CAPÍTULO DIEZ : EL ADIÓS
Steve y Tony avanzaban hacia el sur, durante su trayectoria no habían encontrado ningún otro rastro o indicio sobre Lyna y Bucky, además de esa huella de bota. Tony creía que nunca los encontrarían, tenía un mal presentimiento al respecto. Continuaron su camino, hasta que JARVIS sacó a Tony de toda concentración.
-Hay humo a unos cinco kilómetros de aquí, señor Stark – Comentó el asistente inteligente.
-Gracias JARVIS – Comentó Tony y se dirigió a Steve – JARVIS acaba de encontrar algo a unos kilómetros de aquí, dice que es humo.
-¡Pues no perdamos tiempo! – Dijo Steve acelerando - ¡Vamos hasta allá!
En pocos minutos, el Capitán América y Iron Man llegaron al poblado dónde Lyna y Bucky habían permanecido ocultos. Se detuvieron a unos metros del lugar y pudieron ver las ruinas de la casa dónde la pareja había estado refugiada durante la tormenta. Las llamas habían consumido casi toda la construcción, aunque el fuego ya casi se había extinguido, el humo era espeso y se elevaba debido al viento que soplaba.
-¿Crees que hayan estado aquí? – Preguntó Steve quitándose el casco.
-Es muy seguro – Dijo Tony caminando hasta la casa, seguido por Rogers.
-El fuego es de hace unas horas – Comentó el Capitán – Posiblemente podamos alcanzarlos.
-¿A dónde crees tú que hayan ido? – Respondió Stark rodando los ojos – No hay huellas, esta leve ventisca se ha encargado de fastidiarnos todo el tiempo – Bufó molesto – Además ya es tarde, está oscuro y debemos regresar, hay cosas...
-Quizá estén ocultos en algún sitio – Dijo Steve tratando de sonar optimista – Puedes preguntarle a JARVIS si hay algún pueblo cerca de aquí.
-Lo haremos mañana – Finalizó Stark – Aún tenemos trabajo que hacer, no sé tú, pero la misión no es únicamente encontrar a Lyna y a Bucky.
-De acuerdo - Suspiró Steve con resignación – Comunícate con el resto del equipo y regresemos.
Tony asintió y llamó a sus compañeros, quienes se encontraban en Tungur, auxiliando a las personas enfermas. SHIELD se había encargado de llevarse a los científicos y agentes de HYDRA que habían sobrevivido al ataque de los Vengadores y otro grupo de salvamento auxiliaba a los prisioneros que Ekaterina había tenido en los calabozos, así como también a los refugiados de Tungur. Había muchas cosas por hacer y montones de cosas por informar, así que Rogers y Tony regresaron a toda velocidad para reunirse con sus compañeros.
-Cerca de aquí hay un poblado – Comentó Iron Man – Lo visitaremos mañana, cuando hayamos terminado con todo esto.
-De acuerdo – Respondió Steve – Pero es necesario que encontremos a Bucky y a esa chica.
Tony ya no dijo más, sólo aceleró su trayectoria pues casi estaban de regreso. Steve suspiró resignado, ¡tenía que esperar! Aunque estaba ansioso por ir en busca de su amigo.
**********
A pesar del viento gélido que casi le partía el rostro, Bucky seguía avanzando entre la nieve y de cuando en cuando volteaba el rostro para ver a Lyna, ella estaba bien, aunque se le notaba muy seria. El Soldado miró hacia el cielo sólo para darse cuenta que la poca claridad se estaba apagando. Consultó su reloj y no pasaban de las cuatro de la tarde, ¡no había avanzado casi nada! La nieve hacía muy lento su andar, así que decidió detenerse por un momento.
-¿Sucede algo? – Preguntó Lyna saltando del trineo y corriendo a los brazos de James.
-¿No quieres comer? – Dijo abrazándola - Vamos a descansar un poco y quizá pasemos la noche en ese sitio – Exclamó señalando una choza abandonada – No está en muy buenas condiciones, pero nos protegerá del frío y de la nieve.
-Está bien – Respondió Lyna caminando con dificultad junto a Bucky - ¿Cuánto crees que falte para llegar?
