sitio?
-Es su nuevo refugio, es su nuevo lugar seguro – Dijo Crossbones guiándolos hasta la puerta.
Todos caminaron detrás de él, observando la lujosa propiedad y la enorme entrada de esta. Se trataba de una mansión ostentosa, pero que a la vez se veía lúgubre y fría. Lyna se aferró al brazo de James para caminar con desgana; estaba cansada y le dolían los pies. Rumlow abrió la puerta y de inmediato, las personas del servicio se acercaron a ellos.
-¡Señores! – Dijo Crossbones – Les traje invitados: El Capitán Rogers, el Sargento Barnes, el Agente Barton y la señorita Bramson – Exclamó, señalando a cada uno – Por favor, atiéndanlos bien y cumplan con todos sus caprichos... Gracias.
La gente del servicio asintió y se retiraron, el mayordomo murmuró algo a Rumlow y este asintió, para después dirigirse a sus compañeros: -La cena se servirá en unos minutos, así que pónganse cómodos – Comentó señalando la sala.
Todos caminaron hasta allá, menos Steve, quién sujetó del brazo a Brock: - ¿Qué lugar es este? – Volvió a preguntar – Es que sinceramente aún no me fio del todo – Añadió de inmediato al ver el rostro de Brock.
-No haga preguntas, Capitán – Le respondió su interlocutor – Lo único que puedo decirle es que se trata de un sitio seguro en el que estarán a salvo. Nadie conoce de su existencia – Comentó mirando fijamente a los ojos de Rogers – Digamos que esta casa es un pago por una de mis tantas misiones.
Steve ya no dijo nada, ¡sabía que Rumlow no añadiría más! Se dio la media vuelta y caminó hasta la sala, sentándose junto a Clint que cabeceaba ya con los pies sobre la mesa de centro. Rogers suspiró y le echó una ojeada a Lyna y Buck. La chica estaba recargada en el pecho de James y tenía los ojos cerrados, él le acariciaba el pelo y se quejaba de vez en cuando. Era una estampa un tanto deprimente y triste, ¿hasta cuándo tendrían que huir? Se preguntó mientras que respiraba profundamente.
-¡Al menos estamos vivos! – Dijo Bucky interrumpiendo sus pensamientos – Aunque no me pareció correcto dejar a Stark con todo el paquete encima; sin embargo, era necesario.
-¡Tony se lo merece! – Comentó Barton abriendo los ojos y bajando los pies de la mesa.
-Te lastimó, Bucky Boo – Intervino Lyna deslizando su mano por el labio hinchado de James – Nadie se atreve a ponerle una mano encima a mi osito.
-¿Osito? – Preguntó Barton esbozando una sonrisa de mofa - ¿Bucky Boo? – Dijo levantando las cejas mientras lanzaba una estruendosa carcajada - ¡Ahora podré bullearte!
-¡Cállate! – Gritó Lyna lanzándole su zapatilla deportiva – Acabo de decir que nadie se atreve a ponerle una mano encima a mi James y tú ya estás tramando algo en su contra. ¡Te destrozaré Barton si le haces o dices algo!
-¡Basta! – Intervino Bucky – Me duele la cabeza; quiero descansar, comer algo y tomar un baño. Tengo sangre seca en la cara y me estoy hartando de todo esto.
Rumlow entró en la habitación y miró al grupo que discutía; a excepción de Rogers que se encontraba recargado en el sillón con los ojos cerrados. Se acercó a todos y carraspeó haciéndose notar: - Hora de cenar – Comentó y les hizo una seña.
Todos se levantaron rápidamente y siguieron a Rumlow que les indicó dónde estaban los aseos. Bucky entró y se lavó la cara y las manos, mientras que Lyna inspeccionaba sus heridas. Ninguna requería de sutura, ¡por fortuna! O al menos eso pensó a simple vista. Pero necesitaba limpiarlo bien para evitar una infección. Se reunieron en el comedor para tomar la cena. Comían en silencio; comenzaban a tranquilizarse, pues el cansancio se estaba haciendo presente en ellos. Hasta que James dejó a un lado los cubiertos y miró en dirección a Brock.
