One Shot 6.
AU Young boys.
Era un día común en la secundaria Academic Magnet High School en el condado de North Charleston. Un lunes por la mañana como cualquier otro, en el patio escolar en un enorme prado. Un niño quien por su aspecto no parecía más de 15 años, de cabello azabache y corto, leía con una tranquilidad en el aire. Su persona se encontraba en un árbol que le aporta la sombra perfecta, pero con la claridad excelente para seguir con su libro de tecnología sin interrupción alguna.
Guardo su libro de gran tamaño en su mochila, sacando del mismo un pequeño robot de metal, midiendo aproximadamente 11 centímetros de longitud. Lo sostuvo en sus manos, intentando acomodar y verificar algunos detalles de este, activo el pequeño interruptor que tenía en su espalda, su cuerpo rectangular comenzó a moverse, trasladando su chiquitos pies uno delante del otro de manera repetitiva. Lo puso en el pasto de suelo, acostándose boca abajo para mirarlo con más adoración, era una de sus más grandes creaciones, y por motivos personales...su único amigo.
Era triste tener que pasar las horas de recreo solo, pero siempre fue así de igual forma, y estaba agradecido de que pudo haber creado a su nuevo, mejor y único amigo, sin importarle que fuera un simple robot con cuya única función actual era desplazarse hacia adelante. Sonrió su boca, pero sus ojos no podían decir lo mismo.
Bueno...al menos tenía a su metálico amigo R.OB.E.R.T.
Realidad, Operativa, Bondadosa, Eléctrica, Radiovisual, Tecnológica.
La sombra que lo protegía del sol se hizo un poco más grande y deforme, causado por unos jóvenes de preparatoria que cursaban de mitad de la formación.
El niño quien noto su presencia al instante, miro hacia arriba, apagando a su amigo metálico para tomarlo con sus manos.
—¡Hey, estas en nuestro lugar de encuentro! — dijo de manera amenazadora un chico con más edad que él otro.
—¿Amh? — miro al su alrededor —Lo...lamento, no tenía idea que este fuera su lugar...pero, basándonos en las reglas de estado y de la educación de este seminario, me indica que esta es una área publica — contraataco con sus palabras bien estructuras.
El grupo de jóvenes quedaron todos con una mueca de no haber entendido ni una sola palabra.
—¡No trates de confundirnos! — hablo uno de ellos.
—¡Si, ¿Quién crees que eres?! — dijo otro de ellos.
El pequeño de tés morena respondió levantándose del suelo.
—Soy Lee Stone — dijo presentándose de una manera inofensiva.
—¡Oye no quieras pasarte de listo con nosotros, chico nuevo! — volvió amenazar el que parece ser el líder de ellos. Este chico al expresarse sostuvo fuertemente la camiseta del más bajito, provocando que se pusiera de puntillas en sus pies.
Stone ya se encontraba más que asustado.
—N-No fue mi intención — contesto atemorizado en sudor frío —No...quiero problemas ya me iré y-
—Pero ¿Qué es esto?! — interrumpió atropelladamente al chico, preguntándole por el pequeño robot que le ultrajo con la otra mano.
—¡NO! — grito muerto de la preocupación —¡É-ÉL...es solo mi robot...por favor no le hagan nada! — suplico por su amigo.
—¿En serio? Que interesante ¿y que ahora este pedazo de chatarra? — al terminar su duda soltó a Stone, dejándolo un poco más tranquilo pero no tanto por su pequeño robot metálico, quien hora era manipulado por el agresor mayor. Él mismo movió el mecanismo de su espalda —¿Es todo? Pff, pero que patético — insulto viendo como solo el ser de inteligencia artificial movía sus pies uno detrás de otra sin hacer otra cosa más.
—Si bueno es básico pero-
—Mi padre me daría un mejor juguete que tu ni en 10 años podrías tener — hablo otra vez en amenaza, volvió sus vista al androide de mínima estatura en su mano —Este pedazo de chatarra no vale ni 20 centavos — articulo su oración con desprecio, tirando al ser de metal al suelo —¡Que hoy sea una lección para ti, enano! — volvió a subir su todo al niño que tenía afrente. Dos de los abusivos sostuvieron al de menor edad de sus brazos para inmovilizarlo, provocando hacia el pánico y el horror en Stone, moviéndose como podía, pero al ser ellos más grandes y fuertes le era prácticamente imposible.
—¡No, esperen! — se defendió como pudo, sin parar su meneo, no obstante, fue en vano su lucha.
Ellos eran cinco contra él solo, no podía hacer nada más que escuchar y rezarle a cualquier dios que lo dejaran en paz.
—1. Nunca más te vuelvas acercar a nuestro territorio — conto con su mano —Y 2. Aprende a tener cosas más valiosas~ — hablo casi en un siseo perturbador, levantando su pie para después descenderlo hacia el pequeño amigo de Stone. Quedando más que solo aplastado.
Las piezas salieron volando, otras solo se quebraron, sea como sea, su amiguito ya no caminaba más, y las luces de sus ojos se opacaron al apagarse para siempre.
—¡NOOOO! —grito horrorizado el pobre niño, sintiendo como en sus mejillas resbalaban las lágrimas. Ver a su único amigo ser destruido por un cretino de lo más desagradable —¡Ya déjenme, ya déjenme! — lloraba y gritaba el chico, pero ninguno de ellos apelo a sus suplicas.
El matón mayor bostezo de aburrimiento, golpeando fuertemente el estómago del menor para que dejara de lloriquear, esto hizo que al niño se le saliera por completo el aire, dejándolo sin poder respirar, grito de manera ahogada, abriendo la boca en un intento por respirar. Buscaba la amanera de volverse a liberar, tenía la gran necesidad de abrasarse a sí mismo y sobarse el vientre, pero era inútil, todavía era prisionero de aquellos mal educados, ya para cuando el abusivo se cansó de ver retorcerse al joven, pidió a sus compañeros que lo soltaron, provocando que el niño casi se callera, y sin más antelación, el otro le propino un gran golpe en su rostro, ocasionando que callera al suelo su cuerpo.
Sus amigos lo felicitaron por ello, eso era lo que mejor sabía hacer.
—Vaya...igual que los gladiadores, se regocijan por la violencia y maltrato impartido de su propia mano a sus contrincantes vencidos — hablo aquella voz. Voz que fue suficiente para que les pusieran los pelos de punta a todos.
Los cinco muchachos giraron sus cabezas, topándose con la enigmática presencia de aquel chico que es temido por parte de muchos.
—¿R-Robotnik...? — hablo con temor el líder, quien antes sudaba por aires de grandeza, estaba temblando de los nervios.
Stone abrió sus ojos con dificultad, tirado en el piso gramoso. Su vista no se podía acoplar al entorno por la falta de aire a sus pulmones del golpe, de su nariz salía una pequeña línea de sangre por la trompada.
—Veo que no han dejado a un lado aquellas costumbres primitivas que manejan a su favor, ahg~...Un simple caso de Hubris — hablaba con las manos en su espalda y su mirada de aburrimiento.
—N-Nosotros lo...lo lamentamos, no queríamos molestarte por aquí — se excusaba como pudo el chico, sin poder que sus piernas paren de temblar.
—¿Quieren terminar como su anterior amigo? — les pregunto con una clara amenaza. Absolutamente todos negaron con miedo en sus miradas —Pues háganse un favor...¡Y lárguese al circo para que se sigan atacando como las vestías que son! — dijo en alto y alterado, provocando el verdadero pánico entre los jóvenes, provocando que corrieran sin mirar atrás.
El chico que acababa de llegar sonrió con superioridad, volviendo a enseriar su rostro al percatarse del deplorable niño en el suelo. Se acercó al adolorido pequeño, quien con solo la costa distancia pudo escuchar como su respiración estaba agitada, pero sumamente débil.
Stone quien no pudo estar más tiempo despierto, miro un par de zapatos oscuros un tanto borroso, para luego perder el conocimiento, quedando todo a su vista en completa oscuridad.
De apoco volvió abrir sus ojos, la claridad no era la misma. El aire ya no era de la natural, sino viniendo de un aire acondicionado, soltó la primera exhalación, respirando con mejor facilidad. Apenas logro abrir sus ojos por completo se sentó en donde ya antes estaba constado, vio a una mujer vestida con aquellos típicos uniformes de medicatura.
—¿Do-Dónde estoy? — pregunto con escasas energías, pero mejor para lo que estaba antes. Lo único que tenía ahora era un pequeño enrojecimiento en su cachete por el impacto del puño del otro a su rostro.
—Te desmayaste por algunos minutos — afirmo la mujer acercándose al niño para chequear que todo siguiera normal en su sistema —Veo que tu pulso esta mejor, eso es bueno — le sonrió —y esto por ser un buen paciente — le dijo dándole una paleta como recompensa. Él la recibe —Fuiste muy valiente. No tienes de que preocuparte, ya el director se encargó de esos niños problema — dijo para tranquilizar más al joven.
Este suspiro de alivio, pero se volvió a sobresaltar, sus recuerdos estaban algo borrosos, pero sí pudo tener un leve reflejo de lo que paso después.
—Enfermera — llamo el niño a la joven —¿Cómo llegue aquí? — la cuestiono.
—Oh, fue el estudiante Ivo Robotnik de tercer año, te trajo casi a rastras pero lo consiguió, hizo un buen acto — explico con un gesto de gusto.
Él pequeño Stone parpadeo un par de veces. Se preguntaba ¿Por qué alguien podría hacer tal cosa por él? Estaba más que agradecido.
—Ok...Gracias, señorita ¿Puedo retirarme ya? No quiero perderme la primera lección en mi primer día de clases — pregunto con educación.
—Claro, se ve que ya estas mejor — asintió la mujer, dándole el pase de su mejoría y para poder ingresar a su salón.
El resto del día transcurrió normal, al salir de su salón, Stone corrió hacia el campo donde anteriormente su amigo fue destruido, tenía fe de encontrar las partes y poder reconstruirlo. Freno en seco, con miedo de volverse a encontrar con esa banda de agresores; estudio el área por seguridad, y volvió a correr al lugar de lo sucedido.
Se puso en cuatro, echándose en el suelo para dar inicio en la búsqueda de las piezas de su amigo, pero fue imposible. Era como tratar de buscar una aguja en un pajar, no dio resultado, las ganas de llorar invadieron nuevamente sus ojos, el único compañero que tenía ya no estaba...
Se limitó en solo darse la media vuelta, mirando hacia abajo conforme caminaba, estaba muy desanimado como para querer mantener la cabeza en alto, tanto fue su desanimo que no se dio cuenta de su error apenas choco con una persona.
—¡Oye! — se dirigió el niño el ser que imprudentemente tropezó sin llegarse a caer ninguno de los dos —¡Por la falta de lentes en tus ojos, puedo decir que no sufres ninguna degeneración molecular o de un glaucoma como para que falle los fotorreceptores de tu vista y no convierta correctamente la luz en señales eléctricas — peleo el joven en su parloteo para su defensa.
Stone solo pudo arqueo una ceja.
—¿Qué? — pregunto confundido.
—Ahg. No sé ni siquiera porque me molesto en explicar la función básica de nuestro cuerpo a un ignorante que desconoce siquiera lo que es la vida en cuestión — se quejó —¡Fíjate por donde caminas! — resumió su discuta. Alejándose del niño para irse.
Stone después de procesar aquella y corta conversación se froto momentáneamente la cabeza, podría a ver jurado a ver escuchado aquella voz por alguna parte.
—¡O-Oye! — lo persiguió —Lo siento, no quise molestarlo — se disculpó en la lejanía el pequeño chico al otro.
—Pues siéntelo mucho. Nadie tropieza con Robonik y sigue feliz después de ello, suerte para ti que tengo prisa — contesto de mala gana el joven.
El niño abrió sus ojos con asombro. Recordó aquel nombre ¿Y cómo podría olvidarlo? Era el chico que lo salvo de aquellos rufianes. Tenía que manifestar su gratitud por ello.
—¡Espere!...¡Oiga! — grito a sus espaldas para retenerlo, pero el otro no le daba mucho importancia como para siquiera detenerse —¡Espere, por favor! — corrió lo más rápido posible hacia su dirección, hasta llegar a su territorio.
—¡¿Ahora qué quieres? ¡Haces que pierda miles de evoluciones que estoy a punto de descubrir — discutió el joven de cabellera castaña oscura.
—L-Lo...lo siento — le hacía falta el aire —Pero...¿Podría repetirme su nombre por favor? — le suplico.
El más alto solo bajo sus parpados en aburrimiento e indignación.
—Eres nuevo ¿Verdad? — pregunto con algo de desdén.
—O-Oh si, si...lo soy — hablo con sus manos hacia tras con algo de pena.
—Puedo notarlo. No existe ningún ser que habite en esta academia y desconozca de mi — se inclinó hacia el pequeño, provocando en el mismo activara los mil nervios de todo su cuerpo —Soy Ivo Robotnik y si quieres que tu nueva estadía aquí sea pacífica y nada atroz, no te metas en mi camino — dijo casi en amenaza, volviendo a caminar a su destino.
Stone quedo por un momento petrificado, sintiendo todo un revuelo en su estómago, desconocía por completo todo aquello que ahora le sucedía, nunca antes se había sentido así...le agradaba sentirse así, y no quería alejarse de aquello que lo alejo pasajeramente de la oscura y fría soledad.
—¡Espera! — volvió a frenarlo.
—Te estas volviendo un blanco muy tentador a pesar de todas mis advertencias — frunció el ceño el joven.
—Perdón, pero...usted me ayudo con aquellos chicos en la mañana y...solo quiera agradecerle por lo que hizo por mí — hablo con un leve sonrojo en sus mejillas, mirando sus propios pies para apaciguar la vergüenza.
—Ah, sí, sí. Tuviste suerte que solo andaba de paso, pero claro, me debes prácticamente la vida, niño, pero no puedo pedir nada viendo tu rendimiento en la vida — hablo con egocéntrico, pero a Stone no le importó, sentía que tenía toda la razón —Da igual, ni siquiera lo hice por ti, sino por mi persona.
El niño giro su cara en duda.
—Pero...¿En qué te beneficiaria? — pregunto.
—Tengo algo más allá del respeto de las personas...su miedo, Es satisfactorio en mis patéticos e inferiores compañeros y en los demás...pero con los educadores es todo lo contrario. No me presionan lo suficiente como para sacar todo mi intelecto a relucir, y me aprueban por la cobardía de sus seres — hablo con superioridad —Desde luego si ayudo a la caótica maquina humana que es la desagradable sociedad, podre ganarme algo de su carisma para que dejen su terror aun lado de vez en cuando y pueda seguir en mis estudios como alguien normal podría hacerlo.
—No entiendo...no te vez para nada aterrador — dijo inocentemente el niño.
Robitnik lo miro como si lo fuera ofendido.
Volvió a romper el espacio personas del joven para acorralarlo en su propia cara, frunciendo el ceño y con una voz gruesa dijo:
—¿Quieres saber algo aterrador?~ — apretó su mandíbula al hablar —Moléstame y veras como puedo multiplicar el dolor de esos abusones en un factor de un digito de tres valores — entrecerró su mirada —Pregúntale a esa bola de cipotes...antes eran seis — sonrió con maldad —El otro se fue, y todavía no pude alimentarse por la boca hoy en día — hablo de manera escalofriante —He ahí el terror que me gane — se alejó del niño, quien sus manos temblaban de los nervios por lo explicado, pero no bajo ni siquiera un poco la gran curiosidad que acababa de despertar en ese chico.
Luego de esa plática, Stone volvió a su hogar, dirigiéndose a su cuarto, no paraba de pensar en aquel joven que lo salvo, por mucho que diga que fue para su beneficio mutuo, eso no quita el hecho de que lo ayudo...lo ayudo.
No pudo evitar sonreí, ese calor inexplicable volvió en lo más profundo de su cuerpo, necesitaba estar con él otra vez, quería estar en su compañía lo más que se podía. Su particular manera de hablar, y su ordenada forma de expresarse le atraían todavía más a su persona.
Continuara:
Bueno, me retracto, este es sin duda el One-Shot más largo, tanto que me vi en la obligación de hacer dos partes. Bien mañana posiblemente publique la otra parte, sino es es que antes. Adiós
PD: Esta es la primera vez que hago un Fic fuera de contexto de la película, no lo se ¿Ustedes que opinan?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro