Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11:

Durante la búsqueda de Beatriz, había contado al menos cinco jacuzzis, seis con el de mi habitación. No entendía para qué tanto lujo si ninguno de ellos era utilizado por nadie. Los hombres misteriosos no se paseaban libremente por el yate, los empleados solo se preocupaban de mantener todo impecable y Kyle desaparecía todo el día sin dejar rastro. Así que, decidida a relajarme, salí con el sol de la mañana a nadar en la gigantesca piscina de la cubierta principal. Las chicas del staff se habían acercado a ofrecerme bebestibles más de diez veces. Ya no sabía cómo decirles que no y seguir siendo educada, pero entendía que era parte de su trabajo.

Un par de horas después apareció Beatriz, demasiado urgida para mi estado de relajación.

—¡Estoy buscándote hace una hora!, ¡el señor está esperándote para desayunar! —exclamó.

—Eso le pasa por tener un yate tan grande, es imposible conseguir a alguien aquí —bromeé, pero Beatriz estaba muy apurada como para reír.

Aun goteando, envolví mi cuerpo en una bata blanca y caminé detrás de ella hasta un comedor mucho más pequeño que el de ayer. Kyle leía el periódico y no había tocado su comida aún.

—Veo que aprovechaste la mañana —dejó el periódico de lado.

—Lo siento, no sabía que me esperabas —dije.

—¿Disfrutaste la piscina? —preguntó.

—Si, es muy grande para una sola persona —respondí, sin intenciones de hacerlo sonar como una invitación.

—Me gustaría acompañarte, pero ahora no puedo —dijo.

—¿Más trabajo? —pregunté, pero él tomó un sorbo de su café e ignoró mi pregunta —¿Para qué es este viaje? —insistí.

—Tengo que cerrar negocios en Bunter —explicó. Yo me pregunté qué clase de negocios se hacían en una isla desconocida.

—¿Es muy grande la isla? —curioseé.

—No bajarás del yate, solo serán unas horas y volveremos —aclaró. Yo asentí y continué con mi desayuno.

La poca conversación que tuvimos hizo que el desayuno fuera más incómodo de lo normal. No entendía qué ocurría, si no había nadie más que nosotros en la habitación, tal vez había sido mi rechazo de anoche.

—Vuelve a la piscina, habrá buen clima hoy —se levantó una vez que terminó, dejándome sola nuevamente.

¿Para qué me esperaba para desayunar si iba a comportarse como el gran dios de los hielos? No lo entendía, y no creía poder hacerlo jamás.

Volví a mi tarea anterior y me recosté en uno de los sofás para disfrutar del sol. En un par de días nos habíamos alejado bastante, pues el clima empezaba a cambiar y hacía mucho más calor que en el terreno. Sin embargo, aquella temperatura me recordaba a mi ciudad natal y lograba relajarme de sobremanera. Tanto, que Beatriz tuvo que sacudirme varias horas después para despertarme.

—Mi niña, pasaste todo el día en el sol, te vas a enfermar —se preocupó mientras me incorporaba en el asiento.

—Me eché bloqueador —objeté, restregando mis ojos. El atardecer iluminaba el mar y la brisa marina empezaba a enfriar todo.

—Te haré un baño hidratante, vamos —ordenó ella. Beatriz se había convertido en mi único consuelo dentro de todo este delirio.

Después de llenar mi tina con agua tibia y hierbas extrañas, Beatriz salió del baño con múltiples cremas corporales.

—Estas son para después, échatelas. El señor no podrá cenar hoy así que tienes tiempo —avisó.

—Gracias Beatriz —sonreí antes de deshacerme de la bata y sumergir uno de mis pies.

La sensación del agua tibia sobre mi cuerpo insolado era realmente agradable. El vapor emanaba un aroma de flores que no lograba diferenciar, pero poco tiempo después, mi tranquilidad fue perturbada.

—Shh... —susurró Kyle cuando me vio abrir los ojos.