-Creo que mañana sería el momento propicio para partir rumbo a Siberia – Exclamó – Debemos actuar veloces antes de que alguien dé con ellos.
-Es cierto – Dijo Rumlow bebiendo agua – Pero no comas ansias, Sargento. Debes descansar, te noto agotado. Pasado mañana tendremos aquí a Sharon...
-Quizá mañana podremos armar un plan de ataque – Intervino Steve – Necesitamos un mapa y la ubicación de la base, Buck. Por el momento, yo opino que repongamos fuerzas.
-Steve tiene razón, mi vida – Comentó Lyna tomándolo de la mano – Vamos a dormir, porque yo me siento muy cansada y me duelen mis pies.
-Es verdad – Exclamó Buck poniéndose de pie – En tu estado debes mantenerte tranquila y descansar. No quiero que nada malo le pase a ti y a nuestro hijo.
Buck caminó seguido de Lyna y subieron las grandes escaleras de la mansión que los llevaban hasta el segundo piso. Ahí los esperaban un par de personas, quienes les mostraron su habitación. Ambos entraron y se dejaron caer sobre la cama; Lyna se apoyó en un codo y miró a Bucky, recargó la cabeza en su pecho y suspiró.
-¡Que cama tan suave! – Exclamó James al tiempo que se reía y acariciaba el rostro de Lyna – Aunque antes de dormir, me gustaría que tomáramos un baño, ¿Qué dices?
-Me parece perfecto – Comentó la mujer levantándose de la cama – Necesito el botiquín de primeros auxilios – Añadió caminando hasta el baño - ¡Quítate la ropa! Porque voy a tener que revisarte.
Bucky hizo una mueca y comenzó a desnudarse mientras que Lyna empapaba un montón de bolas de algodón con antiséptico. James entró desnudo en el baño y abrió los grifos para que la tina comenzara a llenarse. Lyna entró de nuevo al baño, también se había desnudado y comenzó a limpiar la espalda de Bucky, pues tenía varias heridas en ella.
-¡Ay, eso me dolió! – Gritó el hombre retorciéndose - ¡Avisa!
-Llorón – Dijo Lyna entre risas y continuó limpiándole las heridas – No me gusta como luce esa que tienes en el costado – Añadió – Voy a suturar.
-Ya que – Respondió James – Haz lo que tengas que hacer – Exclamó y lanzó un nuevo grito cuando un chorro de antiséptico cayó directamente en la herida. Apretó los dientes y cerró los ojos, dejando que Lyna limpiara completamente y suturara.
-¡Ya estás! – Sonrió la mujer – Ahora vamos a bañarnos; mañana le pediré a Rumlow un poco de antibióticos para que los tomes. No me gustaría que esas heridas se infectaran.
Bucky la sujetó por la cintura y acarició el rostro de Lyna mientras la miraba con infinita ternura, ella se estremeció y le sonrió, echándole los brazos al cuello. Bucky la apretó contra su cuerpo y abrió las llaves para que el agua comenzara a correr al tiempo que la besaba con mucha pasión. Él tomó la esponja y le llenó de jabón para pasearla suavemente por el cuerpo de la chica, Lyna dejó que él se hiciera cargo de su aseo y cuando terminó, ella le quitó la esponja de las manos y volvió a llenarla de jabón.
-Es mi turno hora, Soldado – Sonrió al mirar la erección de James y se inclinó un poco para lamer el pecho del hombre.
Lyna detuvo sus labios en el cuello de Bucky y lo succionó con suavidad, mientras que sus manos le lavaban la espalda. La esponja bajó y se paseó por el trasero de James, quién gimió un poco al sentir que Lyna mordía su cuello.
