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SS: 05

—¡¡Mierda!!, ¿así de importante era?

—Si, es obvio que Matthew va a tener innumerables problemas.

—Bueno, pero todos estamos encerrados aquí, ¿cómo íbamos a saber que era el alcalde recién electo?

—Obvio que nosotros no lo sabriamos, tonto, pero Chan hyung si que lo sabía.

—Chan esta jodido

—Ni que lo dudes...

—¿Y tú cómo te enteraste?

—Minho hyung me lo contó —reveló, provocando que sus mejillas se pusieran rojas.

—¿Te gusta tú cliente? —sorprendida preguntó, era extraño que algo como eso ocurriera en aquel lugar.

Asintió —es muy lindo.

—¿Y en la cama que tal? —inquirió Chaewon, curiosa.

—No lo hemos hecho...

—Viene diariamente a verte.

—Lo sé, pero solo platicamos.

Mordió su labio inferior en un intento de no revelar información que no debía, era obvio, nadie podía enterarse de que quien pagaba por estar con él en realidad era un policía encubierto. Este ya le había dicho que estaba muy cerca de poder sacarlo de ahí y sonaba pesimista, pero no sabía en realidad si quería irse. Seungmin entró a la cocina, con el habitual semblante apagado que lucía hace una semana en la que Christopher no se había presentado a trabajar.

—Está en su despacho —dijo Chaewon.

Los ojos de Seungmin se iluminaron, pero por el contrario, Felix la regañó con la mirada.

—No, no quiero que vayas, Seungmin —habló firme, sin el característico tono dulce con el que le hablaba.

—¿Qué?

—Lo que acabas de escuchar —sentenció con un tono gélido.

—¿¿Y tú quién mierda eres para prohibirme hablar con él?? —grito con recelo el adolescente.

—¡¡Kim Seungmin!!

—No, no eres mi bendita madre, si en verdad nos quisieras nos dirías la verdad de como llegaste a ser regente.

—¿Q-qué quieres decir? —preguntó al borde del llanto.

—Sabes lo que quiero decir, hipócrita, eres la puta personal de Matthew.

Aquello era en parte cierto, Seungmin se enteró porque una vez en busca de Felix camino hasta el despacho del pub, tan cliché como cierto, escucho ruidos extraños, la puerta estaba entreabierta e hizo lo que un joven pre-adolescente de doce años podía hacer, asomo su pequeña cabeza para observar porque su hyung se "quejaba" así, lo que jamás esperó fue ver a Yongbok completamente desnudo saltando sobre el pene de Matthew. Genuinamente no lo esperó, más porque no era día veintiocho y no sabía como el Bang mayor se las podía ingeniar para entrar desapercibido.

Kim no había dicho nada por respeto a Felix, pero así como eso se mantuvo en secreto hasta el momento, había otras cosas que no sabían al respecto, la de mayor peso era sobre la libertad de Felix, el hace años que podía irse del lugar si quisiese. Lee tenía una ventaja que otros no, él era el favorito de Matthew y cruelmente, Matthew le había regalado su libertad, solo que el regente a voluntad decidió quedarse.

Lo hizo porque amaba a los chicos y porque él no lo sentía moralmente correcto; su destino era morir todos juntos. No, no lo decidieron, nadie por voluntad se habría metido a eso, pero no tenían opciones y nadie quería escapar.

Volviendo al presente, el rostro del pecoso estaba rojo de la furia, no se lo esperaba, sabía que no era su mamá de hecho nadie de ahí la tenía, a pesar de eso le dolía, el dio lo mejor de sí para cuidarlo y dolía como el infierno saber que en cuestión de dos meses todo cambió por culpa de un desconocido. Su mano se estrelló en la mejilla izquierda del adolescente, a sabiendas que su mejilla derecha ya había sido bastante maltratada.

—Te odio —fue lo que pronunció Kim tras la cachetada y partió .

Un te odio que quedaría grabado en la mente de Felix hasta el resto de sus días....

Changbin que era ajeno a todo el parloteo, entró a la cocina en busca del de regordetas mejillas:

—Han Jisung, te buscan.

—Voy en seguida —sonrió emocionado y se fue hasta la recamara compartida para buscar sus mejores ropas, que era un chándal viejo y una playera blanca, pero no tenía nada más.

Subió las escaleras a paso presuroso, tomando un vaso de agua en la esquina del burdel estaba Minho, ambos al verse sonrieron y se dispusieron a ir a una habitación. Lo primero que hicieron fue platicar, el policía habló de su familia, también le mostró una foto de su ahora pequeño hijo. Jisung se emocionó de sobremanera y por un momento deseó ser Louis (el esposo de Minho)

—Bien, volvamos al tema del porqué estoy aquí —sonrió —hoy es su último día aquí.

—¿En serio? —cuestionó con emoción.

—Si —tomó sus manos —tengo las pruebas suficientes contra este sitio y si tu estas dispuesto a declarar en un dos por tres Maechunbu se vendrá abajo.

—¿Tus compañeros ya saben de este lugar?

—Aún no, saben que saben de la investigación, pero no les he querido decir sobre donde está ubicado para no exponerlos.

