Savior (Part III) ¡Final!
Continuación:
"¿Cómo llegue a esto?"
Era una de las tantas veces en las que se preguntaba lo mismo.
"¿Cómo...?
¿Cuándo...?
Y... ¿Por qué precisamente él?
Se suponía que hoy debía de ser un día especial. Un gran día, pero no fue así del todo.
Con tan solo pocas horas de haberse graduado con honores debía de celebrar, y más aún si se había graduado de dos universidades al mismo tiempo. Uno de Harvard, y otro en el instituto de café de Milán, y aun así, aquel vacío que poco a poco se iba profundizando con cada año que pasaba, no lo dejaba tranquilo.
Ahora está ahí, tendido en su cama con uno de sus mejores trajes, con sus dos diplomas a su lado, miro a ambos, bajando sus parpados con una gran dosis de desánimo. Los tomo, poniéndolos en su repisa de premios, haciendo que volviera a su cama para volverse acostar, se aflojo el nudo de su corbata, quitándosela de un tirón, junto con sus zapatos oscuros de vestir, volviendo a la posición inicial inclinándose más hacer una fetal.
Stone cerró los ojos, intentando escapar de la realidad. Se prometió así mismo que cambiaría para bien, pero no fue más que una fachada que le daba a los quienes lo rodeaban, sintiéndose tan vulnerable apenas su presencia hacia acto en su cuarto solitario y vacío.
Fueron incontables las veces en las que se sentó en la puerta del instituto por su llegada. No dijo que volvería, pero tampoco dijo que no lo haría, sin embargo, nunca lo hizo. Lo confirmo con aquellos minutos que se la pasaba afuera de la academia, llegando a convertirse en horas en algunos días.
Le recordó las tantas veces que lo esperaba apenas terminaban sus clases, esos eran los momentos donde pudo experimentar la verdadera felicidad.
—Y recuerda esto. No puedes tocar nada a menos que yo te dé la orden — le indicaba a su acompañante, tomando nota para ejecutar su labor a la perfección.
—Sí, señor — hablo casi como un militar en broma, pero teniendo un ligero aire de respeto.
Ivo miro de reojo apenas entro por su conducto auditivo aquella respuesta...eso sí que le había gustado, no lo demostró, y solo continuaron con su caminata.
El joven adulto tomo una almohada con sus manos, abrasándola con fuerza. Todo sin despegarse de la cama, cerró sus ojos con la mayor de las fuerzas, intentaba reprimir aquel sentimiento de angustia, sin importar que estuviera solo en su cuarto, él mismo se hizo esa promesa, y él mismo se estaba decepcionando.
Tanto fue su descontento que aunque tuviera los ojos sellados, una lagrima del mismo brotaba de su interior, saliendo lentamente para dejarse llevar por la gravedad en su mejilla, Stone volvió a defraudarse así mismo, pego su cara con la almohada, ejerciendo algo de fuerza para apaciguar aquello que tanto lo estaba molestando...pero solo empeoro las cosas.
Es como si de alguna manera se fuera teletransportado en ese preciso momento en el que lo vio por última vez. Abrasándolo con fuerza, pegando su cara en su pecho, llorando a lágrima viva por la montaña rusa de emociones que en aquel momento experimento.
Nunca pudo superarlo...dijo que lo haría, lo intento...pero como siempre...terminaba en siempre lo mismo.
Todos comenzaron a llamarlo "El nuevo Ivo Robotnik". Temido por muchos, repudiado por algunos. Para él era lo mismo. Simplemente se quedó solo...
Suspiro...levantándose de su cama para agacharse debajo de la misma, sacando una pequeña caja de madera, en su contenido viejo pero no tan descuidado estaba lo más cercano a la felicidad para Stone.
Su único y eterno compañero que nunca dejaba su cabeza despreciaba las fotografías, pero eso no evito que Stone le pudiera sacar una cuando estuviera descuidado, para su fortuna fue más que perfecta. El leyendo uno de sus enormes libros, con los labios algo fruncidos al querer beber de los cafés que su persona misma hacía. Sonrió del encanto. Se cuestionaba una y otra vez como se vería hoy en día.
¿Seguiría siendo más alto que él? ¿Su comportamiento habrá cambiado? ¿Se habría vuelto aún más brillante?...Lo último era más que evidente. Estuvo al tanto de lo que manifestara el gobierno, con solo tener la intención de saber algo de su amigo, pero nunca obtuvo nada, era de esperar. Después de todo, es como si fuera un agente secreto o algo así.
Soñaba despierto todas las noches si algún día le mandaría una carta; tan solo una, al menos que verificara que él estuviera bien...ese momento se volvía cada vez más obsoleto con forme pasaban los años, hasta darse por vencido.
Lee volvió a sonreír, sin poder soltar otro lagrimal en su ojo, contemplaba como su viejo y metálico amigo seguía como si nada, algo oxidado por el tiempo, pero sin dejar de ser tan hermoso e importante para él. Lo salvo de tantos conflictos...tantos que nadie se atrevía hablarle.
El moreno baja la cabeza, soltando un leve sollozo...apretando la mandíbula con algo de fuerza. No importaba cuanto tiempo pasara...nunca podría olvidar el único ser que a pesar de que lo catalogaran como él más despiadado, arrogante, y manipulador estudiantes de todos; fue el único quien le tendió la mano cuando nadie más lo hizo.
—...y esta, es la pieza que debemos poner en el motor del dron para que alcance la mayor altura posible — señalo dicha pieza en su enrome libro de mecánica. Mostrándole al pequeño Lee como lucia.
—Wou~...es un poco distorsionada — comento él.
—Es porque va al centro del aparato, junto con el cable del arranque...aunque me pregunto si las pinzas que tengo podrán entrar en su cuerpo — dijo más curioso todavía, metiéndose prácticamente en el libro. El libro que antes cubrió el rostro de ambos ahora solo lo hacía con Robotnik, intentando analizar más a detalle cual era la medida del mismo aparato.
El par de jóvenes estaban en una de las gradas de la escuela en la parte de abajo, sentados, sin parar de hablar del futuro robot de Ivo. Stone sonríe, apreciaba esos momentos que compartía con él, pero su lucida sonrisa se desvaneció al ver la banda de brabucones que hace aproximadamente un mes lo habían dejado inconsciente.
—¡Miren, ahí está el rarito del robot! — señalo de forma denigrante al niño uno de ellos.
—¿Disculpa? — hablo Ivo, levantando su cabeza del libro al escucharlo. Arqueando una ceja por lo dicho. Eso basto para que todos y cada uno de ellos corriera por sus vidas, no se habían percatado de la presencia de Robotnik en ese lugar —Pff
~ insensatos — gruño para seguir con su lectura —Oh, mira...aprecia la bella obra de los circuitos activados — le ofreció el libro al otro para que siguieran con su actividad.
Aunque Stone siempre escuchaba a Ivo atentamente con cada orden que le daba o cada enseñanza que le impartía, este no pudo evitar desconectarse por un tiempo, para solo adorar el gallardo rostro del adolescente. Lee sonríe bobamente, con una mirada más que relajada. Se sentía tan seguro a su lado.
—¿No es magnífico? — pregunto con carisma el chico de piel blanca al ver las páginas del mismo cuerpo de cuero y hojas.
—Siii~...magnifico~ — contesto Stone con satisfacción, pero más por una cosa que por lo que le dijo su acompañante.
Recordar lo lastimaba...pero le gustaba tanto a la vez. Es como si de la mejor droga misma se hablase.
—Lee, cariño ¿Podemos hablar un segundo? — le hablo su madre desde afuera.
Podría tener 22 años y todavía su amada madre lo seguía llamado como cuando era pequeño.
Guardo su caja con rapidez, no sin antes meter todo lo que estaba adentro en ella.
—Si, claro — dijo abriéndole la puerta.
—Cielo...no te veo bien — fue al grano la señora, sentándose en la cama con su hijo.
—¿De qué hablas?...estoy perfecto — forzó una sonrisa, una que cualquiera podría creérsela...cualquiera menos su madre.
—Lee...hoy fue tu graduación de tus dos universidades, y los únicos que están festejando tu logro son tus tíos con el licor — estaba vez Lee sonrió con sinceridad, su madre siempre de alguna u otro manera lo hacia reír.
—Mamá...si esto es porque te dije que estaba pensando alejarme de la tecnología por un tiempo, no tienes nada de qué preocuparte — le comento a su progenitora, exprimiendo todo lo que había en su jugo de convencimiento.
Su madre quien no le seguía creyendo nada, esbozó una sonrisa maternal, tomando a su hijo de las manos.
—Amas esa rama. La estudiaste como más ninguno, y que ahora la dejes así como si nada, es algo que no tiene sentido — lo cuestión en su decisión —Sé que algo tienes...puedes contármelo, soy tu madre. Sin importar lo que pasa, te entenderé.
No podía. ¿Cómo le podías decir a tu madre que eres una persona demisexual?...y por un hombre, de hecho. Lo confirmo...nunca sintió lo mismo que pudo experimentar con aquel excéntrico chico. Ni siquiera un poco de su interés pudo haber le levantado alguien.
—Mamá...no insistas por favor — suplico el joven recién graduado —Es...Estoy bien, solo algo cansado, es todo — sonrió con escasas energías.
La mujer de mediana edad no podía seguir forzándolo. Era inútil.
Stone agradecía su preocupación, era la mejor madre de todas...llegando incluso a comentárselo a él...a él.
—¿Nunca has querido tener una madre? — pregunto Stone a Robotnik, quienes ambos estaban en la sala de su casa armando un super mega complicado rompecabezas.
—No — contesto con simpleza.
—Mientes — contradijo el niño sonriendo.
Ivo lo mal encaro, entrecerrando sus ojos, haciendo que reforzara la veracidad de sus palabras.
—Lo siento — se disculpó Stone, colocando una pieza en el lado superior izquierdo de la fotografía que armaban —¿No quisieras conocer a la mía? — pregunto inocente el pequeño.
—¿Por qué debería? — seguía cuestionándolo secamente el chico, poniendo una de las piezas correspondientes en un lado del centro.
—Bueno...ella es amable...y le caerías bien — puso un pieza en su juego —Adoraría tu brillante cabeza...
Lo último no pudo evitarlo soltar con aprecio. Si tan solo él aceptara, seria él primer amigo en llevar a casa...pero ni siquiera él sabía si lo consideraba en aquel vinculo fraternal.
—Por supuesto que lo haría, soy el más listo del planeta — tomo una de las piezas para encajarla —Pero la respuesta es no — demando simplificando —No quiero meter a más personas en mi estado habitual de vida — tomo otra pieza, sin darle la mirada todavía a Stone —Contigo tengo suficiente...y todavía sigue siendo un poco excesiva, no obstante...eres un milímetro más soportable que el resto de humanos — a pesar de que su tono fuera algo ofensivo, Lee abrió sus ojos del impacto. No fue del todo un cumplido, y rechazo su invitación...pero lo consideraba un poco más decente que los demás. Eso sin duda hizo que se sintiera especial.
—Está bien — asintió la mujer sin mucha confianza —Pero quiero que hagas algo por mi primero...antes de que tomes aquella repentina decisión — hablo la mujer con serenidad.
Stone se tensa un poco, bajando sus hombros para prepararse de todo.
—¿Qué seria eso? — la interrogo.
Del bolsillo de su falta larga saco una entrada. Una plateada y en buen estado.
—Asiste a este evento — le dijo mostrándole la invitación, haciendo que el muchacho se preguntara como una mujer como su mamá, que no tenía conocimiento básico de la robótica o la tecnología, conocía de aquellos eventos importantes en las afueras de la ciudad.
Iba hacer sincero, no estaba de ánimos como para salir de viaje, y mucho menos en estos precisos momentos, pero si eso hacía que su madre lo dejara en paz con aquel tema, accedería sin pensar. Después de todo, no es como si debía de hacer algo importante el día de hoy.
Su madre le dijo que se lo tomara no tanto como un favor para ella, sino como un obsequio de su logro al fin cumplido.
No eran muchos los jóvenes que se gradúan de la universidad, y menos si se adelantaron un par de años antes por la inteligente de su cerebro.
La ciudad era colosal. Edificios grandes, carros pasando de un lugar a otro, personas de todos los lugares. Nada que no haya visto, pero estar en un nuevo lugar era grato.
Le fuera gustado más que fuera venido con su madre, pero por motivos financieros todos acordaron que solo el festejado se iría.
La convención tecnológica no comenzaría hasta mañana, dándole mucho tiempo de hospedarse en un hotel y comer algo para descansar.
Ya para cuando el día llego, se vistió de una manera casual, pero tampoco notan informal. Digamos que con solo su camisa de vestir blanca, su corbata negra, pantalones y zapatos del mismo color no le quedaban nada mal.
Se dispuso a colocarse su gafete para entrar. Era muy temprano, por ello decidió desayunar, aunque no tuviera mucha hambre opto por tomar un café.
Había una cafetería dentro del establecimiento algo aglomerada, pero aceptable. Entro, pidió su favorito, por desgracia no tenían leche de cabra, pero se conformó de igual forma, al dar el primer sorbo se dio cuenta que no era tan buenos como él lo hacía, pero eran aceptable.
Al darse la vuelta después de cerrar la puerta, un ¡BLASSHH!~ se escuchó. En otra toma de los acontecimientos, Stone había chocado con otra persona. Esta otra al tener en sus manos una bebida que aparentemente también era café, pego un salto por la sorpresa que se dio. No solo esta fue la consecuencia del acto. Su mano izquierda al estar cubierta de un guante oscuro particular evito quemarse, pero por alguna razón que Stone Desconocía, este mismo empezó a echar chispas.
El propietario del mismo saco desde lo más profundo de sus cuerdas vocales un grito algo agudo, logrando arrancarse el guante de su extremidad para arrojarlo al suelo. Su último toque final fueron algunas que otras chispas, con un ligero olor a quemado en este.
Stone quien permaneció inmóvil al momento pudo reaccionar apenas se dio cuenta de lo grave que pudo haber sido eso, es y que el dueño del articulo empezó a darle la peor de las caras que algunas vez pudo haber visto
—¡Señor discúlpeme. Cuanto lo lamento. Yo...! — ni siquiera pudo terminar de disculparse cuando aquel hombre de gabardina negra lo tomo bruscamente de su corbata. Llevándolo a un lugar a pocos pasos de donde originalmente estaban, pero era oscuro, y no muchas personas pasaban.
Apenas el hombre desconocido libero a Stone, este ya hacia acorralado contra la pared y la gran imponente presencia de aquel ser.
—¡¿Tienes alguna mísera idea de lo que acabas de hacer?! — le cuestiono alterado, molesto e irritado —¡¿Tienes al menos la capacidad mental del nivel de gravedad en la que estás?! — le seguía sermoneando, mostrándole su guante quemado y totañmente dañado, por la impresión de todo ni si quiera Stone se había dado cuenta de siquiera cuando tomo su prenda.
—L-Lo...Lo lamento — tartamudeo de los nervios. Más por miedo si se podía decir —N-No fue mi intención...chocar con usted! — se seguí lamentando —¡Pero puedo regalarte un par nuevo si lo necesitas! — hablo atropelladamente.
Le incomodaba estar tan cerca de aquella figura a su rostro con aquel tono amenazador y malhumorado.
—¡No era cualquier guante! — grito todavía más fuerte en la cara del joven. Cabe decir que aquel hombre que no aparaba sus amenzas, no soltaba en ningún momento la prensa de Stone, impidiéndole correr por si lo necesitaba, pero no podía hacerlo —¡Era mi mando de distancia avanzada, ignorante de segunda! — acerco todavía más su rostro con el del otro chico.
Lee se vio en la obligación se girar un poco la cara, temía que algún momento lo golpease como venganza.
—L-Lo siento en serio...p-pero...he estado lleno de ansiedad por estos últimos momentos y pues...
—¡La agorafobia o la dificultad de tus habilidades motoras de la dispracxia no son problema mío! — lo seguía interrumpiendo. Provocando múltiples estremecimientos con aquella voz gruesa, profunda y a la vez, un poco aterradora.
El joven chico muerto de los nervios apretaba su boca y los ojos del horror, no podía distinguir muy bien el rostro de quien básicamente ya lo estaba amenazando a morir.
El joven pensó en como liberarse de aquel inconveniente, debatiendo lo más que pudo en su cabeza, hasta que dio con él clavo.
—¡Puedo arreglar! — hablo tan rápido que el hombre quien no lo dejaba tranquilo volvió a preguntar lo —Que...puedo repararlo. Se mucho maquinaria, aparatos y demás. Deme unos horas y se lo dejare como nuevo.
El hombre imponente se rió a carcajadas.
—Si claro hablo en burla —¡No tengo tiempo de sandeces, fuerza de vida inferior! — sentía como su enojo incrementaba, al igual que la fuerza de su mano en su ropa.
—¡Lo juro, lo juro! — aseguro con la última palabra que podía.
Aquel hombre joven ya se estaba cansando de ese juego estúpido, más teniendo la clara orden de sí mismo de comportarse en una área nada manejable para él.
Soltó al chico bruscamente, haciendo que este respirara mejor, pero no por mucho, lo tomo del brazo con velocidad, llevándolo casi arrastras a un habitación que solo el personal podía ingresar.
—Bien, chico listo — le hablo casi en ironia —Si tanto sabes de esto ¡Demuéstralo! — le mostro una mesa llena de piezas y herramientas de gran azance. Nunca en la vida había visto algo igual.
Sus ojos brillaron, era como si un niño que acababa de entrar a una juguetería...
Se irguió. Parándose recto para visualizar mejor las opciones.
El hombre le dio el paso libre para que hiciera lo que quisiera con su artefacto descompuesto por este.
Stone se sentó en una silla frente a la mesa. Le dio una mirada rápida al sujeto que lo trajo y....¡Oh por toda la tecnología!
Vestía una gabardina negra con unos que otros detalles rojos internos, traía en su rostro un prolijo y perfecto bigote, su cabello muy bien peinado, con una expresión cansada pero a la vez seria en ella.
—¡¿Y bien?! ¡Adelante! — le ordeno con seriedad —¡Lo haría yo mismo pero tengo muy poco tiempo para perderlo así! — empezó a hablar al aire. Sentándose por otro lado de la habitación no muy alejada.
Stone empezó a respirar por la boca, sentía que le hacía falta el aire. No comprendía lo que le sucedía. Hace tanto tiempo que no sentía aquella punzada en su pecho, y aquel revoloteo en su estómago.
Decidió no prestarle más atención a eso, y concentrarse para enmendar su error. Los planos del artefacto en la pared, hicieron que Stone entendiera mejor la funcionalidad de los mismos.
Empezaba escucharse el sonido del trabajo, de verdad que lo estaba logrando.
El hombre en su compañía giro su cabeza con desconcierto, ya se estaba resignando a hacer su presentación de sus nuevas máquinas con otro de sus controles, pero al ver como ese chico soldaba, y configuraba como si fuera cosa de todos los días, lo dejo más que pensativo. De algo bueno sirvió traerlo, y él solo pensaba darle otro regaño a su fracaso, eso junto con un posible impacto de bala en alguna parte de su cuerpo.
—Listo~...— susurro con algo de miedo. No supo cuando su voz se había ido, presentía que ese hombre tenía algo que ver con eso.
El de vestimenta oscura se dio la vuelta en su silla giratoria, sin pararse. Regalándole una mirada llena de superioridad.
—Bien...pruébalo, no puedo ponerme eso sin antes no haberlo verificado — alego.
Stone apretó sus labios con nerviosismo, no estaba tan seguro de que todos los comandos le habrán salido a la perfección. Pero se calló, se puso el guante, leyó un poco más las escrituras de los planos para comprender todavía mejor sus funciones. Cerró sus ojos, y al primer intento hizo mandar a un robot a las coordenadas que él mismo le había ingresado.
Tanto el moreno como el castaño se sorprendieron.
—Muchacho...— hablo casi sin aliento el mayor —Acabas de reparar mi invento más avanzado en menos de dos horas — le informo como algo de desconcierto.
Stone se sonrojo levemente, sonriendo con los nervios algo activos por lo comentado.
—S-Se lo dije...soy bueno en esta clase de cosas...— tanto él como el otro había abierto sus bocas para susurra palabras por el asombro.
Stone se quitó el aparato, devolviéndoselo a su respectivo dueño. Ambos todavía estaban algo en shock. El más bajito sonrió con incomodidad, aquel calor inexplicable seguía invadiendo su pecho con cada segundo que pasaba por su vista, provocando que suspirase para apaciguar su temperatura.
De pronto...alguien provoco que el par saliera de aquel inexplicable transe.
—¡Señor Robotnik, ya se le hizo tarde para su charla, por favor salga! — pidieron desde afuera.
—¡En seguida me reubico! — respondió su acompañante, pero eso no era lo importante, lo interesante era saber ¡¿QUE DEMONIOS ACABA DE ESCUCHAR?!
Robotnik~...¿Robotnik?...¡¿ROBOTNIK?!
Stone comenzó a hiperventilarse, no sentía ningún tipo de aire pasar por sus pulmones. Robotnik lo nota, preguntándole si estaba bien, este no responde, todo lo contrario, su voz, su presencia...fue todo un colapso. Era él, y no se había dado cuenta.
Callo arrodillado al piso, perdiendo la conciencia de si quiera donde estaba parado. La voz que tanto lo estremecía se escuchó como pedía que se lo llevaran de aquel cuarto, ordenando que lo revisaran, que no estaba bien...no lo estaba. Era como si el padre de todos los deja vu lo fuera pateado en todo el estómago. La vez que se tropezaron por primera vez, fue exactamente lo mismo, y cuando perdió el conociendo después de que aquellos bobalicones lo golpearon...es precisamente lo que estaba pasando.
Despertó. Estaba en una sala de enfermería.
—Te desmayaste por algunas horas — dijo una señorita uniformada de enfermera.
Sip, definitivamente estaba en un horrible deja vu...
Tomo un calmante, para asegurar de que estaba bien e irse. Sí que lo estaba.
Lo que antes lo había puesto tan mal, ahora estaba más que dichoso. Se perdió la conferencia, las pláticas y charlas, pero si eso lo valió para volver a ver en un prolongado tiempo a su viejo compañero de la infancia, aquel ser que lo hizo sentir tan vivo, al que se dio cuenta que amaba con todo su corazón, entonces si...lo valió por mucho.
No se molestó en buscarlo. Seguía trabajando para el gobierno desde una temprana edad, viajando de un lado a otro. Sonrió...a pesar de que su gran emoción hizo que se desmayara, se sintió lindo volver a sentir algo desde hace tanto.
—Ahh~ Robotnik...— suspiro con afección.
Paso entre los asientos de la convención, admitiría que le fuera gustado haber estado hay, pero no lo cambiaría por nada del mundo.
—¡Hey, ciudadano promedia medio bajo! — gritaron a sus espaldas, frunció el ceño con una sonrisa, desconcertado de lo que podía ser. Se dio la vuelta y ¡OH POR DIOS! Sí que se volvería a desmallar —¿Posees alguna labor o actividad de una comunidad más amplia que contribuya hacia los bienes y servicios dentro de su economía? — pregunto algo serio al llegar al lugar del moreno.