-¡Ay nena! – Murmuró Bucky cerrando los ojos cuando la esponja que Lyna tenía en sus manos le rozó los muslos – Tu haces hervir el agua helada.
Lyna dejó escapar una risilla y continuó aseando a James, quitando la sangre seca que se encontraba en su cuerpo y limpiando con delicadeza sus heridas. James la sostuvo entre sus brazos mientas sus bocas se unían y sus lenguas colisionaban en un beso lleno de lujuria y de amor. Cerraron las llaves de la ducha y él miró la tina llena, la tomó en sus brazos y la depositó en la tina. Lyna suspiró al sentir como el agua tibia mojaba su cuerpo y esbozó una gran sonrisa al sentir el cuerpo de James detrás del suyo.
-Hay ciertas zonas de tu cuerpo que me gustaría lavar – gimió el hombre tomando una esponja y llenándola de jabón – Abre la piernas – susurró a su oído y sus dientes mordisquearon el lóbulo de su oreja.
Lyna obedeció a la orden y se arqueó al sentir la esponja que James deslizaba por su feminidad, gimió con fuerza y él continuó; pero dejó la esponja a un lado y fueron sus dedos los que exploraron su feminidad. ¡Ella estaba ya muy húmeda! Bucky le mordió el cuello, mientras ella tiritaba al sentir cómo él la penetraba con sus dedos. Balbuceó el nombre de su amado y comenzó a masajearse los pechos, jadeando y moviendo las caderas contra la erección de Bucky, quién gruñó al sentir la fricción de la piel húmeda de Lyna contra su pene.
-¿Te gusta, Bucky Boo? – Preguntó la chica emitiendo un suave ronroneo.
James se rió asintiendo, pues no podía pronunciar una palabra mientras sus dedos entraban y salían del cuerpo de Lyna; él sentía como su piel estaba erizada, así como la de la chica; pensaba que no podría contenerse por mucho, pero haría hasta lo imposible por reprimir esas ganas. Las paredes vaginales de Lyna se cerraron en sus dedos y sintió como el cuerpo de su mujer se arqueaba, liberando su orgasmo. Él dejó escapar un suspiro a la par de ella y retiró lentamente sus dedos mientras los llevaba a su boca y los lamía con deleite. Lyna lo observaba con los ojos bien abiertos y mordiéndose el labio inferior.
-¡Siéntate en el borde de la tina, chiquito! – Le ordenó la joven y Bucky la obedeció.
La chica se arrodilló frente a él y comenzó a soplar en su pecho, James se estremeció, sintiendo frío, pero a la vez un placer indescriptible. Lyna sonrió con picardía y fue en descenso, soplando por el pecho de James. Se detuvo delante de su miembro excitado y lo tomó con una mano, sopló nuevamente en la punta y Bucky dejó escapar un grito. La mujer se mordió los labios y con suavidad comenzó a acariciarlo, mientras que él echaba la cabeza para atrás y cerraba los ojos. Lyna inclinó la cabeza para besar la erección de su hombre y pasear la punta por sus labios, deleitándose con los sonoros gemidos de su amante. Lo lamió en toda su longitud y lo introdujo en su boca, chupándolo. Bucky seguía gimiendo y estremeciéndose de placer cuando ella lo tomó con firmeza y comenzó a masturbarlo por unos segundos. Después lo sujetó de la base y lo introdujo en su boca, para comenzar a mover la cabeza en un ritmo pausado y cadencioso. Las manos de James se afianzaron al borde de la tina y comenzó a lanzar varios gemidos guturales, mientras echaba la cabeza hacia atrás.
La cabeza de Lyna continuaba moviéndose, chupándolo con ganas. Ella levantó la vista y pudo verlo; la cabeza del hombre hacia atrás, jadeando con los labios entreabiertos y la respiración entrecortada. Lyna podía sentir como un torrente fluía de entre sus piernas y estaba segura que James no aguantaría mucho.
