Special Visit (Part I)
One Shot 16.
Nota: Esto lo puedes tomar del mismo AU de "Savior" y "My Origin"
La vida a veces puede ser la más de las fieles ayudantes.
—¿Rumbo a Los Ángeles, Doctor? — pregunto el ya muy conocido asistente del científico loco.
—Afirmativo, Agente. Me han informado sobre un ataque agresivo pasivo entre la entrada del sur y oriente — hablo el sujeto de traje negro y guantes sostificados. Teniendo ambos intenciones de irse de nueva cuenta de su ciudad natal.
—¿Echara de menos la ciudad, Señor? — pregunto curioso el joven. Estaban a puntos casi de ambos salir a las afueras del pueblo.
El Doctor de cabello castaño oscuro se tomó un tiempo para responder, pensado a detalle sus pensamientos mezclados con sus deseos y un poco a lo lógico.
—No — respondió a secas —Lo mejor siempre es seguir adelante y no estancarse en el mismo lugar de siempre — respondió con total tranquilidad.
—Jum, supongo que tiene razón — hablo colocando las coordenadas de su destino en el vehículo —Yo al menos extraño a mi familia, pero doy gracias a Dios que la tecnología me ayuda con la comunicación — hablo sonriente el joven.
—Como sea — hablo desinteresado. Nunca le ha llamado la atención indagar en el árbol genealógico de su Agente. Inclusive en el momento exacto cuando pudo haberse bajado para ver a su madre, no lo hizo. No tenía interés y seria solo una pérdida de tiempo, y agradeciera que al fin se fueran para correr el menor de los peligros en volver a hablar y querer toparse con su consanguinidad. No obstante, hubo un problema. Eso era raro, su automóvil nunca en sus diez años que lleva circulando con el misma nunca le han fallado, pero para todo hay una primera vez, y tal parece que el momento de la camioneta ha llegado.
Se dieron cuenta con solo sentir como se movían de manera brusca el par al percatarse del fallo de la misma. Ivo no tardo en salir para verificarla. El humo acompañado de una fuerte corriente de vapor ardiente hizo que Stone como Robotnik retrocedieran apenas pudieron abrir el capo del vehículo.
Robotnik estaba listo para quitarse los guantes y doblarse las mangas para ponerse manos a la obra y reparar su transporte. No quería pasar ni un minuto más en este enjambre de recuerdos no tan afamados por el mismo. Hallo con el problema, su distribuidor se había descompuesto, volviéndolo más inservible que el restos de Agentes de la base militar en donde asistía.
Tanto Robotnik y Stone se vieron las caras, con un semblante de preocupación. Ese tipo de piezas con aquella gravedad de daños no se puede resolver, y un día como hoy era Domingo por la tarde, no se encontraba tiendas abiertas ni mucho menos de este tipo de productos. Y como cereza del pastel su proveedor no contestaba sus llamadas y el día estaba casi por terminar.
—Podemos quedarnos en el laboratorio mientras tanto — propuso Lee.
—Por primera vez, Agente. Estoy de acuerdo con usted — accedió Robotnik sin tener más a su disposición.
Apenas poso su mano en la perilla de la puerta noto otro error.
—Stone — llamo
—Doctor — respondió el otro.
—¿Dónde están las llaves? — pregunto sin verle la cara.
—Creí que usted las tenía — dijo Lee.
—No~ — dijo casi en un susurro de rabia — ¿No se suponía que TU las tenías? — hablo dándose la vuelta para encarar al joven, hablando entre dientes. Ya se estaba empezando a enfadar.
—P-Perdóneme, Doctor — hablo tembloroso el joven, retrocediendo un poco que a la par se acercaba el Doctor con intenciones asesinas —p-pero...usted....las tenía...d-de verdad...lo juro — giro su cara a otro lado con terror. Más sin saber si era por miedo a que su jefe hiciera algo o por contradecirlo. Solo que paso algo que ni él se lo esperaba.
—¡Maldita sea! — resoplo con malhumor, era verdad, recordó a la perfección como se había olvidado de aquellas llaves, pero ni loco lo admitiría —Como sea, estamos varados aquí, sin repuesto, sin donde quedarnos — se quejó con ira el hombre de cabellera castaña —Tendremos que alquilar un hotel o algo parecido hasta mañana — argumento buscando en su sostificados guantes la ubicación de una posada con mejor clase y más cercano para hospedarse.
Stone movió sus ojos pensativo, suspiro con asombro al ya tener algo.
—¡Doctor, Doctor! — se acercó rápidamente a su jefe —No tenemos porque mal gastar dinero para una residencia — sonrió en su plática. Eso provoco desconcierto en el mayor.
—¿A qué quiere llegar con eso, Agente? — pregunto cruzándose de brazos. El pelinegro solo sonrió todavía más contento. Aquella risa era una más que alegre y emocionada, dando leves saltitos con la punta de sus pies. El entusiasmo estaba que lo transpiraba. Ivo pudo entender de manera inmediata lo que estaba aproximo de decir, abriendo sus ojos con algo de asombro y espanto —¡Oooh noooooo! — se negó moviendo los brazos.
—Ooh siii — se inclinó hacia su jefe con todavía su alegría deslumbrando.
—¡NO! ¡NO! Y ¡NO! — movía su cabeza de un lado a otro en negación —¡De ninguna forma caeré en su ridícula, inepta, acéfalada y majadera trampa-
Y si quiera pudo terminar de quejarse cuando Ivo a regañadientes tuvo que transigir a la petición de su Agente, pero solo porque su posibles alojamientos fueron más que declinados por el Doctor al ver un raton en los pasillos, otro tenia quejas del departamento de salud, otro adicional tuvo múltiples quejas de que algunos huéspedes estaban peleado y consumiendo sustancias para nada legales, quedaba solo una opción para poder quedarse.
Se rindió, no pudieron encontrar un lugar perfecto para ambos, pero Stone todavía tenía un truco bajo la manga de su traje.
Ahora ambos estaban en la puerta de la antigua casa del Agente, provocando que este último estrellará de la emoción al ver como el ser que más apreciaba en todo este mundo se encontraba a solo pasos de poder estar dentro de la casa en donde creció.
Robotnik estaba que echaba las mil chispas en su interior, definitivamente hoy no era su día.
-Su camioneta no sirve temporalmente.
-En uno de los hoteles lo acababan de comparar con Hidtler.
-Y ahora debía de dormir bajo el mismo techo con un montón de simplones que lo único útil que posiblemente han hecho es criar a su mejor asistente.
Stone toca la puerta un par de veces, esperando pacientemente lo que ya ambos sabían quién los atendería.
—¡Un momento! — se escuchó decir una voz femenina desde el interior de la casa con algo de lejanía.
Un estremecimiento inexplicable corrió por todo el cuerpo del científico, ya se estaba poniendo algo tenso y ni siquiera había entrado a la casa aun.
Una mujer de mediana edad abrió la puerta. Era de complextura normal, de cabello marrón, ojos de un ámbar claro casi llegando a ser verdes, tes morena al igual que de su primogénito y baja estatura.
—¡Oh Lee! — hablo con emoción la mujer, extendiendo sus brazos para saludar a su hijo como se merecía.
—¡Mamá! — correspondió su hijo al saludo gustoso, dándose ambos un caluroso abrazos.
Todo siendo visto por el Doctor quien por unos instantes quiso vomitar por la tan empalagosa escena.
—Qué bueno verte de nuevo, hijo...¿Pero qué haces por aquí tan pronto? — cuestiono con gran asombro la mujer.
—Oh, si — hablo recordando el plan de ambos —Mamá...te presento al Doctor Ivo Robotnik...— señalo al nombrado con su mano en medio de su oración, teniendo el otro su postura que normalmente acostumbra a tener. Impotente y seria.
—¡Caray ¿Este es el joven con el que te la pasabas después de las clases?! — dijo recordando con lujo de detalle aquella apoca dorada de su hijo.
