Bye...
One Shot 23.
(Solo si quieres tener una mejor vivencia auditiva en la lectura)
https://youtu.be/PLQvm6mbg9U
¿Qué si de verdad...no fuera sido un sueño?
El Doctor llego al laboratorio, cansado como era de esperarse, despojándose del saco negro que llevaba con él, supuso que visitar a Stone le fuera sentido bien, sin embargo, solo fue como echarle cloruro de sodio a su lisiadura.
Se sentó en su silla, reposando sus codos en la mesa, cargandoentre sus manos con su cabeza, sentía de alguna manera que le pesaba. Suspiro sin ánimos, los parpados le pesaban, era algo tan agotador, pero no quiera dormir, sabía que sin importar las interminables horas de sueño que él tenga, nunca podrá descansar apropiadamente.
Soltó otra inhalación, dejándose llevar por el cansancio, quitándose la corbata negra de encima, para dar inicio a desabotonar los primeros botones de su camisa azul oscura fina. El agotamiento le estaba ganando, apoyando sus brazos en su propia mesa de trabajo.
—No me dormiré...no me dormiré — se repetía así mismo una y otra vez, sin dar buenos resultados —no debo...no...debo...— suspira nuevamente, estaba más allá que acá el poder Doctor, sin lograr contener su cabeza firme ante sus peticiones, dejándose ser, recostando su cabeza entre sus brazos entrelazados encima de la mesa, era de cierta forma...relajante.
Tenía muchos trabajos pendientes, tenía una pena interminable que ni con los mejores de los licores podría calmar, tenia de todo por hacer que no se podía dar el lujo de solo dormirse y ya, pero no lo logro, dejándose llevar antes su cansancio y acceder entre los brazos de Morfeo...
Sintió que volvía a despertar, pero ahora en un lugar diferente, no estaba en su lugar de trabajo, ni en lo más parecido, estaba...¿a las afueras? No comprendía nada. Detallo mejor la zona y, juraría que la escena lo despedazaba por dentro.
Estaba en el cementerio, era de día, pero eso no dejaba de lado lo tétrico de sentirse tan solo en un recóndito lugar donde la muerte se grita a cualquier parte del mismo. No se asustó, tampoco se sorprendió, estaba empezando a sospechar que estaba soñando, pero todavía no estaba del todo seguro, la mayoría de las personas no sabe cuándo sueña, y por muy dotada que este el cerebro de Ivo no era la excepción.
Miro a su alrededor, sabía lo que hacía ahí, camino un par de pasos hasta dar con lo que horas antes estaba ante él. La tumba de Lee...
En aquella lapida se podía gritar el eterno aprecio, cariño y amor que le tenían en vida, mirando como la tumba era decorada con casi una cantidad incontable de regalos y adornos de apego y fuerza. Nada de lo que estaba ahí le había pertenecido a Robotnik, nunca le compro algo costoso, si acaso un ramo de flores, siempre vio el consumismo como algo débil e ingenuo de los humanos.
Seguía detallando aquella lapida con detenimiento, con una mirada sebera como serena. No comprendía que hacia ahí, su propia cabeza lo torturaba con esas imágenes todos los días como para que este ahora así, de pie, sin saber que hacer, tan solo viendo los restos de su...ni siquiera Robotnik sabe lo que a fin de cuentas fue Stone para él. Si, era su Agente, pero la muerte de un simple Agente no le fuera tocado así de fuerte, ni siquiera le hubiera importado, después de todo, este trabajo no es para cualquiera; conlleva peligros y riesgos, la muerte puede estar a la vuelta de la esquina, esperándote, y más con esta profesión tan delicada, sin embargo, Ivo por mucho que se recalcara eso...el dolor no disminuida. En eso se hizo esa pregunta.
¿Que fue el Agente Lee Stone para su persona al final?
¿Su ayudante? Obviamente.
¿Su asistente? Evidentemente
¿Su secuaz? Claro que sí.
¿Mano derecha? Por su puesto.
¿Compañero?...sin ninguna duda.
¿Amigo?...
