I miss you
One Shot 14.
Esto no podía estar pasando. No podía...
Apenas nos llegó la noticia de que nuestro jefe estaba muerto sentí como todo mi mundo se fuera caído en picada.
—¡¿Q-QUE?! — grite exaltado —¡¿Qué quiere decir con que el Doctor ya no existe?! — seguía con mis preguntas.
—Como le dije, Agente — comento el presidente de GUM —Robotnik ya no está — simplifico sus palabras —Les aconsejo a todos que se retiren, buscaremos otras ocupaciones para ustedes para que la eminente despedida de su jefe no les afecte en su área laboral. Retírense por favor — nos ordenó serio ante la gran cantidad de Agentes que me acompañaban.
Ninguno de ellos ni se inmuto ante la supuesta muerte de nuestro mayor, se podría decir que a muchos les contento. Eso hizo que el hueco en mi estómago se intensificara.
—¡No! — detuve al presidente de cabellera blanca —¡Señor, tiene que darme más información, eso es imposible! — era evidente como mi insistencia y mi ansiedad me ganaban por completo.
—Lo sentimos, Agente Stone, pero ya esa información no podemos compartirla más. Robotnik está muerto y es todo lo que deben de saber — argumento de manera ácida el anciano.
Se dio la vuelta, caminando entre los pasillos de la gran agencia en las que nos encontrábamos, dejándome solo en aquellas paredes metálicas.
Tuve que contener mi compostura, pero apenas me entere que se deshicieron de todo rastro del Doctor, junto con sus máquinas, el laboratorio, sus documentos de identidad y el financiamiento, fue la gota que rebasó el vaso.
Hice lo que pude para evitar eso, pero solo pude salvar algunos de los prototipos, resguardándolos como si fuera lo más sagrado que tuviera, y fue así, era todo lo que me quedaba de él. Mi tristeza era claramente reflejada en mis ojos. Como si de alguna forma pensara que su "padre" se le hubiera arrebatado a sus creaciones. Jadié de la impotencia. Podía sentir como los ojos me ardían de la enorme cantidad de mucina, lactoferrina, lipocalina de mis lágrimas. Me irritaban. Como pude me seque la cara, jadeando todavía de la tristeza.
La culpa me abrazaba como nunca antes, debía haber estado ahí, no debía quedarme, pero por mucho que le insiste...él simplemente me lo prohibió y no podía desobedecerlo, pero yo no...no debí. Volví a llorar, pase la manga de mi traje por mi rostro, era inútil hacer tal acto, apreté mis puños, para después tomar de la cabeza, no podía creer la indiferencia de sus caras al ver como el Doctor...murió y ellos solo no hacían nada, si acaso solo sonreían en sus patéticas muecas de celebración, y la incompetencia de presidente era lo que más ira me atraía.
Mi tristeza se convirtió en enojo, y mi enojo...en esperanza.
Sabía lo que debía hacer, el me lo comento alguna vez. Rece de que este día nunca llegara, pero lo hizo, y ahora...debía seguir con su manifiesto. Antes de siquiera empezar mi cometido fui preguntado de ciudadano a ciudadano lo que exactamente paso.
—Un bigotón de ropa rara y roja con un aviador gigante estaba peleando con aquella ardilla o perro azul de dos patas — me comento una señora con claras señales de preocupación apenas le pregunte por lo ocurrido.
—Entiendo — conteste —¿Puede continuar con su relato por favor? — le seguía insistiendo con mi libreta y lápiz a mano.
Otra persona estuvo a mi adquisición de responder.
—¡Un loco con ropa de payaso se fue volando hacia una especia de planeta o universo alterno! — me dijo casi en gritos exagerados un hombre casi llegando a la vejez, de barba larga y delgado. Pareciéndome algo irónico que llamara loco a mi Doctor después de ver como el lucia —¡Muchos dicen que murió a manos del demonio azul que ya todos me creen! — hablo contento el sujeto.
—Ya veo~ — susurre con la mirada abajo, siguiendo mi escritura en la recolección de mi información —Le agradezco mucho su participación, señor...? — espere su nombre.
—Karl, pero todos me llaman Karl el loco, y no entiendo porque — se cruzó de brazos en su duda. Que mente tan baja de la del promedio —Ahora si me disculpa, buen hombre, me voy. Ya demostré la existencia del demonio azul y, ahora iré tras pie gran — dijo con aires de grandeza, tomando sus cosas de expiación y rastreo. Marchándose a donde sea que lo llevara el camino.
Y luego se pregunta por qué le llaman loco.
—Suerte — le dije con claro sarcasmo.
Bueno. Recolecte parte vital de lo sucedido, y muchos de los testigos afirman que aquel demonio azul del que tanto mi jefe estaba en su captura lo mando aparentemente a otra dimensión. Una chispa de esperanza creció en mi pecho, no estaba del todo muerto entonces.
Un hombre inferior moriría tal vez, pero no mi Doctor, él no...me negaba a tener que aceptarlo. Ya para cuando este índice se acabara tuve que avanzar directo con el desarrollo.
Lo primero, que no estaba en el plan pero que si debía hacer era meter mi renuncia, no seguiría trabajando para fraudulentos líderes, no si no estaba él...y no era así.
Supe inmediatamente lo que ahora debía hacer. Di un paseo entre los callejones del pasada, el Doctor me hablo sobre algo muy importante guardado en una bóveda entre uno de los casilleros. No quiso darme más detalle, que lo descubriría por mi propia cuenta cuando supiera que era el momento perfecto cuando tenga que buscarlo y emplearlo.
Contrate a una muy peligrosa, pero buena banda de ladrones. Tuve que rondar en las zonas más riesgosas de la ciudad para encontrarlos, después de todo, los ladrones profesionales no se solicitan a domicilio.
Corrí mucho peligro, pero el dinero hace que la gente se vuelva tan importante que no se atrevieron a tocarme ni uno solo de mis cabellos. Puede al fin encarar a su líder.
—¿Y a qué viene un hombre de su naturaleza a nuestro territorio, amigo? — me preguntó con clara intenciones de amenazarme y aterrarme, pero mi necesidad y confianza eran superiores a las intenciones del ellos.
—No vengo a causar, problemas, señorita — me ajuste mejor mi corbata, sentándome delante de ella para conversar mejor, sosteniendo muy bien mi maletín —al contrario...solo necesito algo de suma importancia y sé que ustedes pueden ayudarme.
—¿Y por qué debemos de darle una mano a un tipejo vestido de mono cilíndrelo? — se mofo, causando un sin fin de risas entre la enorme cantidad de criminales que me rodeaban —Ya tuve suficiente, desháganse de él — pidió la matona, haciendo que una exagerada cantidad de armas me apuntaran en todas direcciones. Mi expresión indiferente sobresalto a muchos, pero no debía de temer.
—Veo que no quieren saber su forma de pago...— con sola esa oración, me gane por completa su atención, más al mostrarle la absurda cantidad que era por solo un encargo. La criminal volvió a sentarse para sonreírme con atención.
—Mhh~ lo escucho...
Y fue ahí donde la primera fase de mi plan estaba completa. Solo faltaba lo más importante. El día del atraco llego, no pegue ni uno de mis ojos en toda la noche, de hecho mi sueño se desvaneció con solo pensar en mi jefe, solo enfocándome en seguir con la ejecución de mi proyecto.
Escondido entre la oscuridad de un callejón, recibí una llamada inesperada a la hora donde se suponían que estaban formando mi petición.
—"Es la capitana, estoy harta. Los policías están ladrando en nuestra puerta y, además, alguien envió una clase de ardilla azul gigante detrás de mi" — hablaba la líder de la banda de maleantes quienes contrate, desde mi celular desechable.
—¡¿Una qué?! — pregunte en desconcierto.
—"No lo sé, un fenómeno parlanchín, ya me ocupe de él" — me informo la chica.
Fue ahí donde mi cerebro se activó todavía más. Esa abominación azulada fue la causa principal de la desaparición del Doctor. Abrí mis ojos del asombro, si lo encontraba a él, tal vez podría hallar más rápido a mi jefe, tal vez este hallazgo es mucho mejor que el original.
—Una criatura con tal descripción seria...de interés para mí — le afirme con seguridad con mi voz desde la línea —Estoy dispuesto pagar extra para asegurar que me lo entregues en una pieza — aclare.