-No lo sé – Comentó Bucky – Pero es posible que lleguemos allá mañana, antes del medio día.
Se dirigieron a la choza y entraron ahí. El lugar apestaba y no se veía muy agradable, estaba muy sucio. Lyna arrugó la nariz y miró a Bucky que se rascaba la cabeza.
-Podemos limpiarlo – Dijo Lyna tratando de ser optimista – aún hay un poco de luz y podemos aprovecharla.
-Armaré la tienda fuera de aquí – Exclamó Bucky – Este lugar no me gusta.
-A mí tampoco, pero es mejor estar adentro, si llegamos pronto al pueblo, es posible que no la necesitemos y podemos desecharla si se ensucia – Sonrió la chica abrazando al hombre.
Juntos armaron la tienda dentro de esa choza, comieron algo y se acostaron a descansar. Lyna abrazó con fuerza a Bucky, no le gustaba el sonido del viento que se colaba por cualquier rincón, además estaba helado y ella echaba de menos el calor de la chimenea. Se quedó dormida momentos después, pero él no durmió, se mantuvo alerta y sosteniendo un rifle entre sus manos. Estaba seguro que Ekaterina ya había mandado a su ejército y que eran buscados por todo el mundo; y no sólo la científica, también se imaginaba que el padre de la chica ya la estaba buscando.
La mañana lo sorprendió y Bucky abrió los ojos al sonido de la alarma de su reloj, sólo se había dormido durante una hora o poco más, movió a Lyna que aún se encontraba durmiendo y le ofreció un poco de fruta en conserva de una lata.
-¡Gracias, mi amor! – Sonrió la joven besando sus labios - ¿Ya comiste?
-Sí – Mintió James, pues no tenía hambre – Come, lo necesitas. En cuanto termines nos iremos de aquí, voy a arreglar el trineo.
James salió de la choza y comenzó a alistar lo necesario para el viaje, volvió a mirar el mapa y al parecer, ya estaban a pocos kilómetros de llegar a ese poblado. Lyna salió momentos después, la chica ya había recogido la casa de campaña y la dejaba sobre el trineo.
-Está limpia – dijo Lyna con una sonrisa – Podemos guardarla para el futuro.
-Quizá – respondió Buck - ¿No olvidas nada? – preguntó y ella negó con la cabeza – Entonces es momento de partir, ya no debemos perder más tiempo si deseamos llegar a ese pueblo antes del mediodía.
-¡Cómo usted ordene, sargento! – sonrió Lyna besándolo en los labios y subiendo al trineo.
Bucky ató las cuerdas a su cintura y comenzó a caminar por el blanco sendero alejándose rápidamente de ese lugar. Anduvo y anduvo en silencio, respondiendo apenas a lo que Lyna le decía, pues la chica hablaba y hablaba, feliz de poder llegar por fin a un lugar seguro. En cambio James estaba muy alerta, esperando cualquier ataque por parte de HYDRA y pensando sobre la decisión que había tomado; por más que le daba vueltas en su cabeza, llegaba a la misma conclusión. ¡No podía estar cerca de Lyna! Eso significaría un grave peligro para la muchacha, mucho menos podía llevarla consigo pues siempre estarían huyendo y el no podía ofrecerle una estabilidad. Suspiró y volvió el rostro, ella le sonreía ajena a lo que pasaba por la mente de James.
-Sabes – dijo la chica – Ahora que estemos en Nueva York, te llevaré al teatro. ¡A mí me encantan las obras teatrales! De no haber sido enfermera, me hubiera decidido por estudiar actuación y participar en los musicales de Broadway.
-Suena interesante – comentó Bucky esbozando una media sonrisa – Me encantaría acompañarte.
-¡Iremos a muchos lugares! – Continuó Lyna – Te encantará vivir conmigo en Manhattan, mi departamento es muy amplio y tiene una vista de la isla que es preciosa.
-¡No lo dudo, linda! – Exclamó el hombre divisando a lo lejos las torres de la iglesia del pueblo - ¡Mira! – Señaló dirigiéndose a Lyna – Ya casi llegamos.
-¡Es verdad! – Gritó la muchacha - ¡Qué emoción!
Bucky ya no dijo nada y siguió avanzando más lento de lo habitual, como si deseara detener el tiempo y prolongar la cercanía de la joven. No estaba seguro de querer dejarla, pero algo en su mente lo reprendió por ser tan débil y sentimental. Continúo caminando a paso lento, mientras que Lyna observaba el panorama. Se veía que era un pueblo grande y con más pobladores, aunque las dudas asaltaron la mente de la joven quién comenzó a generar diversas ideas. ¿Qué pasaría si esa gente intentaba apresarlos? Sería lo más lógico después de lo que había pasado en Tungur con la loca de Ekaterina Záitseva, ¿Y si eran agentes de HYDRA? Volvió a preguntarse la chica, ya que desconocía que los Vengadores se habían encargado de eliminar esa cabeza tan peligrosa.
La marcha del trineo se detuvo delante de un letrero en ruso que decía: "BIENVENIDOS", aún estaban a unos metros de la entrada del pueblo, Bucky desató la cuerda de su cintura y caminó de regreso hasta dónde se encontraba la joven que lo miraba sorprendida. Lyna bajó del trineo para caminar al encuentro del Soldado.
-¿Qué sucede? – Preguntó - ¿Vamos a entrar caminando?
Cerca de aquí se ven varias casas – Comentó James – Si caminas derecho sin detenerte y pides ayuda, lo más probable es que no se nieguen en dártela. Diles quién eres y lo que pasó, así podrás estar a salvo y te comunicarás con tu padre, quién vendrá a buscarte inmediatamente – Dijo tomándola de las manos, pero sin mirarla a los ojos – Lo más importante es tu seguridad, Lyna y yo no puedo brindarte nada de eso. ¡Por mí no te preocupes!
Lyna lo escuchaba atónita, ¿qué estaba diciendo? ¿Acaso planeaba dejarla ahí y largarse? ¡No podía creerlo!
-¿Por qué? – Preguntó la chica con lágrimas en los ojos - ¿No vas a acompañarme, James? ¿No vamos a estar juntos cómo lo planeamos? – Dijo apretando las manos del hombre.
-Debo dejarte Lyna – Dijo James conteniendo el llanto – Para mí no es fácil hacerlo, no es fácil separarme de ti, ¿sabes? – Exclamó estrechándola entre sus brazos – Pero no puedes estar conmigo, soy un peligro para ti y no puedo ofrecerte todo lo que te mereces, todo a lo que tú estás acostumbrada. Principalmente no puedo ofrecerte seguridad, yo ahora soy un fugitivo y no pondré en riesgo tu vida. Te amo demasiado como para exponerte al peligro.
-¡No, no! – Gritó la chica apartándose de él - ¡Por favor no me dejes! ¡Quédate conmigo! – Dijo mirándolo a los ojos – Yo le diré a mi padre que tú me ayudaste y que haga lo posible porque te proteja. Mi papá es amigo de Tony Stark y quizá el nos ayude para que puedas tener una vida tranquila y feliz – Lyna lo miró suplicante, pero James sólo negó con la cabeza - ¿Tú amigo es Steve Rogers? Él es el Capitán América...
-¡Entiéndelo, Lyna! – Dijo Bucky – No podemos estar juntos, no puedes estar al lado de un asesino, de un hombre que esta bañado en sangre de gente inocente. Yo soy el Soldado del Invierno, me buscan montones de personas en el mundo. ¿Crees que tu padre va a estar feliz de verme? ¡No! Él va a ser el primero en exigir que me encierren, que vuelvan a congelarme o ¿qué sucederá si caigo en manos de HYDRA otra vez? Van a utilizarme de nuevo y me obligaran a olvidarte y ¡yo no quiero olvidarte! Quiero tener tu hermoso recuerdo en mi cabeza siempre. Quiero recordar todo lo que pasé a tu lado – Lloró acariciando las mejillas de la chica – Y ¡por favor! Ya no hagas esto más difícil de lo que ya es. Es mejor que te vayas, yo también me iré. Quizá en algún momento, en un futuro próximo volvamos a encontrarnos. La vida es un deja vú; porque quizá si no nos encontremos en esta vida, en la otra podamos hacerlo...
