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A Sincere Doctor (Part I)

One Shot 28.


(Nota: Esto es la continuación de "Our True Fear")



—¡NOOO. NO, NO, NO, NO! — se negaba con toda su voluntad el Doctor.

La mujer tomo de los hombros al medico a sus espaldas, posicionándolo en un ángulo de 35°, con descaro bajo el cuello alto del mismo por su nuca. La resistencia de Robotnik era tal que sin importar que estuviera retenido, sometido y privado de sus extremidades gracias a una silla, soga y un par de nudos, no se rendiría tan fácil. La joven con un jeringa en su mano hace una señal con su mano, sus ayudantes acatan, inmovilizando más los agresivos arranques del hombre.

Ivo gruñía, maldecía y gritaba en el proceso, si ese liquido llegaba a tener contacto con su tejido nervioso y corre por todo su ser...estarían más que perdidos.

Pero a todo esto dio inicio con una simple planeación de venganza.

Eran contadas las veces en las que el Doctor  se arrepentía, esta era una de esas pocas veces. 

Haber destruido sus guantes ya con anterioridad robados por aquella infame mujer, eran unas de esas. Admite muy en su pesar interno que no fue una muy buena reacción de ira, pensado luego que con facilidad pudo haberlos rastreado, facilitándoles así la tarea que poder rastrear a la banda de criminales, pero no era momento de lamentos, es más, nunca lo eran para ellos.

Moviendo cielo y agua en busca de ubicación con solo tener la jugosa idea de su venganza.

Ni siquiera les importaba ya el armamento que  le habían robado, tan solo querían hacer sufrir hasta el ultimo segundo a la fémina hasta que ruegue por su vida.

—Livia Martínez — hablo Robotnik, deslumbrando una fotografía de la criminal en su gran monitor holográfico. Contextura ideal, piel morena, cabello castaño y corto. Tomaban cada registro, desde el más importante hasta el más insignificante, no podía saltarse nada de la mujer. 

El solo pensar en ese posible evento los neuroquímicos del cerebro del Doctor se disparaban a un grado tan estimulante que podía percibir las oleadas químicas de endorfinas, serotoninas y dopaminas fluir por toda su corteza cerebral, pero para que ese sueño se haga realidad debían de ponerse más serios que nunca.

Las advertencias que tuvieron por parte del Presidente no fueron acatadas, teniéndose solo el uno con él otro para que pudieran hacer sus movidas.

La noche que aconteció todo, fue donde estaban al borde de si abortar o no lo ya hecho, pero el orgullo de uno y la seguridad del otro lo seguían impulsando y, ahora por su terquedad estaban corriendo pos su vidas.

—¡¿Cómo es que siempre esta un paso más adelante que nosotros?! — grito harto y totalmente decepcionado de si mismo por como estaba marchando su ideal.

En medio de una lluvia torrencial un bosque, con su  Agente a lado, corriendo en la oscuridad al no saber exactamente que camino tomar, pisándole los talones el personal encargado de proteger las instalaciones secretas que estaban irrumpiendo por su desquite.

Eran receptores del fuego enemigo, no obstante, no eran balas con las que pensaban que eran agredidos...

La lluvia fue su más grandes desdicha, provocando que ningúna de sus hermosas creaciones diera la cara por su papi al verse sumergido a mitad de este clima mal encarado.

Doblaron una curva, escabulléndose y ocultándose en un gran roble. Stone se detiene para poder respirar junto con su jefe, se avergonzó apenas se dio cuenta como su cabeza estaba empezándose apoyar en el hombro de este, acomodándose, recibiendo ambos en silencio como la lluvia los golpeaba.

—¡Mal...dicion! — exclamo irritado el doctor —¡Maldita sea sus  sobreexplotadas invulnerabilidades! ¡Maldita sea el erróneo clima! ¡Maldita sea nuestras gran malandanza! ¡Y maldigo el día en que nos topamos con esa mujer! — gruñía este con tal de intentar no llamar la atención.

—¿Ahora que podemos hacer, Doctor? — pregunto el preocupado Agente.

Los ojos de Ivo al estar algo estorbados por el cabello mojado entre sus ojos frunce el ceño.