-¡Oh, Lyna... nena! – Gimió James – Esto es tan... ¡Joder, Lyna! – Gritó Bucky cuando ella mordió con suavidad la punta de su pene.
James la apartó y ella hizo una mueca de desagrado, molesta por lo que acababa de hacer: ¡Aún no termino! – Gruñó ella
-Pero yo por poco sí – Sonrió Bucky mirándola a los ojos y tomándola de la nuca para besarla salvajemente.
Él regresó al agua, que ya se había enfriado demasiado, pero no le importó, estaba seguro que en segundos la pondrían a punto de ebullición. Lyna se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a frotar su feminidad contra el sexo duro de Bucky, él podía sentir la humedad de su piel contra su miembro mientras que ambos gemían y gemían.
-¡Lo quiero ahora! – Bufó Lyna – Quiero tenerte dentro, amor mío.
James volvió a besarla con desesperación, sujetando sus caderas mientras que ella las levantaba para que él se hundiera con una poderosa embestida en su cuerpo. Lyna lo recibió con un jadeo de gozo y comenzó a mover las caderas sin dejar de Besarlo. Las manos del hombre acariciaban su cintura o sus nalgas, mientras que ella se mantenía aferrada a su cuello, frotando la punta de sus senos sobre el fuerte pecho de su amado. Ambos cuerpos temblaban presa del placer; él la sostenía con fuerza de la cintura, penetrándola con vigor. Lyna se incorporó un poco, para que él tuviera acceso a sus senos y los tomara con la boca, los chupara y los mordiera cómo a él le gustaba hacerlo.
Ella se movía con un ritmo frenético, pidiendo con su lenguaje corporal todo de él; y James estaba dispuesto a dárselo. Le succionó el cuello y continuó con las embestidas violentas. Lyna gritaba llena de placer y lujuria, arqueando la espalda y subiendo y bajando la cadera, pegándose a él y trazando suaves círculos sobre su pelvis. Ella se inclinó y lo besó en los labios, cabalgando violentamente, hasta que los cuerpos de ambos tiritaron para dejarse llevar por ese magnífico orgasmo que los golpeó y los llevó lejos de esa realidad.
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-JARVIS, ¿has localizado la nave? – preguntó Stark a su IA. Estaba desesperado por encontrar a esos cobardes que lo habían dejado solo y sin despedirse.
-No, señor. – dijo su Asistente Inteligente – He perdido la comunicación, parece que han destruido el radar o la nave.
-¡Carajo! – gruñó Tony - ¿Dónde demonios estarán? – se preguntó mientras rascaba su cabeza – No debieron ir muy lejos.
Stark descendió en la parte alta de la Torre y se encaminó hasta su penthouse. ¡Necesitaba encontrar a esos traidores! Se sirvió un gran vaso de Whisky y se dejó caer sobre un sillón mientas hacía sonar sus dedos sobre la mesa de centro.
-Señor... - dijo JARVIS
-¿Qué sucede? – preguntó Tony bebiendo un gran sorbo de su vaso.
-He encontrado algunos fragmentos de la nave regados por una zona boscosa cerca de aquí. – exclamó la IA – Pero eso no me da una ubicación exacta.
-Entiendo JARVIS, no te preocupes. – suspiró Stark – Mañana buscaré a Sharon Carter, ella me dirá dónde esconde a esos desgraciados. No he terminado de ajustar cuentas con el Winter Soldier y yo estaba ganando la pelea.
Tony bebió de golpe el whisky y se sirvió más; dio otro sorbo al vaso y su mirada se topó con una carpeta que se encontraba en un librero; no la había visto antes o no recordaba haberlo hecho, se levantó y la tomó, regresando a su asiento. Abrió el folder y de este cayeron las muestras de las invitaciones a su boda, las levantó y las miró a detalle. Suspiró y cerró los ojos al recordar lo emocionada que había estado Pepper. ¿Dónde se había metido Pepper? Se preguntó mientras miraba el contenido de esa carpeta; todo se trataba de su boda cancelada por él.