Ivo no dijo nada, tan solo pudo abrir sus ojos de la sorpresa máxima al mencionar tan apartada época de ambos.
—Vaya...si que la tiene al tanto de todo, Agente — dijo dedicándole una mirada reprobadora al moreno, provocando que este último sonriera algo nervioso por la situación.
—Oww sii, mi Lee siempre me informa de todo, pero ven acá y déjame saludarlo como se debe — dijo acercándose al hombre de traje negro y gabardina.
Ivo por como era de costumbre rechazaría su saludo de apretada de manos o lo que sea que haría, dándole una clara explicación sobre el reparto de gérmenes y cosas por el estilo, pero si quiera poder abrir su boca ya la señora estaba dándole un cálido abraso en su región abdominal, casi llegando a su pecho, era de corta estatura le fémina después de todo. Robotnik reprimió un grito de desagrado, aguantando la respiración para después jadear por un instante ante el contacto de repentino de la mujer.
La escena era para morirse, al menos Lee lo pensaba, no sabía si debía de preocuparse de que su jefe se alterara en cualquier momento o era la gran emoción que sentía al ver como sus dos perdonas favoritas en todo el mundo se reunían al fin.
El Doctor con una gran carga de desacomodo toco levemente la cabeza de la señora.
—Ok...ok — hablo como pudo —Es un placer...para usted que este aquí pero...necesito el espacio adecuado para el mejor funcionamiento de carcasa — hablo lo mejor que pudo, a fin de cuentas, si soltaba palabra alguna mal sonante...quedaría definitivamente de patitas a la calle.
Stone soltó una leve carcajada, parecía como si estuviera en un hermoso y adorable sueño en donde su jefe de relación amor platónico oculto conocía a la mujer que le dio la vida y que amaba a más que nada en el mundo.
—Uy ¿Dónde están mis modales? — se sobre salto al darse cuenta que todavía no había invitado pasar a los hombres —Pasen por favor, pasen — dijo entrando a la casa, haciendo que ambos imitaran su acción.
—Su matriarca comienza ser muy...vehemente — hablo lo mejor que pudo el Docotor a su Agente.
—Jeje, sii, ella es la mejor — hablo con una amplia sonrisa el joven.
Luego de que los trabajares de la ciencia se sentaran en el sofá de la sala, venia llegando la dueña de la morada con café y galletas en una bandeja, sentándose al frente de ambos, dejando los aperitivos en la mesita que estaba entre ellos.
—Y cuéntenme, mis amores ¿Que hacen tan de pronto otra vez en la ciudad? — cuestiono la señora, entregándole a ambos sus respectivas tazas de café.
—Uh, es cierto — hablo Lee dejando de beber de la bebida caliente recién hecha por la mujer —Mamá...es una gran pena lo que estoy a punto de pedirte, pero...me preguntaba si me dejarías quedarme hoy aquí junto con el Doctor debido a unos inconvenientes que tuvimos el día de hoy — miro algo apenado a la mujer, sin borrar la sonrisa de su cara.
La señora sonríe.
—Lee~ no tienes que pedirme permiso. Esta también es tu casa, nunca ha dejado de serla y, por supuesto que se pueden quedar — afirmo segura la mujer.
—Te lo agradezco muchísimo, madre — sonrió complacido tanto como emocionado.
—Tonterías — movió sutilmente su mano despreocupada —Es un placer para mi tenerte a ti nuevamente en casa y más aún que al fin trajeras a tu novio — hablo de la nada la mujer.
Robotnik quien todo este tiempo se la paso callado y en silencio, solo bebiendo del café que le habían ofrecido, escupió del mismo al atragantarse por tan repentina afirmación. La reacción de Lee no fue muy diferente a la de Ivo, haciendo que tragara mal de su cafe y comenzará a toser ambos casi a la par.
Ivo de inmediato se defiende.
—¡Oh, no, no, no! — niega con todavía su estado de sorpresa — su hijo y yo no...él Agente y yo Doctor somos....bueno, es, si bueno...no — aclaro incómodo y un tanto trabado.
