Baby Stone (Part I)
One Shot 10.
¿Alguna vez se han preguntado cual es el peor enemigo del hombre? La respuesta era muy simple. El tiempo.
El tiempo es la perdición de todos, acaba con nosotros de poco a poco, que no nos daremos cuenta hasta que solo lleguemos hacia ese precipicio de "Muerte Aproximándose" percatándonos que nuestras vidas fueron consumidas por el mismo...pero Ivo Robotnik no se quedaría de brazos cruzados con aquel pensamiento.
—¡Stone! — llamo el Doctor a su secuaz, provocando que el mismo llegase.
—¿Para que soy bueno, Señor? — dijo acercándose con su gran animo de siempre.
—Admira. Mi nueva y recién terminada formula; la llamo: P.A.R.D...o como su acrónimo lo dice: Pócima Audaz Rejuvenecedora Duradera — dijo posando en elogio a su amado frasco donde estaba ese líquido de vida.
—Me alegra, Doctor... ¿Y que hace exactamente? — le pregunto con curiosidad en su mirada.
Robotnik dio una mirada de decepción, pensó que con el nombre lo entendería, pero no lo culpaba, después de todo, su persona era la última fuente de vida más extraordinariamente inteligente que cualquier otro.
—Esto, mi estimado lacayo — señalo la botella —podrá ser la nueva fuente de juventud para todos esos pobres diablos que están a un suspiro de volverse polvo — explico con euforia en su habla —Volviendo así joven a todo aquel que lo consuma...claro que hasta la ciencia tienes sus pocos limites...haciendo que solo te retroceda algunos años, pero si el problema va más allá de recuperar unos 30 años o más, deberá de simplemente comprar una cantidad más de la debida ¡Y que vengan las ganancias junto con mi más nuevo salto al reconocimiento! — grito con entusiasmo.
Para Stone se le hizo imposible no expulsar un suspiro, sonriendo ante el gran encanto que tenía ante sus ojos. Amaba ver al Doctor tan contento y apasionado por algo, una de las tantas cosas por las cuales le robó el corazón de manera involuntaria.
—Usted es tan esplendido, Doctor — alago con un gran encanto en sus ojos, repleto de aquella magia que lo hacía sentir tan vivo.
—Gracias, por supuesto que lo soy — comento con presunción — ahora, quiero que tú seas el primero en probarlo.
Apenas escucho ya lo antes mandado, salió de su hipnótico trance el joven de barba bien rasurada.
—¿Ah? ¿Yo? — pregunto con algo de duda —Es...un honor ser su primer sujeto, Doctor, pero...¿No es arriesgado probar algo que es altamente experimental? — le cuestiono con algo de inseguridad el Agente. No era que desconfiara de las majestuosas manos y la suprema inteligencia del Doctor, pero eso no quitaba el pequeño piquete de la inseguridad por su bien.
Ivo enserio su cara, pensando bien sus palabras correctamente estructuradas para tener todo a su favor.
—Agente, en la vida hay que tomar ciertos riesgos para alcanzar cosas maravillosas. Solo mire a Albert Hoffman, un químico suizo que experimento con su psiquis, o ¿Qué tal de Jesse Lazear? El hombre que sacrifico su vida por estudiar la fiebre amarilla — explicaba el hombre con determinación.
—Sí, pero-
—La lista sigue y sigue, Agente — sonrió con confianza —Esta: Justin Schmidt, el "héroe" de las picaduras, quien tuvo que dejarse picar por miles de insectos para elaborar una escala que lleva su apellido. Otro es Barry Marshall, quien se ganó un Nobel en medicina gracias a una enfermedad estomacal provocada, o Marie Curie, por ejemplo. La primera persona galardonada con dos premios Nobel, uno en Física y otro en Química, que llevo a cabo investigaciones en el campo de la radioactividad, en un cobertizo cerrado, sin ningún tipo de protección...claro que después de eso le costó la vida gracias a una anemia aplástica que le causó la muerte en 1934....— ok...hasta el mismo se dio cuenta que ese no era una de los mejores ejemplos. La mirada de espanto del Agente lo decía todo —El punto es que...el amor por la ciencia para muchos no tiene barreras... ¡Y yo no soy la excepción! — explico detallado.