—Retirarnos no será una opción — garantizo con rigor —Y menos si estamos cerca de poder lograr lo que tanto hemos estado planeando...solo son unas pequeñas variantes, no es para-

Se escucho el débil silbido del viento direccionándose justo entre ellos, siendo lanzado a un objeto de alto riesgo entre su designación.

—...tanto — soltó ahora un Robotnik intranquilo al detallar con sus propios ojos como su secuaz era victima de un dardo tranquilizante en su cuello.

—Auch~...— desprendió el chico al quitarse la dolorosa aguja de su músculo elevador de la escápula.

Eran claros que fueron levemente observados, obligándolos a seguir corriendo para ocultarse en un mejor paraje.

—Ni se te ocurra dejarme por mi cuenta en esta misión, Agente — advirtió el Doctor al Agente, acercándose su amargada cara, dejando relucir lo enserio que iba.

Stone asiente, pero muy endeble. Cayendo un poco rendido en el pecho del más alto, espantando cortamente a este.

—¡¿Que de-?!

—¡Se lo prometo, señor!~— grito...muy escandalosamente, de hecho.

Ivo le tapa la boca con una de sus manos, cheteándolo en su rostro con brusquedad.

—¿Que cree que hace? — susurra este con enojo pero más que nada temor de ser visto.

—Ay~ discúlpeme, jefecito~ — hablo Stone otra vez, resaltando su voz ida y floja, tocándole más los efecto de ese sedante en su torrente sanguíneo —Sabe que~...no lo dejare solo — relajo su mirada llena de sueño, sonriendo bobamente en el camino.

—Oh fantástico — se quejo el hombre. 

Fue aun más grande su queja al escuchar pisadas, volviendo a correr de donde estaban.

Ahora se vio en la necesidad de sujetar al joven de la mano, para que intentara por lo menos estar al mismo nivel en el camino que su persona.

—A la víbora, víbora, de la mar, de la mar,...por aquí podrán pasar~...— cantaba en un tono achispado, todavía siendo jaloneado por su jefe. Se detuvieron en otro árbol, haciendo que el Doctor se arrecostara en el mismo para luego el ido de su asistente literalmente se arrecostara en su cuerpo.

Ivo jadea de la indignación.

—...los de adelante corren mucho y los de atrás se quedaran~ — termino aquel coro infantil que le dio por entonar, acostando su rostro en el pecho del mayor por el cansancio.

—Atrás te quedaras si sigues con sus idioteces — dispuso con enfado el medico. Empujando al chico para que se acomodara y se alejara de su anatomía —Despierta o no podremos terminar esto como se debe — alentó. Cacheteando con su mano en un sutil moviemito con la intención de activar mejor al moreno —¡Así que te repito. Mejora tus  defensas o me esperas en el auto como un niño malcriado! — amenazo. Sujetando el gollete de la camisa mojada de su Agente entre sus manos enguantadas, frías y húmedas.

Ambos quedaron en un silencio pesado, teniendo como espectadora la ruidosa lluvia que los acompañaba.

—...¿Le he dicho alguna vez lo saleroso que es su bigote, Doctor? —contesto este ya completamente idiotizado por el calmante inyectado.

—¡Ahss! — desprendió con fastidio. Separándose del chico con sus defectuosos sentidos actuales.

Su disgusto se multiplico de maneras catastróficas al ser ahora victima de ya mencionados tranquilizantes. Siendo inyectado en su hombro.

No grito, ya no valía la pena, quedando con la boca abierta y llena de pura furia.

—¡No...PUEDE SER! — vocifero repleto de decepción y rabia. Zafándose de la condenada aguja en su músculo deltoíde —Ssssss...tone~... — empezó a mirar borroso, enfocando escasamente la imagen de su Agente ya inerte en el suelo, dormido bajo su propio sueño tranquilizador.

Robotnik no se dejaría vencer así como así, jalando el brazo del Agente con la intención de llevárselo consigo. Tal parece que si debían de abortar la misión debido a su estado actual en nervios.

Gruño en el proceso, intentando cargar con su propio peso y el de su asistente, pero era casi imposible.