—"Puedo llevártelo, pero será mejor que medio millón en cripto aparezca en mi billetera, y que tu plan de distracción este aquí cuanto antes" — me hablo la señorita determinante. Yo sin pensarlo más acepte.
Para el estorbo de aquellos maleantes, sabía que tarde o temprano me traicionarían. No soy un idiota, sé que gente de su índole no es de fiar.
Entre la cantidad de drones que el gobierno guardo pude hakear las funciones de uno del guante a mi control, mirando por la cámara del eggbot la escena de aquel par de criminales que trabajaban para mí, mi corazonada estaba en lo cierto, pero sabía qué hacer, lo único que me importaba era el guante, así que no dude en acercarme a la chica y como sea quitárselo de su mano.
No me importo si la elevaba a metros y metros muy perjudiciales para su vida, pero fue su culpa al final de cuentas, tuvo que apegarse al plan después de todo, pero así eran esas clase sde personas, no seguían las reglas.
Apenas la mujer soltó lo que por ahora es de mi propiedad, cayó desde una gran distancia, no me importo en lo más absoluto, no era digna de sujetar una de las mayores creaciones de mi señor.
"---Misión cumplida---Regresando a casa---" — hablo la inteligencia artificial, pudiéndola ver desde mis binoculares cómo se acercaba a mí con mi jugoso tesoro.
—Al fin esta donde pertenece, y no en las manos de alguien tan...básico — argumente sonriente.
En la parte del antebrazo del guante de avanzada tecnología, pude ver cómo está atado un pendra id. Almacenamiento digital que estaba a punto de descubrir de que estaba en su contenido.
La emoción me invadió al instante, sentándome casi impaciente apenas lo conecte al puerto de entrada para investigar el contenido que me dejo mi señor.
Era un largo archivo de instrucciones, recitando lo siguiente:
Admítelo. Comparado a mí, eres un ignorante, un ignoramus, un tonto...
Si definitivamente era él. Sonreí con mis ojos cristalizados, era como si estuviera escuchando su voz de nuevo, las melancolía volvía a invadirme, pero no era tiempo de recuerdos, sino de apretar botones y seguir con la idea. Continué con mi lectura.
Sin embargo...comparado con la legión de cavernícolas primitivos, admiradores, deportivos e internautas de redes sociales que forman la raza humana, tú eres prácticamente un genio.
Aquellas escrituras fueron suficientes para brotar una pequeña lágrima en mí, entonces... acepción de él...el Doctor me consideraba como un genio. Eso nunca saldrá de mi sistema
Si debes sobrevivir en mi ausencia necesitaras más que mi tecnología. Necesitaras mi filosofía. Deberás reconstruirte como un instrumento de la ciencia.
Aquí te dejo todas las herramientas que necesitaras para manejar a los campesinos llorones a tu antojo. Solo así podrás reconstruir mi gloria a gran escala.
Este es el plan de contingencia para todos los planes de contingencia.
Está en la metodología a prueba de tontos que te elevara más allá de lo básico y te convertirá en un súper genio. ¡Soy el Doctor Robotnik...y este es mi manifiesto!
Sonreí con la luz de mi laptop en mi rostro. Las siglas "El secreto de mi angustia" eran claras en la introducción de los nuevos pasos que estaba por seguir.
Primero. Debes congraciarte dentro de la caótica maquinaria humana que es la sociedad. Es desagradable, lo sé, pero necesaria. Ningún sistema ha sido reescrito desde fuera.
Caminaba entre las calles de la ciudad, con solo mi camisa blanca de vestir, una corbata negra y mis pantalones y zapatos del mismo color, hace mucho tiempo que no me vestía así, pero no por eso lo extrañaba.
Mire al mi alrededores, las construcciones de los muchos edificios se posaban en mi camino, pero ninguno que fuera de mi interés, todo hasta que vi como en una cafetería había un cartel en busca de un nuevo trabajador, eso sí que llamo mi atención por completo.
Entre, topándome con algunos clientes y el personal del establecimiento.
—Buenos días, señora — me presente con mis papeles a mano —Veo que necesitan un barista, y justo ocurre que he estudiado preparación de latte en el "Instituto del café" de Milan — dije dándome mi currículo.
—¿Crees que eso hace alguna diferencia, señor jefazo? — me hablo con una gran amargura y burla en su tono, con aquella mirada de enojo, recibiendo mi currículum de mala gana.