-¿Sabes algo de Pepper, JARVIS? – Preguntó Stark – No he tenido cabeza para preguntarte sobre su paradero, ¿sabes en dónde se encuentra?
-¡Sí, señor! – Comentó la IA – La señorita Pepper se encuentra en Washington – Comentó – De hecho, tengo una serie de fotografías y un informe detallado de su trabajo en una empresa de embutidos.
Tony observó las fotos que JARVIS le iba mostrando, eran muchas. No perdía detalle de cada una, y las analizaba concienzudamente. De pronto, se detuvo en una imagen y le pidió a la IA que la ampliara, ¿era un efecto de la luz o Pepper estaba embarazada? Su corazón comenzó a latir de prisa y pidió más fotos. Siguió observándolas con detenimiento, al parecer el vientre de Pepper crecía con el paso de los días. ¿Ella estaba comiendo de más o en realidad estaba embarazada? Se preguntó, aunque esa era una pregunta demasiado estúpida.
-¿Dónde dices que está ahora, JARVIS? – exclamó Stark - ¿En Washington?
-Así es señor – respondió JARVIS - ¿Le hará una visita?
-Después, JARVIS. Sigue vigilando por favor. – dijo Tony y recargó la cabeza en el respaldo del sillón, mientras lanzaba un suspiro.
Sintió una fuerte punzada en su corazón. ¿Qué había hecho? Se preguntó pasando sus manos por su rostro mientras derramaba lágrimas. Había abandonado a la mujer que amaba y que lo amaba por sobre todas las cosas. La había dejado sola y desamparada, con un bebé en camino. Porque no había duda de que ese pequeño o pequeña que Pepper llevaba en su vientre era suyo. No era correcto que esa criatura naciera y estuviera lejos de su padre. De repente, Tony se dio cuenta de que se había convertido en un monstruo; ¡no había querido escucharla! De hecho, no escuchó a nadie y ellos tenían razón. Tenían razón al decir que la venganza no dejaba nada bueno. Se inclinó y continuó llorando; su deseo de venganza sólo le había dejado soledad, miseria y un gran vacío en su corazón.
-Un hijo no debe crecer lejos de sus padres – murmuró – Dime JARVIS, ¿de cuándo son esas fotos?
-Las fotos que le he mostrado son de todo el tiempo en que la señorita Potts ha estado lejos de usted, pero las últimas son de hace un par de días. – respondió su asistente inteligente.
-Entonces si está embarazada y ese pequeño es mi hijo. – susurró Stark – No la pierdas de vista por favor. Ahora iré a descansar, mañana le haré una visita a la Agente 13. – exclamó Tony y se levantó para dirigirse a su habitación, emocionado por saber que pronto se convertiría en papá.
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Stark entró en las oficinas de la CIA e inmediatamente fue atendido por uno de los agentes del lugar. Tony dijo el motivo de su visita y rápidamente fue conducido a la oficina donde se encontraba la Agente Sharon Carter. Al verlo entrar en el lugar, Sharon se puso blanca como el papel y se levantó de su asiento mostrándose tranquila y serena. Sabía a lo que iba a Stark, pero este no la iba a intimidar, ¡jamás se había dejado intimidar por nadie! Ni siquiera por Steve.
-Sharon, buenos días. – dijo el millonario y se acercó a ella para estrechar su mano - ¿Cómo estás?
-¡Hola, señor Stark! – respondió la Agente – Me encuentro bien. ¿y usted?
-Vivo y entero. – exclamó Stark – Casi me matan, pero por fortuna soy fuerte y logré vencer a esos agentes de HYDRA, al contrario de ustedes que huyeron como ratas. Dime, ¿dónde están? – preguntó Tony con fuerza.