No llego muy lejos cuando callo de rodillas, terminando por dejar todo su ser en el mismo suelo. Se arrastraba como podía, intentando escapar del sitio, siendo vencido con rencor bajo la penumbra de la arboleda, sumergido en la humedad del clima y helado que recorrería su cuerpo enteramente empapado.

~...~


La baja temperatura que experimentaba la piel parcialmente húmeda del hombre de ciencia provocaba que su incremento cardiovascular lo despertara de su cargante sueño. Dio una larga exhalación, diferenciando en el aire frío como se hacia el vapor del agua de su aliento condensado.

Inconscientemente incremento su capa de aislamiento, rectándole los vellos de su cuerpo. El ambiente frígido causo por defecto una vasoconstricción en el organismo del Doctor; impidiendo a la sangre que recorre cerca de su piel su paso, con el único objetivo de mantener el calor corporal de sus órganos, compensando la baja temperatura de su entorno, además de que sus capilares se contraían, disminuyendo así su irrigación, causando que no le llegara suficiente oxigeno ni nutrientes a las células de la epidermis ,  provocando en el mismo que su piel se apagara, dejándolo con un aspecto más pálido, y su nariz  tomara un escaso rubor.

Miro su entorno, una habitación metálica, sin rastros de Stone, la única luz que había en el cuarto estaba arriba de él, siendo la misma blanca, dándole una apariencia colmada de frialdad todavía más repugnante en él. Su ropaje empapado no hacia más que convertir su agonizante estadía de dolor en un incremento de lo insoportable total.

Atado de pies y manos en una silla, con sus extremidades superiores detrás del mueble y su espalda, siendo así sus tobillos sujetos con las patas del mismo trasto. Se retorció un poco, tenia tantas ganas de abrazarse así mismo y conservar todo el calor que se le era posible. Eran tan cargante, que el ser detenido por un par de cuerdas lo hacia sentir tan impotente e incapacitado para siquiera lograr hablar gracias a la frialdad que estaba siendo sometido su cuerpo.

Su mente se despego por un momento de su malestar, mentalizándose un montón de escenarios en donde buscaba la forma de salir, pero ninguno le daba buenos resultados.

El sonido de una pesada puerta metálica siendo abierta hizo que la aguda cabeza del hombre se detuviera por un momento, distinguiendo con sus ojos la figura que apareció frente a él, sacándole un gruño tan pobre que pareció ser más una jadeo, saliendo de su boca el mismo vapor por el ambiente bajo 0.

—Hola, Doctor — saludo aquel vocablo ya antes escuchado, saliendo de la negrura helada la chica que andaba buscando —¿Durmió bien? — pregunto mirándolo con total atención, curveando de sus labios una sínica sonrisa.

—Tú... — gruño con sus ojos desparramando odio. Su cuerpo entero temblaba, acción que quiso detener apenas vio a la insoportable mujer, cosa que no pudo lograr. La exigencia insistente de por lo menos lograr algo de calor en su cuerpo era tanta que no tenia control sobre si mismo.

—Vaya, no sabia que usted y su empleaducho eran unos simples masoquista que les fascina perder ante mi — contesto. Asomándose por completo y acercándose todavía más al pobre científico retenido que se moría del frío.

—¿D-Donde demonios estoy? — pregunto con cierta preocupación el Doctor, pero deslumbrando más que nada enojo.

—Oh ¿Aquí?... —le regalo una mirada segura —Solo es mi sala de tortura. Una de tantas de hecho — sonrió con un guiño endemoniado.

Ese denominación ya se la esperaba, sin embargo, se puso todavía más nervioso al ser confirmado. Ivo vuelve a jadear, dejando salir su aliento húmedo y ladrante, visible en el aire por la mujer.

—Mi...mi A-Agente...¿D-Donde..?

—Él esta bien. Relajase — le aseguro confianzuda, comenzando a invadir el espacio personal del Doctor quien comenzaba a echarse para atrás por lo extraño del momento —También esta en otra cámara de dolor, solo que con diferente tema — se rio en burla y maldad.

Robotnik estaba que se moría del enfado. Nunca en su vida se había visto  tan patéticamente débil ante nadie, y menos ante una simple mujer.

—Ahora...usted y yo conversaremos ¿De acuerdo? — siguió robándole el poco aire que le quedaba a Robotnik, siendo completamente prisionero de la fémina al no poder hacer más nada que esperar lo peor. Quiso al menos seguir corriéndose en la silla, pero esta gracias al frío aterrador del momento estaba soldada al suelo.

Livia sin borrar la sonrisa de su cara seguía con lo suyo, prosiguiendo en ahora empezar por su trabajo.

Se acerco al hombre ante ella que a tal punto que se sentó a horcajadas encima de su regazo.

Cualquier palabra de insulto, enojo y negación por parte del Doctor que pensaba en su cabeza era rápidamente excluida en su inestable boca, temblando al querer decir algo. Odiaba el contacto humano, y más si se trataba de ese despreciable ser, pero...la satisfactoria calidez que le generaba a su ser así sea una muy insignificante, era algo, dándose cuenta ahora más que antes en el peligroso estado que se encontraba.

—Ow~ Doctor ¿Acaso tiene frío? — pregunto esparciendo sus manos con absoluto descaro en la cara del Doctor, percatándose del cuerpo tembloroso del mayor, visualizando con clara obviedad como su ser provocaba variados tirites. Tanto así que de su cabellera oscura se formaba minúsculas partículas de hielo en ella —Puedo ver que si — volvió hablar con insolencia, tocando con la punta de su dedo indicé la punta de la nariz roja del científico, detectando como aquella piel se estaba congelando cual nieve.

Ivo gruñe, sintiéndose tan asqueado como repulsivo todo este encuentro. Quiso moverse, al menos darle un golpe con su cabeza a la mujer, pero sabia que nada de eso funcionaria si ni siquiera podía mover su ropa levemente petrificada.

—B-Ba-Bájese...de mi — ladro como pudo, impidiéndole el frío sonar tan enojado como lo estaba.

—¿De verdad lo desea?...¿Qué acaso no muere por...algo de calor? — le cuestiono pegándose más al congelado ser.

La maldijo por eso, y se maldijo así mismo. Sentir células con temperaturas parcialmente cálidas eran como si estuviera por un momento en el cálido paraíso, pero sabia que era una maldita estrategia para su fin, teniendo que conservar la compostura.

Se movió un poco incomodo en su sitio, escuchando como sus propios dientes chocaban con el vibrar de su cuerpo.

—Escúcheme con atención, Robotnik — aclaro su voz en una forma más seria —Usted...es un espécimen mucho más desarrollado que el resto de otros seres que mal gastan oxigeno como todos los nosotros...¿No es así, Doctor? — se acerco más al mencionado, propinándole de apoco un abrazo alrededor de su cuello que ¡Dios! A pesar de que Robotnik estaba odiando esto con toda sus fuerzas, no podía dejar de aceptar como literalmente es el abrazo más calurosamente ameno que ha recibido por su solo su mera situación —¿Por que desperdiciarla trabajando con esos vengativos roba aire?...¿Mhh?~ — preguntaba la chica sospechosamente amable —Ellos no son diferentes a nosotros. Somos ladrones, y lo aceptamos... — encaro con serenidad al hombre que sufría con leves espasmo —Ellos creen que porque le dan a los ciudadanos el 10% de sus ganancias es algo que es digno de alabar...yo opino que no — sonrió para ambos.

Ivo frunce el ceño. De cualquier modo, tiene razón, está consciente que han hecho cosas que no muchos deberían de saber ¿Pero a donde quería llegar con todo esto?

—S-Si no...te das prisa...creo que perderé la conciencia antes de que puedas seguir con....tu fraudulento m-monologo — hablo como pudo, sin lograr parar sus retembladeras.

La chica enseria su cara, solo para posteriormente volver a sonreír.