No sabía que pensar. Concuerda que cuando el apego llega el dolor también, entonces eso podría decir que-
Su pensar se detuvo, sintiendo que todos los vellos de su cuerpo se erizaron al percibir un roce en su hombro. Miro hacia abajo a un costado, no comprendía quien podría hacer...solo hasta que se dio la media vuelta.
—¡¿S-Sto-Stone?! — exclamo en alto.
Era él, el mismo. Una sonrisa se curvo en el hermoso rostro del moreno. El Doctor lo encara mejor, estando ambos de pie delante del otro.
—Doc-
Antes de que siquiera pudo decir o completar palabra alguna, Robotnik no espero más y, solo se apegó tanto al cuerpo de su compañero en un caluroso abrazo que nunca antes había experimentando por parte de ellos.
Ivo suelta un suspiro entrecortadamente. Quería llorar de la felicidad, pero como si sus lágrimas estuviera selladas solo se dispuso a regular su respiración, percibiendo como los brazos de Lee lo sujetaban por la espalda, debajo de sus brazos, acariciándolo con la misma lentitud. No supieron cuando tiempo estuvieron en aquella posición, tampoco les importo. Sentían que tenían las fuerzas necesarias como para sostenerse así incluso por todo el día o más si se lo proponían.
La cabeza de Lee pegada en el cuerpo de su Doctor, mientras que el rostro del mencionado aspiraba la inolvidable fragancia de la cabellera azabache del chico, era como si nunca antes había aspirado su fragancia con tanta dulzura en su ser.
Se separaron, más por la necesidad de verse que por otra cosa. Ambos hicieron contacto visual, sin despegar sus miradas del otro, los ojos brillantes de Ivo deslumbraban el color avellana de los mismo, reflejando con cierta ternura el resplandor de sus cuencas, en cuanto a Lee...Robotnik juraba que nunca antes había visto los ojos de su Agente tan...agraciados.
Los hombres bajan un poco sus miradas, fijando sus vistas ahora en la propia tumba del Agente.
—¿Por qué? — fue absolutamente todo lo que pudo decir el más alto. Lee con una mueca de duda lo mira, e Ivo hace lo mismo pero con pena —¿Por qué? — repitió —¿Por qué...lo hiciste? — le cuestiono.
Stone quien supo a que se refería guardo por unos segundos silencio, la pregunta era demasiado obvia...pero no tanto como para recitarla sin ninguna dificultad.
—Yo...solo cumplía con mi trabajo — admitió este con una gran falsedad que intentaba reprimir.
—Lee...— llamo este, derramando una delgada lagrima en su ojo izquierdo, haciendo casi imposible de percibir a Stone, y eso lo agradeció el científico —No intentes de embaucarme...— miro a un costado al joven, frunciendo el ceño con la intención de no lagrimear ni una sola gota más —Fui...responsable de tu partida de alguna manera — hablo dolido —Tengo el derecho de al menos saber ¡¿Por qué?! — alzo un poco la voz —¿Por qué...diste tu vida...por la mía? — esa pregunta hizo que el Doctor se desplomara en el suelo, escucharla en voz alta de su propia boca hacia que su garganta se perforara.
Stone atento y escuchando se sienta a lado del mismo, acompañándolo a cada momento...
—¿Por qué? — volvió a preguntar. Sentía que las lágrimas estaban a punto de salir, evitando dicha acción al limpiárselas de un solo manotazo. Se masajeo el puente de la nariz, estresado y deprimido a la par. La apariencia fantasmal de su allegado no le decía nada y, eso lo estresaba.
Lee solo se quedaba mirando el suelo del sepulcro, quedando en un espeso pero de alguna manera relajante silencio, o al menos eso lo sentía él así, paro Robotnik, solo era una muestra de impedimento que hacia este para no contestar.
No quería forzarlo, ya no...pero...la impotencia que experimento en aquella trágica tarde volvió a invadir su pecho apenas se sintió tan miserable por no poder ni siquiera entender al alma en pena del joven que no podría sacarle un poco de información.
Ya se hizo la idea de que vivirá con aquella mentalidad tan vacía y misterio opaco que nunca podrá tener respuesta...o eso creía.
—Porque es usted, Doctor...
Y con eso fue lo que dijo el joven. Ivo lo mira extrañado.
—Explícate — pidió en un susurro. Volvieron a quedar en un castro silencio, solo hasta que el castaño lo rompe —Por favor... — pidió a lo bajo el de bigote. Nunca antes había suplicado por algo, bueno. Solo cuando le imploraba a Lee no irse de su lado y ya ese día y ya.
Stone vuelve a mirar el piso...soltando una débil pero hermosa sonrisa de labios cerrados.
—Creo que no hay mucho que explicar, Doc-
—Claro que la hay — lo interrumpe —Tu tenías una familia...personas que lloraron a lagrima viva su perdida, personas que todos los días se lamentan y notan tu ausencia — relataba a nombre de los demás allegados del chico, pero más que nada...hablaba por su experiencia personal con su partida —...personas que por mucho que lo intentan...no pueden superar el hecho de que ya no estas — apretó sus dientes, otra vez aquella sensación de querer corromperse entre los brazos de su Agente y llorar todo lo que su cuerpo le permitiera era tan tentadora la idea...pero no se denigraría a eso...no otra vez, ni menos ahora. Retomo sus palabras en otro párrafo de su vista —Si fuera sido yo...nadie se fuera angustiado, tal vez los del Gobierno se fueran entristecido al perder a su mente maestra de tanta generaciones presentes y futuras, pero que con solo el intentar fracasadamente el remplazarme fuera sido lo duro para ellos por la baja productividad que cualquier fusilamine le propondría, pero tu...— se detuvo para pensar mejor bien sus futuras palabras —...tenías verdaderos allegados que tuve que ver como sus preguntas de "¿Cómo paso"? fueran sido mis propias cadenas de la culpa que hasta el día de hoy sigo siendo prisionero, así que lo menos que puedes hacer ahora en mi condena y pena de por vida es solo responderme la maldita pregunta con honestidad — pidió con los amargos sentimientos entre pesadumbre, ineficaz y enojado.
Lee vuelve a soltar otra pequeña sonrisa, mirando con una seguridad cansada pero alegre al Doctor.
—Porque usted es más fuerte — respondió este. Ivo quedo igual, no comprendió mucho, debido al gesto que coloco Lee decide explicarse mejor —Si fuera sido usted...no sabría que fuera sido de mí en vida — miro al cielo, contemplando el azul con naranja que formaba el atardecer —Si fuera sido yo quien seguiría con vida...no sabría a cuantas personas pude haber lastimado, torturado o asesinado en aquella ocasión — admite este con una escalofriante tranquilidad en sus palabras —si fuera sido usted...el que fuera muerto...tal vez igual yo no estuviera con vida, siendo una manera muy errónea de despedirse por cierto — aclara este —si fuera sido usted...el mundo entero fuera sentido un lado tan negro y oscuro como la penumbra de la noche...que nada fuera saciado mi pesar — continua este, sin hacer que Ivo apartara la mirada por nada del mundo —Si fuera sido usted...simplemente fuera perdido el control — simplifica —Usted es más fuerte...
El silencio volvió a ser el protagonista del sonido en su ambiente, todo hasta escuchar una respuesta por parte del más adulto.
—...No lo soy — admite —No lo soy — repite. Le da una mirada a su Agente y él la devuelve, mirándose fijamente entre si —Si fuera sido más fuerte...no estaría aquí...ilusionándome contigo, creyendo que algún día volverás cuando se perfectamente que no será así, pretendiendo frigidez cuando escucho tu nombre...solo para hacerme pasar ante todo y este mí mismo que estoy bien...cuando siento que una parte elemental de mi murió...contigo — hablo dolido.
Ninguno de los dos tenía palabras para lo que se decían. Era tan angustioso como nunca antes se lo pudieron haber imaginado en sus peores momentos.
—Bueno...sigue con vida...y eso para mí es ser fuerte y,...sobre todo...— ante de continuar Lee toma la mejilla del Doctor, casi obligándolo a que lo vuelva a mirar directo a los ojos, debía de hacerlo si quería que siguiera —...que aprecie lo he hice — sonrió Stone con ternura —Si morí por usted...es porque lo último que quería era verlo decaer...así que...siga disfrutando del regalo de la vida, por favor — imploro. Moviendo su pulgar en una ligera caricia al rostro del hombre —por mi~
Dios...¿Cómo negarse ante tal petición con aquella voz, y esa mirada que llenaba de tanto sentimiento el oscuro e inexpresivo corazón de aquel Doctor.
Robotnik suspira con pesadez, tomando la mano de su agente, acariciándola sin darse cuenta en el proceso.
—Es difícil sin ti — reconoció abiertamente.
—Lo sé...— dijo Lee, parándose de rodillas para volver abrasar a su más amado ser, acariciando su cabellera castaña oscura con adoración...ni muerto olvidaría lo sedoso de su presencia —pero pase lo que pase~...— susurro el joven sin detener sus caricias, teniendo ahora la cabeza de su jefe en su pecho —siempre estaré con usted...mi señor — alego con cariño.
Ivo siente como su labio tiembla, queriendo llorar y dejarse llevar por lo que está comenzando a sentir. Berrear hasta quedarse sin voz era lo que más quería y necesitaba. Todo mientras seguía escuchando a su espiritual Agente.
—No pudimos despedirnos bien cuando me fui y, creo que ya es un poco tarde para decirlo pero...¿Qué más da? — hablo con aquella tranquilidad que tanto significaba para Ivo, así haciendo que este lo escuchara con atención, sintiendo todavía las caricias relajante del otro —Y es que...lo quiero, señor —hablo con sinceridad, no especificando más detalle de sus sentimientos...ya no valía la pena —Recibiría una bala por usted una, y otra, y otra vez sin pensármelo dos veces — siguió hablando.
Era un hecho...Robotnik no solo quiera llorar en aquel pecho del Agente, quería expresarse lo mejor que pudiera y lamentarse de aquella forma no sería muy adecuado.
—Lee...— lo llamo casi en un susurro —y-yo...— no siguió hablando, se calló al ver como el pecho de su Agente iluminaba su cara, se apartó un poco de él, percibiendo como todo su cuerpo deslumbraba una hermosa luz blanquecina en su cuerpo no terrenal —Stone...¿Qué ocurre? —pregunto preocupado.
El joven se mira así mismo, estudiándose de forma rápida.
—Creo que se está despertando...
Y como lamentablemente lo sospechaba. Estaba soñando...
—No, no, no, no, no — negaba con su boca y cabeza —No...por favor — tomo el rostro del joven quien cada vez se volvía más translucido —Por favor...no te vayas...no otra vez — apretó su boca con dolor, provocando que sus ojos se cristalizaran el momento.
El chico vuelve a sonreír de una manera tierna, sonrisa que Ivo aprendió a ver y a valorar.
—No iré a ningún lado — le asegura —Estaré bien — informa. Tomando la mano de su jefe con afecto —Siempre velare por su seguridad, mi Señor~ — afirmo determinado —Adiós...
Se sobre salto de repente, levantándose de la mesa con notorio asombro y dolor lumbar. Todavía seguía atónito por lo que acababa de pasar, o mejor dicho soñar.
Corrió fuera del laboratorio, dirigiéndose a sabrá Dios donde. Era tarde, y que saliera a altas horas de la noche vestido en un esmoquin negro mientras tiene todavía la mitad de su cabeza ida por lo recién vivió no sonaba como una buena idea.
Volvió al mismo lugar de antes, el cementerio. Quería experimentar lo vivido en persona, sin importarle que viviera el peor susto de su vida si es que se llegara a topar con el espíritu en la vida real de Stone. Solo quería verlo, y saber si lo que dijo el Lee de sus sueños fue solo producto de sus subconsciente o algo que...de verdad él diría.
Para su mala fortuna el tiempo no estaba de su lado, cayendo una llovizna no golpeadora pero vaya que abundante, e importándole poco su integridad, tanto en vestimenta como en salud. Solo se quedó parado, ahí, mirando la lápida de su ser ido con pesadez. El clima no provocaba un mejor sentimiento a decir verdad, pero debía de estar ahí. Sus esperanzas se agotaban, así como la calidez de su cuerpo, estando en un estado tan frío por la baja temperatura, pero que solo no siguió importándole.
En circunstancias como esta...Lee estaría a su lado, con un paraguas en su mano para él, diciéndole algo tan monótono como común, con aires de lealtad y positivismo al hablar, y haciéndole saber que deberían de volver a casa. Lo trágico de todo es que...su casa ya no lo era sin él presente ahora.
Se sintió desfallecer al experimentar una ligera presión en su hombro, teniendo una enorme repetición de su sueño al parecer, solo que ya no sabía si estaba listo para escalar la versión fantasmal de su allegado íntimo en carne propia.
Giro su cabeza con lentitud, preparado para lo que se viniera, y por obra del destino y sin saber si fue para mejor o peor...se sintió algo decepcionado.
—Robotnik...— lo llamaste con cuidado.
(T/N)...debía de suponerse lo...
Robotnik frunce el ceño, dejando de sentir las gotas del mal clima que bajaban por su cuerpo al ser protegido por el paraguas que el/la joven le dispusieron.
Siempre supo que estaba mal. No respondía sus llamadas, ni a sus mensajes, ni quiera lo veía caminar por el laboratorio del gobierno, pero esto era demasiado para lo que se imaginaba más adelante.
—Robotnik...ya vámonos...— pidió amablemente al hombre, quien no paraba de observar la tumba adornada de su amigo en común.
El mayor no responde, tan solo quedaba mirando la lápida con la misma expresión desanimada y vacía que tuvo desde que llego...fue una completa decepción. El aire frío hacia que sus huesos le dolieran. Desconocía completamente si temblaba por el mal clima en el que su cuerpo fue víctima o su cabeza llena de lamentables penas.
Suspira con desanimo, tomando el paraguas y la mano de su acompañante con el fin de apartarse del lugar que tanto daño le estaba dando.
(T/N) suspira también, detectando la estrepitosa frialdad de su mano enguantada, no quería ni imaginarse como estaría su cuerpo con toda aquella vestimenta mojada, fría y sucia en su cuerpo. Se adentraron a su auto, debido a una corazonada de tu parte y fe por otro lado visitaste aquel oscuro lugar en un taxi, teniendo tu presentimiento tan afinado como lo suponías.
Llegaron a tu casa, obligándolo a quitarse aquella ropa mojada y cambiársela por otra mientras tanto para evitar un mal estado de su salud. Este reniega.
—Debo recordarte las partículas químicas de las nubes y que caen en las gotas, sobre tu ropa haciendo que tu piel la absorba — atacaste en el lado más vulnerable del hombre. La ciencia de la salud.
Este gruñe, hiendo a un cuarto contiguo para acatar tu orden a regañadientes. Para sorpresa del mayor conservabas ropa algo antigua de tu progenitor en caso de emergencias, dándosela antes de que se cambiara por completo para luego ponerla a lavar y que la secadora hiciera lo suyo. Una vez que el cuerpo del hombre estuviera bañado y con la vestimenta prestada de su acompañante (T/N) se dispuso a sentarse a lado de la cama con él.
Nadie compartía ni una sola palabra y, era evidente que Ivo no iniciaría una conversación, haciendo que tomara aquel cargo por el bien de ambos.
—¿Por qué estabas ahí? — fue con esa interrogante que iniciaste su conversación.
Y como ya lo habías supuesto Robotnik no responde, solo miraba con lamento alguna parte de la habitación, ido, con sus ojos vacíos, y su gesto representaba el absoluto malestar sentimental de la pena.
—Y con este clima...¿A caso querías enfermarte? — volvió a preguntar una más diferente.
El Doctor no responde, sin cambiar un gesto o movimiento de nada. Parecía que aquella conversación tan solo hablarías tú y no estabas dispuest@ a eso.
—¿Acaso crees que Lee fuera querido esto?
Golpe bajo...
Ivo jadea entrecortado, levantando más sus ojos, reposando su mirada agresiva en ti.
—Tú...— te señaló con su mirada —Tú no sabes lo que él quería — te mostró en cara.