—Si...pero-
Volvió a interrumpir al chico.
—Solo imagínatelo. Todos esas ratas de laboratorio hicieron sus avances como todos unos niños buenos que se alegran por al fin dividir por dos cifras — hablo de forma burlista —Pero imagínate a mi ¡YO! Ivo Robotnik, el hombre que desarrollo la juventud eterna...eso aplastaría sin duda los demás avances de medicina por mucho — se pegó hacia su asistente, teniendo la botella en sus manos para usar sus muy buenas técnicas de manipulación para converse al otro —¿Qué dices?...¿Me ayudarías en mi nuevo progreso para el mundo humano? — pregunto con más perspicacia. Haciendo estremecer el oído del menor.
Lo pensó por un par de minutos, la figura de su jefe frente a él sonriéndole de una manera ¡Tan!...suya. Hacía que aquellas mariposas de su estómago le golpearan con todo el aleteo que podían, haciendo que se colorara para acceder sin ninguna otra palabra más.
—De acuerdo, Doctor — dijo tomando aquel frasco entre sus manos.
—Excelente...ahora hazlo — pidió con una libreta y lápiz en mano.
Stone le dio una mirada rápida a la botella y luego a su jefe, tragando un poco de su saliva de los nervios.
—¿Tiene cura? — pregunto al azar —Es que...no quiero parecer un niño o algo así por mucho tiempo.
—Conforme estudie tus átomos y partículas después de ser ingerida la sustancia, podre sacar un derivado de la fórmula para sacar un antídoto... ¡Ahora tómalo! — volvió a exigirle luego de su plática.
—Una última pregunta — hablo con algo de miedo —¿Esto...dolerá? — le pregunto con algo de recelo en sus ojos.
—Oh jo joo...pero claro que dolerá — contesto con relajación.
—¡¿Qué?!
—¿Qué esperabas? ¿Qué supiera a juego de naranja? Esto te va a literalmente a retroceder muchos años en el pasado. En retrospectiva, solo imagínate por todo el dolor físico que debiste haber pasado por esos periodos de tiempo, comprimiéndolos para hacer acerté saber de su existencia en un simple golpe — explico sin mucha antelación.
Stone estaba dudoso de ahora hacerlo o no...pero, ya que. Después de todo ya había aceptado, tapándose la nariz con su mano para ingerir aquella formula de un solo movimiento.
El Doctor se pone atento ante cualquier cambio o mutación física que pueda tener el joven, entrecerrando su mirada para poner al máximo su concentración de la misma. Ya para cuando el joven consumió la totalidad de la botella, comenzó a saborear el extraño liquido...sin sentirse algo particularmente extraño.
—¿Cómo te siente? — empezó el interrogatorio Robotnik.
—...Me siento...bien, digo...no me siento fuera de lo común — alego él.
Robotnik comienza a tomar nota de todo...
—¿No te sientes...? No lo se...¿Cómo si acabaras de cumplir un aproximado de 15 o 20 años? — siguió con su fórmula de preguntas.
—Mhh no — contesto intentando sentir algo en su cuerpo que fuera diferente, pero nada lo era.
—¡Maldición!...algún calculo debió haberse afectado — se quejó con frustración, tirando su cuaderno de notas para apaciguar el tormento de su fracaso. Se dio la vuelta, dándole la espalda a su empleado para pensar —¿Qué pudo haber pasado? — se cuestionaba así mismo entre murmullos, acariciándose su propia barbilla como método de concentración —¿Pudo ser falta de colágeno procesado? — seguía su dialogo consigo mismo —No, estoy más que seguro que cada gota fue la correcta — paso de hablarse a pelearse. Todo mientras en su zona de atrás Stone comenzó a abrazarse así mismo, sintiendo una gran incomodidad regional. Quiso hablar, pero las palabras no le salían, como si hubiese olvidado la capacidad de articular palabra alguna —¿Tu qué opinas, Stone? — pregunto vagamente al Agente, no teniendo respuesta alguna de este, tan solo moviendo sus brazos y piernas para querer correr hacia él y pedirle ayuda, pero no podía moverse, pues a todo Stone, el Doctor todavía no se dignaba en verlo al estar meditando en voz alta —¿Sabes...? Tu falta de palabras es de alguna forma incomoda — seguía en su parloteo sin mirar atrás, viendo como a su querido compañero no podía moverse...se estaba...¿Encogiendo? —Sí, si...yo también estoy mudo de la sorpresa fracasada que nos llevamos, pero para todo hay una primera vez — seguía en su plática.