—¿Qué?...¿Acaso el tan temido Doctor Robotnik no puede aguantar unos guantos grados hacia abajo? — por mucho que la mujer quisiera burlarse del Doctor, ella sabia que esa cuarto era una de las más lamentables; inclusive ella, que no tiene ni siquiera  6 minutos con Robotnik ya estaba que no soportaba más, pero hizo el gran intento de no mostrarse débil y nada por el estilo frente al Doc. Este ultimo vuelve a refunfuñar. Mostrando sus dientes con rabia y dolor al darse cuenta ahora los resecos que estaban sus labios por la baja temperatura —Esta bien...seré breve — se acerco a su cara, recordándole mucho como este solía intimidar a la mitad de las personas que se cruzaban en su camino que lo hacían alterar —Trabaja para nosotros — propuso la chica.

Robotnik mueve sus ojos con asombro, y más con disgusto a ver como la mujer osaba sus manos en su frío cuello.

—Vamos...¿Podríamos hacer grandes cosas aquí? — insistió —Admito que nuestro primer encuentro no nos favoreció en la más mínimo, pero pude darme cuenta de lo útil que pueden ser usted y su Agente, eso...y que se que serian capaces de traicionar al gobierno con tal de dejar de ser mandados bajo ese régimen tan aburrido que tienen — acertó segura.

No podía negarlo. Robotnik podría traicionarlos en el momento que le diera la gana, y ese era el problema. El día en que quiera arruinar al Gobierno G.U.M se bajó su propia mano y conocimientos, y ese triunfo no lo compartiría con esta banda de mequetrefes sin ningún sentido de la educación.

—N-Ni en...un millón de a-años — quiso profundizar más sus diálogos, pero eso era lo máximo que podía expulsar.

Livia enseria su gesto, ahorcando de apoco al medico al no mover sus extremidades de él.

—Es una lastima... — hablo fingiendo tristeza —fuéramos sido un gran equipo — apretó un poco más fuerte. Ivo hace un gesto de queja, sintiendo como precisamente aquella presión lo estaba dejándo sin aire, apretando sus dientes con tal de no mostrar vulnerabilidad —tal vez no estés de nuestro lado... — sorpresivamente soltó al hombre, escuchando como respiro profundo ante ello —pero puedo sacarte información — determino sonriente la fémina —Le diré algo Doctor... — sus delicadas manos ahora estaban en las fría mejillas del hombre, se separo de las mismas este al separar su cara con brusquedad, todo en vano al ver como la mujer le valía tres pepinos lo que hiciera y solo volvió a sujetando el rostro del Doctor —Usted no es el único que sabe jugar con la verdad de los demás seres — esclareció con determinación la joven, sabiendo exactamente que hacer con el hombre ahora.

Robotnik sin prestarle tanta atención a la mujer echa su cabeza hacia atrás, la temperatura lo tenia más allá que acá, soltando el poco vapor que le quedaba en su cuerpo.

~...~

 Un golpe solido sonó en toda la habitación, despertando al joven moreno que ya hacia atado de pies y manos como su jefe.

Se sobre salto, perdido y aterrado por no saber donde estaba, y más al darse cuenta de que no estaba con su amado líder.

—Al fin despiertas — comento un muchacho delante de él —Siento usar métodos pocos ortodoxos — se disculpo este.

Stone enseria su cara, mirando a todas partes, sin señales de Robotnik para su desgracia.

—¿Dónde estoy?...¡¿Dónde esta mi jefe?! — grito lo ultimo en reclamo y asustado.

—La jefa se esta encargando de él.

Fueron las palabras suficientes para que el Agente se alterara. Moviéndose con brusquedad de su asiento, intentando escapar y matar a cualquiera que estuviera en su camino y más si alguien se atrevía a ponerle encima un solo dedo a su amado jefe.

—¡NO, NO, NO, NO, NO! ¡SACAME DE AQUÍ! — grito el Agente con claras señales asesinas.

—Oh, no, no. Lo siento, hermano, pero reglas son reglas. A los polizontes se les debe de retener, y en los mejores de los caso solo pierden la memoria — explico como si fuera nada.

Lee siguió mucho más, pareciéndole por un momento que se le acababa la respiración, agitando su cuerpo de un lado a otro sin lograr resultados favorecedores.

—Pero creo que no debe de porque temer por el Doctor — tranquilizo el guardia al retenido ser —Si él acepta a trabajar para nuestra jefa serán más que libres y parte de nuestra organización.