Stone asiente apenado, el sonrojó de su cara delato la gran vergüenza que lo consumía.
—¡Sí...mamá! — habló casi entre dientes — sabes perfectamente que es mi jefe.
La señora solo se limita a sonreír de lado.
— Bien, bien....aunque es muy pronto, pero la negación siempre son los primeros síntomas — habló confiada, sin apartar su sonrisa. Levantándose del asiento para llevar las tazas vacías a la cocina.
El silencio incómodo reino el ambiente. Robotnik con algo de pique miró a si asistente atónito, este último solo podía sudar frío, subiendo su calor al sentir como la temperatura de su sangre incrementaba.
—Yoooo...— hablo con la vergüenza en su cara —Yo-oo...ahora vuelvo — dijo levantadnos rápidamente del asiento, dejando a un Robotnik un tanto perplejo como incómodo.
—Estoy reconsiderando el regresar al hotel en donde esta aquel chilpayate que me vio con ojos de dictador — gruño malhumorado.
Lee como si le tuviera miedo a lo que sea que estuviera a sus espaldas corrió detrás de su progenitora.
—¡Mamá! ¡¿Que rayos?! — reclamo con su rostro hecho en un gran mar tonos rojos el joven, susurrando lo mejor que podía para evitar que el Doctor lo escuchara desde la sala.
—Lee...¿Qué hablamos sobre el lenguaje inculto? — reprendió la señora con seriedad a su hijo.
El chico baja la cabeza en derrota, le era sumamente embarazoso tener que recrear y decir lo que su madre le pedía cuando era un niño, siendo ahora un hombre adulto.
—Ahh~ — suspira —"Que no son cosas dignas de un caballerito" — hablo en un murmullo y una mirada más que tímida.
—Bien — sonrió la mujer —Ahora mi pregunta es la siguiente...y es que ¿Por qué no le has dicho nada? — se cruzó de brazos la mujer con curiosidad.
—¿Decir...que? — frunció el ceño en desconcierto el de barba bien rasurada.
La mujer pone los brazos al mismo estilo de una jarra, moviendo su cabeza de un lado a otro en negación, con una mirada llena de determinación.
—¿Crees que nací ayer? — le cuestiono con sarcasmo —¿Cuándo le dirás a tu jefe lo que sientes por él? — sonrió la fémina.
Stone por un momento sintió que el aire se le saldría de los pulmones , como le estuviera dando un infarto.
—¡¿QUE?! — grito, provocando que se tapara la boca al darse cuenta de su imprudencia —Mama...no comprendo de que me hablas — sonrió negándolo todo.
La mujer todavía sostenía su mirada segura, sin que en ningún momento dudara de lo que sabía.
—Hijo, soy tu madre ¿Crees que no me di cuenta apenas me contaste la primera vez sobre un tal Ivo Robotnik? — sonrió la mujer, acercándose a su hijo, acariciándole su mejilla con dulzura. Este le dio una mirada algo confusa, pero acogedora a la vez —Nunca congeniaste con ningún otro ser...ni siquiera cuando se fue por mucho tiempo, y ni creas que no me fije que quisiste dejar la tecnología solo porque te recordaba mucho a él — volvió a sonreír la mujer.
A este punto Lee estaba que se desmayaba. Su madre era más astuta y detallista de lo que recordaba.
—¿D-Desde...hace cuanto lo supiste? — frunció el ceño con asombro. Casi entraba en un estado de shock, quería sentarse, pero las sillas estaban algo lejos, y no quería alejarse de su madre.
La mujer sonreír con ternura, volviendo a encarar a su sucesor.
—Créeme que cuando una madre ve que su hijo no capta ningún interés hacia otra persona en toda su vida...y que por primera vez, ves aquel brillo resaltador en sus ojos apenas ve a mirar a ese alguien especial...es más que claro que algo pasa en su cabeza...aunque nunca te lo haya confesado — dijo lo último con algo de resentimiento, pero entendió sus motivos de ocultarlo —Pero...más que nada eran tus admiradoras platicas hacia él cada vez que hablamos por teléfono — sonrió en broma, con mucho de la realidad.
Definitivamente ahora Lee debía de sentarse. Una de las personas más importantes de toda su vida había descubierto aquel secreto que tanto se había esforzado en esconder, pero tal parece que no lo hacía a la perfección, y menos si ese alguien que se entero era su propia madre.
La mujer se sentó a lado de su hijo, acompañándolo con una sonrisa comprensiva.
—Y...tu...— hablo con dificultad el Agente, tomando aire como podía para seguir —¿Tu...no me vez diferente? — encaro a su madre casi con los ojos cristalizados —digo...yo...bueno...por mis gustos y eso-
La mujer freno a su heredero, tomándolo de sus manos con cariño, provocando que este suspirara del cálido afecto que la mujer le transmitía, eso junto con la tranquilidad que le brindaba, se le hizo imposible detener aquella lagrima que se le escapó de su ojo.
—Eres mi hijo — hablo con amor la castaña —No importa lo que te guste — sonrió con apego la mujer —Sin importar si te atraen las mujeres o los hombres...siempre serás mi hijo — paso su mano a su mejilla nuevamente —Sé que te eduque como pudo por el mejor camino, y eso para mí es lo importante...y aun así...sin importar que profesión fueras tomado o el destino que tuvieras, siempre te amare. Mi hermoso genio — hablo su madre con aquel apodo que nunca se despegaba de él, y menos cuando era un pequeño niño.
Stone pasó de sufrir las peores de las vergüenzas, a la más cálida de las sensaciones. Su madre se levantó, abrazándolo con el mayor de las querencias. Lee ahora estando un poco más abajo que ella por su posición correspondió gustoso el abrazo. Siempre supo que tenía a la mejor de las madres, ahora...refuerza aquella afirmación más que nunca.
—Gracias mamá~ — susurro casi entrecortadamente —Pero...me temo que debo corregirte en algo — hablo con claridad el joven. La mujer se alejó un poco de su nativo, mirándolo con curiosidad —No...me gustan los hombres — negó con la mirada —solo me gusta un hombre — afirmo con un ligero rubor en su cara, desviando la mirada ligeramente a la de su madre, todavía toda esta conversación era tan nuevo para él.
La mujer vuelve a sonreír.
—Pues más a mi favor...¿Que estas esperando entonces? Ve y dile todo lo que opinas y sientes de él — motivó la mujer.
—No importa lo que yo sienta — la mira con algo de pena —Es...lo que él opinara luego de mí y...el Doctor no es de sentimientos y cosas así...lo es mejor que nadie — aclaro seguro, y con una mirada de tristeza al final.
—Pues nunca lo sacaras de su zona de confort si no le dices nada...y luego te lo roben — bromeo con una sonrisa la mujer, alejándose un poco de su hijo quien ambos reían —Bien...ahora que aclaramos esto...vallamos con el señor Robotnik...ya lo hemos dejado solo por mucho tiempo al pobre — afirmo la mujer.
Stone abrió los ojos, era verdad, no podía creer como estuvieron hablando sobre el ser que amaba y se olvidó un poco de la persona responsable de sus sentimientos.
—¡Oh si, el Doctor! — se levantó el joven de un salto.
—Yo lo atenderé — opto la mujer —¿Podrías por favor hacer un poco más de café, hijo? Los tuyos son mucho mejores que los míos — sonrió la mujer, haciendo que Lee imitara su acción. Este asiente con gusto, obedeciendo a su madre sonriéndole.
La mujer se acercó con una sonrisa cómplice al hombre de bigote elegante.
—Hola, disculpe la demore, tuve una charla rápida con mi hijo — se sentó al frente del hombre.
—Que reporte tan baja de valor para mi interés, pero está bien — subió y bajo sus hombros con algo de desinterés.