Lyna lo interrumpió arrojándose a sus brazos y lo besó varias veces, sentía cómo su corazón se hacía pedazos ante esas palabras de despedida, pero James tenía razón, todos y cada uno de sus argumentos eran tan razonables que ella no podía refutarlos, no podía contradecir sus palabras y tampoco podía asegurarle nada. Lo que había imaginado era sólo una gran fantasía creada en su cabeza por el amor. Estaba tan enamorada que no se había puesto a pensar en la verdadera situación del Soldado. Él estaba señalado y a dónde quiera que fuera, por mucho que ella tratara de defenderlo, las personas lo rechazarían e intentarían destruirlo.
La joven lloraba con muchas fuerzas, aferrada al cuerpo de Bucky, que hacía lo posible por apartarla de su lado. Él suspiraba a cada rato, tratando de no llorar y de ser fuerte, pero no podía, se había quebrado, se sentía tan débil y parecía que su mundo se desmoronaba. A pesar de la forma tan irreal en la que había surgido su amor y a pesar de cómo se habían conocido, él había llegado a amarla, él que era un ser sin sentimientos, un monstruo. Pero había descubierto algo, tenía un pasado, fue alguien, una persona normal y necesitaba averiguarlo. Además junto a Lyna, el cruel suspenso de sus noches y las pesadillas se habían ido; ella había sido para él como un edén en el desierto y sabía que ella estaría presente en cada eco de su corazón, llamándola y evocando su recuerdo.
-Eres silencio, eres calma en esta paz – Dijo Lyna besando los labios de Bucky que no correspondió al beso – Eres infierno, eres tú la tempestad. Así es cómo eres tú y una sola caricia tuya provocaba que mis sentimientos se embravecieran. Te adoro, James y te prometo que jamás voy a dejar de amarte. Voy a ocultarte y no diré nada de lo que pasó, estarás oculto en mi mente y en mi corazón.
-Tú eres mi angustia, mi principio y mi final. Eres como un capullo que creó el bien y el mal – Respondió James depositando un tierno beso en sus labios helados – Ahora debo dejarte, ¡vas a estar bien! Mi princesa de hielo.
-¡No te vayas! – Murmuró Lyna echándose a llorar otra vez - ¿Qué va a pasar conmigo? Me voy a morir si no estás a mi lado, moriré por dentro, sufriendo por la soledad.
-Te prometeré algo – Exclamó Bucky – Voy a hacer hasta lo imposible para verte otra vez, aunque esa sea la última vez que nos veamos, ¡pero te buscaré en dónde te encuentras! Así estés en lo profundo del mar o perdida en el firmamento, ¡yo voy a encontrarte! No voy a descansar hasta que volvamos a estar juntos, aunque sea por un instante, ¿estás de acuerdo? – Dijo James sonriendo débilmente.
-¡Sí! Aunque sólo te pueda ver por un instante y después cierre mis ojos para ya no abrirlos más – Respondió Lyna abrazándolo por última vez - ¡Es una promesa!
James la acunó contra su pecho y se inclinó para besarla por última vez, fue un beso salvaje, posesivo y lleno de amor que recordaría por siempre. Ella cerró los ojos y se aferró al fuerte cuerpo del hombre, entregándole el alma y su vida entera en ese beso perfecto.
-¡Ya vete! – Le dijo Bucky separándola de él – Por favor, ya no retrasemos más esta despedida.
-De acuerdo – Gimió Lyna derramando lágrimas - ¡Pero no olvides tu promesa!
Lyna corrió hasta dónde James se lo había indicado y no miró hacia atrás, porque si lo hacía, estaba segura de que se regresaría tras él y lo seguiría, sin importarle que eso significara perder su vida. Bucky la miró alejarse y se quedó de pie, contemplando la figura de la mujer que corría cuesta abajo, con el pelo ondeando al viento. Él suspiró y dio la vuelta para caminar también sin mirar atrás. Cumpliría su promesa, ¡pero primero necesitaba ajustar un par de cuentas pendientes!
**********
-Lyna, Lyna. ¿Estás bien? – Dijo Tony Stark sacudiéndola un poco.