Ya para este punto se podía visualizar como el Agente no se distinguía bien al casi estar escondido entre las telas de su vestimenta.
—¡Por el amor a los caculos di aunque sea al-¡ — quedo enmudecido al contemplar con sus propios ojos como su Agente ya no estaba, en cambio solo había un conjunto uniformado en el suelo. Su conjunto de hecho —¿Stone? — lo llamo con cierta desconfianza —¿Ahora donde te metiste? — preguntaba caminando cerca de aquel pequeño montículo de ropa —¡¿A caso empezaste a lavar tu ropa y dejaste-?¡ — se cayó al instante. Asustándose de repente al detallar como ese montículo de ropa de su Agente se movía. Era claro que algo estaba adentro.
Con desconfianza y algo de cerote, acercaba su mano al ropaje abandonado por su dueño. En estos instantes Robotik era increíblemente ajeno a todo lo que sucedía; al levantar la tela de su saco pudo distinguir una extremidad del cuerpo. Pequeña y un poco regordeta, así sobresaltándose de inmediato.
De un jalón tiro ahora la camisa negra de vestir del chico, revelando así lo que era que se escondía entre aquella sedosa vestidura del joven. Era un bebe...uno no más de 8 meses al parecer.
Su test era morena como el caramelo, y sus ojos al igual que su cabello corto y suave eran oscuros, deslumbraban con la luz.
Robotnik estaba a punto de dejar su quijada en el piso del impacto.
—¡¿S-STONE?! — grito de un brinco, provocando que aquel ruido asustara al bebe, ocasionando que este empezara a llorar —¡Espera, espera! — se acercó al parecer al recién nacido, para callar ese insoportable llanto —¡Shhh...Shhh! — siseaba el hombre con el dedo índice en su boca, mostrando sus dientes con algo a abrumasión al no poder callar al baby.
El ahora nene seguía con su llanto, parecía que no paparía nunca, Robotnik con los oídos que estaban por sangrarle (metafóricamente hablando) empezó a dar vueltas, con una clara imagen de ver que entraba en pánico, gritando lo mismo mientras se cubría los orejas.
—¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! — suplicaba el Doctor de rodillas, tal estrés ocasiono que se despeinara ligeramente un costado de su cabello —¡Ordeno...! — hablo tomando a la criatura entre sus manos —¡...QUE TE CALLES! — dijo poniéndose de pie con el pequeño Agente, este último a verse cerca de este, paro en seco, comenzando a reírse con cariño, balbuceando y sacando pequeño risitas —¿Qué...demonios? — pregunto casi sin aire por el mal rollo que acababa de pasar.
Ya para cuando el laboratorio estaba al fin en silencio, el bebe entre risitas tomo el bigote del sujeto por quien era cargado, jalándolo con algo de fuerza, causándole un insufrible dolor al otro.
—¡AUH¡ ¡AUH! ¡AUH! ¡AUH! — se quejó ante aquella reacción del pequeño ante su acto brusco —¡Mi bigote NADIE lo toca!...¡¿Capish?!~ — susurro con una gran ira contenida, solo para ver como el bebe, se mofaba en su cara. Robotnik enseria la suya, regresando a su modo de analista —Fascinante. Esto es increíble — dijo con todavía el menor en sus manos —Mi formula si funciona...pero debo de hacerle unos claros ajustes, y tú vas ayudarme —dijo alzando al pequeño con gran adoración, haciendo que la tela de su uniforme callera al piso, revelando como el nene no conservaba ropa alguna. Pues la otra le quedaba sumamente grande. Ivo se sorprende para luego colocar una cara de PokerFace —Ahg...pero primero debemos de conseguirle por lo menos unos pantalones, Agente — hablo con algo de repulsión —Pero después, primero tengo de descifrar la anomalía de la pócima — dijo soltando al bebe. Era obvio que exagero con el tiempo de retroceso para convertir a un hombre adulto de 36 años a un lactante que no llega a tener el año de vida.
Con un bastoncillo de algodón tomo al ADN del Agente bebe, así poder analizar sus moléculas y reajustar el funcionamiento del experimento, así a su vez para terminar la fórmula del antídoto y hacer que el Agente vuelva a la normalidad. No le gustaban los niños a decir verdad, y ahora que estuviera con un bebe que anteriormente era su asistente, no era de su agrado.
Miraba detalladamente los microorganismos del ectoplasma que estaba analizando.
—Esto sí que revolucionaria el mundo de la ciencia y la medicina, Stone — sonrió con orgullo así mismo, escuchando como un par de vidrios se rompían en el ambiente. Robotnik se espanta, mirando hacia su entorno para ver qué fue lo que había pasado. El causante de aquel cataclismo era nada más que él bebe Stone, quien había jalado un cable que caía de la mesa de estudio, ocasionando un gran desastre en el suelo —¡NO! — agarro nuevamente al bebe, evitando así que se cortara o que le callera uno de esos suero altamente radiactivos como dañinos —¡¿Qué demonios pasa contigo, Agente?! — le grito al bebe. Provocando que este se echara en llanto —¡No, no, no!...¡Deja de llorar! — pedía meneando al bebe —¡Agente, si puede oírme hay adentro, SECE DE UNA VEZ POR TODAS ESTE ESPECTACULO! — seguía vociferando del desespero, pero no acataba ninguna petición. El científico volvió a desesperarse, moviéndose de un lado a otro con el nene que no detenía sus lágrimas ni gritos —¡Vamos...piensa, piensa! — se hablaba así mismo para buscar la respuesta. Podía ser un genio, pero nunca investigo el campo paternal, pues estaba más que seguro que hasta los momentos no se veía en la necesidad de procrear a un ser viviente con su patente sanguíneo con alguien más. De repente, como si algo le prendiera en la cabeza, acostó al bebe entre sus brazos, arrullándolo entre sus extremidades y su pecho. Moviéndolo de la forma más delicada posible, tarareando cualquiera melodía que se le viniera a la cabeza, haciendo que de vez en cuando chitara al son de la música de su boca. El Agente con apariencia y mente de bebe empezaba a tranquilizarse, haciendo que poco a poco bajara sus parpados para quedar profundamente dormido. Ivo suspira aliviado, al fin pudo calmar a esa bestia, pensaba él, ahora existía otro problema. ¿Dónde lo acostaría? Por evidente razones no había ningún tipo de cuna dentro de su laboratorio movible, ni ningún tipo de colchón. Improviso colocando un par de cojines en el piso para poder así recostar de una forma segura al lactante.
Robotnik se separa de él con cuidado, caminando lentamente para no provocar ruido alguno, retrocediendo sin apartar la vista de aquella recién nacida obra.
—De acuerdo...— susurro para evitar soltar algún otro mal sonido. Al estar tan distraído para no causar un alboroto por accidente tropezó su pie con la pata de una mesa, causándole daño en esa zona —¡Auch! — grito, saltando en su pie bueno para sobarse el malo, eso provoco que el bebe se despertara de repente, llorando por su sueño interrumpido —¡Aggghhh por el amor a tecnología! — hablo en un lamento.
El día parecía haberle pasado como una eternidad. La noche llego, y para la hora de la cena tuvo que darle por un gotero leche de un recipiente para que calmara su hambre, pero la hora de dormir fue aun peor.
El llanto, los gritos, no pararon ni una sola vez, ahora acurrucarlo y moverlo de un lado a otro no servía de mucho. Paso hacer la 05:00am y ni siquiera supo cuando el bebe había parad de llorar, lo único que supo es que estaba dormido en su cama, con cierto bulto aplastándolo en su pecho, se despertó de la impresión, casi se levantaba de un salto, pero se quedó quieto al ver como era el bebe Stone dormido plácidamente encima suyo, con un pañal improvisado con una de las camisas negras del Agente Stone, pues no tenía otra cosa con que vestirlo. Respiro algo agitado, sintiendo como el cansancio invadía su ser, no pudo dormir ni siquiera una hora entera. Cuando quiso pararse para comenzar su jornada de trabajo, el bebe se despierta, mirándolo fijamente con sus ojos grandes y negros, provocando una que otro empalago dentro del estómago de Ivo.
