Hired
One-Shot 1.
De todos los recuerdos que puedo explicar con la más segura precisión, es desde luego cuando lo vi por primera vez, conociéndolo al fin en persona...entrevistándome.
Suspire hondo, más que nada por los nervios, no se si me consideraba lo suficientemente talentoso para servir al mejor genio de todo este mundo, pero también la falta de personas y el sombrío de la camioneta provocaba un poco más de piquete en mi columna dorsal.
Medite mejor las circunstancias. No muchos son lo bastante buenos para servirle, así que yo debía de ser uno de los pocos, y que sin duda, uno de los más decididos en quedarse.
Escuche el frío acero de la puerta metálica abrirse, dando paso a la persona que solo e podido ver mediante reportes y noticieros. Era él. El legendario Doctor Ivo Robotnik.
Alto. Esbelto. Con su indistinguido bigote, su cabello muy bien peinado hacia atrás, degradandolo un poco más en sus lados inferiores de su cabeza, su ropa formal como llamativa...se veía tan imponente como lo describían.
A su mano enguantada sujetaba un folier de hojas, mientras que con una mirada recargada de desidia se sentó al frente de mi, justo en una mesa del mismo material de la...¿Camioneta? ¿Laboratorio? Se podría decir que de ambas era.
Sus ojos todavía tenían la atención de las ya mencionadas hojas, sin perderles de vista ni por un segundo, ni siquiera para dirigirme la mirada. No me molesto en lo absoluto, después de todo, estoy al frente de toda una leyenda. Estoy más que seguro que tiene mejores cosas en poner su atención, pero también debíamos llevar a cabo nuestra entrevista.
Paso aproximadamente cinco minutos y todavía su mirada estaba posicionada con todo su papeleo, como si no estuviera ningún otro ser con él, algo totalmente falaz al yo estar presente.
Él enorme silencio comenzó a pesarme cada vez más, llegando además de ser algo incomodo, así que, de una jugada algo arriesgosa abrí mi boca para hablar. Así sea al menos decir un "Buenos días" y presentarme.
-Bue-
-¡No hables! - me interrumpió en alto, sin ni siquiera mirarme. Esos documentos debían ser de suma importancia.
-Pero-
-¡Silencio! - Volvió a callarme con el mismo tono de voz.
Fruncí ligeramente el ceño, pensé por un momento si estaba bien o no de la cabeza. Hasta que de una vez por todas, aquellos papeles que tanto rendimiento les estaba dando...los tiro detrás de su espalda, como si fueran basura sin importancia. Ya no comprendía nada.
Me dio vergüenza volver hablar, corría el mismo camino de que me volviera a silenciar.
-Bien - articulo muy claramente, extendiendo con suma distinción su boca, adornada de un prolijo y perfecto bigote -Y~...¿Tu eres...? - me miro con una pequeña corriente de desdén.
-Haam soy-
-¡No me interesa! - asiduo con sus interrumpes hacia mi -De hecho~...no me interesa ninguno de sus clases. Cuerpos de carnes endeble e insignificantes - se cruzo de brazos, dándome con sus ojos en toda mi alma -No hago esto por complacencia, ni porque necesite la ayuda de alguien, y mucho menos de un niño que no tiene ni la más mínima idea de la importancia del silencio cuando alguien esta leyendo - se levanto de su asiento, rumbo a mi dirección.
-E-En realidad, señor...tengo 33 años...
Y como si mi aclaratoria lo hubiera irritado más, en su ojo se formo un migro tic.