Más que tranquilizar asusto más al muchacho. Su jefe de ninguna manera haría tal cosa, teniendo que idearse una buena jugada si escapar era lo que quería, teniendo el tiempo como mayor enemigo si no quería encontrarse con una desgarradora escena para él que involucra a su jefe de promedio y con lesiones en su cuerpo...si no es que peor.

~...~

Volvió a perder noción del tiempo, despertando por segunda vez en el día. Respiro profundamente, juraría que se había sentido por un momento como si estuviera muerto.

Su cuerpo siguió con indicios de haber estado a muy bajos grados, pero le agradeció a la ciencia de que ya no estaba en tal lugar. Ahora era una sala común, pero más espaciosa, y como más artículos por todos lados. Eso definitmanete era malo, pero sus posibilades de ser libre se escaseaban mucho más con el pasar del tiempo, y más al saber que no tenia sus guantes consigo.

Una puerta se escucha a sus espaldas. No dice nada, sabe perfectamente de quien se podría tratar.

—¡Doctor! — se regocijo la mujer al ver al hombre activo —Que bien que haya despertado — paso a su lado. Ivo intento acercarse a ella a pesar de saber que su posición seguía estando igual —Perdóneme que lo deje solito...pero, se que las personas que pasan por exageradas temperaturas completas de frialdad son propensos a contraer hipotermia — sonrió en sus palabras —Así que...por su seguridad, debo de aplicarle esta inyección — aviso, mostrando la inyectadora con su mano enguantada. Deslumbrando el verdoso contenido adentro

Ivo frunce el ceño extrañado.

—Lindo ¿Verdad? — se refirió a su propia formula, dándole unos pequeños golpecitos al producto con tal de no tener aire en su contenido —Me tomo cinco años y medio  recrearla, pero valió absolutamente la pena, y más cuando obtuve un pequeña muestra de tu cargamento que..."tome prestado" la ultima vez que nos vimos — hablo entre burlas, haciendo enfurecer al hombre con bigote— Es...tan divina...que te hará sentir tan seguro como en la sala de su terapeuta, que cantara cual canario con cada pregunta que le haga Doctor — aviso con maldad en su voz y rostro, acercándose al hombre, preparando la aguja para él.

La determinación del Doctor era más grande, que se negó rotundamente a siquiera quedarse quieto. La insistencia de este era tan imprudente para el plan de la chica que tuvo que llamar a un par de refuerzos, llegando solo en cuestión de minutos.

—¡NOOO. NO, NO, NO, NO! — decía el hombre sin dejarse vencer.

—Vaya que siempre es un personaje que no sede ¿No? — lo tomo de los hombro, obligándolo a inclinarse de la silla, despojándolo solo pocos centímetros de su cuello alto para dejar ver su cuello por detrás, acercando la inyección a este.

Sus asistente tuvieron que detenerlo por su cabeza, era casi impresionante como su terquedad no desaparecía.

Un quejido de la boca de Ivo dio aviso de que fue todo un éxito lo ocurrido, solo hacia falta lo más sencillo.

Los gruñidos y resoplidos del hombre se escuchaban por doquier, parecía una vestía sedienta de sangre y venganza.

La mujer se sienta al frente del hombre vestido de negro, sonriendo con una mueca para nada amigable.

—Bien...comenzaremos con una sutil, inofensiva pero muy importante entrevista, Doctor — se burló la mujer, riéndose a carcajadas mientras Robotnik baja la mirada. Estaba metido en un enorme aprieto del que parecía que no tendría salida.














Bueno. Después de interminables exámenes, muchas crisis existencial, facetas de estrés con posible pensamientos homicidas hacía algunos profesores...me tomé unas relajantes y merecidas vacaciones, por desgracia hoy mismo debo volver al estado para seguir con la rutina....

"Solo dos meses más Alex....solo dos meses más y terminarás el primer año de cinco 🥲...."

Ya me dejó de mamadas xd. Este One Shot fue ideado por nada más y nada menos que StoneLattee. Gracias por tan fabulosa idea, querida, ya para la segunda parte se verá la verdadera trama de esta historia.

PD: Espero (no prometo mucho) no tardarme en sacar la continuación, pero si lo hago ya saben porque.

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