—No — contestaste —Puede que no, pero se algo y es que el no fuera querido verte así — alegaste segur@.
Robotnik gruñe, mirando otra vez a un punto específico de la habitación, con una mueca de irá, así para pasar a una depresiva.
Suspiraste otra vez, buscando paciencia en todo esto. Volvieron a quedar en un pesado silencio, mirando ambos a la nada, ya no sabían que opinar.
—Sé que estás mal...
Hablaste de repente. El sostiene todavía su vista a lo que sea que su punto de atención este.
—Ivo entiendo por lo que pasas, yo-
—¡No mientas! — gruño con disgusto. Encarándote de una buena vez —No intentes caer en las profundidades más horripilantes del infierno...cuando yo ya estoy en el séptimo anillo desde hace tiempo — habló con una voz tan gruesa que juraría que seguía gruñendo —No tienes ni la más mínima idea...de haberlo sostenido entre tus brazos...— habló con dolor, casi de una forma quebradiza — y percibir cómo su mirada se opacaba. De cómo su calidez se desvanecía, tocando la frialdad de su piel que poco a poco lo consumía, de ser tú quien fuiste el responsable de manchar tus manos tanto metafórica cómo literalmente mientras hacías el actor más cruel de todos...pedirle que se aferrara a la vida cuando no tenía fuerzas ni siquiera para poder contener su propio aliento — apelo con dolor en su tono, haciendo que sus ojos se cristalizaran y tomaran un aspecto tan vulnerable como triste —Así que no digas...que me comprendes, porque soy el único con la soga al cuello que quiere saltar para poder liberarse de este insufrible malestar eterno — le quito la mirada, sentía que en cualquier momento se rompería y no quería eso —Preferiría mil veces haber sentido el impacto de esa bala...que seguir adoleciendo este inaguantable ardor...que todo los días llevo conmigo...— se abrazó así mismo, como si sintiera todavía en aquel clima frio de hace rato —desde las mañanas que me levanto...hasta las noches en las que no descanso...— hablo depresivamente, bajando su cabeza en derrota.
Tú sucumbes a su mirada, pensando mejor que poder decir.
—Lo sé...— hablaste otra vez, llamando su atención —Rectifico mis palabras. Comprendo...el dolor por el que estás pasando, pero eso no quita el hecho de que te tengas que hacer daño. Es algo que él nunca desearía y lo sabes — hablaste claro.
Ivo tan solo te di una mirada rápida, algo despegada como aburrida, suspiraste para seguir convenciéndolo.
—Nadie...podrá sentir lo que tu sientes ahora...entiendo~ — susurraste —pero...si dio la vida por ti, eso significa que lo quiso así, y eso es algo que siempre respetare de mi mejor amigo — tu labio inferior tiembla, odiabas estos momentos tan sentimentales pero era lo correcto como desahogo —Comprenderé si no quieres decir nada...— te acercaste al Doctor, sentándote más cerca de su lado —pero quiero que sepas...que si crees que tú tienes la culpa, por primera vez en la vida estas completamente equivocado — corrigió est@ al científico. Este en respuesta frunce el ceño extrañado —No fue para nada tu culpa...fue algo que el decidió...y como sus amigos...— sostuviste su hombro —ay que entenderlo — le aclaraste con tu voz lo más apaciguadora posible.
—¿Cómo estás tan segur@?— pregunto inseguro.
—Lo sé porque él te a- — frenaste de repente, despertando más la curiosidad en el Doctor. Sabia a la perfección el interés romántico de tu mejor amigo por su jefe. Secreto que solo te lo confió a ti y solo a ti. Haciendo que juraras de que te lo llevarías a la tumba si él nunca se lo decía, pero vaya que Lee se adelantó a sus palabras, no obstante, esa promesa por más dolorosa e injusta que fuera...la cumpliría en nombre de tu palabra —él...te apreciaba mucho...te estimaba en serio — hablaste intentando sonar lo más segur@ posible.
Robotnik alza su rostro, volviéndote a ver, asintiendo tan delicadamente que casi no se notaba. Sabías que todavía seguía mal, nada en este mundo lo reconfortaría, eso era un hecho concluido, pero al menos optaste por hacer algo al menos.
Con el riesgo de que te empujara, insultara o algo mucho peor...te pusiste de rodillas a su lado en la cama, tomando sus hombros para acercarlo a ti...y darle un afectuoso (y solo un poco raro) abrazo reconfortador.
Robotnik se estremece. No tanto por el hecho que lo agarro desprevenido, sino...por recordar tantos escenarios en su sueño con su querido Agente que los estaba protagonizando en la vida real, a pesar de que no sea él...es solo algo casi llegado de lo "especial". Quedo petrificado por un momento, distinguiendo por completo como las manos de (T/N) acariciaban su cabello y hombro...eso le saco un escalofrió.
No pensó mucho...y oficialmente en una sola vez en toda su vida...se corrompió. Soltó un sollozo de forma involuntaria, para luego seguirle un lamento, dejando correr por primera vez su tristeza verdadera...y refugiarse entre el abrazo que le propinabas, correspondiendo este, enrollando sus brazos en tu cintura. En otras circunstancias te fueras espantado; empujándolo y preguntándole "¿Quién demonios era?". Ivo Robotnik despreciaba las muestras de afecto, y esto era un nivel que era más allá de lo que él en un millón de años podría tolerar, pero no era ese escenario, haciendo que en tus ojos también brotaras aquel fluido lagrimal entre tus mejillas, soltando una inhalación sollozante en medio.
—Lo añoro~...— pronuncio el Doctor con su voz quebradiza y llena de certidumbre —lo añoro tanto~...— confeso, sonando su nariz sin pensarlo.
—Yo también...— le respondiste —no pasa día...en el que no piense en él — estrujaste más su cuerpo —Es un idiota el que creo la célebre frase "El tiempo lo cura todo"
—Al fin...concuerdo algo contigo — hablo cabizbajo, separándose del abrazo, haciendo que ambos observaran sus ojos, sus rojizos e entristecidos ojos.
Ver a Robotnik en aquella gravedad de pesadez....fue algo tan raro para ti. Te acostumbraste a verlo en una figura llena de poder, conocimiento, sabiduría, inteligencia y autoridad...que te parecía casi imposible imaginártelo en aquella contienda de dolor.
—No sana tus heridas...tan solo aprendes a vivir con el dolor — explico el mayor.
Por eso nunca quiso una familia, por eso nunca se encariño con nadie, y por fin, cuando empieza a sentir al menos una pequeña pizca de preocupación por un solo ser...la vida se encargó de arrebatárselo, como si de alguna manera le recalcara lo solo que debería de estar en la vida, pero luego...te miro a ti. No eras las mejor de las opciones para llegar a un vínculo íntimo de amistad...pero prácticamente es lo único de Stone que tuvieron en común por un tiempo, y eso era algo reconfortante.
Soltaste una pequeña sonrisa...tenías otra cosa en mente para apaciguar la mente de aquel brillante ser.
Ambos estaban afuera, más específicamente en el techo de tu casa, mirando con detenimiento aquel cielo espejado tras dejar de llover hace tiempo atrás. Estudiando con fascinación los puntos deslumbrantes que adornaban la noche.
—Esta hermoso el cielo ¿No? — hablaste en un estado de relajación alto, estando ambos acostados en el techado de tu morada, uno a lado del otro.
—Por supuesto...es Lee quien está allá ahora — admitió con una mirada casi perdida, pero con una diminuta y significativa sonrisa.
—No podría estar más de acuerdo — respondiste sonriendo. Sabiendo los dos que sin importar lo que haya pasado, siempre estará con ellos...su mejor y más leal ser amado.
"Todo estará bien" dije yo
"¿Segura?" pregunto ella
"Claro, veras como todo volverá a la normalidad y nos estaremos riendo un día de esto" afirme sin pensarlo dos veces.
Actualidad:
"Perdóname...de verdad perdóname" me lamente "Pero...fue lo mejor para ti...tan solo espero algún día poder entenderlo, y acostumbrarme a tu ausencia..."
"Aunque sigo fracasando en el intento..."
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