—¿Mhh? — balbuceo con algo de duda la mujer madura, sabía que el lenguaje de este hombre era algo extenso como le había dicho su hijo en anteriores casos, así que nada le sorprendía —Bueno...me disculpo por mi anterior comentario, Doctor, espero que no se lo tome personal — alego ella.
—Me da igual — hablo con una mirada aburrida —No suelo enfocarme en los exégesis de la mayoría de los fusilamines que me rodean — hablo con simpleza.
La señora volvió a sonreír confiada,
—Si de algo ayuda...¿Le gustaría saber algo sobre Lee? — propuso la mujer con una mirada llena de inquieta.
El hombre arquea una ceja. Picándole un poco en su cerebro una curiosidad extensa.
—¿Algo como qué? — pregunto con duda.
Stone en tanto preparaba sus ya reconocidos lattes por petición de su ascendiente, escucho un par de risas por parte de ella y el Doctor, eso lo sobre salto un poco, acercándose de nueva cuenta a su madre y jefe, quienes los vio sentados en el mismo sofá juntos y....¡OH POR DIOS! Sintió que le daría otro infarto nuevamente. Su madre y jefe estaban viendo el álbum familiar de la descendencia Stone.
—Y aquí esta él tomando un baño...oh, mira que trancerito tan hermoso — dijo mostrándole la foto de su hijo de cuando apenas era un bebe de meses. Aquella explicación junto con la fotografía en el libro ocasiono un sin fin de carcajadas de Robotnik.
—¡JAJAJAJAJA!...— se reía a todo pulmón, secándose un ligera lagrima de su ojo —¡No me dijo que era un neonato muy revelador, Agente! — se burló el hombre entre risas.
Eso hizo que volviera aquellas emociones de pena al hombre. Definitivamente su mamá podría ser el ángel más bondadoso de todos los tiempos, pero cuando agarraba un tema para hacerle entender a su hijo se apresurara con su confesión...disfrutaba como nunca el hacerlo sufrir un poco.
—Mamá...no seas cruel — imploro el hombre con un semblante de vergüenza y rendimiento.
Muy lejos de hacerle caso, tan solo seguía mostrándole y presumiéndoles las fotos al hombre de gabardina negra y guantes avanzados.
—Y aquí esta con su trajecito de los domingos — dijo señalándole otra de las variedades de fotos. Eso hizo expulsar todavía más carcajadas en el hombre, tanto que tenía mucho tiempo que no se reía así. La imagen mostraba a un Lee con su característica sonrisa alegre, junto con un adorable traje de corbata de moño roja, tirantes marrones, pantalones del mismo color y nada camisa blanca de vestir. Se podría decir que en aquel tiempo tenía 6 o 7 años.
—JA, parece un anciano desusado — señalo el científico con gracias.
—Sii, pero uno muy bonito — agrego la mujer, viendo con adoración a su hijo de la foto a su hijo en la vida real, detallando como este tenía un puchero de lo más adorable por la gran carga de pena que tenía.
Era impresionante como ahora era él quien quería salir corriendo al hotel más cercano para evitar más momentos de este estilo, pero simplemente ya era muy tarde.
Hola chicos. Muy buenos días, tardes o noches. Espero que esten muy muy bien.
Esta es una historia por parte del usuario:
StoneLatte (@StoneLatte)
Muchísimas gracias, querida por esta magnifica idea. Siento mucho no poder haberlo publicado en el día de tu cumpleaños, esa era la idea original, pero ya saben como a veces las cosas no salen como una quiere :"3 sin embargo, lo pude publicar antes de irme a trabajar jeje XD
Bueno esto se hizo tan largo que tuve que hacer dos partes, pero bueno, más adelante seguiré con el resto, así que bueno chicos nos veremos hasta la aproxima.
Antes de irme quiero mostrarles una imagen que compartió Lee Majduob en su twitter hace unos día y AAHHHH, me fascino. Esta imagen ya se la había tomado hace un par de meses pero que tenga esta palabra lo vuelve más especial este fanart
(El Doctor es MÍO) XD
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