Tal parece que me acepto, ahora debía de seguir con el resto.
Los humanos creen ser individuales, pero son tan programables como un simple mono de jueguete. Es vital determinar donde fueron colocados los engranes en la jerarquía del programa para usarlos apropiadamente.
Primero estarían los aspirantes a conductores de su propia superioridad a pesar de su demostrable falta de amabilidad.
—La paga es el mínimo absoluto y ni un centavo más. Sin beneficios — me aviso la jefa del lugar mal encarada.
—Y como encargado asistente, tengo mi parte en todas las propinas — me advirtió ahora un hombre corpulento con aires de superioridad. Presumiéndome su placa dorada como si fuera la mejor cosa de todo este mundo.
—¿Crees poder hacer tazas de café durante la hora pico a cambio de eso? Porque ese es el nombre del juego aquí...producir — como si de una infierno me estuvieran relatando me vieron serios ambas personas. No teniendo de otra que silenciar y asentir con la cabeza.
Luego están los lame botas, muy tontos como para tener potencial de liderazgo.
Los luchadores, los hipócritas hasta el núcleo y siempre saboteándose así mismos.
Fue ahí donde conocí a donde por ahora serían mis compañeros de trabajo. Una chica con apariencia de ser una reina delicada, rubia, y muy quejumbrosa. El otro era solo un chico, de test oscura, cabello de hipster , con lentes, no parecía tener problema con todo a lo que le dijeran.
Y no te olvides de los drones comunes, útiles como carne de cañón, pero cuando menos se diga de ellos, mejor.
—Por favor, disfrute de mi especialidad...hecha con leche de cabra al vapor — le anuncie dándole de mi latte recién preparado, hacerlo me llenaba de tantos recuerdos, que era imposible no sonreír en el proceso. Dicha sonrisa se fue de inmediato al sentir como mi ahora jefa escupía de mi bebida recién hecha en mi cara.
Nunca comentas el error de intentar integrarte con tus inferiores. La única solución para la programación defectuosa es el borrado y el reemplazado.
—¡Ug! ¡Eso sabe a queso cottage! ¿Qué clase de fenómeno bebería esto? ¡Limpia este desastre! — me ordeno aparentemente asqueada.
Me di la media vuelta, conteniendo con una gran fuerza mi gran molestia, si debía de lograr mi objetivo debería de actuar como tal, fruncí el ceño en molestia, buscando una servilleta para limpiarme la cara, era simplemente desagradable, Esta clase de conducta solo se la permito a mi verdadero jefe...pero solo fue aquella vez que deje su café muy dulce.
—Viejo, este es el mundo de Karen. Tú vives en el ahora — me dijo uno de los empleados antes visto, sonriéndote como siempre. Me limpié la cara, pensado mi próxima estrategia para deshacerme de lo que sea que se me atravesara en el camino —Si ayuda de algo, puedes escuchar mi podcast-122 episodios sobre los profundos temas sociales de las películas de acción de los '80...— me ofreció amablemente el chico. No le di ni la más mínima importancia.
—No tengo tiempo para el parloteo de las masas. Y en cuanto a Karen, dame una semana controlare a todos y a todo en este lugar. Ella seguramente se arrodillara ante mi poder — dije mal humorado y serio, continuando con la limpieza de mi rostro.
—Viejo, que cosa más rara para decir — dijo sin borrar su sonrisa, retirándose a otro lado para continuar con su trabajo.
Una semana fue lo que prometí...y una semana es la que será.
Ese mismo día la chica del lugar ya antes mencionada se acercó a mí.
—¡Oye, amigo! — me llamo acercándose —Sé que apenas nos conocemos pero, ¿Podrías cubrir un turno por mi este fin de semana? Tengo una reunión familiar mega-importante — me hablo con aquel acento de niña rica, sin embargo, le sonreí a su petición.
—¿Qué clase de compañero se negaría a tal petición? — accedí caballeroso, ella me devuelve la sonrisa. Lo que la fémina no sabía es que ya tenía la suposición de que me tramaría una trampa. Investigue los antecedentes de todos y ella tiene más de dos años que no ve a sus familiares por simples discusiones, lo que me lleva a una parte de mi plan.
DOMINGO.
Fue muy fácil localizar a mi compañera, al igual que deshacerme de su vehículo con un par de máquinas grandes del jefe para hacer añicos al auto...era evidente que su regreso de la playa o "su reunió familia" cómo ella dijo...seria impracticable.
LUNES.
—No tengo idea de a donde se fue Tina pero está ausente sin permiso — se quejó conmigo Karen — Como sea, mejor que no se pierda ni un dólar de la registradora — me advirtió, dándome las llaves de dicha máquina.
—Ni soñando — le di mi palabra, levantando mi mano derecha a manera de promesa.
Inicie mi trabajo como de costumbre, atendiendo la caja registrado cada cuanto llegaba un cliente. En medio de la tarde uno de mis superiores llego a mi lugar con una cara de pocos amigos... aunque siempre fue así.
—No engañas a nadie con ese aspecto pulido, campeón. Pásate de la raya una vez y estaré listo para bajarte los humos — me amenazo señalándome con su dedo, yo simplemente cerré mis ojos, buscando mi serenidad interna. Serenidad que solo era llenada apenas pensaba...en él, ahh~...Doctor.
—Mi único propósito aquí es ayudar en la tienda...incluyendo alguna mejoras — sonríe todavía más con lo último, pues esa era unas de mis más sagradas de mis promesas.
MARTES.
Tampoco dure tanto para localizar la vivienda de aquel desagradable sujeto, encargándome de él con los Eggbots en un abrir y cerrar de ojos. No se le volvió a ver más.
MIÉRCOLES.
—Los empleados caen como moscas, ¿Por qué ya nadie quieres trabajar? — pregunto con una gran duda en su cara la jefa, así como el fastidio que todo los días conservaba —A ti te corresponde tomar el relevo ¡Y no quiero ver bajar la producción! — me advirtió, dándome aquel gafete dorado que tanto presumía el anterior trabajador.
Sonríe con confianza, estaba a nada de lograr lo que quería..
Mientras te acercas al final del juego, recuerda, la piedad es para sucios animales, pero la estrategia podría requerir aliados convenientes.
—Amigo, algo malo pasa en la ciudad...— me comento con evidente miedo en el rostro de mi compañero, lo mire relajado y tranquilo.
—No te preocupes, estoy seguro de que no te cruzaste con la gente equivocada...aún — sonreí de una forma pequeña pero confiada.
JUEVES.
Era el momento de mi jugada. El investigar más a Karen pude ver que no era una persona tan limpia que digamos, y menos en cuestiones de como logro su cafetería. Mi llamada anónima hizo que la ley actuara de manera inmediata. Haciendo que esperara pacientemente para mañana y hacer una llamada especial.
VIERNES.
—Una verdadera lástima que esa pista anónima probara que tus crimines fueran un caso cerrado, Karen — le hable relajado...demasiado —Pero no te preocupes por la cafetería...~está en mejores manos ahora~ — no le di tiempo a responder, colgando la llamada. Aunque, si soy franco, me gustaría a ver visto su expresión.
SABADO.
—¿Necesita algo más jefe? — me pregunto mi ahora empleado. He de decir que se sentía muy bien ser el dueño de algo, me sentía tan grande, pero no se acostumbraría, debía de seguir en la búsqueda de su insuperable y verdadero jefe.
—Ahora que la tienda esta lista, necesitaremos instalar equipo nuevo — afirme sentado como todo un campeón, y ahora si siendo un verdadero jefazo, tomando uno de mis propios lattes como me venía en gana en la silla —Y también le vendría bien un nuevo nombre.
Pero si burlas a estos paletos siguiendo mi plan, los que queden estarán listos para caer en línea
¡Solo entonces estarás listo para proseguir con el manifiesto Robtnik fase dos!
El cambio de algunos muebles, paredes y prácticamente el resto de la tienda no fue para nada un problema, lo único molesto fue tener que cambiar algunas cosas con la tecnología que era necesaria apenas llegara el Doctor para estar listo, lo difícil era tener que venir a altas horas de la noche para evitar sospechas.
Pero lo que ahora verdaderamente era un reto para mí fue esperar...
Trabajar en mi nueva cafetería fue divertido por un tiempo, pero la verdadera razón de porque hacia todo esto era por qué esperaba pacientemente todos los días por su llegada.
