Chan bajó las escaleras del burdel como si nada, se despidió de toda la gente del lugar y volvió una vez más a su coche. Partió con una sonrisa en su rostro, estaba feliz de haber acabado con su problema.

Felix esperó unos minutos hasta que se sintió extrañado de que Seungmin aún no bajará de la habitación, después de que Christopher bajara, Seungmin se tardaba unos diez minutos en bajar, habían pasado veinte minutos y nada que bajaba.

Con el corazón en el estómago subió las escaleras de la manera más lenta que pudo. Tocó la puerta, nadie abrió, intentó girar la perilla, pero como era de esperarse esta tenía seguro. Un disparo se escuchó al cuál no prestó atención a pesar de lo cerca que se escuchaba.

Aporreo la puerta, no podía abrirla lo único que estaba consiguiendo era lastimar su hombro derecho. Siguió intentando, hasta que por fin la puerta cedió, estaba tan adolorido, pero no le importo en el instante que se encontró el cuerpo inerte de Seungmin.

Se acercó a este a toda velocidad, no fue necesario comprobar su pulso, porque él enorme charco que tenía en la cabeza ya le indicaba sus tristes sospechas.

Gritó, hasta que sintió que su garganta se desgarraba. Sollozó abrazando rápidamente el cuerpo que aún tenía leves rastros de calor humano.

—Te perdonó, te perdonó, te perdonó —dijo como si se tratase de un encantamiento. Conocía a su Seungmin y sabía que iría a pedirle perdón, solo que gracias a Chan, ya no podría hacerlo.

Jisung estaba en shock, no podía creer cómo en cuestión de tres segundos la persona que consideraba su alma gemela estaba muerta. El disparo pasó y atravesó la cama. Changbin guardó su pistola e intentó acercarse a Han que estaba temblando.

—Sunnie...

—No me toques, Changbin —musitó abrazándose a sí mismo.

—Sabes que tenía que hacerlo.

—Te odio —reveló saliendo de la habitación.

Cruel, pero no era la primera vez que Jisung apreciaba la muerte de alguien a quien amaba y para su mala suerte, no tenía tiempo de llorar, debía comenzar a prepararse para estar bien presentable en la tarde, porque ya no era un exclusivo.

Pasó por la habitación de Sky, se le heló la sangre al apreciar a Felix abrazando un cuerpo, corrió en busca de los demás.

En Manchunbu no podían permitirse funerales, los cuerpos eran desechados a la basura sin más, así que entre todos rezaban por el alma de su ser querido y se quedaban con la almohada de la persona para recordarle. No podían hacer más.

Ese día el espectáculo del burdel estuvo más majestuoso que de costumbre, todos se esforzaron en dar lo mejor de sí mismos, las habitaciones estaban aún más abarrotadas que regularmente debido a que dos estaban siendo limpiadas.

Cuando las puertas se cerraron y las luces se apagaron, pudieron finalmente dejar salir su tristeza, el cuerpo de Seungmin ya debía ir camino a una trituradora, para que nadie reconociera que era humano y después sería desechado como si no fuese nada.

Ahora Seungmin era parte de la estadística.

Se abrazaron unos con otros, se fueron a dormir lamentando la vida que llevaban.

Pero...

Se levantaron al día siguiente, porque no había escapatoria.