—Bien, que bueno que no los pusiste en riesgo, esto será más fácil —dijo una voz ajena a ellos, el seguro del arma cargo y la puso directamente en la cabeza del agente de policía.

—Bi-binnie h-hyung...

—Lo lamento tanto, Sunnie, pero sabía que estaba pasando algo sospechoso con este tipo.

Al unísono dijeron:

—Dispara.

—Hyung, se lo suplicó.

Ahora Changbin era una especie de Dios, podía decidir entre la vida y la muerte de una persona, podía ser el ángel y el verdugo de Jisung.

Seungmin en poco tiempo aprendió lo más que pudo de Chan, era australiano, su madre había sido una prostituta del burdel coreano, era gay, su color favorito era el negro, no creía en el matrimonio y no se veía con hijos, odiaba la comida picante, sus canciones favoritas eran las de taylor swift, harry styles y las de one direction.

Estudió administración de empresas, pero en realidad él quería ser cantante, en su vida solo había tenido dos novios. Tenía cierta fijación por el sadomasoquismo, de vez en cuando tenía ataques de ira, a pesar de eso la mayoría de veces era tranquilo, amable y sobre todo cariñoso.

A Seungmin por eso le gustaba, él fue el primero en demostrarle cariño a parte de los prostitutos; los guardias, bartenders y parte del staff lo único que le demostraban era piedad, asco, lástima, morbo y compasión. Nunca pronunciaba esto en voz alta, eran de esos pensamientos que él prefería dejarse para sí mismo, odiaba que lo vieran de esa forma, no lo pidió.

Christopher estaba extraño, lo sabía, más no quería preguntárselo, ambos preferían fingir que le prestaban atención a la televisión. Gastón estaba cayendo.

Muerte.

Toda su vida era en lo único que había pensado frecuentemente, moriría ahí, era lo más seguro, aunque él amaba la vida, lo más seguro es que la vida no lo amaba a él. Su cabeza estaba siendo un lío desde su pelea esa tarde con Felix, terminando de ver la película iría y le pediría una disculpa y esperaba que este si lo disculpara o lloraría el resto de su vida.

El filme acabó y con ello sus ganas de quedarse en la habitación.

—Debo irme —musitó.

—Por favor quédate —sollozó el mayor.

En todo el rato que estuvo ahí no le prestó atención a Bang, no sabía en qué instante comenzó a llorar, su moralidad entró en juego, ¿ir con Felix o quedarse con Chan?

Cedió y se tumbó en la cama nuevamente.

—¿Qué sucede?

—Estoy jodido, papá me odia —sollozó más fuerte, tapando su cara con sus manos.

Sabía lo delicado que era el tema del padre de Chris para este, nunca lo mencionaba, casi como si no existiera. Le estaba compartiendo una pequeña parte de su vida y se sentía genuinamente feliz por ese motivo.

—Estoy aquí para ti, Channie.

—¿En verdad? —preguntó con un deje de sarcasmo.

—Si, yo estaré aquí el tiempo...

—O Dios mío, Seungmin, callate —sonrió cínico, dejando de fingir sus lágrimas —solo eres mi puta, ¿por qué querría tu apoyo?

—¿Q-qué? —Estaba sorprendido.

A la par se levantaron de la cama, Seungmin intentando huir del cuarto y Chan intentando alcanzarlo. Pudo abrir la puerta, pero con la misma fue cerrada por la mano del australiano.

—Dejame poner musica.

—Dejame ir.

—Shhh, pequeño, pondré música —lo tomó del brazo fuertemente y sacó su teléfono de su bolsillo.

Conectó Spotify y reprodujo la canción que previamente estaba escuchando en su automóvil. Chan solo puso música para que abajo no se dieran cuenta de nada, pero Seung tenía tan buena suerte que al instante se identificó con la canción.

[i know they'll be coming to find me soon (sé que ellos vendrán y me encontrarán pronto)]

Sonrió.

[but I fear I'm getting used to (pero me temo que me estoy acostumbrando a...)]

Sin remordimiento, Christopher lo tiró al piso, provocando que se golpeara muy fuerte en la cabeza.

[being help by you. (ser retenido por ti)]

Lo tomó por el cuello con su mano derecha, mientras daba bruscos besos de los cuales quedarían marcas. Kim maldijo, odiaba los chupetones, porque si se los hacían no podría trabajar y sí no trabajaba lo castigaban tres días sin comer, Felix siempre les daba comida a escondidas, pero siempre lo castigaban por hacerlo.

—¿¿Tienes una maldita idea de lo que hice por ti?? —De manera retórica lo dijo, sin esperar una verdadera respuesta ya que por la presión que estaba ejerciendo en el cuello del contrario sabía que este no podía comunicarse.

Seungmin ni siquiera ponía resistencia, no tenía lágrimas para llorar, no tenía fuerzas para luchar y mucho menos ganas, toda su vida había luchado, ya no quería hacerlo.

Cerró sus ojos para imaginarse algo bonito, al hacerlo lo único que pudo imaginar fue a Chan, quien lo diría, en toda su miserable y corta vida, a la única cosa bella que podía aferrarse era a la persona que estaba ahí asfixiándolo, una solitaria lágrima cayó de sus ojos y por fin pudo obtener la paz que buscaba.


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