-¡¿Y eso a mi que?! - formulo pegándose a mi cara, recalcando dominio en mi, dejándome super nervioso y un tanto indefenso -Lo más lamentable de formar parte de este eco sistema es sentirse rodeado de puros perros sarnosos, que lo único que saben hacer es perseguir sus colas todo el día, todos los días - me tomo de mis mejillas, ejerciendo algo de fuerza, haciéndome participe de un momento muy embarazoso - hasta que llegan a su punto final~...que ni siquiera podrán volver a ver sus propias patas - susurro maqueavelicamente, así como me sujeto, me soltó casi de un empujón, volviendo a su postura original - pero no tengo de otra - me dio la espalda, irguiéndose, con sus manos hacia atrás - muy a mi pesar tendré que simplemente tener que convencerme que necesito de alguien humano haga de mis deberes menos importantes...y alguien que se encargue de mi café cuando lo pida - giro su rostro a pocos centímetros, examinándome con solo el perfil de su rostro -En fin. Dejémonos de esta estúpida rutinaria barata que solo llevaría a algo redundante. Contratado. Listo, el puesto es tuyo.
Me quede momentáneamente estupefacto.
-¿D-De...de verdad? - sonreí de la emoción.
-See. Creo que lo que puede hacer un mono con la mitad de su cerebro mal proporcionado, lo podrá hacer un hombre como tu...- no sabia como tomar eso exactamente. Si como un insulto o una bienvenida a su manera, pero eso no importaba, voy a trabajar para el más genio de todos los tiempos. La alegría era tan grande que quise abrazar a mi (ahora) nuevo jefe...sin embargo, él me freno con su mano derecha, recta, y acusadora - ¡PRIMERO!...repasaremos algunas reglas de total importancia - me miro serio, yo baje mis brazos, prestando atención a lo que sea que me indique - Las muestra de afecto están rotundamente prohibidas, a no ser que sea un apretón, un golpe por uno de mis comunes logros concurridos o algo por el estilo...Hash~ - bufo - por eso mis maquinas son mejores...no se ven en la necesidad de mostrar nada a no ser que yo se los ordene, y lo único que pueden hacer es caos, dolor y problemas si es que alguien me los da, con todo esto aclarado, te dejare una presentación de Power Point de todo lo que debes de hacer para no ser despedido...¿C'est compris?~ - formulo el entrecerrando sus ojos.
Me puso la piel de gallina al usar su refinado acento al idioma del francés.
-Si señor-
-¡HEEEE! - a grueso su voz, simulando como una alarma al equivocarme aparentemente de algo -Soy Doctor. No estudie, ni me prepare, o tengo un IQ 300 para que un sujeto al azar me llame como a cualquier diablo, sin educación o inferior a lo que es el avance~ - todo eso me lo escupió acorralándome en la silla, teniendo que retroceder todo lo que podía a cada vez que el acortaba nuestra distancia.
Vaya forma de intimidar tiene.
Volví asentir, siendo ahora libre de su cuerpo y la silla al por fin levantarme de la misma, estrechando su mano. Sintiendo su avanzada tecnología con solo poder tener que sentir de su tacto.
-Por cierto...ahora en más seras mi: Agent Stone. No es de mi estimación el reconocer tu apelativo, y como a cualquier otro mineral, se le puede catalogar casi iguales de resistente de mis adorados bebes - dijo refiriéndose a sus creaciones.
No tuve problema con eso. Soy capaz incluso de vestirme de payaso con tal de poder trabajar para su gran intelecto. Se que se me haría difícil a los primeros días el mi nueva denominación...pero me acostumbrare con él tiempo.
Ese. Ese día lo recuerdo como a ningún otro.
Ya han pasado algunos años, y ahora tenemos un caso de total confidencialidad, todavía más grande que el resto de trabajos.
Me ajustaba mi corbata negra perteneciente a mi uniforme, listo para el trabajo de hoy. Por alguna extraña razón, aquel recuerdo de cuando apenas lo conocí invadió su cabeza. Una sonrisa se dibujo en mi rostro. No podía estar más que orgullo y satisfecho por mi labor.
-¡Agent Stone. Te ordeno que apresures la rutina mañanera de tu supeditar a la de tu ropaje, y muevas tu inferior presencia ante mi! - Me pido en grito del otro lado de mi recamara.
Como dije antes. Orgulloso y satisfecho por mi labor.
-¡En seguida voy, Doctor!- le conteste con los mil ánimos.
Ok. No es algo de lo más elaborado, pero con algo ya estamos empezando.
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