Antes de que pudiera decir una palabra, acercó sus labios a los míos y los devoró lentamente. Entonces deslizó su camisa sobre su cabeza e introdujo uno de sus brazos en el agua. Lo miré mientras su mano bajaba por uno de mis pechos, pero no quise detenerlo. Cuando llegó a mi vientre mi respiración volvió a agitarse. Intenté incorporarme para besarlo de nuevo, pero su mano no me lo permitió. Había iniciado un movimiento circular con sus dedos que me dejó desprovista de fuerza alguna.

—Llévame a la cama —solté, sintiendo que me encontraba en otra galaxia.

Contrario a lo que había pedido, Kyle se levantó y terminó de desvestirse.

—¿Qué haces? —reí cuando se introdujo en el agua.

Con aquella sonrisa adorable en sus labios, tomó mis caderas y me sentó a horcajadas sobre él. No dio explicación alguna, sino que volvió a besar mis labios y continuó con la tarea anterior. Claramente, el mal humor que había tenido en la mañana se había esfumado por completo.

Mi espalda estaba apoyada sobre su pecho y Kyle deslizaba sus dedos por todo mi cuerpo, provocándome cosquillas cuando rozaba mis pechos con intención. El agua aromatizada de Beatriz empezaba a ejercer efecto en ambos. Si no fuera por sus caricias, habría pensado que él también dormía.

—¿A qué hora llegaremos a Bunter? —pregunté.

—Por la tarde.

—¿Demorarás mucho? —intenté obtener más información. Él, para mi sorpresa, acercó sus labios a mi sien y dejó un par de besos antes de responder.

—No, será rápido —dijo.

—¿Qué debes hacer? —me arriesgué.

—Discutir unos asuntos con mi hermano —confesó. Yo volteé a verlo, preguntándome si había escuchado bien.

—¿Tienes un hermano? —sonreí. Nunca imaginé que Kyle fuera un hombre de familia.

—Tengo seis —dijo. Yo giré mi cuerpo por completo sin poder creerlo.

—¿Por qué nunca había oído de ellos?, ¿dónde están tus padres? —inquirí entretenida, pero Kyle no parecía estar muy contento por mis preguntas.

—Mi papá está muerto, por eso manejo el negocio. Y no tengo mamá, ninguno de nosotros tiene —explicó.

—¿Nunca la conociste? —pregunté, con un poco más de delicadeza.

—No, tampoco mantengo mucho contacto con mis hermanos. Somos todos de distintas mujeres —dijo.

No sabía muy bien si seguir preguntando, pero él decidió continuar por sí solo.

—Mi padre sólo necesitaba asegurar el negocio así que tampoco crecimos juntos —contó.

—¿Con quién creciste entonces? —dudé.

—Con distintas niñeras. Era un niño difícil así que todas se iban en cierto punto —sonrió.

Aunque yo considerara que aquello no era razón para sonreír, Kyle no parecía perturbado por nada de lo que contaba.

—¿Qué hay de tu familia?, ¿saben que estás aquí? —preguntó él, haciéndome dudar si su confesión había sido una estrategia para saber de mí. Aun así, nunca pensé que preguntaría sobre mi vida privada, no había preparado una mentira para eso.

—No, soy hija única y mis padres murieron hace mucho tiempo. Me fui de la ciudad con mi mejor amiga y luego mi madre enfermó de cáncer —él calló, esperando que siguiera —Mi papá murió poco tiempo después —expliqué, volviendo a apoyar mi espalda en su pecho.

—Y tu amiga..., ¿sabe que estás aquí? —insistió.

—No —respondí.

El silencio volvió a hacer acto de presencia y entonces se acercó a mi oreja.

—Vamos a la cama —susurró.

—¿A la cama?, ¿acaso piensas dormir conmigo? —bromeé.

—Se me ocurren mejores cosas qué hacer en la cama —se incorporó, levantando mi cuerpo en sus brazos.

—¿No te cansas Kyle? —reí mientras él mojaba todo a su paso.

—No podría cansarme de ti —confesó antes de besarme.

Para mi suerte, poco rato después las sábanas habían terminado de secarse en conjunto con nuestros cuerpos. Mis ojos empezaban a cerrarse, pero Kyle se acercó y dejó un camino de besos en mi cuello, dispuesto a despertarme.

No entendía por qué después de haber sido tan frío conmigo, ahora me besaba una y otra vez sin cansancio. Empezaba a pensar en algún desorden de bipolaridad.

—Cuando lleguemos deberías dormir conmigo todas las noches —solté, olvidando por completo lo que nos aguardaba cuando llegáramos a casa. Sentí su sonrisa en mi cuello, pero continuó con su recorrido sin decir una palabra —¿No vas a decir que esa no es tu casa? —me burlé.

—Antes sí dormía ahí —confesó, mirándome.

—¿Por qué ahora no? —pregunté, pero él dejó caer su espalda a mi lado y esperó antes de responder.

—Porque una noche intenté suicidarme —dijo. Yo lo miré, pero antes de que pudiera decir algo, explicó —Beatriz me encontró y me llevaron al hospital, no fue nada muy grave.

—¿Hablas enserio? ­—pregunté. Él asintió y mi estómago se revolvió —¿Por qué hiciste eso?

—Creo que las razones son obvias —bromeó.

—Pero...

—Bianca, mi vida nunca ha tenido algún otro sentido que este negocio de mierda. Nunca he hecho más que esto —explicó.

—¿Entonces por qué sigues haciéndolo? —pregunté, pero él calló por un momento.

—Nunca he tenido una razón para irme. Ahora...es distinto —dijo, como si estuviera luchando con sus pensamientos.

—¿Qué es distinto?

—Esto es distinto, tú —confesó, pero al ver que mi cara palidecía, continuó —Digo que...mi vida nunca había tenido algún otro sentido hasta que apareciste tú en la casa Bianca —agregó, pero yo no sabía cómo responder a eso.

Lo miré y esperé a que siguiera hablando, pero no lo hizo. Debía responder.

—¿Por qué dices eso? —balbuceé.

—Porque haces que quiera mandar todo a la mierda e irme contigo, lejos. Lejos de todo esto, de todos. Que no me molesten nunca más —mi risa nerviosa llamó su atención —Bianca, hablo enserio.

—Pero dijiste que era imposible salir de esto —repliqué.

—Si me dices que quieres irte conmigo, buscaré la manera —respondió.

El calor comenzó a apoderarse de mi cuerpo nuevamente. ¿Por qué me estaba diciendo todo esto?

—Kyle, es..., una locura. Me estás pidiendo que desaparezca contigo.

De pronto me sentí muy expuesta para tener aquella conversación y me levanté nerviosa, en busca de mi bata. Él me siguió.

—Puedo entenderlo si me dices que no es lo que quieres —dijo, sosteniendo mi cara entre sus manos.

—Yo..., es demasiado —respondí.

­—Piénsalo, no necesito que me respondas ahora —dijo.

¿Cómo iba a pensar una decisión así? ¡No había nada qué pensar! ¡No podía pensarlo!

Quería que se fuera, quería que me dejara a solas, pues no pensaba con claridad cuando estaba a su lado, pero cuando volteé a verlo, sus ojos estaban cerrados y su pelo desordenado descansaba sobre la almohada. Como nunca, Kyle Moren se había dormido en mi habitación. La sábana tapaba parte de su cuerpo, pero aun podía ver su pecho descubierto.

No lograba entender cómo había llegado tan lejos con todo esto. No podía negarlo, disfrutaba del tiempo que pasaba con Kyle, sobre todo si estábamos sólo los dos, pero nunca imaginé que me propondría huir y abandonar todo, como si realmente tuviéramos alguna oportunidad de estar juntos.

Todo este plan se me había ido de las manos desde el momento en que lo dejé entrar en mi cama, pero ahora no podía evitarlo. Kyle provocaba en mí mucho más de lo que podía controlar y eso me preocupaba.

Estiré mi mano y acaricié su pecho. Él se movió y ofreció su brazo para que apoyara mi cabeza. Kyle podía ser extremadamente tierno si se olvidaba de todo lo que había a su alrededor. El problema era que no había manera de que pudiera huir del negocio para el que había sido criado y olvidarse de todo para siempre, menos si todo se debía a una chica.

**

¿Qué decisión tomarían ustedes?🧐

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro