Rain
One-Shot 2
La brisa de la tarde alisaba las hojas de aquellos postes naturales del bosque, ya conocido como "árboles". La muy llamativa y sombría camioneta negra paro en medio de la nada por la carretera. Estaban buscando la pista de una criatura un tanto particular, todo adentrándose más y más en la espesa naturaleza de la floresta.
—¡Stone! — lo llamo en alto aquel estrafalario doctor.
—Aquí estoy, Doctor — sito de repente a su lado. De hecho, hace más de 3 horas que estaba ahí, pero su silencio y discreción era tal que sorprendería a cualquiera, incluyendo a su jefe.
Sobre saltado miro a su asistente, intentando calmar los momentáneos espasmos que le otorgaban por su repentina respuesta.
—Iré más allá en donde las pistas nos indican — le informo, levantándose de la silla en dirección a la puerta.
—Lo acompaño, Doctor-
Antes de que Stone pudiera dar otro paso a dirección a su superior, este sin más lo detuvo con su mano enguantada, lleno de botones en este último.
—No — simplifico, moviendo con suma lentitud y autoridad su boca adornada de su destacante bello facial muy bien peinado —Iré con uno de mis drones. Tu encárgate de analizar el ectoplasma que encontramos — mando un par de comandos de su guante a su androide volador —En cuanto a mí, seguiré a pie para una investigación más detallada. Vuelvo en un tiempo redondeándolo entre un par de dígitos del 20 a 30 y para cuando llegue espero tener todos los análisis listo — advirtió moviéndose en dirección a la salida.
—Si doctor — asintió él, bajando la cabeza para dar una media vuelta e ir directo a la computadora principal.
Para él más alto se vio en la obligación de ir a pie, teniendo al nivel de su cabeza su robot ya comandado. Las pisadas eran relajantes como ruidosas, aplastando hojas, ramas, y unas que otras flores.
—Ahh. La naturaleza es tan...distinguida en ocasiones — siguió caminando — pero muy redundante e inútil en muchos más aspectos — musito con algo de fastidio al tener a su alcance visual la suciedad del camino —Suerte para ti que vuelas — le hablo a su máquina con un aire de envidia.
"Debí traer una nave si al caso" — pensó en su brillante cabeza.
Rastros de huellas, rasguños notorios, rastro molecular y viscoso. Eran todas las pruebas que se encontraba el doctor.
—Mhh~ interesante...— susurro para él y el androide ante la viscosidad que presenciaba — Supongo que esta es una situación..."pegajosa" — comento a su creación aquel juego de palabras. El único ruido después de eso fue una que otra carcajadas escandalosa del hombre —Oh vamos, eso fue bueno — miro al robot —Te la dejo pasar por el hecho de que eres un artificio sin afección...que envidia — reprocho para seguir con su camino.
Era un gran churrasco de pruebas y análisis. Todo hasta que algo no estaba en sus planes...
Una pequeña pero notoria gota callo en su cabeza, haciendo que arqueara una ceja, tocando su cabello azabache ante el repentino roce, miro su mano enguantada, visualizando como en su dedo se notaba sutilmente la humedad de la misma, volvió a caer otra gota, pero ahora en su frente, secándosela de un manotazo y con desconcierto miro el cielo azul...o bueno...volviéndose de a poco de uno más grisáceo, cayendo más y más.
Empezó a llover.
Con un desconcierto enorme y miedo a quedar empapado, Ivo corrió a un gran roble, con la anchura suficiente como para protegerse brevemente del agua, a su lado estaba su robot. Si tuviera emociones humanas, estaría más que asustado porque sus circuitos se dañaran.
—¡Grr, maldición! — se maldijo en un gruñido el doctor, abrazándose así mismo por la corriente fría que corría en su cuerpo. A pesar de cargar consigo siempre su atuendo de manga larga y oscura, era imposible no temblar con la humedad y la temperatura baja del ambiente —¡Todo esto es tu culpa! — hablo con su robot —¡¿Qué acaso no sirve tus censores climáticos?! ¡Debiste de haberme avisado que llovería, artilugio descompuesto! — insulto aún más molesto el científico. No teniendo de otra que solo quedarse ahí parado con su máquina, y esperar que la lluvia cesara.
En cuanto al agente Stone, seguía con su investigación ya pautada. Tecleando y visualizando todo lo que su inteligencia le otorgaba, era tanta su concentración que no se dio cuenta de la lluvia; si no fuera por un estruendoso relámpago que lo sobresalto de su silla, ocasionando que mirara a una de las pocas ventanas oscuras que tenía el vehículo, no se hubiera dado cuenta.
—Oh no. Esta que se cae el cielo — musito con algo de preocupación, no era para menos, con cada gota que caía parecían granizo mismo —¡Doctor! — hablo con exasperación al recordar que su amadísimo jefe todavía seguía afuera.
Miro al su alrededor, no estaba seguro de que hacer exactamente, pero una cosa si era clara, hallaría la forma de traerlo lo más pronto posible.
Fue al cuarto de limpieza, topándose con lo que ya casi había olvido los dos. Un viejo pero muy bien cuidado paraguas, sin pensarlo dos veces lo tomo y salió en busca de su doctor.
A pesar de que el viento era fuerte, y que su traje caro y elegante cobrara factura después de su intrépido "rescate" no dio marcha atrás, de solo pensar que el Doctor Robotnik estaba por ahí, solo y sin ningún tipo de protección para este mal clima, hacía que los pelos de aquel agente se alzaran de la preocupación.
—¡Doctor! — gritaba el joven secuas, que para su desdicha no conseguía respuesta alguna —¡Doctor Robotnik! ¡¿Dónde está!?! — alzaba su voz de un lado a otro, pero los golpeteos violentos del agua hacia casi imposible su misión, y como si hubiera visto la luz al final del túnel, miro una pisadas embarrialadas, se veían que tenía tiempo por el poco distinguimiento de las mismas, pero todo le era muy claro al reconocer la suela de aquellos zapatos elegantes de vestir.
Corrió con sumo entusiasmo al camino que marcaban, ya poco después de unos minutos pudo dar con aquello que más estaba buscando.
—¡Doctor! — hablo alegre, así casi instantáneamente correr hacia él, teniendo el más grande de los cuidados al tener el piso fangoso y resbaladizo de la tierra mojada.
—Recuérdame para la próxima vez traerme el anemómetro ¡Que sería mucho más útil que tú! — seguía regañando a su robot como si este tuviera culpa alguna de lo ocurrido de su mala suerte.
Sin siquiera poder seguir peleando con el dron paro, al escuchar una voz familiar desde más allá de la llovizna, aclarando más sus ojos para contemplar algo como a muchos le llamaría "Un rescate"
—¿Stone? — formulo algo ido
—¡Doctor! — hablo el chico feliz de al fin encontrar a su superior, quitándose un poco de encima el paraguas al estar refugiado en el mismo árbol que el científico.
—¿Qué diantres haces aquí? — pregunto algo tembloroso, la temperatura de su cuerpo seguía bajando.
—Vengo para ayudarlo, Doctor. No podía quedarme en la camioneta sin hacer nada mientras usted estaba aquí afuera, y poder contraer un resfriado — hablo sincero el chico de esmoquin negro.
Robotnik miro de pies a cabeza al muchacho, frunciendo el ceño de lo molesto que se había convertido más aquella situación. No solo se había quedado atrapado en aquella lluvia, sino que ahora tenía que aceptar la ayuda de su asistente para que lo sacara de aquella pesadilla mojada. Más denigrante no podía ser las circunstancias.
—Es un buen acto el que hace, mi queridísimo agente Stone...— por un momento el agente nombrado tubo que limpiarse los oídos para asegurarse de que lo que había oído había sido cierto. El Doctor agradeciéndole de algo, y llamarlo de esa manera algo apegada, lo hacía subir a las nubes —Pero he de decirte que has reprobado matemáticas en el preescolar ¡Traes contigo UN solo paraguas y nosotros somos DOS! — resalto los números —¡No tengo ni la menor idea de cómo llegaste a Harvard con lo estúpidamente mal que sacas tus cuentas! — intimido al menor de la forma que mejor le salía. Acercarse lo más posible a su cara mientras este solo tragaba saliva por lo ocurrido, pero no por miedo, sino por nervios de tener al Doctor tan cerca de él. Algo que hasta el día de hoy después de muchos años trabajando para él, no ha podido superar, y teme a que jamás lo haga.
—N-No, Doctor — respondió como pudo el más bajo. Sintiendo un inexplicable calor en su rostro al estar ambos en un ambiente muy bajo de temperatura —L-La traje para usted — se la ofreció —No habían más en el vehículo, pero no se preocupe, usted puede usarla, yo iré detrás de usted si me necesita — sonrió apenado. Intentando retroceder para calmar sus nervios, pero sus piernas no respondían.
Robotnik entrecerró su mirada por un tiempo redundante, así para posar sus ojos en la sombrilla y tomarla.
—Tú te quedas aquí hasta que deje de llover — ordeno el Doctor a su androide volador —Y tú — se dirigió hacia el Agente Stone —Ni creas que te daré un aumento por esto — le advirtió.
—No se preocupe, Doctor — volvió a sonreír carismático el muchacho —Es para mi un placer servirlo — con aquellos ojos negros ataco con los de los marrones de su jefe. Quedando así por un par de segundos.
Para Robotnik rodó los ojos para dar un par de pasos para salir de una vez por todas de aquella prisión de agua y hojas, Stone lo seguía, sin desaparecer su sonrisa al ver que ya ambos volverían a donde pertenece, no obstante...Ivo se detiene antes de siquiera poder dar un pie fuera del roble.
—Doctor — lo llama a lo bajo su ayudante —¿Pasa algo? — le interrogo algo preocupado.
La mirada pensativa y a la vez perdida del hombre de gabardina negra lo desconcertaba, a la vez que le preocupaba. Su cabeza se giró un poco, viendo a escasos centímetros a Stone por la esquina de su cuenca visual.
— A juzgar por nuestro peso y contexturas de nuestras masas, el diámetro de la circunferencia de la capa protectora de este artefacto es lo bastante amplia como para resguardar a ambos — opino el Doctor, dándole una idea clara al de la barba muy bien afeitada.
—Ósea...— susurra casi en asombro su ayudante. Curvando su sonrisa en una mostrando sus dientes.
—¡¿Qué esperas? Ven acá! — le hizo una señal con su mano libre para que el joven se acercara al mayor —Desconozco por completo la inmunidad que tienes y el balance de tus defensas como para correr el riesgo de que te enfermes — hablo recto sin dejar de mirar al frente caminando ambos a la par para irse a su auto enorme. Stone abrió con un distinguida emoción en sus ojos y corazón. En aquella forma tan brillante y tan exagerada, le había anunciado su preocupación por él, provocando así que sonriera inconscientemente —Además, me sirves mucho más estando sano que congestionado, y no quiero tener que exponerme a las bacterias que posteriormente expulses por tu mala condición — seguía narrando su pensamientos aquel brillante científico de mostacho refinado, pero Stone no le podía demasiada atención. Tan solo podía rebobinar en su cabeza una y otra vez como el Doctor demostraba su preocupación a él, recordando con exactitud sus facciones atractivas, que se movían lentamente en su rostro al hablar a su forma tan metodológica y exacta, incluyendo la cierta cercanía uno del otro por verse en aquel ambiente mojado y protegidos de la sombrilla; provocando así más espasmos de emoción en la ceba de Stone, sin dejar de contemplar a su adorado jefe con adoración, sin poder oír bien lo que decía, el solo respondía ciegamente a todo con un "Si, Doctor"
Muchos los podían comparar con un Zombie. Un zombie enamorado secretamente de su jefe que no tiene cabeza para nadie más sino solo para él, y su brillante cerebro.
Cualquiera podría decir que era un caso de Fraisexualidad, pero también tenía que dar crédito a lo aliciente de su ser, y lo bien parecido del Doctor. Más aun teniendo ese aspecto húmedo en su cabello, escurriendo ligeras gotas por su frente que bajaban por su cien hasta la mejilla.
—Ahh~ Doctor — suspiro inconscientemente el joven moreno.
—¿Articulaste alguna expresión Stone? — interrogo alzando unas de las cejas el hombre con el paraguas.
El agente niega con nerviosismo. Mordiéndose la lengua para no tener que volver a balbucear palabras mal interpretadas.
Este Shot se me ocurrió un par de días que llegue a mi casa empapa de pies a cabeza por las múltiples lluvias que por ahora se están llevando acabo en mi país xd
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