—Eres...una criaturita sumamente insoportable — dijo entrecerrando sus ojos con algo de rencor.
Las horas próximas, no fueron para mejor...
El tic nervioso de su parpado inferior era tan reconocible, teniendo los nervios alterados por la gran carga de estrés que tenía. Sus ojeras eran tan visibles que parecía sombra de ojos, y todo teniendo un gran desorden en su laboratorio con un pequeño Stone en sus brazos sin dejar de llorar.
—¡Ya no entiendo! ¡¿Qué demonios tengo que hacer contigo?! ¡¿Cómo se supone que entiendo lo que quieres?! ¡Yo soy el que esta agobiado, y lo peor, es que no alcanzas la cafetera para que me prepararme mi café! — gritaba a los cuatro vientos sus alteraciones. El nene por un momento dejo su llanto, gimoteando al ver al mayor así con su comportamiento inquieto. Robotnik exhala. —Bien...solo...no llores...mientras yo termino de ver algo — dijo volviendo su ojos al microscopio que tenía en la mesa, así viendo como las moléculas cambiaban a su favor, teniendo que cargar al bebe con la mano izquierda y tomar un lápiz para escribir con su mano derecha —Eso es~ — murmuro con algo de impacto positivo —La fórmula no es tan duradera como yo lo creía — sujeto mejor al pequeño, mirándolo a la cara a sus enormes y adorable ojos —Solo estarás así un par de semanas...máximo un mes — sonrió, pero dicha curvatura de sus labios cambio a una no tan amistosa —pero ¿Qué hare contigo durante todo este tiempo? — se preguntó así mismo. ¿Él estaba consciente de lo grave de la situación. No tenía amigos o conocidos que le ayudaran con esto, tal vez fuera Stone quien se ofrecería para este tipo de problemas, pero era él el problema. No confiaba ni en la más bondadosa de las niñeras, tenía cierta desconfianza, al final de cuentas, él era un super jefe de agentes del gobierno. Cualquiera podría aprovechar la oportunidad para hackear información clasificada. Vio su veredicto. Solo él podía hacerse cargo del bebe Stone...la verdadera interrogante era saber como lo haría. Casi no sobrevive por una noche ¿Como lo haría para aguantarlo por un par de semanas más?
Por primera vez en toda su vida...necesitaba ayuda de alguien...pero ¿Quién lo haría?. No concia una figura materna o paterna a su disposición. Hojeaba en su cabeza todos sus conocidos, intentando verificar quienes de los tantos es el que más se aproximaba en su rango de la opción más acertada, y de todas las personas más alejadas a su contacto, fue la única con la que pudo optar.
Tomo al bebe entre su agarre nuevamente, así para husmear entre las cosas de su asistente para dar con lo que quería. El teléfono de Stone. Sujeto con cuidado el dedo índice del pequeño, posándolo en el detector de la huella digital, así para desbloquearlo. Sin importar los años, las hullas nunca cambian con el paso del tiempo, así que eso no fue un problema.
Buscaba entre sus contactos alguna palabra relacionada con el sinónimo "Mamá" y como más claro que él agua, estaba registrado con aquel simple nombre maternal. Así es. El Doctor se vio en la terrible obligación de hablar con la madre de Stone para pedirle sabiduría de la crianza hacia los recién nacidos. Pensó en que ella viniera para que volviera a cuidar de su hijo...pero no sabía cómo explicarle a una madre que su hijo volvió hacer un bebe, y para evitarse de demandas y cosas por el estilo prefirió estar de incognito con aquella información.
—Saludos...señora Stone — la saludo con toda la cordialidad que podía —Soy el jefe de su primogénito. Ivo Robotnik. Vengo a informarle y a recibir algo que usted me puede beneficiar...
Bueno ya se hizo algo largo...próximamente la parte dos y si,se que ayer acababa de actualizar, pero la verdad es que este One-Shot estaba listo mucho antes que el anterior, solo que, me daba pereza tener que escribir la segunda parte de una vez, así que llegara dentro de un par de días XD
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