-Para comenzar, tenemos que proteger a James. – dijo la mujer – Él está en peligro y si cae en las manos equivocadas, ¡no sé que vaya a pasar!
-¿De qué hablas, Sharon? ¡Estás loca! – dijo Tony con desprecio – ¡Necesito una explicación! Pero primero dime, ¿dónde está James Buchanan Barnes?
-Él se encuentra bien y bajo la custodia de Brock Rumlow. – exclamó Sharon e hizo una seña para que Tony se sentara a su lado – El Agente se está haciendo cargo de cuidarlos a todos y me mantiene informada de todos sus movimientos.
-¿Por qué confiar tanto en ese traidor? – preguntó el inventor - ¡Ah! Los traidores se llevan bien entre ellos, pero espero que no te dé la espalda. Tiene fama de huir cuando más se le necesita.
-Lo conozco perfectamente, señor Stark y confío mucho en Rumlow. – dijo Sharon – Él no es así, al menos no conmigo.
-Entonces ¿no vas a decirme dónde están? – volvió a preguntar Stark.
-No, pero quiero que me escuche. – dijo la Agente – Hay cosas importantes que debe saber y quizá, una vez que conozca esta información, su punto de vista cambie drásticamente.
-Pues entonces habla, ¡necesito escucharlo! – gritó Tony – Este misterio me está cansando.
Sharon se puso de pie y sirvió dos tazas de café. Acercó una a Tony y se sentó ahora frente a él. Bebió un sorbo de su taza y lo miró fijamente, estaba buscando las palabras adecuadas para revelarle lo que Rumlow les había dicho.
-Hace unos días, mi amigo Brock fue contactado por un hombre. – dijo la Agente – Su nombre es Helmut Zemo y busca venganza.
-¿Otro que se quiere vengar del soldadito de plomo? – preguntó Stark con sarcasmo.
-No, señor. – respondió Sharon – En realidad Zemo quiere vengarse de usted y del resto de los Avengers. ¿Recuerda lo que sucedió en Sokovia?
-¡Cómo olvidarlo! Todo ese desastre causado por Ultron me ha sumido en una gran depresión. – dijo el millonario - ¿Qué pasa con ese tal Zemo?
-Él perdió a su familia en ese ataque y lo culpa a usted de la muerte de su esposa y sus hijos. Contactó a Rumlow pues desea que él encuentre a James y lo lleve ante él. – exclamó la Agente – Como lo puede ver señor Stark, Bucky no es el único con las manos manchadas de sangre inocente.
Tony guardó silencio por unos instantes, la mujer tenía razón. ¡Detestaba cuando alguien tenía la razón! - ¿Y qué es lo que quiere ese hombre, Zemo? ¿Para qué necesita al Soldado del invierno?
-Para despertar a los otros Soldados del Invierno. – dijo Sharon pero ya no continuó pues fue interrumpida por Stark.
-¿Cómo? – dijo sorprendido el genio - ¿Hay más de uno? – exclamó mirando fijamente a la rubia que asentía - ¡Eso no puede ser verdad! No pueden existir más seres así, ¿cómo es que ese tipo sabe eso y nosotros no?
-Zemo se ha dedicado a investigarlos a fondo, su venganza está casi lista. – respondió la rubia – Pero necesita a Bucky, ya que él sabe dónde se encuentra una base de HYDRA donde duermen esos soldados. ¿Recuerda la muerte de sus padres? – dijo la Agente – No entraré en detalles para no incomodarlo, solo le diré que James fue enviado a asesinarlos para apoderarse del suero que su padre llevaba y de esta forma crear cinco Súper Soldados más. Son más fuertes que James y hablan más de 30 lenguas, pueden pasar desapercibidos a los ojos de cualquiera. Se mueven de manera sigilosa, pero pueden echar abajo una nación en una sola noche. Si Zemo se apodera de ellos y los domina, usted estará perdido. ¡Debemos detenerlo cuanto antes!
-¿Y qué puedo hacer yo? – Preguntó Tony – Me defenderé hasta la muerte, de ser posible. Si destruyen a Bucky, ¡no me interesa! – Exclamó apretando los puños – Eso es lo que yo deseo.
-¡Pero esa no es la solución! – Respondió Sharon poniéndose de pie – Estamos cayendo dentro de un círculo de odio y sed de venganza, ¡nadie ganará al final! Unidos permaneceremos, divididos caeremos – Murmuró la rubia y guardó silencio ante la mirada de Stark que esperaba que ella dijera algo más. Tony se puso de pie, pero ella añadió inmediatamente – Creo que no le gustará dejar a un bebé no nato sin su padre y a una mujer sin el hombre de su vida.
Tony se detuvo en seco y la miró fijamente, ¿sabía lo de Pepper? No, no era posible. Entonces, ¿de qué rayos estaba hablando? ¿Dejar a un bebé no nato sin padre? ¿A qué se refería Sharon: - No te entiendo – Comentó el millonario – Sé más explícita.
-Lyna está embarazada – Comentó la rubia – Dele una oportunidad a James, él ha demostrado ser una buena persona que ama a esa chica por encima de todo y ella lo ama demasiado – Suspiró Sharon – mucho me temo que si algo llega a sucederle a Bucky, Lyna no pueda ser tan fuerte como para soportarlo.
Tony guardó silencio y reflexionó lo que Sharon acababa de revelarle, ¿Lyna sería capaz de dejarse morir? La respuesta era obvia, él ya lo había visto. Tampoco tenía el corazón como para dejar desamparado a un inocente. Pensó en Pepper y en su propio hijo... ¡en lo egoísta que él había sido! Todo por culpa de su sed de venganza. ¿Qué pensaría su madre sobre él? Seguramente María estaría avergonzada por su comportamiento y su egoísmo. Se llevó las manos a la cabeza y suspiró para deshacer ese nudo que se formó en su garganta. Después de un largo silencio, Tony finalmente pudo hablar.
-Me has puesto a pensar, Sharon – Dijo el millonario – Y te doy la razón, divididos caeremos indudablemente, pero unidos podremos vencer y salir victoriosos. El peligro siempre va a estar tocando a nuestra puerta y debemos hacer algo para ahuyentarlo – Continuó - ¿Qué tengo que hacer para sumarme a la causa? – Preguntó Stark.
Sharon esbozó una sonrisa de triunfo, ¡había conseguido llegar a un acuerdo con Stark! Se acercó y le tendió la mano: - ¿Tenemos un acuerdo? – Dijo la mujer.
-¡Por supuesto! – Exclamó Tony – Tenemos un acuerdo.
-Mañana visitaré a los chicos y tú me acompañarás, Tony – Respondió la Agente 13 – Yo los mantendré sobre aviso; no quiero sorpresas desagradables y por favor te pido, que cuando veas a Bucky, te controles. De ser posible, habla con él y ¡hagan una tregua! Es por el bien de todos.
-¡Te lo prometo! – Dijo Tony – De mi parte, no habrá problemas.
-¡Te lo agradezco! – Exclamó la mujer y lo abrazó.
##########
Creo que me prolongué con este capítulo, fueron dos días escribiéndolo, ¡pero había tanto en mi cabeza! Hay muchas cosas que decir y creo que esta temporada va a ser más larga que las dos anteriores (según veo, quién sabe). ¿Qué les pareció? Tony finalmente entró en razón y es lo mejor, de odio no se vive, sólo te envenena y corroe el alma. ¡En fin! Les agradezco sus comentarios, votos y opiniones. También quiero pedirles una disculpa por mi larga ausencia, pero ya estoy de vuelta. Gracias por la espera, publicaré diariamente a partir del día de hoy hasta el 24 de febrero, para compensarles.
#MaryCruz
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