No pasaba día alguno en el que no me quedaba solo en la tienda, haciendo el latte que tanto amaba tomar el Doctor, y que yo tanto amaba verlo disfrutarlo.
Puse en práctica mis dibujos, fui mejorando con el paso de los días, llegando a perfeccionar la esencia del Doctor cada día más, no podía evitar sonreír al verlo...todo para que callera de mis ojos las lágrimas que tanto odiaba derramar. Nunca perdí la fe...pero con cada día que pasaba, era una daga más incrustada en mi corazón, caminando como podía con mi fe todavía en alto.
Nunca deje de batir su lechita de cabra...siempre esperándolo, pero todas las noches eran iguales. Llegando a mi casa cansado. Cansado de no poder verlo otra vez. Mi sueño se hacía cada vez más difícil, era de suponerse, tomar una almohada para ahogar aquellos llantos que tanta vergüenza me daba al admitirlo era tan insoportable.
Mi desanimo llego a escalar a niveles que ni yo podía manejar. Tenía infinitas pesadillas en las cuales el Doctor si se fue, y nunca más volvería, despertando cada vez sudado y agitado. Por supuesto que el vendrá...solo debía de darle tiempo, solo que no sé cuánto.
Todos los días...era la misma monotonía. Aquella diversión que tuve se esfumo a los primeros meses.
Mi obsesión fue tal que ya ni siquiera me importaba hacer el mismo dibujo a todos los cafés de mis clientes. Algunos les gustaban, otros simplemente los ignoraba, mezclando la bebida para deshacerse de mi obra de arte.
Mi cafetería se volvió la más reconocida de toda la ciudad, pero eso no me importaba...solo quería volverlo a ver...a él y solo a él.
Hoy era exactamente el día 243 desde que el Doctor se fue.
—Que venga la misma y absurda rutina~ — hable entristecido. No recuerdo cuando fue la última vez que sonríe, o siquiera sentir algo de emoción en mí.
La noche callo, fue un día como uno cualquiera, hice uno de los cientos de dibujos en uno de mis lattes.
—Doctor...¿Dónde está?~ — hablo cabizbajo, como si de alguna forma me fuera a escuchar. Como era de costumbre el cliente simplemente borro la imagen. La palabra "baboso" fue más que clara en aquel hombre, pero no le di mucha importancia.
Solté por enésima vez un suspiro repleto de pesadumbre, pero algo me saco de mis depresivos pensamientos. Una notificación de un mensaje me hizo hacer que revisara el texto.
Las palabras "PREPARA MI LATTE" se me grabaron en mi cabeza como si de un tatuaje fuera, abrí mi boca y ojos de la impresión...¿Sera posible que...?
—¡Uy! a-ah — comenzaba a tartamudear con la emocionante combinación entre la impresión y los nervios —¡Qué pena, amigos! a-aah...¡tengo que cerrar antes! ¡Todo el mundo fuera! — ordene de manera apresurada a todas las personas que estaban presentes en el lugar, deseándoles buenas noches y agradecimientos por haber venido al "Mean Bean"
Mire si alguien estaba observando me desde afuera, no había moros en la costa, cerrando el establecimiento, y quitando mi buena clasificación de inspección de una A+ a una F-
Eso evitaría la llegada de más clientes. En una de las supuestas cafeteras deje mi escáner ocular, identificando me al instante, dónde accedí al llamado de los nuevos prototipos en los que estuve trabajando para la llegada de este día, a este punto ya debería de estar con él su nueva maquinaria.
No podía creerlo, creí haber estado en un sueño, pero no era así...
—Ah~ si...ha vuelto~ — suspire, todavía sin poder procesar bien lo que acababa de pasar, pero era real. Él al fin volvió. Sonríe como nunca antes lo había hecho, recordando la gran satisfacción que era volver a curva mi boca en una mueca de felicidad —¡HA VUELTOOOOOO!
Bien. Esta es una de mis shots menos originales, pues prácticamente narre lo que era la parte de Stone en el comic de la pre-cuela de Sonic 2, peeeero fue muy divertido agregarles ciertas cosas y ponerle un poco más de profundidad con la escena de la peli al final :D
Pero este si es uno de los más canon XD
También se que es uno de los que tiene menos Stobonik, pero, aun así se vio un poquito.
En fin, nos veremos a la próxima, adiós.
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