La joven se encontraba con la mirada perdida, susurrando en silencio y derramando lágrimas. Ella había pedido el auxilio de un par de personas que se había encontrado en el camino, quiénes inmediatamente la auxiliaron y lograron comunicarse con los Vengadores.
JARVIS había interceptado la señal de auxilio proveniente de un radio de onda corta y le había hecho saber a Tony que en un pueblo cercano habían encontrado a una mujer que decía llamarse Lyna Bramson. Al enterarse de ello, Tony y Steve se lanzaron a brindar su apoyo y corroborar que en realidad se trataba de Lyna. Al llegar ahí, Stark y Rogers se sorprendieron al verla así, tan fuera de sí, llorando desconsoladamente y con la mirada perdida.
-Lyna – Dijo Rogers tratando de sacarla de su trance - ¿Qué fue lo que sucedió?
-Posiblemente esté en shock – Suspiró Tony – Sólo espero que ese desgraciado no se haya atrevido a lastimarla – Comentó Tony señalando las marcas violáceas en el cuello de la chica.
-¿Tú crees que Bucky? – Preguntó Steve sin atreverse a terminar de formular su pregunta.
-¡Ese maldito soldado es capaz de todo! – Gritó Tony y con ese grito, sacó a Lyna de su trance.
-¡Tony! – Dijo la chica y se arrojó a los brazos del millonario, volviendo a llorar.
-¿Qué te hizo ese desgraciado, mi niña? – Preguntó Stark abrazándola con fuerza y besándola en la frente – Juro que si se atrevió a ponerte una mano encima, lo voy a matar.
-¿De qué hablas, Tony? – Preguntó Lyna con sorpresa – Realmente no te comprendo.
-¿Dónde está Bucky? – Preguntó Steve interviniendo en la charla.
-¿Bucky? – Volvió a preguntar la joven - ¿Quién demonios es Bucky? ¡No sé de qué me hablan!
-¿No fuiste secuestrada por el Soldado del Invierno? – Preguntó Stark muy sorprendido.
-¡Fue horrible de hecho! – Exclamó Lyna cerrando los ojos – Pero él me dejó botada a mitad del camino y se fue, alguien más me ayudó.
-¿Y dónde está la persona que te ayudó? – La interrogó Steve – Necesitamos conocer todos los detalles.
-¿James? – Preguntó Lyna – Pues él me protegió de la tormenta, cuidó de mí y me trajo hasta aquí, pero también se fue – Finalizó acurrucándose en Tony y cerrando los ojos.
Rogers y Stark se miraron atónitos, estaban confundidos y la explicación de Lyna no era muy coherente, le hacían falta detalles, pero parecía que la chica no quería decir nada más. Tony se separó de ella y la miró fijamente, pero Lyna agachó la mirada y hurgó en su abrigo, encontrando una costura rota, metió sus dedos ahí y palpó un trozo de tela.
-¿Cuándo va a venir papá? ¡Quiero verlo! – Dijo Lyna en un susurro sacando la flor artificial de las costuras del abrigo - ¡Necesito a mi papá!
-Él estará pronto aquí – Comentó Tony – Recuerda que son varias horas de viaje - ¿Quieres comer? ¿Necesitas asearte?
Lyna asintió y de inmediato, Tony y Steve salieron de ahí para buscar lo que la chica necesitaba. Al quedarse sola, abrió su puño y miró la flor amarilla que estaba oculta entre sus ropas, la besó y la apretó contra su pecho, para derramar más lágrimas. Esa flor era un mensaje de James, esa flor era un reflejo de su amor, porque nunca se marchitaría y estaría con ella para siempre.
««¿FIN?»»
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¿Qué les pareció este capítulo? ¿Creen que debe continuar la historia? Aún no sabemos lo que va a pasar con el Soldado, ni lo que sucederá con Lyna. Ya estoy preparando la segunda temporada, ¿qué les parece? Posiblemente se estrene en septiembre o un poco antes, si nada pasa. Déjenme sus comentarios y gracias por sus lecturas, votos, opiniones y reacciones. ¡Las quiero!
#MaryCruz
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