Este mantuvo la boca abierta en un aproximado de tres segundos por la impresión no digerida muy bien del todo, logrando calmarse al escuchar como Ivo carraspeaba la garganta en espera de su respuesta.
—N-No...no la tengo...acabo de graduarme — hablo casi en un tono bajo.
—Perfecto ¿Estarías dispuesto en ser mi asistente en la realización de mis tareas diarias y personales? — le propuso aquel empleo.
—¡¿D-De verdad?! — sus ojos parecían que brillaban.
—Sí, el presidente de la asociación del gobierno al ver mi retraso por ¡Cierto cenutrio! — se refirió abiertamente a él — se dio cuenta de que a pesar de mis habilidades extraordinarias necesito de una tercera mano que me asista en casos de emergencia extrema. Claro si...no vuelve a fallar como hoy — lo miro serio.
Stone se dio discretamente un pellizco en su brazo, parecía que esto fuera uno de sus múltiples sueños en los que volvía a trabajar para él.
Asintió tantas veces que parecía que se rompería el cuello.
—Bien...ahora recoge tus cosas que nos vamos. Debemos de investigar una anomalía descubierta en el reino unido...— hablaba detallando específicamente todo.
Definitivamente con el paso del tiempo se había vuelto más listo, no podía estar más que contento.
Solo...hacía falta una cosa...
—¿S-Señor? — lo llamo a sus espaldas con algo de pena.
—¿Qué ameritas? — dijo con fastidio, sin darle la cara —Debemos de darnos prisa. Para eso te contrate, para que no haya más retraso, eso y que no me gustan las entrevistas de trabajo — afirmo.
—Es que...usted...todavía no se sabe mi nombre — dijo con algo de pena.
Ivo paro en seco. Tenía razón ¿Cómo se le pudo olvidar algo así? Es como si cometiera una clase de estupidez al contratar a alguien que ni siquiera conoces su llamado. Se dio la vuelta encarándolo, esto provoco todavía más espasmos nerviosos en el sistema de Stone.
—Dilo entonces, pero apenas estemos en la computadores me darás tu currículo — le hablo con una mirada aburrida.
Stone trago saliva...¿Sera que...?
—Soy...Stone. Lee Stone — jugo con sus dedos. Ivo freno de golpe, de apoco fue frunciendo el ceño, abriendo su boca como si estuviera reviendo cosas —Hola Robotnik...— lo saludo, como si de alguna manera lo hiciera recordar cada vez más.
Un choque del paso regreso a él más alto...
¿Cómo podía él estar aquí?
—Grr~ — lo escucho gruñir — Es cierto lo que dicen...el pasado vuelve para torturarte — hablo sin saber muy buen lo que padecía ¿Coincidencia? ¿Ironía? ¿Fastidio? ¿Gracia? No estaba seguro —Al menos no formaste parte de la cadena de romos como te sugerí — hablo él —Eso es bueno...¡Pero apresúrate, no tenemos que demorarnos ni un minuto más? ¡Y para ti soy Doctor. No soy tu compañero, ni nada de ese estilo! ¡Ahora soy tu jefe, y como tal debes de respetarme! — dijo formal su amenaza.
Stone no pudo evitar soltar una leve sonrisa.
—Como usted diga, Doctor — asintió este.
Su madre tuvo razón, sí que le sintió muy bien venir a este lugar. No sabía cómo le diría que ya no podía volver a casa por un tiempo, y que de un momento para otro ya trabajaba para el gobierno, pero estaba más que seguro, que ni siquiera se tomó la libertad de pensarlo dos veces.
El resto de la historia...ustedes ya lo conocen.
Bueno...un poco raro el encuentro, pero no quería seguir la misma rutina de *Chico conoce a chico. Chico lo reconoce y se esfuerza en que lo contrate en su oficina. Jefe se da cuanta que lo amaba todo este tiempo y lo besa para follar* Ok no ya, ya.
Me acosté a las 04:40am y me levante a las 07:30am... por hacer esta historia. 4304 palabras. Esta es sin duda la más larga de todas...
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